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COMENTARIO REFLEXIVO SOBRE LA LECTURA “BENDICION O

MALDICIÓN”
¿EXISTE LA SUERTE?
Nos permite analizar y reflexionar sobre los resultados de la evaluación de
comprensión de lectura: “Bendición o maldición” ¿existe la suerte?, a pesar de ser una
lectura sencilla, pero en el fondo es de carácter reflexivo, filosófico que te permite
pensar y repensar y, no se trata de responder mecánicamente, como lo hicieron la
mayoría de ustedes. Del cien por ciento de los evaluados solo tenemos aprobados un
tres por ciento de estudiantes. Inclusive, hay una estudiante que obtuvo un puntaje
elevado, a quien mis felicitaciones. Pero, al resto de estudiantes con notas por debajo de
los diez puntos, debo invocarlos a no sentirse menos ni inferiores, sino sea un reto para
superar sus niveles de comprensión de lectura, porque, al fin y al cabo, todos somos
inteligentes, pero hay que despertar las neuronas dormidas. Mientras que para el
docente, esta evaluación de entrada, constituye la base del contexto sobre el cual
tenemos que trabajar mucho. Esto es la lectura permanente de textos literarios y no
literarios.
Con relación al análisis de la lectura, materia de evaluación, lo que en el fondo le
pasó al hijo del labrador en todo el proceso de la lectura del texto es que no se trata de
una bendición ni maldición, ni de buena suerte, ni mucho menos de mala suerte, sino se
trata de sucesos circunstanciales ajenos a la voluntad del hombre como el accidente de
tránsito, o que un tigre se lo devore a un caminante en la selva, o que un estudiante no
ingrese a una universidad no lo podemos de calificar que no tiene suerte o es una
maldición de sus enemigos. En síntesis, la suerte no existe, sino que algunos hechos
ajenos a la voluntad humana responden a una circunstancia o a una casualidad. Nadie
viene al mundo con suerte o sin suerte, sino que el hombre y los pueblos del universo
construyen o destruyen su destino. De ahí que se dice: “El hombre es arquitecto de su
propio destino”. Si uno lucha por alcanzar su objetivo, entonces, su éxito dependerá de
su perseverancia, su fuerza y voluntad para lograrlo; pero, quien sostiene que no tiene
suerte, lógicamente se autodestruye; la suerte es el argumento de los mediocres. Pues,
en este mundo, la práctica nos ha demostrado que nada cae del cielo gratuitamente; aquí
no quepan las bendiciones ni maldiciones, pues, son conceptos retrasados de los pueblos
con niveles culturales bajos. En la sociedad esclavista, Aristóteles decía que: “Los
esclavos nacieron para ser esclavos y los amos para mandar y gobernar”, o sea, el
hombre viene a este mundo predestinado. Según el concepto de Aristóteles, podemos
decir que los delincuentes nacieron para ser delincuentes, los corruptos nacieron para
ser corruptos, los pobres nacieron para ser pobres y los ricos nacieron para ser ricos.
Esto es completamente falso, pues el hombre construye su propio destino; los pueblos
del mundo construyen su propio destino acorde a su desarrollo científico y tecnológico;
no cabe otra explicación.
Con ello estamos saliendo de la duda que han tenido, por cuanto la mayoría de
ustedes han respondido a las tres primeras preguntas que se trata de una maldición, de
una suerte, de una bendición y, luego entran en una contradicción al responder que el
hombre no viene predestinado a este mundo, sino es arquitecto de su destino.

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