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Adherencia Terapeutica
Adherencia Terapeutica
HIV infection/AIDS has become at the last two decades one of the priorities for the
health systems in all the world because its prevalence (near of 40 millions of persons
affected) and the seriousness of disease. At last years important advances in the field
of pharmacological treatment of HIV infection patients have been produced, with the
development of new and more potent antiretrovirals. Nevertheless, researchers and cli-
nicians report a high rate of problems related with adherence that invalídate benefits
derived from medical advances. At this paper we present a theoretical review of ante-
cedents of psychological research about adherence to treatments. Also, we analyze spe-
cifics problems found in AIDS patients and review studies about effectiveness of cog-
nitive-behavioral programs of intervention to increase adherence to antiretrovirals in
HIV infection patients.
crates (siglo v a.C), que como se sabe es rés por investigar la adhesión empírica-
considerado el primer gran antecedente de mente y por promoverla es u n hecho
la medicina moderna, afirmaba en algunos mucho más reciente que se remonta ape-
de sus escritos que algunos pacientes men- nas a la década de los 70. Sería a partir
tían al médico cuando eran interrogados de esta fecha cuando los avances médi-
acerca de si habían tomado sus medicinas. cos y farmacológicos que aumentaban de
En el Corpus Hipocraticum se habla de los- forma importante las posibilidades de
errores y engaños de los enfermos en curación del enfermo hicieron ver por
«Sobre la decencia» y en «Prorrético» (II, primera vez que la no adhesión a los tra-
3 y 4). Así, en la primera de las obras men- tamientos prescritos podía tener real-
cionadas, Hipócrates dice: mente consecuencias muy perjudiciales
para el enfermo. Por otra parte, estos
«Hay que vigilar también los errores de los autores señalan que otra diferencia que
enfermos, que muchas veces te engañan en encontramos a partir de esta etapa es el
cuanto a la toma de las cosas prescritas y que, reconocimiento de que la falta de adhe-
por no tomarse pociones desagradables u otros
medicamentos o tratamientos, son llevados a la sión puede ser, en parte, un problema del
muerte. Y por su parte, no se inclinan a reco- médico y no tan sólo del paciente.
nocer lo que han hecho, sino que es al médico A u n q u e en líneas generales nosotros
al que culpan» (Sobre la Decencia, 14). estamos de acuerdo con Turk y Meichen-
baum en que hasta hace apenas tres déca-
Desde la medicina hipocrática, el das no se investigaba empíricamente la
resultado de lo que hoy llamamos falta falta de adhesión de los pacientes y no se
de adhesión a los tratamientos era consi- disponía de grandes medios para evaluar
derado como u n obstáculo para la cura- y combatir esta falta de adhesión, no lo
ción del paciente, especialmente si tene- estamos tanto en los argumentos esgrimi-
mos en cuenta que Hipócrates, al igual dos por estos autores. En primer lugar,
que Galeno siete siglos después, conside- desde nuestro p u n t o de vista, el ser
raba que el arte del médico consistía sim- humano, desde los inicios de la humani-
plemente en ayudar a la naturaleza en su dad, siempre ha puesto todos los medios
esfuerzo curativo. El papel del enfermo que sus conocimientos y grado de desa-
era fundamental en este proceso natural rrollo técnico le h a n permitido para
de curación. Podemos encontrar la expre- luchar contra la enfermedad y la muerte.
sión de esta idea en el siguiente pasaje de Es cierto que los avances médicos y far-
Hipócrates: «El oficio se forma sobre tres macológicos en los dos últimos siglos y
factores: la enfermedad, el enfermo y el más concretamente en las últimas déca-
médico. El médico es u n servidor de su das ha sido asombroso y nos permiten
oficio. El paciente ha de enfrentarse a la curar enfermedades que hasta hace poco
enfermedad con ayuda del médico» (Epi- eran fatales para el individuo. Pero tam-
demias, I, 11). También en sus «Aforis- bién es cierto que los métodos de cura-
mos» (1) dice «Es preciso no sólo dispo- ción más o menos científicos han existi-
nerse a hacer lo debido u n o mismo (el do desde siempre. Y no nos estamos
médico), sino además (que colaboren) el refiriendo a métodos más o menos mági-
enfermo, los que le asisten y las circuns- cos basados en rituales, sino a prácticas
tancias externas». médicas o fármacos como los que pode-
Según Turk y Meichenbaum (1991), a mos encontrar en los Papiros egipcios de
pesar de que el incumplimiento por par- Ebers y de Smith (Ballester, 1998). Hace-
te de los pacientes de las prescripciones mos nuestra la reflexión de Temkin
médicas es un fenómeno antiguo, el inte- (1977) cuando señala que la Medicina es
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 153
SUS enfermos en las que, entre otras usuarios del sistema sanitario acerca de
cosas, se indagaba todo lo relacionado sus derechos y el cuestionamiento del
con la vida anímica (temor, ira, alegría, omnipotente poder de la autoridad esco-
tristeza...) de éstos con el fin de poder lapia. La libertad individual abanderada
proporcionarle el tratamiento más ajus- en los m o v i m i e n t o s de los años 60 fue
tado a su situación. catapultada también al ámbito sanitario,
Por tanto, nosotros p e n s a m o s que d o n d e de r e p e n t e el enfermo se hizo
cuando hablamos de falta de adhesión a consciente de su derecho de decidir y su
los tratamientos estamos hablando de un poder para actuar en relación con su
fenómeno antiguo y también de una pre- salud. La pasividad y la «paciencia» del
o c u p a c i ó n antigua de los sanadores. paciente fueron cuestionadas y sustitui-
Uno de los motivos de la falta de adhe- das por el malestar, la reivindicación y
sión, como por ejemplo, la desconfianza los litigios.
respecto a las prescripciones médicas
está recogido en el saber p o p u l a r de
nuestros refranes como el que dice «Más UNAS PALABRAS ACERCA
mató la receta que la escopeta». Tampo- DEL CONCEPTO DE ADHESIÓN
co nos resulta raro oír hablar de los TERAPÉUTICA Y SU EVALUACIÓN
«matasanos» en nuestra cultura. Espe-
cialmente desde mediados del siglo xvi Durante m u c h o tiempo se han utilizado
a m e d i a d o s del siglo xviii en nuestra de forma indistinta los términos «adhe-
literatura encontramos i n n u m e r a b l e s rencia», «adhesión», «cumplimiento» y
pasajes que no dejan en demasiado buen «obediencia». Los dos primeros términos
lugar a los médicos y sus métodos de harían, en principio, referencia al mismo
curación (Díaz-Plaja, 1996). Por poner concepto. Aunque los dos son correctos,
algunos ejemplos, el lector puede encon- en realidad, el término «adhesión», des-
trar suficientes referencias en este senti- de nuestro punto de vista, sería más ade-
do en autores como Antonio de Guevara cuado en nuestra lengua, ya que «adhe-
(1481-1545) en sus «Epístolas familia- rencia» es u n a traducción demasiado
res», Esteban de Garibay (1493-1549) en literal del inglés «adherence». En el Dic-
sus «Cuentos», Góngora (1561-1627) en cionario de la Real Academia Española,
sus «Letrillas», Quevedo (1580-1645) en «Adhesión» sería la «acción y efecto de
su «La visita de los Chistes», Tirso de adherir o adherirse, conviniendo en u n
Molina (1579-1648) en «El amor médi- dictamen o partido». «Adherencia» hace
co», Cervantes (1574-1616) en «El Qui- más referencia a la «unión física, pega-
jote», Calderón de la Barca (1600-1681) dura de las cosas», aunque también es
en «El médico de su honra» o Diego «calidad de adherente». Sin embargo, el
Torres de Villarroel (1693-1770) en término «cumplimiento» (traducido del
«Memorias». Parece, por tanto, que inglés compliance) sí que contiene con-
siempre ha habido problemas de adhe- notaciones e implicaciones muy diferen-
sión y también ha habido conciencia por tes al de adhesión. En el Diccionario de
parte de profesionales y enfermos de la Real Academia Española, cumpli-
algunas de las causas de este problema. miento es la «acción o efecto de cum-
Lo que quizás resulte m u c h o más plir», esto es de «hacer alguien aquello
moderno es, además de la investigación que debe o a que está obligado». El cum-
empírica acerca de los factores causan- plimiento se refiere al grado en que los
tes de la falta de adhesión, la conciencia pacientes siguen escrupulosamente las
reivindicativa de los enfermos como instrucciones y las prescripciones de sus
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 155
profesionales sanitarios. Muchos autores toma todos y cada uno de los fármacos,
entre los que se encuentran Eisenthal, pero escasa adhesión porque no se los
Emery, Lazare y Udin (1979) o Kristeller toma a las horas y en las condiciones
y Rodin (1984) defienden que el término indicadas. O podría ser que también se
«cumplimiento» introduce la connota- tomara los fármacos a las horas indicadas
ción de un rol pasivo por parte del pero, sin embargo, no siguiera las reco-
paciente y que su contrario, el término mendaciones de su médico respecto al
«incumplimiento» contiene en sí mismo cuidado de la dieta y la realización de
un componente valorativo que implica ejercicio físico. Incluso, como señalaba
una actitud negativa hacia el paciente Blackv^rell (1979) las razones de la falta
haciéndole responsable de esa falta de de adhesión de los pacientes pueden ser
cumplimiento. Sin embargo, desde nues- diferentes para las distintas facetas del
tro punto de vista, no parece, en princi- tratamiento. Por ejemplo, el olvido pue-
pio, esperable que un paciente «deba» o de ser un factor más importante para no
tenga la obligación de cumplir con un tomar la medicación que para el segui-
tratamiento que, por ejemplo, no le ha miento de las visitas médicas. Y la falta
sido suficientemente explicado. de tiempo, podría ser, viceversa, un fac-
Finalmente, nosotros pensamos que el tor que explicase más el hecho de no acu-
término «obediencia terapéutica» sería dir a las visitas médicas que el de no
totalmente inadecuado ya que todavía tomar el tratamiento. El estigma asociado
enfatiza más el carácter unidireccional de a algunas enfermedades, entre las que se
la relación médico-paciente y del poder y encuentra el SIDA, podría hacer que
autoridad que el primero debe ejercer algunas personas que temen ser recono-
sobre el segundo. La responsabilidad de la cidas en el hospital, no acudan a la con-
falta de obediencia recaería completa- sulta médica, mientras que en principio
mente en el paciente y las consecuencias no tendría que estar muy relacionada con
deberían ser soportadas como un efecto de la toma de medicación y el seguimiento
la actitud de éste ante su enfermedad. de las recomendaciones del médico en lo
«Obedecer» es «cumplir la voluntad de que respecta al cambio de los hábitos de
quien manda» según nuestro Diccionario, salud.
así que sobran las palabras respecto a la Tampoco es sencilla la relación entre la
inconveniencia de este término. En contra adhesión y los resultados terapéuticos.
de tales connotaciones, el término adhe- En el tratamiento de una enfermedad
sión supone una implicación más activa y puede ser esencial que el paciente se
voluntaria de colaboración del paciente adhiera a las condiciones de tratamiento,
dentro de una relación mutuamente acep- pero eso no significa que la adhesión
table que tiene como consecuencia un garantice un éxito total en el sentido de
resultado preventivo o terapéutico desea- impedir que la enfermedad avance o se
ble (Meichenbaum y Turk, 1991). agrave. Lo contrario también es cierto.
El concepto de «adhesión terapéutica» Son muchos los factores que intervienen
es un concepto complejo. No existe una en la progresión de una enfermedad y la
dicotomía perfecta entre la adhesión y la adhesión es uno de ellos. Aunque muy
no-adhesión terapéutica. En realidad, los importante, sólo es uno de ellos y esa fal-
pacientes suelen mostrar distintos grados ta de relación directa entre la adhesión y
de adhesión en diferentes aspectos de su los resultados terapéuticos puede desa-
enfermedad y de su tratamiento. Por nimar a muchos pacientes adherentes y
ejemplo, un paciente podría mostrar gran hacer albergar excesivas esperanzas en
adhesión al tratamiento en cuanto que se otros pacientes no-adherentes.
156 Rafael Ballester
terapéutica pueden presentar problemas ello es que el primer manual sobre Psico-
y, en principio, son cuestionables, pero logía de la Salud, el publicado por Stone,
también hay muchos estudios que avalan Cohén y Adler en 1979 ya incluía el cita-
su eficacia como métodos de evaluación. do trabajo de Kirsch y Rosenstock (1979)
Quizás lo más adecuado, cuando resulta sobre los problemas de los pacientes para
factible es una combinación de dos o más seguir las recomendaciones de los profe-
de ellos. En el ámbito específico de la sionales de la salud.
infección por VIH la búsqueda de nuevos Pero, también es cierto que toda esta
métodos innovadores para la evaluación investigación no surge de manera aisla-
de la adhesión sigue siendo u n a priori- da, sino que a su vez, forma parte y pro-
dad para los investigadores (Wagner y viene de un interés de los científicos sur-
Rabkin, 2000; Samet, Sullivan, Trapha- gido en años anteriores que recogía
gen e Ickovics, 2001). inquietudes muy antiguas, que denun-
ciaba las limitaciones de los modelos bio-
médicos tradicionales en la comprensión
ALGUNOS ANTECEDENTES de la salud y la enfermedad, que clama-
DE INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA ba por la consideración de los aspectos
SOBRE LA ADHESIÓN TERAPÉUTICA sociales de la misma (recuérdese toda la
literatura sobre el rol de enfermo surgida
Aunque, como hemos dicho, el interés y a partir de la obra de Talcot Parsons en
la preocupación por la adhesión terapéu- 1951) y de las diferencias individuales en
tica debe ser considerado como u n fenó- la experiencia de enfermedad (recuérde-
meno muy antiguo, es a partir de los últi- se también la extensa línea de investiga-
mos años de la década de los 60 y sobre ción y de publicaciones sobre la conduc-
todo, a partir de los años 70 c u a n d o la ta de enfermedad, después de que David
investigación psicológica sobre la adhe- Mechanic, acuñara este concepto en el
sión terapéutica y los factores relaciona- año 1962) y que culmina en la formula-
dos con la misma se incrementaron de ción por parte de Engel del modelo biop-
m o d o notable. Actualmente p o d e m o s sicosocial en 1977, u n o de los pilares
decir que la literatura científica sobre básicos sobre los que se constituiría la
este tema es ingente y por lo tanto, sería Psicología de la Salud como disciplina
excesivamente pretencioso intentar reali- en los primeros años de la década de los
zar aquí una revisión exhaustiva de todo 80 (para una revisión teórica sobre el
lo que se ha investigado al respecto. Sin tema es posible consultar el libro de
embargo, nos parece obligado recordar Ballester, 1998 o los artículos del mismo
algunos de los trabajos clásicos sobre el autor publicados en 1993 a,b).
tema, que constituyen verdaderos puntos Como ejemplo de esto que decimos, en
de referencia como los de Davis (1966), el libro que Millón publicó en 1975 bajo
Blackwell (1972, 1973, 1979), Kasl el título de Medical Behavioral Science,
(1975), Davidson (1976), Barofsky (1977), dos años antes de que Engel formulara su
Cohén (1979), Kirscht y Rosenstock modelo, el autor ya recogía algunos tra-
(1979), DiMatteo y DiNicola (1982), Dun- bajos anteriores que enfatizaban aspectos
bar y Agras (1980), Friedman y Litt que darían lugar a u n cambio en la con-
(1986), Gerber y Nehemkis (1986), y Mei- cepción del paciente hacia la considera-
c h e n b a u m y Turk (1991). La adhesión ción de éste como u n ente activo que
terapéutica ha llegado a ocupar un lugar merecía ser tratado por el profesional
prominente dentro de la literatura cientí- sanitario en toda su globalidad y comple-
fica en Psicología de la Salud. Prueba de jidad. Nos referimos fundamentalmente a
158 Rafael Ballester
los trabajos de Lederer (1952), Szass y tamente sobre cómo esta relación podía
Hollender (1956), Engel (1962), Eider jugar u n importante papel en la adhesión
(1963) y Haney (1971). En primer lugar, al tratamiento (DiMatteo, 1979; Stone,
Lederer ya en el año 1952 analiza cómo 1979; DiMatteo, 1994; Cameron, 1996;
percibe el enfermo su propio m u n d o y Buchman, 1997). Dentro de esta interac-
cómo va evolucionando su experiencia de ción se han identificado dos componen-
enfermedad a lo largo de la adaptación a tes esenciales: el intercambio de infor-
la misma. Vemos ya en su trabajo la mación (que ya señalara Galeno) y lo que
inquietud por la perspectiva del enfermo podríamos denominar el carácter afecti-
que padece la enfermedad. Szass y vo de la relación, incluyendo aspectos
Hollender, en su artículo publicado u n como el interés, el respeto, la calidez o la
año después, plantean tres modelos bási- empatia (Morales, 1985; Roter y Hall,
cos de relación paciente-médico: el mode- 1992; Ong, Haes, Hoos y Lammes, 1995).
lo de actividad-pasividad en el que de En resumen, nos encontramos ante u n
manera unidireccional se entiende que el tema que ya podríamos considerar clásico
médico ejerce u n a actividad sobre el en Psicología de la Salud, tanto por el
paciente que permanece pasivo; el mode- número de investigaciones y publicaciones
lo de guía-cooperación en el que el médi- sobre el mismo, como por el hecho de que
co dice al paciente lo que debe hacer y su estudio surgió de las mismas inquietu-
éste coopera obedeciéndole; y el modelo des que dieron luz a esta disciplina.
de participación mutua, en el que el En general, los estudios que hasta el
médico ayuda al paciente a ayudarse a sí momento se h a n dirigido a explorar la
mismo desde u n a consideración total- adhesión al tratamiento ante distintas
mente activa de éste último (véase la enfermedades han remarcado la influen-
similitud entre este planteamiento y los cia de cinco tipo de factores sobre la mis-
que ahora consideramos de gran actuali- ma (ver Tabla 1), que Meichenbaum y
dad y originalidad). Engel, ya en el año Turk (1991) resumen m u y bien y que
1962, establece las bases de lo que poste- simplemente reseñaremos.
riormente sería el modelo biopsicosocial En primer lugar, los factores relaciona-
en una crítica feroz al modelo biomédico dos con el paciente incluyen aspectos tan
tradicional. El trabajo de Eider (1963), por distintos como las características del indi-
su parte, enfatiza ya hace cuatro décadas viduo, la existencia o no de un trastorno
la importancia de que los profesionales psicológico, la existencia de alguna disca-
de la salud se preocupen por dar la opor- pacidad sensorial, el olvido o el descuido,
tunidad al paciente de expresar sus senti- las creencias relacionadas con la salud, la
mientos, sus dudas y sus temores, y de enfermedad y el tratamiento, las expecta-
que perciban a éstos como personas que tivas inadecuadas acerca del tratamiento,
les apoyan en el proceso de su enferme- creencias socioculturales relacionadas con
dad. Finalmente, Haney en el año 1971 la enfermedad, el modelo implícito de
publica un capítulo en el que destaca la enfermedad, la apatía o pesimismo res-
influencia de los modelos implícitos y de pecto a las posibilidades de curación, la
los valores personales y profesionales del dificultad para darse cuenta de que se está
médico en la toma de decisiones que afec- enfermo o se necesita medicación, la his-
tan al enfermo. toria previa de adhesión a otros trata-
También desde finales de la década de mientos, insatisfacción con el profesional
los 70 especialmente, aumentó la litera- o con el tratamiento, la situación social
tura científica sobre la importancia de la del individuo, la falta de apoyo social, la
relación médico-paciente y más concre- estabilidad y armonía familiar, la estabili-
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 159
Tabla 2. Revisión de los estudios acerca de los factores relacionados con la adhesión en pacientes con
infección por VIH
Factores relacionados con ¡a adhesión
Estudios
en pacientes con infección por VIH
Nivel educativo Catz, Heckman, Kochman y DiMarco (2001)
Creencias culturales del paciente Erwin y Peters (1999)
Siegel, Karus y Schrimshaw (2000)
Valoración de la gravedad de la enfermedad Ballester et al. (2000)
Gao, Ñau, Rosenbluth, Scott y Woodward (2000)
Percepción acerca de la eficacia del tratamiento Mehta, Moore y Graham (1997)
Ballester et al. (2000)
Complejidad del tratamiento Kastrissios et al. (1998)
Torres et al. (1999)
Murphy, Johnston y Martin (2000)
Vulnerabilidad percibida Gao et al. (2000)
Intolerancia a los efectos secundarios Rabkin y Chesney (1998)
Roca, Gómez y Amedo (2000)
Catz et al. (2000)
Creencia acerca de la toxicidad de los fármacos Perry, Ryan, Ashman y Jacobsberg (1992)
Smith, Rapkin, Morrison y Kammerman (1997)
Relación con el facultativo Stall et al. (1996)
Gerbert, Love y Caspers (1999)
Gordillo (1999)
Roberts y Volberding (1999)
Ballester et al. (2000)
Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2001)
Inestabilidad en las vidas de los pacientes Besch (1995)
(p.ej., no tener u n hogar) Bangsburg, Tulsky, Hecht y Moss (1997)
Ánimo depresivo Singh et al. (1996)
Holzemer et al. (1999)
Gordillo, Del Amo, Soriano y González-Lahoz (1999)
Murphy et al. (2000)
Catz et al. (2000)
Murphy ef al. (2001)
Remor, 2002
Ansiedad Catz et al. (2001)
Problemas psicopatológicos en general Cohén y Jacobson (2000)
Falta de apoyo social Catz, McClure, Jones y Brantley (1999)
Catz ef al. (2000)
Remor, 2002
Consumo excesivo de alcohol Petry (1999)
Catz et al. (2001)
Historia de consumo de drogas Freeman, Rodríguez y French (1996)
Singh et al. (1996)
Gwadz et al. (1999)
Kaplan et al. (1999)
Gordillo et al. (1999)
Haubrich et al. (1999)
Ballester eí al. (2000)
Moatti et al. (2000)
Olvido Hecht (1997)
Chesney et al. (2000)
Adhesión terapéutica en la infección por VIH/SIDA 165
tran el nivel educativo, las creencias cul- (apenas llevamos dos décadas luchando
turales del paciente, la valoración de la contra ella), los programas de interven-
gravedad de la enfermedad, la percepción ción para la mejora de la adhesión tera-
acerca de la eficacia del tratamiento, la péutica de estos pacientes son bastante
complejidad del tratamiento, la vulnera- escasos. Además de la corta historia de
bilidad percibida, la intolerancia a los esta enfermedad desde su apeirición, hay
efectos secundarios, la creencia acerca de que contar con que realmente, el desarro-
la toxicidad de los fármacos, la relación llo de fármacos antirretrovirales eficaces
con el facultativo, la inestabilidad en las contra la infección todavía es un hecho
vidas de los pacientes (p.ej., no tener un más reciente. Así, la combinación de inhi-
hogar), el ánimo depresivo, la ansiedad, bidores de la transcriptasa inversa e inhi-
los problemas psicopatológicos en gene- bidores de la proteasa (HAART), que
ral, la falta de apoyo social, el consumo incrementó bruscamente la esperanza de
excesivo de alcohol, la historia de consu- vida de los pacientes infectados, apenas se
mo de drogas o simplemente el olvido. remonta a 1996. Como hemos dicho ante-
A pesar de todos los estudios mencio- riormente, es a partir de este momento
nados los problemas de adherencia al tra- cuando la adhesión a un tratamiento que
tamiento de los pacientes con VIH son demuestra ser de gran eficacia se convier-
tan frecuentes y tan complejos que nin- te en un aspecto de una enorme relevan-
guna combinación de variables sociode- cia (Kelly y Kalichman, 2002).
mográficas ha sido capaz de predecir en Sin embargo, a pesar de que la investi-
un alto grado qué pacientes no van a gación sobre la adhesión en el SIDA es
seguir las prescripciones médicas forzosamente escasa, actualmente tene-
(Wright, 2000). Sin embargo, estamos mos suficientes datos para afirmar que
hablando de un problema cuya solución estamos ante un fenómeno complejo en
es de vital importancia dada la existencia el que intervienen multitud de variables.
en la actualidad de tratamientos de gran En consecuencia, parece bastante com-
eficacia que pueden ayudar a incremen- prensible que el tipo de intervención ide-
tar no sólo la esperanza de vida del al para la mejora de la adhesión debería
paciente, sino también y de manera fun- ser uno que englobase tanto acciones
damental, su calidad de vida. Incluso dirigidas al entorno sanitario, como otras
algunos autores como Altice y Friedland llevadas a cabo con los profesionales que
(1998) hablan de la etapa actual como la prescriben el tratamiento y con los pro-
«era de la adhesión» en el tratamiento pios pacientes (Department of Health and
contra el VIH. De todo ello se deriva la Human Services, 1999). Como enfatiza
importancia de desarrollar y aplicar pro- Wright (2000), quizás no sea realista
gramas de probada eficacia para mejorar esperar que el 100% de pacientes se
la adhesión al tratamiento de los pacien- adhieran a los tratamientos antirretrovi-
tes con VIH y SIDA. rales ni a ningún tipo de tratamiento, y
por ello, éste debería ser negociado indi-
vidualmente con cada paciente sobre la
PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN base de una relación terapéutica abierta
PARA LA MEJORA DE LA ADHESIÓN y con la ayuda de intervenciones que se
AL TRATAMIENTO EN PACIENTES dirijan a distintas dimensiones del pro-
CON INFECCIÓN POR VIH blema.
Entre los programas que se han dirigi-
Dado que la infección por VIH/SIDA cons- do a intervenir sobre el sistema sanitario
tituye una enfermedad bastante reciente algunos han intentado crear unidades de
166 Rafael Ballester
Tabla 3. Revisión de los componentes terapéuticos de algunos programas de intervención para pacientes
con infección por VIH/SIDA
Autores Tratamiento
Coates y McKusick (1987) Programa grupal de entrenamiento en técnicas de manejo del
estrés.
Coates, McKusick, Kuno y Stites (1989) Terapia de grupo (ocho sesiones de dos horas de duración cada
una) en las que se enfatizaba el entrenamiento en relajación, el
cambio de hábitos de salud como la reducción del consumo de
tabaco y alcohol y el incremento del descanso y del ejercicio físi-
co, así como otras habilidades para el manejo del estrés.
Antoni eí al. (1991) Técnicas para el manejo del estrés, entrenamiento en relajación,
habilidades de a&ontamiento de estresores ambientales, valora-
ción del estrés, afrontamiento activo, incremento de la autoefi-
cacia y aumento de las relaciones sociales.
Kelly eí al. (1993) Terapia grupal cognitivo-conductual que incluía estrategias para
reducir la ansiedad y la depresión como la reestructuración cog-
nitiva, la relajación muscular, la autorrevelación sobre la enfer-
medad, la adopción de medidas de sexo seguro y el estableci-
miento de una red social de apoyo.
Eller (1995) Aplicación individual de la relajación muscular y la imaginación
guiada a través de grabaciones.
Lutgendorf eí al. (1997) Terapia (10 sesiones de 90 min. de duración) en la que se entre-
naba a pacientes homosexuales en técnicas de manejo del estrés
Sorensen eí al. (1998) Entrenamiento en solución de problemas
Roteram y Miller (1998) Programa de intervención de tres módulos para jóvenes con VIH,
que incluía hábitos de salud y adhesión terapéutica; conductas
sexuales más seguras y abstinencia del uso de sustancias; y cali-
dad de vida. El programa se aplicaba en grupo durante 8-12 sesio-
nes de 2 horas de duración.
McPherson eí al. (2000) Técnicas de consejo breve dirigidas específicamente a la mejora
de la adherencia al tratamiento antirretroviral
170 Rafael Ballester
Buchman, W.F. (1997). Adherence: a matter Cohén, M., y Jacobson, J. (2000). Maximizing
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