Que aportan las Teorías del aprendizaje al currículo universitario
El propósito de la enseñanza es lograr que los estudiantes aprendan significativamente,
por ello, el aprendizaje a no sólo implica procesos cognitivos sino también socioafectivos, por lo que se debe crear un clima adecuado en el contexto educativo donde se rige la enseñanza. Para Alonso y Montero (1993), existe una serie de factores amalgamados o relacionados al ambiente de aprendizaje en el entorno educativo e inciden en la motivación y la forma en que los estudiantes se involucran con los contenidos disciplinarios y sus actividades o tareas, apuntalando hacia el tipo de metas que persiguen, sus perspectivas y expectativas de logro, la organización de las actividades curriculares, en que formas se evaluará, que clase de contenidos y recursos didácticos y el tipo de interacción, y por sobre todo, el desempeño de los docentes, los mensajes que envía y los comportamientos que modela. Por ello es importante que los educadores comprendamos que todo acto educativo es una práctica social e intersubjetiva, que el estudiante no es un ser asocial ni construye sólo sus conocimientos, y que, en la interacción continua en el ambiente educativo, tanto el rol que desempeña el estudiante como el del docente son fundamentales; por lo que promover un aprendizaje significativo no se trata de solo orientar o guiar la enseñanza a través de sus habilidades intelectuales, su competencia, o conocimientos previos, sino que, se hace inevitable considerar las expectativas, motivaciones e intereses de los educandos. Por tanto, no es solo transmitir conocimientos, sino a buscar las formas en que los estudiantes aprendan a aprender como necesidad de llegar a ser y hacer dentro de las demandas actuales del trabajo, la sociedad y su entorno. Los estudiantes de educación superior, denominados "sociedad del conocimiento" esta ceñida a la globalización de la economía mundial encontrándose con retos y desafíos en su capacidad para desarrollar sus conocimientos, mediante nuevas formas de relacionarse e interactuar con ellos y su forma de aprender. Cabe destacar, que el vertiginoso crecimiento de la tecnología nos obliga a innovar utilizando las TICs como recurso educativo, requiriendo cambios en la formación de docentes y discentes con el fin de modificar las estructuras mentales y fomentar el desarrollo del pensamiento crítico, adaptándolos a estos sistemas. Considerando todo esto, se puede decir que la educación actual gira en torno a una palabra “cambios”, por lo que la disposición al cambio es un factor importante; sin embargo, sabemos que el cambio trae consigo muchas veces el rechazo, motivado por la incertidumbre. Por ello es interesante reflexionar la forma en que se pueden adaptar las teorías curriculares. Los ideales teóricos como el conductismo, cognitivismo, humanismo, y el constructivismo, se interrelacionan en el quehacer educativo centrados en la enseñanza-aprendizaje del estudiante mediante el aprender a aprender – aprender a enseñar y aprender a pensar en forma eficiente, dentro y fuera del contexto instruccional, donde la actividad mental es inherente al hombre y debe ser desarrollada, dándole al estudiante la libertad de construir su aprendizaje considerando el entorno como un conjunto de estímulos y respuestas, con conciencia ética, altruista, social y el respeto a las diferencias individuales. La triada de la enseñanza, el aprendizaje y la investigación, apuntan a un enfoque epistémico centrado en la didáctica crítica que privilegia un contexto científico y socialmente problematizado dentro de una concepción constructivista que compromete la construcción psicopedagógica y epistémica. Asimismo, lo cognitivo demanda vincular la enseñanza, el aprendizaje y la investigación, donde el aprendizaje investigativo construye la interacción entre la concepción de un hecho, la información adquirida, el proceso técnico-científico y las experiencias, lo que establece la trascendencia en el trabajo científico a través de estrategias, técnicas y métodos pedagógicos y epistémicas; siendo posible obtener de cada experiencia transversal una forma comprensible de los procesos cognitivos básicos, integrados y divergentes propios de las ciencias formales y sociales.