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Muerte

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Este aviso fue puesto el 7 de septiembre de 2016.

Para otros usos de este término, véase Muerte (desambiguación).


«Muerto» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Muerto (desambiguación).

El cráneo humano, ampliamente utilizado como símbolo de muerte y descomposición.

La muerte cuidando de sus flores en El jardín de la muerte de Hugo Simberg (1906).

La muerte (a veces referida por


los eufemismos deceso, defunción, fallecimiento, finamiento, óbito, expiració
n, perecimiento, fenecimiento o cesación) es un efecto terminal que resulta de
la extinción del proceso homeostático en un ser vivo; y con ello el fin de la vida.1
Puede producirse por causas naturales (vejez, enfermedad, consecuencia de
la cadena trófica, desastre natural)
o inducidas (suicidio, homicidio, eutanasia, accidente, pena de muerte, desastre
medioambiental).
El proceso de fallecimiento, si bien está totalmente definido en algunas de sus
fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico, aún no es del
todo comprendido en su conjunto desde el punto de
vista termodinámico y neurológico, y existen discrepancias científicas al respecto.
Mas lo característico de la experiencia humana de la muerte es que en todos los casos desemboca no
sólo en la comprensión del hecho de que hay muertes, sino del hecho de que la muerte es algo
indisolublemente ligado a la existencia. La experiencia de la muerte, en sus diversas formas, conduce a
la convicción del «tener que morir».

José Ferrater Mora, Diccionario de la filosofía.2

Índice

 1Muerte en biología y medicina


o 1.1Evolución de las estimaciones del estado de muerte
o 1.2Medicina forense
o 1.3Muerte cerebral
 2Muerte súbita
 3La muerte como contraste
 4Consecuencias psicológicas, muerte humana
o 4.1Definiciones y significados emotivos
 5El deseo y la capacidad de morir
 6El miedo a la muerte
 7La muerte en la sociedad humana
o 7.1Vida después de la muerte
o 7.2Tradiciones religiosas cristianas
 8Muerte en enfermos terminales
 9Muerte en el arte
 10Véase también
 11Referencias
 12Bibliografía
 13Enlaces externos

Muerte en biología y medicina[editar]


La muerte se puede definir como un evento resultante de la incapacidad orgánica
de sostener la homeostasis. Dada la degradación del ácido
desoxirribonucleico (ADN) contenido en los núcleos celulares, la réplica de
las células se hace cada vez más costosa.
Evolución de las estimaciones del estado de muerte[editar]
En el siglo XX la muerte se definía como el cese de la actividad cardíaca
(ausencia de pulso), ausencia de reflejos y de la respiración visible. No obstante,
con base en estas evidencias insuficientes muchas personas fueron inhumadas
estando en estado de vida latente o afectadas por periodos de catalepsia.
Posteriormente, gracias a los avances tecnológicos y al mejor conocimiento de la
actividad del cerebro, la muerte pasó a definirse como la ausencia de actividad
bioeléctrica en el cerebro, verificable con un electroencefalograma. Más tarde aun
esta evidencia resultó ser insuficiente, al demostrarse que el fenómeno de
ausencia de actividad bioeléctrica en algunos casos muy excepcionales podía ser
reversible, como en el caso de los ahogados y dados por fallecidos en aguas al
borde del punto de congelación.
Medicina forense[editar]
Artículo principal: Medicina forense

Históricamente, los intentos por definir el momento preciso de la muerte han sido
problemáticos. Antiguamente se definía la muerte como el momento en que cesan
los latidos del corazón y la respiración, pero el desarrollo de la ciencia ha permitido
establecer que realmente la muerte es un proceso, el cual en un determinado
momento se torna irreversible. Hoy en día, cuando es precisa una definición del
momento de la muerte, se considera que este corresponde al momento en que se
produce la irreversibilidad de este proceso. Existen en medicina protocolos clínicos
que permiten establecer con certeza el momento de la muerte, es decir, que se ha
cumplido una condición suficiente y necesaria para la irreversibilidad del proceso
de muerte.
Muerte cerebral[editar]
Forma irreversible de la pérdida de conciencia que se caracteriza por una
desaparición completa de la función cerebral, con mantenimiento de la contracción
cardiaca.3 Gracias al avance tecnológico de la medicina, hoy es posible mantener
una actividad cardiaca y ventiladora artificial en cuidados intensivos en una
persona cuyo corazón ha dejado de latir y que no es capaz de respirar por sí
misma, por lo cual esto demuestra que no ha fallecido. El protocolo utilizado para
el diagnóstico de la muerte en este caso es diferente y debe ser aplicado por
especialistas en ciencias neurológicas, y se habla entonces de "muerte cerebral" o
"muerte encefálica". En el pasado, algunos consideraban que era suficiente con el
cese de actividad eléctrica en la corteza cerebral (lo que implica el fin de
la conciencia) para determinar la muerte encefálica, es decir, el cese definitivo de
la conciencia equivaldría a estar muerto, pero hoy se considera, en casi todo el
mundo, difunta a una persona (incluso si permanece con actividad cardiaca y
ventiladora gracias al soporte artificial en una unidad de cuidados intensivos), tras
el cese irreversible de la actividad vital de todo el cerebro, incluido el tallo
cerebral (la estructura más baja del encéfalo, encargada de la gran mayoría de las
funciones vitales), comprobada mediante protocolos clínicos neurológicos bien
definidos y respaldada por pruebas especializadas.
En estos casos, la determinación de la muerte puede ser dificultosa.
Un electroencefalograma, que es la prueba más utilizada para determinar la
actividad eléctrica cerebral, puede no detectar algunas señales eléctricas
cerebrales muy débiles o pueden aparecer en él señales producidas fuera del
cerebro y ser interpretadas erróneamente como cerebrales. Debido a esto, se han
desarrollado otras pruebas más confiables y específicas para evaluar la vitalidad
cerebral, como la tomografía por emisión de fotón único (SPECT cerebral),
la panangiografía cerebral y el ultrasonido transcraneal.

Muerte súbita[editar]
La muerte súbita o muerte instantánea sobreviene de manera abrupta con la
invalidación instantánea de uno o más órganos esenciales para el sustento de la
vida,4 un fulminante derrame cerebral, un síncope cardíaco agudo o por medio de
un suceso violento abrupto (onda expansiva de una explosión) o un accidente con
mucha energía desarrollada.

La muerte como contraste[editar]


Es el fin de la vida, opuesto al nacimiento. El evento de la muerte es la
culminación de la vida de un organismo vivo. Sinónimos del
sustantivo muerte son óbito, defunción, deceso y fallecimiento; entre los
adjetivos, occiso se aplica cuando la persona falleció violentamente.
Se suele decir que una de las características clave de la muerte es que es
definitiva, y en efecto, los científicos no han sido capaces hasta ahora de
presenciar la recomposición del proceso homeostático desde un punto
termodinámicamente recuperable.[cita  requerida]

Consecuencias psicológicas, muerte humana[editar]

Guerrilleros del Viet Cong 1968 muertos en combate.

Definiciones y significados emotivos[editar]


El tipo de muerte más importante para el ser humano es sin duda la muerte
humana, sobre todo la muerte de seres queridos. Conocer con certeza el instante
de una muerte sirve, entre otras cosas, para asegurar que el testamento del
difunto será únicamente aplicado tras su muerte y, en general, conocer cuándo se
debe actuar bajo las condiciones establecidas ante una persona difunta. Existe la
muerte psicológica, donde la persona es consciente de que va a morir. En este
sentido, la persona es capaz de percibirlo. Esta muerte psicológica causa con
frecuencia ansiedad y depresión en las personas. La muerte psicológica aceptada
permite que la persona pueda adaptarse, con los recursos que le quedan, a su
entorno.5

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