La influencia de Estados Unidos en América Latina: Fue motivada por la
protección de intereses estadounidenses e intervencionismo militar Ideológicamente se sustentó en la idea del Destino Manifiesto, caracterizada por la idea de que la colonización y posesión de América latina, era de Estados Unidos. La Doctrina Monroe, caracterizada por la prevención de potencias europeas, de colonizar América Latina. Provocó intervenciones de dos tipos: Injerencia económica, Invasiones territoriales, en estos países: Cuba, Panamá, Puerto Rico, Haití, República Dominicana, Nicaragua. En las décadas sucesivas, especialmente en los años 20 y 30, las intervenciones estadounidenses en los pequeños países centroamericanos y caribeños continuaron, llegando a controlar dichos países entre las tropas allí desplegadas y las multinacionales norteamericanas que operaban en el lugar. Empezaba a ser relativamente normal que los presidentes o dictadores en aquella zona llegasen al poder gracias al beneplácito de Estados Unidos, y aquel que no tenía el favor de Washington era a menudo destituido y sustituido por uno afín.
Este tipo de intervenciones empezaron a ser menos habituales con el giro
aislacionista de Estados Unidos en el periodo de entreguerras en el marco de la Política de Buena Vecindad de 1933 promovido por el presidente F.D.Roosevelt, pero no por ello el intervencionismo terminó. De hecho, empezó a bajar hacia América del Sur, solo que en forma de capital. Lo que posteriormente se llamaría “imperialismo del dólar”. Las grandes empresas energéticas (Standard Oil Company), industriales (Ford) o alimentarias (United Fruit Company) empezaron a invertir en países como Venezuela, Brasil o Chile, tejiendo poco a poco esa red entre el poder económico y político que sería tan determinante en décadas posteriores. Igualmente empezó un proceso en el que el dólar estadounidense sustituía las monedas nacionales de cada país dada su fuerza y estabilidad, puesto que en los países latinoamericanos las monedas nacionales eran débiles, muy penalizadas en el comercio internacional y expuestas a una depreciación alta, por lo que de manera cada vez más habitual empezó a usarse el dólar para hacer transacciones o pagar día a día. Esto imprimió cierta estabilidad a las economías latinoamericanas, pero las hizo presas de las decisiones de la Reserva Federal estadounidense y de la economía norteamericana en general. El hecho que marcó el comienzo de la Guerra Fría en Colombia, y en América Latina, lo constituyó el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en Bogotá el 9 de abril de 1948. Si bien desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos venía promoviendo la necesidad de crear esquemas de «defensa del hemisferio» frente a un posible «enemigo externo», los hechos del 9 de abril, en plena reunión de la IX Conferencia Panamericana, significaron para el presidente Truman y para su Secretario de Estado, George Marshall presente en la Conferencia en Bogotá, una oportuna y excelente demostración de que el comunismo soviético tenía pretensiones expansionistas en este hemisferio. Si bien, los Estados Unidos a través de su secretario de Estado habían propuesto que en la Conferencia se analizara el tema de la subversión y el comunismo en el continente. Ésta propuesta no tuvo acogida por parte de los representantes de varios países y por ende no formó parte de la agenda final acordada. Este clima internacional en donde muchos países se negaban a aceptar ciegamente las recomendaciones de los Estados Unidos cambió luego del 9 de abril con el asesinato de Gaitán. El hecho fue aprovechado inmediatamente por la potencia capitalista para confirmar y difundir la idea de que América Latina comenzaba a ser objeto del expansionismo comunista soviético. Ante estas «evidencias» las posiciones adversas de algunos países cambian y se empieza a consolidar una unidad hemisférica alrededor de las imposiciones y políticas emanadas desde el país del norte4 que garantizarían la «contención» de la amenaza roja. 5. Una pedagogía decolonial debe darse desde varias perspectivas o escalas, de una local-personal, a una regional desde lo Latino Americano, analizando temas como la historia, la filosofía, la cultura, la política y el desarrollo entre otras, a lo largo y ancho de estas escalas para dimensionar el daño que causó y ha seguido causando a lo largo del tiempo este pensamiento eurocéntrico. Podemos implementar en las escuelas y universidades una enseñanza que contenga las dos visiones, esto nos ayudará a darnos cuenta de las diferencias y puntos de vista de la historia y que la que hemos recibido desde hace mucho tiempo es una, la del pensamiento eurocéntrico que nos oculta las realidades como la explotación, la invasión, el asesinato en masa, las doctrinas impuestas y hechos sin precedentes que marcaron nuestra cultura. Podemos enseñar por un lado el pensamiento de frontera y por el otro la visión eurocéntrica y dominante en un desarrollo simultáneo para tener una visión completa de los hechos y analizarla desde un pensamiento crítico que forme profesionales y personas que van a poder tener un sentido de identidad que nos arrebataron desde la colonia y para no continuar en la misma cadena de explotación tanto humana como física que se plasma en los territorios de Latino América