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SENSORES

Da igual que sea réflex o compacta, el sensor es el corazón de nuestra cámara, la meta. Todo lo
que hacemos para capturar una buena foto, desde el momento en que encuadramos hasta el
momento del disparo, todo son acciones y pasos que persiguen un único fIn: conducir la luz (la
imagen) exterior hacia el sensor de la cámara.

El sensor, como su nombre indica, es un elemento «sensible» dentro de nuestra cámara, aquello
sobre lo cual se proyecta la luz dibujando una imagen que representa lo que nuestra cámara ve.

El sensor es para las cámaras de fotos digitales como la película o carrete que usábamos en las
cámaras de fotos analógicas. La diferencia es que en las cámaras analógicas había que cambiar la
película mientras que en las digitales el sensor es fijo y no requiere ser cambiado. Podemos
«proyectar» sobre él tantas fotos digitales como queramos, pues para almacenar la foto ya
tenemos la tarjeta de memoria.

El sensor de tu cámara es una especie de pequeño chip compuesto por millones de componentes
sensibles a la luz, llamados píxeles. Esos millones de píxeles tienen que estar siempre a oscuras, y
tan pronto como se le exponga a la luz ellos la capturan, por eso son sensibles. Gracias a que
capturan esa luz, obtenemos la imagen.

TECNOLOGÍA DE LOS SENSORES

Los sensores se pueden clasificar según su tecnología, y el de tu cámara seguramente pertenezca a


uno de los siguientes tipos de sensores:

CCD y Super CCD

CCD RGBE

CMOS

Foveon X3

Aunque en realidad los 2 tipos de sensores más expandidos o populares son el CCD y el CMOS.

No te quiero maltratar con una serie de especificaciones técnicas sobre cada uno de estos
formatos, porque creo que te serán irrelevantes. Lo que sí conviene que conozcas es que los
sensores del tipo CCD fueron los primeros en usarse, pero en la actualidad la mayoría de las
cámaras están usando sensores CMOS. Pues se descubrió que esta nueva tecnología llamada
CMOS permitía la creación se sensores que consumían mucha menos batería y a la vez permitían
un procesamiento de la imagen mucho más rápido. Por otro lado, a las fábricas les resulta mucho
más económico fabricar un sensor CMOS que uno CCD.

En cuanto a calidad de la imagen, en el pasado los CCD ofrecían mejor calidad de imagen, pero con
el tiempo los CMOS alcanzaron ya esa calidad.
EN LOS SENSORES. ¿IMPORTA EL TAMAÑO?

Sí. Importa y mucho. Yo cuando voy a comprar una cámara de fotos digital ya sea réflex o
compacta casi lo primero que observo es el tamaño del sensor. Él determinará la calidad de la
cámara y por consiguiente la de las fotos.

Para no liarte con terminología y explicaciones abstractas, te dejo a continuación la lista de los
tamaños de sensores más comunes. Están ordenados del de mayor al de menor tamaño. La regla
que quiero que recuerdes para siempre es fácil: cuanto más grande sea el tamaño del sensor,
mejor.

Sensor Full Frame, conocido también como sensor 35mm. Dimensiones: 36x24mm

Sensor APS-H. Dimensiones: 28,7x19mm

Sensor APS-C (usado en las Nikon, Pentax y Sony). Dimensiones: 23,6×15,7mm

Sensor APS-C (usado en las Canon). Dimensiones: 22,2×14,8mm

Sensor Foveon (usado en las cámaras Sigma). Dimensiones: 20,7×13,8mm

Sensor Micro Cuatro Tercios. Dimensiones: 17,3x13mm

[… otros sensores más pequeños…]

Actualización: Muy acertadamente, Álvaro me pregunta (abajo en los comentarios) que si el


tamaño del sensor viene especificado en las cámaras compactas. Aquí recomiendo lo siguiente:
intentar averiguar el tamaño del sensor en la caja de la cámara, si no viene intentar verlo en la
descripción de la cámara en la Web de la tienda (por ejemplo, Fnac.es), si no viene tampoco ahí
recomiendo buscar en Webs especializadas donde vengan todas las características de la cámara.
Una buena Web para este efecto es la famosa dpreview donde analizan al detalle cualquier
cámara indicando casi siempre el tamaño de su sensor.

Por otro lado, en cuanto a tamaños de cámaras digitales compactas suele haber 3 tamaños que
son los más expandidos y que son los siguientes, de mayor a menor:

1/1,7″ (7,6 x 5,7mm)

1/1,8″ (7,18 x 5,32 mm)

1/2,5″ (5,76 x 4,29 mm)

Espero que esta info sirva.


Antes de continuar, una cosa rápida que te podría interesar: acabamos de lanzar FOTOGRAFÍA SIN
SALIR DE CASA, un nuevo formato digital con el que ponemos a tu disposición 101 ejercicios de
fotografía que podrás practicar desde la comodidad de tu casa. Ahora que estamos de
confinamientos y con esta situación un poco rara, quizás quieras echarle un vistazo (disponible
aquí).

Dicho esto, volvemos al asunto...

Nota: Conviene que conozcas que el tamaño del sensor afecta, además de la calidad de la imagen,
a la distancia focal del objetivo. Cuando compramos un objetivo por ejemplo de 18-55mm y lo
usamos a 18mm, en realidad sólo son 18mm si tenemos un Sensor Full Frame (el primero de la
lista de arriba, el grandote). Si el sensor es más pequeño entonces la distancia focal real no será de
18mm sino mayor, a lo mejor de 27mm o por ahí, y así vamos, cuanto más pequeño sea el sensor,
mayor distancia focal real obtendremos. Esto es un inconveniente si buscamos una fotografía de
gran angular, pero es toda una ventaja si lo que queremos es un teleobjetivo de enorme zoom.
Pues con un 200mm obtendríamos casi 300mm reales.

Los he dejado para el final porque creo que se les da más importancia de la que se debería, sin
embargo, si queremos ser justos no los puedo excluir de este artículo: el número de megapíxeles y
la sensibilidad ISO son también dos factores importantes en un sensor de cámara de fotos.

En teoría, cuantos más megapíxeles tenga nuestro sensor, mejor calidad de imagen obtendremos.
Esto no siempre es absoluto, sino que en lo que más afecta es al tamaño de las impresiones que
vayas a realizar, así que no te precipites comprando una cámara sólo porque ésta tenga más
número de megapíxeles, aunque sí que es un factor a considerar.

El otro factor de importancia es la sensibilidad ISO. Este indicador nos revela el grado de
sensibilidad del sensor a la luz. Por ejemplo disparar una foto a ISO 200 nos captará el doble de luz
que dispararla a ISO 100. Aunque se conoce que a más sensibilidad ISO, más ruido tendremos en la
foto, así que ojo.

Si quieres profundizar (mucho) más en el tema, en el siguiente vídeo David te lo cuenta mucho
más extenso y detallado.

ALMACENAMIENTO

Las cámaras de foto digitales necesitan un soporte para guardar las fotos que sacamos con ellas.
Cuando sacamos una foto con una cámara digital los datos se recogen en el sensor y se transmiten
a un dispositivo de almacenamiento. Aquí se guardarán las imágenes que vayamos tomando y
tendrá más o menos capacidad.

Las cámaras de fotos tienen dos formas de almacenar la información. La memoria interna y las
tarjetas de memoria externas. Ambos métodos pueden ser combinados, aunque la memoria
interna de las cámaras suele tener muy poca capacidad. Por lo tanto, las tarjetas son el método
más extendido.

Existen numerosos tipos de tarjetas de memoria e incluso subtipos dentro de ellas. Cada
fabricante elige cuál de ellos utilizará en cada una de sus cámaras y nosotros debemos comprar la
que se adapte a esta condición.

A lo largo de los años los fabricantes de tarjetas han competido por imponer un estándar de
memoria en las cámaras. En la actualidad, parece que esa batalla la están ganando dos formatos,
las tarjetas Compact Flash y las tarjetas SD (o Secure Digital).

Las tarjetas Compact Flash son las más grandes del mercado y están pensadas para fotografía
profesional por lo que las cámaras compactas no suelen admitirlas. Como principales ventajas
encontramos que tienen una velocidad de transferencia normalmente alta y que soy muy
robustas.

Las tarjetas SD, también conocidas como SDHC O SDXC, son las que habitualmente tienen las
cámaras compactas o de gama media. Con excepción de determinadas marcas que utilizan tarjetas
del tipo xD o Memory Stick.

Existen variaciones de esta tarjeta en formatos más pequeños como son las MiniSD y las MicroSD.
Estas últimas son las más utilizadas como memoria externa de en los teléfonos móviles.

Las tarjetas SD son las que más rápidamente han avanzado en cuanto a su tecnología, su velocidad
de transferencia y su capacidad de almacenamiento. Han evolucionado tanto que ya se
comercializan tarjetas con tecnología Wi-Fi.

Este tipo de tarjetas convierten cualquier cámara de fotos convencional en una con conexión a
internet. Con ellas se pueden transferir las imágenes directamente al ordenador o incluso al
teléfono móvil. De este modo podemos hacer copias de seguridad de nuestro trabajo al momento.
El inconveniente principal es que consume bastante batería. Aunque esto dependerá también de
la cantidad de imágenes que hayamos tomado y del tiempo que tardemos en transferirlas.

Además de la capacidad que tenga una tarjeta debemos tener en cuenta la velocidad a la que la
cámara puede tener acceso a ella y transferir los datos.

Hay circunstancias, especialmente en fotografía profesional, en la que esta velocidad es tanto o


más importante que la capacidad.

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