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por Iris W.

Schow

En su niñez abuelito se paseaba


Por las calles de su pueblo, y contento
Escuchaba a su abuela explicarle
La veleta que giraba con el viento.
Los élderes llegaron cuando el campo
Estaba blanco, esperando ser segado . . .
Entonces viene el día en que en un barco
Por el viento hacia el poniente es llevado.
La jornada sólo empieza, sin embargo,
Donde acaba el viaje. Los carros enfilando
Emprenden lentos el camino, y la tumba
De su abuela en la distancia va quedando.
Habiendo andado el trayecto entero
Con pies ahora fuertes y callosos, mi abuelo
Tras de su buey la tierra labra, conquistando
Al mismo tiempo que una esposa, el duro suelo.
El viento sopla, hoy caliente, frío mañana;
Hay años de abundancia seguidos de pobreza.
¡Mas qué rico don sus padres le han legado:
La voluntad para luchar, salud y entereza!
Lo anciano es reemplazado por lo joven
Y asumen otras manos la tierra y su cultivo,
Cuando es llamado a que en su antigua lengua
Predique el evangelio en su país nativo.
Los pasos de abuelito hoy son lentos,
Pero firmes al pisar la tierra que ha labrado;
E igual que él, preciso es que cada uno
En el conflicto de la vida sea probado.

La portada Lago Redfish y montañas de Sawtooth, Idaho, Estados Unidos.


Diapositiva por Luden Bown
Litografía a todo color por Deseret News Press

Frontispicio: La rueda rota—simbolo de un viaje


Fotografía por Willard Luce

Arte: Dick Scopes

Ilustraciones: Mary Scopes


Fue una verdadera sorpresa para mí Durante muchos años mi querida pri­
cuando al leer el número de abril de la ma, Vera Pettit, que vive en Layton,
Revista de la Sociedad de Socorro, me Utah, ha estado enviando la Revista
encontré con mi artículo (“Inspira­ de la Sociedad de Socorro a nuestra
ción”, página 296), y me agradó mu­ familia. Cuando mi esposo y yo pre­
cho la manera en que fue impreso y paramos las lecciones para los servi­
arreglado. La página editorial “Apare­ cios dominicales, y nuestros niños to­
cen las flores en la tierra”, por Vesta man parte también, en muchas oca­
P. Crawford, está escrita hermosamen­ siones hemos recurrido a los mensajes
te, es muy cálida y llena de compren­ y poemas de la Revista. Las fotos en
sión. Quiero recomendar a todos los colores son maravillosas. Hemos teni­
que lean la Revista, que nunca se pier­ do dos misioneros que nos vinieron a
dan el editorial. Nos pertenece a todas visitar y eran jóvenes maravillosos. Es­
ya que está dirigida a nosotras. Nos peramos que por mucho tiempo la Re­
alienta a utilizar nuestros propios re­ vista nos siga enviando su verdad.
cursos y nos da unidad de propósito. Barbara Kinnear
Clara Home Park Melton Constable
Draper, Utah Norfolk, Inglaterra

Me siento obligada a escribirles y dar­


les las gracias por la revista de la So­ Es mucho mi cariño por la Revista de
ciedad de Socorro, la que sinceramente la Sociedad de Socorro. Me convertí a
estimo, y de cuya lectura gozo cada la Iglesia hace ya catorce años y des­
mes. Me extasío contemplando las her­ de entonces he estado suscrita a la
mosas fotografías de árboles, monta­ misma. Hace dos años, estaba bas­
ñas y lagos usadas en la cubierta, pues tante preocupada y necesitaba una con­
amo todo lo que Dios nos ha dado en testación a mis tribulaciones, y descu­
la naturaleza para nuestro placer, pue­ brí que la revista me ayudó en mu­
do ver su mano en cada obra, y a chas ocasiones. Especialmente me
pesar de lo que el hombre está hacien­ gustan las lecciones de Ciencia Social,
do, éste siempre será un mundo her­ ya que es mucho lo que me ayudan en
moso para mi. mi vida diaria.
Ella Palmer Olive C. Holloway
Westmead St. John
New South Wales Newfoundland, Canadá
Australia

Muchas gracias por su bonita revista. Es muy satisfactorio recibir la Revista


Cada mes sale más hermosa. ¡Qué co­ de la Sociedad de Socorro estando tan
lorida! Siempre me ha gustado mucho lejos de mi patria. Llena muchas de
la página de pasatiempos porque mues­ mis horas con sus inspiradas lecciones,
tran a las hermanas rodeadas de sus hermosas historias y poemas. Mis re­
hermosas labores. El número de marzo vistas pasan por muchas casas de no
ha sido especialmente hermoso, ya que miembros y son leídas de principio a
muestran los bellos acolchados y otras fin.
obras de arte. Christa Jensen
R. May M. Foote Puerto Ordaz
Tuisa, Oklahoma Estada de Bolívar, Venezuela
Revista d e ia Sociedad de Socorro
Volumen 1 Julio de 1966 Número 2

Editora Marianne C. Sharp Co-Editora Vesta P. Crawford


Ayudante de la Editora Irene B. Woodford Directora Belle S. Spafford

Artículos especiales
84 La eficacia en la enseñanza Stephen R. Covey
88 Zelma R. West asignada a la Mesa Directiva Alberta R. Christensen
90 Sé una amiga de la biblioteca Marianne C. Sharp
92 La Revista de la Sociedad de Socorro—portadora de la luz
Wendell J. Ashton
102 Conocieron al Profeta José Smith Ida A. Isaacson

Sección de novelas
96 Cuéntame acerca del amor Rosa Lee Lloyd
107 El joven con la bolsa de oro Hazel K. Todd
123 Extraños lazos Thelma Grube

Artículos generales
82 Nos escriben diciendo
104 Editorial: Un ejemplo para las hijas de Sión Vesta P. Crawford
103 El mundo de la mujer Ramona W. Cannon
106 Wealtha S. Mendenhall pide su relevo a la Mesa Directiva
134 Cantando sermones Caroline Eyring Miner
127 Noticias de Aquí y Allá
161 Feliz Cumpleaños

El Hogar — por dentro y por fuera


106 Elemental Eileen Giberson
115 Los planes para las vacaciones Kathryn E. Franks
118 Rayo de sol pasajero Ethel Hopper
119 Una fiesta al estilo alemán—Segunda Parte Carla Sansom
122 Myrtle Kiddle Seely realiza una variada habilidad artística
134 Velas que no gotean Ivy Houtz Woolley

Departamento de lecciones
135 Vida Espiritual—El testimonio de Juan respecto de Jesús Roy W. Doxey
140 Mensaje para las Maestras Visitantes—“Pero yo os he mandado criar a
vuestros hijos . . Alice Colton Smith
141 Ciencia del Hogar—Haga relucir sus comidas Hazel S. Cannon
144 Relaciones Sociales—Para que todas aprendan Alberta H. Christensen
148 Refinamiento Cultural—Una vela de entenlimiento Robert K. Thomas
152 La Historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ulitmos Díis
—La Primera Visión
156 Ayudas para las lecciones—1966-67

Poesía
81 Ciclo Iris W. Schow
114 Jehová es mi pastor

© 1966 by the Relief Society General Board Association. La solocitud para enviar corresponden­
cia con tarifa de segunda clase se Halla pendiente en la Oficina Postal de Salt Lake City, Utah.
La eficacia por Stephen R. Covey

Ayudante Administrador de la
en la enseñanza Universidad de Brigham Young

I. Aprender significa cambiar de con­ y eterna meta y descubriréis que


ducta—Los objetivos divinos constantemente estará puliendo
vuestra preparación y métodos de
¡Directores de clases! ¡Madres! enseñanza e influirá dinámicamen­
Haced que esta idea penetre vues­ te en vuestras relaciones educacio­
tra alma: el propósito de la ense­ nales. El ingrediente más importan­
ñanza es el aprendizaje: y aprender te en la enseñanza es el motivo, el
quiere decir cambiar de conducta. verdadero objeto.
Su objeto, por lo tanto, es inspirar
y ayudar a quienes están aprendien­ II. ¿Por qué debemos tratar de que el
alumno participe en la clase?
do, a que desarrollen caracteres
cristianos mediante una actitud A menos que el estudiante tome
mejor cada día. (3 Nefi 27:27.) parte en el sistema de aprendizaje
¿Sencillo? Por supuesto, me de­ —es decir que participe con dina­
cís .. . Quizá. Sin embargo, reflec- mismo — aprenderá (cambiará de
cione detalladamente sobre las ten­ conducta) muy poco o casi nada. El
dencias al preparar y presentar una principio del progreso, es la base de
lección para que cumpla con su ob­ la filosofía de nuestra Iglesia y cla­
jeto, por ejemplo: “Abarcar todo el ramente nos distingue del enfoque
material”, “presentar los puntos”, profesional de la religión.
“ser claro en las explicaciones”, es­ Cuanto más involucrada está la
timular el intelecto”, “hacer que el persona (su intelecto, emociones y
alumno tome parte en la lección”, sentidos), más real, profundo y per­
“impresionar”, etc. manente será el aprendizaje o cam­
El conocimiento divino que ense­ bio.
ñó el Salvador, es una función que 1. Captar el interés de quien está
implica la obediencia o aplicación de aprendiendo ayuda a acortar la dis­
“la doctrina”. (Juan 7:16-17.) Pe­ tancia que hay entre lo abstracto
dro con hermosas palabras enseñó (teoría, principio, teología, “lo que
el mismo principio vital, destacan­ debería ser”) y lo concreto (el modo
do que el conocimiento de Jesucristo de vivir, “lo que es”). ¿Por qué?
es el fruto de obedecer y vivir de Porque cuando el estudiante parti­
acuerdo con los principios divinos cipa, usted está convirtiendo en rea­
comenzando con la fe y trabajando lidades (sentimientos, problemas
hasta alcanzar la caridad y el amor verdaderos, conducta) los ideales
divino. (II Pedro 1:3-8.) El cono­ (principios, teorías). A menos que
cimiento, más que información, es tendamos un puente entre ambas
conversión. distancias, la aplicación del princi­
Saturad vuestro corazón y vues­ pio o lección a la vida, será impro­
tros pensamientos con esta elevada bable, aún cuando por una inspira­
LA EFICACIA EN LA ENSEÑANZA

ción momentánea resolvamos llevar­ traten de conocer la clase y adap­


lo a cabo. Pero, más tarde, en medio ten a ella las lecciones.
de las presiones y luchas de la reali­ Cuando se escucha sinceramente
dad de la vida, los viejos hábitos y a una persona, se le comprende, y
actitudes surgen otra vez. Debe ha­ respeta, su resistencia disminuye y
cerse algo durante el aprendizaje tenemos como resultado la recepción
mismo, para inculcar nuevas actitu­ y facilidad para enseñarla. El he­
des y desarrollar nuevas habilida­ cho de vivir de acuerdo con las leyes
des además de adquirir más conoci­ de amor, alienta a otros a obedecer
miento informativo, sobre los cuales las leyes de la vida.
formar nuevos hábitos de vida.
III. ¿Cómo hacer que el estudiante se
Por ejemplo, convencer a los de­ interese eficazmente?
más del valor de un ambiente es­
piritual, cariñoso y creativo en el
hogar, es de suma importancia.
“Pero, ¿cómo hacerlo?” se pregunta
ella, “cuando mi esposo no quiere
cooperar”. Cuán valioso, práctico
y estimulante sería para las herma­
nas desarrollar un programa deta­
llado, comenzando con “lo que es”
y avanzando hacia “lo que debería
ser”. Aún más útil es enseñar cómo
adquirir la inapreciable habilidad
de saber comunicarse con los espo­
sos e hijos—mediante la demostra­ Tal como se ilustra, se puede no­
ción y práctica de oportunidades en tar la dependencia mutua y la rela­
la clase misma. ción entre el conocimiento, la habili­
2. La implicación en la enseñanza dad y la actitud. Para influir o cam­
facilita la comunicación recíproca. biar una de ellas, en cierto grado,
La comunicación significa com­ será necesario afectar o cambiar
prensión y por lo tanto es necesario las otras dos. Los métodos de ense­
que sea recíproca para ser eficaz. ñanza que tienen por objeto captar
Esto significa que hay que escuchar el interés del alumno, generalmente
para poder entender. Para prestar tienen como mira a las tres simul­
atención se requiere paciencia y va­ táneamente, y por lo tanto ensan­
lor, fe y respeto por los demás. El chan su influencia. La gente re­
peor enemigo de la comunicación cuerda fácilmente lo que hace, pero
honrada e indefensa es la tendencia generalmente olvida lo que oye.
a juzgar, tildar, rechazar y mandar. Leer una lección en voz alta, ser­
A menos que la persona que está monear o dar una explicación abs­
aprendiendo se sienta comprendida, tracta e intelectual, aunque son mé­
que se tengan en cuenta sus cir­ todos que abarcan todo el material,
cunstancias “especiales” y sus pro­ son ineficaces como métodos de en­
blemas, que se le de importancia, señanza o aprendizaje. Generalmen­
sea apreciada y respetada; nada de te se utilizan por temor por falta de
lo que se enseñe “tendrá aplicación”. preparación o simplemente “porque
Me dirijo a los líderes de las clases no se sabe qué hacer”.
cuando digo que si quieren ejercer Los métodos eficaces de enseñan­
su influencia al máximo, especial­ za incluyen :
mente entre los que “no han logrado 1. Análisis de un caso real, que
alcanzar”, comiencen a escuchar, incorpore principios contenidos en
dejen de juzgar o criticar dentro de la lección y requiera decisiones y
sí mismos. Edifiquen una relación, planes de acción.
JULIO DE 1966

2. Representaciones teatrales (es­ maestro. Nuestras mentes se han


pontáneas o planeadas de antema­ iluminado por el plan y punto de
no) donde los estudiantes partici­ vista que todo lo abarca; nuestros
pan del plan de acción en un simu­ corazones se han enternecido y has­
lacro, o aprenden a comunicar o ta quizá convencido con un men­
practicar otras habilidades huma­ saje espiritual que habla del arre­
nas. pentimiento ; nuestras almas se
3. Grupos improvisados, que se han emocionado con un testimonio
forman desintegrando el grupo to­ sobre el Cristo viviente, su obra
tal en unidades pequeñas, y en las maravillosa y prodigio.
cuales son menos las restricciones Como directores de clases, nunca
para lograr una serie de propósitos, subestimen el poder de un testimo­
tales como analizar la aplicación de nio sincero. Testifiquen con frecuen­
la lección a la vida, considerar pro­ cia, fervor y naturalidad. Predicar
blemas prácticos, analizar parte del la palabra de Dios, tiene “un efecto
tópico, hacer decisiones y determi­ más potente en el alma del pueblo
nar un plan específico de acción. que la espada o cualquier otra co­
Cuando la gente se expresa sin sa”. (Alma 31:5.) El Espíritu San­
temor al ridículo o la censura, se to confirmará su testimonio en el
vuelve más receptiva y es más fácil corazón y almas de los que lo escu­
influir en ella y hacerla cambiar. chen. Esta es la implicación más
Los pequeños grupos de carácter eficaz, porque traspasa el corazón
informal tienen la tendencia a alen­ y conmueve las raíces mismas de la
tar esto y a liberar los talentos vida.
creativos de la mayoría. 2. Use una ilustración física o
4. Otros métodos eficaces consis­ natural, para enseñar un principio
ten en la realización de mesas re­ espiritual.
dondas, coloquios, espectáculos, per­ Jesucristo fue un verdadero
sonas que presenten temas especia­ maestro en este campo, con el em­
les, conferencias, testimonios, o pleo de las parábolas. Podría des­
presentaciones parciales de la lec­ cribir vividamente una situación
ción. real relacionada con las experien­
Pruebe métodos nuevos. No se cias mismas de la gente y conver­
desanime ni juzgue el primer in­ tirla en una lección divina. Por tan­
tento como muy difícil. Sea pacien­ to, cada vez que el suceso o la es­
te con usted mismo. La habilidad cena se repetían, sus divinas lec­
para enseñar eficazmente no se ad­ ciones eran recordadas otra vez.
quiere de la noche a la mañana. Usted puede hacer lo mismo. Cul­
Como cualquiera otra habilidad, la tivando su capacidad de observa­
eficiencia sólo viene con la prepa­ ción, imaginación y descripción.
ración y la práctica. Enseñe de manera inductiva—yen­
do de lo específico a lo general. Fre­
IV. Implicación intelectual, emocional
y espiritual cuentemente este procedimento es
más útil que la enseñanza deductiva
La implicación sólo surge cuando —que va de lo general a lo especí­
la mente y el corazón del estudiante fico.
están “engranados”, aunque mu­ Enseñe constantemente lecciones
chas veces no se manifieste verbal­ espirituales sobre lo que se “ve”;
mente. los procesos naturales y físicos de
la vida. Por ejemplo:
1. Testimonio-Interés espiritual. a. Al enseñar los principios divi­
Todos nos hemos sentido con­ nos del amor, fe, paciencia y apoyo
movidos al escuchar un mensaje comprensivo en la relación, ilustra
inspirador de un gran director o el proceso “visible” del crecimiento
LA EFICACIA EN LA ENSEÑANZA

lento, natural y físico de los niños. Las raíces


¿Y qué decimos acerca de lo que
La implicación eficaz en la ense­
“no se ve”, o sea el aspecto emocio­
ñanza no es nada fácil. Pide mu­
nal, social, y espiritual?
cho y requiere exactitud espiritual.
b. Al enseñar justicia o la ley de
Fundamentalmente, usted enseña
la cosecha (uno cosecha lo que siem­
las cualidades de su espíritu. Por
bra), pida a una persona sin entre­
tanto, la preparación más impor­
namiento que toque el piano o que
tante es la espiritual. Primeramen­
cante un solo. Aplique la enseñanza
te aprenda a dominarse a sí mismo,
obvia al desarrollo de cualquiera
y luego empiece con el contenido de
otra habilidad (cocinar, jugar al
la lección. Usted enseña lo que es,
tenis o comunicar). Destaque el
ni más ni menos.
proceso que se sigue en las granjas,
o sea plantar en la primavera y co­ Getsemaní fue un campo de bata­
sechar en el otoño. No hay ningún lla privado—el calvario fue público.
atajo al hacer las tareas en la gran­ Las victorias privadas preceden
ja, en la escuela, al criar una fami­ siempre a las públicas. Cuando se
lia, al enseñar en la Sociedad de So­ tiene una preparación espiritual
corro, al crear buenas relaciones, es poco profunda y se ora mecánica­
decir lograr verdadero éxito. mente, y se destaca principalmente
c. Al enseñar que las cosas de el contenido de la lección y las téc­
Dios, incluso el testimonio, son da­ nicas de la enseñanza, no se logrará
influir en las personas para hacer­
das por el Espíritu de Dios (I Co­
rintios 2:9-14), finja que está cie­ las cambiar, aunque logre impresio­
go y pida a los demás que le des­ narlas.
criban. La información técnica, el Los problemas más importantes
análisis o el conocimiento intelec­ a los que nos enfrentamos, ya sea
tual acerca de la visión, no ayudará como director de una clase o en la
en absoluto. Para conocer a Dios vida en general, tienen casi siempre
uno debe sentir su Espíritu, el que una raiz espiritual (a pesar de que
se recibe mediante la búsqueda, la muchas veces las ramas parezcan
oración, el estudio, la preparación, de orden técnico o práctico), y la
y no por razonamiento humano. clave para solucionarlos yace casi
d. Al enseñar que la fe nace de siempre dentro de nosotros mismos.
la obediencia (deseo, experimenta­ Del corazón es de donde mana lo
ción, diligencia, paciencia (Alma más importante de la vida. (Pro­
32:24-43), etc., vende a alguien los verbios 4:23.) Aprenda a examinar
ojos. Pida entonces a tres voces su corazón. Arranque de raiz las
(una verdadera, y dos falsas), que ideas que se contraríen, ya que son
la encaminen hacia donde se en­ la base de la inestabilidad. Arre­
cuentra su cartera escondida en al­ piéntase y haga convenio. Elimine
gún lugar de la habitación. Al en­ la hipocrecía. Ore en privado des­
contrarla, pregunte a la persona de el fondo del corazón, y hágalo
cómo supo qué voz la encaminaba fervientemente. Estudie las pala­
bien y cuáles la estaban engañando. bras del Señor para cada día sentir
Trate entonces de dividir a la clase y conocer al Autor y sus caminos.
en grupos pequeños para analizar “Sobre vuestras mentes descansen
los varios aspectos adicionales y los las solemnidades de la eternidad.”
principios que estos comprenden. (Doc. y Con. 43:34.)
Otra vez me dirijo a los directo­ “Yo soy la vid, vosotros los pám­
res de clases para decirles que no panos ; el que permanece en mí, y
se limiten solamente a la imagina­ yo en él, éste lleva mucho fruto;
ción y que traten de derivar lo es­ porque separados de mí nada po­
piritual de lo físico. déis hácer.” (Juan 15:5.)

(7
Zelma R. West
asignada a la
Mesa Directiva
por Alberta H. Christensen
Miembro de la Mesa Directiva
de la Sociedad de Socorro

Zelma Ririe West, asignada a


la Mesa Directiva de la Sociedad
de Socorro el 13 de abril de 1966,
nació en Ogden, Utah, siendo el
décimo hijo de Alexander y Eli-
zabeth McBride Ririe. Después
de su graduación en la Universi­
dad de Weber, y de su casamiento
con Wilburn C. West, acompañó
a su esposo a Washington, D.C.,
donde nacieron sus cuatro hi­ maria. Su interés por la Sociedad
jos: Wilburn Jr., graduado uni­ de Socorro es natural ya que su
versitario y casado; Carolyn West madre fue presidenta en dicha or­
Wilkinson, graduada universitaria ganización. Ella misma ha desem­
y madre de los primeros nietos de peñado cargos en las presiden­
los West; Stephen y David, aún cias de la Sociedad de Socorro, en
estudiantes universitarios. Ambos ramas, barrios y estacas, y por
hijos mayores han servido en mi­ muchos años fue Maestra Visi­
siones proselitistas. tante.
Las primeras actividades que En 1962 su esposo fue llamado
interesaron a la hermana West a presidir la Misión de los Esta­
se centraron en el campo dramá­ dos del Este y la familia fijó su
tico y radiofónico. Estaba afilia­ residencia en la ciudad de Nueva
da a la difusora KLO en Ogden, York, permaneciendo, por peti­
fue miembro de un grupo local de ción, después de la fecha de re­
teatro y dirigió un programa se­ levo de su misión, para ayudar
manal de una hora de historias en la participación de la Iglesia
para niños. Años más tarde llegó en la Exposición Mundial, hasta
a ser miembro activa de la Aso­ su clausura en octubre de 1965.
ciación de Padres y Maestros en Zelma West trae a la Mesa Di­
Arlington, Virginia, y Utah. rectiva la fortaleza de una fe fir­
Ha prestado servicio a la Igle­ me y profunda. Su amable y
sia por muchos años, su primera amistosa personalidad le permi­
tarea administrativa, a los diez y tirá hacerse amar por las herma­
nueve años de edad, fue la de nas de la Sociedad de Socorro en
consejera de barrio en la A.M.M. toda la Iglesia. Su disposición
de Señoritas. Igualmente ha pres­ para servir y su prudente razona­
tado servicio en una de las presi­ miento la convertirán en valiosa
dencias de la Organización Pri­ miembro de la Mesa Directiva.
La felicidad
—por el presidente
David O. McKay
La felicidad consiste no en
tener, sino en ser; no en po­
seer, sino en gozar. Es un
tibio resplandor del corazón
en paz consigo mismo. . . .
El hombre es el creador de su
propia felicidad. Es el aroma
de la vida, vivida en armonia
con elevados ideales.
por Marianne C. Sharp

■ La biblioteca J. Reuben Clark, Se ha establecido un programa


hijo, que forma parte de la Uni­ conmemorativo, mediante el cual
versidad de Brigham Young, se los amigos y seres queridos pue­
dedicó el 10 de octubre de 1962. den ser recordados por medio de
El diseño exterior es americano la donación de cierta cantidad de
antiguo o maya. El arquitecto dinero que sirve para comprar
fue Lorenzo S. Young, y los mu­ libros que luego se identifican
rales exteriores son obra del Dr. como “regalos conmemorativos”.
Avard Fairbanks. Cada cinco dólares de contribu­
La referida biblioteca ha sido ción agregarán un nuevo libro a
creada no solamente para ayudar la biblioteca, el cual se dedica a
a los estudiantes y profesores de la persona que se desee recordar.
Brigham Young, sino también En septiembre de 1965 se or­
como un medio de investigación ganizó el llamado “Amigo de la
para toda la Iglesia. Contiene Biblioteca de la Universidad de
collecciones de sumo interés en Brigham Young”, bajo la direc­
los diversos campos para las mu­ ción de un Comité ejecutivo con
jeres de la Iglesia, las que inclu­ el élder Marión D. Hanks como
yen educación de los hijos, deco­ director.
ración del hogar y literatura. El propósito del “Amigo de la
Contiene unos 600.000 volúmenes biblioteca” es proveer un medio
y además una sucursal de la Bi­ mediante el cual las personas que
blioteca Genealógica. estén interesadas en la biblioteca,
El edificio cuenta con cinco tengan la oportunidad de man­
pisos—dos de ellos subterráneos. tenerse informadas acerca de los
Los servicios que la biblioteca servicios que la institución presta
presta, incluyen entre otros; ayu­ y sus recursos, contribuyendo así
das para los ciegos, una colección al progreso de la misma. Se alen­
de mapas, un salón de microgra- tará a los miembros de la organi­
bados (microfilm), una sección de zación a que ayuden a la biblio­
diarios y revistas, salones de dac­ teca a localizar diarios originales,
tilografía, máquinas para hacer periódicos, manuscritos y mate­
foto copias, archivos, colecciones rial histórico que pueda conser­
de documentos y una sección varse.
cuenta con grabaciones sobre Periódicamente se publicará un
literatura, drama, documentos boletín de noticias para mantener
históricos, discursos y música. a los miembros al tanto de las
SE UNA AMIGA DE LA BIBLIOTECA

La biblioteca J. Reuben Clark, hijo, en la Universidad de Brigham Young, en Provo, Utah,


Estados Unidos.

actividades de la biblioteca y de Clark, Hijo. Esperamos que to­


las adquisiciones de importancia. dos estén interesados en su pro­
Para que la Universidad de greso. Quienes deseen conseguir
Brigham Young cumpla con su información acerca de la organi­
propósito de ser una grandiosa zación “El Amigo de la Biblio­
institución, es necesario que teca”, o estén interesados en
cuente con una destacada biblio­ recibir la cartilla con sus noticias,
teca. El futuro guarda una pro­ deberán escribir a “Friends of the
mesa para esta nueva organiza­ Brigham Young University Li-
ción relacionada con la Iglesia, y brary” Provo, Utah, E.U.A.
para la Biblioteca J. Reuben
La Revista
por Wendell J. Ashton

de la Saciedad Discurso pronunciado en la reunión


del Departamento de la Revista

de Socorra en la Conferencia General Anual

de la Sociedad de Socorro,
el 30 de septiembre de 1957
Portadora de la Luz

■ De alguna manera, al cumplir alondra, un vínculo entre el cielo


con este cargo que me ha dado la y el hogar.
Revista de la Sociedad de Soco­ Esto es lo que yo veo en la Re­
rro, mis pensamientos vuelven a vista de la Sociedad de Socorro.
mis días de misionera en Gran Es algo más que una revista co­
Bretaña. Mi mente no se aparta mún y corriente para la mujer.
de la hermosa región de los lagos Trae el cielo más cerca del hogar,
de Inglaterra, el área que nos dió y el hogar más cerca del cielo.
nuestro tercer presidente de la Vosotras y las hermanas que
Iglesia, John Taylor. desempeñan cargos análogos a los
La región de los lagos es un vuestros en los barrios y ramas,
Edén de brillantes flores, sinfoní­ sois mucho más que representan­
as de frondosos árboles, quietas tes de la revista. Verdaderamen­
aguas onduladas por cisnes y ve­ te sois portadoras de la luz que
leros, y casas de blanco estuco. trae el cielo al hogar en estos vo­
En una de estas cabañas, en lubles y peligrosos tiempos. Vo­
Grasmere, en tiempos pasados, sotras lleváis al mundo el único
vivió un poeta, un niño huérfano, periódico sobre la tierra que en­
quien escribió los versos más no­ trega el puro evangelio restaura­
bles del siglo diecinueve. Su nom­ do del Maestro en forma de un
bre es: William Wordsworth. regalo especial para mujeres.
Wordsworth escribió al menos Jesús podría haber estado ha­
dos poemas titulados “A la Alon­ blando a vosotras, cuando El, el
dra”, y su contemporáneo, Percy Señor resucitado, se dirigió a las
B. Shelley, fue autor de otra re­ multitudes después de haber con­
nombrada obra que lleva el mis­ ferido la Santa Cena entre los
mo título. En la poesía que es­ nefitás: “Así pues, alzad vuestra
cribió en el año 1825, Wordsworth luz para que brille ante el mun­
llama a la alondra, “peregrina del do.” (3 Nefi 18:24.)
cielo”. Parecería que vio en la La mujer del mundo actual ne-
LA REVISTA DE LA SOCIEDAD DE SOCORRO

cesita esa luz, necesita el mensaje Allí se encuentra el cometido


mensual de la Revista de la So­ también, en acercarnos a través
ciedad de Socorro más que nunca, de la Revista de la Sociedad de
al acercarnos ahora al tercio fi­ Socorro, a aquellas mujeres a me­
nal del siglo viente. Permitidme nudo olvidadas: las viudas, aque­
sugerir tres razones por las cuales llas que no han gozado de las ben­
la revista es necesaria. diciones del matrimonio; y las
que viven en hogares donde el sa­
1. Se renueva constantemente. cerdocio no se halla activo.
Vivimos en una época de cam­
bios. Se ha informado que la po­ 2. El mensaje de la revista es
blación mundial durante el último necesario para fortalecer los
tercio de este siglo casi se dupli­ hogares.
cará, y para el año 2000 aumen­ El crimen juvenil continúa ex­
tará a 6 billones, (actualmente tendiéndose por el Mundo Libre.
es de 3.3 billones). La población Los lazos del delantal de mamá,
de Estados Unidos de Norteamé­ al menos en la mayoría de nues­
rica se elevará en un 64 por cien­ tros hogares, parecen haber per­
to, según el informe; la de Latino dido su eficacia. Ahora más que
América en un 157 por ciento; nunca, los hogares necesitan de
Europa 15 por ciento; Asia, 89 la refinadora y fortalecedora in­
por ciento; y Africa, 151 por cien­ fluencia del mensaje del Maestro.
to. El presidente David O. McKay,
La vida de hogar de la mujer después de describir una vieja
también está cambiando por me­ prenda de ropa tejida por su
dio de la automatización y nue­ abuela, dijo:
vos descubrimentos. Esta auto­ Los ideales de la verdadera fe­
matización en el hogar brinda a mineidad pueden a veces parecer
la mujer tiempo extra con el que anticuados como esa vieja prenda
nunca hubiera soñado hace trein­ de ropa de hilado casero, pero
ta años. Se ha informado que el son tan inalterables y duraderos
promedio de amas de casa en los como el alma misma.
Estados Unidos, hoy tiene al al­ Los ideales más elevados para
cance de su mano artefactos eléc­ nuestras jóvenes hoy día, como
tricos y equipos, que suman un para nuestras madres, las que
total aproximado de sesenta y atravesaron las llanuras, es el
cinco caballos de fuerza. Siendo amor, como se expresa en el ma­
la fuerza de veintidós hombres trimonio y al edificar un hogar. . .
equivalente a la fuerza de un ca­ (Pathways to Happiness, por Da­
ballo, tiene en su hogar la poten­ vid O. McKay, pág. 380.)
cia de 1.430 hombres además de
la de su propio esposo. 3. La Revista hace las veces de
¿En qué se utiliza este tiempo misionera.
extra? ¿En placeres superficiales En una antigua ciudad de No­
o para adquirir más cultura, fe y ruega al lado de un estrecho y
solidaridad familiar? La perseve­ zigzagueante fiordo, en un de­
rancia de la Revista de la Socie­ partamento de dos habitaciones
dad de Socorro es necesaria en en el año 1879 vivió, la joven viu­
medio de estos cambios en el ho­ da de un maestro de escuela y sus
gar. dos hijos pequeños. Cierto día al
93
JULIO DE 1966

recibir de un zapatero los zapatos tra revista, está bien organizada


de su hijo John, la viuda encon­ y cuidadosamente editada, y
tró trozos de papel impreso arru­ cuenta con un atractivo formato,
gado dentro del clazado. Eran fo­ y aún cuesta menos de un cuarto
lletos misioneros de la Iglesia de de centavo de dólar por página.
Jesucristo de los Santos de los Pero, ¿cómo podemos estimular
Ultimos Días. a las representantes de ramas y
La siguiente vez que visitó la barrios a que sean aún más efi­
zapatería, cuando estaba lista pa­ cientes?
ra retirarse del negocio, el zapa­ Permitidme sugerir tres mane­
tero comentó con incertidumbre: ras.
“Le sorprenderá oirme decir que Primero, animadlas en su car­
puedo darle algo de más valor go como representantes de la Re­
que suelas para los zapatos de vista.
sus niños.” Ningún hombre ha estimulado
Ella se sorprendió, pero dos a tanta gente, tan eficazmente y
años más tarde fue bautizada. El por un tiempo tan largo como Je­
zapatero le había dado algo de sús. Dejad que Marcos os relate
más valor que las suelas para los acerca de cómo Jesús pidió a Pe­
zapatos de sus hijos. Ambos ni­ dro que aceptara una tarea su­
ños fueron bautizados también, y mamente delicada. Consistía en
uno de ellos, John A. Widtsoe, enseñar una forma de vida que
llegó a ser integrante del Consejo provocaría que los compatriotas
de los Doce. de Pedro se levantaran contra él.
Como representante de la Re­ Pedro moriría a causa de aquel
vista de la Sociedad de Socorro mensaje. Probablemente tenía po­
vosotras sois misioneras, la revis­ ca experiencia como predicador
ta tiene el mismo mensaje que pues era un pescador. Sin duda al­
Anna Widtsoe halló en los folle­ guna le gustaba su oficio, y pro­
tos que había en los zapatos de bablemente tenía mucho éxito,
su niño. Vuestra revista, junto pues él y sus compañeros emplea­
con vosotras puede llegar a ser ban a otros. Jesús hizo de esta
una gran misionera. asignación algo atractivo para Pe­
A ustedes, representantes de la dro y su hermano Andrés. A ellos
revista en la estaca, a sus cola­ dijo el Maestro: “Venid en pos
boradoras en los barrios y ramas, de mí, y haré que séais pescado­
y a los editores y redactores de res de hombres.” (Marcos 1:17.)
la revista, los felicito por el éxito Las hermanas que tienen que
con que han logrado extender la ver con la distribución de la Re­
influencia de este mensaje men­ vista en los barrios y ramas, son
sual alrededor del mundo. La cir­ más que representates de la mis­
culación de la Revista actualmen­ ma. Son portadoras de la luz.
te sobrepasa los 244.000 ejem­ Haced que estos cargos resplan­
plares, comparado con 74.032 en dezcan con la importancia que
el año 1945—un aumento de más estas tareas pueden lograr.
del triple en veinte años. Propor­ Segundo, alentadles. A un mu­
cionalmente este es un incremen­ chacho que había sido pobre en
to aún mayor, que el del número su juventud y llegó a ser presi­
de miembros de la Iglesia. dente de una gran compañía se le
Podéis estar orgullosas de vues­ preguntó, “¿Cuál es la mejor ma­
LA REVISTA DE LA SOCIEDAD DE SOCORRO

ñera para estimular a las perso­ Su libro consta de quince versícu­


nas que trabajan con usted?” La los solamente, el cual se halla en
respuesta del presidente comen­ el Libro de Mormón.
zó: “Animarles. Yo creo que la Contó acerca de cómo los pro­
tarea de un director es animar a fetas, sacerdotes y maestros tra­
la gente a que piense y actúe.” bajaron diligentemente entre los
Hace algunos años, el juez de nefitas “. . . persuadiéndolos a
paz de una corte describió a una esperar en el Mesías y a creer en
dama que le había alentado a él su venida como si se hubiese veri­
y otras personas distinguidas de ficado ya . . .” (Jaróm 1:11.)
la corte. Ella le había conocido Este es hoy un poderoso men­
en la escuela secundaria, cuando saje para nosotros: Llevar con
era maestra. El, un muchacho in­ fervor la luz y enseñanzas del
migrante de Londres, usaba pan­ Maestro, como si ya hubiera ve­
talones remendados y zapatos re­ nido otra vez.
forzados con cartón. Ella le rodeó El otro contemporáneo vivió en
con su brazo y le hizo sentir im­ Atenas durante la decadente glo­
portante, nunca olvidó su estímu­ ria de la antigua Grecia. Hijo de
lo y su consejo: “Sirve con honor un fabricante de cuchillos y pol­
y no por el honor.” tronas, era débil, desmañado y
Una de las mejores formas para tartamudeaba. Se dice que colo­
animar a nuestros colaboradores caba piedrecillas en su boca para
es el hacerles notar continuamen­ corregir su vacilante voz. Llegó a
te que sabemos que están pro­ ser el más grande orador griego,
gresando. su nombre fue Demóstenes. En
Tercero, elogiadles. Cada hom­ su época Grecia estaba amenazada
bre y mujer es en realidad una por un monarca del norte—-Filipo
multitud. Cuando aquel zapatero de Macedonia, por años Demós­
trajo el mensaje del evangelio tenes reamimó a Atenas para que
restaurado a Anna Widtsoe, no fue se mantuviera firme contra Filipo
el comienzo de una sola conver­ y conservara la democracia. Se
sión, después de su bautismo vino cuenta que una vez Demóstenes,
el de sus hijos. ¿En cuantas vidas dijo a Esquines su formidable ri­
ese hijo, John A. Widtsoe, ha in­ val en oratoria, quien favorecía la
fluenciado benéficamente? Si, en cooperación con el enemigo: “Tú
cierto modo, Anna Widtsoe era les haces decir: ‘Qué bien se ex­
una multitud. Así mismo, si una presa’. Yo les hago decir ‘Marche­
representante de la revista sirve mos contra Filipo’.”
con eficacia, se convierte en una Que aquellos a quienes dirigi­
muchedumbre—una multitud de mos, las representantes de la Re­
influencias para la edificación del vista en los barrios y ramas, des­
reino. Alabadla, reconoced sus pués de que hayamos hablado,
buenas obras. Encomiadla. después de haberles alentado, es­
Quisiera concluir con los co­ timulado y alabado; puedan de­
mentarios de dos contemporá­ cir: “Marchemos derramando el
neos, que vivieron hace más de mensaje de esta revista-—faro, luz
2.300 años. El primero fue Jaróm, de la esperanza, hermosura y ca­
hijo del profeta Enós, quien vivió ridad. Sigamos adelante ayudando
en este hemisferio occidental en a traer el cielo más cerca de nues­
el siglo cuarto antes de Cristo. tros hogares.”
Capítulo 1
por Rosa Lee Lloyd

■ Sylvia Robinson se sentó sin Sus azules ojos orlados de os­


aliento al lado de su compañera curo miraron con insistencia las
de cuarto, Betty Cummings, en el palabras del cablegrama: “Abor­
avión de propulsión a chorro de da avión inmediatamente. Emer­
dos motores, en el Aeropuerto gencia. Cariñosamente, Tía Isa­
Internacional de Inglewood, Ca­ bel.”
lifornia. Estaba angustiada y la “Ya no lo leas más,” Betty le
ansiedad se reflejaba en sus ojos acarició. “Solamente espera lo me­
al sacar el cablegrama de su car­ jor. Ojalá hubieras podido tele­
tera para volverlo a leer. fonearle antes de partir.”
Pasarían veinte horas antes de “¡Pero traté!” contestó Sylvia
que llegaran a su casa, en Syd­ llorosa, “no hubo tiempo. Mira
ney, Australia. Casi un día, pen­ como nos apuramos para llegar
só con un suspiro de desespero, aquí, no lo hubiera hecho siñ tu
antes de que pudiera saber la ayuda, Betty. Todas las chicas en
causa por la cual la tía Isabel ha­ los dormitorios también me ayu­
bía mandado llamarla. daron.”
CUENTAME ACERCA DEL AMOR

“Debemos agradecer a papá Mortensen.


por conseguimos los pasajes,” “Quiero que estés cómoda,” in­
Betty agregó, “y a Gary que nos sistió Betty, “Has estado despier­
sacó de la aglomeración de tráfi­ ta toda la noche.”
co. Conoce todos los atajos ¡es un “También tú”, respondió Syl­
experto!” Su voz se arrastró líri­ via. “¿No tienes sueño aún?”
camente. “¡Oh, no!” Betty rió. “Yo no
“¡Cierto!” Sylvia asintió con duermo cuando viajo. Hay tantas
auténtico entusiasmo australia­ cosas que ver y tanta gente con
no “Es un verdadero amigo, una quien conversar. ¿Sylvia, te pa­
persona que sabe hacer un favor. rece que podría ser una buena ca­
¡Has de sentirte triste de tener marera de aviones?”
que dejarlo!” Sylvia entornó los ojos, no que­
“¡Ya lo creo, ya lo creo!” ría contestar esa pregunta. Betty
Betty contrajo las cejas pensa­ estaba tan indecisa acerca de lo
tivamente. que quería ser en la vida, que ca­
“No estoy muy segura de que da vez que conocía a alguien con
quiero casarme con Gary, tengo una ocupación interesante, se pre­
que estarlo, completamente, así guntaba si esa sería la carrera
como tú lo estás acerca de Randy. para ella.
Así que cuando mamá y papá di­ “Podría viajar alrededor del
jeron que estaba bien que viniera mundo”, dijo Betty, soñadora­
contigo, porque me necesitabas, mente. “¿Por qué no somos las
bueno, me pareció algo providen­ dos camareras de avión Sylvia?
cial como diría el profesor Grant.” Oh, me olvidé”, agregó encon-
Providencial, Sylvia se dijo pa­ giéndose de hombros, “tú quieres
ra ella misma. Le causaba gracia casarte con Randy y tener una
cuando Betty usaba una palabra pequeña y encantadora familia.
impresiva en el medio de su char­ Tú no deseas llegar a realizar co­
la despreocupada. Pero ¿qué irían sas en este mundo.”
a decir tía Isabel y el abuelo Ro- “Yo llamo eso una gran realiza­
binson cuando les presentara a ción”, Sylvia contestó con firme­
Betty como invitada en una oca­ za.
sión tan seria como ésta? Esperaba que tía Isabel y el
Eran gente amable, benévola abuelo estimaran las buenas cua­
y siempre hospitalaria; pero tam­ lidades de Betty y perdonaran su
bién eran conservadores. Estaban charla acerca de lo que quería ser
decididos a mantener las viejas en este mundo.
tradiciones a pesar de los muchos “Voy a dormir”, dijo Sylvia,
cambios en su tierra natal. reclinándose contra la almohada
“Debes tratar de dormir,” le suspirando pensativamente. El
dijo Betty, acomodando una al­ irse de Sydney en agosto del año
mohada detrás de la cabeza de pasado para asistir a la Universi­
Sylvia. “A ver, déjame poner tu dad del Sur de California, había
guitarra en algún otro lugar así sido absolutamente idea del abue­
podrás descansar mejor.” lo. Ni la tía Isabel, ni ninguno
Sylvia sacudió la cabeza, que­ de los miembros de la familia Ro-
ría su guitarra cerca suyo; era binson habían intervenido en esta
tan alentador como si estuviera decisión. Ellos sabían que el
tomada de la mano de Randy abuelo quería que sus nietos a­
JULIO DE 1966

prendieran algo acerca de otros ayuda de su padre y de una mu­


países. jer aborigen.
Sylvia y Randy habían querido Cuando Sylvia contaba con so­
casarse e ir a la Universidad en lo nueve años perdió ambos pa­
Perth, Australia Occidental, don­ dres en un devastador incendio
de Randy estaba estudiando a fin en el bosque, el cual destruyó su
de obtener su título en ingeniería, hogar y sus ovejas.
pero el abuelo había establecido Sylvia y Randy Mortensen, un
una regla infranqueable para to­ muchachito de once años de edad,
dos sus nietos. Cada uno de ellos que vivía en la finca próxima ha­
deberá tener un título universi­ bían estado jugando en el patio
tario antes de casarse. Hizo esto de la dehesa, el cual no se halla­
a causa de que su hijo mayor Ro- ba muy lejos de la casa en ese
bert Robinson, el padre de Sylvia, entonces. Escucharon el rugiente
había contraído matrimonio sin chisporroteo del fuego y vieron
su consentimiento. las agitadas llamas rodeándoles
Robert había conocido a su ma­ en todas direcciones.
dre mientras se hallaba en Ingla­ “¡Mami! ¡Papi” Sylvia gritó
terra con un batallón del Ejército corriendo hacia la casa. Pero
Australiano. Era una hermosa Randy la había asido de su mano
muchacha irlandesa, y él le había y la arrojó en un profundo hoyo
pedido al presidente de la rama cercano. Ellos fueron los únicos
que les presentara durante una sobrevivientes en este fantasma­
cena en la capilla. Un tiempo des­ górico desierto de carbón y ceni­
pués, el presidente de la rama y zas, casas desmoronadas y ovejas
su esposa les invitaron a cenar; muertas.
se habían enamorado y se casaron Seis días más tarde, tía Isabel,
dos semanas más tarde. quien había venido desde Sydney
Diez años después, tío John, el acompañada de una patrulla ex­
hijo menor del abuelo, se casó con ploradora les encontró allí. Habían
Conny una muchacha campesina. sobrevivido a base de zanahorias,
Esto hizo que el abuelo estuviera papas, y encurtidos dulces que
más decidido que nunca a impo­ habían sido almacenados en el
ner su voluntad. hoyo para casos de emergencia.
Abuela le había pedido al obis­ Tía Isabel llevó a los dos niños a
po Sloan que hablara con él, pero Sydney y les alimentó hasta que
no quiso cambiar de idea. “Los recobraron la salud.
australianos deben ser educados”, Ella se había consagrado a la
dijo. “Así que comenzaré con mi familia Robinson y a Randy. A-
propia familia.” buelo y abuela adoptaron a Ran­
dy y le criaron como a su propio
••• hijo. Pero tía Isabel tenía con­
fundida a Sylvia. ¿Por qué seguía
Después de la guerra, los pa­ posponiendo su fecha de casa­
dres de Sylvia se habían mudado miento con el alto, amable y ge­
a una de las propiedades de los neroso doctor George McGregor?
Robinson en Dry Creek en la par­ Sylvia recordaba haber escuchado
te boscosa de Australia Occiden­ a su abuelita regañando a tía Isa­
tal. Sylvia nació allí un año más bel tarde una noche, hacía seis
tarde, contando solamente con la años.
CUENTAME ACERCA DEL AMOR

“¿Por qué procedes tan extaña- a personas que no tuvieran me­


mente, Isabel? El Dr. George ha dios de llegar a un doctor.
estado ansioso de casarse contigo Después que se marchó, sola­
por los últimos dos años. Presen­ mente quedó una sombra de lo
tas toda clase de ridiculas excusas que tía Isabel era. No podía co­
—y yo sé que tú le amas. El mes mer, y Sylvia le oía levantarse en
pasado ni bien terminó tu cargo las noches, inquieta y apesadum­
de maestra, insististe en una va­ brada. Pero el orgullo formaba
cación repentina a Perth, y sola, una pared a su alrededor. No ad­
Isabel. Ahora, dime ¿por qué?” mitiría su error. No mencionó su
Sylvia no pudo oir la respuesta nombre, y nadie, ni aún tía Patri­
de tía Isabel, pero evidentemente cia le preguntó por él. Era tan
no satisfizo a abuelita, quien di­ inflexible en sus decisiones y sa­
jo: “Me siento como una madre bía dominarse tanto como el a-
pájaro que tiene que empujarte buelo, quien había navegado los
fuera del nido y hacerte afrontar siete mares con la Real Marina
el mundo. El Dr. George es una antes de jubilarse y establecerse
persona refinada que quiere lle­ en Sydney.
var a cabo sus planes mientras es El y tía Isabel hubieran con­
joven y suficientemente vigoroso siderado un insulto a la Corona y
para desafiar los altibajos de la al Primer Ministro el dar curso a
vida. Deberías aceptarlo, Isabel.” sus emociones o abandonar su
Hubo un prolongado silencio y deber en cualquier manera.
Sylvia se apresuró hacia su cuar­ Una sensación molesta se apo­
to. ¿Por qué tía Isabel había re­ deró de Sylvia al comprender que
husado contestar a abuelita? Tía ellos no tomaban decisiones sin
Isabel siempre tan serena y tan antes haberles dedicado cuidado­
fuerte. Sylvia no pudo dormir sa consideración, y no le hubieran
pensando en el asunto. enviado un cablegrama para que
Seis meses más tarde la abue­ regresara al menos que fuera algo
lita falleció, y tía Isabel dijo a muy urgente.
todos que su presencia era nece­ ¿Quién estaría enfermo, tal vez
saria en la casa. Tía Patricia y muriéndose? preguntaba su cora­
tío Ben se ofrecieron para venir zón. ¿Por qué tía Isabel no agre­
y hacerse cargo del abuelo, de gó una palabra más a aquel cable­
Sylvia y de Randy. Walter, su grama? Debería recordar que
hijo, le dijo a Sylvia que pasarían Sylvia era mitad irlandesa, y co­
momentos muy agradables vivien­ mo tal tenía el temperamento e-
do en la casa del abuelo. Pero tía mocional de los irlandeses. Era
Isabel rechazó la oferta. Poco como su madre, a pesar de su ex-
tiempo después el Dr. George de­ tricta educación.
jó de ejercer su profesión en Su genio irlandés salía a relucir
Sydney y se marchó a la grande siempre a través de ella como el
y desierta región del norte de dorado rojizo en su cabello casta­
Perth, a una distancia de 4.827 ño, el brillante resplandor de sus
kilómetros. Organizó una clínica ojos azules y las pecas que salpi­
médica y por avión se puso a dis­ caban su nariz. Retrocediendo en
posición de todo el que lo nece­ su genealogía, Sylvia estaba se­
sitara en el bosque. Desde su ni­ gura de que hubo alguien quien
ñez había sido su sueño el ayudar tocaba la flauta o leía poesías al
JULIO DE 1966

pie de una verde colina, o que que el abuelo insistió) a fin de


balaba y cantaba en el bosque obtener un título universitario y
buscando gnomos. Si ella fuera poder casarse con Susan Martin,
tía Isabel, se habría casado con una de las más simpáticas mucha­
el Dr. George McGregor y se hu­ chas en Sydney. Sylvia deseaba
biera ido con él a la Tierra de que ella esperara hasta que él lo
Nunca. Su madre había ido allí consiguiera.
con su padre hacía 22 años, cuan­ Una pequeña sonrisa asomó a
do era una de las regiones escasa­ los labios de Sylvia al recordar las
mente pobladas del mundo. diferencias entre tía Patricia y tía
Todavía estaba desolada y des­ Conny, la esposa de tío John. Tía
nuda, pero desde la Segunda Ge- Patricia había necesitado diez
rra Mundial había miles de nue­ años de paciente e infatigable
vos australianos que querían esfuerzo para pulir las asperezas
transformarla en próspera y ha­ de la vida del bosque que había en
bitable. tía Conny, a fin de complacer las
Sylvia siempre se sintió feliz de ideas convencionales del abuelo.
que todavía hubiera gente en el Al abuelo ya le cae bien tía
mundo que tuviera el espíritu y Conny, no se retiraba cuando ella
valor de los fundadores de su pro­ habla porque tía Patricia amable
pia religión. Sus padres le habían pero firmemente había deshierba-
enseñado a orar y tener fe y con­ do la jerigonza del pueblo donde
fianza en su Padre Celestial. nació y se crió. Ahora concurría
Así que ahora, elevó su corazón a la Sociedad de Socorro con tía
a El y oró por cada uno de los de Patricia, y le encantaban las lec­
la familia Robinson: el alto y ciones. Dejó de usar un tinte
pelirrojo tío Ben, quien era un amarillo brillante en el cabello, y
ingeniero en la construcción del tía Patricia le acompañaba a com­
Teatro de Opera en el puerto de prar sus vestidos. Abuelo amaba
Sydney; su esposa, la encanta­ y gozaba la compañía de sus pe­
dora tía Patricia de cabellos obs­ queños niños, Kip y Brown, a
curos, quien siempre le hacía re­ quienes había dado estos nombres
cordar a Sylvia de un viejo pro­ por los poetas Kipling y Brown-
verbio chino: “Una mujer sin re­ ing. Pero bajo este nuevo lustre,
legión es como una flor sin fra­ tía Conny seguía siendo la mis­
gancia.” ma, a veces se reía demasiado
Tía Patricia vivía de acuerdo fuerte cuando tía Patricia no es­
con su religión. La fragancia de taba cerca, caminaba como si
su fe le ayudó a consolar a Ben diera brincos y peinaba su cabe­
para poder sobrellevar la tragedia llo hacia arriba. Sus niños y tío
cuando su pequeña hija se cayó John la adoraban, y a Sylvia le
desde una elevada roca mientras encantaba estar con ella todo el
jugaba en una saliente que esta­ tiempo. Tía Conny era su com­
ba un poco más allá de la casa. pañera de juegos; le gustaba ca­
Ella y tío Ben tenían a Walter minar y podía cazar; y tenía me­
por quien se desvivían, él era de jor puntería que algunos de los
la misma edad de Sylvia, 21 años, hombres en la familia.
alto y pelirrojo como el tío Ben, Les amo a todos ellos, Sylvia
con una risa despreocupada y jo­ pensó, aún recordó a Casey, el
vial. El estaba estudiando (por­ perro ovejero grande de Daniel
inn
CUENTAME ACERCA DEL AMOR

en la casa del abuelo. Debe de “No, querida”, la señorita Ben­


sentirse solo también viviendo nett sonrió indulgentemente. “ De­
allí, y viendo solamente de vez en searía poder decir que si, él debe
cuando a Randy cuando vuelve de ser muy buen muchacho. Hay
Perth. tantos estudiantes nuevos este
Sylvia apretó fuertemente los año, especialmente en la escuela
ojos para contener las lágrimas. de ingeniería. Australia tiene mu­
Por favor cuida de Randy, mur­ chas esperanzas en ellos.”
muró, dondequiera que esté en “¡Oh, si!” exclamó Sylvia.
esa vasta y hermosa desértica re­ “Randy va a ser un ingeniero hi­
gión, cuídalo y permite que poda­ dráulico. En su última carta. . .”
mos estar juntos, muy pronto. “Vamos Sylvia”, Betty le inte­
El enorme avión rugía en su rrumpió. “Solamente tenemos u-
vuelo, la mayoría de los pasajeros na hora para visitar Fiji.”
se habían acomodado para leer o “¿Cuál es su apellido?” pregun­
dormir, y finalmente, Sylvia se tó la señorita Bennett mientras
quedó dormida por un largo rato. comenzaban a caminar por el co­
Varias horas más tarde se des­ rredor.
pertó al escuchar la voz de la ca­ “Robinson”, contestó Sylvia,
marera a través del altoparlante. sintiéndose llena de orgullo como
“¡Pasajeros, atención!” Esta­ le sucedía cada vez que lo men­
mos aterrizando en las Islas Fiji, cionaba.
el paraíso del Pacífico. Volvere­ “Robinson”, repitió la señorita
mos a despegar en una hora exac­ Bennett. “¿Eres pariente de John
tamente. Sincronicen sus relojes Robert Robinson?”
con el mió, hemos atravesado la “Es mi abuelo”, contestó Sylvia
línea de cambio de fecha y son “¿le conoce?”
ahora las cinco de la mañana, un “He oido hablar de él”, contes­
nuevo día. Espero que gocen de tó. “El representa las tradiciones
su visita en Fiji. de Australia que no queremos
“¡Fiji!” Sylvia se incorporó de perder. Ha hecho mucho en favor
golpe mirando a Betty incrédula­ de la educación con su dinero y
mente con sus grandes ojos azu­ con su influencia. Hemos avan­
les. “¿Dónde estaba yo cuando zado en años recientemente y es­
paramos en Honolulú?” tablecido grandes universidades.”
“Este avión no para en Hono­ Y entonces añadió pensativamen­
lulú”, le dijo Betty. “Sylvia, ésta te, “Tu abuelo debe estar ya en
es la señorita Gladys Bennett, di­ una edad avanzada. ¿Está bien
rectora del Hospital Real en él?”
Perth. Se graduó de la universi­ El temor contrajo la garganta
dad en donde está Randy ahora. de Sylvia. ¿Está él bien? su cora­
¡Esto seguro te despertará!” zón repitió. ¿Era el abuelo la
“¡Oh, seguro!” Sylvia sonrió a emergencia? Oh, no, casi gritó.
la señorita al otro lado del corre­ Abuelo era el ancla de la familia
dor. Tendría la misma edad que Robinson. El era su guardián, la
tía Isabel, alrededor de cuarenta luz que les guiaba.
años. “Estoy encantada de cono­ Respiró hondamente para to­
cerla. ¿Ha usted oído hablar de mar valor y levantó su cabeza
Randy Mortensen? él asiste a la mientras bajaba por las escaleras
escuela de ingeniería.” del avión.
(continuará)
Conocieron
al Profeta
José Smith

por Ida A. Isaacson

Mis dos bisabuelas—Flora Clorinda Gleason Washburn, y Ca-


thrine Hulet Winget—conocieron al profeta José Smith.
Mi bisabuela, Flora Clorinda Gleason Washburn, vivió con la
familia del padre de José Smith por un tiempo y recibió su bendi­
ción patriarcal de manos de John Smith, tío del Profeta. Vivió una
temporada en Macedonia, Illinois y fue elegida presidenta de la So­
ciedad de Socorro local (la segunda presidenta en la Iglesia). El
profeta José Smith fue quien la apartó para este cargo.
Mi bisabuela, Cathrine Hulet Winget relata en su historia que:
“En 1830 cuando solamente contaba con diez años de edad, el
profeta José Smith y Parley P. Pratt vinieron a la casa de mi padre
donde efectuaron una reunión. El Profeta dio testimonio de haber
encontrado las planchas que contenían el Libro de Mormón. Aunque
era pequeña, recuerdo muy bien ese testimonio.
“Abandonamos el estado de Misurí en la primavera de 1840 mu­
dándonos al estado de Illinois, y nos establecimos a 48 kilómetros
de Nauvoo. En el otoño asistimos a la primer conferencia llevada a
cabo en Nauvoo, la cual se efectuó al aire libre. Había un conside­
rable número de enfermedades ese otoño y mucha de la gente que
concurrió a la conferencia se veía pálida y débil.
“Mientras estábamos allí, fui a la casa del profeta José Smith.
Tenía él tres momias egipcias en su cuarto, que vi paradas contra la
pared.”

El Poder de la Oración
por la presidenta Belle S. Spafford

Estoy convencida de que tal vez no hay un solo


factor más importante en el mantenimiento de un
hogar espiritual o en la edificación de fuerza es­
piritual en nuestros hijos, que la enseñanza y prác­
tica de la oración. La oración es el medio por el
cual suplicamos y expresamos agradecimiento por
las bendiciones que nos ha conferido el Padre.
Es el medio por el cual confiamos en El los más
íntimos deseos de nuestros corazones, y expone­
mos a El necesidades de nuestras vidas como nos­
otros las vemos. Es el recurso de que nos vale­
mos para buscar su orientación y ayuda.

102
El Mundo de la Mujer
por Ramona W. Cannon

La señora Bertha Marión Holt, de se­ un profesor que tenía ocho hijos, tu­
senta y un años de edad, de Cresswell, vieron seis niños más, siguió trabajan­
Oregón, fue elegida como la “Madre do como artista y por su ejemplo, varios
Norteamericana del Año’’ en el hotel de sus hijos se han convertido en ar­
Shorcham, en Washington D.C. en los tistas.
Estados Unidos, en la noche del 4 de El punto brillante del espectáculo pre­
mayo de 1966. En 1955, la familia sentado durante la cena, fue el coro de
Holt, agregó ocho niños coreanos a su cien Madres Cantantes, de la Sociedad
familia de seis niños en su hogar en el de Socorro de las Estacas de Washing­
campo y fundaron un programa de ton y Potomac, que bajo la experta
adopciones que ha tenido a su cargo dirección de Ellen N. Barnes, interpre­
3.500 niños coreanos abandonados. Un tó cinco números llenos de inspiración.
asilo de treinta y seis edificios, cobija
a 557 de estos niños. La señora Holt Edith Iglauer, esposa del escritor neo-
se recibió de enfermera en la universi­ yorkino, Philip Hamburger, es autora
dad de lowa y ha escrito un libro acer­ de un informativo y sentimental libro
ca del proyecto de asilos. Su esposo sobre los esquimales, titulado “La
falleció en 1964, pero ella continúa nueva gente” (Doubleday Company).
adelante con su programa. El libro relata las reacciones y actitud
de los esquimales durante la iniciación
Las hermanas de la Iglesia se destacan y desarrollo de un programa del go­
cada año en la reunión nacional des­ bierno canadiense, destinado a ayudar
tinada a rendir homenaje a las madres. a los indios a lograr cierto grado de
La señora Lorena C. Fletcher, de Utah, independencia mediante la preparación
elegida “Madre Norteamericana del y comercialización de las facilidades
Año’’, el año pasado entregó el nom­ de que disponen y a establecer aso­
bramiento a la señora Holt. La señora ciaciones de crédito. Entre los produc­
Francis G. Bennet, esposa del senador tos a comercializarse figura el muktuk
Wallace F. Bennet, e hija del ex presi­ (piel de ballena), carnes saladas y co­
dente de la Iglesia, Heber J. Grant, fue cidas, carne fresca y salada de ballena,
la maestra de ceremonias honorarias aletas de morsa en vinagre, y umbra
del acontecimiento e hizo la presenta­ congelado, un delicioso pescado pare­
ción de aproximadamente la mitad de cido al salmón.
las madres homenajeadas. Tres de las
cincuenta madres representantes de La señora Jerrie Mock, la "abuelita
cada estado que participaron en el con­ piloto”, obtuvo el record mundial feme­
curso, eran mormonas. La señora Vida nino de vuelo sin escalas en el mes de
Driggs Brinton, maestra, organizadora abril ppdo. Batió el record que antes
de actividades recreativas, trabajadora pertenecía a tres mujeres rusas. Voló
social y madre de ocho niños, de Mesa, por una distancia de 4.550 millas. La
representó a Arizona; la señora Anneta señora Mock ya había vencido el record
Vincent Wood, maestra, miembro activa al ser la primera mujer en cruzar en
de la Iglesia de su comunidad y madre avión el océano Pacífico, de oeste a
de cinco niños, de Oakland, representó este, y también la primera mujer en
a California. La señora Irene Thompson pilotear un monomotor sobre el Pací­
Fletcher, de Logan, Utah, se casó con fico en distintas direcciones.
Un ejemplo para
EDITORIAL
las hijas de Sion

"Canta, oh hija de Sión . . . gózate


y regocíjate de todo corazón . . . Jeho-
vá ha apartado tus juicios, ha echado
fuera tus enemigos . . . nunca más
verás el mal" (Sofonías 3:14-15).
Hay mujeres que parecen haber
sido bendecidas con una paz in­
terior, una serena fortaleza. No
es que su vida haya sido fácil o
que hayan recibido abundancia de
bendiciones materiales, sino al
contrario, han aprendido a tener
paciencia y autodisciplina, y en
todas sus tribulaciones, en todas
sus alegrías y tristezas, han sido
Volumen 1 Julio de 1966 Número 2 orientadas, alumbradas y alenta­
das por la fe. Es como si una luz
hubiese iluminado su camino, re­
• Belle S. Spafford, Presidenta velándoles el propósito de la tie­
• Marianne C. Sharp, Primera Consejera rra, recibiendo como herencia,
• Louise W. Madsen, Segunda Consejera orientación desde el comienzo
• Huida P. Young, Secretaria-Tesorera hasta el fin de la vida mortal.
Parecería que continuamente han
estado ejercitando una profunda
reverencia por las enseñanzas del
Anna B. Hart
Edith S. Elliott
Irene W. Buehner
Irene C. Lloyd
Maestro — manteniendo la paz,
Florence J. Madsen Hazel S. Love siendo justas y perdonando, no
Leone G. Layton Fawn H. Sharp
Blanche B. Stoddard Celestia J. Taylor juzgando, no hablando con mal­
Evon W. Peterson
Aleine M. Young
Anne R. Gledhill
Belva B. Ashton
dad y esperando la segura venida
Josie B. Bay Zola J. McGhie del Señor.
Alberta H. Christensen Oa J. Cannon
Mi Id red B. Eyring Lila B. Walch Tal actitud y creencia no han
Edith P. Backman Lenore C. Gundersen llegado a formar parte íntima de
Winniefred S. Manwaring Marjorie C. Pingree
Elna P. Haymond Darlene C. Dedekind la mayoría de nosotras, y sin em­
Mary R. Young Cleone R. Eccles
Mary V. Cameron Edythe K. Watson bargo, todas, al menos hasta cier­
Afton W. Hunt Ellen N. Barnes
Kathryn S. Gilbert
to grado, estamos al tanto de tales
Wealtha S. Mendenhall
Elsa T. Peterson Verda F. Burton objetivos. Todas hemos observa­
Fanny S. Kienitz Myrtle R. Olson
Elizabeth B. Winters Alice C. Smith do algunas mujeres que han lle­
LaRue H. Rosell Lucile P. Peterson
Elaine B. Curtís
gado a autodisciplinarse a tal gra­
Jennie R. Scott
Alice L. Wilkinson Zelma R. West do, que son capaces y están dis­
puestas a dar a los demás parte
de la riqueza espiritual que han
acumulado, ¿pero, quién de noso­
tras puede dar a los demás algo
que no posee? Aquí es donde yacen las bases del progreso individual
y de la eficacia en todas las relaciones con nuestros semejantes—en
la familia, entre los amigos, en las responsabilidades cívicas y en la
dedicación a la Sociedad de Socorro. Necesitamos ser más valiosas y
mediante esa fe y esa fuerza, ubicarnos en un campo más amplio de
servicio.
Puede notarse, a veces con mucho significado, que hay dones y
atributos especiales que en una mujer le atraen el cariño de los demás,
los que pueden considerarse como “adornos femeninos”.
Una mujer verdaderamente dedicada querrá dar de la riqueza de
su amor a aquellos que merecen su atención, aunque muchas veces
sabe que su amor no puede ser retribuido. Gozará al poder prestar
servicio aunque no se le recompense de modo visible.
Otro de los atributos de la mujer es la preocupación genuina por el
bienestar y la felicidad de quienes con ella recorren el camino hacia la
vida eterna, graciosamente derramando simpatía y comprensión entre
quienes más la necesitan. Estos podrían ser los niños, quienes al
principio de su vida están incapacitados y dependen de los demás
para todo; o los muy ancianos, quienes tampoco pueden valerse por
sí mismos. Otras personas también la necesitan, por ejemplo los en­
fermos, ya sea que estén lastimados en cuerpo o en espíritu.
Otro atributo de la mujer es su dominio del lenguaje, especialmente
de aquellas palabras que no deben expresarse. Las palabras amargas
e hirientes son para dejarse a un lado, no para usarse. La sabiduría
y la integridad son los atributos que servirán de garantía a la mujer
que sabe pensar antes de hablar, y a veces abstenerse de hablar en
absoluto, hasta que surja un tema de conversación más apropiado.
Dar prioridad a lo más importante no es tarea fácil. Los caminos
poco frecuentados de la vida, muy a menudo están adornados con
atracciones halagüeñas. La responsabilidad más próxima a veces
está vestida de harapos. A veces aunque hayamos evaluado una res­
ponsabilidad, puede ser que consideremos que tenemos cierto margen
de libertad basándonos en que no disponemos de fuerza suficiente
para cumplirla. En momentos como éstos podemos encontrar caminos
iluminados y alegres, que en un principio nos parecieron incompati­
bles con el tiempo y el esfuerzo que requerían.
Nuestro tiempo y nustras vidas no son solamente nuestros. Son
dones de nuestro Padre Celestial, como lo expresan las palabras del
Salmo setenta y cuatro: “Tuyo es el día, tuya también es la noche;
Tú estableciste la luna y el sol. Tú fijaste todos los términos de la
tierra; El verano y el invierno tú los formaste.” —V. P. C.
Wealtha S. Mendenhall pide su relevo a la
Mesa Directiva

La Mesa Directiva de la Sociedad de Socorro lamenta comunicar


el relevo de Wealtha S. Mendenhall el 27 de abril de 1966. El
relevo fue pedido debido a la necesidad de prolongadas ausen­
cias de la hermana Mendenhall de la ciudad de Lago Salado, siendo
que los intereses comerciales del hermano Mendenhall le requieren
fuera del estado de Utah.
Durante los nueve años en que la hermana Mendenhall ha servido
en la Mesa Directiva, prestó valioso servicio en cada una de las tareas
que le fueron asignadas. Su dedicación a la Sociedad de Socorro ha
ocupado un lugar principal en su vida, dejando sus deseos personales
en segundo plano. Llegó a la Mesa Directiva con valiosa experiencia
en el trabajo de la Sociedad de Socorro, y ha servido como presidenta
del comité de maestras visitantes, en comités de concursos literarios
y en el departamento de presidencias de la Conferencia General, .entre
otros.
Los miembros de la Mesa Directiva y las hermanas de la Sociedad
de Socorro en todo el mundo quienes tienen relación con la hermana
Mendenhall le hacen patente su cariño y gratitud por sus años de
servicio y los mejores deseos para su futuro bienestar y felicidad.

por Eileen Giberson

No importa lo que la gente diga—Crecí en el oeste de Oregón y amo la


lluvia.
El sonido de la lluvia es hermoso, me causa una sensación agradable, acu­
rrucada en el sillón al lado del fuego o abrigada bajo de las cobijas de mi
cama. Me gusta oiría golpear en el techo o en el vidrio de la ventana.
Contemplar la lluvia es refrescante, porque el mundo se torna más verde
y más nuevo. Y salir a dar un paseo bajo la lluvia, con botas, impermeable
y paraguas, ¡ah, eso es algo muy especial!—ésa es la sensación de la lluvia.
¡Cuánto amo esto!
Mis hijos están creciendo en el este de Washington. El sol es su com­
pañero, permanece durante el invierno para iluminar los días marchitos y
secos y acaricia los azafranes que florecen a mediados de febrero. La piel de
los niños adquiere un tono cobrizo y con frecuencia tienen que ir a la piscina
para defenderse de los fuertes rayos del sol. Cuando este sol aparece en el
despejado cielo azul significa que será un buen día para lavar; o para divertirse.
Aquí en esta tierra desértica y llana, el sol calienta, sale temprano y no se
oculta hasta tarde.
Todo esto me encanta.
por Hazel K. Todd

■ Cristina, hermosa como las flo­ bajar y labrar la tierra y escla­


res de su valle pionero, se dirigía vizarte, como toda la gente del
a su casa con pasos ágiles y musi­ valle ha hecho desde que Brigham
cales a lo largo del tortuoso cami­ Young los envió a establecerse
no que llegaba hasta la casa de aquí.
la abuela Luisa. Las rosas silves­ Cristina se tapó los oídos para
tres que habían caído al borde del que Hugo no pudiera decirle esas
camino como entrelazadas zarzas cosas.
durante dieciséis de sus dieciocho —No le contaré a abuela—se
años, esta noche extendían hacia dijo a sí misma—pero mañana
ella sus ramas cargadas de per­ cuando Jorge venga, abuela verá
fume. El arroyo que había hecho que es grande, fuerte y bello, y
rodar las resbalosas guijas cubier­ olvidará todo lo del dinero.
tas de moho desde que ella re­ Pero la joven no sabía que la
cordara, ahora canturreaba sua­ abuela Luisa no había vivido más
ves sílabas de amor al pasar bajo de setenta años sin aprender co­
el puente de sauces. Aún Hugo, sas especiales. La abuela sabía
el enérgico y viejo buho, a quien que su respiración dificultosa sig­
ella había dado ese nombre hacía nificaba que no le quedaba mu­
mucho tiempo, le guiñó adrede un cho tiempo de vida, y conocía la
ojo desde su descasacarado álamo. luz de plenitud que brillaba en
Se imaginó que le oía murmurar los ojos de una joven al ser movi­
en su quebradiza voz: da por el amor.
—Ya sé por qué estás tan feliz, Cristina se detuvo junto a la
Cristina, es porque Jorge te ha entrada de la cabaña contem­
pedido que te cases con él, y es­ plando la brillante mañana.
tás enamorada. —Abuela—dijo, llevando sus
Pero Hugo no dijo también: manos hacia atrás y reclinán­
-—-La abuela Luisa no estará dose contra la agrietada pared
contenta contigo, porque Jorge de adobe—las rosas que bordean
no tiene una bolsa con el oro que el camino estaban contentas ano­
ella esperó durante estos 18 años. che. Creo que su fragancia nunca
Jorge es un joven pionero y si tú ha sido tan dulce.
te casas con él, tendrás que tra­ La abuela dejó a un lado la
JULIO DE 1966

canasta de mimbre que estaba vimos esperando por tantos años.


tejiendo para vender en el pe­ Cristina descansó su delicada
queño mercado. Era ya arrugada cabeza en la falda de su abuela y
y anciana, y su espalda estaba lloró lágrimas de angustia. Pero
encorvada por los largos años de lo que la joven no vio fue que
trabajo. Sus manos eran toscas y también los ojos de la abuela es­
torcidas con la forma de las tren­ taban mojados. Mas, enjugando
zas de mimbre que había tejido. las lágrimas con su nudosa y vieja
Pero había una luz en sus ojos mano, agregó la anciana:
que hablaba de una juventud en —Ven niña, tenemos ciertas
su corazón, como el esplendor de cosas que hacer.
la esperanza o el ardor de la de­ Cristina, de sutil figura, se le­
terminación. vantó desconsoladamente.
—Cristina—le dijo—¿qué es lo —¿Qué tenemos que hacer,
que esperas? abuela?—preguntó sin sentimien­
Cristina bajó la vista fijando to en su voz.
sus ojos en un diseño del duro —Hemos esperado mucho tiem­
piso de tierra: po—dijo la abuela—Iremos y lo
—Estaba pensando, abuela, que encontraremos.
tal vez hoy el poseedor de la bol­ Cristina contempló a la ancia­
sa de dinero viniera por el sen­ na. Toda su vida a excepción de
dero y me llevara con él. dos años cuando todavía era muy
La abuela Luisa miró a Cris­ pequeña para comprender, la
tina desde su rubia cabellera has­ abuela había vivido en el valle.
ta sus tostados pies descalzos Una vez, hacía mucho tiempo,
como si nunca hubiese visto an­ antes de que su abuela se convir­
tes a ser tan hermoso. tiera a la Iglesia, había vivido en
—¿Has visto persona tal?—le una ciudad del este. Su misma
preguntó. madre, a quien Cristina no podía
Cristina se acercó a ella con recordar, había vivido en esa mis­
pasos vacilantes y le dijo: ma ciudad en un hogar opulento,
—Abuela, ¿por qué el joven y se había casado con el hijo de
indicado para mí debe tener una la abuela Luisa, por lo que su
bolsa de dinero? Yo tengo brazos propia gente la había despreciado
fuertes y puedo trabajar. Tú me a causa de la religión de su espo­
has enseñado a hacerlo bien. so. Habían cruzado las llanuras
—Es Jorge—dijo entonces la cuando Cristina era una bebita
abuela. Y Cristina estaba segura muy pequeña. El presidente
de que era desilusión lo que oyó Brigham Young les había llama­
en su voz—Es Jorge y no tiene do juntamente con otras personas
nada que ofrecerte. para colonizar el valle. Su padre
Cristina se arrodilló en el piso había sido muerto por un flecha
de tierra delante de su abuela. que un indio le arrojara, su abue­
—Oh, sí, abuela, Jorge tiene lo murió a causa de una fiebre y
mucho para dar. Me ha dado su su madre, a quien de alguna ma­
amor. Y prefiero esto a todas las nera ella conoció, estaba tan nos­
bolsas de oro en el mundo. tálgica y triste que también mu­
-—Amor, ¡tonteras!—refunfuñó rió. Los tres estaban sepultados
la abuela—Es una cosa tonta. No bajo el gran álamo detrás del arro­
podrá traernos todo lo que estu­ yo, junto con los otros muertos
EL JOVEN CON LA BOLSA DE ORO

del valle. Nunca, durante la vida —Era de tu madre—le dijo.


de Cristina, su familia había atra­ Cristina siguió a su abuela a
vesado las cadenas de escabrosas lo largo de la tortuosa senda con
montañas que circundaban el va­ el corazón angustiado. Cuando
lle. ¿Dónde en estos lejanos lu­ Jorge viniera ellas ya se habrían
gares podrían ellas encontrar un ido, y perdería así el amor que
hombre con una bolsa de oro? tan recientemente había hallado.
Del anaquel que se hallaba so­ Fue entonces que lo vio apro­
bre la cama, la abuela tomó la ximarse por el sendero, caminan­
caja que contenía los zapatos que do a zancadas con sus robustas y
habían pertenecido a la madre de largas piernas y sus hombros er­
Cristina. La joven observó mien­ guidos y fuertes, bajo el ardiente
tras la abuela los sacaba del en­ sol.
voltorio de papeles amarillentos. —¿A dónde vas?—le preguntó,
Eran zapatos altos, acordonados bebiendo con los ojos su hermo­
con resplandecientes punteras que sura.
la abuela mantenía brillantes con Cristina bajó la vista, ya que
el hollín de la tetera que colgaba no podía soportar de ver la expre­
del hogar. Cristina nunca había sión en su cara cuando la abuela
visto a la gente del valle usar ta­ le dijera.
les zapatos. —Si alguien tuviera 20 bolsas
—Toma—dijo la abuela—no de oro, no sentiría tanto amor
puedes ir a buscar a alguien rico hacia Cristina como yo siento—
sin zapatos. Antes la abuela siem­ le contestó el joven—Soy fuerte
pre había dicho: y dispuesto a trabajar.
—Tus pies son hermosos, no Pero la abuela comenzó a tiro­
necesitas zapatos. nearla por el camino y Cristina
Sorprendida Cristina se calzó no pudo esperar.
los zapatos y ató los largos cor­ Se volvió a mirarle y al verle
dones. La abuela entonces tomó parado junto a los arbustos de
el recipiente de arcilla color café rosas, deseó que no hubiera oro
que contenía las piezas de dinero en el mundo.
que obtuviera de la venta de ces­ —Estaré esperando por ti—le
tos durante muchos años. Vació gritó él—Cada día te esperaré
el contenido sobre la cama y co­ aquí en el sendero.
menzó a amontonarlo en peque­ —¿Dónde encontraremos al jo­
ñas pilas contando cada resplan­ ven que tenga la bolsa de oro
deciente pieza. Cristina contem­ abuela?—preguntó Cristina obe­
pló asombrada el dinero que dientemente, pues su abuela era
había dentro de la vieja cartera todo lo que tenía, y le había da­
color marrón. do todo lo que actualmente po­
Del viejo baúl que habían traí­ seía.
do a través de las llanuras, el cual —Iremos a ver a la familia de
se encontraba en una esquina del tu madre—dijo la abuela—los
cuarto, la abuela sacó el vestido años habrán borrado el rencor.
de seda y la capa de terciopelo. Cristina miró a su abuela sor­
La abuela se echó la capa sobre prendida. Nunca se le había men­
los hombros y extendió delante de cionado la gente de su madre.
Cristina el vestido que nunca le Sabía muy poco de ellos.
había sido permitido tocar. —Pero queda tan lejos—dijo
JULIO DE 1966

la joven Recordó vividamente, la noche


Cristina sabía solamente que anterior cuando llegaron con su
estaban en alguna lejana ciudad abuela, en el coche con finos ca­
a través de los abrumadores lla­ ballos, a la extraña y alta casa
nos, tan remotos para ella como en la ciudad. Recordó que había
impenetrables. sido recibida en la casa por un
—Existen medios, ahora, si hombre a quien la mujer después
tienes el dinero—dijo la abuela, llamó Javier. Recordó haberse
mientras su mano tocaba el bulto detenido ante la alta y apacible
en la cartera de color café—me­ dama quien según su abuela le
dios para los que van al este, los dijera, era la madre de aquella
que no desean permanecer en los lejana y nebulosa madre que ella
valles entre las montañas. nunca conociera.
—Pero abuela, tú nunca te —Esta abandonada criatura, la
arrepentiste de haber venido a las niña de Ruth—había dicho la
montañas. Siempre has dicho que nueva abuela, mirándola riguro­
las montañas son el emblema de samente.
nuestra religión—eterna. Repentinamente Cristina se
—Silencio, niña—dijo la abue­ había abrazado de la abuela Lui­
la brevemente—Se han hecho sa y le había dicho:
promesas. . . —¡Por favor, abuela, vamos a
—¿Qué promesas? — preguntó casa!
Cristina. Pero el agudo y deter­ Pero la abuela Luisa la había
minado golpeteo del bastón de la empujado hacia adelante y la ex­
abuela contra las rocas del ca­ traña abuela había posado vaci­
mino, fueron la única respuesta. lante su mano en el hombro de
Cristina le siguió obedientemente, Cristina, mirándola seriamente a
olvidada ya del resbaladizo moho la cara. De repente las lágrimas
de las rocas o la fragrancia de las subieron a sus ojos y la dama las
rosas. enjugó con un pañuelo de encaje.
Se despertó en su nuevo am­ Habían cambiado entonces,
biente con una ligera y aguda agudas palabras, preguntas y
sensación de angustia y desaso­ respuestas, explicaciones, llanto y
siego que no había conocido an­ tensas pausas. La abuela Luisa le
tes. La pequeña ventana de la contó que la madre de Cristina
cabaña por la cual pasaban los había muerto y estaba sepultada
rayos del sol que salpicaban su en el valle bajo el álamo, y que
acolchado de retacitos, había su padre estaba muerto también
crecido repentinamente al tama­ allí y que ella todavía creía en su
ño de una ancha y profunda ven­ extraña religión la cual había en­
tana con pesados cortinados de señado a Cristina. La abuela
desconocidas riquezas. Su mirada Luisa tomó la mano de Cristina y
recorrió desde las cortinas de la dijo:
ventana que ocultaba los rayos —Esta es la hija de Ruth, Ruth
del sol, hasta el floreado empa­ nunca pudo realmente renunciar
pelado, pasando por todo el cuar­ a todo esto—sus ojos recorriendo
to hasta detenerse en la cómoda el lujoso cuarto—No quería vol­
de nogal y el lavabo con su gran ver, pero al mismo tiempo no
jarra blanca y su palangana, y pudo resignarse. Yo le prometí
entonces recordó. que traería a Cristina aquí antes
EL JOVEN CON LA BOLSA DE ORO

de que se casara. Le he enseñado se sentó en la silla color rosa de


que la persona con quien se case volados, hablándole suave y es­
debe tener una bolsa de oro, y así pléndidamente:
no habrá remordimientos, ni tris­ —Este fue el cuarto de tu ma­
teza, ni decisiones indetermina­ dre—le dijo y sus ojos perecie­
das. ron no omitir el más ínfimo punto
La alta abuela se compuso so­ en Cristina—Ruth creció aquí
beranamente y miró a la abuela desde que era una niñita, hasta
Luisa con extraña agitación. que . . . hasta que se fue y me
—Ha sido usted sabia—dijo. dejó por un joven con una re­
Entonces sus ojos se iluminaron ligión nueva y odiada.
súbitamente. —Yo la quitaré de Cristina escuchó con obedien­
su lado—dio unos pasos acercán­ cia, mientras que su interior es­
dose y miró desdeñosamente a la taba dolorido por la nostalgia.
ajada figura de la abuela Luisa— —Puede ser tu cuarto ahora—
porque, ¿sabe? Yo tengo una bol­ le dijo la abuela inclinándose ha­
sa de oro. cia adelante falta de aliento.—
Entonces la abuela Luisa se Todo lo que quieras puede ser
fue. Cristina corrió tras ella col­ tuyo.
gándosele, pero la abuela des­ Y Cristina, no sabiendo que
prendió sus manos con sus pro­ decir, calló.
pios dedos retorcidos y se marchó. Hubo hermosos vestidos, som­
—-Pero, abuela—dijo Cristina breros y zapatos, sombrillas y
sollozante — ¿cuándo volveré a abanicos. Hubo fiestas, óperas
verte? y teatros. Hubo primos, tías, tíos
Los viejos ojos de la abuela es­ y nuevos amigos. Y hubo tam­
taban colmados de fuego: bién un atractivo joven llamado
—Cuando estés segura de la Gustavo. Cuando Cristina hubo
bolsa de oro—le contestó. Los aprendido más acerca de su nueva
doblados hombros se enderezaron vida, la abuela invitó a cenar un
bajo la capa de terciopelo, y la día a la familia de Gustavo. To­
abuela Luisa se disipó en la es­ dos ellos eran gente muy rica,
pantosa niebla de lo desconocido. influyente y relacionada, desde
Mientras Cristina recordaba, el padre, hasta la esposa, la her­
miró los volados de seda del dosel mana y Gustavo. A Cristina le
que se hallaba sobre su cama. agradaba Gustavo. El joven te­
Deslizó su mano vacilante por el nía una pronta y alegre sonrisa, y
satinado acolchado, y tocó con se reía de sus extraños modismos
temor la mullida almohada. Lue­ y costumbres campesinas.
go dejó resbalar cuidadosamente Después de la cena ambos ca­
sus piernas sobre el borde de la minaron tomados de la mano al­
alta cama hasta la suave alfom­ rededor del jardín. Cuando se
bra. Los zapatos de su madre y aproximaron al banco que se ha­
el sedoso vestido ya no estaban llaba debajo del castaño, él se
allí, pero había otras ropas nue­ sentó invitando a Cristina a hacer
vas y extrañas en su lugar. Lloró lo mismo a su lado.
interiormente en silencio mien­ —¿Tienes una bolsa de oro?—
tras vestía las nuevas prendas en le preguntó ella seriamente.
su delgado cuerpo. El la miró burlonamente y se
Poco después la nueva abuela echó a reir.
JULIO DE 1966

—Eres una jovencita mercena­ sus palabras, y se detuvo a medi­


ria—le dijo, pellizcándole jugue­ tar sobre ellas.
tonamente la punta de la nariz. —Mi querida—dijo la abuela
Pero luego más seriamente agre­ saliendo a su encuentro—Estás
gó: hermosa. ¿Te ha dicho Gustavo
—Creo que podría decir que algo especial esta noche?
tengo una bolsa de oro para la Los ojos de la abuela resplan­
debida persona. decían anticipadamente y puso
Después de esto Gustavo visi­ con afecto su brazo alrededor de
tó la casa seguido y Cristina le los hombros de Cristina.
sonreía resplandeciente pues era Cristina miró a su abuela con
divertido y a ella le agradaba. Su un gesto inquisitivo.
abuela ciertamente sonreía tam­ —Me dijo — contestó cabal­
bién. Hubo teatros, bailes y pa­ mente—me dijo que yo ya había
seos en coche por el parque. Una encontrado la bolsa de oro antes
vez Gustavo le pidió que bailara de que él me encontrara a mí.
con él en el lugar en donde se ha­ —¿Antes que te encontrara a
llaban cenando. La joven se sin­ ti?—la voz de la abuela se des­
tió llena de nostalgia girando con vaneció hasta apagarse. Permane­
él sobre el lustroso piso. ció en silencio por un fnomento,
—¿Donde aprendiste a bailar y entonces dijo con voz demasia­
así?—le preguntó él con una mi­ do alegre como para convencerse
rada penetrante—¿Acaso en tu a sí misma:
territorio indio? —¡Pero tú eres feliz aquí Cris­
—Con Jorge en los bailes de la tina! ¿Te gusta Gustavo, verdad?
Iglesia—le contestó la joven. —Oh, sí abuela, sí, pero. . .
—¿Quién es Jorge?—preguntó —¿Pero qué?—dijo la abuela
Gustavo con rápido interés. y se detuvo esperando como si
—Es el joven que no tiene una hubiera sabido desde que Cris­
bolsa de oro—dijo Cristina des­ tina había llegado a su hogar que
viando la vista, pues había lágri­ esto debería de terminar así, pero
mas en sus ojos. todavía se aferraba a sus esperan­
Después de eso, Gustavo per­ zas.
maneció callado. Bailaron silen­ —Pero yo ... yo ... yo quiero
ciosamente alrededor del salón. irme a casa—Sus ojos estaban
Gustavo la condujo al lado de un empañados de lágrimas—quiero a
ventanal bajo el cielo estrellado. mi abuelita Luisa. Quiero la pe­
Tomó su mano calladamente y queña capilla y los santos del va­
una leve sonrisa se dibujó en sus lle, y la hierba de la pradera y
labios al mirar al gesto serio de las tumbas bajo el álamo. Quiero
Cristina. mi cabaña con los pisos de tierra
—Creo—le dijo—que encon­ y las agrietadas paredes de ado­
traste tu bolsa de oro mucho an­ be. Y especialmente quiero . . .
tes de que yo te encontrara a ti. —bajó sus ojos para esconder las
Pero sus pensamientos se halla­ lágrimas—quiero a Jorge quien
ban muy lejos para comprender no tiene una bolsa de oro, pero
lo que él le decía. que está dispuesto a trabajar,
Más tarde, después de despe­ amar y adorar a Dios conmigo.
dirse y encontrar a su abuela es­ Permaneció llorando suavemen­
perándola, súbitamente recordó te mientras su alta abuela se le
EL JOVEN CON LA BOLSA DE ORO

acercó despacio pero firmemente, debería haber ido. Tal vez en­
rodeándola amorosamente con tonces, no hubiera estado inde­
sus brazos. cisa.
—Sí mi querida—le dijo. Se Se volvió hacia la ventana y
dirigió luego a la puerta y llamó haciendo a un lado la cortina fijó
a Javier. Por un momento con­ su vista en la noche estrellada.
versó con él y luego regresó a —Tal vez—dijo pensativamen­
donde estaba Cristina. te—tal vez haya una bolsa de oro
—Tu abuela estará aquí pron­ para mí también allá en tu valle.
to—le dijo. Cristina miró a su abuela y
—¿Pero dónde . . . ? entonces con nuevo reconocimien­
—Tu abuela ha estado espe­ to en sus brillantes ojos, dijo:
rando—le contestó simplemente. —Sí, abuela. Ahora sé porqué
Un suave suspiro, como un la abuela Luisa me trajo aquí.
murmullo, emanó de sus labios y Fue para que estuviera segura.
agregó: ¿No ves? Jorge me está esperan­
—Tu me dejarás igual que tu do allá en el camino con mi bolsa
madre me dejó, pero partirás con de oro. El valle está lleno de
mi bendición, como tu madre se oro, y hay suficiente para todos.

El día de hoy es mío


por Helen A. Nielsen

El día de hoy está aquí. Y es para que yo lo disfrute. Es el regalo más


reciente que he recibido de mi amoroso Padre, y debo apreciarlo. Puede ser
que hoy llueva o que el sol brille, tal vez haya nubes, nieve o viento, pero en
el día de hoy hay veinticuatro horas que puedo embellecer o arruinar, y
depende de mi solamente.
Quizá ya haya comprometido parte de él para lavar, planchar, limpiar o
hacer otras tareas. Pero aunque mis manos estén ocupadas, mis pensamientos
no necesitan estar sumergidos en una vasija con jabonadura. Tengo veinti­
cuatro horas para pensar en cosas hermosas y constructivas, o si lo deseo
puedo hundirme en la autocompasión o alimentar amargura o resentimientos
que me hayan quedado por algún suceso desafortunado.
Padre amado, que pueda emplear este día como debo. Que tenga una
canción en mi corazón y logre embarcarme en el aprendizaje de algo nuevo.
Que recorra una milla más para alegrar y servir.
Que pueda sentir la alegría del desafío y la victoria. Que pueda hacer
de esta jomada, un día tachonado de estrellas embellecido por lo bueno y lo
hermoso. Que el día de mañana sea más feliz y más significativo por el
empeño que he puesto en estas horas. Que pueda rendir cuenta a mi Creador
de cada segundo de este día. Y que me dé cuenta que tú, Señor, eres el
Creador de todo lo que es bueno.

113
JEHOVA ES MI PASTOR

Jehová es mi pastor; nada me faltará.


En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Los planes
para las
vacaciones
por
Kathryn E. Franks

■ La familia Balcarce se sentó en movía afirmativamente la cabeza


círculo en la sala. Se habían o negaba con la misma señal.
reunido para decidir dónde irían Sin embargo, los niños, recor­
de vacaciones. dando lo que había pasado en
Por varios días el padre había ocasiones anteriores, se dieron
estado consiguiendo mapas, folle­ cuenta que aunque la mamá esta­
tos y anuncios sobre distintos ba callada, estaba esperando el
lugares de veraneo. momento apropiado para hablar.
Sandra, de doce años, había Y tenían razón. Durante todo
recogido informes acerca de los ese rato de silencio había estado
parques nacionales. Aseguró que sosteniendo entre sus manos el
casi todos sus compañeros de viejo álbum de familia. Era el
clase habían visitado por lo menos mismo que los niños disfrutaban
dos parques nacionales. Estaba tanto al ver las divertidas fotos
decidida a visitar dos (mejor aún de la niñez de su mamá.
tres) parques nacionales durante Cuando se hubo apaciguado la
las vacaciones. discusión, la mamá graciosamente
Guillermo, de nueve años, que­ abrió el álbum y dijo:
ría que fueran a una hacienda, un —Creo que todos tienen mag­
lugar donde hubiera ganado y ca­ níficas ideas, pero tengo una idea
ballos “de verdad” para montar. ... un lugar ideal para pasar dos
Dorotea, de cuatro años, no semanas de vacaciones. Queda
había investigado nada. Lo único al oeste del país, donde pasé mi
que pedía era que se quedaran infancia . . . volveríamos a los bos­
donde estaban y que la llevaran ques donde mi familia acampaba
a la playa como de costumbre. cada verano al lado de un tortuo­
Mientras los niños discutían so riachuelo. Podríamos acam­
sobre lo que querían, el papá par allí, cocinar al aire libre y
cambió de postura pero no dijo colgar hamacas. Ustedes, hijitos,
nada. La mamá también escuchó podrían explorar el bosque, pes­
en silencio tomando en cuenta car, treparse a los árboles y has­
todo lo que se decía. A veces ta quizá pudieran construir una
JULIO DE 1966

canoa o una casita en los árboles. cambiarse? — preguntó Dorotea


Papá quizá pueda ponerse al día con preocupación.
en sus lecturas, pescar o sencilla­ Todavía riendo, la mamá le
mente descansar . contestó:
El papá quedó desconcertado —No, me acuerdo que también
pero no dijo nada. se había caído al río el día ante­
—¡Pero, mamá!—protestó San­ rior y el pobre no tenía qué po­
dra—¡Se me pone la carne de nerse.
gallina nomás de pensarlo! Me —Mamá, — preguntó Sandra
muero si tengo que pasarme dos estudiando la foto del extremo
semanas en esos bosques. ¿Qué de la página—¿quién es ese niño
puedo hacer allí? ¿Caminar, mirar que está parado a la entrada de
los pájaros y las mariposas? la carpa, el que tiene vendado un
Precisamente. Eso es algo que dedo del pie?
podrías hacer—le contestó la ma­ —Ni me hagan acordar . . .—
má. contestó la madre entre carcaja­
— ¡Qué divertido! — exclamó das—es Jorge, un amigo de tío
Guillermo con una sonrisa iróni­ Juan. El pobre metió el pie de­
ca. masiado cerca de una tortuga po­
—Este . . . yo . . —dijo Doro­ co amigable. Creimos que el dedo
tea sin entender del todo. no pararía de sangrar nunca.—
—Por favor—dijo el papá—va­ Terminó de decir la madre toda­
mos a mirar por unos momentos vía riendo.
este libro. —¡Qué interesante!—contestó
Todos se agruparon alrededor Guillermo comenzando a intere­
de la madre mientras ella hojeaba sarse.
las páginas del viejo álbum y bus­ —¿Quién es esa niña frente al
caba las fotos tomadas durante árbol?—preguntó el padre—, pa­
los días de campo de su niñez. rece que tiene sarampión.
Las cinco cabezas se aglomeraron La madre se inclinó a examinar
tratando de ver mejor las fotos. la foto más de cerca.
—¿Qué es lo que cuelga de las —Ah, es mi prima Luisa y no
ramas de los árboles, aquí a un es sarampión lo que tiene. Ahora
lado de la carpa?—preguntó el me acuerdo—dijo concentrándose
padre, mirando detenidamente la —, son picaduras de mosquitos.
foto del ángulo izquierdo. Casi se la comieron viva. Pero,
—Ah, es la ropa de mi herma- ¿verdad que parece que tiene sa­
nito Tomás—contestó la mamá rampión?
muerta de risa. —Se cayó al río —¿Y qué son todos esos cachi­
. . .—casi no podía hablar de la vaches amontonados atrás de la
risa. —Mi madre tuvo que sacarlo carpa?—preguntó el padre asom­
del agua, quitarle la ropa y col­ brado.
garla a secar. Se tuvo que quedar —Me había olvidado de ese in­
dentro de la carpa hasta que se cidente—respondió la madre. La
le secó la ropa. noche anterior había azotado una
Debe haber sido algo muy tormenta eléctrica muy fuerte. A
chistoso, pensaron todos, ya que eso de medianoche salimos preci­
la mamá seguía riéndose con mu­ pitadamente de las carpas. Tuvi­
chas ganas. mos que desarmarlas de apuro y
—¿Y no tenía ropa seca para amarrarlas a los autos antes de
LOS PLANES PARA LAS VACACIONES

que el viento las destrozara. Ten­ me al agua—dijo Dorotea—sería


drían que habernos visto a todos como en las películas.
los chicos amontonados dentro La madre miró a la pequeña
del auto mientras los truenos ru­ con cierto recelo. El papá trató
gían a nuestro alrededor. de disimular una sonrisa.
De repente la madre se quedó —Podríamos hacer una balsa
en silencio, como un automóvil como las que usaban antes—dijo
viejo al subir una cuesta. Sandra con entusiasmo.
—La verdad es que nunca me —No, no, niños—agregó la ma­
gustaron las tormentas—agregó, dre rápidamente. —Creo que me
estremeciéndose. he apresurado un poco, primera­
—No contestaste mi pregunta mente vamos a ver los folletos
—le recordó el padre. que trajo papá. Vamos a mirar­
los y .. .
—¡Ah, sí! Todas esas cosas
Todos se rieron de buena gana
amontonadas detrás de las car­
—no de la madre, sino con ella.
pas. Eran troncos y ramas que
Hasta la pequeña Dorotea captó
tuvimos que cortar antes de po­
la gracia del incidente y se puso
der armar otra vez las carpas la
de pie, rascándose una pierna.
mañana siguiente. Estábamos
—La verdad es que detesto los
casi muertos de hambre cuando
mosquitos—dijo, silbando gracio­
al fin pudimos preparar el desa­
samente a causa de los dientes
yuno . . .
delanteros que le faltaban.
—¿Y por qué tienen todas esas —Sé que comprenden—dijo la
bolsas y baldes colgados de los mamá — en aquel entonces era
árboles?—preguntó Sandra con muy divertido. Pero dudo que
interés. pudiera enfrentarme a una situa­
—Había hormigas. Y se me­ ción así, tan bien como mi mamá.
tían tanto en la comida que ma­ Se reclinó y colocó el álbum sobre
má tuvo que colgarla de los ár­ la mesa diciendo:
boles. Cuando llegaron a los ár­ —¿Qué estabas diciendo, papá,
boles tuvimos que llevarla a la en cuanto a los balnearios?
pequeña balsa en medio del río. —¿Les gustaría un lugar con
Me acuerdo que teníamos que comidades modernas?—preguntó
cambiar de sitio la comida tres o el padre en broma.
cuatro veces al día. —Sí, algo así—dijo la madre
—¡Qué divertido!—dijo San­ dócilmente.
dra con genuino entusiasmo. Se sentaron muy cerca otra vez
—¡Vamos a ese lugar a pasar y trataron de no reírse más.
las vacaciones!—exclamó Guiller­ Cuando se calmaron, el papá
mo—Podríamos vivir como Ro­ dijo:
binson Crusoe, me gustaría mu­ —Lo que prometemos hacer, si
cho ver una tormenta eléctrica. estamos cerca, es llevar a mamá
Me treparía hasta la copa de uno al lugar donde acostumbraba a-
de los árboles más altos a obser­ campar en su niñez y quedarnos
var los relámpagos. allí un día, y disfrutar de un ver­
—Conociéndote como te conoz­ dadero picnic al viejo estilo.
co, Guillermo, estoy segura que Con miradas y expresiones de
lo harías—dijo la mamá. aprobación, todos demostraron su
—A mí no me importaría caer­ acuerdo.
“Este es uno de mis días ata­ hago muchos movimientos, pero
reados”, me dije a mí misma en no avanzo en sobremanera. Sin
voz alta, apresurándome en mi embargo hice todo lo que pude, y
trabajo mañanero. Me pregunta­ Mary se sorprendió cuando me
ba cómo iba a realizar las ciento vió llegar tan repentinamente en
y una cosas que había planeado medio de la sala.
hacer en este resplandeciente día “¡Oh! ya está aquí”, dijo ella.
de primavera. Serios pensamien­ “Qué bien que llegó antes de que
tos ocupaban mi mente esa maña­ el sol se vaya de la rama de flores
na; una vecina, que apreciaba de manzano que mamá puede ver
mucho, estaba enferma. Yo le desde su vantana. Cada flor res­
había dicho a su hija, quien esta­ plandece por el rocio, y parece
ba cuidando de ella, que me avi­ una lámina japonesa. Mamá dijo
sara si en cualquier cosa podía lo mucho que deseaba que usted
ayudarla y enseguida estaría a pudiera verla antes de que el sol
su lado. Solamente vivía a dos se ocultara.”
cuadras de ella, y recuerdo que Me desplomé a los pies de la
le dije “ya sabes, cualquier cosa”. cama, resp;rando dificultosamen­
Ni bien acabé de hacer funcio­ te. Mary enseguida comprendió
nar el lavarropas oí el teléfono que había tomado la llamada tele­
que sonaba, salí del lavadero y fónica como una emergencia.
corrí escaleras arriba. Como me “¡Oh! cuanto lo siento”, Mary
imaginaba, era la hija de mi ami­ se lamentó. “Estoy segura que
ga enferma. “Venga a casa”, me me querrá matar. Mamá estaba
dijo, “lo más pronto que pueda”. mejor esta mañana, y yo impulsi­
No esperé ninguna explicación, vamente la llamé para que com­
colgué estruendosamente el telé­ partiera con ella el sol en las flo­
fono y me precipité hacia la puer­ res de manzano.”
ta, sin siquiera pensar en usar el De repente todo empezó a vol­
automóvil. Esto me hubiera aho­ ver a su estado normal. ¿Por qué
rrado tiempo y aliento, el cual ya me apresuraba a semejante paso?
casi se me había agotado debido Este momento de belleza y com­
a la carrera desde las escaleras pañerismo era importante.
del sótano. Miré por la ventana y dije, “No
Corrí todo el camino, pero no Mary, es una satisfacción saber
soy muy buena en esto pues ten­ que tengo amigos que se acuerdan
go una rodilla descompuesta. de mi cuando el sol brilla en las
Cuando me apresuro parece que flores de manzano”.
Una fiesta al estilo alemán
Segunda parte

por Carla Sansom

Al preparar mi menú al estilo alemán, observo ahora la lista de


ensaladas que serviré. Cinco de ellas pueden prepararse el día ante­
rior. Son: Ensalada de judías (chauchas, ejotes); Ensalada de remo­
lachas (betabel) y arenque; Ensalada de piña (ananá) y queso con
gelatina de lima; Ensalada de cerezas; y Ensalada de crema de
naranja. La ensalada de camarones y la de pepinos, las prepararé
poco antes de que lleguen los invitados.

ENSALADA DE JUDIAS
2 latas de judías taza de aceite
2 cebollas verdes picadas 3 cucharadas de vinagre de vino
1 cucharadita de sal 1 cucharada de jugo de limón
1 diente de ajo (cortado por la mitad) Pimiento, pimentón, sal de cebolla
Quite el agua a las judías y colóquelas en un recipiente. Sale las judías y
las cebollas. Déjelas reposar. Mientras tanto ponga el ajo en el aceite y agregue
el vinagre y el jugo de limón. Viértalo sobre las judías. Condimente con pimien­
ta, pimentón y sal de cebolla. Mezcle bien. Manténgala refrigerada.

ENSALADA DE REMOLACHA Y ARENQUE


1 lata de remolachas 1 cucharada de vinagre blanco
(más o menos ½ kilo) cucharadita de sal
2 o 3 filetes de arenque Granos de pimienta entera al gusto
1 pepinillo encurtido 1 cucharadita de azúcar
2 cebollas de tamaño mediano 2 o 3 cucharadas de mayonesa
1 manzana grande taza de crema agria
2 huevos hervidos
Quite el jugo de las remolachas. Corte en cubitos, los filetes de arenque, el
pepinillo, las cebollas, la manzana, los huevos y las remolachas. Ponga todo en
una fuente. Agregue el vinagre, la sal, la pimienta, y el azúcar. Mezcle bien.
Vierta la mayonesa y la crema agria sobre el resto de los ingredientes y revuelva
bien. Pruébela. (Quizá desee agregar unas gotas de jugo de limón, un poco más
de azúcar o dos o tres cucharadas de crema de leche.) Enfríela.

ENSALADA DE PIÑA Y QUESO CON GELATINA DE LIMA


1 paquete de gelatina de lima kilo de queso fuerte, desmenuzado
1 lata de piña picada
Prepare la gelatina siguiendo las instrucciones del paquete. Mezcle la piña
picada con el queso. Agregue a la gelatina y coloque en un molde.

ENSALADA DE CEREZAS
kilo de cerezas frescas 1 taza deazúcar
2 naranjas de tamaño mediano
Lave las cerezas y déjelas escurrir. Páselas por un molinillo. Corte las
naranjas por la mitad, quíteles las semillas y páselas también por el molinillo,
sin quitar la cáscara. Coloque ambas frutas en un recipiente y agregue el azúcar.

119
JULIO DE 1966

ENSALADA DE CREMA DE NARANJA


4 yemas de huevo 4 claras batidas a nieve
½ taza de azúcar 2 tazas de crema de leche
12 cucharadas de jugo de naranja 1 lata de gajos de mandarina
4 cucharadas de jugo de limón ralladura de naranja
3 sobrecitos de gelatina sin sabor

Bata las yemas con el azúcar hasta que estén cremosas. Agregue los jugos.
Prepare la gelatina siguiendo las instrucciones. Mezcle con los ingredientes ya
mencionados. Bata las claras de huevo con la crema de leche. Agréguelas a la
mezcla anterior. Vierta en un molde y adorne con los gajos de mandarina y la
ralladura de la naranja. Póngala en el refrigerador.

ENSALADA DE PEPINOS

2 pepinos de tamaño mediano, 4 tajadas de tocino, desmenuzadas


pelados y cortados en rebanadas Pimienta a gusto
4 cucharadas de vinagre de vino 1½ cucharadas de sal
2 cucharadas de jugo de limón 1 cucharada de azúcar
2 o 3 cebollas verdes picadas ¼ taza de perejil picado

Pele y corte en rodajas los pepinos, agregue todos los otros, ingredientes.
Mezcle y enfríe.
ENSALADA DE CAMARONES

Prepare una de sus ensaladas de verduras preferidas y agregue dos latas


de camarones. (Enjuague los camarones y escúrralos antes de agregarlos a la
ensalada.) Mezcle bien, adorne con rodajas de limón.
SALSA
2 tazas de una salsa preparada con 1 cucharadita de polvo de rábano
tomates, pimiento morrón, cebollas, sal picante
y agua. 1 taza de crema agria
2 huevos hervidos picados ¼ taza de mayonesa
1 cucharadita de azúcar Una pizca de pimienta
Una pizca de sal

Mezcle, enfríe y sirva la salsa con la ensalada de camarones.


En el día de la fiesta voy a hacer los pasteles por la mañana. Como ya he
dicho, voy a servir Torta (pastel) alemana de mármol. Pastel de queso y Torta
o Pastel de mantequilla.

TORTA ALEMANA DE MARMOL

3 tazas de harina cernida 3 huevos sin batir


2 cucharaditas de polvo de hornear 1 taza de leche
½ cucharadita de sal 1½ cucharadita de vainilla
1 taza de mantequilla o margarina ¾ taza de chocolate derretido
2 tazas de azúcar Vi cucharadita debicarbonato de soda

Cierna la harina con el polvo de hornear y la sal. Mezcle la mantequilla


agregando gradualmente el azúcar y batiendo hasta que quede cremosa. Agregue
los huevos, uno por uno, batiendo bien después de cada adición. Combine la
leche y la vainilla incorporándola a la preparación anterior alternadamente con
los ingredientes secos. Bata bien después de agregar cada cosa. Vierta % de
la masa en un molde con un tubo en el centro, previamente engrasado. En el
resto de la masa mezcle el chocolate líquido y el bicarbonato. Vierta esta pre­
paración sobre la masa blanca anterior. No la mezcle. Hornéese a temperatura
moderada de 350 grados por unos 45 minutos. Cubra el molde con una hoja de
papel de aluminio y déjelo en el horno unos 20 o 25 minutos más. Deje enfriar
antes de desmoldar.

120
UNA FIESTA AL ESTILO ALEMAN

PASTEL DE QUESO
tazas de galletas de miel cucharadita de vainilla
desmenuzadas taza de azúcar
cucharadas de mantequilla cucharadas de harina
cucharadas de azúcar huevos
cucharadita de sal cucharadita de jugo de limón
paquetitos de queso crema taza de crema de leche
Mezcle las galletas desmenuzadas con la mantequilla y dos cucharadas de
azúcar. Cubra el fondo de un molde redondo con esta preparación. Mezcle ½
taza de azúcar con la harina, sal y el queso crema, ablandado a temperatura
ambiente. Agregue la vainilla y el jugo de limón. Añada las yemas una por una,
batiendo bien después de cada adición. Agregue la crema y mezcle bien. In­
corpore las claras batidas a nieve y vierta la mezcla sobre la preparación que ya
está en el molde. Hornee a baja temperatura (unos 325 grados) por 1 hora o
hasta que se haya endurecido en el centro. Enfríe antes de desmoldar.
Puede servirse con crema de fresas o cerezas y adornarse con crema de
leche.
TORTA O PASTEL DE MANTEQUILLA
1 taza de leche 2 huevos
taza de azúcar 4 tazas de harina sin cernir
1 cucharadita de sal 100 gramos de mantequilla
100 gramos de mantequilla taza de azúcar y canela en polvo,
taza de agua caliente mezcladas
2 paquetitos de levadura 1 taza de nueces picadas

Caliente la leche y agregúele el azúcar, la sal y la mantequilla; déjela en­


friar hasta que esté tibia. Ponga el agua tibia en un recipiente de tamaño gran­
de previamente calentado. Agregue la levadura y revuelva hasta que se derrita.
Añada la mezcla de la leche, los huevos y la mitad de la harina, batiendo hasta
que quede una masa suave. Agregue la harina restante para hacer una masa
más consistente. Cúbrala y déjela leudar en un lugar templado, durante unos
45 minutos. Amásela y colóquela en un molde engrasado de forma cuadrada.
Déjela leudar nuevamente hasta que duplique su tamaño original. Vierta encima
el resto de la mantequilla, espolvoree con la mezcla del azúcar y la canela y
agregue las nueces. Hornee a temperatura moderada (375 grados) por unos
20 o 25 minutos. Al sacarla del horno cúbrala con el siguiente baño de limón:

BAÑO DE LIMON
1 taza de azúcar de pastelería o impalpable
3 cucharadas de jugo de limón
Como ya mencioné la carne que comeremos es una pierna de cerdo que
cocinaré en el horno a 325 grados, durante unos 30 o 45 minutos por cada
medio kilo. Media hora antes de que la carne esté cocida, cúbrala con la
siguiente preparación:
1 cucharadita de sal 1 cucharadita de mejorana
cucharadita de pimienta 2 cucharadas de jugo de limón
2 cucharadas de cebolla picada fina
Esta mezcla dará a la carne de cerdo un gusto delicioso. Me puedo dar
cuenta que cuando recibo invitados que vienen a quedarse a mi casa en sus
vacaciones, están cansados de comer jamón o pavo. Serviré además solomillo
al horno y salame italiano en rodajas.
Como complementos serviré tomates, aceitunas, zanahorias y apio. Los
tallos del apio los rellenaré con queso crema, aderezándolos con sal de cebolla,
pimienta, pimentón y una pizca de sal de pepinillos. Tendré además una varie­
dad de encurtidos, salsa de pimientos cesera, jalea de manzanas y de grosellas
rojas y negras.

721
Myrtle Kiddle Seeley, de Lethbridge, Alberta, Canadá, utiliza sus poco comunes
aptitudes en varios campos de dibujo y artesanía. El ser zurda parece no haber
sido impedimento para sus realizaciones.
Ha tejido al crochet cientos de carpetitas y manteles, ha ejecutado intrin­
cados puntos de bordado y hace muchas clases de coloridas y decorativas alfom­
bras. En un solo invierno realizó la mayoría del trabajo que requieren treinta
sobrecamas. El pasatiempo que más recientemente ha desarrollado es la pin­
tura al óleo. Flores canadienses, praderas e imponentes montañas embellecen
sus telas. En particular le gusta pintar picos mantañosos que se reflejan sobre
las quietas aguas de un lago.
Es una experta jardinera, y sus primorosos rosales y plantas en el interior
de su casa son admiradas sobremanera. Decora su propio hogar, ya sea empa­
pelando o pintando las paredes. Ha sido Maestra Visitantes en la Sociedad de
Socorro desde la edad de 17 años, a excepción de intervalos en los que sirvió
como directora de música, y más tarde como primera consejera. Desde al año
1938 hasta 1941 prestó servicios como presidenta de la Sociedad de Socorro del
Barrio Stirling. En la actualidad está desempeñando otra vez el puesto de Maes­
tra Visitante, y cuenta con un extenso círculo de amistades que la estiman.
Tiene siete de sus hijos aún vivos, veinticinco nietos y diez y seis bisnietos.
El 15 de marzo de 1966 la hermana Seeley cumplió setenta y seis años y sus
amigos y familiares la recordaron y se regocijaron junto con ella.
por Thelma Grube

■ Helena tenía dos años y aún queta marrón de tweed y una


no había comenzado la primavera bufanda de seda blanca. No usaba
cuando empezamos a ver al an- sombrero.
cianito. Cada día, exactamente a Nos acostumbramos tanto a
la misma hora, lo veíamos pasar verlo que cada mañana, a las
en una bicicleta inglesa. No mira­ diez, nos asomábamos a la ven­
ba a derecha o izquierda, ni hacia tana y lo mirábamos pasar peda­
arriba o hacia abajo. Miraba, co­ leando frente a nuestra casa.
mo solamente los muy ancianos Helena le gritaba en su media
pueden hacerlo, directamente ha­ lengua: “Aiós, cheñol”, a través
cia el pasado. No importaba cuán de la ventana cerrada, y luego
helado fuera el viento del este, ni preguntaba: “¿Onde va hombe?”
cuán caluroso el del oeste, el an­ Exactamente veinte minutos des­
ciano siempre usaba la misma pués, el hombre volvía a pasar y
ropa—pantalones negros, recogi­ se repetía el rito. A mediados de
dos a un lado en la parte baja abril, los acontecimientos diarios
para andar en bicicleta, una cha­ se repetían maquinalmente: El
JULIO DE 1966

desayuno; el beso a abuelito; niña gritó: “Aiós, cheñol”, y pe­


abuelito va al trabajo; viene el daleando con todas sus fuerzas,
lechero; viene el cartero; viene el comenzó a seguirlo gritándole:
señor—“Aiós cheñol”. Y luego “Pele, cheñol, pele un momento”.
se ponía a practicar en su nuevo Cuando llegué a la acera y miré
triciclo por todas las habitaciones en esa dirección, el anciano había
de la casa. desaparecido pero Helena todavía
Cuando llegó el día de prueba pedaleaba furiosamente en la
para Helena en la vereda, todos misma dirección. Cuando la lla­
nos paramos a mirarla desde el mé, dio vuelta frente de un árbol,
jardín, tal como lo harían los tropezó y se cayó.
dueños de los caballos en la pista El pequeño rasguño requería
de carreras o los niños en el circo, atención con agua oxigenada y
todos observamos a la niña peda­ mucho amor, así que no nos fija­
lear su triciclo para adelante y mos cuando el anciano pasó de
para atrás. Varias veces dio la vuelta, pero esa mañana fue el
vuelta demasiado rápido, el trici­ comienzo. Y a excepción de los
clo se ladeó y la niña rodó por el días de lluvia, cuando ni grandes
pavimento. Primero lloró asusta­ ni chicos se aventuraban a salir,
da, pero nos mantuvimos allí has­ la rutina no cambió, sino una
ta que se acostumbró y después sola vez, durante el verano, al
de varias veces cuando se caía del menos que nosotros lo sepamos.
triciclo se quedaba algo asombra­ Todas las mañanas un poco
da o se reía de lo que había hecho. antes de las diez, Helena esperaba
Este primer día no vimos al an­ en la orilla de la acera, hasta que
ciano hasta que estaba casi frente lo veía venir; entonces, con los
a nosotros. Apenas tuvimos tiem­ músculos en tensión, y sus rizos
po de pensar en un choque cuan­ ondeando al viento, se trepaba
do Helena se detuvo, se hizo a en su triciclo y trataba de peda­
un lado del camino y dijo: lear a la par del anciano. La
“Aiós cheñol.” pasaba un poco (¿acaso dis­
Como si no hubiera oído, el minuía la velocidad?) y ambos
caballero pasó a su lado, sin mi­ desaparecían de vista durante
rar a derecha o izquierda, ni hacia veinte minutos—la niña resplan­
arriba ni hacia abajo, y la niña, deciendo de entusiasmo con la
que nunca antes había sido ig­ carrera y el anciano mirando ha­
norada, se quedó observándolo cia adelante y sin dar muestras
hasta que desapareció de su vista. de alegría alguna. Al pasar los
Con el tiempo, dejamos a Hele­ veinte minutos, ambos reaparecí­
na que pedaleara por su cuenta, an frente a la casa. Sin siquiera
y lo único que necesitábamos era mover la cabeza o decir palabra,
mirarla de vez en cuando desde el anciano se detenía y aguarda­
la ventana para aseguramos de ba. La niña lo miraba melan­
su seguridad. Al día siguiente, cólica, todavía pletórica de ener­
justo la observamos a las diez en gías, pero comprendía. Se bajaba
punto. Helena estaba concen­ entonces de su triciclo, y entraba
trada en pasar sobre un hoyo del en las casa. (¿Cómo es que se
pavimento y el anciano pasó a su entienden los muy jóvenes y los
lado antes de que la niña lograra muy ancianos?)
siquiera verlo. Sorprendida, la Sucedió así que un día, sin

191
EXTRAÑOS LAZOS

poder dominar nuestra curiosi­ Después la hizo caminar un poco


dad, nos pasamos al jardín de la para ver si no se había lastimado.
casa del fondo que daba hacia la La tomó de la mano—el señor
calle posterior y llamamos a la Alonso que ni siquiera le habla a
puerta. Avergonzados como está­ la señora de Domínguez, excepto
bamos (porque apenas conocía­ cuando ella le cocina pollo. Bue­
mos a la familia), nos colocamos no, llevándola de la mano, la
tras la ventana del frente justo acercó a su triciclo y le señaló
a tiempo. Y allí venían, el del­ que se subiera a él. La niña le
gado anciano sobre su fina y ne­ obedeció, sonriéndole con toda la
gra bicicleta y la niñita regordeta dulzura que podáis imaginaros.
en su ancho triciclo. Ella esperó entonces que él tam­
—Ahí van—dijo nuestra veci­ bién se subiera en su bicicleta y
na—me gustaría saber de donde juntos partieron otra vez. ¿Pue­
trae el señor Alonso a esa niñita den ustedes creerlo?—terminó di­
todas las mañanas. ciendo la vecina.
—¿Quién?—le preguntamos. Unos días después, a causa de
los dientes que le estaban salien­
—El señor Alonso. Vive en la
do y los microbios tratando de
pensión de la señora de Domín­
aprovechar la debilidad del cuer­
guez en la calle del Sol. El an­
po, Helena amaneció con fiebre y
ciano . . . ¡eh! ¿Esa niña no es
le duró veinticuatro horas. Co­
vuestra hijita, no?
menzó a altas horas de la noche
Le dijimos que la niña era y por la mañana estaba tan ago­
nuestra y que la curiosidad nos tada que apenas se podía mover
consumía por saber qué sucedía hasta el sofá. Cerca de las diez
con el anciano y la niña cuando de la mañana, la niña abrió los
desaparecían de nuestra vista. ojos y con voz débil en su media
En aquellos momentos nuestra lengua susurró: “¿Onde está el
vecina sabía tanto como nosotros. home?”
Para ella el espectáculo era siem­ Abrí la ventana todo lo que
pre el mismo. Más adelante, en pude y miré calle abajo hasta
el verano, sin embargo, un día verlo venir. (¿Estaba acaso dis­
nos llamó por teléfono para de­ minuyendo la velocidad al no ver
cimos que Helena, tratando de a la niña en la acera?) Sí, hasta
esquivar a un gato, se había caí­ se detuvo, con el pretexto de
do del triciclo y se había engan­ ajustar el doblez de sus panta­
chado el pie entre el pedal y la lones.
rueda. Salí hasta el final del caminito
—No puedo creerlo—dijo nues­ de nuestro jardín y allí permane­
tra vecina. —El anciano no la cí hasta que pasó a mi lado. Al
vio caerse, pero supo lo que había acercarse, con los ojos mirando
sucedido. Se detuvo de inmediato hacia adelante, le dije simple­
y caminó hacia ella, tan correcto mente: “Está enferma.”
como puedan imaginarse y ca­ (Estoy segura que movió afir­
riñosamente le ayudó a sacar el mativamente la cabeza). Desde
piececito de donde había quedado la ventana del frente, una voz
atrapado. Sacó de su bolsillo el muy débil y afiebrada, dijo:
pañuelo más blanco que jamás “Aiós cheñol.” (¿Cruzó acaso
he visto y le secó las lágrimas. una sonrisa por sus ojos?) Y así
JULIO DE 1966

la rígida figura avanzó a lo largo el anciano no apareció. Helena,


de la acera. con la insistencia típica de los
Durante el resto del verano y niños, preguntó aún a media len­
luego durante el otoño, la alegre gua: “¿Onde etá el home?” y na­
rutina continuó igual. El aire de die pudo explicarle a la pequeña
la mañana brillaba con la alegría el significado de la banda negra
de la criatura; las ruedas crujían en la puerta de la casa de la
al recorrer el cemento recién pues­ señora de Domínguez. No podía­
to sobre la acera; los rayos del mos decirle que murió en silencio,
sol saltaban de la blanca cabeza como había vivido, o que su mano
a los rubios rizos, de las pálidas estaba aferrada al aro de metal
mejillas a las rojas rosas en la que sujetaba sus pantalones
carita de la pequeña. Nunca na­ cuando andaba en bicicleta. ¿Có­
die oyó al anciano hablar con la mo decirle a la niña que por pri­
niña. A veces la dejaba que se le mera vez en su vida, la señora de
adelantara un poco, pero era peli­ Domínguez había visto una son­
groso, ya que Helena insitía en risa en la expresión del anciano?
darse vuelta para ver si el an­ Hasta que comenzó a nevar, y
ciano estaba aún allí, y no ponía hubo que guardar el triciclo en el
atención al manejar su triciclo. garage durante el invierno, He­
Entonces, con estirada dignidad, lena esperó cada mañana, con
el anciano pedaleaba más fuerte toda atención por miedo de no
y se ponía a la par de la niña, por verlo pasar. Cada día su desilu­
lo que la pequeña reía y le grita­ sión y su expresión confusa nos
ba: “ ‘Pele, cheñol, ‘pele un mo­ trajeron un profundo dolor y a
mento.” y la carrera continuaba menudo, en lo profundo de nues­
una vez más. tros corazones, oíamos el eco de
El extraño idilio terminó a su ahora silencioso grito: “’Pele,
fines de octubre. Una mañana cheñol, 'pele un momento.”

Los picos de las montanas por Celia Luce


La mayoría de los picos de las montañas deben escalarse. Si quieres
observar un paisaje espléndido, si quieres conocer la sensación de que estás en
la cumbre del mundo, tendrás que luchar por lograrlo. Sí, es verdad, hay
caminos fáciles que llevan a la cumbre de ciertas montañas y de allí se
emprende el camino hacia otras. Hay senderos con vistas hermosas que te
llevan a las montañas, pero son muy pocos los que te llevan hasta la cima.
La vida es así. Ciertos aspectos de la felicidad parece que nos llegan con
poco o ningún esfuerzo de parte nuestra. Pero las satisfacciones más grandes,
tales como la vista desde la cúspide de una montaña, sólo se logra con un
arduo esfuerzo de nuestra parte.
Todo el material enviado para publicación en este departamento, deberá
remitirse por medio de las presidentas o supervisoras de la Sociedad de Socorro
de la estaca o misión, dirigido a: Editorial Department, Relief Society Maga-
zine, 76 North Main, Salt Lake City, Utah 84111, USA. Para enviar material
a las Noticias de Aquí y Allá, siga las instrucciones del número de enero
de 1966, página 50.

La Mesa Directiva de la Sociedad de Socorro de la Misión de Tonga,


da instrucciones a las oficiales de los distritos y ramas,
Enero, febrero y marzo de 1966

En la primera fila, sentadas de izquierda a derecha: Finehika B. Pulotu,


secretaria-tesorera; Salavia Muti, segunda consejera; Lela Dalton, supervisora
de la Sociedad de Socorro de la Misión de Tonga; Tu’avava’u Mapa, presidenta;
Sulia Pule, primera consejera.
En la fila de atrás, de pie de izquierda a derecha; las oficiales del distrito:
Siu Angelau; Katalina Laomake’i; Lily Wolfgramm; Liahona Fifita; Seini
Lola Afu; ’Alaimaluloa Taimani.
La hermana Dalton informa: “Durante el primer trimestre de 1966, se
realizaron conferencias de distrito en las islas de Tongatapu, ’Eua, Ha’apai,
Vava’u, Niue, y Fiji. Al mismo tiempo que se presentó el tema general,
titulado ‘Cómo mejorar la habilidad para dirigir’, se hizo una demostración
sobre cómo preparar las lecciones a todas las oficiales y maestras. El mismo
día las mesas directivas de la misión y los distritos se reunieron para analizar
la obra realizada durante el año 1965 y hacer planes para 1966. Aquí en el
hemisferio sur, la Sociedad de Socorro comienza en marzo.
“A fin de estimular el progreso en los registros, entre las sociedades organi­
zadas en las 56 ramas y 11 distritos, se llamó a las presidentas y secretarias-
tesoreras de todas las ramas y distritos de la isla de Tongatapu y se les dieron
instrucciones el día 7 de febrero. Como resultado se pudo comprobar que hubo
una comprensión más amplia de la importancia de los registros en las ramas de
la Iglesia.
“Las hermanas de Tonga que aparecen en la foto están vestidas con sus
tradicionales ropas negras de luto (con un ta’ovala alrededor de la cintura)
en señal de respeto por la muerte de su reina Salóte Tupou.”
JULIO DE 1966

Estaca de North Sanpete (Utah). La Sociedad de Socorro del Barrio de


North Fairview celebró su fiesta anual
17 de marzo de 1966

De izquierda a derecha: Lyndon Graham, quien diseñó la placa; Ruth


Eriksen y Nora Christensen, historiadores.
Louise B. Johansen, presidenta de la Sociedad de Socorro de la Estaca de
North Sanpete, nos informa: “El Barrio de North Fairview, en la tarde del
17 de marzo de 1966, celebró el aniversario de la fundación de la Sociedad de
Socorro con la presentación del espectáculo titulado: ‘Y vinieron las mujeres’.
También participó el Barrio de South Fairview, y todos los esposos y autori­
dades del sacerdocio fueron invitados a que igualmente participaran de las
actividades, las que incluyeron cuadros vivos, muestra de diapositivas, canciones
y refrescos.
“Las oficiales de la estaca estuvieron presentes en una reunión realizada
antes del espectáculo, en donde Nora Christensen y Ruth Ericksen descubrieron
una placa que representa las diecinueve presidencias de la Sociedad de So­
corro que han trabajado en el Barrio de North Fairview desde su organiza­
ción en 1868. Lyndon Graham diseñó e hizo el marco para colocarlo sobre
el hogar del cuarto de la Sociedad de Socorro. Está confeccionado en madera
teñida de color oro y rosa y decorado con el emblema de la Sociedad de So­
corro y cinta azul con letras doradas. Está cubierto con vidrio y su tamaño
es ajustable para poder agregar las fotos de las presidencias futuras de la
Sociedad de Socorro.
“Luego de una reunión de directoras en la que se exhibió la película ‘Se
guardará un registro’, se instó a las presidencias a escribir la historia de sus
barrios, lo que estuvo a cargo de la presidenta Nora Christensen y la consejera
de educación Ruth Ericksen. A las presidentas anteriores se pidió que escri­
bieran sus historias y coleccionaran fotos entre sus amigos y familiares, en
Utah y otros estados. La historia escrita, con fotografías ha quedado ahora
completa.”

Estaca de Winder (Utah). El Barrio Octavo de Winder presentó un drama con


motivo del Aniversario de la Sociedad de Socorro
18 de marzo de 1966

Sentadas en el centro de la segunda fila: Belle S. Spafford, presidenta


general de la Sociedad de Socorro; y Josephine Patterson, directora de los
servicios sociales. En la fila posterior, de pie entre las dos hermanas anteriores
(con vestido oscuro), Verona George, presidenta de la Sociedad de Socorro
del Barrio Octavo de Winder con sus dos consejeras Virginia Smart y Judy
Riches.
Louise W. Free, presidenta de la Sociedad de Socorro de la Estaca de
Winder, nos informa: “El 18 de marzo, la Sociedad de Socorro del Barrio
Octavo de Winder, presentó el drama ‘Hay un hermoso mañana’, para las
hermanas de la Sociedad de Socorro y sus esposos. En el referido drama, un
moderno científico, transportó a la audiencia hacia el pasado, con la ayuda de
una ingeniosa máquina de tiempo, y le hizo ver la organización de la Sociedad
de Socorro, y la vida de las nueve presidencias generales. A medida que se
desarrollaba cada escena, una hermana, vestida con ropas auténticas de la
época, se colocó detrás de una cortina plástica y representó a cada una de las
presidentas. Cuando se representó la vida de la presidenta Belle S. Spafford,
la audiencia estuvo muy contenta al ver a la misma hermana Spafford en
persona.
“El coro de Madres Cantantes, bajo la dirección de Bessie Upwall, inter­
pretó música apropiada. La canción que dio título a la obra fue cantada por
el hermano Jede Ellis y su esposa con un fondo escénico, y al final de la repre­
sentación, toda la audiencia se unió al canto. Kirsten Pruhs estuvo a cargo
del buffet que se sirvió después del programa.

i
JULIO DE 1966

Estaca de South Cottonwood (Utah). Concierto de las Madres Cantantes


presentado en el Aniversario de la Sociedad de Socorro
18 de marzo de 1966

De pie a la derecha, de izquierda a derecha: Norma W. Witt, acompañan­


te; Maxine S. Pattison, directora de música; Heida S. Birch, organista.
Atrás a la derecha, en las cuatro primeras filas: Luela W. Finlinson,
presidenta; Momo T. Ushio, consejera de labores; Betty T. Erekson, secretaria-
tesorera; Marian A. Reed, consejera de educación.
La hermana Finlinson nos informa: “La Estaca de South Cottonwood,
presentó el primer concierto formal de las Madres Cantantes el 18 de marzo
de 1966, conmemorando el aniversario de la Sociedad de Socorro. Nos queda­
mos asombradas con la presentación y actuación. Ciento veintiuna hermanas,
pertenecientes a nueve barrios, cantaron once hermosos himnos de memoria.
Consideramos que fue una meta difícil de alcanzar. Un conjunto instrumental
integrado por Lucile Salisbury, Afton Woffinden, Ann Larson y Ann Bailey
interpretó varios números en el intervalo los que agregaron una nota deliciosa
al entusiasmo de la audiencia. El número final, ‘Con Valor Marchemos’, fue
acompañado por un trío de trompetas perteneciente a la banda de la escuela
secundaria de Murray, que puso la nota culminante a una destacada jomada
de entretenimiento. Cada uno de los barrios tomó su turno para cuidar de los
muchos niños asistentes, mientras las mamás practicaban.”

Misión de California. Las Madres Cantantes del Distrito de Palm Springs


presentaron la música para la conferencia trimestral
13 de marzo de 1966

June M. Brower, tercera de la derecha en la tercera fila, es la nueva presi­


denta de la Sociedad de Socorro del Distrito de Palm Springs; Neta Fulkerson,
segunda de la derecha en la segunda fila, es la organista; la ayudante de la
directora, Evelyn Green, a la extrema derecha de la primera fila; LaVirda
Stuehser, directora del coro es la primera a la derecha en la segunda fila; la
solista, Shirley La Ventura es la cuarta de la derecha en la segunda fila.
Athelia S. Tanner, presidenta de la Sociedad de Socorro de la Misión de
California, nos informa: “El Coro está integrado por seis ramas, y abarca un
área aproximada de 150 millas. Con motivo de la conferencia el coro cantó
entre otros himnos: ‘Dulce es la Obra’ y ‘Te Quiero Sin Cesar’. El élder
Frank Cali, misionero de Brigham City, Utah, acompañó el grupo al violín.”
Ruth H. Jensen actúa como supervisora de la Sociedad de Socorro de la
Misión de California.

Estaca de Lorin Farr (Utah). El Barrio Séptimo de Ogden celebra el


aniversario de la Sociedad de Socorro
16 de marzo de 1966

De izquierda a derecha: Aenone Hall, segunda consejera; Elma Snowball,


secretaria-tesorera; Hazel Owen, directora de la clase de literatura; Hazel
Gray, primera consejera; Helen Clifford, presidenta.
Virga W. Swenson, presidenta de la Sociedad de Socorro de la Estaca de
Lorin Farr, nos informa: “Después de un sketch de la organización de la So­
ciedad de Socorro en 1842, se homenajeó a una de las hermanas por su dedi­
cación a la Sociedad de Socorro. La hermana Hazel Jones Owen ha sido la
directora de la clase de Literatura durante diecisiete años ininterrumpidos.
Leyó su último poema y otras hermanas de la Sociedad de Socorro leyeron
algunas de sus composiciones. La hermana Owen ha publicado sus poemas en
la Revista de la Sociedad de Socorro así también como en The Improvement
Era. Se obsequió a la hermana Owen con un bouquet de flores y un prendedor.
“También se entregó un trofeo al Barrio Séptimo por haber alcanzado un
cien por ciento en las visitas realizadas por las maestras visitantes cada mes,
durante los últimos ocho años.”
JULIO DE 1966

La Mesa Directiva de la Sociedad de Socorro de la Estaca de Hyrum (Utah),


termina una serie de conferencias de barrio

Sentados de izquierda a derecha: Einer L. Jensen, representante del Sumo


Consejo; Alda S. Walters, segunda consejera; Berenece B. Darley, presidenta
de la Sociedad de Socorro de la Estaca de Hyrum; Loraine R. Alien, primera
consejera; Earle W. Alien, presidente de la Estaca de Hyrum.
La hermana Darley informa: “Hemos terminado las reuniones de la Sociedad
de Socorro en relación con las conferencias de ocho barrios, y estamos muy
contentas porque vemos que ésta ha sido la mejor conferencia y el éxito alcan­
zado sobrepasó al de cualquier año anterior. Bajo la dirección del sacerdocio,
la Mesa Directiva de la estaca ha presentado un número especial en la reunión
de labores de cada barrio. Este año citamos algunos pasajes del discurso
pronunciado por la consejera Louise W. Madsen durante la Conferencia Ge­
neral de la Sociedad de Socorro. Nuestro tema fue “La Sociedad de Socorro—
Una Puerta Abierta a Muchas Cosas Maravillosas”. Kay A. Parkinson hizo
ocho hermosas pinturas o ayudas visuales y las reunió en forma de libro con
unas argollas de manera que se pudiera dar vuelta a las páginas. Las miem­
bros de la Mesa Directiva escribieron y dijeron cortos discursos en cuanto a
las ayudas visuales. En todas las conferencias hubo una asistencia muy buena
y el Espíritu del Señor fue derramado en abundancia.”

Estaca de la Universidad del Estado de Utah. Fiesta Anual de


alimentos y desfile de modas
2 de abril de 1966

La hermana Miner nos informa: “Fueron más de 500 las personas que
asistieron a la exposición de comida y modelos patrocinada por la Sociedad de
Socorro de la Estaca de la Universidad del Estado de Utah. El tema ‘Lluvia
de alimentos, modas y alegría’, se ilustró con decoraciones, en el programa y
con los arreglos en general. Ocho de los barrios construyeron hermosos kioskos
donde se exhibieron distantas clases de alimentos preparados por los quince
barrios que integran la estaca. El concurso del plato más original fue ganado
por Diane Bennett del Barrio Segundo, cuya colaboración fue un pastel de
cereza de lo más original. Una vez terminado el desfile de modelos se sirvió
la comida a los asistentes. El premio al kiosko más bien decorado fue ganado
por los Barrios Nueve y Diez, con la creación de una pagoda. Más de cien
personas participaron en el desfile de modas.”

Estaca de South Box Eider (Utah), homenaje a maestras visitantes


durante la convención
1 de abril de 1966

Las maestras visitantes a las que se rindió homenaje por tener veinticinco
o más años de servicio son en la primera fila, de izquierda a derecha: Ruth
Pierce; Ruby Davis; Lenora Holmes; Chloe B. Lund; Pamela Gale; Teen Dial;
Mary Baker.
En la fila posterior y de izquierda a derecha: Lovisa Nelson; Neoma Pett;
Duela Victor; Myrtle Clifford; Flossie Braegger; Mary Kunzler; Lettie Chris-
tofferson.
Iva Lou Nebeker, presidenta de la Sociedad de Socorro de la Estaca de
South Bor Eider, nos informa: “Se obsequiaron hermosos narcisos a todas las
hermanas agasajadas. Se entregaron además primorosos mantelitos a Pamela
Gale, de noventa y tres años de edad, la maestra visitante de má3 edad; Chloe
B. Lund, que ha oficiado durante cincuenta años como maestra visitante, y
durante cuarenta y ocho sirvió ininterrumpidamente; y a Lenora Holmes, por
sus cuarenta y cinco años de servicio también ininterrumpido. Los mantelitos
fueron hechos por Marva Cook, directora de Labores de la Sociedad de So­
corro de la Estaca. También se rindió homenaje a varias maestras visitantes
que cumplieron con un cien por ciento de visitas durante el año.”
Cantando Sermones
por Caroline Eyring Miner

Mi madro conocía de memoria casi En nuestras noches de hogar, por lo


todas las canciones del himnario. No general cantábamos “Cuando Hay
era una cantante excepcional, pero po­ Amor”, pág. 192. Era fácil de hallar
día seguir una tonada con entusiasmo y eficaz para establecer un ambiente
y cierta exactitud, le encantaba can­ apropiado. En ese entonces cantába­
tar. Algunas veces, los domingos por mos las palabras automáticamente,
la tarde nos reunía alrededor del pia­ pero las estrofas han vuelto a mi una
no, que había conocido tiempos mejo­ y otra vez con significado renovado.
res, y comenzando con “Permanaced “El amor el lema es, siempre el amor
es Noche Ya”, seguíamos hasta “Ca­ ... Y contento Cristo es, cuando hay
ros Le Son Al Maestro”, que en esos amor.”
días, recuerdo, era una de las últimas “Oh Mi Padre”, con su sentimental
canciones en el himnario. y agridulce melodía, relacionada con
El preferido de mamá era “Cuando la tristeza de los funerales, era otro
te Abrumen Penas y Dolor” y hacía de los himnos que a nuestra madre le
que su mensaje tuviera influencia en encantaba cantar, aunque el preferido
nosotros. No hubo nadie que fuera de todos era “Oración Secreta”
más optimista que ella. A menudo
pensé que estaba agradecida por no Hay una hora de solaz
tener nada, a excepción del espíritu En que mi corazón
de agradecimiento. Ahora sé que esto Del mundo se aleja en
es algo realmente digno de agradeci­ Secreta Oración.
miento.
El himno “No Hablemos con Enojo”, Rendiré mi corazón
la aprendimos a dúo y su mensaje En secreta oración . . .
quedó grabado en lo profundo de mi
corazón. La armonía familiar se ha­ Estos “sermones cantados” perma­
cía real en más de una manera. “Haz necieron en mi mucho más tiempo que
Tu Lo Justo . . . por más que te los que no lo eran, tal vez porque no
cueste,” ponía en nuestros corazones me daba cuenta de que eran sermo­
la osada belicosidad de las cruzadas. nes. En contraste, tiemblo al pensar
Era el himno preferido del abuelo y en los “sermones cantados” que a
ejemplificaba bien su temeridad. Se través de la radio y televisión llegan a
nos premió con diez centavos por nuestros niños. Quizá nosotros, los
aprender las palabras de este magní­ padres, deberíamos empezar a cantar
fico himno desde el principio hasta el más seguido nuestros propios sermo­
final. nes.

VELAS QUE NO GOTEAN


por Ivy Houtz Woolley

Prenda las velas y déjelas arder hasta que se forme una pequeña cavidad
alrededor de la mecha, tome un salero y espolvoree sal sobre la llama, esta
caerá en el pequeño hoyo y, he aquí no goteará más. Apague la llama colocan­
do encima la cuenca de una cuchara, y de esta forma no habrá humo ni olor.
Departamento de
Lecciones

VIDA ESPIRITUAL Doctrinas y Convenios


por Roy W. Doxey
Lección 73—El testimonio de Juan respecto de Jesús

(Texto: Doctrinas y Convenios 93:1-20.)

Hemisferio Norte: Primera reunión, octubre de 1966


Hemisferio Sur: Marzo de 1967

Objeto: Las mujeres de los Santos de los Ultimos Días reconocen la necesidad de
tener un conocimiento de la misión de Jesucristo en calidad de Redentor.

Introducción que uno puede saber, mediante el


En la sección 93 de Doctrinas Espíritu Santo, acerca de su exis­
y Convenios se advierte al lector tencia y su plan de salvación.
que la única manera en que una (Miles de Santos de los Ultimos
persona puede venir al Señor Je­ Días están familiarizados con
sucristo es cuando desecha sus este medio de conocimiento.)
pecados. (Doc. y Con. 93:1.) Los hombres también pueden
Esta verdad, expresada en otra literalmente “ver su faz” en esta
forma, dice que la expiación de vida. (Doc. y Con. 67:10-14, 93:
Cristo remite los pecados única­ 1.) Comentando las palabras de
mente cuando la persona se arre­ Jesús a sus discípulos, según se
piente y acepta al Salvador me­ hallan en Juan 14:12-27, el pro­
diante un bautismo autorizado. feta José Smith dijo que para po­
(.Ibid., 29:17, 42:1.) der recibir el otro Consolador que
se menciona en estos versículos,
Discusión era necesario: (1) Recibir el Es­
¿Por qué es importante que ca­ píritu Santo, el primer Consola­
da hermana estudie para sí misma dor, después de bautizarse en el
la vida de Cristo? Cítese un ejem­ agua; (2) tener hambre y sed de
plo o caso en que una de las en­ justicia; y (3) ser probado me­
señanzas de Jesús nos ha impre­ diante el cumplimiento de los
sionado tanto que nos ha impul­ mandamientos. Hecho esto, uno
sado a alterar nuestros hechos. tendría el derecho de recibir al
otro Consolador, es decir, la ben­
Conocer a Dios dición de poder estar en la pre­
La bendición que se promete a sencia de Jesucristo y el Padre.
los que guardan los mandamien­ (Enseñanzas del Profeta José
tos de Dios, es que conocerán a Smith, págs. 178, 179.)
Dios. (Juan 17:3.) Conocer a Se podrían mencionar muchos
Dios quiere decir más que el sig­ nombres de los que literalmente
nificado usualmente aceptado de han visto al Señor, aparte de
JULIO DE 1966

Isaías, Ezequiel y Juan el Teólo­ moslo y hagamos algo al respecto to­


go. El hermano de Jared (Eter dos los días (Conference Report, octu­
bre de 1956, pág. 17).
3:12-20); Nefi y su hermano Ja­
cob (2 Nefi 11:2-3), Moroni La luz verdadera
(Eter 12:38-41); Esteban, el pri­
Aquel que viene al Salvador,
mer mártir cristiano (Hechos 7:
no sólo podrá ver la faz del Señor
54-56); Sidney Rigdon (Doc. y
en su hora debida, y saber que
Con. 76:22-24); Oliverio Cowde-
existe, sino también entenderá
ry (Ibid., 110:1-10) y otros de
que el Salvador es la luz que ilu­
esta dispensación han visto al
mina a todo hombre que viene al
Señor.
mundo. (Ibid., 93:2; véase la lec­
Conocer a Dios, en su signifi­
ción 65 del Manual de Lecciones.)
cado más extenso, es llegar a ser
Es esta influencia en el mundo
como El. Para este propósito se
lo que ennoblece al hombre, lo
otorga al hombre el Sacerdocio de
eleva a un nivel más alto en sus
Melquisedec a fin de que las or­
realizaciones y le enseña que
denanzas de la Casa del Señor lo
sienta gozo cuando hace lo recto,
preparen para esta medida o por­
mientras que el pesar y la aflic­
ción principal de salvación. (Ibid.
ción sobrevienen al hombre que
88:19-23; 124:27-28, 41-42.)
no vive de acuerdo con la luz que
El élder Marión G. Romney del
posee. (Doc. y Con. 84:45-47;
Consejo de los Doce nos da este
Moroni 7:10-19.)
consejo para lograr la vida eterna:
Sometidos por completo al espíritu La unidad del Padre y del Hijo
del evangelio, examinemos nuestras En la sección 93, así como en
almas, sinceramente y sin engaño, y
descubramos la debilidad que hoy es­ otras Escrituras, se da a conocer
torba nuestro progreso hacia la vida la doctrina de que el Padre Eter­
eterna. Si esta debilidad consiste en no y su Hijo Jesucristo son uno.
criticar, hablar indebidamente de los (Doc. y Con. 93:3; Juan 10:30;
ungidos del Señor o profanar el nom­ 1 Juan 5:7.) Como parte de este
bre de Dios, cesemos de ello. Si con­
siste en desatender nuestras oraciones, concepto, se recalcan un poco
detengámonos tanto en la noche como más estos puntos: El Hijo es en
en la mañana, en medio de todos nues­ el Padre, y el Padre es en el Hijo.
tros apuros, y arrodillémonos con (Juan 14:10.) Esto no significa
nuestras familias en nuestras cámaras
secretas y derramemos nuestras almas
que el Padre y el Hijo son una
en acción de gracias y súplica hasta misma persona, porque son seres
que el Espíritu Santo satisfaga nues­ separados y distintos. (Doc. y
tra hambre y sed de justicia. Si es Con. 130:22; Juan 17:11, 20-24.)
que no hemos logrado las ordenanzas ¿En qué consiste esta unidad? El
selladoras del templo para nosotros y
nuestras familias, preparémonos en se­ élder James E. Talmage escribió
guida para entrar en ese lugar santo lo siguiente:
y obtenerlas antes que sea demasiado
tarde. Si consiste en dejarnos arreba­ Esta unidad es un tipo de perfec­
tar por la ira, o el deseo de las cosas ción; la voluntad de cualquiera de los
prohibidas en la Palabra de Sabiduría, miembros de la Trinidad es la volun­
o apetitos más bajos; si se trata de la tad de los otros; viendo cada uno de
violación del día de reposo o no querer ellos con el ojo de la perfección, ven
contribuir con nuestro tiempo y recur­ y entienden igual. En cualquier situa­
sos para la edificación del reino, de ción determinada, cada uno obraría de
acuerdo con las leyes de la Iglesia; sea la misma manera, guiado por los mis­
lo que sea, encontrémoslo, reconozcá­ mos principios de inequívoca justicia
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

y equidad. La unidad de la Trinidad, Las Obras del Padre son Manifestadas


de la cual las Escrituras tan abundan­
temente testifican, no da a entender Jesús vino al mundo (1) para
ninguna unión mística de substancia, hacer las obras de su Padre; y
ni ninguna contranatural, y consi­ (2) para testificar a fin de que
guientemente imposible, fusión de per­ los hombres supieran acerca del
sonalidad. Padre, Hijo y Espíritu Padre. (Doc. y Con. 93:5; Juan
Santo son tan distintos en sus per-
Bonas e individualidades como lo son 5:19.) Con este segundo signifi­
cualquier tres personas en el estado cado llegó a ser la revelación de
mortal. No obstante, su unidad de pro­ Dios al mundo, y consiguiente es
pósito y obra es tal que sus edictos son conocido como el “Verbo”. (Juan
uno, y su voluntad es la voluntad de
1:1, 14; Doc. y Con. 93:8; Ense­
Dios. (Los Artículos de Fe, pág. 45.)
ñanzas del Profeta José Smith,
Discusión pág. 428.) Es también el “Verbo”
porque la palabra de Dios se ex­
En vista de esta unidad entre
presó por conducto de El.
los tres miembros de la Trinidad,
¿en qué manera debemos nos­
El testimonio de Juan
otros formar una unidad con ellos
para recibir la exaltación? La introducción a la sección 93
de Doctrinas y Convenios indica
El Padre y el Hijo que el que testifica del Salvador
Jesús dice de Sí mismo que re­ en esta revelación es Juan el A-
cibió la plenitud del Padre, y que mado, apóstol del Señor. Se dice
por tanto es conocido como el Pa­ de él que vio y dio testimonio de
dre. El por supuesto, es el Hijo, la gloria del Señor, pero que su
porque moró en la carne como testimonio completo aún no se ha
progenie del Padre. (Doc. y Con. revelado. (Doc. y Con. 93:6.) El
93:4.) Hay abuntantes testimo­ autor del Evangelio según S.
nios de que Cristo es conocido en Juan revela que esa versión está
las Escrituras como el Padre. incompleta, diciendo que “ni aun
(Isaías 9:6; Eter 3:14; 2 Nefi 19: en el mundo cabrían los libros
6; Mosíah 16:15; Alma 11:38- que se habrían de escribir” acer­
40.) ca del Salvador. (Juan 21:25.)
De acuerdo con una exposición Sin embargo, se promete que la
de la Primera Presidencia y de plenitud del testimonio de Juan
los Doce Apóstoles sobre la doc­ será revelada “si sois fieles” (Doc.
trina del Padre y del Hijo,_expe- y Con. 93:18).
dida el 30 de junio de 1916, el
título “Padre” aplicado a Jesu­ Jesús como Creador

cristo, tiene tres significados di­ Jesús fue en el principio antes de


ferentes. Estos son: (1) “Padre” la fundación del mundo. (Ibid.,
como Creador (Eter 4:7; Mosíah 93:7.) En calidad de mensajero
16:15); (2) “Padre” de aquellos de salvación, comunicó las pala­
que permanecen en su evangelio bras del Padre a los hombres, y
(Doc. y Con. 50:41; 25:1; 34:3; también reveló el carácter de
39:1-4); (3) “Padre” porque re­ Dios en su vida. Unicamente el
presenta al Padre, el cual le dió Ser que era verdad, que enseñó
el derecho de usar ese título. sólo la verdad pudo redimir a los
(Juan 5:43; 3 Nefi 20:35; 28:10; hombres y el mundo. Jesús pagó
Doc. y Con. 50:43.) el precio de la transgresión come­
JULIO DE 1966

tida en el Jardín de Edén—por En su explicación de 1916 la


medio de la cual entró en el mun­ Primera Presidencia afirmó que
do la muerte física y la espiri­ Jesús literalmente nació de su
tual—sacrificando su vida, la madre terrenal, María, y del Pa­
vida de un Ser sin pecados, facul­ dre Eterno. El hermano James E.
tado para rescatar al hombre de Talmage también ha escrito acer­
estas muertes. (Ibid., versículos ca de esta doctrina. (Los Artícu­
8-9; 2 Nefi 9:6-12; Doc. y Con. los de Fe, pág. 512; Jesús el Cris­
45:3, 4.) El Salvador nos ha re­ to, pág. 85.) Por haber sido el
dimido, y tal como lo declara el Unigénito Hijo del Padre en la
apóstol Pablo, “tenemos reden­ carne, le fue posible efectuar la
ción por su sangre” (Efesios 1:7). expiación infinita por los hom­
Juan testifica que los hombres bres.
fueron creados por el Salvador; de
hecho, todas las cosas son crea­ De gracia en gracia
ciones suyas. (Doc. y Con. 93: Juan testifica que Jesús pro­
10.) El hizo esta tierra mediante gresó de gracia en gracia, y que
la “luz de Cristo”; por consi­ no poseyó todas las cosas al prin­
guiente, todos los hombres fueron cipio:
creados por medio de El, pues
todos son formados del polvo de Y yo, Juan, vi que no recibió de la
plenitud al principio, mas recibía gra­
la tierra. (Génesis 3:19.) La for­ cia por gracia;
ma tan completa en que Cristo Y no recibió de la plenitud al prin­
es el Creador queda expresada en cipio, sino que progresó de gracia en
estas palabras: gracia hasta que recibió la plenitud;
Y por esto fué llamado el Hijo de
Cristo fue literalmente el Hacedor Dios, porque no recibió de la plenitud
de los mundos, así como el arquitecto al principio (Doc. y Con. 93:12-14).
efectivamente es el hacedor de las ca­
sas que son construidas. Todas las Habiendo nacido como niño, y
cosas por El fueron hechas; pero tam­ progresado de su estado de moce­
bién se hicieron por medio de El, pues
como se declaró anteriormente, fue el dad al de hombre, el Niño Jesús
Administrador del Padre en la obra de se desarrolló como cualquier otro
la creación. También fueron hechas de niño. No sabemos hasta qué gra­
El; porque El es la fuente misma de do le fue retenida la memoria de
la luz y la vida que llenan la creación su vida anterior, a fin de que su
(Doctrine and Covenants Commen-
tary, pág. 591). crecimiento pudiera efectivamen­
te ser una experiencia terrenal.
También debe notarse que Sin embargo, el hermano Talma­
Cristo no sólo fue el Creador de ge indica que su desarrollo fue
esta tierra, sino de “mundos”. “de lo bueno a lo mejor, no de lo
(Doc. y Con. 93:10; 88:6-10.) malo a lo bueno” (Jesús el Cris­
to, pág. 118).
El Unigénito del Padre
En el templo, a la edad de doce
Son muchas las referencias que años, Jesús estaba enterado de
hallamos en las Escrituras donde su parentezco divino con su Pa­
se habla de Jesús como el “Uni­ dre Eterno. Se hallaba ocupado
génito del Padre.” (Juan 3:16, en los negocios de su Padre, no
18; 2 Nefi 25:12; Alma 9:26; en los negocios de José, su padre
Doc. y Con. 93:11; 20:21; Moisés legal. (Jesús el Cristo, págs. 121-
6:52.) 124.)
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

Finamente, como Varón Exal­ Padre por motivo de que repre­


tado, Jesús declaró que había re­ senta en forma tan completa al
cibido toda potestad del Padre. Padre en cuanto a voluntad, dis­
(Mateo 28:18; Doc. y Con. 93: posición y propósito.
16-17.) Así como Jesús recibió la Cuarto, llegó a ser el Redentor
plenitud después de la resurrec­ y Salvador del hombre dando su
ción, también lo podrán hacer los vida como expiación por el peca­
fieles en su estado de exaltación. do.
(Romanos 8:17; Doc. y Con. 84: Quinto, es el Creador de mun­
38.) dos, incluso nuestra tierra; tam­
bién es el Creador del hombre.
Los cielos se abrieron Sexto, es literalmente el Hijo
Testificando de la divinidad de Unigénito del Padre en la carne,
Cristo, el Unigénito Hijo de Dios, y como tal recibió la plenitud del
,Juan se refiere a la ocasión en Padre.
que Jesús fue bautizado. (Doc. y
Con. 93:15.) Al tiempo de su Conclusión
bautismo se abrieron los cielos y ¿Qué significado tienen estas
Juan el Bautista vio que el Espí­ verdades para los Santos de los
ritu de Dios descendía como pa­ Ultimos Días? El Salvador dice
loma, mientras la voz del Padre que se comunicaron:
proclamaba: “Este es mi Hijo
amado en quien tengo complacen­ . . . para que podáis comprender y
saber cómo habéis de adorar y a
cia.” (Mateo 3:17; véase Marcos quién; para que podáis venir al Padre
1:9-11; Lucas 3:21-22.) ¿Vino el en mi nombre, y en el debido tiempo
Espíritu Santo en la forma de recibir de su plenitud.
una paloma? No—dijo el profeta Porque si guardáis mis mandamien­
José Smith—pero la paloma es la tos, recibiréis de su plenitud, y seréis
señal del Espíritu Santo. (Ense­ glorificados en mí, como yo lo soy en
ñanzas del Profeta José Smith, el Padre; por lo tanto, os digo, recibi­
pág. 338.) Varias fueron las veces réis gracia por gracia (Doc. y Con.
93:19, 20).
en que el Padre testificó de los
cielos reconociendo su Hijo Uni­ Discusión
génito.
Una discusión de ios sentimien­
Resumen tos de los miembros de la clase
El testimonio de Juan, revela­ hacia Cristo, de acuerdo con la
do por el Salvador al Profeta en influencia que ha surtido en ellos
los primeros diecinueve versículos esta lección.
de la Sección 93, tiene como fin
Para considerar en el hogar
mostrar que Jesucristo es divino
porque: Aceptando los consejos del her­
Primero, el Salvador es la luz mano Romney, de que cada cual
verdadera que da entendimiento busque dentro de su alma y des­
a todos los hombres. cubra sus debilidades, cada her­
Segundo, es el “Verbo”, el Da­ mana podría hacer una lista per­
dor de las revelaciones, y durante sonal de dos o tres de sus debili­
su ministerio terrenal fue la re­ dades que más sienta que le están
velación de Dios al mundo. estorbando su progreso eterno, y
Tercero, es conocido como el esforzarse por vencerlas.

139
MENSAJES PARA LAS MAESTRAS VISITANTES
Verdades Orientadoras de Doctrinas y Convenios

por Alice Colton Smith


Mensaje 73.—"Pero yo os he mandado criar a vuestros hijos conforme
a la luz y la verdad.” (Doc. y Con. 93:40.)
Hemisferio Norte: Primera reunión, octubre de 1966
Hemisferio Sur: Marzo de 1967
Objeto: Establecer en el hogar un ambiente propio para aprender
experiencias espirituales.

A solas en el bosque un her­ y la respuesta llegó en una luz


moso día despejado de primavera, más brillante que el sol. Había
José Smith oró para saber la ver­ hecho una pregunta sencilla, y
dad. Era la primera vez que in­ Dios la contestó con la llave de la
tentaba orar en voz alta. A la eternidad, a fin de que él y nos­
edad de 14 años, confundido por otros pudiéramos volver a la pre­
las afirmaciones religiosas con­ sencia de Dios.
tradictorias, recurrió a las Escri­ José Smith probó ser buen dis­
turas para buscar orientación, co­ cípulo. Con el inagotable aliento
mo le habían enseñado sus devo­ de sus padres había seguido los
tos padres. En ellas encontró las pasos de la instrucción constante­
palabras que habrían de traer luz mente desde su infancia.
y bondad a su vida, así como a Mientras tratamos de ayudar a
todo el género humano. Con una nuestros niños a seguir su ejem­
fe rara y sencilla obedeció el con­ plo, podríamos preguntar: “¿En
sejo del apóstol Santiago de pedir qué forma adquirió él su conoci­
a Dios, “que da a todos abundan­ miento?”
temente”. (Santiago 1:5.) Em­ La instrucción es un procedi­
prendiendo una de las búsquedas miento, un largo procedimiento
más importantes del hombre, la de desarrollo. No empezó para
búsqueda de la verdad, utilizó José aquel día despejado de 1820.
uno de los mejores elementos de Muchos años antes, mediante una
la enseñanza, la oración. Oró con instrucción cariñosa pero firme,
fe, humildad y una mente dis­ sus padres le habían enseñado a
puesta. amar las Escrituras y a buscar el
Como tantas veces sucede cuan­ significado de las palabras de
do buscamos, no encontramos la Dios.
respuesta sencilla a lo que busca­ El primer paso para lograr el
mos sino una nueva dimensión de conocimiento es tener amor de
conocimiento casi increíble y ma­ aprender, es el cultivo del ardien­
ravillosa. te deseo de saber con que empie­
En tal forma llegó a él la res­ zan los niños. El segundo paso
puesta. La obscuridad que lo ha­ consiste en proveerse de las he­
bía envuelto después de expresar rramientas para aprender, entre
lo que aparentemente era una las cuales podríamos mencionar,
pregunta sencilla, quedó disipada, leer, escribir y orar. El tercero es
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

aprender a estudiar, indagar por perceptible apertura de nuevas


uno mismo. Todo esto requiere puertas en la mente, o la condi­
años; requiere paciencia, clemen­ ción que viene a uno por medio
cia, bondad, amor, y algunas ve­ de la voz delicada y apacible.
ces el fracaso; pero siempre la Hagamos el esfuerzo constante,
fuerza de voluntad para seguir paciente y longánime que se re­
adelante. quiere para enseñar a nuestros
Cuando uno se encuentra con hijos, desde que nacen, a buscar,
opiniones contradictorias, como escudriñar, preguntar, orar y es­
sucedió con José, ¿qué es lo que tudiar. Debemos ayudarles a co­
hace? Debe recurrir a la fuente de nocer los mejores libros tales
luz y hablar con Dios en oración. como la Biblia de la cual el pro­
En una columna de luz Dios con­ feta José Smith obtuvo su inspi­
testó a José. Sin embargo, en ración. Así, tal como Dios nos lo
cuanto a nosotros, es usualmente ha mandado, podemos guiar a
un estímulo de la mente y el es­ nuestros hijos conforme a la luz
píritu, un ardor interior, la im­ y la verdad.

CIENCIA DEL HOGAR


Desarrollo Mediante el Estudio de la Ciencia del Hogar

por Hazel S. Cannon


Haga relucir sus comidas
Hemisferio Norte: Segunda reunión, octubre de 1966
Hemisferio Sur: Marzo de 1967
Objeto: Indicar como el ama de casa puede proyectar, preparar y
servir nutritivas y sabrosas comidas a la familia.

Introducción servidas por manos amorosas,


John Ruskin, célebre autor in­ pueden ser más que nutrimiento.
glés, ha escrito: La hora de comer debe ser para
“Cocinar significa tener cono­ la familia, un rato para disfrutar
cimiento de toda hierba aromáti­ de buenos alimentos, compañeris­
ca y todo fruto ... y especias; mo, regocijo y gratitud. ¿En qué
. . . significa cuidado, ingeniosi­ forma podemos hacer nuestras
dad, vigilancia, disposición y comidas más agradables?
prontitud para aplicar; significa
la frugalidad de nuestras bisabue­ La nutrición cuenta

las y la ciencia de los químicos El alimento es el combustible


modernos; significa . . . gustar y necesario para el trabajo, la ac­
no desperdiciar; significa la minu­ ción, el gozo; para el vigor y la
ciosidad inglesa, el arte francés y resistencia; para los nervios, la
la hospitalidad árabe.” fuerza y la alegría. Ayuda al niño
Las comidas bien preparadas, a crecer, al hombre a conservar su
141
JULIO DE 1966

trabajo, a la mujer a guardarse Para discutir:


en su mejor condición. Frecuen­ ¿Cómo se pueden guisar las le­
temente determina la actitud ha­ gumbres para que sean más ape­
cia la vida; puede dar a la per­ titosas a la familia? Hágase ver a
sona vitalidad y ánimo, o puede los miembros de la clase que se
robarle su energía y entusiasmo. deben cocer las legumbres en una
¿Cómo podemos seleccionar cantidad pequeña de agua hir­
los alimentos prudentemente? Los viendo (en una olla tapada) sólo
dietéticos han dispuesto una sen­ hasta que estén tiernas, para evi­
cilla guía de alimentación diaria tar la pérdida de minerales y vi­
para las personas de salud nor­ taminas, y ayudar a retener el
mal. (Esta se puede modificar color y el sabor. Utilícense vege­
para acomodarse a los hábitos y tales licuados para salsa, puche­
productos alimenticios de los dis­ ro, etc.
tintos países.) La guía proporcio­
na un armazón alrededor del cual Alimentos atractivos
la preparación de las comidas ¿Despiertan nuestras comidas
puede ser tan variada e interesan­ el apetito de aquellos a quienes
te como lo desee el ama de casa. servimos? Hace mucho tiempo al­
guien dijo que “ante todo come­
mos con los ojos”. El alimento
Guía diaria de alimentos
no sólo proporciona nutrición al
1. Grupo lácteo: Niños, de tres cuerpo, sino también atrae la vis­
a cuatro vasos; adolescentes, cua­ ta, el olfato, el gusto y el tacto.
tro vasos o más; adultos, dos va­ Al proyectar nuestras comidas,
sos o más. Queso, helados, budines siempre consideremos el color,
y otros productos preparados con forma, contextura y temperatura
leche pueden suplir parte de la de cada alimento, aparte de su
misma. sabor. También tengamos presen­
2. Carne: Dos o más porciones. te estas reglas en la relación de
Esto incluye carnes, pescado, ga­ un alimento a otro; y procuremos
llina, huevos o queso, alternándo­ que los alimentos que vamos a
lo con frijoles o porotos, guisan­ usar en la misma comida sean
tes (arvejas), y nueces. compatibles. Recordemos que la
3. Legumbres y frutas: Cuatro repetición ahuyenta el apetito.
porciones o más. Inclúyase alguna “Nuestro plato hecho de frutas
fruta del género cítrico o tomates, es una verdadera sinfonía—dijo
una legumbre verde o amarilla y llena de entusiasmo Berta, la hija
otras verduras y frutas, incluso adolescente al colocar el plato de­
papas. lante de la familia sentada alre­
4. Pan y cereales: Cuatro por­ dedor de la mesa—y mamá y yo
ciones o más. Comprende panes lo arreglamos en muy poco tiem­
y cereales enriquecidos, granos po.”
enteros o partidos; otros produc­ “Todo lo que puedo decir—
tos de panadería hechos con hari­ agregó Ricardito de doce años de
na enriquecida o integral, maca­ edad—es que se ve tan delicioso
rrones, tallarines y fideos. En que se me hace agua la boca.”
México, las tortillas de maíz y los Los demás miembros de la fa­
tacos son parte fundamental del milia estuvieron de acuerdo al
régimen alimenticio. servirse de aquel plato apetitoso.
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

Sólo era fruta común y corriente ción se conserve sencilla y fácil.)


de todos los días, pero dispuesta 2. ¿En qué forma pueden des­
con elegante sencillez. El platón tacar las comidas las diferentes
en que se había servido estaba de­ contexturas de los'alimentos? Por
corado con lechuga rojiza alrede­ ejemplo galletas de sal o pan tos­
dor del borde, seguido de una hi­ tado, con el caldo, o galletitas
lera del mismo color, formada dulces con el flan o budín.
con triángulos de sandía. A con­ 3. Procúrese servir los alimen­
tinuación otro círculo de peras en tos calientes antes de que se en­
almíbar, a las cuales se había da­ fríen, y los alimentos fríos antes
do un matiz rosado con coloran­ de que se calienten. ¿Por qué es
te. Por último, pedazos de melón deseable servir un plato caliente
en forma esférica, sacados con a la familia, aun en un día calu­
una cuchara grande, coronada roso?
con una especie de compota de
Evitemos el fastidio de sabores
salsa agridulce con pedacitos de
cerezas. El contraste de sabores añade
La comida, cuidadosamente mucho interés a una comida. Los
preparada y servida artísticamen­ alimentos dulces y agrios, de sa­
te en una mesa bien dispuesta, bor fuerte y suave, se comple­
efectivamente puede ser una sin­ mentan unos a otros por motivo
fonía. De hecho, la armonía en de su diversidad. Rociar con jugo
una comida es tan impresionante de naranja los camotes (batatas)
como lo es en la música o en la al horno, agregar ramitas de yer-
pintura. La familia reaccionará babuena al asado de cordero, y
más favorablemente cuando los rebanadas o salsa de manzana al
alimentos presenten un aspecto asado de puerco nos sirven de
apetitoso y atractivo. En la ma­ ejemplo. El empeño en aprender
yor parte de los casos es tan fácil los métodos modernos de prepa­
proyectar y preparar comida lla­ rar y combinar los alimentos trae­
mativa como una sin color o rá como resultado sabores apeti­
atracción. tosos. Las hermanas de la Socie­
dad de Socorro siempre han com­
Para discutir partido unas con otras sus recetas
1. Permítase a los miembros de y comentado los beneficios que
la clase sugerir combinaciones de derivan de las mismas.
alimentos para idear el plato
principal de la comida diaria. Se Resumen
les debe alentar a que mencionen Desempeñemos nuestras res­
algunos de sus guisados favoritos, ponsabilidades en cuanto a la
los cuales con otro alimento com­ preparación de alimentos con en­
patible pueden tener mayor co­ tusiasmo. Proyectemos sabiamen­
lorido. ¿Bastaría para ello un sim­ te; hagamos nuestras compras
ple aderezo como un pequeño ra­ con prudencia; almacenemos de­
cimo de uvas, rebanadas de zana­ bidamente los alimentos; apren­
horias, manzanitas silvestres o damos a cocinar hábilmente
remolachas (betabeles)? (Se po­ (siempre es divertido preparar un
drían mostrar cuadros en colores, plato en el que uno ya tiene ex­
recortados de alguna revista, pero periencia) ; sirvamos la comida en
se debe procurar que la prepara­ la forma más atractiva que nos
JULIO DE 1966

sea posible y aun cuando al fin mar una lista de maneras actrac-
del día nos encontremos cansa­ tivas y fáciles de preparar y ser­
das, hagamos relucir nuestras co­ vir comidas económicamente a la
midas con una sonrisa. familia.
Nota: Las maestras de las cla­
Para hacer y pensar
ses de Ciencia del Hogar deben
Hagamos una lista de las co­ discutir el uso de alimentos y co­
midas favoritas de cada miembro midas que convengan al país en
de la familia. Empecemos a for­ que viven.

RELACIONES SOCIALES
La Enseñanza del Evangelio en el Hogar

por Alberta H. Christensen


Referencia: El Sacerdocio y Usted
(Lecciones del Sacerdocio de Melquisedec para 1967: Lección 17)
Lección 6 (No. 18 de la serie) Para que todos aprendan
Hemisferio Norte: Tercera reunión, octubre de 1966
Hemisferio Sur: Marzo de 1967
Objeto: Impulsar a las mujeres Santos de los Ultimos Días a desempeñar
su papel y enseñarse unas a otras “todas las cosas
pertenecientes al reino de Dios”.

Introducción Cada cual es un Maestro

Cada una de nosotras es maes­ “Y os mando que os enseñéis uno


tra porque nos asociamos unas al otro las doctrinas del reino.
“Enseñad diligentemente, y mi gra­
con otras. Somos maestras en el cia os atenderá, para que seáis más
sentido de que podemos influir en perfectamente instruidos en teoría, en
otros para bien o para mal por principio, en doctrina, en la ley del
medio de lo que hacemos o deci­ evangelio, en todas las cosas que per­
mos, así como por medio de nues­ tenecen al reino de Dios, que os es
conveniente comprender” (Doc. y
tra actitud o reacción a los estí­ Con. 88:77, 78).
mulos variados de la experiencia.
Como Santos de los Ultimos Los pasajes anteriores, con los
Días, se nos ha amonestado en cuales los Santos de los Ulitmos
forma particular a enseñarnos el Días están generalmente familia­
uno al otro el evangelio de Jesu­ rizados, llaman nuestra atención
cristo. El tema central de esta al hecho de que debemos enseñar­
lección consiste en ayudamos a nos unos a otros. Esto indica que
que nos enteremos de los medios nuestras oportunidades y respon­
por los cuales podemos cumplir sabilidades de enseñar no se limi­
esta divina amonestación, y tiene tan a un individuo ni a un corto
como objeto impulsamos, como número de personas. Nos dice,
mujeres Santos de los Ultimos además, que nosotras, como San­
Días, a utilizar estos medios. tos de los Ultimos Días debemos
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

enseñar, y nos explica la razón. Si fluido benéficamente en nuestras


enseñamos diligentemente nos vidas.
acompañará la gracia del Señor. 3. Cítese un ejemplo de como
La enseñanza de la doctrina del algo que una de nosotras ha dicho
reino podría aplicarse muy pro­ ha influido benéficamente en la
piamente a la instrucción prepa­ vida de una amiga.
rada sobre determinados princi­
Por la palabra escrita
pios del evangelio. La frase “todas
las cosas que pertenencen al reino Es imposible calcular la fuerza
de Dios” puede tener una aplica­ con que la palabra escrita influye
ción más extensa e incorporar los en nuestras vidas. Es la base fun­
principios éticos que cada una de damental de la educación laica.
nosotras puede enseñar, incons­ También lo es de la educación
ciente o intencionalmente, en religiosa, ya que es por medio de
nuestro vivir diario, de hecho, to­ la palabra escrita y preservada
do lo que impulsa nuestro pro­ que sabemos acerca de los hechos
greso por el camino de la perfec­ de nuestro Padre Celestial para
ción. con sus hijos sobre la tierra. El
medio por el cual sabemos acer­
Por la palabra hablada
ca de su palabra revelada a los
El siguiente comentario ilustra profetas de lo pasado y lo pre­
la forma en que algo, aún cuando sente. La palabra escrita, pues,
se dice inocentemente, puede in­ puede traer las enseñanzas de Je­
fluir en la vida de otra persona: sús a nuestro hogar en la actuali­
Primera mujer: dad. Como personas individuales
también podemos influir en otros
Algo que usted expresó hace unos en algún grado, por medio de
meses está cambiando mi actitud por
completo. Usted dijo: “Lo que nos nuestras palabras escritas. La
sucede no es tan importante como lo carta, el artículo impreso, el bre­
que permitimos que ese suceso haga ve poema, el discurso público, to­
con nosotras.” Creo que usted tiene do esto puede orientar la vida de
razón, y no voy a permitir que mi re­
ciente desgracia amargue o arruine
otros. Consideremos el siguiente
mi futuro. Al contrario, la voy a uti­ caso; es una mujer la que está
lizar como un paso constructivo para hablando;
lograr la compasión y el entendimien­
No pude asistir a la conferencia
to hacia otros en circunstancias simi­
anual de la Sociedad de Socorro en
lares. 1965, pero quedé muy agradecida por
Segunda mujer: la revista que preserva para mí gran
parte de lo acontecido. El sermón ins­
Una cosa que dijo mi padre, hace pirador del presidente Brown sobre
más de cuaranta años, ha influido be- “La Posición Exaltada de la Mujer”
néficamente en mi vida desde enton­ es un mensaje que debe leer cada una
ces. Me dijo: “Si quieres ver las es­ de las hermanas Santos de los
trellas, mira hacia arriba, porque allí Ultimos Días. Los discursos de los
es donde las verás; no en el suelo.” apóstoles del Señor, dirigidos princi­
palmente a las oficiales de la Sociedad
Actividad para la clase
de Socorro para ayudarles a adelantar
1. ¿Qué aplicaciones tienen pa­ la obra de esa organización, son de
ra nosotras las afirmaciones an­ aplicación continua, y me ayudan mu­
chísimo en mi obra en la Socielad de
teriores? Discútase. Socorro. También leí los notables dis­
2. Cítense afirmaciones verba­ cursos de nuestra presidencia general,
les hechas por otros que han in­ y quedé muy impresionada por el es­
JULIO DE 1966

píritu y percepción que se manifiesta tener a un padre tan bueno. Indirec­


en estos sermones inspiradores (Pu- tamente solía referirse en forma par­
licado en la Revista de la Sociedad de ticular a sus buenas cualidades. Más
Socorro, noviembre y diciembre de tarde, al considerar al hombre con
1965, y enero y febrero de 1966). quien iba a pasar el resto de mi vida,
instintivamente busqué a un joven que
Por los hechos tenía la honradez, integridad y otras
Con frecuencia oímos decir: nobles cualidades que mi padre poseía.
“Edúquese a una madre y se edu­
Nos preguntamos a nosotros mismos
ca a toda una familia.” No hay
persona que esté en mejor posi­ ¿Puede una mujer ejercer una
ción de influir en los niños que buena influencia en toda la vecin­
la madre, porque la naturaleza dad? ¿Puede una mujer que no
íntima de su relación con la fa­ tiene hijos en su hogar influir en
milia a través de los años convier­ los niños de la vecindad?
te lo que ella cree, dice y hace en
Habla una mujer:
verdaderos e importantes elemen­
tos de su instrucción. Los miem­ Tengo una vecina que jamás habla
mal de nadie; además, ve algo bueno
bros de la familia sienten esta en cada persona. Ella es mi mejor
influencia, y queda comprobado ejemplo de la persona que estima las
por las palabras del niño que di­ virtudes de otros. Cada vez que siento
ce: “Mi madre dice que así es, y la tentación de ser mordaz, su ejem­
ella sabe todo”; así como por el plo interviene.
comentario de la persona madura Habla un jovencito:
que dice: “Mi opinión respecto
La señora A. que vive en la casa
de esta situación se debe induda­ de la esquina no tiene niños pero
blemente a la instrucción que re­ cualquiera pensaría que sí los tiene
cibí de mi madre en mi niñez.” porque gusta tanto de ellos. Sabemos
Aunque no se hace necesario que es así por la manera en que nos
estarlo repitiendo a una madre trata a nosotros los niños de toda la
cuadra. Cuando pasa nos saluda con
que su influencia es de importan­ la mano si estamos afuera. Hay oca­
cia tan vital, la buena madre siones en que se pone a hacer galle­
agradece—y puede beneficiarse tas para nosotros, así como muchas
por ello—cuando se le recuerdan otras cosas. Nos hace sentimos tan
amigables, que creemos que es la me­
los medios por los cuales ella pue­ jor vecina del mundo.
de lograr que sus enseñanzas pro­
duzcan buen fruto. La madre que Habla una mujer:
pone ante su hijo o hija el ejem­ Una vecina que se mudó a la calle
plo de las virtudes de su padre, en que vivimos, hará unos dos o tres
bien puede estar sembrando la veranos, conserva tan bonito su jardín,
semilla de respeto y de obedien­ que está influyendo en los demás que
vivimos en la vecindad para mejorar
cia. Con toda probabilidad sus la apariencia del exterior de nuestras
hijos aprenderán a honrar a su casas.
padre, como se amonesta en las
Escrituras. El gran Maestro

Un ejemplo de los frutos que Podemos perfeccionarnos en la


resultan de esta semilla se puede enseñanza del evangelio estudian­
hallar en las siguientes palabras do la vida y aplicando los princi­
de una hija recién casada: pios y ejemplos docentes de Je­
“Nuestra madre siempre nos hizo sús. Fue el más grande de todos
sentir que éramos muy afortunados en los maestros, y así lo consideran
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

aún aquellos que no lo reconocen cosas familiares y comunes, los


como el Mesías, el Salvador del discípulos más humildes e indoc­
género humano. tos aprendían la verdad central
Jesús impartió más que instruc­ que El deseaba enseñar, y fácil­
ciones. Sus enseñanzas creadoras mente se indentificaban con los
fueron de la clase que invita a la personajes incorporados en las
mente a pensar, a preguntar, a hábiles ilustraciones del Señor.
meditar más allá del son de la
Jesús daba vida a sus enseñanzas
voz que está enseñando. Tan efi­
caces son sus ejemplos y palabras, El Señor daba vida a sus lec­
que casi después de dos mil años, ciones, dramatizándolas con el
la gente todavía se siente impul­ uso de frases que la gente enten­
sada hacia lo espiritual, y su per­ día. Utilizando lo tangible y lo
sonalidad entera se siente impe­ familiar, les ayudaba a entender
lida a reaccionar. lo intangible. La manera en que
empleó lo familiar y lo común en
Jesús entendía a quienes lo sus analogías para ilustrar una
escuchaban
verdad moral, fue a la vez impre­
Queda aclarado que Jesús en­ sionante y memorable. Por ejem­
tendía la naturaleza humana por plo, la ciudad asentada sobre el
el hecho de que revelaba los pen­ monte (Mateo 5:14); la vela de­
samientos ocultos, la intención bajo del almud (Ibid., 5:15, 16);
secreta y los profundos anhelos la sal de la tierra (Ibid., 6:28).
de aquellos que venían a El, bien Valiéndose de la ilustración de
para aprender, bien para adorar que la polilla y el orín corrompen,
o condenar. Conocía su manera de y los ladrones minan y hurtan
vivir, las cosas que estimaban, los (Ibid., 6:19); hizo vivir la verdad
símbolos de categoría que algu­ de que los tesoros de la tierra son
nos adoraban, por lo que con fren- pasajeros y efímeros, y únicamen­
cuencia perdían su sinceridad y te la vida buena es duradera.
bondad. Era limitada su compa­ Comparó a los que escuchan y
sión hacia los débiles, su buena guardan sus mandamientos al
disposición de reconocer en el hombre sabio que edificó su casa
hombre el bien que se ocultaba sobre la roca (Ibid., 7:24-27),
detrás del pecado y su amor uni­ que resistió las fuerzas destructi­
versal. vas, tanto de los vientos como de
las aguas. En la parábola de los
Jesús satisfacía sus necesidades.
talentos enseñó que aun cuando
Los métodos que Jesús utilizó sea un solo talento, al parecer in­
para enseñar concordaban con las significante, puede ser de gran
necesidades y reacciones de aque­ valor si se aprovecha (Ibid., 25:
llos a quienes se dirigía. A los 14-27). Para subrayar la necesi­
publícanos y pecadores mostró el dad que cada uno tiene de ser
gozo de una vida mejor mediante dócil, utilizó la campiña familiar
el arrepentimiento y el perdón. en la parábola del sembrador y la
Les ayudó a entender que nuestro semilla.
Padre Celestial es un Dios miseri­
cordioso, y que su perdón es una Jesús convirtió a sus discípulos
en amigos
expresión de su amor. Con las
analogías que El tomaba de las “El maestro sabio siembra la
JULIO DE 1966

semilla de la nobleza en su discí­ bra hablada o escrita; la actitud;


pulo, y cultiva la semilla con pa­ el ejemplo; así como por instruc­
ciencia hasta que produce fruto. ción preparada. Edificamos el
Nunca le permite perder de vista reino de Dios cuando vivimos de
lo que puede llegar a ser.” Jesús acuerdo con sus enseñanzas, y en
vivió con sus discípulos, escu­ cada ocasión en que influimos en
chando sus problemas, confiando otros para que hagan lo mismo.
en ellos, preparándolos para la Para perfeccionar nuestras pro­
gran misión de llevar adelante su pias vidas y enseñar a otros más
palabra cuando El ya no estuvie­ eficazmente, nos dirigimos por el
ra entre ellos. ejemplo de Jesús de Nazaret, el
gran Maestro, cuyo evangelio se
Preguntas nos amonesta enseñar.
¿Cuál de los varios métodos
docentes que Jesús empleó se
aplican a nuestra instrucción dia­ Para hacer en casa
ria de los adultos? ¿de los niños? Vuélvase a leer la parte de esta
lección que se refiere a Jesús, el
Resumen
gran Maestro. Hágase una lista
Hay muchas maneras en que de varias verdades espirituales
nosotras, como hermanas San­ que podemos utilizar como guías
tos de las Ultimos Días, pode­ para influir en otros a hacer bue­
mos enseñamos unas a otras el nas cosas, así como para enseñar
evangelio: Por medio de la pala­ el evangelio en nuestro hogar.

REFINAMIENTO CULTURAL
Ideales de la Mujer con Relación al Hogar y la Familia

por Robert K. Thomas


Lección 1—Una Vela de Entendimiento
“Enciende una vela de entendimiento en tu corazón.” Segundo libro de Esdras
Hemisferio Norte: Cuarta reunión, octubre de 1966
Hemisferio Sur: Marzo de 1967
Objeto: La mujer de entendimiento templa el conocimiento con la
compasión, y la sensibilidad con la simpatía.

Las lecciones de refinamiento fin de que llegue a realizar una


cultural, como se dijo en la intro­ entereza cultural que a su vez,
ducción, tienen por objeto “la irradiará en su hogar y benefi­
presentación de artes culturales y ciará a todos los miembros de la
bellas que reflejarán e impulsarán familia”. Se deben considerar y
el desarrollo de atributos y carac­ desarrollar las lecciones de acuer­
terísticas deseables que se deben do con este punto de vista.
emular en la vida de toda herma­ La primera lección de nuestro
na de la Sociedad de Socorro, a curso de estudio este año nos per­

148
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

mite estudiar el atributo femeni­ sión las debilidades aparentes de


no de entendimiento, que forma los demás. La persistencia de
la base de la mayor parte de las nuestras propias faltas y el dolor
relaciones humanas. Aunque el de nuestros propios fracasos in­
material de la lección recalca el clinan más a la compasión que a
entendimiento dentro de la fami­ la condenación.
lia, los conceptos discutidos se Sin embargo, el entendimiento
aplican en igual forma a las re­ es más que compasión. Podemos
laciones que establecemos con ve­ sentir impulsos emocionales muy
cinas, amigas, conocidas sociales fuertes en comprometemos a
o compañeras de negocio, porque obrar positivamente al respecto.
todas formamos parte de la fa­ De hecho, la conmiseración, bien
milia del Señor. Teniendo pre­ puede ser sólo atractivamente pa­
sente lo anterior, nos ayudará a siva; igual que los consoladores o
templar nuestro conocimiento de amigos de Job en el Antiguo Tes­
las debilidades humanas con la tamento, tal vez nos resulte más
compasión que ordinariamente re­ simple o fácil permanecer senta­
servamos para parientes cercanos. dos en silencio al lado del objeto
La intimidad de las relaciones de nuestros sentimientos, y em­
dentro del hogar proporciona a prender la muchas veces frusta-
cada miembro de la familia opor­ toria tarea de lograr el entendi­
tunidades constantes de conocer miento suficiente para poder pres­
a los demás miembros y aún tar ayuda positiva. Los amigos de
cuando la asociación estrecha u- Job se mostraron completamente
sualmente produce una devoción deseosos de llorar por él, pero nin­
mutua, esta familiaridad puede guno de ellos trató de entender
llegar a ser un enemigo palpable la naturaleza de la dificultad de
del entendimiento. Job. Cuando por fin hablaban,
Si es que vamos a expresar en­ estaban más interesados en dar la
tendimiento hacia los miembros respuesta consabida que deter­
de la familia y hacia otros, prime­ minar exactamente en qué consis­
ramente debemos entendemos a tía el problema de Job.
nosotras mismas. Todas tenemos Es menester complementar es­
actitudes y decimos cosas que ta compasión que causa que se
“llevamos puestas” debajo de manifieste el consuelo. Cuando se
nuestra apariencia externa. Con combina la compasión y la sensi­
frecuencia nuestros pensamientos bilidad, producen esa agradable
y hechos no concuerdan unos con sensación que da entereza a nues­
otros. Vernos como verdadera­ tras relaciones, en las que el apo­
mente somos ayuda a lograr ese yo amoroso se extiende así como
entendimiento de uno misma, del se recibe. Quizá tengamos algunas
cual provienen los cambios posi­ ilusiones acerca de nosotras mis­
tivos que hay en nuestra vida. mas o los demás miembros de
Sólo cuando nos vemos como ver­ nuestra familia, pero nuestra
daderamente somos, sin ilusiones fuerza unida parece ser suficiente
o deformaciones, podemos quedar para las tareas con que nos en­
capacitadas para entender a aque­ frentamos juntos.
llos con quienes vivimos. El cono­
cimiento de nosotras mismas nos El libro de Ruth
ayuda a considerar con compa­ Los comentaristas bíblicos
JULIO DE 1966

disputan interminablemente en ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que


cuanto a la fecha y composición puedan ser vuestros maridos?
Volveos, hijas mías, e idos; porque
del Libro de Ruth, pero todos es­ yo ya soy vieja para tener marido. Y
tán de acuerdo en que es una bre­ aunque dijese: Esperanza tengo, y es­
ve historia especialmente llena de ta noche estuviese con marido, y aun
gracia y hermosura. El famoso diese a luz hijos,
¿habías vosotras de esperarlos hasta
escritor alemán Goethe (1749-
que fuesen grandes? ¿Habías de que­
1832) insiste que es la “pequeña daros sin casar por amor a ellos? No,
unidad más bella que nos ha sido hijas mías; que mayor amargura ten­
preservada de entre las epopeyas go yo que vosotras, pues la mano de
y los idilios”. La historia se cen­ Jehová ha salido contra mi (Ruth 1:
11-13; véase Deuteronomio 25:5-10).
tra en la relación entre Noemí y
su nuera Ruth, y les ayuda a lograr En esta escena, tan claramente
un entendimiento de los parientes comentada vemos la tierna in­
que llegan a formar parte de la quietud y entendimiento de Noe­
familia como resultado del matri­ mí hacia las dos jóvenes, a quie­
monio. nes quiere tanto y está dispuesta
Raras veces se estima el Libro a decirles que la dejen para que
de Ruth por la entereza del amor puedan llevar vidas normales. De
que ejemplifica. Si preferimos leer hecho, la profundidad del amor
el romance en esta encantadora de Noemí por sus nueras le ayuda
historia, no debemos pasar por a entender la devoción de Ruth.
alto la devota compasión que Sin embargo, el verdadero signifi­
también contiene. Aquellos que cado de esta devoción no se mani­
se acuerdan de la bien conocida fiesta sino hasta cuando las dos
súplica de Ruth, “No me rueges mujeres se encuentran en Belén.
que te deje . . . porque a donde Cuando Ruth sugiere que va es­
quiera que tú fueres, iré yo”, re­ pigar para poder mantener a am­
cuerdan que estas palabras son bas, empezamos a ver que el in­
dirigidas a Noemí y no a Booz. terés de Ruth por Noemí, es tan
Algunos críticos opinan que es práctico como profundo.
más bien la historia de Noemí,
porque comienza y termina ha­ Tenía Noemí un pariente de su ma­
ciendo mención de ella. rido, hombre rico de la familia de Eli-
melec, el cual se llamaba Booz.
En cinco versículos hábilmente, Y Ruth la moabita dijo a Noemí: Te
escritos, queda presentado el es­ ruego que me dejes ir al campo, y re­
cenario, se ha establecido el fon­ cogeré espigas en pos de aquel a cuyos
do y presentado el problema que ojos hallare gracia. Y ella le respon­
dominará el relato. Privada de dió: Vé, hija mía.
Fue, pues, y llegando, espigó en el
su esposo e hijos, Noemí decide campo en pos de los segadores; y acon­
volver a su país natal, y al pre­ teció que aquella parte del campo era
pararse sus nueras para acompa­ de Booz, el cual era de la familia de
ñarla, Noemí cariñosamente su­ Elimelec.
Y he aquí que Booz vino de Belén,
giere que ellas se queden. Cuando y dijo a los segadores: Jehová sea con
le declaran su determinación de vosotros. Y ellos respondieron: Jehová
acompañarla, Noemí trata de ha­ te bendiga.
cerles comprender cuán inútil su Y Booz dijo a su criado el mayor­
situación será en Belén de Judea. domo de los segadores: ¿De quién es
esta joven?
Y Noemí respondió: Volveos, hijas Y el criado, mayordomo de los sega­
mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? dores, respondió y dijo: Es la joven
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

moabita que volvió con Noemí de los “¿Qué hay, hija mía?” en otras
campos de Moab; palabras: ¿Vas a ser la esposa de
y ha dicho: Te ruego que me dejes
recoger y juntar tras los segadores
Booz? ¿Resultó bien el plan?
entre las gavillas. Entró, pues, y está Ciertamente Booz debe haber
desde por la mañana hasta ahora, sin comprendido quién aconsejó a
descansar ni aun por un momento. Ruth, porque le da seis medidas
Entonces Booz dijo a Ruth Oye, de cebada con este significativo
hija mía no vayas a espigar a otro
campo, ni pases de aquí; y aquí esta­ comentario: “A fin de que no va­
rás junto a mis criadas. yas a tu suegra con las manos
Mira bien el campo que sieguen, y vacías.”
síguelas; porque yo he mandado a los Booz consulta al pariente más
criados que no te molesten. Y cuando
tengas sed, vé a las vasijas, y bebe del
cercano, a quien corresponde el
agua que sacan los criados. derecho de contraer martimonio
Ella entonces bajando su rostro se con Ruth de acuerdo con la ley
inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he judía. (Deuteronomio 25:5-10.)
hallado gracia en tus ojos para que
me reconozcas, siendo yo extranjera?
Y respondiendo Booz, le dijo: He El pariente cede su derecho, por lo
sabido todo lo que has hecho con tu que Booz toma a Ruth por esposa.
suegra después de la muerte de tu Booz, pues, tomó a Ruth, y ella fue
marido, y que dejando a tu padre y a su mujer; y se llegó a ella, y Jehová
tu madre, y la tierra donde naciste, has le dió que concibiese y diese a luz
venido a un pueblo que no conociste un hijo.
Y las mujeres decían a Noemí: Loa­
antes.
Jehová recompense tu obra, y tu do sea Jehová, que hizo que no te
remuneración sea cumplida de parte faltase hoy pariente, cuyo nombre será
de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas celebrado en Israel:
alas has venido a refugiarte (Ruth 2: el cual será restaurador de tu alma,
y sustentará tu vejez (Ruth 4:13-15).
1- 12) .

Es digno de tratarse, que lo Las vecinas elogian a Ruth,


que impresionó más a Booz cuan­ cuando dicen: “Tu nuera, que te
do conoció a Ruth primeramente ama, lo ha dado a luz, y ella es
fué su vida intachable y su devo­ de más valor para ti que siete hi­
ción a Noemí. Si en la bondad de jos” (Ruth 4:15). Los vecinos en­
él hacia ella hay algo más que tonces deciden qué nombre se le
agradecimiento, la historia dis­ ha de das^-y en su entusiasmo
cretamente calla sobre este asun­ declaran que “le ha nacido un
to. Cuando Ruth vuelve a casa hijo a Noemí”.
con una cantidad sorprendente de
trigo, Noemí comprende que al­
guien debe haberla ayudado. Discusión para la clase
(Véase Ruth 2:13-23.)
Cuando Booz conviene en ha­ Se ha dicho que las familias in­
cer “contigo lo que tú (Ruth) di­ felices lo son en muchas maneras,
gas”, sentimos que él comprende pero que todas las familias feli­
la parte que debe desempeñar en ces lo son en una misma manera.
este drama familiar, y se muestra Coméntese esto tomando como
dispuesto a participar. (Véase base la conclusión del Libro de
Ruth, capítulo 3.) Ruth.
La ansiedad y esperanza de ¿En qué forma nos puede ayu­
Noemí se destacan en su pregun­ dar la historia de Ruth en nues­
ta a Ruth, al volver ésta a casa, tras relaciones familiares?
JULIO DE 1966

En relación con la literatura presentada en esta lección, y como


suplemento al refinamiento cultural por medio de las artes, se debe
estudiar la hermosa pintura “Las Espigadoras” por Millet. (Revista
de la Sociedad de Socorro, junio de 1966, pág. 46. Nótese la dis­
cusión del cuadro por el profesor Floyd Breinholt en la página frente
al grabado.

Historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días

Lección 1, La Primera Visión


por John Henry Evans
Objeto: Aprender acerca de los antecedentes de la familia Smith y apreciar la
realidad e importancia de la Primera Visión.

En el año 1820 vivía en la durante tres años sucesivos no


parte occidental de Nueva York, pudieron levantar cosechas a cau­
un jovencito llamado José Smith. sa de la sequía, se vieron obliga­
En la época de que escribimos, dos a buscar otro sitio en donde
aún no cumplía los 15 años, por­ vivir. Al mudarse a Manchester
que había nacido precisamente compraron otra granja, y este
dos días antes de la Navidad de traslado se efectuó en 1815 cuan­
1805. El acontecimiento de refe­ do José tenía diez años. En esta
rencia ocurrió en Sharon, Con­ forma Dios condujo a la familia
dado de Windsor, Vermont. al sitio donde José habría de lle­
Sus padres fueron José Smith var a cabo la obra del Señor.
y Lucy Mack de Smith. Los Tal vez cabe decir aquí que
antecesores de su padre habían Manchester, donde vivía la fami­
llegado a los Estados Unidos de lia Smith, realmente no era un
un pueblo cerca de Londres, In­ pueblo como el que uno se puede
glaterra, y la familia de su madre suponer, porque más bien se tra­
era de Inverness, Escocia. José taba de un municipio, es decir
era el cuarto hijo y el tercer va­ una amplia extensión de terreno
rón de los diez hijos que nacieron con un número de granjas aisla­
a José Smith y su esposa Lucy, das donde vivían los agricultores.
uno de los cuales falleció en su Como muchos otros lugares en los
infancia. Otro de sus hijos se Estados Unidos, se le había dado
llamaba Hyrum, de quien habla­ el nombre de una ciudad inglesa.
remos muchas veces en estas lec­ A unos tres kilómetros de allí, se
ciones. hallaba el pueblo de Palmyra con
Los Smith no siempre habían sus comercios, fábricas y una im­
vivido en Nueva York, ya que prenta; y a unos treinta y dos
anteriormente estaban radicados kilómetros quedaba el pueblo de
en Vermont, donde nació el pe­ Rochester, que era mucho más
queño José. Allí habían poseído grande.
una granja, pero en vista de que En aquella época toda la co­
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

marca circunvecina era un in­ ra “reavivar” la fe, frecuentemen­


menso bosque, exceptuando, por te al aire libre, y usualmente era
supuesto, los sitios despejados un hombre capaz de excitar los
que ocupaban los pueblos. La ánimos de la gente. Para lograr el
granja de los Smith en Manches­ objeto, por regla general se pin­
ter, antes de desmontarse el te­ taba vivamente un cuadro verbal
rreno, se hallaba en medio del de los terrores de un infierno sin
bosque, de manera que los Smith fin, donde los pecadores ardían
tuvieron que talar y quemar unas eternamente sin ser consumidos.
cuarenta hectáreas de bosque De todas partes, de cerca y de
antes de poder utilizar la tierra. lejos, acudían hombres, mujeres
El padre y sus hijos efectuaron y niños a estos “cultos”. Había
lo anterior, cada cual cumpliendo ocasiones en que se reunían hasta
con su parte del trabajo, porque diez mil personas en uno de esos
aun cuando eran pobres, la fami­ servicios. Llevaban consigo ali­
lia, como indudablemente ya ha­ mentos suficientes para durarles
bremos adivinado, no le tenía desde una semana hasta diez
miedo al trabajo. Se sentían con­ días, y durante este tiempo viví­
tentos de hallarse una vez más an en tiendas y carros.
sobre terrenos propios, donde po­ En la primavera de 1820 se
dían considerarse razonablemente llevó a cabo un “avivamiento”
independientes. semejante en Manchester. Se in­
La gente de esta parte del vitó a un predicador llamado
estado de Nueva York era reli­ Layne, y a fin de que el proyecto
giosa de corazón, es decir, creían resultara lo más completo posible,
en Dios, en la Biblia y en la vida las tres iglesias colaboraron para
venidera. En su mayor parte despertar los sentimientos de la
eran miembros de una de las tres gente hacia sus pecados. Quedó
iglesias de la localidad, la presbi­ convenido de que a la conclu­
teriana, la metodista o la bau­ sión de los servicios, los conver­
tista; pero a veces descuidados, sos podrían ingresar a la iglesia
igual que la gente en todas par­ que quisieran. Los miembros de
tes, es decir, para muchos de ellos la familiar Smith, incluso el joven
la religión no tenía grande sig­ José, asistieron a estas reuniones.
nificado, porque sólo decían y no En vista ae que algunos de los
hacían. Por tanto, de cuando en miembros de su familia se habían
cuando era necesario “reanimar­ unido a la Iglesia Presbiteriana,
los” en cuanto a su espíritu reli­ José sintió una profunda inquie­
gioso. Los padres de José, aun­ tud en cuanto a lo que debía ha­
que religiosos y creyentes en la cer, porque a la conclusión de las
Biblia, nunca habían pertenecido reuniones opinó que debía hacer­
a ninguna iglesia a pesar de que se miembro de alguna iglesia,
la madre había sido bautizada. pero no sabía a cuál unirse. Por
En aquellos días se solía “rea­ ejemplo, una de las iglesias re­
nimar” a la gente, después de quería que sus conversos se bauti­
haber “muerto espiritualmente”, zaran por inmersión, mientras
en reuniones especiales efectua­ que otras permitían que se les
das para este propósito. Se invi­ rociara con un poco de agua. El
taba a un predicador de otro pue­ joven José Smith, claramente
blo, el cual celebraba “cultos” pa­ comprendió que ambas maneras

153
JULIO DE 1966

no podían ser correctas, de modo to de rendirse, vio en el cielo,


que no sabía qué hacer. arriba de él una luz brillante, y
Entonces un día leyó en la en el acto se apartó de él aquel
Epístola de Santiago, (1:5-6.): poder. Mientras tanto, la luz
“Si alguno de vosotros tiene falta continuó acercándose y aumen­
de sabiduría, pídala a Dios, el tando su resplandor a tal grado
cual da a todos abundantemente que parecía que las copas de los
y sin reproche, y le será dada. árboles se iban a incendiar.
Pero pida con fe, no dudando “Al reposar la luz sobre mí—
nada; porque el que duda es se­ nos dice José—vi a dos Persona­
mejante a la onda del mar, que jes de un brillo y gloria indescrip­
es arrastrada por el viento y tibles, en el aire arriba de mí.
echada de una parte a otra. No Uno de ellos me habló, llamán­
piense, pues, quien tal haga, que dome por mi nombre, y dijo,
recibirá cosa alguna del Señor.” señalando al otro: “¡Este es mi
Estos pasajes describían acer­ Hijo Amado: Escúchalo!”
tadamente su situación. Le falta­ “Había sido mi objeto recurrir
ba sabiduría porque no sabía qué al Señor para saber cuál de todas
hacer; y allí tenía la promesa de las sectas era la verdadera, a fin
poder recibir, si tenía fe. Por con­ de saber con quién unirme. Por
siguiente, se internó en el bos­ tanto, luego que me hube reco­
que no muy lejos de su casa, don­ brado lo suficiente para poder
de pudiera estar a solas. Era una hablar, pregunté a los Persona­
hermosa mañana primaveral, los jes que estaban en la luz arriba
árboles ya se habían cubierto de de mí, cual de todas las sectas
hojas, había en el aire un aroma era la verdadera, y a cuál debía
fresco y todo estaba en calma. unirme. Se me contestó que no
Fácilmente nos podemos imagi­ debía unirme a ninguna, porque
nar el temor que sentía; pues todas estaban en error.”
aunque frecuentemente había También se le dijo a José que
orado en su corazón, ésta era la lo que la gente hacía era acer­
primera vez que intentaba orar en carse a Dios con sus labios, pero
alta voz, ya que había resuelto que sus corazones estaban lejos
expresarse vocalmente en esta de El. Los predicadores enseña­
oración. Se arrodilló sobre la ban las doctrinas de los hombres,
blanda tierra y empezó a derra­ y no la del Señor; y aunque tení­
mar sus pensamientos y deseos a an apariencia de piedad, negaban
Dios. el poder de Dios, y nuevamente
Entonces sucedió una cosa ex­ se le prohibió unirse a cualquiera
traña. Se vio rodeado de oscuri­ de ellas. Estos dos Personajes
dad y de espesas tinieblas. Re­ eran Dios el Padre y su Hijo
pentinamente descubrió que no Jesucristo.
podía hablar y se apoderó de él José relató la visión a su fami­
un poder invisible. Qué sensa­ lia y a algunos de sus amigos
ción tan horrible! Sin embargo, íntimos, uno de los cuales era el
tuvo la calma suficiente para ministro que trató de convertirlo
orar en su corazón y pedir, esta a su iglesia. Su familia lo creyó,
vez, que fuese librado de aquella porque sabían que José era un
fuerza maligna que trataba de joven verídico; pero el ministro
destruirlo. Cuando estaba a pun­ le dijo que la visión era del dia­
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

blo, porque aquellas cosas ya ha­ una persona. Los cielos no esta­
bían cesado. Poco después, al ban sellados contra los hombres,
extenderse las nuevas de la vi­ a pesar de lo que las iglesias en­
sión, José descubrió que él era el señaban. Además, había aprendi­
centro de una atención desfavo­ do que el hombre realmente fue
rable. Sus vecinos lo ridiculiza­ creado a la imagen de Dios, y que
ban y escarnecían, y los predica­ Jesucristo verdaderamente había
dores amonestaban a sus congre­ resucitado de los muertos. Tam­
gaciones que se cuidaran de él. bién aprendió que se podía de­
Sin embargo, José continuó fir­ pender de la Biblia y que era un
me, y refiriéndose en años poste­ libro inspirado.
riores a esta experiencia, dijo: Al continuar estas lecciones
“Yo efectivamente había visto aprenderemos en qué forma se
una luz, y en medio de la luz vi utilizaron estas verdades.
a dos Personajes, los cuales en
realidad me hablaron; y aunque Preguntas para discutir:
se me odiaba y perseguía por de­ 1. ¿Dónde y cuándo nació Jo­
cir que había visto una visión, sé Smith? ¿Quiénes fueron
no obstante era cierto; y mien­ sus padres?
tras me perseguían, me censura­ 2. ¿Dónde queda Palmyra?
ban y decían toda clase de false­ ¿En dónde se halla Cumo-
dades en contra de mí por afir­ ra? Estúdiese un mapa.
marlo, yo pensaba en mi cora­ 3. ¿Con qué objeto se realizan
zón: ¿Por qué me persiguen por las juntas de “avivamien-
decir la verdad? En realidad he to”? ¿Qué se puede decir
visto una visión, y ¿quién soy yo de la que se efectuó en
para oponerme a Dios? . . . Había Manchester? ¿Qué efecto
visto una visión; y lo sabía y surtió en José Smith?
comprendía que Dios lo sabía; y Relátese la primera visión.
no podía negarlo, ni osaría inten­ ¿Qué verdades nos comuni­
tarlo.” ca?
En lo que concernía a las igle­ 5. Léase o cántese el himno
sias, José ahora sabía qué hacer. “Oración del Profeta,”
Había aprendido varias cosas en Himnos de Sión, No. 149,
cuanto a la religión y una de ellas y expliqúese cómo se rela­
era que Dios contesta las oracio­ ciona este himno con la
nes, pese a lo humilde que sea lección.

SIGUE SOÑANDO
por Nancy M. Armstrong

Nunca se tuvo la intención de que los sueños murieran sin ser usados,
aunque el tiempo y las variadas necesidades deban algunas veces alterarlos. Un
sueño es el capullo de la realización. El renunciar a él es como abandonar una
tarea incompleta, y el dejar de soñar es perder la causa de un resplandeciente
vivir.
El ser constante en los sueños, mantiene vivo el entusiasmo, ensancha los
horizontes, aumenta nuestra capacidad para el éxito que deseamos. Nos man­
tienen alertas, no solamente de lo que deseamos realizar, sino de aquello que
debemos esforzarnos por consigulr. Sigue soñando.
VIDA ESPIRITUAL

Doctrinas y Convenios
Lección 73—El Testimonio de Juan respecto de Jesús

I. Objeto: Las mujeres de los Santos de los Ultimos Días reconocen la necesi­
dad de tener un conocimiento' de la misión de Jesucristo en calidad de
Redentor.
II. Ideas principales para realizar el objeto
A. Si entendemos el testimonio de Juan, y tenemos hambre y sed de
justicia, guardaremos los mandamientos de Dios.
B. El testimonio de Juan nos muestra que Cristo, siendo Redentor, es la luz
del mundo, así como su Creador, y que El demuestra su unidad con el
Padre por medio de sus obras.
C. Entendiendo que nosotros, igual que Cristo, podemos progresar de gracia
en gracia mediante la expiación, que. El hizo, y recibir la plenitud del
Padre, podemos entender por qué estimamos a Jesucristo.
III. Sugerencias para enseñar
A. Método de presentación
1. Utilícense las preguntas para impulsar la discusión y convertir en con­
cretas las ¡deas abstractas.
2. Selecciónense pasajes sobresalientes de las Escrituras para leerse en
la clase.
B. Asignaciones
Desígnese a algunas de las hermanas para que hablen breveemnte sobre
los siguientes temas:
1. ¿Qué significa la frase que Jesús es la luz del mundo?
2. ¿En qué consiste la unidad del Padre y del Hijo?
3. ¿Qué es lo que Jesús ha creado?
C. Ayudas visuales
1. El uso del pizarrón puede ayudar a aclarar la lección.
2. Se puede mostrar a la clase grabados o láminas de la juventud,
bautismo o resurrección de Cristo.
3. Un cartel con un resumen de los puntos principales del testimonio
de Juan podría ser útil para llegar a una conclusión en cuanto a la
lección.
D. Música
“Asombro Me Da"
“De Corte Celestial Cuan Gran Amor"
“Yo Sé Que Vive Mi Señor”
E. Advertencia
Evítense las discusiones infructuosas respecto del Segundo Consolador
y de los otros mundos que el Señor ha ayudado a crear.
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

IV. Implicación y aplicación personales


A. ¿En qué forma adoro yo a Dios? ¿Por qué?
B. ¿En qué forma demuestro en mi vida diaria mi amor al Señor?
C. ¿Cómo me comunico yo con El?
D. ¿En qué forma contribuyo a su causa?
E. ¿Cómo demuestro compasión y amor?
F. ¿Por qué trato de aprender acerca de El?

MENSAJES PARA LAS MAESTRAS VISITANTES


Verdades Orientadoras de Doctrinas y Convenios

Sugerencias para las directoras de los mensajes de las Maestras Visitantes a fin
de poder comunicar los mensajes con éxito.
1. Ayúdese a cada Maestra Visitante a convertir en suyo el mensaje mediante
la preparación:
a. Estudio del mensaje en el hogar.
(1) Buscar el entendimiento del objeto.
(2) Familiarizarse con el mensaje de las Escrituras.
b. Asistir a la reunión de las Maestras Visitantes.
2. La responsabilidad de la directora de los mensajes de las Maestras Visitantes
consiste en asegurar que en cada hogar haya una discusión constructiva y
espiritual. Esto se cumple ayudando a las Maestras Visitantes en la reunión
que estas tienen a:
a. Entender el mensaje.
b. Utilizar las ¡deas principales y preguntas que conducen a la discusión
del tema en los hogares.
c. Recalcar la universalidad de los mensajes de toda la Iglesia.
d. Lograr que la hermana en el hogar tome parte en la discusión del mensaje.
3. Pasos sugeridos en la presentación del mensaje en las reuniones de Maestras
Visitantes:
a. Repetir el mensaje de las Escrituras.
b. Discutir el objeto, poniendo de relieve la verdad que se trata de pre­
sentar por medio del mensaje.
c. Fijar la atención de las Maestras Visitantes en las ¡deas principales me­
diante el uso del pizarrón, un cartel o papeles escritos repartidos a las
hermanas individualmente.
d. Desarrollar cada ¡dea principal por medio de una discusión sencilla, asig­
nación o Ilustración.
e. Resumir las ¡deas principales haciendo hincapié en el objeto y la aplica­
ción del mensaje.

Mensaje 73.—"Pero yo os he mandado criar a vuestros hijos conforme a la luz


y la verdad.” (Doc. y Con. 93:40)

I. Objeto: Establecer en el hogar un ambiente propio para aprender experiencias


espirituales.
II. Ideas principales para realizar el objeto
A. El profeta José Smith tuvo fe en que Dios escucharía y contestaría su
oración para orientarse.
B. Asi como los padres del Profeta lo Impulsaron a educarse, nosotras como
madres debemos hacer lo mismo por nuestros hijos.
JULIO DE 1966

III. Ideas principales para realizar el objeto


A. Método de presentación
Señalar las siguientes preguntas a algunas hermanas para que las discutan:
1. ¿Cómo sabemos que José Smith logró la fe, la humildad y una mente
sumisa en su niñez?
2. ¿Qué papel desempeñaron los padres de José Smith en su Instruc­
ción durante su niñez?
B. Ayudas visuales
Un grabado del Profeta en el bosque.
IV. Implicación y aplicación personal
A. ¿Estamos convlrtiendo nuestros hogares en sitios donde nuestros hijos
desearán buscar, Investigar, preguntar, orar y estudiar?
B. ¿Enseñamos a nuestros hijos pequeños las historias de las Escrituras,
así como los cuentos de hadas?

RELACIONES SOCIALES
La Enseñanza del Evangelio en el Hogar

Lección 6 (No. 18 de la serle) Para que todos aprendan


Referencia: El Sacerdocio y Usted
(Lecciones del Sacerdocio de Melquisedec para 1967: Lección 17)
I. Objeto: Impulsar a las mujeres Santos de los Ultimos Días a desempeñar
su papel de enseñarse unas a otras “todas las cosas pertenecientes al
reino de Dios”.
II. Ideas principales para realizar el objeto
A. Se nos ha amonestado a enseñarnos unos a otros la doctrina del reino y
todas las cosas pertenecientes al reino de Dios.
B. La enseñanza se puede efectuar de diferentes maneras:
1. Por la palabra hablada.
2. Por la palabra escrita.
3. Por el ejemplo.
C. Nos basamos en el ejemplo y principios docentes utilizados por Jesús,
el gran Maestro para orientar nuestra enseñanza.
III. Surgerencias para enseñar
A. Método de presentación
Para lograr el éxito se hará necesario organizar cuidadosamente el ma­
terial de esta lección. Las ¡deas deben desarrollarse eficazmente por
medio de la discusión en la clase y asignaciones particulares. Se podrían
ennumerar en al pizarrón las distintas formas en que se puede lograr
la manera de enseñar. Discútanse los ejemplos sugeridos en la lección.
Las preguntas 1, 2 y 3 de la primera actividad sugerida para la clase se
podrían dar a tres miembros, previamente designados, para que las
discutan. La directora de la clase, o un miembro designado deben dis­
cutir los principios docentes utilizados por Jesús.
B. Ayudas visuales
Pizarrón para ennumerar las distintas maneras en que se puede efectuar
la enseñanza de referencia, y los principios docentes que empleó Jesús.
C. Música
“¿Qué es la Verdad?”
DEPARTAMENTO DE LECCIONES

IV. Implicación y aplicación personales


Toda mujer Santo de los Ultimos Días debe considerar cuidadosamente
las cosas que está enseñando a otros, sp familia, sus amigos, sus vecinos,
a través de lo que dice y hace diariamente. Cada cual debe esforzarse por ven­
cer las tendencias de decir o hacer cosas que comuniquen una enseñanza nega­
tiva, y fortalecer aquellas que ejerzan una Influencia buena en otros.

REFINAMIENTO CULTURAL
Ideales de la Mujer con Relación al Hogar y la Familia

Lección 1. Una vela de entendimiento


I. Objeto: La mujer de entendimiento templa el conocimiento con la compasión
y la sensibilidad con ia simpatía.
II. Ideas principales para realizar el objeto
A. El entendimiento es el elemento básico de las relaciones humanas.
1. El entendimiento de nosotras mismas.
2. Entendimiento dentro de la familia.
3. Entendimiento de otros.
B. El entendimiento es más que compasión.
1. El verdadero entendimiento hace que una persona reaccione a los
sentimientos de otro.
2. El entendimiento impele a la persona a obrar.
III. Sugerencias para enseñar
A. Método de presentación
1. En esta lección se puede utilizar la historia, ya sea leyéndola o
relatándola, y utilizar el método de discusión de preguntas.
2. Discútase la Importancia de entendernos a nosotras mismas, y cómo
podemos lograr ese entendimiento.
3. Discútase esta pregunta: ¿En qué,forma cambia nuestra actitud hacia
otros, el entendimiento de noseftras mismas?
4. Estúdiese el Libro de Ruth empleando las actividades que se han
enumerado.
5. Discútanse las siguientes preguntas:
a. ¿En qué forma manifiesta Ruth entendimiento de Noemí?
b. ¿En qué manera indica Noemí su gran entendimiento y amor por
su nuera?
B. Ayudas visuales
1. Utilícese el grabado "Las Espigadoras” en el número de junio de
1966 de la Revista de la Sociedad de Socorro, pág. 46.
2. Reproducciones de cualquier grabado que muestre a Noemí y su
nuera.
C. Música
Seleccione himnos del himnario que tengan que ver con el entendimiento
y el amor, por ejemplo: "Cuando Hay Amor”; "Con Bondad nos Tratere-
mos”; "Tratémonos con Bondad”; "Oh Hablemos con Tiernos Acentos.”
IV. Implicación y aplicación personal
Esta lección recalca e! importante tributo del entendimiento. Consideremos
nuestros propios pensamientos y hechos en determinadas situaciones en
la vida, y pensemos en lo que podemos hacer para convertirnos en personas
mejores. Procuremos ejercer el entendimiento con los miembros de nuestra
familia y con otros, a fin de que constantemente podamos mejorar estas
relaciones.

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Historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días

Lección 1. La Primera Visión

I. Objeto: Aprender acerca de los antecedentes de la familia Smith, y apreciar


la realidad e importancia de la Primera Visión.
II. Ideas principales para realizar el objeto
A. El ambiente del hogar dentro del cual se crió José Smith ayudó a pre­
pararlo para la Primera Visión.
B. La Primera Visión vino como resultado de una fe y oración invariable.
C. Las verdades restauradas a la tierra por conducto de la Primera Visión
surten su efecto en todo el género humano.
III. Sugerencias para enseñar
A. Método de presentación
Los directores de la clase presentarán la materia de la lección y procurra-
rán que los miembros de la clase tomen parte por medio de discusiones
y asignaciones. Lo primero se puede llevar a cabo usando las preguntas
incorporadas en la lección y empleando ayudas visuales. Recálquese la
participación de la persona y la aplicación.
B. Asignaciones
1. Señálese a todos los miembros de la clase la lectura de Santiago
1:5-6 para que la aprendan de memoria.
2. Señálese a una hermana para que conteste la pregunta número tres
de la lección sobre los "revivamientos” religiosos.
3. Señálese a una hermana para qué relate de la oración de José Smith
en el bosque y la Primera Visión.
C. Ayudas visuales
1. Mapa de los Estados Unidos para ubicar los estados de Vermont,
Nueva York, y el pueblo de Palmyra. (Márquense estas regiones con
lápiz de color.)
2. Grabados o láminas de la Arboleda Sagrada; la primera oración de
José Smith y la aparación del Padre y del Hijo (una o todas).
Referencias: La Historia Mormona, por Rulon S. Wells, u otras
fuentes.
3. Pedazo de papel o pizarrón para ennumerar (a fin de discutirse) las
verdades comunicadas al mundo mediante la Primera Visión.
D. Música
"Oración del Profeta” (podría usarse como número especial)
“Del Alma es la Oración”
E. Advertencia
Procúrese que las hermanas entiendan que solamente el Presidente de
la Iglesia puede recibir revelaciones para todos los miembros, pero que
Dios escucha y contesta las oraciones de todos sus hijos que se allegan
a El con fe.
IV. Implicación y aplicación
Dios nuestro Padre es un ser personal que escucha y contesta las oraciones.
Cuando tengamos problemas y tentaciones, pidámosle su ayuda. Fortalezca­
mos la fe de nuestros hijos orando juntos como familia bajo la dirección
del sacerdocio, si lo hay en el hogar.
Mrs. Sally Quachmana Toonervah Mrs. Martha Negus Stoker
Polacca, Arizona Afton, Wyoming

Mrs. Sarah Luella Scovil Mrs. Edith D. Cummins McBride


Hendricksen Claremont, California
Pocatello, Idaho
Mrs. Lillian Agnes Wlllits Smith
Hurón, South Dakota
Mrs. Eva Christena Ottesen Evans
Rupert, Idaho Mrs. Kate Hermia Jones Isbell
Tullahoma, Tennessee

Mrs. Elizabeth Diana Merritt Mrs. Ann Sophla Olson Gee


Bleazard Bell Gardens, California
Salt Lake City, Utah
Mrs. Margaret Leatham Brown
Salt Lake City, Utah
Mrs. Elizabeth Fulling Luthy Wagne
Ogden, Utah Mrs. Freda Johnson Christensen
Kearns, Utah

Mrs. Mary Ann Chapman Richey Mrs. Myrna Humphry


Tucson, Arizona Beaumont, California
Mrs. Lillle Ruth Cooley Penrod
Mrs. Magdalene Schoenfeld Mesa, Arizona
Salt Lake City, Utah
Mrs. Ella Wheeler Reynolds
Mrs. Mary Amelia Jensen Topham Provo, Utah
Parowan, Utah
Mrs. Sarah Jeppsen Jensen
Mrs. Estella Colé Cordon Brigham City, Utah
Ogden, Utah Mrs. Alice Elizabeth Alien
Bell Gardens, California
Mrs. Clara Ann Ashcroft Martin Mrs. Lina Selma Stock Nestler
Salt Lake City, Utah Salt Lake City, Utah

por Nancy M. Armstrong

“Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vé con


él dos” (Mateo 5:41).
La segunda milla, la milla que uno mismo elige, asegura la vic­
toria. La segunda milla convierte a un conocido en un amigo, afecto
en amor, riña en reconciliación, resentimiento en perdón, deber en
gozo, fracaso en éxito, existencia en agradable vivir, prejuicio en com­
prensión, creencia en fe.

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