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Circulación coronaria

Las arterias coronarias, que se denominan así por presentar el aspecto de una corona que rodea
al corazón, nacen de la raíz de la aorta, a nivel de los senos de Valsalva, y son inicialmente dos:

La arteria coronaria izquierda que, tras un corto trayecto (tronco común de la coronaria
izquierda) se bifurca en descendente anterior (DA) o interventricular anterior, que desciende
por la parte anterior del surco interventricular; y circunfleja (Cx), que se dirige siguiendo el surco
atrioventricular hacia la izquierda, rodea el margen obtuso del corazón y sigue hacia su cara
posterior. La DA es la que riega un mayor territorio del miocardio ventricular. Da ramas que
penetran en el tabique interventricular (septales) y otras que recorren la porción anterior del
ventrículo izquierdo (diagonales). La Cx riega la zona lateral del ventrículo izquierdo y da ramas
marginales.

La arteria coronaria derecha sale del seno de Valsalva coronariano derecho y se dirige hacia la
derecha siguiendo el surco atrioventricular derecho, dando ramas para la cara anterior del
ventrículo derecho. Posteriormente sigue hacia atrás, dando lugar a la descendente posterior o
interventricular posterior, que riega la cara posterodiafragmática del corazón y de la que
depende la arteria que riega el nodo A-V.

Las porciones iniciales de los vasos coronarios circulan por el epicardio y en circunstancias
normales no contribuyen a la resistencia vascular que regula el flujo coronario. Este cometido
corre a cargo de los pequeños vasos de resistencia y las arteriolas, que se introducen en el
espesor del miocardio. La circulación coronaria no carece de colaterales, pero en el sujeto sano
están muy poco desarrolladas, por lo que no suponen una válvula de escape en caso de
obstrucción brusca.

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