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Laura Osorno Bedoya
Ecosistema de Ciénaga.
Según la [ CITATION Aut \l 9226 ] un ecosistema se define como “un complejo dinámico de
comunidades vegetales, animales y de microorganismos en su medio no viviente que
interactúan como una unidad funcional materializada en un territorio…”, de allí se puede inferir
que es “una superficie de terreno heterogénea compuesta por un conjunto de ecosistemas
que se repite de forma similar en ella” (Rodríguez et al., 2004). En este tipo de sistemas, los
límites son de gran importancia debido a las entradas y salidas que permiten que este sea
funcional.
Nuestro ecosistema de interés es el bosque húmedo tropical; este se caracteriza
principalmente por la presencia o influencia de dos tipos de climas, cálido húmedo y cálido
muy húmedo, el resto del área de estudio cuenta con una variedad muy diversa de climas.
El zonobioma húmedo tropical del magdalena-caribe se encuentra principalmente sobre tres
unidades geomorfológicas lomeríos, piedemontes y planicies. En cuanto a cobertura vegetal,
se encuentran pastos, bosques naturales, vegetación secundaria, y áreas agrícolas con
cultivos anuales o transitorios. Por otra parte, el helobioma del Magdalena-Caribe, tiene
presencia de tres tipos de clima, cálido seco, cálido húmedo y cálido muy húmedo, la zona se
encuentra principalmente sobre planicies y valles aluviales, predominan pastos, aguas
continentales naturales, bosques naturales, vegetación secundaria y áreas agrícolas con
presencia de cultivos. Por lo tanto, en el área de estudio se encuentran: Pastos 71%,
Vegetación secundaria 12%, 8% del área total, sin identificar 9%. [ CITATION COR15 \l 9226 ]
Además, se tiene la presencia de 8 tipos diferentes de ecosistemas, donde es más común
encontrar Pastos del zonobioma húmedo tropical del Magdalena y Caribe correspondientes a
un 71% del terreno, equivalente a un espacio aproximado de 7.455,9 hectáreas. El segundo
más común en presentarse es la vegetación secundaria del zonobioma húmedo tropical del
Magdalena y Caribe correspondiente a un 12% del terreno, equivalente a 1.253,5 hectáreas,
y, por último, con una menor participación está el Bosque natural del zonobioma húmedo
tropical del Magdalena y Caribe correspondiente a un 8% del terreno, equivalente a 853
hectáreas.
Flora
A pesar de la obvia transformación del paisaje a causa de actividades humanas tales como
minería, agricultura, ganadería o instalación de infraestructura, en la zona se encuentran 85
especies, 72 géneros y 33 familias botánicas, eso habla de la gran capacidad de resiliencia
que tienen estos ecosistemas, brindando información que puede ser muy útil al momento de
tomar decisiones con respecto a las medidas de restauración, conservación o protección de
estos bosques.
Las familias con mayor representación respecto al número de especies son: Fabaceae (16),
Malvaceae (6), Salicaceae (5), Rubiaceae (5), Euphorbiaceae (4), Myrtaceae (4), Moraceae
(4), Arecaceae (3), Bignoniaceae (3), Melastomataceae (3), Sapindaceae (2), Meliaceae (2),
Lecythidaceae (2), Anacardiaceae (2), Clusiaceae-2, Rutaceae-2, Solanaceae-2 [ CITATION
Cor04 \l 9226 ] [ CITATION COR15 \l 9226 ]
Fauna
Anfibios y reptiles: Se registran un total de 12 especies en la zona, 5 correspondiente a
anfibios y 7 a reptiles, donde la especie más abundante en la zona es el basilisco o salta
arroyos con 25 individuos avistados. En segundo lugar, se encuentra la iguana con 22
avistamientos. También se observaron 18 individuos de caimanes o babillas. Cabe resaltar
la presencia de hicoteas y babillas, ya que estos son cazados para consumo humano,
además de estar siendo presionados por la degradación y contaminación de los cuerpos
de agua en los que habitan. En los bosques, se pueden reconocer 23 especies de anfibios
y 21 especies de reptiles.
Peces: Se registran en total 29 especies de peces en la ciénaga Colombia y en las fuentes
hídricas cercanas, se lograron identificar a 23 especies, mientras que las otras 6
permanecen a nivel de género. De las especies encontradas, 19 se encontraron
directamente en la ciénaga y en el rio Man, el resto se identificó en cuerpo de agua
aledaños. Characiformes y Siluriformes son los órdenes más diversos en la zona.
Characidae, Loricaiidae y Pimelodidade son las familias más representativas.
Aves: Se registran en total 110 especies de aves. 30.9% de las especies, son totalmente
dependientes del ecosistema. 69.1% corresponde a especies de aves terrestres, que no
dependen totalmente del ecosistema.
La riqueza aviar de la Ciénaga Colombia, corresponde al 16% que se puede encontrar
en la región Caribe, dado que en la zona hay presencia de dos especies sumamente
importantes para la conservación, El Chavarrí y el Tinamú del Magdalena.
Mamíferos: Los mamíferos identificados en la zona se encuentran informados con su
nombre común: Manatí, Nutria, Chigüiro, Apache, Chucha de Agua, Oso perezoso (de dos
y tres uñas), Cusumbo Solo, Perro de monte, Puerco Espín, Armadillo, Venado sin
cuernos, Oso hormiguero, Tamandúa, Tigrillo, Gato de monte, Zorro, Saíno, Guagua,
Ñeque, Ardilla, Conejo, Chucha, Mono aullador, Mono Cariblanco, Martica, Tití, Marteja
[ CITATION Cor04 \l 9226 ] [ CITATION COR15 \l 9226 ]
Servicios ecosistémicos
“Los servicios ecosistémicos son únicamente aquellos procesos ecológicos que se incorporan
en la producción de los productos y servicios que usa la gente. Es decir, se procura separar
los SE que surgen o están disponibles por la acción de la naturaleza, de los beneficios que la
sociedad obtiene de ellos a partir de alguna acción o intervención específica.” (Boyd, 2007)
Abastecimiento:
o Alimentación: pesca, caza, ganadería, agricultura.
o Agua dulce: agua para consumo humano, agua para ganado, agua para
agricultura.
o Materia prima: Madera para leña.
o Relacionado con las plantas: medicina natural.
o Transporte: transporte fluvial.
Cultural:
o Didáctico: conocimiento ecológico local.
o Disfrute: belleza del paisaje, recreación, ecoturismo.
o Identidad: patrimonio cultural e histórico, sentido de pertenencia.
Regulación:
o Ciclos: regulación de temperatura, regulación hídrica, polinización, retención de
suelo.
o Prevención: amortiguación de inundaciones, prevención de plagas.
o Sumidero: purificación del agua, purificación del aire.
[ CITATION Ins18 \l 9226 ]
Perturbaciones presentes
Directas:
o Cambios en el uso del suelo para actividades no recomendadas como explotación
minera.
o Cambio en las dinámicas del agua para actividades de dragado minero.
o Alteración de la estructura edáfica aledaña a la ciénaga.
o Fragmentación de las zonas boscosas para construcción de infraestructura de
operación minera.
o Contaminación de los efluentes con químicos.
o Cambios en la cobertura vegetal por reforestación.
o Muerte de especies animales por contaminación de cuerpos de agua.
o Muerte de especies animales por destrucción o eliminación de su hábitat.
o Disminución de alimento para la población humana.
o Alteración de cadena trófica.
o Degradación del terreno.
o Erosión del suelo por actividades de remoción de suelo y dragado.
o Compactación de los suelos por el uso de maquinaria pesada y paso constante de
vehículos.
o Alta fragmentación de los ecosistemas.
o Fragmentación de coberturas boscosas.
o Pérdida de conectividad entre bosques, especies allí pertenecientes y sus
respectivos ecosistemas.
o Transformación de ecosistemas.
o Contaminación del agua por usos inadecuados y concentrados en las zonas de
retiro de la ciénaga.
o Invasión de zonas de retiro de la ciénaga.
o Deforestación y aislamiento de árboles.
Indirectas
o Afectación del cuerpo de agua por mal drenaje.
o Afectación del cuerpo de agua por mal manejo hidráulico.
o Aumento en las actividades de caza y pesca por encima de los umbrales de
resiliencia y recuperación.
o Aumento en las actividades mineras por encima de los umbrales de resiliencia y
recuperación.
o Dificultad para la conservación de la biodiversidad en el zonobioma (suelos
característicos dentro de la vegetación zonal) húmedo tropical del Magdalena y el
Caribe.
o Inundación por cambio en las dinámicas del agua para la explotación minera.
o Ganadería extensiva.
o Especies pasan a ser vulnerables.
o Disminución de la calidad del aire.
o Pérdida de corredores ecológicos.
o Aumento en emisiones de GEI.
o Acidificación de cuerpos de agua.
o Potencial aumento de lluvia ácida.
o Pérdida de humedales.
o Pérdida de fertilidad del suelo.
o Transformación del paisaje.
o Disminución de los servicios ecosistémicos prestados por la ciénaga.
o Disminución de interrelaciones entre especies.
o Pérdida (extinción) de especies endémicas.
o Desplazamiento de especies para búsqueda de alimentos.
o Desplazamiento de especies para búsqueda de anidación.
o Aumento en la sedimentación.
o Dificultad en la consolidación y conservación de zonas boscosas primarias.
Agua: El más importante de los ciclos dentro de un humedal, pues la presencia del agua
supone un medio importante que está relacionado con los demás ciclos biogeoquímicos
que suceden en el ecosistema. Sin la presencia del agua, las dinámicas de los seres vivos
del lugar cambiarían drásticamente, pues están acostumbrados a las condiciones que se
presentan en el ecosistema. De esta manera, la hidrología controla las características
biogeoquímicas de los humedales, incluidas las propiedades físicas, químicas y biológicas
del suelo, la productividad de las comunidades bióticas y la calidad del agua. Los
humedales, por sus características, poseen un movimiento de agua bastante lento,
principalmente dado por los procesos de lluvia y evapotranspiración, además de las
entradas y salidas que supone el movimiento de aguas subterráneas, como los
movimientos de agua que se den en la superficie, como la escorrentía. (Naranjo et al.,
1999).
Carbón: El ciclo del carbón es muy importante cuando se habla de humedales, pues,
aunque estos ecosistemas tan solo conforman el 6% total de la superficie del planeta,
representan un sumidero de carbono terrestre equivalente al 68% de las reservas de
carbono del suelo terrestre. (Schlesinger, 1997). En este tipo de ecosistemas, los
principales actores con respecto al ciclo del carbono son las plantas, pues al comparar el
promedio de la producción primaria neta con otros ecosistemas, se encuentra que los
humedales están por encima incluso de los bosques tropicales. (Houghton & Skole, 1990);
en este sentido, las dinámicas que suceden con respecto al carbono están directamente
influenciadas por el comportamiento de los productores. Usualmente, en un humedal, el
carbono se mueve de la siguiente manera: inicialmente, el carbono está presente en la
atmósfera como CO2, CH4, CO y compuestos orgánicos volátiles, parte de ese carbono es
captado por los productores mediante procesos de fotosíntesis, donde pasan a actuar
como reservorios de carbono. Durante el ciclo de vida de las plantas, en especial las de
mayor envergadura, partes de su estructura van cayendo al suelo, como ramas u
hojarasca, que de igual forma que el cuerpo principal un tiempo después, comienzan
procesos de descomposición, que acumulan el carbono presente en el suelo, como en los
cuerpos de agua, en forma de carbono inorgánico disuelto, carbono orgánico disuelto,
carbono orgánico particulado y en la biota marina. (Reddy & DeLaune, 2008). Finalmente,
tanto la descomposición de la biomasa, como el carbono disuelto en el agua, generan
emisiones a la atmosfera; se dice que el 3% de la producción neta en los humedales se
vuelve a emitir a la atmósfera como metano (Whiting & Chanton, 1993).
Nitrógeno: En un humedal, los flujos constantes de nitrógeno entre el suelo y el agua son
muy importantes para entender el ciclo de este elemento, pues es el lugar donde se llevan
a cabo los procesos de mineralización y nitrificación, claves para la asimilación del
nitrógeno por las plantas. El ciclo del nitrógeno consta de 5 partes fundamentales, la
primera de ella es la fijación, la cual consiste en la incorporación del nitrógeno atmosférico,
a las plantas, gracias a algunos microorganismos; esta fijación se da por medio de la
conversión de nitrógeno gaseoso (N 2) en amoniaco (NH3) o nitratos (NO3). (Mayz-Figueroa,
2004). La segunda fase es la ya mencionada nitrificación o mineralización, la cual consiste
en que las bacterias del suelo convierten el amonio en nitrito (NO 2), para que luego otra
bacteria del suelo oxide el nitrito en nitrato (Cabrera, 2007). Le sigue la asimilación del
nitrógeno por las plantas, lo cual ocurre cuando estas absorben a través de sus raíces
nitrato (NO3) o amoniaco (NH3), que son formados en fases anteriores, luego, cuando los
animales consumen partes de la planta, ese nitrógeno pasa a sus cuerpos y se convierte
en compuestos animales. El cuarto paso es la amonificación, que se genera a partir de los
desechos de los organismos vivos, o de la descomposición de estos, que gracias al trabajo
de las bacterias presentes en el suelo y en el agua, se libera ese nitrógeno al medio, bajo
la forma de amoniaco (NH3) (Videla et al., 2005). La fase final consiste en la
desnitrificación, donde sucede la reducción de los nitratos (NO 3) a nitrógeno gaseoso (N2),
y amonio (NH4+) a amoniaco (NH3), que son llevadas a cabo por bacterias que revierten la
acción de las fijadoras de nitrógeno, regresando el nitrógeno a la atmósfera en forma
gaseosa. (Reddy & DeLaune, 2008).
Azufre: De forma general, el azufre participa en varios procesos biogeoquímicos
importantes, como la reducción de sulfatos, la formación de pirita, el ciclo de los metales,
el transporte de energía y las emisiones atmosféricas de azufre. Para el caso específico de
los humedales, el azufre está presente tanto en formas inorgánicas (pirita, hierro y sulfuro
de hidrógeno, sulfato y azufre elemental) como en formas orgánicas (tejido vegetal animal
y microbiano). Los procesos de transformación del azufre están ligados a las dinámicas del
carbono y el oxígeno dentro el ecosistema; a través de procesos de mineralización,
reducción y oxidación, que generalmente suceden en intercambios entre el agua y el
suelo, lo que significa que el azufre se mueve en medios tanto aerobios, como anaerobios,
y finalmente, este elemento termina en deposiciones al suelo o en intercambios con la
atmosfera (Reddy & DeLaune, 2008).
Oxigeno: Los humedales se caracterizan por una variedad de condiciones que presentan
al suelo en estado drenado o inundado; dependiendo del régimen hidrológico y del periodo
de tiempo, los suelos alternan entre este par de condiciones, lo cual, a su vez, también
regula el intercambio de gases entre la atmósfera y el suelo. Las reacciones
biogeoquímicas más importantes que involucran gases son: la respiración microbiana y
vegetal, que consume oxígeno y produce dióxido de carbono; durante el día, las algas y la
vegetación acuática sumergida en la columna de agua consumen dióxido de carbono y
producen oxígeno mediante la fotosíntesis, además de la respiración del suelo, que
consume oxígeno y produce dióxido de carbono durante la noche y el día. Cuando los
suelos están en estado seco, la mayoría de los poros del suelo están llenos de aire y están
interconectados con la atmósfera, lo cual permite un intercambio rápido de gases, incluido
el oxígeno, entre la atmósfera y los espacios porosos del suelo. En estos casos, el flujo de
oxígeno siempre proviene de la atmósfera al suelo porque la concentración de oxígeno en
los espacios porosos del suelo es menor que en la atmósfera, mientras que el flujo de
dióxido de carbono siempre proviene del suelo a la atmósfera porque la concentración de
dióxido de carbono en los poros del suelo es típicamente más alta que en la atmósfera.
Cuando los suelos se inundan, los poros del suelo se llenan de agua y el oxígeno disuelto
presente se consume durante la respiración microbiana. En estas condiciones, el oxígeno
se introduce en el perfil del suelo del humedal por difusión y flujo masivo a través de aguas
de inundación y plantas. La concentración de oxígeno en las aguas de inundación varía
tanto espacial como temporalmente y, a menudo, está presente en niveles de saturación
durante el período fotosintético. La posterior difusión de oxígeno en el perfil del suelo
depende de las características del suelo y de la concentración de especies demandantes
de oxígeno. (Reddy & DeLaune, 2008).
Para hablar de romper los ciclos biogeoquímicos, es necesario establecer primero de qué tipo
de ciclo se está hablando, si se habla de los rápidos, el termino de romperlo tiene sentido,
pero si se habla de los ciclos lentos, la perturbación no tiene la capacidad de romperlos. Para
los ciclos rápidos, la perturbación es capaz de afectar los ciclos previamente mencionados,
pero, sobre todo, el ciclo del agua, pues se ha demostrado que la minería aluvial en la zona
tiene perjuicios sobre los cuerpos de agua, secándolos o degradándolos a un punto donde
ciertas dinámicas desaparecen, cortando el ciclo del agua, pues no habría evapotranspiración,
causando que la única salida de agua del sistema sea a través de movimientos subterráneos,
que en ciertos casos no es tan determinante.
Propuesta de restauración
La hidrología de la región compuesta por el Río Nechí, sus afluentes y el complejo cenagoso
que lo circunda, unida a las áreas boscosas propias de bajos de inundación y a la fauna
asociada a los ecosistemas, son los componentes mayormente afectados por el desarrollo del
proceso productivo de extracción de oro realizado por Mineros S.A. y de la minería ilegal,
convirtiéndose en los focos principales hacia donde se dirigen todos los esfuerzos de
recuperación ambiental que se identificaron a lo largo de este trabajo.
Las especies anfibias como tortugas, babillas y nutrias dependen del borde de la ciénaga para
la regulación de su temperatura, y también de material vegetal, frutos, flores y retoños (en el
caso de los herbívoros) o especies pequeñas como lagartijas y ranas (en el caso de los
carnívoros) para su alimentación. Esto marca una gran diferencia en el proceso de
restauración, pues las interacciones en el borde de la ciénaga, permiten mayor diversidad
biológica, control de población, y un constante abono para el suelo, traducido en un posterior
enriquecimiento del mismo, ya que la presencia de animales significa la presencia de heces,
con alta carga de materia orgánica, incluso semillas que ayudan con el proceso de
reforestación, además con el paso constante de los animales, se genera una compactación
ligera del suelo que afianza las coberturas vegetales, y la penetración en el suelo de frutos y
semillas que caen de los árboles, generando una influencia positiva en la cadena trófica. La
presencia de estas especies, a largo plazo aporta al establecimiento de conectividad entre
cuerpos de agua y drenajes.
La transición entre el hábitat terrestre y el hábitat acuático tiene gran relevancia para las aves,
pues muchas de estas suplen prácticamente todos sus requerimientos de hábitat en las áreas
de vegetación e inundación colindantes con la orilla de la ciénaga.
En cuanto a las aves, juegan un papel muy representativo en la reposición del ecosistema de
ciénaga pues establecen una interacción entre varios ciclos biogeoquímicos y sus efectos a
mayores escalas, pues para alimentarse, las aves (dependiendo de su tamaño) suelen buscar
pequeños peces, crustáceos, ranas, renacuajos e insectos acuáticos y esto hace que se
reciclen nutrientes, llevando por ejemplo fósforo desde las especies productoras hacia las
especies consumidoras.
La distribución no aleatoria de las aves también tiene influencia con la restauración porque
donde se encuentran estas especies garantiza el encuentro con otras especies y el
afianzamiento de una zona, que paulatinamente se va extendiendo hacia el exterior,
posibilitando mayores opciones de alimentación, supervivencia y reproducción de las
especies, y a la vez mayor capacidad de restauración del ecosistema.
La inclusión invertebrados en diferentes etapas de desarrollo en los procesos de
recuperación, garantiza parte del alimento para las aves, anfibios y reptiles con los que
comparten hábitat, ya que son consumidores primarios, además de que contribuyen a la
filtración de material suspendido en la columna de agua y al reciclaje de nutrientes gracias a
su actividad trófica.
Con respecto al proceso de monitoreo y seguimiento, el factor principal a tener en cuenta es
un seguimiento constante de presencia y ausencia de especies. Por ejemplo, la presencia de
Paujil en el entorno que se está recuperando y restaurando positivamente.
También debe realizarse un control constante de que se esté presentando la interacción entre
especies con un correcto ensamblaje entre grupos funcionales del ecosistema, buscando
como mínimo la presencia de un individuo, pero siempre procurando que aumente esta
presencia. Esto puede lograrse mediante el uso de cámaras, visitas a campo, registro de
avistamientos y control de comportamiento hídrico, este último en especial es de gran
atención porque cuando varía la diversidad batimétrica, o suben los niveles de agua, algunos
sistemas se fragmentan, o al disminuir los niveles algunos sistemas se expanden.
El monitoreo también es una estrategia básica para verificar el correcto funcionamiento de las
medidas anteriormente mencionadas, busca lograr potenciarlas acorde al comportamiento que
se vaya presentando, haciendo que la restauración tome un carácter dinámico y abierto con
respecto al sistema. Esto permite aumentar la comprensión de los ecosistemas y así mejorar
los modelos planteados inicialmente en horizontes más amplios que posiblemente no hayan
sido captados inicialmente, porque se establecen relaciones entre la información suministrada
por la línea base y la información recolectada durante el desarrollo de la restauración.
Esta medida busca mantener la continuidad a largo plazo del manejo ambiental eficiente y
efectivo, asegurando el cumplimiento normativo y los requerimientos legales y ambientales;
puede ser lograda con ayuda de diferentes estrategias como las visitas a campo, el
acompañamiento y vigilancia de las autoridades ambientales, la ayuda por parte de la
comunidad del parea de influencia, marcación y rastreo de especies el uso de fotografías
aéreas, teledetección y mapas topográficos.
Conclusiones
En las zonas donde se realizan actividades productivas como la minería es necesario
considerar específicamente el tipo de extracción que se va a usar y las condiciones
iniciales del medio ambiente y la población, pues de esto dependerán los planes de
restauración y manejo ambiental, debido a que existen muchas variaciones que pueden
modificar la eficiencia de estos.
La extracción legal de minerales, especialmente cuando se trata de oro por técnicas
aluviales, normalmente deja a su paso la oportunidad para la minería ilegal, pues las
tierras removidas dan la oportunidad a mineros artesanales de obtener beneficio;
situaciones como esta normalmente no son previstas ni consideradas en los planes de
restauración, debido a que están por fuera de las obligaciones legales de las empresas,
eso hace necesario un gran énfasis en la comunicación y cercanía con la comunidad, para
que dichos planes puedan ser efectivos y poder llevar la zona afectada a un estado similar
o igual al de antes de ser perturbada.
En los planes de restauración, hasta el más mínimo detalle que hace parte de los ciclos
biogeoquímicos es de gran importancia, porque el mismo hecho de hacer parte de un ciclo
indica que hay un sin número de interconexiones ecológicas que pueden verse afectadas,
por lo tanto, el cuidado al detalle y un análisis extenso de cada particularidad es la única
forma de llevar estos procesos a buen término.
Las acciones de monitoreo y la garantía de capacidad autogénica son los mejores
indicadores para concluir que un plan de restauración ha sido efectivo, pues es lo que
determina que el ecosistema va a tener la capacidad de seguir en un funcionamiento
estable y equilibrado a largo plazo.
Referencias
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