Está en la página 1de 4

¿Por qué son importantes los procesos de Paz?

Sin duda los diálogos para la terminación del conflicto armado y la construcción de una
paz estable y duradera que se iniciaron en octubre del 2012, son el hecho de más
profundo alcance y significado de la última década en Colombia.
Es necesario aclarar que la actual negociación no solucionará el sinnúmero de conflictos
que vive la población colombiana, sin embargo los avances que se logren en ella serán un
gran aporte para la construcción de un país más justo, democrático e incluyente.
El compromiso es que ninguna insurgencia se quede por fuera de la mesa, como sucedió
con el proceso del año 90-91 que se cerró con la inclusión en la Asamblea Nacional
Constituyente de unas guerrillas, pero dejó por fuera precisamente las que hoy siguen
alzadas en armas y buscan una solución política del mismo.
Los diálogos y lo acordado hasta hoy hay que asumirlo con un gran compromiso ético por
parte de la ciudadanía, si queremos que trascienda lo hasta ahora avanzado. No basta
entonces con defenderlos y apoyarlos, sino actuar consciente y activamente dentro del
proceso mismo a través de una amplia participación de mayorías ciudadanas que incidan
en la agenda de cambio democrático que hoy está en juego.

Es lo que está plasmado en los 3 puntos de los acuerdos que se dieron a conocer
recientemente al público sobre Participación política por la apertura democrática, el
estatuto de oposición, las garantías para la participación; en lo alcanzado sobre la reforma
estructural e integral que necesita el agro colombiano, uno de los factores históricos que
mantienen vivo el conflicto armado; y sobre el problema de drogas y cultivos ilícitos.
Si por medio del diálogo se logra el fin del conflicto armado y con ello un buen comienzo
para la construcción de una paz estable y duradera como política de Estado con la
participación directa de la sociedad, y no solamente como una proeza de un presidente,
este hecho por sí solo puede considerarse un paso trascendental para una sociedad
desangrada por décadas, ya que del silencio de las armas no puede sino nacer el
significado de la palabra y la dignificación de la vida.
Ahora bien, lo que está en juego en los actuales diálogos por la paz es un nuevo período
histórico que crea las condiciones para hacer el tránsito del enfrentamiento armado que
por más de 50 años han vivido las últimas generaciones, hacia una paz basada en la más
amplia y profunda justicia social que conquistaremos con las ideas, la unión y la
solidaridad de todos.
Justicia social que ganaremos a través de la lucha política, democrática y la movilización
popular. Ese será el reto y el escenario del conflicto social que nos queda por delante, una
vez enterramos el histórico enfrentamiento armado a través del diálogo, abonando al
mismo tiempo el terreno para la nueva sociedad que se vislumbra en un horizonte político
más humano y justo bajo un contexto de conflicto social.
Los diálogos, por ejemplo, no serán la solución de problemas históricos y estructurales
que ha vivido la sociedad colombiana.
Tampoco se negocia allí, los TLCS que han impactado negativamente en la vida y
economía de los campesinos, y en la economía y producción agraria nacional. Y así
sucesivamente una serie de problemas estructurales como la pobreza extrema en que
siguen viviendo millones de familias; o la injusticia general e impunidad que reina en
millones de casos y que se ha impuesto en el país desde instituciones como la Fiscalía, la
Procuraduría, las Cortes.
El proceso de diálogos de La Habana y lo que se ha avanzado hasta ahora en los tres
puntos acordados, tiene serios obstáculos y poderosos enemigos declarados. Y una de
las formas de defender y proteger los diálogos y el proceso, es con la información y
difusión de todo lo que allí se ha acordado como lo acaban de hacer las partes en La
Habana.
El centro Democrático Álvaro Uribe principalmente, temen que la oposición de izquierda a
partir de una apertura democrática y garantías de participación se convierta en alternativa
de poder, a partir de su visión de un nuevo país, de sus propuestas, programa e ideas.
Lo que sigue es alcanzar la más profunda y amplia justicia social para el buen vivir y la
vida digna de las mayorías históricamente negadas, excluidas e invisibilizadas por el
poder de unas minorías que han usufrutuado el poder del Estado e impuesto un modelo
económico que deja en la pobreza a millones de familias.
Esta máxima aspiración del pueblo colombiano sólo la conseguiremos tramitando las
contradicciones en todos los órdenes, a través del conflicto social, que, como dijimos, no
termina con la firma de un acuerdo de paz o armisticio; a partir de lo cual la lucha política
adquiere una nueva dimensión bajo un nuevo escenario. Allí es donde tendremos que
jugar un rol de nuevo signo en la unidad y fortaleza los movimientos, partidos y
organizaciones alternativas y populares por el cambio.
Finalmente, el fin del conflicto armado nos debe llevar a asumir juntos como un solo sujeto
nacional de cambio el camino que se abre a partir de la lucha social y política sin el
recurso de las armas, para que solo tengan sentido y razón de ser la batalla de ideas, el
significado de la palabra. Es en este sentido que afirmamos que lo que sigue al fin del
conflicto armado no es el postconflicto sino el post-acuerdo. Así, el conflicto social
característico de toda sociedad democrática adquirirá nuevos contenidos y nuevas
maneras de tramitarse, donde la lucha popular, la movilización y protesta democrática,
vencido el temor a ser eliminados, adquirirán una alcance e importancia históricas nuevas.
Esas son las que debemos asumir desde ya desde el movimiento social y no seguir
esperando en medio de la duda e inactividad, que solo lleva a la parálisis política y a que
otras propuestas de país se impongan o las viejas maneras de gobernar se relegitimen.

¿Porque es importante el proceso de paz en Colombia?


. El sentido común indica la importancia de apoyar el proceso y sus acuerdos y no
adicionar más muertos a los 200.000 de esta segunda violencia. Enfaticemos que si las
Farc dejan de existir, dejará de existir el argumento que nutre la esencia del Centro
Democrático.

El país no puede rendirse ante quienes organizan paros armados y al mismo tiempo
respaldan al senador Uribe que está complacido con esos aliados de siempre. Al gobierno
le corresponde reconocer la existencia y asumir el desmantelamiento del paramilitarismo.

El sentido común indica, que hay que detener los desplazamientos y despojo de millones
de compatriotas, las masacres, más víctimas de los falsos positivos. Este 9 de abril se
conmemoró nuevamente el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas.
También se rechaza el secuestro, la extorsión, los negocios mafiosos, el atentado
personal para dirimir diferencias políticas, el ataque a la población civil, así como la
destrucción de la infraestructura de las regiones que solo afecta a sus pobladores. Que
quede claro que es inaceptable hacer política armada y hacerla a nombre de las gentes
de trabajo.

Este conflicto armado facilitó e impuso los tratados de libre comercio, el desarrollo agrario
de palma africana, los mega-proyectos y minería multinacional como eje del modelo
económico promovido por las agencias internacionales y Washington, a la vez que está
exterminando la agricultura y la industria nacional.

El movimiento social y la izquierda democrática lograrán así ampliar sus luchas e


incorporar a nuevos sectores a la tarea de conquistar la soberanía, defender y promover
la producción nacional, lograr la dignidad del pueblo y la nación.

Será más claro lo que dijo Jorge Eliecer Gaitán: “que la oligarquía liberal conservadora”
sigue siendo la depredadora, la opresora, la corrupta y promotora del atraso, la pobreza y
quiebra de la nación. La oposición política y los movimientos sociales apoyan el proceso
de paz pero no se convertirán en gobiernistas.

Para el único partido opositor con presencia parlamentaria y social ajeno a la lucha
armada, el trepidar de los fusiles ha sido un desastre desde siempre y que la solución
política negociada es el camino para superarla. Estos son los postulados que los ha
acompañado desde su aparición. De ahí la importancia de los acuerdos a que puedan
llegar el gobierno y la guerrilla. A los dos bandos sentados en la Habana y a sus
seguidores como a sus detractores les disgustarán algunos de los acuerdos y esperarán
más o menos en otros. Lo clave es que se lleguen a acuerdos para que cese el torrente
de sangre y dolor para las gentes. Así los pleitos del país y sus ciudadanos serán más
diáfanos y las vías más claras.
Seguramente el gobierno, Washington y las corporaciones multinacionales tengan otro
interés de sacar adelante la paz. Los trabajadores, el pueblo y la oposición política
tendrán otro.
El mecanismo de refrendación no está claro y puede temerse que no haya, pues el
gobierno no está obligado legalmente a adelantarlo. Hay que insistir en que lo importante
es que se silencien los fusiles de estos dos actores armados del conflicto colombiano y
nos aprestemos a que el pueblo de allá y los casi diez millones de colombianos residentes
en el extranjero cada vez más asuman la tarea de conquistar otro modelo económico que
permita el progreso de las mayorías en contravía al modelo impuesto y defendido por el
santismo y el uribismo. Al mismo tiempo que se reconstruye un país tolerante y
democrático.
https://lasillarota.com/opinion/columnas/la-importancia-de-la-paz-en-el-mundo/134827

INTRODUCCION
En el siguiente trabajo hablaremos acerca del ¿por qué son importantes los procesos de
paz?; que un proceso de paz es un esfuerzo para lograr un acuerdo que ponga fin a la
violencia, así como para implementarlo, mediante negociaciones que pueden requerir la
mediación de terceros”. Y observaremos la importancia de la paz en el mundo para que
se cree un mejor ambiente sin violencia ni masacres, para lograr que haya justicia social.

CONCLUSION
Después de lo anterior podemos concluir que los procesos de paz son importantes porque
permite que el país tenga un desarrollo más notorio en el ámbito económico, social y
político, deja a un lado la violencia que se viene viviendo desde muchos años, en
Colombia crea un país con democracia donde las personas están enterradas de los
avances que tiene el acuerdo y participan en el por algunos mecanismos.

También podría gustarte