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¿Cómo elaborar un proyecto de

trabajo pastoral?
Un proyecto de trabajo pastoral es un documento de apoyo y orientación para
realizar el trabajo de forma efectiva y así conseguir una mejor evangelización.
En concreto, es la hoja de ruta o plan de acción que nos indicará cómo trabajar
adecuadamente.

Es necesario que se realice este documento porque marcará la pauta para


realizar las labores concretas y acciones específicas en pos de que todo
funcione bien. Asimismo, ayuda a tener en claro las responsabilidades de cada
grupo o persona dentro de una actividad concreta.

Un proyecto de trabajo pastoral es usado para una programación anual o


mensual, así como para cualquier actividad dentro de la Parroquia / Vicaría /
Diócesis que requiera de previa planificación como espacios formativos, de
crecimiento espiritual, jornadas, retiros, encuentros, etc.

Usualmente, cuando se trata de un proyecto de trabajo pastoral de largo plazo,


por ejemplo anual, a nivel de grupo, se espera que primero emitan el suyo la
Diócesis, la Vicaría / Decanato, la Parroquia y el Área Pastoral para evitar que
haya un cruce de actividades entre un nivel y el otro, asimismo, garantizará
que haya un trabajo conjunto y coordinado entre los diferentes niveles de la
Iglesia local.

Las premisas:

Antes de iniciar un proyecto de trabajo pastoral es necesario tener en claro 4


aspectos muy importantes: ¿A quiénes va dirigido el trabajo? ¿Cuánto tiempo
va a durar? ¿Dónde lo voy a realizar? ¿Quién dirigirá este trabajo?

Lo primero a tomar en cuenta es el público al que vamos orientados, qué tipo


de personas serán las que vamos a servir. Esto es muy importante, porque nos
indicará las primeras pautas para realizar, desde el diagnóstico, un trabajo
direccionado específicamente a las personas que atenderemos según sus
características particulares. Ya sea que se trate de un plan anual de una
Diócesis o de una media jornada de un grupo parroquial es vital reconocer las
personas a las que nos dirigimos.
El tiempo de duración ayuda a delimitar el trabajo y definir qué tan intenso
será. De esta forma tenemos que existen proyectos de corto, mediano y largo
plazo, cada uno utiliza las herramientas que su cronograma le permite. Por
ejemplo, en un plan anual o mensual, puede considerar una jornada o retiro
como una actividad dentro de su proyecto, sin embargo, esta jornada o retiro
tendrá un proyecto propio que indicará la pauta concreta de lo que realizará
dentro de este, esto se verá detalladamente en el cronograma. En el caso de
que se trate de una actividad de un solo día, de pocos, o de fechas con
intervalos, en vez de duración se mencionará la fecha o fechas de la misma.

El lugar hace referencia al espacio geográfico donde será trabajado el proyecto.


Esto nos permitirá definir el tipo de actividades a realizar, ya que el espacio
permitirá entender la capacidad de personas con las que trabajar. En caso de
proyectos de largo alcance como un plan anual de parroquia o pastoral
considerará toda la jurisdicción parroquial como su espacio de trabajo. En
caso de una actividad concisa como jornada o retiro, mencionará el lugar
específico (salón parroquial, templo, casa de retiro, etc).

El responsable del proyecto refiere a quién se hará cargo de dirigirlo, puede


ser una persona o varias, un grupo o pastoral. Hay que recalcar que el hecho
de que alguien asuma la dirección no significa que será quién realice todas las
actividades, sólo dirigirá y asumirá algunas de las responsabilidades más
importantes, se sobreentiende que cuenta con un grupo humano que le
ayudará a realizar cada una de las acciones programadas, según lo proyectado.

Una vez aclarados estos 4 puntos importantes, recién se puede comenzar a


realizar el proyecto de trabajo pastoral. Así, desde el diagnóstico, todo estará
debidamente planteado para su ejecución.

Diagnóstico o análisis de la realidad:

El diagnóstico es la descripción de la situación actual que se quiere afrontar.


Explica detalladamente cuál es la realidad a la que se está enfrentando el
equipo que ejecutará el proyecto de trabajo pastoral.

Esta parte del proyecto es sustentado con todos los factores que sean
necesarios para el éxito del trabajo, estos pueden ser: sicológicos, familiares,
sociales, pastorales, espirituales, etc.

Usualmente el diagnóstico es el resultado de una evaluación juiciosa de la


realidad que ha arrojado un análisis lo más completo posible. Para un
diagnóstico que se acerque lo más que pueda a la realidad, se sugiere utilizar
alguna de estas 4 herramientas básicas:

Observación.- Es un análisis personal, la precisión que tenga dependerá de


lo objetivo que sea la descripción de la realidad. Se debe evitar utilizar
prejuicios personales o suposiciones. También puede ser considerado un
trabajo de observación el análisis de varios integrantes de un mismo grupo,
que, por más que tengan diferentes ideas o posturas, están dirigidos a un solo
público y usan la misma metodología.

Evaluación conjunta o colectiva.- A diferencia de la observación, aquí


convergen diferentes puntos de vista de diferentes tipos de trabajo con
diferentes metodologías, esto enriquece el análisis. Asimismo, las
características de los responsables son diferentes por el tipo de formación que
cada uno recibe de acuerdo al tipo de función que ejerce según el tipo de
persona a la que se dirige. Este método de evaluación suele usarse a nivel de
área pastoral, grupo, parroquia o Diócesis.

Encuesta.- Es el más común. Consiste en elaborar un cuestionario con


preguntas previamente elaboradas que van dirigidas a resaltar una realidad
concreta. Esto significa que las respuestas deben ser lo más precisas posibles,
de preferencia evitar las preguntas con respuestas abiertas, se sugiere usar
preguntas cerradas con alternativas, así podrá tenerse un resultado más
matemáticamente exacto. La muestra debe ser representativa, por lo que
mínimo deberá ser un 40 % de la población a la que se dirige.

Foda.- Es un análisis más elaborado. Aquí se realiza una evaluación bajo 4


criterios base: fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Las
fortalezas son los factores a favor que se tienen, son propios de los ejecutantes
y pueden manipularlos para optimizarlas. Las oportunidades son las
situaciones externas que suceden y que pueden ser favorables para los
ejecutantes, que no tienen forma de manipularlas. Las debilidades son los
aspectos desfavorables o negativos que tienen los ejecutantes para realizar el
trabajo y que pueden manipular, por ello estas deben ser superadas. Las
amenazas son situaciones externas que representan un peligro latente para el
éxito del trabajo.

Para la evaluación se puede utilizar cualquiera de las herramientas


mencionadas o alguna otra que el equipo responsable considere necesaria
(focus group, estudio de opinión, etc). Lo importante al momento de redactar
el diagnóstico es que este debe estar debidamente sustentados evidenciando la
situación problemática que se va a enfrentar.

Si en caso se trata de un proyecto de trabajo que va dirigido a situaciones fuera


de la parroquia –como por ejemplo una jornada abierta a los jóvenes de la
comunidad que puedan estar afectados por una adicción que no participan en
un grupo parroquial y quizás ni tienen vida sacramental- el diagnóstico será
sustentado con un estudio especializado en el área que se quiere enfrentar.

Justificación:

Aquí se explica la necesidad de realizar y ejecutar el proyecto. Sustenta el


motivo por el que es necesario realizar las acciones que en él están plasmadas
para conseguir los objetivos que plantea.

La justificación de un proyecto de trabajo pastoral debe estar recoger las


siguientes fuentes para el sustento:

Biblia.- Es nuestra principal fuente de fe junto con la Tradición Apostólica. Se


necesita como mínimo un versículo bíblico que explique la razón de ser de la
acción pastoral que se plantea en el proyecto.

Magisterio.- De preferencia que sea recogido de un documento reciente del


Papa, ya que está más acorde con la realidad reciente. El magisterio nos
brinda la enseñanza de la Iglesia Católica que es madre y maestra. Es
importante esta parte porque significará que seguimos la línea de nuestra
Santa Madre Iglesia. El documento que más se utiliza para esta fuente es el
Catecismo, sin embargo, también quedan a disposición los documentos
conclusivos de los concilios o sínodos.

Comunitaria o personal.- Esta parte es recogida de la directriz regional,


diocesana o parroquial, es del estamento jerárquico inmediatamente mayor al
que se está trabajando. Es decir, si la Diócesis o la parroquia ha emitido un
documento o pronunciamiento y una parte de este explica la necesidad de las
acciones que se plantean, esta será citada en la justificación. En caso alguno de
los niveles inmediatos (parroquia, Diócesis o Conferencia Episcopal nacional)
no tuviera un documento que indique esto, se recogerá una breve cita del
diagnóstico.
En concreto, la justificación consta de 4 párrafos, uno por cada fuente citada
más una conclusión que profundiza el motivo por el que es necesario realizar y
ejecutar el proyecto de trabajo pastoral.

Cada párrafo, según la fuente que utilice, puede tener una o más citas de esta,
siempre y cuando, refuerce la justificación. La cita mencionada debe precisar
de qué parte específica fue extraída.

Es necesario que la fuente utilizada en la justificación sea debidamente citada


con el uso de las comillas ya que, de no hacerlo, se estaría incurriendo en
plagio. Por ejemplo, en caso de una jornada prematrimonial un breve párrafo
de justificación con cita bíblica sería el siguiente:

Es necesario que los novios estén debidamente preparados para asumir el


sacramento del matrimonio con santidad, el mismo que fue instituido por
Jesucristo cuando indicó: “¿No habéis leído que el Creador, desde el
comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su
padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?
De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios
unió no lo separe el hombre” (Mt 19: 4-6). Por lo que deben ser instruidos
correctamente para seguir este mandato divino.

Objetivos:

Los objetivos indican la acción que se quiere lograr. La finalidad que tendrá el
proyecto, marca el norte del trabajo, hacia dónde está orientado. Esta es la
parte más importante, considerada por muchos como el alma del proyecto, ya
que el correcto planteamiento de los objetivos permitirá que todos los que
trabajen en él sepan qué se quiere lograr.

Un objetivo consta de dos partes fundamentales: el primer enunciado, que


inicia con un verbo en infinitivo o con el “que”, nos explica cuál es la situación
deseada; mientras, la segunda parte, entrelazada a la primera con la expresión
“para que”, nos explica la finalidad de la primera parte, qué finalidad que
tendrá esa situación deseada.

En todo proyecto siempre es necesario que existan dos tipos de objetivos:

General.- El objetivo general menciona la finalidad del proyecto en sí, la gran


acción que se desea alcanzar con todo lo planteado en el proyecto, a lo que está
orientado. Si en caso el proyecto de trabajo pastoral esté iluminado por una
cita bíblica o tema, este podrá recogerlo expresamente. Un ejemplo de objetivo
general en un plan anual para una Pastoral Familiar sería el siguiente:

Incentivar en las familias el sentido de compartir la misericordia de Dios en


sus vidas a través de la constancia en los sacramentos, para que su hogar
sea un testimonio de fe viva y perseverancia en la comunidad.

Específicos.- Los objetivos específicos son redactados en función del


objetivo general. Son acciones concretas que van dirigidas a alimentar y hacer
que el objetivo general sea posible. Los objetivos específicos deben ser mínimo
2 y máximo 5, ya que no debe exceder la capacidad de trabajo del equipo.
Continuando con el ejemplo de la Pastoral Familiar, dos objetivos específicos
serían:

O.E. 1 – Que las familias sientan la necesidad de reconciliarse con Dios


para que puedan vivir plenamente sus sacramentos.

O.E. 2 – Formar familias líderes que sean modelos de paz y amor en la


comunidad para que el reflejo de su actitud sea motivación para más
familias a acercarse a Dios.

Metas:

Si los objetivos son la finalidad del trabajo, las metas son las acciones
concretas que nos reflejarán que se han llegado a ellos. Es la situación
deseada, el hecho objetivo que nos demostrará que hemos llegado al objetivo y
que nuestro trabajo pastoral ha sido un éxito.

En concreto, las metas son los resultados visibles que notaremos en nuestro
público objetivo y que expresarán el éxito del proyecto de trabajo pastoral. Si
al final del proyecto no se llega a las metas significa que no se alcanzaron los
objetivos.

La redacción de la meta va en desiderativo, indicando la situación que se


quiere alcanzar en términos claros y concisos. Es importante que la meta
exprese una cantidad aproximada que ha sido determinada estimando la suma
de trabajos planteados.
La cantidad de metas va en relación a la cantidad de objetivos planteados,
incluyendo el general. Si son 5 objetivos específicos más uno general en total
se proyectarán 6 metas concretas.

Por ejemplo, continuando con el ejemplo del plan anual de la Pastoral


Familiar de una parroquia, las metas serían las siguientes:

M.G. – Al finalizar el año lograremos que los integrantes de unas 50


familias más concurran juntas a los sacramentos de la reconciliación y la
Eucaristía.

M.E. 1 – Observaremos como es que los integrantes de las familias se


acercan juntos, por lo menos una vez cada dos meses, al sacramento de la
reconciliación.

M.E. 2 – Las familias que participan en la parroquia serán capaces de


superar sus conflictos internos con prontitud y de forma adecuada siguiendo
las enseñanzas de la Iglesia, y serán capaces de instruir a más familias sobre
cómo solucionarlos.

Metodología / Herramientas:

La metodología o herramientas, menciona las acciones que tendrán más


impacto en lo planificado. En algunos casos utilizan el enunciado “mediante”,
porque son los medios o instrumentos de trabajo a utilizar para alcanzar el
objetivo.

Por ejemplo, en un plan anual de catequesis de jóvenes, el enunciado


mediante enlistaría lo siguiente:

 Dinámicas de integración.
 Paseo de integración.
 Acompañamiento a la comunidad.
 Charlas participativas.
 Jornadas formativas.
 Encuentros juveniles.

Mientras tanto, en el caso de un encuentro eucarístico juvenil de un día el


mediante expresaría lo siguiente:

-Dinámicas de animación e integración.

-Charla formativa.

-Participación en misa.

-Adoración al Santísimo.

Cronograma:

El cronograma de actividades expresa las diferentes acciones que serán


realizadas a lo largo del proyecto de trabajo pastoral para alcanzar los
objetivos y realizar las metas.

Es un recuadro que dice el momento exacto, cuál será la acción, la describe


muy brevemente y delega al responsable más idóneo para esta. El responsable
de la acción debe estar al tanto de lo que le corresponde hacer para que la
prepare con tiempo y evitar improvisaciones.

Si se trata de un proyecto anual o mensual, considerará las actividades de los


niveles inmediatamente superiores. Mientras, si se trata de una actividad
breve como una jornada o retiro, será de los momentos detallados y su
duración.

Por ejemplo, el cronograma de la mañana del encuentro eucarístico juvenil


antes mencionado será:

Hora Actividad Descripción Responsable


8:00a.m. Acogida Recibir a los participantes Equipo de acogida

8:10a.m. Animación Alabanzas y dinámicas Equipo de animación

8:20a.m Oración Oración de la mañana Hno. ………………

8:25a.m. Presentación Dar la bienvenida al ponente Hno. ………………

8:30a.m. Tema La Eucaristía en la vida del joven Ponente

11:00a.m. Misa Misa Todos

Cuando se trata de actividades concretas y detalladas de un día, el horario


suele ser referencial y siempre es necesario considerar de 5 a 15 minutos de
margen por situaciones imprevistas que puedan suceder.

Es necesario considerar el tipo de actividades que se van a realizar y la


frecuencia con que se ubican, ya que actividades muy pesadas demasiado
juntas agobiarán a los participantes, mientras que actividades muy ligeras y
distantes terminarán fomentando una participación light en la Iglesia.

Requerimientos:

Los requerimientos son los requisitos necesarios que se utilizarán a lo largo


del proyecto para la ejecución exitosa de este. Dentro de estos se consideran
tanto objetos como personas.

En el caso de proyectos a largo plazo se referirá a áreas o comisiones concretas


que deben funcionar como logística, temática, difusión, ambientación, etc.
Considera todas las necesidades que hay para que las actividades
determinadas sean ejecutadas adecuadamente.

En el caso de proyectos para actividades concretas, serán considerados los


materiales como papelotes, plumones, proyector con ecran, pizarra, etc.
Considera todos los objetos que utilizará a lo largo de la acción.
Los requerimientos deben considerar todo lo necesario para que se llegue a un
trabajo efectivo y, de ser posible, contemplará la posibilidad de alternativas de
respaldo en caso algo falle.

Evaluación:

El último punto del proyecto es la evaluación. Esta se realiza al finalizar su


ejecución y debe contemplar los aspectos positivos y negativos que hayan
sucedido durante el proceso de la misma.

En la evaluación todos los responsables deben dar sus apreciaciones sinceras


sobre lo que ha sucedido y manifestar con detalle y precisión cada
acontecimiento que considere importante.

Asimismo, también se debe considerar la opinión de los participantes que han


vivenciado lo que estaba planteado en el proyecto. Ellos tienen una visión
diferente pues, al estar de frente al trabajo realizado, explicarán la parte
completamente vivencial que los responsables suelen tener junto con el
compromiso de ejecutar las acciones.

Los resultados que salen de una evaluación deben ser recogidos en un


documento que debe ser repartido a todos los responsables para que tengan
las consideraciones necesarias en la próxima actividad.

Renzo I. Chávez L.

Docente

2016

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