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Angel Abrahan Dugarte Pérez

C.I: 33

2do Año Nº 38

Laudato sí. “Teología de la Creación”

El segundo capítulo de la encíclica llamado “Teología de la Creación”,


trata del cuidado de “nuestro hogar común” y de cómo esto está relacionado
con adorar y servir a Dios.

Con hogar común se hace referencia a todo lo diseñado por Dios, es


decir, toda su obra poderosa, aquella que nos beneficia como raza humana;
por lo que el término ecología y el cuidado de la tierra, son dos cosas que se
deben tomar en cuenta, debido a que dependiendo de nuestro buen actuar,
trabajo y uso correcto sobre la tierra, se dará el sentido de adoración y
glorificación y a Dios.

Como Dios diseñó la creación para que fuera nuestro hogar, debemos
tratarlo como tal, con amor, respetar todo lo que lo compone, mantenerlo y
orar para que los demás lo vean de la misma manera, pero sobretodo dar el
ejemplo a otros de las acciones positivas que se deben realizar, en otras
palabras, debemos hacer todo lo posible por que sea un “hogar” armonioso,
donde todos podamos convivir con paz y tranquilidad.

Además, en la encíclica se hace referencia a que podemos ver la


Creación de Dios como a un pariente, como a un hermano o hermana; ya que
todos nosotros haríamos hasta lo imposible para ver a nuestros parientes
felices, a salvo, los ayudaríamos en sus dificultades, los apoyaríamos en sus
momentos difíciles e incluso seríamos parte de su proceso de transformación
en caso de que necesiten un cambio para bien en sus vidas. Todo esto, se
puede aplicar de igual forma a la Creación cuando observamos que no está en
las condiciones que merece, es decir, cuando vemos un lugar contaminado,
podemos contribuir en su limpieza y acondicionamiento, o cuando vemos un
animalito lastimado, de igual forma podemos tratar de ayudarlo, debemos que
recordar que así sean aportes pequeños, si todos nos sumamos podemos
servir y adorar a Dios, cuidando su maravillosa Creación.

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