Está en la página 1de 2

La Marcha sin cesar de los Tiburones

Finn, fue el primer Tiburón en nadar por las aguas tranquilas del océano, desde el principio
siempre había nadado sin encontrar signos de vida, llevaba siglos recorriendo las profundas aguas
del océano, de vez en cuando le gustaba dar grandes saltos a la superficie, pero lo que mas le
agradaba era dormir y pensar en que algún día encontraría a alguien como él, a veces se quedaba
quieto observando la luz que se veía siempre desde el cielo, pero nunca había visto a otro ser
similar a él.

Un día estaba nadando y se encontró con una extraña forma, nunca antes la había visto, se acerco
y se dio cuenta que la figura estaba fuera del océano suspendida en el aire, sacó su cabeza y
entonces pudo divisar una forma con un cuerpo que irradiaba una luz cálida, le pregunto que
quien era, este ser lo miro y sonrió, luego de un momento se acerco y le dijo que se llamaba Alf
dios de los seres Marinos, Finn un poco turbado le pregunto si conocía a alguien más que estuviera
en el océano, Alf otra vez dejo pasar un momento de silencio y le respondió que había creado a
muchas criaturas pero no todas estaban diseñadas para habitar juntos, Finn le dijo que no quería
estar solo, que necesitaba compañía, pero Alf solo guardo silencio, luego de unos momentos le
dijo que si alguna vez quería hablar con él que dijera Alf en su mente y luego en voz alta, Finn no
alcanzo a responder y Alf ya había desaparecido.

Pasaron unos días desde este encuentro tan extraño y Finn seguía pensando y meditando en lo
que le había dicho Alf. Un día se despertó por un ruido extraño que percibía, nunca antes había
sentido tal sonido, se apresuro en acercarse al lugar de donde provenía el sonido, nado tan rápido
como pudo y entonces lo vio, era un pez enorme y estaba cantando. Cuando ambos se vieron, los
dos quedaron perplejos, frente a frente, ninguno dijo una sola palabra por un tiempo, hasta que el
pez se adelanto a saludarlo, conversaron por largo tiempo y decidieron que andaría juntos, ya que
ambos se sentían solos.

Un día decidieron explorar una zona profunda, cada vez estaba mas oscuro y se hacía más difícil
nadar, es por eso que el pez le dijo a su amigo Finn que descansaran por un tiempo y luego
siguieran, ambos se quedaron dormidos, pero Finn tubo un sueño muy raro, soñó que desde el
cuerpo de su amigo brotaba una peculiar sustancia roja, Finn se acercaba y olía esta sustancia,
pero sin saber porque comenzaba a perder el control de su cuerpo y sentía que algo se apoderaba
de él. No quiso contarle a su amigo del sueño, a si que cuando despertaron ambos decidieron
regresar a la zona con luz. Paso el día y a la hora de dormir volvió a tener el mismo sueño, pero
esta vez fue más intenso, en el sueño se veía a el saboreando esta sustancia y cada vez necesitaba
más y más de esa cosa roja que brotaba de la aleta de su amigo. Siempre despertaba asustado
porque en el sueño veía a su amigo con cara de desesperación y entendía que no estaba bien. Ya
no podía más con esta situación por lo que decidió buscar a Alf para que lo ayudara, le dijo a su
amigo que tenia que resolver un problema, pero debía ir solo, quedaron de reunirse en un par de
horas cerca de la roca con forma de triángulo y se separaron.

Pasada media hora de nadar sin parar, Finn subió y saco su cabeza a la superficie, dijo el nombre
de Alf en su mente y luego lo repitió en voz alta, pasaron unos segundos y apareció suspendido en
el aire Alf, este lo miro y le pregunto con una voz tranquila y apacible el motivo por el cual lo había
llamado, Finn tartamudeo un poco y expreso todo lo sucedido acerca del sueño, le dijo de su
nuevo amigo y de su sensación de perder el control en los sueños, le dijo que ya no soportaba mas
experimentar estos sueños tan horríficos y que al momento de cerrar sus ojos y dormir comenzaba
la pesadilla, Alf escucho con mucha atención y le respondió que nunca deberían de haberse
cruzado, también le dijo que para que dejara de tener estas pesadillas debía alejarse y nunca mas
volver a ver a su amigo. Finn se fue un poco triste, ya que no quería estar solo. Pasó un par de
minutos y comenzó a sentir y percibir un olor que lo hipnotizo, comenzó a nadar hacia el lugar de
donde provenía este aroma, y a medida que se acercaba se le nublaba más y más la vista, comenzó
a experimentar una sensación similar a la del sueño y a lo lejos escuchaba una voz que le decía
¡Para!, ¡Para!, pero cada vez perdía el conocimiento, fue así que se quedo dormido, pasado un
tiempo despertó por una voz tronante y fuerte que le decía ¡¡Despierta!!, era Alf, pero ya no
estaba con un rostro apacible si no, furioso, Alf le decía ¡¡¿qué has hecho?!!, y Finn no entendía
que es lo que ocurría, hasta que vio la aleta de su amigo llena de esa sustancia roja que flotaba en
el agua, Fue entonces que comprendió, Alf en un acto de ira lo sentencio a vagar por los océanos
sin descanso alguno.

Es por esto que los tiburones no pueden dejar de nadar ni pueden dormir, ya que están
sentenciados a vagar sin encontrar descanso por todas sus generaciones.

También podría gustarte