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Revista de Psicopalología y Psicología Clínica © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología (AEPCP)

2002, Volumen 7, Número 3, pp. 151-175 ISSN 1136-5420/02

ADHESIÓN TERAPÉUTICA: REVISIÓN HISTÓRICA Y ESTADO DE LA


CUESTIÓN EN LA INFECCIÓN POR VIH/SIDA
RAFAEL BALLESTEE
Universidad Jaime I de Castellón

(Aceptado en octubre de 2002)


La infección por VIH/SIDA se ha convertido en las últimas dos décadas en una de las
prioridades para los sistemas sanitarios de todo el m u n d o tanto por su prevalencia (la
pandemia afecta ya a cerca de 40 millones de personas) como por la gravedad de la
enfermedad. En los últimos años se han producido importantísimos avances en el tra-
tamiento farmacológico de los enfermos con VIH, con el desarrollo de nuevos y más
potentes antirretrovirales. Sin embargo, los investigadores y clínicos denuncian una
alta tasa de problemas de adhesión al tratamiento en los pacientes que anula en
muchos casos los beneficios derivados de los progresos médicos. En este artículo pre-
sentamos una revisión teórica de los antecedentes de investigación psicológica sobre
la adhesión a los tratamientos, analizamos la problemática específica que se encuen-
tra en este aspecto en el caso del SIDA y revisamos brevemente los principales estu-
dios acerca de la eficacia de diversos programas de intervención cognitivo-conductual
desarrollados hasta el momento para la mejora de la adhesión a los antirretrovirales en
estos pacientes.
Palabras clave: VIH/SIDA, adhesión terapéutica, revisión teórica.

Treatment adherence: An historical review and state of question in HIV


Infection/AIDS

HIV infection/AIDS has become at the last two decades one of the priorities for the
health systems in all the world because its prevalence (near of 40 millions of persons
affected) and the seriousness of disease. At last years important advances in the field
of pharmacological treatment of HIV infection patients have been produced, with the
development of new and more potent antiretrovirals. Nevertheless, researchers and cli-
nicians report a high rate of problems related with adherence that invalídate benefits
derived from medical advances. At this paper we present a theoretical review of ante-
cedents of psychological research about adherence to treatments. Also, we analyze spe-
cifics problems found in AIDS patients and review studies about effectiveness of cog-
nitive-behavioral programs of intervention to increase adherence to antiretrovirals in
HIV infection patients.

Key words: HIV/AIDS, adherence to treatment, theoretical review.

Cuando una persona sufre algún mal


que es superior a los medios de la medicina,
no se ha de esperar, en modo alguno,
que éste pueda ser superado por la medicina
(Hipócrates, Sobre la Ciencia Médica, 8)

Correspondencia: Dpto. Psicología Básica, Clínica y UN ANTIGUO PROBLEMA


Psicobiología, Facultad de Ciencias Humanas y
Sociales, Universitat Jaume I de Castelló, 12080 Cas-
tellón. Tel.: 964 728 000. Correo-e: rballest@psb.uji.es
El reconocimiento, la preocupación y la
protesta por el hecho de que a menudo los
Nota: Este trabajo ha sido posible en parte gracias a
las ayudas para la realización de proyectos de inves- pacientes no siguen las prescripciones de
tigación concedidas por el Plan del SIDA de la Direc- los profesionales de la salud, sean éstos
ció General de Salut Pública de la Generalitat Valen-
ciana (1/2000) y por la Universitat Jaume I de médicos, psicólogos o enfermeros, se re-
Castelló-Fundació Bancaixa (Pl.l A 2000-05). montan a tiempos muy antiguos. Ya Hipó-
152 Rafael Ballester

crates (siglo v a.C), que como se sabe es rés por investigar la adhesión empírica-
considerado el primer gran antecedente de mente y por promoverla es u n hecho
la medicina moderna, afirmaba en algunos mucho más reciente que se remonta ape-
de sus escritos que algunos pacientes men- nas a la década de los 70. Sería a partir
tían al médico cuando eran interrogados de esta fecha cuando los avances médi-
acerca de si habían tomado sus medicinas. cos y farmacológicos que aumentaban de
En el Corpus Hipocraticum se habla de los- forma importante las posibilidades de
errores y engaños de los enfermos en curación del enfermo hicieron ver por
«Sobre la decencia» y en «Prorrético» (II, primera vez que la no adhesión a los tra-
3 y 4). Así, en la primera de las obras men- tamientos prescritos podía tener real-
cionadas, Hipócrates dice: mente consecuencias muy perjudiciales
para el enfermo. Por otra parte, estos
«Hay que vigilar también los errores de los autores señalan que otra diferencia que
enfermos, que muchas veces te engañan en encontramos a partir de esta etapa es el
cuanto a la toma de las cosas prescritas y que, reconocimiento de que la falta de adhe-
por no tomarse pociones desagradables u otros
medicamentos o tratamientos, son llevados a la sión puede ser, en parte, un problema del
muerte. Y por su parte, no se inclinan a reco- médico y no tan sólo del paciente.
nocer lo que han hecho, sino que es al médico A u n q u e en líneas generales nosotros
al que culpan» (Sobre la Decencia, 14). estamos de acuerdo con Turk y Meichen-
baum en que hasta hace apenas tres déca-
Desde la medicina hipocrática, el das no se investigaba empíricamente la
resultado de lo que hoy llamamos falta falta de adhesión de los pacientes y no se
de adhesión a los tratamientos era consi- disponía de grandes medios para evaluar
derado como u n obstáculo para la cura- y combatir esta falta de adhesión, no lo
ción del paciente, especialmente si tene- estamos tanto en los argumentos esgrimi-
mos en cuenta que Hipócrates, al igual dos por estos autores. En primer lugar,
que Galeno siete siglos después, conside- desde nuestro p u n t o de vista, el ser
raba que el arte del médico consistía sim- humano, desde los inicios de la humani-
plemente en ayudar a la naturaleza en su dad, siempre ha puesto todos los medios
esfuerzo curativo. El papel del enfermo que sus conocimientos y grado de desa-
era fundamental en este proceso natural rrollo técnico le h a n permitido para
de curación. Podemos encontrar la expre- luchar contra la enfermedad y la muerte.
sión de esta idea en el siguiente pasaje de Es cierto que los avances médicos y far-
Hipócrates: «El oficio se forma sobre tres macológicos en los dos últimos siglos y
factores: la enfermedad, el enfermo y el más concretamente en las últimas déca-
médico. El médico es u n servidor de su das ha sido asombroso y nos permiten
oficio. El paciente ha de enfrentarse a la curar enfermedades que hasta hace poco
enfermedad con ayuda del médico» (Epi- eran fatales para el individuo. Pero tam-
demias, I, 11). También en sus «Aforis- bién es cierto que los métodos de cura-
mos» (1) dice «Es preciso no sólo dispo- ción más o menos científicos han existi-
nerse a hacer lo debido u n o mismo (el do desde siempre. Y no nos estamos
médico), sino además (que colaboren) el refiriendo a métodos más o menos mági-
enfermo, los que le asisten y las circuns- cos basados en rituales, sino a prácticas
tancias externas». médicas o fármacos como los que pode-
Según Turk y Meichenbaum (1991), a mos encontrar en los Papiros egipcios de
pesar de que el incumplimiento por par- Ebers y de Smith (Ballester, 1998). Hace-
te de los pacientes de las prescripciones mos nuestra la reflexión de Temkin
médicas es un fenómeno antiguo, el inte- (1977) cuando señala que la Medicina es
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 153

tratamiento (y prevención) basado en los De manera más indirecta, sin referir-


conocimientos que se consideren necesa- se estrictamente al cumplimiento por
rios. Estos conocimientos pueden ser teo- parte de los pacientes de las prescrip-
lógicos, mágicos, empíricos, racionales y ciones terapéuticas, Hipócrates da
especulativos o científicos. El hecho de numerosas indicaciones de la impor-
que nuestra medicina actual se base en tancia que tiene en el proceso de cura-
gran parte en una ciencia no hace que ción la relación médico-paciente, la
otras formas de curar sean menos médi- comunicación entre ambos, el uso de un
cas, aunque pensemos que fueran menos lenguaje inteligible para el enfermo y el
efectivas. Por ello, pensamos, es de supo- modo de presentarse el médico ante
ner que si desde antiguo han existido este último, tal como puede apreciarse
remedios curativos que se han conside- en los siguientes pasajes:
rado efectivos para el tratamiento de las
enfermedades, también desde antiguo se «Es fundamental, en mi opinión, que el que
habrá considerado que la falta de adhe- habla de este arte diga cosas inteligibles para los
profanos, ya que no le compete ni investigar ni
sión a esos remedios curativos tendría hablar de algo distinto a las dolencias que ellos
consecuencias fatales. Se reprocha a la mismos padecen y sufren». (Sobre la Medicina
Antigüedad, hasta el siglo xix, que en Antigua, 2).
aquellos tiempos la falta de adhesión qui- «En cuanto a su porte, muéstrese preocupa-
do en su rostro, pero sin amargura. Porque, de
zás tuvo un sentido adaptativo, ya que lo contrario, parecerá soberbio e inhumano...
algunos de los remedios podían llevarse Sea justo en cualquier trato, ya que la justicia le
por delante la vida de muchas personas será de gran ayuda. Pues las relaciones entre el
médico y sus pacientes no son algo de poca
(Davidson, 1982). Pero, ¿no nos sobran monta» (Sobre el médico, 1).
ejemplos de cómo tratamientos recientes «Y debe estar muy pendiente de sí mismo
que han sido considerados muy efectivos sin exhibir demasiado su persona ni dar a los
en un momento dado, han sido prohibi- profanos más explicaciones que las estricta-
mente necesarias, pues eso suele ser forzosa-
dos a continuación por su alto grado de mente una incitación a enjuiciar el tratamien-
toxicidad o por su peligrosidad? (la tali- to». (Sobre la decencia, 7).
domida podría ser uno de esos ejemplos). «En la visita ten presente la forma de sentar-
Por otra parte, al menos desde los te, la compostura, el atuendo, el porte de auto-
ridad, la parquedad de palabras, la actitud sere-
tiempos de Hipócrates, se ha sido cons- na, la atención constante, la dedicación, la
ciente del importante papel que desem- réplica a las objeciones, el dominio de ti mismo
peñaba el médico para promover la adhe- ante las dificultades que surjan, la severidad
para dominar la situación en momentos de aleir-
sión de sus pacientes al tratamiento. Por ma y la prontitud para actuar» (Sobre la decen-
ejemplo, encontramos pasajes de este cia, 12).
autor en los que se da instrucciones
directas al médico para que facilite el También Galeno (S. II d.C.) en su
afrontamiento de la enfermedad al «Sobre la localización de las enfermeda-
paciente y promueva la adhesión. Así, de des» daba una gran importancia a la
nuevo en «Sobre la Decencia» (16) Hipó- comunicación médico-paciente y con-
crates afirma: cretamente a la palabra en el tratamien-
to del enfermo. La palabra como recurso
«Dale las órdenes oportunas con amabilidad diagnóstico era fundamental en dos pla-
y dulzura, y distrae su atención; repréndele a
veces estricta y severamente, pero otras, aní- nos: por una parte, para interrogar al
male con solicitud y habilidad... En la misma enfermo y, por otra, para informarle
obra (17), Hipócrates señala: «Deja a uno de tus sobre su enfermedad y el tratamiento.
discípulos junto al enfermo para que éste no
utilice mal tus prescripciones y lo ordenado por En sus descripciones de enfermedades
ti cumpla su función». se adivinan horas de conversación con
154 Rafael Ballester

SUS enfermos en las que, entre otras usuarios del sistema sanitario acerca de
cosas, se indagaba todo lo relacionado sus derechos y el cuestionamiento del
con la vida anímica (temor, ira, alegría, omnipotente poder de la autoridad esco-
tristeza...) de éstos con el fin de poder lapia. La libertad individual abanderada
proporcionarle el tratamiento más ajus- en los m o v i m i e n t o s de los años 60 fue
tado a su situación. catapultada también al ámbito sanitario,
Por tanto, nosotros p e n s a m o s que d o n d e de r e p e n t e el enfermo se hizo
cuando hablamos de falta de adhesión a consciente de su derecho de decidir y su
los tratamientos estamos hablando de un poder para actuar en relación con su
fenómeno antiguo y también de una pre- salud. La pasividad y la «paciencia» del
o c u p a c i ó n antigua de los sanadores. paciente fueron cuestionadas y sustitui-
Uno de los motivos de la falta de adhe- das por el malestar, la reivindicación y
sión, como por ejemplo, la desconfianza los litigios.
respecto a las prescripciones médicas
está recogido en el saber p o p u l a r de
nuestros refranes como el que dice «Más UNAS PALABRAS ACERCA
mató la receta que la escopeta». Tampo- DEL CONCEPTO DE ADHESIÓN
co nos resulta raro oír hablar de los TERAPÉUTICA Y SU EVALUACIÓN
«matasanos» en nuestra cultura. Espe-
cialmente desde mediados del siglo xvi Durante m u c h o tiempo se han utilizado
a m e d i a d o s del siglo xviii en nuestra de forma indistinta los términos «adhe-
literatura encontramos i n n u m e r a b l e s rencia», «adhesión», «cumplimiento» y
pasajes que no dejan en demasiado buen «obediencia». Los dos primeros términos
lugar a los médicos y sus métodos de harían, en principio, referencia al mismo
curación (Díaz-Plaja, 1996). Por poner concepto. Aunque los dos son correctos,
algunos ejemplos, el lector puede encon- en realidad, el término «adhesión», des-
trar suficientes referencias en este senti- de nuestro punto de vista, sería más ade-
do en autores como Antonio de Guevara cuado en nuestra lengua, ya que «adhe-
(1481-1545) en sus «Epístolas familia- rencia» es u n a traducción demasiado
res», Esteban de Garibay (1493-1549) en literal del inglés «adherence». En el Dic-
sus «Cuentos», Góngora (1561-1627) en cionario de la Real Academia Española,
sus «Letrillas», Quevedo (1580-1645) en «Adhesión» sería la «acción y efecto de
su «La visita de los Chistes», Tirso de adherir o adherirse, conviniendo en u n
Molina (1579-1648) en «El amor médi- dictamen o partido». «Adherencia» hace
co», Cervantes (1574-1616) en «El Qui- más referencia a la «unión física, pega-
jote», Calderón de la Barca (1600-1681) dura de las cosas», aunque también es
en «El médico de su honra» o Diego «calidad de adherente». Sin embargo, el
Torres de Villarroel (1693-1770) en término «cumplimiento» (traducido del
«Memorias». Parece, por tanto, que inglés compliance) sí que contiene con-
siempre ha habido problemas de adhe- notaciones e implicaciones muy diferen-
sión y también ha habido conciencia por tes al de adhesión. En el Diccionario de
parte de profesionales y enfermos de la Real Academia Española, cumpli-
algunas de las causas de este problema. miento es la «acción o efecto de cum-
Lo que quizás resulte m u c h o más plir», esto es de «hacer alguien aquello
moderno es, además de la investigación que debe o a que está obligado». El cum-
empírica acerca de los factores causan- plimiento se refiere al grado en que los
tes de la falta de adhesión, la conciencia pacientes siguen escrupulosamente las
reivindicativa de los enfermos como instrucciones y las prescripciones de sus
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 155

profesionales sanitarios. Muchos autores toma todos y cada uno de los fármacos,
entre los que se encuentran Eisenthal, pero escasa adhesión porque no se los
Emery, Lazare y Udin (1979) o Kristeller toma a las horas y en las condiciones
y Rodin (1984) defienden que el término indicadas. O podría ser que también se
«cumplimiento» introduce la connota- tomara los fármacos a las horas indicadas
ción de un rol pasivo por parte del pero, sin embargo, no siguiera las reco-
paciente y que su contrario, el término mendaciones de su médico respecto al
«incumplimiento» contiene en sí mismo cuidado de la dieta y la realización de
un componente valorativo que implica ejercicio físico. Incluso, como señalaba
una actitud negativa hacia el paciente Blackv^rell (1979) las razones de la falta
haciéndole responsable de esa falta de de adhesión de los pacientes pueden ser
cumplimiento. Sin embargo, desde nues- diferentes para las distintas facetas del
tro punto de vista, no parece, en princi- tratamiento. Por ejemplo, el olvido pue-
pio, esperable que un paciente «deba» o de ser un factor más importante para no
tenga la obligación de cumplir con un tomar la medicación que para el segui-
tratamiento que, por ejemplo, no le ha miento de las visitas médicas. Y la falta
sido suficientemente explicado. de tiempo, podría ser, viceversa, un fac-
Finalmente, nosotros pensamos que el tor que explicase más el hecho de no acu-
término «obediencia terapéutica» sería dir a las visitas médicas que el de no
totalmente inadecuado ya que todavía tomar el tratamiento. El estigma asociado
enfatiza más el carácter unidireccional de a algunas enfermedades, entre las que se
la relación médico-paciente y del poder y encuentra el SIDA, podría hacer que
autoridad que el primero debe ejercer algunas personas que temen ser recono-
sobre el segundo. La responsabilidad de la cidas en el hospital, no acudan a la con-
falta de obediencia recaería completa- sulta médica, mientras que en principio
mente en el paciente y las consecuencias no tendría que estar muy relacionada con
deberían ser soportadas como un efecto de la toma de medicación y el seguimiento
la actitud de éste ante su enfermedad. de las recomendaciones del médico en lo
«Obedecer» es «cumplir la voluntad de que respecta al cambio de los hábitos de
quien manda» según nuestro Diccionario, salud.
así que sobran las palabras respecto a la Tampoco es sencilla la relación entre la
inconveniencia de este término. En contra adhesión y los resultados terapéuticos.
de tales connotaciones, el término adhe- En el tratamiento de una enfermedad
sión supone una implicación más activa y puede ser esencial que el paciente se
voluntaria de colaboración del paciente adhiera a las condiciones de tratamiento,
dentro de una relación mutuamente acep- pero eso no significa que la adhesión
table que tiene como consecuencia un garantice un éxito total en el sentido de
resultado preventivo o terapéutico desea- impedir que la enfermedad avance o se
ble (Meichenbaum y Turk, 1991). agrave. Lo contrario también es cierto.
El concepto de «adhesión terapéutica» Son muchos los factores que intervienen
es un concepto complejo. No existe una en la progresión de una enfermedad y la
dicotomía perfecta entre la adhesión y la adhesión es uno de ellos. Aunque muy
no-adhesión terapéutica. En realidad, los importante, sólo es uno de ellos y esa fal-
pacientes suelen mostrar distintos grados ta de relación directa entre la adhesión y
de adhesión en diferentes aspectos de su los resultados terapéuticos puede desa-
enfermedad y de su tratamiento. Por nimar a muchos pacientes adherentes y
ejemplo, un paciente podría mostrar gran hacer albergar excesivas esperanzas en
adhesión al tratamiento en cuanto que se otros pacientes no-adherentes.
156 Rafael Ballester

La complejidad del fenómeno de la sis de la orina o de la sangre del pacien-


adhesión terapéutica lleva aparejada la te con el fin de detectar los niveles del
necesidad de u n a evaluación también fármaco en su metabolismo. Evidente-
compleja que permita obtener informa- mente los sesgos de los que hemos habla-
ción de diferentes aspectos relacionadas do hasta el momento no afectan a este
con la misma. Fundamentalmente, hasta tipo de m e d i d a de la adhesión. Sin
el momento se ha utilizado para esta eva- embargo, eso no significa que no esté
luación, el autoinforme, el recuento de exenta de problemas. Por ejemplo, los
pastillas, la monitorización fisiológica y análisis de orina sólo son sensibles a la
bioquímica y el resultado terapéutico. toma de medicación dos o tres días antes
El autoinforme del paciente es el méto- de la analítica y además los resultados
do más fácil y más frecuentemente usado pueden variar en función de la metaboli-
ya que tan sólo se trata de preguntar al zación del fármaco. Por lo tanto, tan sólo
paciente si ha tomado su medicación o tenemos u n a medida de las últimas
pedirle que registre el tipo de comporta- tomas de medicación que pueden no ser
miento deseado. Ha recibido críticas representativas de la adhesión del
importantes por la posibilidad de que sea paciente a lo largo del tratamiento. A eso
inexacto, por el efecto reactivo de la tendríamos que añadir otros problemas
observación y por el efecto de la deseabi- como su alto coste, el hecho de ser u n
lidad social en la respuesta de los pacien- método poco práctico en la clínica, la
tes (Roth, 1987). Sin embargo, a pesar de limitada disponibilidad de este tipo de
estas limitaciones, m u c h o s autores han medidas en muchos casos y, como hemos
destacado que el autoinforme de los señalado antes, su vulnerabilidad a varia-
pacientes puede predecir bastante bien la ciones en función de la vida media del
conducta real de éstos (Dunbar y Agras, fármaco y las condiciones metabólicas.
1980; Morisky, Green y Levine, 1986). Finalmente, los resultados clínicos
El recuento de pastillas es el método p u e d e n ser u n indicador de hasta qué
conductual más utilizado para evaluar la punto el paciente observa el tratamiento.
adhesión. Aquí el profesional da al Sin embargo, utilizar este método supo-
paciente una cierta cantidad o un bote de ne partir de la base de que el tratamiento
pastillas y éste debe devolver las pastillas que está recibiendo el paciente es el ópti-
no ingeridas pasado u n tiempo. Se consi- mo, lo cual no siempre es cierto, que no
dera que la resta entre las pastillas inicia- existen otras variables intervinientes en
les y las finales son la medicación que el la progresión de la enfermedad y que por
paciente ha tomado. Sin embargo, este lo tanto existirá una relación directa
método tiene algunos problemas. En pri- entre el grado de mejoría del paciente y
mer lugar, el hecho de que un cierto su adhesión. Sabemos que esto no es así,
número de pastillas ya no estén no nos tenemos muchos datos relacionados con
asegura que el paciente se las haya toma- distintas enfermedades que nos indican
do, por lo que también aquí hay posibili- que en ocasiones los pacientes mejoran
dades de inexactitud como ocurría en el sin por ello haber seguido el tratamiento
autoinforme. Además, el porcentaje de y también lo contrario, a veces no mejo-
pastillas tomadas es u n indicador dema- ran a pesar de estar siguiendo éste de for-
siado grueso ya que no nos habla de si las ma muy estricta, lo que hace que tampo-
pastillas han sido tomadas a las horas co este método sea perfecto para intuir la
indicadas o en las condiciones adecuadas. adhesión terapéutica.
En tercer lugar, la monitorización fisio- Como se p u e d e observar, todos los
lógica o bioquímica, consiste en el análi- métodos de evaluación de la adhesión
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 157

terapéutica pueden presentar problemas ello es que el primer manual sobre Psico-
y, en principio, son cuestionables, pero logía de la Salud, el publicado por Stone,
también hay muchos estudios que avalan Cohén y Adler en 1979 ya incluía el cita-
su eficacia como métodos de evaluación. do trabajo de Kirsch y Rosenstock (1979)
Quizás lo más adecuado, cuando resulta sobre los problemas de los pacientes para
factible es una combinación de dos o más seguir las recomendaciones de los profe-
de ellos. En el ámbito específico de la sionales de la salud.
infección por VIH la búsqueda de nuevos Pero, también es cierto que toda esta
métodos innovadores para la evaluación investigación no surge de manera aisla-
de la adhesión sigue siendo u n a priori- da, sino que a su vez, forma parte y pro-
dad para los investigadores (Wagner y viene de un interés de los científicos sur-
Rabkin, 2000; Samet, Sullivan, Trapha- gido en años anteriores que recogía
gen e Ickovics, 2001). inquietudes muy antiguas, que denun-
ciaba las limitaciones de los modelos bio-
médicos tradicionales en la comprensión
ALGUNOS ANTECEDENTES de la salud y la enfermedad, que clama-
DE INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA ba por la consideración de los aspectos
SOBRE LA ADHESIÓN TERAPÉUTICA sociales de la misma (recuérdese toda la
literatura sobre el rol de enfermo surgida
Aunque, como hemos dicho, el interés y a partir de la obra de Talcot Parsons en
la preocupación por la adhesión terapéu- 1951) y de las diferencias individuales en
tica debe ser considerado como u n fenó- la experiencia de enfermedad (recuérde-
meno muy antiguo, es a partir de los últi- se también la extensa línea de investiga-
mos años de la década de los 60 y sobre ción y de publicaciones sobre la conduc-
todo, a partir de los años 70 c u a n d o la ta de enfermedad, después de que David
investigación psicológica sobre la adhe- Mechanic, acuñara este concepto en el
sión terapéutica y los factores relaciona- año 1962) y que culmina en la formula-
dos con la misma se incrementaron de ción por parte de Engel del modelo biop-
m o d o notable. Actualmente p o d e m o s sicosocial en 1977, u n o de los pilares
decir que la literatura científica sobre básicos sobre los que se constituiría la
este tema es ingente y por lo tanto, sería Psicología de la Salud como disciplina
excesivamente pretencioso intentar reali- en los primeros años de la década de los
zar aquí una revisión exhaustiva de todo 80 (para una revisión teórica sobre el
lo que se ha investigado al respecto. Sin tema es posible consultar el libro de
embargo, nos parece obligado recordar Ballester, 1998 o los artículos del mismo
algunos de los trabajos clásicos sobre el autor publicados en 1993 a,b).
tema, que constituyen verdaderos puntos Como ejemplo de esto que decimos, en
de referencia como los de Davis (1966), el libro que Millón publicó en 1975 bajo
Blackwell (1972, 1973, 1979), Kasl el título de Medical Behavioral Science,
(1975), Davidson (1976), Barofsky (1977), dos años antes de que Engel formulara su
Cohén (1979), Kirscht y Rosenstock modelo, el autor ya recogía algunos tra-
(1979), DiMatteo y DiNicola (1982), Dun- bajos anteriores que enfatizaban aspectos
bar y Agras (1980), Friedman y Litt que darían lugar a u n cambio en la con-
(1986), Gerber y Nehemkis (1986), y Mei- cepción del paciente hacia la considera-
c h e n b a u m y Turk (1991). La adhesión ción de éste como u n ente activo que
terapéutica ha llegado a ocupar un lugar merecía ser tratado por el profesional
prominente dentro de la literatura cientí- sanitario en toda su globalidad y comple-
fica en Psicología de la Salud. Prueba de jidad. Nos referimos fundamentalmente a
158 Rafael Ballester

los trabajos de Lederer (1952), Szass y tamente sobre cómo esta relación podía
Hollender (1956), Engel (1962), Eider jugar u n importante papel en la adhesión
(1963) y Haney (1971). En primer lugar, al tratamiento (DiMatteo, 1979; Stone,
Lederer ya en el año 1952 analiza cómo 1979; DiMatteo, 1994; Cameron, 1996;
percibe el enfermo su propio m u n d o y Buchman, 1997). Dentro de esta interac-
cómo va evolucionando su experiencia de ción se han identificado dos componen-
enfermedad a lo largo de la adaptación a tes esenciales: el intercambio de infor-
la misma. Vemos ya en su trabajo la mación (que ya señalara Galeno) y lo que
inquietud por la perspectiva del enfermo podríamos denominar el carácter afecti-
que padece la enfermedad. Szass y vo de la relación, incluyendo aspectos
Hollender, en su artículo publicado u n como el interés, el respeto, la calidez o la
año después, plantean tres modelos bási- empatia (Morales, 1985; Roter y Hall,
cos de relación paciente-médico: el mode- 1992; Ong, Haes, Hoos y Lammes, 1995).
lo de actividad-pasividad en el que de En resumen, nos encontramos ante u n
manera unidireccional se entiende que el tema que ya podríamos considerar clásico
médico ejerce u n a actividad sobre el en Psicología de la Salud, tanto por el
paciente que permanece pasivo; el mode- número de investigaciones y publicaciones
lo de guía-cooperación en el que el médi- sobre el mismo, como por el hecho de que
co dice al paciente lo que debe hacer y su estudio surgió de las mismas inquietu-
éste coopera obedeciéndole; y el modelo des que dieron luz a esta disciplina.
de participación mutua, en el que el En general, los estudios que hasta el
médico ayuda al paciente a ayudarse a sí momento se h a n dirigido a explorar la
mismo desde u n a consideración total- adhesión al tratamiento ante distintas
mente activa de éste último (véase la enfermedades han remarcado la influen-
similitud entre este planteamiento y los cia de cinco tipo de factores sobre la mis-
que ahora consideramos de gran actuali- ma (ver Tabla 1), que Meichenbaum y
dad y originalidad). Engel, ya en el año Turk (1991) resumen m u y bien y que
1962, establece las bases de lo que poste- simplemente reseñaremos.
riormente sería el modelo biopsicosocial En primer lugar, los factores relaciona-
en una crítica feroz al modelo biomédico dos con el paciente incluyen aspectos tan
tradicional. El trabajo de Eider (1963), por distintos como las características del indi-
su parte, enfatiza ya hace cuatro décadas viduo, la existencia o no de un trastorno
la importancia de que los profesionales psicológico, la existencia de alguna disca-
de la salud se preocupen por dar la opor- pacidad sensorial, el olvido o el descuido,
tunidad al paciente de expresar sus senti- las creencias relacionadas con la salud, la
mientos, sus dudas y sus temores, y de enfermedad y el tratamiento, las expecta-
que perciban a éstos como personas que tivas inadecuadas acerca del tratamiento,
les apoyan en el proceso de su enferme- creencias socioculturales relacionadas con
dad. Finalmente, Haney en el año 1971 la enfermedad, el modelo implícito de
publica un capítulo en el que destaca la enfermedad, la apatía o pesimismo res-
influencia de los modelos implícitos y de pecto a las posibilidades de curación, la
los valores personales y profesionales del dificultad para darse cuenta de que se está
médico en la toma de decisiones que afec- enfermo o se necesita medicación, la his-
tan al enfermo. toria previa de adhesión a otros trata-
También desde finales de la década de mientos, insatisfacción con el profesional
los 70 especialmente, aumentó la litera- o con el tratamiento, la situación social
tura científica sobre la importancia de la del individuo, la falta de apoyo social, la
relación médico-paciente y más concre- estabilidad y armonía familiar, la estabili-
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 159

dad o no de la vivienda, la existencia de de aparcamiento, la reputación sobre las


otras demandas que compitan con la instalaciones o medios para dar el trata-
adhesión como la pobreza o el desempleo miento y la adecuación de la supervisión
y finalmente, la falta de recursos que por parte de los profesionales sanitarios.
podrían favorecer la adhesión como el Finalmente se encuentran los factores
dinero o los medios de transporte. relacionados con la relación o interac-
En segundo lugar, se encuentran los ción entre el paciente y el profesional de
factores relacionados con la enfermedad la salud, dentro de los cuales se podría
como por ejemplo, el hecho de que este- mencionar la comunicación entre ambos,
mos ante una enfermedad crónica con las actitudes y conductas verbales y no
ausencia de síntomas manifiestos o ante verbales por parte de médico y paciente,
una enfermedad aguda o con sintomato- las dificultades del profesional para eli-
logía evidente, la estabilidad de los sín- citar las preocupaciones, sentimientos o
tomas y las características asociadas a la emociones negativas del paciente, la
enfermedad o dolencia, como el tipo y insatisfacción de éste último sobre la
grado de incapacidad que produce. relación o la supervisión inadecuada del
En tercer lugar, entre los factores rela- profesional de la salud.
cionados con el tratamiento al que pedi- Como se p u e d e observar, los factores
mos al paciente que se adhiera se hallan que, en general, se consideran asociados
la complejidad del régimen de trata- a la adhesión terapéutica se relacionan
miento, como por ejemplo, el hecho de con los distintos elementos que intervie-
tener que tomar muchas medicaciones nen en la ecuación: el paciente, el profe-
distintas, la duración de la enfermedad, sional sanitario, la relación entre ambos,
el grado de cambio comportamental las características del sistema o institu-
requerido como en el caso de enfermeda- ción sanitaria y finalmente, de modo
des que exigen grandes alteraciones en el muy importante, aquello que relaciona o
estilo de vida de la persona, los efectos pone en contacto a estos elementos, a
secundarios de la medicación, el coste de saber, la enfermedad. Probablemente
la misma, el formato de la medicación y muchos de los factores que influyan en la
su modo de administración (p.ej., cápsu- adhesión terapéutica de los pacientes con
las, tabletas o inyecciones), factores que infección por VIH sean comunes a los
p u e d e n parecer tan triviales como el que influyen en la adhesión de pacientes
color y tamaño de las pastillas, el tipo de con otras enfermedades graves y cróni-
etiquetas de la medicación y la comodi- cas. Sin embargo, la infección por VIH
dad del diseño del recipiente. tiene, como enfermedad, algunas carac-
En cuarto lugar, se agrupan aquellos terísticas ciertamente peculiares, como
factores que se relacionan con la institu- por ejemplo, el estigma social asociado a
ción sanitaria de los que no son respon- esta enfermedad, el número de fármacos
sables ni el médico ni el paciente, entre necesarios para su tratamiento, la impor-
los que se encuentran la continuidad o tancia de muchos de los efectos secunda-
discontinuidad del cuidado médico, el rios de tales fármacos o las circunstancias
tiempo de espera, el intervalo de tiempo que rodean la vida de m u c h o s de los
entre el primer contacto y la consulta, la afectados. Por ello, a continuación anali-
falta de asignación de u n tiempo para zaremos cuál es la importancia de la
cada cita, la falta de cohesión en el siste- adhesión al tratamiento en la infección
ma sanitario, inconvenientes asociados al por VIH y cuáles son los factores que has-
centro de salud como el horario, la ama- ta el momento se han relacionado con tal
bilidad del personal o la disponibilidad adhesión.
160 Rafael Ballester

Tabla 1. Factores relacionados con la falta de adhesión al tratamiento


Factores relacionados con el paciente
• Características del individuo
• Tipo y gravedad del diagnóstico psiquiátrico (particularmente, diagnóstico de esquizofrenia, trastor-
no afectivo bipolar, trastorno paranoide o trastorno de personalidad)
• Discapacidad sensorial
• Olvido o descuido
• Falta de comprensión
• Creencias relacionadas con la salud inapropiadas (p.ej., ideas erróneas, falta de comprensión de la pro-
filaxis y creencias de que la medicina es necesaria sólo cuando están presentes los síntomas)
• Expectativas inapropiadas acerca del tratamiento
• Creencias populares socioculturales o étnicas relacionadas con la enfermedad y el tratamiento
• Modelos implícitos de enfermedad
• Apatía y pesimismo
• Dificultad para darse cuenta de que uno está enfermo o necesita medicación
• Historia actual o previa de no adhesión a otros regímenes de tratamiento
• Insatisfacción con el profesional o con el tratamiento
• Características de la situación social del individuo
• Falta de apoyo social
• Inestabilidad o falta de armonía familiar
• Contexto favorecedor de la no adherencia (p.ej., inestabilidad en la vivienda)
• Demandas que compiten o entran en conflicto con la adherencia (p.ej., pobreza o desempleo)
• Falta de recursos (transporte, dinero o cuidado de los niños)
Factores relacionados con la enfermedad
• Condición crónica con ausencia de sintomatología manifiesta
• Estabilidad de los síntomas
• Características relacionadas con la enfermedad (confusión, probl. visuales, reacciones psicológicas...)
Factores relacionados con el tratamiento
• Complejidad del régimen de tratamiento (p.ej., múltiples medicaciones)
• Larga duración de la enfermedad
• Grado de cambio comportamental requerido (p.ej., interferencia con patrones de conducta habituales
o alteraciones importantes en el estilo de vida)
• Efectos colaterales de la medicación (p.ej., sedación, efectos extrapiramidales)
• Coste
• Preparación, formato del preparado y modo de administración (p.ej., cápsulas, tabletas o inyecciones)
• Color y tamaño de la pastilla
• Etiquetas inadecuadas
• Diseño del recipiente incómodo
Factores relacionados con la institución sanitaria
• Discontinuidad del cuidado
• Prolongado tiempo de espera
• Prolongado lapso de tiempo entre el contacto y la consulta (más de o días)
• Falta de asignación de un tiempo para cada cita
• Falta de cohesión en el sistema de ofrecer el tratamiento
• Inconvenientes asociados al funcionamiento del centro (p.ej., horario, falta de eficacia, personal poco
amable, disponibilidad de aparcamiento...)
• Mala reputación sobre las instalaciones o medios para el tratamiento
• Inadecuada supervisión por parte de los profesionales
Factores relacionados con la relación (interacción paciente-profesional de la salud)
• Comunicación inadecuada
• Ausencia de las actitudes y conductas necesarias (verbales y no verbales) por parte del profesional o
del paciente
• Dificultad del profesional de la salud para elicitar preocupaciones o sentim. negativos del paciente
• Insatisfacción del paciente
• Supervisión inadecuada
Adaptado de D. Meichenbaum y D. Turk (1991). Cómo facilitar el seguimiento de los tratamientos terapéuticos.
Bilbao: DDB.
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 161

LA INFECCIÓN POR VIH/SIDA: En el ámbito clínico, no ya de la pre-


IMPORTANCIA DE LA ADHESIÓN vención, hemos podido aprender a lo lar-
TERAPÉUTICA Y DIFICULTADES go de estos años que el VIH, una vez den-
ASOCIADAS tro de nuestro organismo, ataca a nuestro
sistema inmunitario a través de una de
La infección por VIH/SIDA se ha conver- sus células principales, los linfocitos T4
tido en las últimas dos décadas en una de en los que se multiplica y a los que aca-
las prioridades para los sistemas sanita- ba destruyendo hasta que la función
rios de todo el mundo tanto por su pre- inmune está totalmente debilitada y el
valencia (afecta ya a cerca de 40 millones enfermo comienza a contraer una gran
de personas) como por la gravedad de la cantidad de infecciones oportunistas cau-
enfermedad. Desde que se aislara el Virus sadas por cualquier tipo de virus, bacte-
de Inmunodeficiencia Humana (VIH) a ria, hongo, protozoo, etc.
principios de los años 80 se ha invertido El tratamiento médico de cualquier
una notable cantidad de esfuerzo de los paciente con infección por VIH/SIDA, en
investigadores biomédicos y de dinero principio, se suele componer de dos par-
procedente de los sectores públicos y pri- tes: por un lado, los fármacos destinados
vados para poder llegar a comprender a defender al sistema inmunitario del
cuáles son los mecanismos que hacen tan VIH, los denominados antirretrovirales (el
poderosa a esta enfermedad. VIH es un retrovirus porque se compone
Hoy sabemos muchas cosas de ella. de ARN y no de ADN), incluyendo los
Sabemos, por ejemplo, que el VIH es el Inhibidores de la Transcriptasa Inversa y
responsable de la misma y que este virus los Inhibidores de la Proteasa; por otro
se encuentra en todos los fluidos corpora- lado, los fármacos que son necesarios
les, especialmente en la sangre y el semen para el tratamiento de cualquiera de las
o las secreciones vaginales. También cono- infecciones oportunistas que presenta el
cemos bastante bien cuáles son las con- paciente que en ocasiones son múltiples.
ductas de riesgo y las principales vías para Sin embargo, esto no ha sido siempre
la transmisión del VIH, fundamentalmen- así. En el período inicial de la epidemia
te, la transmisión vertical de la madre al del SIDA no existía ningún tratamiento
niño durante el embarazo, el parto o la lac- efectivo para la enfermedad. Las inter-
tancia, la transmisión a través de relacio- venciones de los médicos eran, en sus
nes sexuales no protegidas, la transmisión efectos, de tipo paliativo. Se desarrollaron
a través del intercambio de agujas y jerin- intervenciones dirigidas a tratar y reducir
gas infectadas en el colectivo de toxicó- las consecuencias de las enfermedades
manos, la transmisión ocupacional a tra- oportunistas asociadas a la inmunodefi-
vés de un pinchazo accidental o contacto ciencia. La siguiente etapa, que podría
con fluidos infectados y la transmisión a comprender entre mediados de los 80 y
través de las transfusiones de sangre, cuyo los inicios de la década de los 90, estuvo
riesgo en la actualidad es prácticamente caracterizada por el desarrollo de los
nulo. El hecho de que el VIH sea un virus denominados Inhibidores de la Trans-
cuyos mecanismos de propagación son criptasa Inversa, enzima responsable de la
fácilmente evitables a través del cambio de producción de ADN por parte del VIH,
hábitos nos ha llevado demasiado ilusa- necesario para entrar en el núcleo del lin-
mente a pensar que su control era sencillo focito e integrarse en su código genético.
(Perloff, 2001) pero la experiencia nos ha Sin embargo, el VIH tiene un ciclo de
demostrado que pocas cosas son más difí- vida muy corto. Al menos 10 billones de
ciles que modificar la conducta humana. partículas de VIH son producidas y des-
162 Rafael Ballester

truidas diariamente en el organismo y la Sin embargo, los nuevos y potentes tra-


vida media del VIH es de 6 horas en una tamientos para el SIDA se enfrentan en la
persona infectada (Ho, Neumann, Perel- actualidad a dos graves problemas. El pri-
son, Chen, Leonard y Markowitz, 1995). mero y quizás el más grave es que la
Como consecuencia de la extraordinaria- revolución que suponen estas nuevas
mente rápida replicación del VIH, el virus terapias médicas deja al margen al 95%
muta a gran velocidad y fácilmente se de los casos que se sitúan en el mundo
vuelve resistente a las terapias simples. subdesarrollado o en vías de desarrollo
Por ello, las terapias con Inhibidores de la donde la posibilidad de una correcta tera-
Transcriptasa Inversa, como el AZT o pia y cuidados médicos de muy elevado
zidovudina, didanosina, estavudina y coste es prácticamente nula por motivos
lamivudina, en un principio, eran capa- económicos (Nájera, 2000). El segundo
ces de reducir la replicación del virus, problema es que los actuales tratamien-
pero en poco tiempo, se volvían inefica- tos contra la infección por VIH conllevan
ces (Kelly, Otto-Salaj, Sikkema, Pinkerton un gran número de pastillas a ingerir dia-
y Bloom, 1998). riamente en pautas complejas; se trata de
Ante esta situación se hacía necesario una terapia de larga duración, quizás
el desarrollo de nuevos fármacos capaces indefinida; y suele llevar aparejados efec-
de reducir drásticamente el número de tos secundarios de cierta importancia;
virus o carga viral para con ello reducir todo lo cual, puede ayudar a explicar la
también su capacidad de replicación y de frecuencia con que los pacientes no se
mutación. A mediados de 1996 apareció adhieren adecuadamente al tratamiento.
un nuevo tipo de antirretroviral, los En efecto, aunque pueda parecer con-
denominados Inhibidores de la Proteasa, tradictorio, a pesar de que el tratamiento
enzima responsable de la replicación del contra el SIDA es hoy más efectivo que
virus dentro del linfocito. La inclusión de nunca, son cada vez más los investigado-
estos fármacos, entre los que cabe citar el res y clínicos que denuncian los bajos
Ritonavir, Indinavir, Nelfinavir y Saqui- niveles de adhesión terapéutica que pre-
navir, y más tarde, su combinación con sentan estos pacientes (Aversa y Kimber-
los anteriores dieron lugar a lo que hoy lin, 1996; Ballester, Reinoso, García y
llamamos Terapia Antirretroviral Alta- Campos, 2000; Chesney, 1997; Gwadz et
mente Activa, conocida más comúnmen- al, 1999; Ickovics y Meisler, 1997; KaUch-
te con las siglas HAART {Highly Active man, 1998; López et al., 1999; Samet et
AntiRetroviral Therapy). al., 1992). La terapia HAART que implica
La Terapia Antirretroviral Altamente tomarse múltiples fármacos, cada uno con
Activa (HAART) ha demostrado su capa- pautas de tratamiento específicas, suele
cidad para suprimir la carga viral de los ser más complicada para los pacientes,
pacientes hasta niveles indetectables, comparada con las monoterapias, más
incrementar los indicadores de funciona- simples, que solían incluir básicamente
miento inmunitario tales como el recuen- AZT antes de 1996 (Catz, Kelly, Bogart,
to de linfocitos CD4, mejorar el estado Benotsch y McAuliffe, 2000). Así por
clínico de los pacientes y disminuir su ejemplo, los efectos terapéuticos óptimos
mortalidad (Kelly et al., 1998). El cambio del Indinavir requieren que el fármaco se
en los resultados de los nuevos trata- tome cada 8 horas, el Indinavir debe
mientos para el VIH ha sido tal que se ha tomarse con el estómago vacío, al menos
comenzado a hablar desde hace pocos dos horas después y una hora antes de las
años del SIDA como una enfermedad no comidas y el Saquinavir debe tomarse con
necesariamente fatal, sino crónica. las comidas (Kalichman, 1998).
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 163

Cuando hablamos de adhesión farma- añadir la gravedad que en el tratamiento


cológica, es decir, hasta qué punto los del SIDA incorpora una adhesión inade-
pacientes toman los fármacos prescritos, cuada. La investigación muestra que inclu-
la mayoría de investigaciones informan so una moderada o leve falta de adhesión
de un 50% de pacientes que no siguen reduce de forma muy importante los bene-
adecuadamente el tratamiento. Pero la ficios del tratamiento (Catz et al. 2000). Las
adhesión se debe referir también a aspec- conductas de riesgo en una persona infec-
tos como la adopción de medidas pre- tada, cuando le conducen a entrar de nue-
ventivas de reinfecciones y la asistencia vo en contacto con el virus, además de
al régimen de visitas médicas (Holzemer incrementarle su carga viral, multiplica las
et al., 1999). En este sentido, en nuestro posibilidades de resistencias al tratamien-
país, López et al. (1999) encuentran que to. Por otro lado, un breve lapso de tiempo
un 56% de los pacientes no acuden el día sin tomar la medicación puede llevar fácil-
programado a las citas con el Servicio de mente al incremento de la carga viral y la
Farmacia, el 10-20% no acude a las citas replicación del virus, permitiendo que éste
programadas con el Servicio de Medici- se haga resistente a la medicación (Colven,
na Interna y el 50% no toma los fármacos Harrington, Spach, Cohén y Hooton,
a las horas indicadas. Torres et al. (1999) 2000). Además, la resistencia a un inhibi-
encuentran un 53% de pacientes que dor de la proteasa puede tener un efecto
incumplen el tratamiento. Y más recien- negativo en la eficacia de otros inhibido-
temente Ballester et al. (2000) han encon- res. Finalmente, la falta de adhesión y la
trado que un 53% de los pacientes con aparición de resistencias ante un fármaco,
infección por VIH dejan de tomar en oca- puede tener a medio plazo efectos sobre la
siones los fármacos prescritos ¡Jor el salud pública en general, ya que algunos
facultativo, el 14% sigue realizando las datos comienzan a confirmar la posibili-
mismas prácticas de riesgo que les llevó dad de transmitir a través de las conductas
a la infección por VIH y el 10% no cum- de riesgo cepas de virus resistentes (Quigg
ple con el régimen de visitas médicas. et al., 1997), lo que cada vez complicaría
Fuera de nuestras fronteras, Samet et más la lucha contra la enfermedad.
al. (1992) hallaron que aproximadamen- La gravedad de los problemas de adhe-
te un tercio de las personas que toman sión al tratamiento en los pacientes con
inhibidores de la transcriptasa inversa infección por VIH ha hecho que se inves-
interrumpen su consumo, dato que apa- tiguen los posibles factores relacionados
rece corroborado por los ensayos clínicos con ellos y su efecto modulador sobre la
de Chesney (1997) e Ickovics y Meisler adhesión (Ballester, Campos, García y
(1997). Otro tercio parece que puede alte- Reinoso, 2001). Algunos factores no han
ral las pautas del tratamiento intenciona- mostrado hasta ahora ser excesivamente
damente (Aversa y Kimberlin, 1996). En relevantes, como es el caso de la edad o el
el estudio de Gwadz eí al. (1999) el por- sexo (Ballester, García, Reinoso y Cam-
centaje de no adhesión es del 45% de los pos, en revisión). Sin embargo, distintos
pacientes. Y más recientemente Murphy, estudios han concluido la relevancia que
Wilson, Durako, Muenz y Belzer (2001) pueden tener algunas variables que pre-
hallaron que tan sólo el 41% de los ado- sentamos en la Tabla 2 junto con una revi-
lescentes con VIH presentaban una adhe- sión de las principales investigaciones
sión plena al tratamiento. que han revelado el papel de tales varia-
Por lo tanto, sabemos que la falta de bles sobre la adhesión en pacientes con
adhesión a los tratamientos con antirretro- VIH. Entre los factores que se han visto
virales es muy frecuente. A eso hay que relacionados con la adhesión se encuen-
164 Rafael Ballester

Tabla 2. Revisión de los estudios acerca de los factores relacionados con la adhesión en pacientes con
infección por VIH
Factores relacionados con ¡a adhesión
Estudios
en pacientes con infección por VIH
Nivel educativo Catz, Heckman, Kochman y DiMarco (2001)
Creencias culturales del paciente Erwin y Peters (1999)
Siegel, Karus y Schrimshaw (2000)
Valoración de la gravedad de la enfermedad Ballester et al. (2000)
Gao, Ñau, Rosenbluth, Scott y Woodward (2000)
Percepción acerca de la eficacia del tratamiento Mehta, Moore y Graham (1997)
Ballester et al. (2000)
Complejidad del tratamiento Kastrissios et al. (1998)
Torres et al. (1999)
Murphy, Johnston y Martin (2000)
Vulnerabilidad percibida Gao et al. (2000)
Intolerancia a los efectos secundarios Rabkin y Chesney (1998)
Roca, Gómez y Amedo (2000)
Catz et al. (2000)
Creencia acerca de la toxicidad de los fármacos Perry, Ryan, Ashman y Jacobsberg (1992)
Smith, Rapkin, Morrison y Kammerman (1997)
Relación con el facultativo Stall et al. (1996)
Gerbert, Love y Caspers (1999)
Gordillo (1999)
Roberts y Volberding (1999)
Ballester et al. (2000)
Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2001)
Inestabilidad en las vidas de los pacientes Besch (1995)
(p.ej., no tener u n hogar) Bangsburg, Tulsky, Hecht y Moss (1997)
Ánimo depresivo Singh et al. (1996)
Holzemer et al. (1999)
Gordillo, Del Amo, Soriano y González-Lahoz (1999)
Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2000)
Murphy ef al. (2001)
Remor, 2002
Ansiedad Catz et al. (2001)
Problemas psicopatológicos en general Cohén y Jacobson (2000)
Falta de apoyo social Catz, McClure, Jones y Brantley (1999)
Catz ef al. (2000)
Remor, 2002
Consumo excesivo de alcohol Petry (1999)
Catz et al. (2001)
Historia de consumo de drogas Freeman, Rodríguez y French (1996)
Singh et al. (1996)
Gwadz et al. (1999)
Kaplan et al. (1999)
Gordillo et al. (1999)
Haubrich et al. (1999)
Ballester eí al. (2000)
Moatti et al. (2000)
Olvido Hecht (1997)
Chesney et al. (2000)
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 165

tran el nivel educativo, las creencias cul- (apenas llevamos dos décadas luchando
turales del paciente, la valoración de la contra ella), los programas de interven-
gravedad de la enfermedad, la percepción ción para la mejora de la adhesión tera-
acerca de la eficacia del tratamiento, la péutica de estos pacientes son bastante
complejidad del tratamiento, la vulnera- escasos. Además de la corta historia de
bilidad percibida, la intolerancia a los esta enfermedad desde su apeirición, hay
efectos secundarios, la creencia acerca de que contar con que realmente, el desarro-
la toxicidad de los fármacos, la relación llo de fármacos antirretrovirales eficaces
con el facultativo, la inestabilidad en las contra la infección todavía es un hecho
vidas de los pacientes (p.ej., no tener un más reciente. Así, la combinación de inhi-
hogar), el ánimo depresivo, la ansiedad, bidores de la transcriptasa inversa e inhi-
los problemas psicopatológicos en gene- bidores de la proteasa (HAART), que
ral, la falta de apoyo social, el consumo incrementó bruscamente la esperanza de
excesivo de alcohol, la historia de consu- vida de los pacientes infectados, apenas se
mo de drogas o simplemente el olvido. remonta a 1996. Como hemos dicho ante-
A pesar de todos los estudios mencio- riormente, es a partir de este momento
nados los problemas de adherencia al tra- cuando la adhesión a un tratamiento que
tamiento de los pacientes con VIH son demuestra ser de gran eficacia se convier-
tan frecuentes y tan complejos que nin- te en un aspecto de una enorme relevan-
guna combinación de variables sociode- cia (Kelly y Kalichman, 2002).
mográficas ha sido capaz de predecir en Sin embargo, a pesar de que la investi-
un alto grado qué pacientes no van a gación sobre la adhesión en el SIDA es
seguir las prescripciones médicas forzosamente escasa, actualmente tene-
(Wright, 2000). Sin embargo, estamos mos suficientes datos para afirmar que
hablando de un problema cuya solución estamos ante un fenómeno complejo en
es de vital importancia dada la existencia el que intervienen multitud de variables.
en la actualidad de tratamientos de gran En consecuencia, parece bastante com-
eficacia que pueden ayudar a incremen- prensible que el tipo de intervención ide-
tar no sólo la esperanza de vida del al para la mejora de la adhesión debería
paciente, sino también y de manera fun- ser uno que englobase tanto acciones
damental, su calidad de vida. Incluso dirigidas al entorno sanitario, como otras
algunos autores como Altice y Friedland llevadas a cabo con los profesionales que
(1998) hablan de la etapa actual como la prescriben el tratamiento y con los pro-
«era de la adhesión» en el tratamiento pios pacientes (Department of Health and
contra el VIH. De todo ello se deriva la Human Services, 1999). Como enfatiza
importancia de desarrollar y aplicar pro- Wright (2000), quizás no sea realista
gramas de probada eficacia para mejorar esperar que el 100% de pacientes se
la adhesión al tratamiento de los pacien- adhieran a los tratamientos antirretrovi-
tes con VIH y SIDA. rales ni a ningún tipo de tratamiento, y
por ello, éste debería ser negociado indi-
vidualmente con cada paciente sobre la
PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN base de una relación terapéutica abierta
PARA LA MEJORA DE LA ADHESIÓN y con la ayuda de intervenciones que se
AL TRATAMIENTO EN PACIENTES dirijan a distintas dimensiones del pro-
CON INFECCIÓN POR VIH blema.
Entre los programas que se han dirigi-
Dado que la infección por VIH/SIDA cons- do a intervenir sobre el sistema sanitario
tituye una enfermedad bastante reciente algunos han intentado crear unidades de
166 Rafael Ballester

atención multidisciplinar más integradas que el paciente padece en su vida coti-


con el fin de mejorar la accesibilidad de diana a causa de la medicación antirre-
los pacientes a los cuidados, establecer troviral, y los temores asociados como la
u n sistema de citas más flexible, facilitar desconfianza con el tratamiento o el mie-
los mecanismos para que de forma rápi- do a ser reconocido como enfermo con
da el paciente puede informar de los SIDA a través del mismo.
efectos secundarios de la medicación y se Finalmente, dentro de los programas
le p u e d a dar solución inmediata a sus de intervención también se han incorpo-
problemas, o minimizar las barreras de rado componentes terapéuticos dirigidos
acceso a la medicación, entre otras accio- a los aspectos relacionados con el pacien-
nes (Kelly et al. 1998). te que h a n mostrado ser eficaces para
Otros programas dirigidos a enfermos mejorar la adhesión de los pacientes con
con VIH y con otro tipo de enfermedades VIH a las terapias combinadas de antirre-
se h a n centrado más en las habilidades trovirales (Sikkema y Kelly, 1996). Entre
de comunicación de los profesionales las acciones incluidas en estos programas
sanitarios con acciones como clarificar a se encuentran: el ajuste de los regímenes
los pacientes los beneficios que p u e d e n de tratamiento al funcionamiento coti-
esperar del tratamiento (Geletko, Ballard diano del paciente, entrenamiento en
y Matthews, 1995; Muma, Ross, Parcel y solución de problemas, enseñar a los
Pollard, 1995), implicar al paciente de pacientes a superar las barreras potencia-
forma activa en el proceso de toma de les para seguir el tratamiento, estableci-
decisiones relativas al tratamiento (Catt, miento de metas en áreas relacionadas
Stygall y Catalán, 1995), crear mecanis- con la adhesión, entrenamiento en habi-
mos que aseguren un contacto frecuente, lidades asociadas a la adhesión, refuerzo
seguimiento cercano y apoyo intenso a los pacientes por sus esfuerzos para
entre pacientes y profesionales (Morse et seguir el tratamiento adecuadamente, y el
al., 1991), proporcionar información ver- uso de estrategias tecnológicas y de auto-
bal y escrita clara con una retroalimenta- control para seguir las pautas (dosis y
ción y supervisión continuada que garan- horarios) correctas del tratamiento, tales
tice la comprensión por parte de los como los pastilleros o «avisadores» elec-
pacientes de las condiciones y exigencias trónicos de que el paciente debe tomar la
del tratamiento (Becker y Maiman, 1980), medicación (Kelly et al. 1998).
y u n a retroalimentación frecuente al Sin embargo, dada la situación de
paciente mostrándole el éxito del trata- m u c h o s de los pacientes afectados por
m i e n t o (Kinzie, Leung, Boehnlein y esta enfermedad, parece claro que este
Fleck, 1987). Algunos estudios como el tipo de intervenciones, para alcanzar una
de Gerbert, Bronstone, Clanon, Aber- óptima eficacia, deberían combinarse con
crombie y Bangsberg (2000) muestran otras que estuvieran enfocadas al trata-
que los mismos médicos reconocen sen- miento de los problemas de adicción que
tirse poco preparados para ayudar al algunos enfermos mantienen, el malestar
paciente a comenzar la terapia antirretro- psicológico, las dificultades para afrontar
viral y para promover su adhesión al tra- la enfermedad, la inestabilidad en la vida
tamiento. Por ello, autores como Meystre, de muchos pacientes e incluso, en algu-
Dubois, Cochand y Telenti (2000), h a n nos casos, la falta de u n hogar o de u n
insistido en la importancia de entrenar a refrigerador donde guardar algunas de las
los profesionales sanitarios en habilida- medicaciones. En este sentido, como
des de comunicación para ser capaces de señalan Williams y Boykin (1999), los
elicitar los problemas y las interferencias trabajadores sociales también podrían.
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 167

con su actuación, ser importantes agen- miento en habilidades de afrontamiento


tes para mejorar la adhesión al trata- o el entrenamiento asertivo para mejorar
miento de los pacientes. Según Hecht la relación con los profesionales sanita-
(1997), un programa ideal para mejorar rios (Kelly y Murphy, 1992; Besch, 1995).
esta adhesión debería incluir entre sus Kalichman (1998) añade a estas técnicas
componentes la clarificación de las ins- la utilidad de los grupos de apoyo para
trucciones del tratamiento, la anticipa- mejorcir la adhesión de los pacientes.
ción de los efectos secundarios, la adap- Un ejemplo de estos programas es el de
tación del régimen de tratamiento al Roteram y Miller (1998) quienes desarro-
estilo de vida del paciente, la prepara- llaron un programa de intervención de
ción para los cambios en las rutinas coti- tres módulos para jóvenes con VIH, que
dianas como pueden ser unas vacaciones incluía: (1) hábitos de salud y adhesión
y la simplificación del régimen de trata- terapéutica; (2) conductas sexuales más
miento, pero tEimbién otros componentes seguras y abstinencia del uso de sustan-
dirigidos a incrementar la motivación del cias; y (3) calidad de vida. El programa se
paciente y a tratar problemas indirectos aplicaba en grupo durante 8-12 sesiones
como la depresión, el abuso de sustan- de 2 horas de duración, y estaba pensado
cias o la relación con los profesionales especialmente útil para jóvenes con
sanitarios. Por otra parte, un estudio importantes problemas psicosociales.
reciente de Paterson et al. (2000), además Sin embargo, hay que reconocer que
de encontrar una gran correlación exis- hasta el momento, los estudios en los que
tente entre la adhesión terapéutica a los se evalúa la eficacia de estos programas
inhibidores de la proteasa y los resulta- son muy escasos, aunque hay que decir
dos clínicos, concluyen que la existencia que también lo son los trabajos que eva-
de perturbaciones emocionales constitu- lúan la eficacia de programas para mejo-
yen un factor de riesgo por sí solo para rar la adhesión en otras enfermedades,
una baja adhesión terapéutica y que, por como lo muestra la revisión de Haynes,
lo tanto, debe ser una prioridad de los McKibbon y Kanani (1996). Podemos ape-
clínicos la detección y tratamiento de los nas mencionar unos pocos de estos estu-
problemas psicopatológicos de los dios referidos al SIDA. Por ejemplo. Coa-
pacientes. tes y McKusick (1987) hallaron que tras la
Por ello, algunos autores, han desarro- aplicación de un programa grupal de
llado programas de tratamiento (ver Tabla entrenamiento en técnicas de manejo del
3) que más que estar exclusivamente estrés, los pacientes con VIH mostraban
orientados a la promoción de la adhe- menor estrés, depresión y menor frecuen-
sión, intentan tomar en consideración cia en las conductas de riesgo que los
otras variables que pueden estar afectán- pacientes del grupo control. En un traba-
dola directa o indirectamente. Se trata de jo publicado por estos autores dos años
programas para mejorar el afrontamiento más tarde (Coates, McKusick, Kuno y Sti-
de la enfermedad. En este sentido se ha tes, 1989), describían una terapia de gru-
enfatizado la utilidad que podrían tener po que consistía en ocho sesiones (una a
técnicas de intervención que ayuden al la semana) de dos horas de duración cada
paciente a reducir su ansiedad, su males- una de ellas en las que se enfatizaba el
tar emocional, su sensación de indefen- entrenamiento en relajación, el cambio de
sión y la percepción de falta de control. hábitos de salud como la reducción del
Incluiríamos entre esas técnicas, el entre- consumo de tabaco y alcohol y el incre-
namiento en relajación, la terapia cogni- mento del descanso y del ejercicio físico,
tiva, la imaginación guiada, el entrena- así como otras habilidades para el mane-
168 Rafael Ballester

jo del estrés. El resultado de la terapia ambos tratamientos grupales producían


grupal fue la mejoría en distintas varia- una mejoría en los pacientes significati-
bles clínicas relacionadas con el estrés y vamente mayor que la terapia individual.
el estado emocional de los pacientes. En el seguimiento realizado a los tres
Emmot (1991), por su parte, evaluó la meses, los pacientes que se encontraban
eficacia de un programa de intervención mejor eran los que habían estado en el
grupal para pacientes con VIH encontran- grupo de apoyo. Sin embargo, los que
do que tras el programa había un descen- habían recibido la terapia cognitiva en
so del ánimo depresivo y de la ansiedad, grupo eran los que más habían reducido
aunque no cambiaban las habilidades para su consumo de sustancias.
afrontar la enfermedad. También Folkman Por su parte, Eller (1995) evaluó la efi-
et al. (1991) encontraron una mejora en cacia de dos técnicas de reducción del
los estilos de afrontamiento, menor estrés en pacientes seropositivos: la rela-
autoinculpación y menor depresión tras jación muscular y la imaginación guiada.
una terapia grupal aplicada a hombres El tratamiento era muy breve en ambos
homosexuales. casos. La imaginación guiada consistía en
En el mismo año, Antoni et al. (1991), una grabación de 21 minutos que se usa-
aplicaron un programa cognitivo-compor- ba durante un período de 6 semanas; y la
tamental a hombres homosexuales antes relajación también consistía en una gra-
de la notificación del resultado de las bación de 12 minutos que se utilizaba
pruebas de anticuerpos. El programa durante el mismo período de tiempo. A
incluía entre sus componentes, técnicas pesar de la brevedad de la intervención,
para el manejo del estrés, entrenamiento ambos tratamientos mejoraron a los
en relajación, habilidades de afrontamien- pacientes más que la condición control
to de estresores ambientales, valoración en que no se recibía ninguna técnica.
del estrés, afrontamiento activo, incre- También Lutgendorf et al. (1997) apli-
mento de la autoeficacia y aumento de las caron un tratamiento de 10 sesiones de 90
relaciones sociales. Los resultados mostra- minutos de duración en el que se entre-
ban que los pacientes que habían recibido naba a pacientes homosexuales en técni-
el tratamiento mostraban menor depresión cas de manejo del estrés y se comparaba
y mayor ajuste y sensación de control tras los resultados frente a un grupo control.
el conocimiento del diagnóstico. Los resultados indicaron que los pacien-
Kelly et al. (1993) evaluaron la eficacia tes que habían recibido el tratamiento
de un programa grupal para pacientes con experimentaban una reducción de la
depresión. Asignaron aleatoriamente 68 ansiedad y la disforia, especialmente los
hombres seropositivos con una alta pun- que ya partían de niveles bajos de depre-
tuación en depresión a uno de tres grupos sión. Además, se evidenciaron algunos
experimentales. El primero consistía en efectos positivos del tratamiento sobre el
un tratamiento grupal cognitivo-conduc- sistema inmunitario de los pacientes.
tual que incluía esfrategias para reducir la Más recientemente, McPherson eí al.
ansiedad y la depresión como la reestruc- (2000), evaluaron la eficacia de técnicas
turación cognitiva, la relajación muscular, de consejo breve dirigidas específica-
la autorrevelación sobre la enfermedad, la mente a la mejora de la adherencia al tra-
adopción de medidas de sexo seguro y el tamiento antirretroviral en comparación
establecimiento de una red social de apo- con un grupo control en el que no se
yo; el segundo era un grupo de apoyo; y hacía ningún tipo de intervención, obte-
el tercero consistía en psicoterapia indi- niendo resultados significativos en la
vidual. Los resultados mostraron que línea de una mayor adhesión terapéutica.
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 169

menos infecciones oportunistas y menos desarrollo de programas de intervención


ingresos entre los que recibieron la inter- para los pacientes con infección por VIH,
vención. Sin embargo, Sorensen eí al. así como de su eficacia nos permiten
(1998) unos años antes, habían compara- extraer las siguientes conclusiones:
do la eficacia del consejo breve en el mis-
mo servicio donde se dispensaba la (1) En primer lugar, parece difícil desa-
medicación para motivar la adhesión en rrollar la intervención ideal en la que
pacientes con VIH que asistían a progra- estén implicados equipos interdisci-
mas de metadona con la eficacia de un plinares bien coordinados y que se
entrenamiento en solución de problemas dirijan a intervenir tanto en los aspec-
para ayudar a los pacientes a superar las tos relacionados con el sistema sanita-
barreras a la adhesión. El consejo breve rio como en los profesionales sanita-
mejoraba la adhesión pero, sin embargo, rios y en el propio paciente. Los
sus efectos duraban poco tiempo. programas desarrollados hasta ahora
En definitiva, los escasos datos que están centrados en alguno de estos
tenemos hasta el momento acerca del ámbitos, aunque todos los autores des-

Tabla 3. Revisión de los componentes terapéuticos de algunos programas de intervención para pacientes
con infección por VIH/SIDA
Autores Tratamiento
Coates y McKusick (1987) Programa grupal de entrenamiento en técnicas de manejo del
estrés.
Coates, McKusick, Kuno y Stites (1989) Terapia de grupo (ocho sesiones de dos horas de duración cada
una) en las que se enfatizaba el entrenamiento en relajación, el
cambio de hábitos de salud como la reducción del consumo de
tabaco y alcohol y el incremento del descanso y del ejercicio físi-
co, así como otras habilidades para el manejo del estrés.
Antoni eí al. (1991) Técnicas para el manejo del estrés, entrenamiento en relajación,
habilidades de a&ontamiento de estresores ambientales, valora-
ción del estrés, afrontamiento activo, incremento de la autoefi-
cacia y aumento de las relaciones sociales.
Kelly eí al. (1993) Terapia grupal cognitivo-conductual que incluía estrategias para
reducir la ansiedad y la depresión como la reestructuración cog-
nitiva, la relajación muscular, la autorrevelación sobre la enfer-
medad, la adopción de medidas de sexo seguro y el estableci-
miento de una red social de apoyo.
Eller (1995) Aplicación individual de la relajación muscular y la imaginación
guiada a través de grabaciones.
Lutgendorf eí al. (1997) Terapia (10 sesiones de 90 min. de duración) en la que se entre-
naba a pacientes homosexuales en técnicas de manejo del estrés
Sorensen eí al. (1998) Entrenamiento en solución de problemas
Roteram y Miller (1998) Programa de intervención de tres módulos para jóvenes con VIH,
que incluía hábitos de salud y adhesión terapéutica; conductas
sexuales más seguras y abstinencia del uso de sustancias; y cali-
dad de vida. El programa se aplicaba en grupo durante 8-12 sesio-
nes de 2 horas de duración.
McPherson eí al. (2000) Técnicas de consejo breve dirigidas específicamente a la mejora
de la adherencia al tratamiento antirretroviral
170 Rafael Ballester

tacan lo importante que sería interve- behavioral stress management intervention


nir desde las diferentes perspectivas y buffers distress responses and immunolo-
además, a ser posible, antes del inicio gic changes foUowing notification of HIV-
del tratamiento antirretroviral. 1 seropositivity. Journal of Consulting and
Clinical Psychology, 59, 906-915.
(2) En segundo lugar, y en la misma
Aversa, S.L., y Kimberlin, C. (1996). Psycho-
línea, parece que no resulta demasia- social aspects of antiretroviral medication
do útil la aplicación de programas de use among HIV patients. Patient Education
intervención centrados en aspectos and Counselling, 29, 207-219.
demasiado concretos, como puede ser Ballester, R. (1993a). Conducta de Enferme-
el uso de pastilleros, que no tengan en dad: la búsqueda de una identidad. Boletín
cuenta la complejidad de la situación de Psicología, 38, 63-88.
del paciente en toda su globalidad. Ballester, R. (1993b). Un análisis crítico de la
(3) En tercer lugar, los escasos estudios aportación de Parsons a la Psicología de la
realizados hasta ahora no nos permi- Salud. Cuadernos de Medicina Psicoso-
ten concluir que ninguna técnica de mática, 25, 41-51.
Ballester, R. (1998). Introducción a la Psico-
intervención sea más eficaz que otra
logía de la Salud. Valencia: Promolibro.
para la mejoría de los pacientes con Ballester, R., Campos, A., García, S., y Reino-
VIH. Quizás en los próximos años so, I. (2001). Variables moduladoras de la
debería profundizarse más en esa adherencia al tratamiento en pacientes con
línea de investigación, ya que, si son Infección por VIH. Psicología Conductual,
escasos los programas de tratamiento 9, 299-322.
desarrollados para los enfermos con Ballester, R., García, S., Reinoso, I., y Campos,
VIH, todavía lo son más los estudios A. (en revisión). Gender differences in
controlados acerca de su eficacia y adherence to treatment and illness beha-
más aún el análisis de la eficacia dife- viour in HIV/ADDS patients: an exploratory
rencial de cada una de las técnicas study in Spain. International Journal of
que componen tales programas. Psychology.
Ballester, R., Reinoso, I., García, S., y Campos,
(4) En cuarto lugar, también sabemos, A. (2000). Adherencia al tratamiento en la
aunque hacen falta más estudios al infección por VIH. Análisis y Modificación
respecto, que la intervención grupal de Conducta, 109, 689-718.
es más eficaz que la intervención Bangsburg, D., Tulsky, J.P, Hecht, F.M., y
individual en estos pacientes. Moss, A.R. (1997). Protease inhibitors in
(5) Finalmente, podemos afirmar que es the Homeless. Journal of the American
mejor cualquier intervención que Medical Association, 278, 63-65.
ninguna y que urge el desarrollo de Barofsky, I. (1977). Medication noncomplian-
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