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© un montén de cuentos, de aqui, de all4, y de todos lados. Pajarito Remendado convida a todos los chicos con cuatro libros nuevos cada mes. Cuentos de grandes autores argentinos. Cuentos tradicionales de Latinoamérica, Cuentos clasicos universales. Papelitos con adivinanzas, humor y poesia. Y anoolvidarse: todos los meses cuatro nuevos huevitos del Pajarito Remendado. EDICIONES COLIHUE == [roican,Gumavo | open Colocidn ELL PAARITO REMENDADO Ding por Laura Doves Gustavo Holdin ‘Herd aie Renda 6 Un goss ain 4 quan oa 8 sang arena ¥en soaroe agro busy 2 Bio eel gulscogoe Hctuaete persue Bluumpocepas matoe tt Hai MeslateCot de ary pr Sat Ginacn anlar pigw'e tacucutin® Sunmatacsaioeser © Huo nie de Bit Ver 185 (163000) Boones Awe Argeating RISER iY 61 LA SEGUIMOS? 7 © Las pulgas de este cuento no tie- nen nombre. ,Qué nombres les pon- drian Uds.? {Qué apellido? © Recordemos entre todos las can- ciones que mas nos gustan. © gCudles les onsefiarian a las pul- gas? © Si las pulgas cantaran su repetida cancion eu la eequina, en un cumplee- oso en ol supermersado ,@ué dir le gente? Por ejemplo: una nena ita, in setior con portafolios, un muchacho en bicicleta, dos viejitas, otras perso- nas, etc... g¥ ustedes? Pueden escribir sobre estas cosas (y las que 4quieran) a Pedro Orgambide, Colecci6n del Payanto Remendado, Ediciones Colihue, Diaz Vélez 5125, (1405) Buenos Aires. {Mien que los esperamos! —Bah —dijo la mamé, mientras se alejaba murmurando algo que sonaba parecide a la letra de la cancién. Cuentos del Gustavo Roldin LA CANCION DE LAS PULGAS * Tiustraciones Raul Fortin EDICIONES COLIHUE —thsa, 60 nos gusta. Dice ropite. iEs la mas hermosa de todas! }Por fin podremos cantar una nueva cancién! —Ay chicas, qué contenta me po- nen, —La verdad, mamé, la otra ya nos tenfa un poco cansadas. —Claro chicas, tienen que cantar algo diferente. ‘Todas las mafanas las siete pulgui- tas se levantaban contentas, miraban salir el sol, se refan con el vuelo de las mariposas, daban grandes saltos mor- tales en el aire, hacian tumbacabezas en él suelo, y comenzaban a cantar su canci6n preferida. Habfan encontrado una cancién para empezar bien el dia, y la canta- ban hasta que se iban a dormir. La cantaban mientras jugaban al rango, cuando hacian rondas, cuando salta- ban de perro en perro o de gato en gato, y mucho més todavia los dias de Huvia, los dias de sol, los dias nubla- dos, los dias pares y los dies impares. —Esta les va a gustar mas que to- das. Si supieran oémo mo gustaba cuando yo era chica. Dice ast: “Habia una vez una muriequita de trenzas muy largas y linda ropita.” —iQué lindo que les gusten! —Aijo la mamé—. Déjenme pensar un poco que estoy buscando una muy pero muy especial. —Si si, mamé —dijeron las pulgui- tas—, pensé tranquila que te espera- mos cantando nuestra cancion. Y la mamé pens6 y pens6, buscando palabras y rimas, hasta que sus ojitos de mamé pulga brillaron de alegria. Lo que no podian entender era por qué a su mam esa bella cancion no le gustaba casi casi nada. La primera pulguita que se despor- taba comenzaba a tararear, y ali no- més se sumaban todas a coro, cantan- do: todas las as me dan "de cantar: pata pota pita pota puta...” Y asi seguian, dale que dale, sin cansarse nunca de su bella cancién. —iAy chicas! —dijo un dia la mama— 4No quieren que les ensene una cancién muy hermosa? —i8i, si queremos! —dijeron las pulguitas saltando en una pata. —Miren, yo sé una que dice asf: —iBsa, ésa nos gusta! —gritaron las pulguitas! Nos gusta porque dice grata y fruta, y nosotras podemos se- guir cantando “pata peta pita...” —No chicas, no. Déjenme pensar. Miren, les voy @ cantar una cancién muy bonita que estoy segura que les vaa gustar —jClaro que nos va a gustar! ;Qué lindas canciones que sabés, mama! iNos gustan mucho tus canciones! —Ay no chicas. Les canto otra, una muy linda que yo sabia cuando era ‘como ustedes. Dice asi: —No no, esa cancién no nos gusta. Ademés no queremos peinarnos las orejas. —Bueno, bueno, les digo otra: “Los cinco patitos buyen de la gata van ala con ala ‘con su mama pata.” —Uy uy uy, qué linda cancién —di- jeron las pulguitas—, ésa s{ nos gus- ta. “Bueno, entonces se las canto de nuevo para que la aprendan. —No hace falta mama, ya la sabe- mos de memoria. —g¥a la aprendioron? —St{ si, de una punta a la otra. —éLes gust6 porque hay cinco pati- tos que pasean con su mama? —No, nos gusté porque dice pata, y nosotras podemos seguir cantando “pata peta pita...”

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