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TEMA 36 y 37
EL DOLO Y LA VIOLENCIA
Participante
Ramírez B. Carlos Enrique
CI V-27.566.569
Facilitador
Abg. Marcos Aranguren
Abril 2021
En Derecho, se denominan vicios de la voluntad, vicios del
consentimiento o vicios de los actos voluntarios a ciertos defectos congénitos de
ellos, susceptibles de provocar la invalidez de los actos que los padecen. En el
Dolo este lo podemos definir el dolo como un engaño, fraude o simulación que se
da por una manifestación de la voluntad maliciosa que persigue deslealmente el
beneficio propio y/o el daño de otro al realizar cualquier acto o contrato, valiéndose
de artimañas o de la ignorancia ajena, pero sin la intervención de ningún tipo de
fuerza ni de amenazas, para conseguir dicho engaño.
1. El elemento intelectual
2. El elemento volitivo.
Que el dolo no haya sido empleado por las partes contratantes En el caso
de dolo por ambas partes suele hablarse de compensación de dolo para
poner de manifiesto que el de una parte anula o compensa la relevancia del
dolo de la otra parte.
Se basa en que en este último el vicio nace del propio declarante equivocado sin
participación de ninguna otra persona; en tanto que el dolo, el vicio es causado por
otro sujeto del acto mediante una acción o una omisión pendiente a inducir al
primeros que cometa el error, por eso se dice que el dolo es un error provocado
por uno de los celebrantes o un tercero, contra el declarante se trata pues de un
engaño contra el que manifiesta su voluntad.
La Violencia
Es un Vicio de la voluntad que tiene lugar cuando, para arrancar
el consentimiento de una persona, se emplea fuerza irresistible. En el Derecho
Civil es un echo que puede inspirar un temor tal, que la víctima da
su consentimiento a algo que, de no ser asi, no hubiese aceptado. Es uno de los
vicios que pueden afectar al consentimiento contractual. Consiste en el empleo de
la fuerza física por cualquiera para obtener el consentimiento del contratante,
quedando así afectada la libertad de exteriorizar su voluntad.
Tanto en el caso de que la fuerza empleada haya sido irresistible (vis
absoluta), como en el caso de que la violencia dejara margen a una
cierta libertad (vis compulsiva), se entiende que existe consentimiento, aunque
viciado. Por tanto, hay contrato válido y eficaz, en principio; pero, dentro del plazo
legal, que se empieza a contar desde que cesa la violencia, podrá anularse
el contrato. Pasado el plazo sin impugnarse, aquél devendrá definitivamente
eficaz. Las Condiciones estan establecidas en el Art 1151, 1152.
La violencia debe ser determinante:
Debe causar un justo temor en el sujeto de exponer sus bienes o su
persona a un mal notable. La apreciación del juez oscila entre dos polos:
Un criterio de apreciación en concreto cuando el legislador ordena que el
juez atienda a la edad, sexo y condición de la persona víctima de la
violencia. Y un criterio de apreciación en abstracto cuando el juzgador debe
analizar si el acto constitutivo de violencia es capaz de impresionar y causar
un justo temor a una persona sensata.
La violencia puede estar dirigida contra la persona o los bienes de su
cónyuge, ascendientes y descendientes o aun de otras personas allegadas.
La violencia debe ser injusta. Es decir viola el ordenamiento jurídico o las
buenas costumbres, o abuso del derecho.
Caracteres:
Puede ser una de las partes contratantes o bien un tercero que hubiera ejercido la
violencia con o sin el consentimiento de aquella.
Efectos:
Configura un vicio del consentimiento capaz de producir la anulabilidad del
contrato.
Constituye un hecho ilícito capas de comprometer la responsabilidad civil
extracontractual de su autor. 1185 CC.
Las Diferencias entre el dolo y violencia establecemos que
El dolo es considerado autentico vicio del consentimiento, en la doctrina se
discute a cerca de la naturaleza de la violencia ya que algunos autores establecen
que la violencia no vicia al consentimiento sino que lo destruye. Y para que dolo
proveniente de un tercero produzca la anulabilidad del contrato es necesario que
se hubiese efectuado con el conocimiento de la otra parte contratante, mientras
que la violencia emanada de un tercero produce la anulabilidad del contrato aun
cuando la otra parte contrante no tenga conocimiento de que ella se haya
producido.