carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío!
¿qué análoga, los ángeles fueron creados con diferente gloria. De
Sombras que caminan en la noche: El mundo
espiritual que no percibimos
“No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en
medio del día destruya” (Salmo 91:5-6).
1
Tres son los enemigos del creyente: El mundo (1ª Juan 2:15-
2
17), la carne (Romanos 7:24) y el diablo (1ª Pedro 5:8). El
diablo es un enemigo antiguo que ha observado al hombre
desde que fuimos creados, por lo que sabe exactamente
cómo herirnos y apartarnos de Dios. Un mundo espiritual nos
rodea. Dios no permite que lo percibamos, pero como en
todas las cosas, parte de estos seres sirven a Dios y el resto
se le opone. En efecto, el diablo no está solo. Hay una hueste
de seres espirituales, los demonios, que son liderados por él.
Aunque su origen no es muy claro, parece ser que los
demonios eran originalmente ángeles que siguieron a
Satanás en su rebelión y fueron despojados de sus cuerpos
durante su caída 3 . Por eso necesitan cuerpos, humanos o
animales, para interactuar en el mundo físico (Marcos 5:8-13).
Puesto que se han constituido en enemigos de Dios, sus
ataques se centran en nosotros, los redimidos, por lo que nos
conocen (Hechos 19:13-15) y procuran estorbarnos. Todos
los incrédulos pueden ser sujetos de alguna influencia o
posesión demoníaca (Efesios 2:2), de hecho, todos aquellos
que no son hijos de Dios, son hijos del diablo, tal como lo
afirmó el propio Jesucristo en Juan 8:44.
A nuestro alrededor.
Antes de que los hombres fuésemos creados, Dios creó a
otros seres, de naturaleza distinta, para que le sirviesen. Dice
la Palabra de Dios que Él hizo “a sus ángeles espíritus, Y a
sus ministros llama de fuego” (Hebreos 1:7). Los ángeles son
superiores en fuerza y gloria al hombre, y sirven a Dios
(Salmo 103:20); aunque también han recibido el encargo de
Dios de auxiliar a los herederos de la salvación (Hebreos
1:14) y son nuestros consiervos (Apocalipsis 19:9,10).
Nuestros ojos están velados para que no podamos
percibirlos, pero cuando Dios abre nuestros ojos, podemos
darnos cuenta de que son numerosos: “Y se levantó de
mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el
ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y
1
Consulte el folleto ¡Dejemos de amar este mundo! Extranjeros y
peregrinos somos, disponible en la red.
2
Consulte el folleto Absteneos de toda especie de mal. Viviendo
como hijos de Dios, disponible en la red.
3
Por eso, en cierto pasaje de las Escrituras, se le llama a Satanás
como el que mató a “su pueblo” /(Isaías 14:20), probablemente ese
pueblo al que se hace referencia, sean otros seres angélicos
semejantes a él.
haremos? El le dijo: No tengas miedo, porque más son los
que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró
Eliseo, dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para
que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y
he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y
de carros de fuego alrededor de Eliseo” (2ª Reyes 6:15-17).
Dios es el Señor de la creación. Él ha creado innumerables
seres que le sirven y le adoran, por lo que resulta imposible
decir cuántos ángeles o demonios existen. Sabemos que
respecto a los ángeles, la cantidad es tal que en algunos
pasajes se les denomina como el “ejército de los cielos” (1ª
Reyes 22:19-22). De manera semejante, tenemos la noción
de las huestes satánicas son numerosas (Marcos 5:1-16);
Satanás es su líder (Mateo 12:26); y existe toda una
estructura jerárquica que le permite funcionar en este mundo
(principados, potestades, gobernadores de las tinieblas y
huestes espirituales de acuerdo con lo mencionado en
Efesios 6:12).. La buena noticia hermanos, es que Nuestro
Dios y Señor Jesucristo, triunfó sobre ellas en la cruz, por lo
que no debemos temer: “y despojando a los principados y a
las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre
ellos en la cruz” (Colosenses 2:15).
Pero de todos nuestros enemigos espirituales, el diablo es por
mucho el más poderoso. Él es llamado “el acusador de
nuestros hermanos” (Apocalipsis 12:10), porque nos acusaba
delante de nuestro Dios día y noche. Se le describe como un
“león rugiente” (1ª Pedro 5:8), que busca a su presa para
devorarla y ciertamente tiene por objetivo estorbarnos en
4 participaron de carne y sangre, él [Jesucristo] también
nuestra vida espiritual y hacernos caer si es posible .
Nuestro adversario, el diablo
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Juan 10:10).
En Juan 10:10 se menciona lo que algunos han denominado
como el ministerio del diablo: Hurtar, matar y destruir.
Recordemos hermanos que en el principio, el diablo fue
creado como un querubín poderoso (Ezequiel 28:14). Así
como los hombres tienen diferente gloria a la de los ángeles,
también entre ellos hay diferencias. Decía Pablo respecto a la
diferente gloria que han de tener nuestros futuros cuerpos
celestiales en comparación con nuestros actuales cuerpos
terrenales: “Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y
otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente
de otra en gloria” (1ª Corintios 15:41); pues de manera
4
Para mayor información al respecto, puede consultar el folleto, Los
nombres de nuestro adversario, disponible en la red.
los que se nos han dado a conocer, tenemos ángeles,
arcángeles, querubines y serafines. Hay otros seres
angélicos, como los seres vivientes de Ezequiel 1:5 y
probablemente otros que no nos fueron revelados, todos ellos
organizados a la manera de una corte en tronos, dominios,
principados, y potestades, de acuerdo con Colosenses 1:16.
Satanás era parte de este orden; él era un querubín. Los
querubines son seres angélicos cuya función parece ser
resguardar ciertos objetos sagrados. Eran estos lo que
estaban labrados en oro sobre la cubierta del arca de la
propiciación (Éxodo 25:18-21), y en ciertos pasajes parecen
ser los que sostienen el trono de Dios (Salmo 99:1), y los que
moran cerca de Él (1ª Samuel 4:4). Algunos suponen que
Satanás era el querubín encargado de proteger el santo
monte de Dios (Ezequiel 28:14), o tal vez el Edén o la tierra
(Ezequiel 28:13). Se le describe como un ser hermoso y lleno
de perfección (Ezequiel 28:12), al cual se le celebró al
momento de ser creado (Ezequiel 28:13); sin embargo, se
halló maldad en él (Ezequiel 28:15). Parece ser que Satanás
se ensoberbeció debido al poder que poseía y a la posición
en la que Dios lo había colocado, y quiso sentarse en el trono
de Dios y ser igual a Él (Isaías 14:13-15), y por eso Dios hizo
salir fuego de en medio de él y lo consumió (Ezequiel 28:18).
Así pues Satanás se volvió un rebelde, y se constituyó en
enemigo de Dios (Mateo 13:39). Fue desterrado de la gloria y
aprisionado en la tierra, y desde entonces, ha intentado
arruinar los planes de Dios e ir contra Su Voluntad. Por un
tiempo, poseía el dominio de la muerte, hasta que Jesucristo
lo derrotó en la cruz: “Así que, por cuanto los hijos
participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al
que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”
(Hebreos 2:14).
Todos los hombres que se rebelan contra Dios y no hacen Su
Voluntad, a los ojos de Dios son considerados hijos del
diablo: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los
deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida
desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo
habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
No podemos afirmar rotundamente que Satanás sea el primer
rebelde, carecemos de evidencias suficientes para afirmarlo,
pero lo que sí podemos decir es que desde el principio, ha
tratado de arruinar los planes de Dios y evitar la salvación del
hombre. Por esta razón debe haber incitado a Caín para que
matara a Abel (Génesis 4:8), y por esta misma razón propició
el asesinato de todos los niños menores de dos años que
había en Belén (Mateo 2:16-18); porque sabía que el
Salvador habría de venir y trataba de eliminarlo antes de que
pudiera cumplir con la redención de la humanidad. El engaño
más grande del diablo es hacer creer a los hombres que no
Serie "Viviendo la Vida Cristiana". AM1109
hay cielo ni infierno, lo cual los conduce finalmente a su
perdición.
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar” (1ª Pedro 5:8). Para nosotros, los redimidos, el diablo
es un enemigo que solo busca nuestro mal. El pecado del
diablo fue tratar de hacerse semejante a Dios, y Dios, en Su
Misericordia, ha prometido que algún día seremos semejantes
a Él, porque le veremos tal como Él es (1ª Juan 3:2); y
nuestra comunión eterna con Él es de tal naturaleza, que
seremos uno con Él (Juan 17:21). Considerando nuestro
humilde origen, literalmente del polvo de la tierra, la honra que
Dios ha decidido darnos es demasiada, pero esto está en
consonancia con Su Naturaleza, pues “Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6b). Parte
del odio que el diablo siente por nosotros se puede explicar
por esto.
En ocasiones, Dios permite que el diablo nos pruebe, como a
Job, o a Pedro: “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí
Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero
yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto,
confirma a tus hermanos” (Lucas 22:31-32). Esto no debe
sorprendernos ni escandalizarnos. Como todas las cosas en
este universo, el diablo se sujeta a la Voluntad de Dios, por lo
que Él, puede permitir que algún ataque diabólico se convierta
en una experiencia que sea de beneficio para nuestras vidas
espirituales. Si analizamos el pasaje, la respuesta de Nuestro
Señor Jesús a la solicitud del diablo de zarandear a Pedro no
fue “Pero yo le he prohibido que se acerque a ti, Simón”, sino
que, una vez pasada la prueba, ésta sirviera para fortalecer la
fe de Pedro y de esta manera hacerlo un mejor instrumento
en las manos de Dios. Recordemos que “a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28a).
Los recursos del diablo no son infinitos, pero si son muy
grandes. Este ser lleva milenios observando al hombre, desde
que el hombre fue creado, y sabe la manera de hacernos
caer. Ciertamente Satanás no es un hombre, ni tiene un
corazón de hombre, pero conoce nuestras debilidades y
nuestros pecados, por eso era conocido como el “acusador de
nuestros hermanos”. Cuando la tentación de Job, supo qué
arrebatarle y finalmente tocó su carne, pues sabe que cuando
un hombre lo pierde todo, la amargura de su corazón puede
llevarlo a apartarse de Dios. Job resistió, pero de su
experiencia podemos inferir que Satanás puede usar hombres
malos (Job 1:14,17); poderes sobrenaturales (Job 1:16);
fuerzas de la naturaleza (Job 1:18,19) y enfermedad (Job 2:7),
para derrotarnos. Esto es posible, porque a él le fue
entregado el control del mundo. Cuando el hombre renunció a
este control, al pecar y desobedecer a Dios en el Edén, el
señorío del mundo le fue transferido a Satanás. Por esto, en
el pasaje de la tentación de Cristo (Mateo 4:1-11), Satanás le
ofreció a Jesús poder y riqueza, la gloria de los reinos del
mundo (versículos 8 y 9), porque ésta le pertenece; pero el
Reino de Nuestro Señor no es de este mundo (Juan 18:36),
por lo que nada esto pude tentarnos, ni desanimarnos.
Afuera está todo el mal
Nuestra victoria sobre nuestro adversario.
del Mundo
“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis
apagar todos los dardos de fuego del maligno” (Efesios
Nuestra lucha no es contra carne ni
6:16). contra sangre
Por David Boanerge
El diablo continuará atacándonos todo el tiempo de nuestra
peregrinación por esta tierra, pero eso no debe desanimarnos. davidboanerge@gmail.com
La victoria fue ganada por Nuestro Señor Jesucristo en la ©2012 David Boanerge disponible en la red
cruz, así que nada debemos temer: “Sabemos que todo aquel http://www.davidboanerge2.wix.com/folletos-cristianos-2
que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que
fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”
(1ª Juan 5:18).
Afuera está todo el mal del mundo. Afuera está nuestro
enemigo el diablo, como león rugiente buscando a quien
devorar, pero no debemos desmayar, porque “Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor
es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”
(1ª Juan 4:4) ¡Gloria a Dios!
No tenemos parte con el diablo. Ciertamente, este ser aún
continúa siendo muy poderoso en comparación con nosotros,
y cuenta con muchos recursos para hacernos caer, pero Dios
está con nosotros. Esa batalla no es nuestra, ya la libró
Jesucristo en la cruz y la ganó. Ahora Satanás ya ha sido
juzgado y condenado y solo espera el momento en el que
finalmente ha de cumplirse su condena, cuando sea arrojado
al lago de fuego y permanezca ahí por toda la eternidad.
Nuestra parte es tener paciencia y recurrir a la fe y a la
Palabra de Dios. Decía Juan “[…] Os he escrito a vosotros, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino
jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece contra principados, contra potestades, contra los
en vosotros, y habéis vencido al maligno” (1ª Juan 2:14b). gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
Debemos creer que el diablo nada puede hacernos porque huestes espirituales de maldad en las regiones
somos de Cristo y nada ni nadie puede apartarnos de Su celestes” (Efesios 6:12).
Amor (Romanos 8:38,39). La Palabra de Dios dice:
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de
vosotros” (Santiago 4:7). Que la gracia del Señor sea con La lucha del cristiano es una lucha espiritual. A nuestro
todos nosotros, hermanos. Amén. alrededor, existe un mundo espiritual que está en
guerra, una guerra cuyo final ya está decidido, pues
Nuestro Dios y Señor Jesucristo es el vencedor, pero
aún así, somos parte de dicha lucha espiritual y
nuestros enemigos no son de carne y hueso.
Desde que el hombre fue creado, nuestro adversario,
Satanás, ha buscado nuestro mal, y ha intentado
matarnos, pero Gracias a Dios, tenemos la victoria
sobre él y sobre cualquier otro enemigo espiritual de
nuestras almas. En el presente folleto abordaremos
este tema.