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Gurb es un marciano llegado de otro planeta. La ventana temporal que le ha permitido viajar a la
Tierra solo estará abierta durante 20 minutos. Tú eres la primera persona con la que se encuentra.
Viene a buscar información sobre el cambio climático y te pide que le hagas un dibujo, un
esquema, un relato o la representación gráfica que tú quieras para poder llevarla a su planeta y
explicar allí en qué consiste ese fenómeno. Te pide que lo hagas en el recuadro inferior. Recuerda
que solo tienes 20 minutos.
Actividad # 2
Introducción
RENÉ
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. As í, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
JADELINA
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatro s. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
YULIANA
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
LINA
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
JUAN MANUEL
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
JHOVANNY
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
GRADO 10
JHON CARLOS
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros . Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
CRISTIAN
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
GLADYS
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros . Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
IDER
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así , no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
CAROLINA
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
CARLOS MANUEL
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros . Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
CARMEN ESTHER
La Antártida es probablemente, de los seis continentes, el más ligado al clima, el más sensible y el
más determinante en un escenario de cambio climático. En este continente se alcanzan las
temperaturas más bajas del planeta, sobre –70º C y vientos de 300 km/h. Contiene el 90% del
hielo del Planeta y es la mayor reserva de agua dulce. Conviene señalar que la zona occidental de
la Antártida está sufriendo un aumento de las temperaturas más rápidamente que cualquier otro
lugar del Hemisferio Sur, y ha sufrido ya la desintegración de varias plataformas de hielo. Las
variaciones en el volumen de hielo antártico pueden cambiar los niveles globales del mar en
decenas de metros o más, y alterar la capacidad de los casquetes de hielo y del mar para actuar
como sumideros de calor o aislantes.
El hielo que se derrite en el Ártico no eleva el nivel del mar, pero sí los bloques de hielo gigante
con base en tierra que existen en la Antártida o Groenlandia, y el agua de los glaciares que se
dirigen al mar. A esto hay que sumar que el aumento en la temperatura de los océanos también es
responsable de la subida del nivel del mar por los procesos de expansión térmica del agua. Es
decir, la subida del nivel del mar debido al cambio climático está condicionada por el deshielo
continental, pero también por los procesos de elevación de volumen del agua cuando aumenta su
temperatura.
A pesar de la presencia en los medios de comunicación, es bastante llamativo que mucha gente
desconoce cuestiones muy básicas de la Antártida. Por ejemplo, todos los que han viajado en
alguna ocasión a la Antártida han tenido que responder, más temprano o más tarde, a preguntas
sobre el teórico encuentro con los peligrosos osos polares o las relaciones con los esquimales. Sin
embargo, nunca hubo osos ni comunidades humanas estables habitando el gran continente blanco
del Polo Sur. Osos polares y esquimales son habitantes del Ártico, viven próximos al Polo Norte, en
latitudes equivalentes a las antárticas, pero menos frías y más habitables que estas.
No muy lejos del Polo Norte encontramos ciudades pobladas por miles de habitantes, bosques que
no permiten ver el horizonte, y lagos con multitud de peces. Sin embargo, a la misma distancia del
Polo Sur, en la Antártida, el desarrollo de la vida es muy difícil y el paisaje simplemente blanco. La
dura climatología durante todo el año, unida al aislamiento en que queda este continente durante
el invierno, al formarse una tupida banquisa de hielo troceado de varios metros de espesor, hace
que los organismos vivos que lo habitan deban estar extraordinariamente adaptados a las
condiciones de vida más extremas.
El mundo animal antártico se reduce a unos pocos mamíferos marinos, pocas especies de aves y
peces, dos insectos y algunos microorganismos. Frente a las consecuencias del cambio climático
más conocidas (deshielo, desaparición de hábitats de especies polares), la alteración de las
temperaturas en el continente antártico afectará a especies como el krill que son la base
alimentaria de diferentes especies marinas como las ballenas, focas, pingüinos y albatros. Las
plantas apenas existen en la Antártida, y nunca se elevan del suelo más de unos centímetros. Los
árboles, simplemente, no existen. Musgos y líquenes especialmente adaptados a temperaturas
por debajo de cero grados, y algunas plantas vasculares endémicas, constituyen el escaso universo
vegetal de la Antártida. El aislamiento climático durante el invierno, teniendo en cuenta otros
problemas ambientales, provoca que el deterioro de la capa de ozono sea mayor que en otras
zonas del Planeta, e incluso mayor que en el Polo Norte. Sin embargo, conviene señalar en este
sentido que el cambio climático y el deterioro de la capa de ozono son problemas diferenciados,
resultado de diversos procesos de contaminación ambiental y con consecuencias distintas. Así, no
todo tipo de contaminación ocasiona el cambio climático, sino los llamados gases de efecto
invernadero, ni tampoco el «agujero» de la capa de ozono, siendo los clorofluorocarbonos los
causantes.
Las radiaciones UV-B que penetran con mayor intensidad debido al deterioro del ozono no son el
tipo de radiaciones solares que provocan el aumento de la temperatura, sino que las alteraciones
térmicas se deben a las radiaciones infrarrojas emitidas por la superficie terrestre y que no pueden
escapar al espacio al ser capturadas por los GEI.
La actividad que se plantea tiene un claro carácter transversal ya que se trata el problema del
cambio climático en el contexto del aprendizaje de cuestiones sobre conocimiento del medio
utilizando herramientas estadísticas que los estudiantes aprenden en matemáticas. Actividades
como esta se pueden aplicar para ambientalizar materias como las matemáticas que
tradicionalmente se consideran ajenas a las problemáticas que más cotidianamente pueden
interesar a los estudiantes. Por tanto, es una actividad que se puede llevar a cabo dentro de la
asignatura de conocimiento del medio y en matemáticas, o mejor, de forma conjunta. Creemos
que puede ser especialmente atractiva para matemáticas ya que cumpliría una segunda función
consistente en acercar esta materia a aspectos más prácticos y atractivos para los estudiantes.
Actividad # 4
Fecha:
Lee el texto y responde las preguntas, rellenando con lápiz el círculo que corresponda a la
respuesta correcta.
La fauna silvestre es ya, en ganancias, la tercera mercancía con la que se trafica, después de las
drogas y las armas. El Worlwide Fund for Nature calcula que las bandas podrían estar ganando la
asombrosa cantidad de 20000 millones de dólares al año por llevar de contrabando animales vivos
y plantas exóticas a coleccionistas sin escrúpulos. A los criminales no les preocupa provocar la
extinción de especies, ni que éstas sufran terriblemente durante el traslado.
Hasta 11 millones de animales se trafican cada año en América del Sur, sobre todo a Estados
Unidos, donde se venden ilegalmente a coleccionistas por internet o a través de intermediarios
corruptos. Muchos animales silvestres se ven amenazados por los traficantes, como monos, loros y
serpientes. Se calcula que sólo 1 de cada 10 mil animales capturados para ser contrabandeados
sobrevive en el viaje y se convierte en exótica mascota.
Los animales raros que sobreviven al contrabando hacen ganar más a los criminales que el tráfico
de drogas. Una guacamaya azul del Amazonas se vende por 25000 dólares, y un mono tití, en
peligro de extinción, por 20000. Hay bandas que combinan ambos tráficos y esconden droga en el
cuerpo de los animales. Una vez, a serpientes colombianas se les hizo ingerir bolsas de cocaína. A
los aduaneros les parecieron raros los bultos en las serpientes. Lamentablemente muchas
murieron por la ingestión. La rara y hermosa cacatúa negra de cola roja es un tipo de loro que por
ley está protegida en Australia, pero hay coleccionistas que pagan hasta 25000 dólares por un
ejemplar.
Algunos animales salen por mar de puertos muy activos donde las autoridades no pueden revisar
toda la carga. La policía vigila a los contrabandistas mediante contactos locales y registrando
mercados callejeros donde se venden animales ilegalmente capturados. También investigan a
vendedores de mascotas y sitios web para descubrir a los compradores de animales.
Los contrabandistas modernos venden todo tipo de mercancía: las orquídeas exóticas son
arrancadas y sacadas de Nueva Zelanda y Perú; el carísimo caviar se saca de Rusia; los tigres se
matan ilegalmente y parte de su cuerpo se vende en Asia como ingrediente de remedios
tradicionales; se matan elefantes y rinocerontes por el marfil de sus colmillos y para hacer
medicinas.
2. ¿Cuántos animales capturados para ser objeto de contrabando sobreviven en el viaje para
convertirse en mascotas exóticas?
3. Según el texto, ¿qué animales son cazados para extraer el marfil de sus colmillos?
A) Ilegalmente.
B) Legalmente.
C) Deshonestamente.
5. ¿En qué tipo de revista podríamos encontrar más información sobre el tráfico de fauna
silvestre?
B) Extinción de fauna silvestre. • Especies más vendidas en el mercado ilegal. • Acciones para
prevenir y contrarrestar el tráfico de fauna silvestre. • Mecanismos utilizados por los
contrabandistas para transportar y vender plantas, animales y droga.
Actividad # 6
Fecha:
Lee el texto y responde las preguntas, rellenando con lápiz el círculo que corresponda a la
respuesta correcta.
Animales vertebrados Animales invertebrados Los animales vertebrados son un grupo de animales
con un esqueleto interno articulado, que actúa como soporte del cuerpo y permite su movimiento.
Como característica principal tienen una columna vertebral semejante a un tubo formado por
diversas piezas articuladas llamadas vértebras, que permiten algunos movimientos y les dan cierta
flexibilidad, es aquí donde se encuentra la médula espinal. Su cuerpo está dividido en cabeza,
tronco y extremidades. Hay individuos hembras e individuos machos, es decir, el sexo está
diferenciado. Los vertebrados se clasifican en cinco grupos: mamíferos, quienes se distinguen de
los demás por amamantar a sus crías; las aves, que en su tráquea poseen un ensanchamiento
llamado siringe, con el que articulan sonidos; los peces, cuyo cuerpo está protegido por escamas y
glándulas mucosas; los anfibios, quienes respiran cuando están pequeños por branquias, y de
adultos, por pulmones y por la piel; y, finalmente, los reptiles, que tienen como característica su
respiración pulmonar y su cuerpo cubierto por escamas o placas, como medio de protección
contra la desecación. No todos los vertebrados tienen la sangre caliente, algunos animales como
los reptiles, anfibios y peces tienen lo que se llama sangre fría, lo que quiere decir que la
temperatura de su cuerpo es igual a la del ambiente en que se encuentran. Otros animales, como
las aves y los mamíferos, tienen la sangre caliente, debido a que disponen de mecanismos
especiales que conservan una temperatura constante de la sangre en cualquier circunstancia.
Los animales invertebrados son los más abundantes de todo el mundo, representan el 95% de
todas las especies animales existentes, carecen de columna vertebral y de esqueleto interno
articulado. Estos animales no tienen sangre, sino una sustancia llamada hemolinfa, que es un
líquido circulatorio que transporta oxígeno y nutrientes. Este líquido puede ser incoloro, verde o
rojo, según la especie. Algunas de las especies invertebradas son: los arácnidos, quienes se
alimentan succionando líquidos más que tragando porciones sólidas; los crustáceos, cuya
característica es que tienen dos pares de antenas; los moluscos, que son animales de cuerpo
blando; los anélidos (lombrices), que tienen como característica un cuerpo segmentado en anillos;
las medusas, con cuerpo gelatinoso y en forma de campana; los corales, que tienen la capacidad
de fijar sobre sus tejidos el calcio disuelto en el mar; las esponjas marinas, de las que existen unas
8000 especies y sólo unas 150 viven en agua dulce; y los erizos de mar, que son de forma globosa,
carecen de brazos y tienen un esqueleto interno. La apariencia de éstos animales puede llegar a
ser muy distinta cuando son crías a cuando alcanzan su etapa adulta. Estos animales pueden vivir
en varios hábitats: terrestres, acuáticos y algunos son voladores. Es muy difícil encontrar
características que se cumplan en todos los invertebrados dada la gran variedad de estos
animales. Los invertebrados son más antiguos que los vertebrados, pues a partir de los primeros se
formaron los segundos.
A) sangre caliente.
B) sangre fría.
C) hemolinfa.
A) animales terrestres.
B) animales invertebrados.
C) animales vertebrados.
C) que los invertebrados tienen sangre fría y los vertebrados sangre caliente.
A) sangre caliente.
B) hemolinfa.
C) sangre fría.
7. ¿Por qué es difícil establecer características que sean comunes en todos los invertebrados?
8. ¿Cuál es la razón por la que algunas especies de invertebrados tienen el cuerpo blando?
DIANA PATRICIA
Los animales invertebrados son los más abundantes de todo el mundo, representan el 95% de
todas las especies animales existentes, carecen de columna vertebral y de esqueleto interno
articulado. Estos animales no tienen sangre, sino una sustancia llamada hemolinfa, que es un
líquido circulatorio que transporta oxígeno y nutrientes. Este líquido puede ser incoloro, verde o
rojo, según la especie. Algunas de las especies invertebradas son: los arácnidos, quienes se
alimentan succionando líquidos más que tragando porciones sólidas; los crustáceos, cuya
característica es que tienen dos pares de antenas; los moluscos, que son animales de cuerpo
blando; los anélidos (lombrices), que tienen como característica un cuerpo segmentado en anillos;
las medusas, con cuerpo gelatinoso y en forma de campana; los corales, que tienen la capacidad
de fijar sobre sus tejidos el calcio disuelto en el mar; las esponjas marinas, de las que existen unas
8000 especies y sólo unas 150 viven en agua dulce; y los erizos de mar, que son de forma globosa,
carecen de brazos y tienen un esqueleto interno. La apariencia de éstos animales puede llegar a
ser muy distinta cuando son crías a cuando alcanzan su etapa adulta. Estos animales pueden vivir
en varios hábitats: terrestres, acuáticos y algunos son voladores. Es muy difícil encontrar
características que se cumplan en todos los invertebrados dada la gran variedad de estos
animales. Los invertebrados son más antiguos que los vertebrados, pues a partir de los primeros se
formaron los segundos.
LUIS JHOVANNY
Los animales invertebrados son los más abundantes de todo el mundo, representan el 95% de
todas las especies animales existentes, carecen de columna vertebral y de esqueleto interno
articulado. Estos animales no tienen sangre, sino una sustancia llamada hemolinfa, que es un
líquido circulatorio que transporta oxígeno y nutrientes. Este líquido puede ser incoloro, verde o
rojo, según la especie. Algunas de las especies invertebradas son: los arácnidos, quienes se
alimentan succionando líquidos más que tragando porciones sólidas; los crustáceos, cuya
característica es que tienen dos pares de antenas; los moluscos, que son animales de cuerpo
blando; los anélidos (lombrices), que tienen como característica un cuerpo segmentado en anillos ;
las medusas, con cuerpo gelatinoso y en forma de campana; los corales, que tienen la capacidad
de fijar sobre sus tejidos el calcio disuelto en el mar; las esponjas marinas, de las que existen unas
8000 especies y sólo unas 150 viven en agua dulce; y los erizos de mar, que son de forma globosa,
carecen de brazos y tienen un esqueleto interno. La apariencia de éstos animales puede llegar a
ser muy distinta cuando son crías a cuando alcanzan su etapa adulta. Estos animales pueden vivir
en varios hábitats: terrestres, acuáticos y algunos son voladores. Es muy difícil encontrar
características que se cumplan en todos los invertebrados dada la gran variedad de estos
animales. Los invertebrados son más antiguos que los vertebrados, pues a partir de los primeros se
formaron los segundos.
JHON JAIR
Los animales invertebrados son los más abundantes de todo el mundo, representan el 95% de
todas las especies animales existentes, carecen de columna vertebral y de esqueleto interno
articulado. Estos animales no tienen sangre, sino una sustancia llamada hemolinfa, que es un
líquido circulatorio que transporta oxígeno y nutrientes. Este líquido puede ser incoloro, verde o
rojo, según la especie. Algunas de las especies invertebradas son: los arácnidos, quienes se
alimentan succionando líquidos más que tragando porciones sólidas; los crustáceos, cuya
característica es que tienen dos pares de antenas; los moluscos, que son animales de cuerpo
blando; los anélidos (lombrices), que tienen como característica un cuerpo segmentado en anillos;
las medusas, con cuerpo gelatinoso y en forma de campana; los corales, que tienen la capacidad
de fijar sobre sus tejidos el calcio disuelto en el mar; las esponjas marinas, de las que existen unas
8000 especies y sólo unas 150 viven en agua dulce; y los erizos de mar, que son de forma globosa,
carecen de brazos y tienen un esqueleto interno. La apariencia de éstos animales puede llegar a
ser muy distinta cuando son crías a cuando alcanzan su etapa adulta. Estos animales pueden vivir
en varios hábitats: terrestres, acuáticos y algunos son voladores. Es muy difícil encontrar
características que se cumplan en todos los invertebrados dada la gran variedad de estos
animales. Los invertebrados son más antiguos que los vertebrados, pues a partir de los primeros se
formaron los segundos.
GRADO 9
CRISTIAN
Los animales invertebrados son los más abundantes de todo el mundo, representan el 95% de
todas las especies animales existentes, carecen de columna vertebral y de esqueleto interno
articulado. Estos animales no tienen sangre, sino una sustancia llamada hemolinfa, que es un
líquido circulatorio que transporta oxígeno y nutrientes. Este líquido puede ser incoloro, verde o
rojo, según la especie. Algunas de las especies invertebradas son: los arácnidos, quienes se
alimentan succionando líquidos más que tragando porciones sólidas; los crustáceos, cuya
característica es que tienen dos pares de antenas; los moluscos, que son animales de cuerpo
blando; los anélidos (lombrices), que tienen como característica un cuerpo segmentado en anillos;
las medusas, con cuerpo gelatinoso y en forma de campana; los corales, que tienen la capacidad
de fijar sobre sus tejidos el calcio disuelto en el mar; las esponjas marinas, de las que existen unas
8000 especies y sólo unas 150 viven en agua dulce; y los erizos de mar, que son de forma globosa,
carecen de brazos y tienen un esqueleto interno. La apariencia de éstos animales puede llegar a
ser muy distinta cuando son crías a cuando alcanzan su etapa adulta. Estos animales pueden vivir
en varios hábitats: terrestres, acuáticos y algunos son voladores. Es muy difícil encontrar
características que se cumplan en todos los invertebrados dada la gran variedad de estos
animales. Los invertebrados son más antiguos que los vertebrados, pues a partir de los primeros se
formaron los segundos.
Actividad # 7
Fecha:
Lee el texto y responde las preguntas, rellenando con lápiz el círculo que corresponda a la
respuesta correcta.
Todas las sustancias comunes se encuentran en alguno de esos tres estados: sólido, como un trozo
de madera, un cubito de hielo o una piedra; líquido, como el agua y el alcohol; y gaseoso, como el
aire (que es principalmente una mezcla de dos gases, oxígeno y nitrógeno), el gas que usamos para
cocinar y el anhídrido carbónico (que le da las burbujas a las bebidas gaseosas).
Las sustancias puras pueden pasar de un estado al otro, según la temperatura. Si ponemos unos
cubos de hielo (agua sólida) en una olla y los calentamos, se funden (pasan a agua líquida) y,
finalmente, el agua hierve y se evapora (pasa a vapor de agua, un gas). Si ponemos una cuchara
fría sobre el vapor de agua, esta condensará nuevamente a agua líquida.
Algunas sustancias pueden pasar directamente del sólido al gas, sin pasar por el líquido, a esto se
le llama sublimación. Para ver ese fenómeno, hagamos el siguiente experimento.
Primero colocamos en un frasco de vidrio una bolita de naftalina (la que se usa para combatir las
polillas), posteriormente tapamos el frasco y lo calentamos en una ollita con un poco de agua, lo
que se conoce como baño maría; en seguida, y cuando el agua esté suficientemente caliente (unos
80ºC), ponemos un paño humedecido con agua para enfriar la parte superior del frasco,
manteniendo así durante 5 o 10 minutos. Veremos que en la parte fría del frasco se habrán
formado cristalitos brillantes de naftalina, como pequeñas hojitas.
Con lo anterior observamos la formación de cristales. Pero ahora no estarán formados por átomos
con cargas positivas y negativas (iones) de forma esférica, como pequeñas bolitas. Los cristales de
naftalina (naftaleno para los químicos) están formados por moléculas como la que se ve en la
figura f.1, que son, en este caso, una agrupación de átomos de carbono (color verde en la figura)
formando un doble anillo, con átomos de hidrógeno (color amarillo) unidos a algunos carbonos.
Cuando calentamos la bolita de naftalina, muchas de estas moléculas salen volando y forman un
gas, que se mezcla con el aire del frasco, pero en cuanto tienen la oportunidad y encuentran una
pared más fría en el frasco, esas moléculas se unen nuevamente entre sí para formar la naftalina
sólida, sin pasar por el líquido.
Los gases comunes también pueden convertirse en líquidos. Si el aire común se comprime y enfría
lo suficiente -a unos 200 grados bajo cero- pasa al estado líquido. En la industria se hace eso para
luego separar el oxígeno del nitrógeno y, a continuación, cada uno de esos componentes, otra vez
como gases a temperatura ambiente, se envasa en cilindros de acero, como es el caso del oxígeno
que se utiliza en los hospitales.
A) En el párrafo 1.
B) En el párrafo 2.
C) En el párrafo 3.
4. ¿Qué tipo de texto se puede elaborar para hacer un recuento claro y completo de la
realización de un experimento?
5. ¿Cuál de las siguientes situaciones del experimento se representa con la figura 1 (f.1)?
A) El fenómeno de la sublimación.
A) 1
B) 2
C) 3
D) 4
Actividad # 7
Fecha:
Lee el texto y responde las preguntas, rellenando con lápiz el círculo que corresponda a la
respuesta correcta.
A) La transformación.
B) La alteración.
C) La evolución.
A) molestia.
B) dolor.
C) comezón.
La metamorfosis es un relato de Franz Kafka, publicado en 1915, que narra la historia de Gregorio
Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia, a la que él mantiene con su sueldo, quien
un día amanece convertido en una criatura no identificada claramente en ningún momento, pero
que tiende a ser reconocida como una especie de cucaracha gigante.
A) una sinopsis.
B) una reseña.
C) un comentario.
6. ¿En qué párrafo se menciona una descripción del ambiente en el que se desarrolla el relato?
A) En el párrafo 1.
B) En el párrafo 4.
C) En el párrafo 7.
7. Lee la ficha bibliográfica que corresponde al libro La metamorfosis y elige el dato que hace
falta para completarla.
A) Lugar de publicación.
B) Año de la edición.
C) Nombre de la editorial.