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La gaviota, de Fernán Caballero

Fernán Caballero, pseudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Larrea (Suiza, 1796-Sevilla, 1877)
La gaviota (mayo-junio 1849, en El heraldo de Madrid, libro en 1856)
Redacción en francés, traducción de José Joaquín de la Mora.

La novela realista en La Gaviota de Fernán Caballero


En la primera parte atendemos el ascenso de una bella y encantadora joven, Gaviota, egoísta y
caprichosa, en el pueblo gaditano de Villamar. En la segunda parte la acción se traslada a Sevilla y
Madrid, donde será víctima de su hechizo y de su ciega entrega al mundo.
El folletín

“Si el lector quiere antes de que nos separemos para siempre echar otra ojeada a aquel rinconcillo
de la tierra llamado Villamar, bien ajeno sin duda del distinguido huésped que va a recibir en su
seno, le conduciremos allá, sin que tenga que pensar en fatigas ni gastos de viaje. Y en efecto, sin
pensar en ello, ya hemos llegado. Pues bien, amable lector, aquí tienes el birrete de Merlín: hazme
el favor de cubrirte con él, porque si permaneces tan visible como estás ahora, turbarás con tu
presencia aquel lugar sosegado y quieto, así como un objeto cualquiera arrojado a las aguas
dormidas y claras de un estanque altera su transparencia y reposo”

Aspectos de novela romántica:


– protagonista: mujer emancipada y rebelde, ansiosa de libertad
– importancia del arte
– concepción idílica del mundo
– descripción de la naturaleza: muestra del estado emocional de los personajes (en ocasiones)
Aspectos de novela de costumbre (que no costumbrista):
– valor de lo anecdótico
– recopilación de las rutinas y festividades:
– coplas, refranes, chascarrillos, tradiciones, vestuario, de un pueblo sevillano y de la
propia capital hispalense.

Aspecto moralizante:
“Nada podía, como lo que acabamos de describir, dar realce y vida a esta verdad moral: que en
medio del tumulto y de las borrascas de las malas pasiones, la voz de la religión se deja oír por
intervalos, grave y poderosa, suave y firme, aun a aquellos mismos que la olvidan y la reniegan.”
La gaviota, Fernán Caballero

ESTO NO VA EN NINGUNA PARTE, ES PARA APRENDÉRMELO YO, ES UN RESUMEN


(CUALQUIERA LO DIRÍA POR LO LARGO QUE ES) DE LA NOVELA. NO HAGAS
CASO DE LAS SIGUIENTES LÍNEAS, PAULA, NO TE HAGAS ESO.
ME FALTA RESUMIR ESTO:
El cirujano alemán Fritz Stein es hijo de un profesor de una pequeña ciudad de Sajonia. En el año
1836, en su viaje a España para agregarse al ejército de Navarra en calidad de cirujano, coincide en
el barco con el poderoso duque de Almansa. La guerra española enfrenta a carlistas e isabelinos.
Nada sabemos de su estancia en el ejército, que solo parece vivir de pretexto. Lo encontramos dos
años después, herido y sin dinero, en Villamar, donde es recogido por los guardianes de un antiguo
convento. El fiel padre Gabriel, que sigue de jardinero, la tía María, su hijo Manuel y don Modesto,
un viejo comandante que espera la reconstrucción de su fuerte derribado, se ocupan de él y son sus
amigos. Luego, con sus cuidados de médico, salva Stein de la muerte a la hija de un pescador,
Marisalada, llamada La Gaviota por su vivacidad, su maravillosa voz y su carácter instintivo e
inquieto, aunque su educación es huraña y brusca. Stein se propone enseñarle a leer y a escribir, y a
desarrollar su extraordinaria voz. Es unos quince años mayor que la joven y se enamora de ella. Se
casan. Después de algunos años de felicidad pasados en la tranquila vida aldeana, la Gaviota se
revela como una niña egoísta y fría que solo mira su propio interés y no entiende el amor
apasionado. Cuando Fritz presta un día sus cuidados de médico a un noble herido de una caída de
caballo durante una partida de caza, reconoce en él al duque de Almansa, que había conocido en el
barco. El duque les aconseja que se trasladen a Sevilla para realzar las cualidades profesionales de
su amigo y la belleza de su admirable esposa. En la ciudad son acogidos en la sociedad del duque,
entre nobles y poderosos, vinculados a las glorias de la antigua España, pura en sus costumbres y
fiel a la religión y a la monarquía. Marisalada desvela allí su raro carácter, su deseo de entregarse a
las pasiones que aconseja el instinto. Empieza por ser admirada su voz en representaciones teatrales,
luego es cortejada por el propio duque, y finalmente cede a la nueva vida de fáciles triunfos.
Después de una accidentada corrida, se encapricha de un famoso torero, Pepe Vera, y se convierte
en su amante. Viaja después a Madrid, donde triunfa y llega a ser la cantante de moda. Fritz,
traicionado en su honor, ve derrumbarse el mundo en que había creído hallar paz, se marcha a
América y muere. Poco después Pepe Vera perece trágicamente. La Gaviota, solitaria, intenta en
vano iniciar una nueva vida y no tiene más remedio que volver a su aldea. Le hacen el vacío. Un
antiguo pretendiente, Ramón Pérez, vulgar barbero pobre y memo, al que siempre ha despreciado,
se casa con ella. Tendrán dos hijos, pero ese mezquino matrimonio no le proporcionará sino la
posibilidad de terminar sus días en un amargo desengaño, en una vida miserable alimentada por un 
corazón duro y calculador.
Marisalada sufre una calamidad tras otra por no haberse resignado al modo de vida sencillo e
ingenuo al que parecía estar destinada por la naturaleza, pero representó también en su momento la
encarnación de una mujer rebelde y desafiante que defiende su libertad. Nublada esta primera
intención se interesa la escritora por recoger con colorismo y naturalidad y gracia el ambiente
andaluz: vida rural, vestimenta, bailes, canciones, refranes, dichos, acertijos…En aquel pueblo reina
la virtud, mientras que el proceso de degradación se acentúa cuando aparece la ciudad: Sevilla es
peligrosa, pero mayores son las tentaciones y perversidades de Madrid, donde la acción deja de ser
costumbrista. Defiende la autora, y exalta, esa vida campesina, donde ve representados los valores
humanos que corren el peligro de desaparecer desplazados por el progreso. Hay, sin embargo, un
escaso desarrollo o caracterización en los personajes y la exploración social resulta parcial, centrada
en los tipos de origen pueblerino y en la aristocracia sevillana. Concede la autora un destacado lugar
a la galería de pretendientes  y enamorados de Marisalada y por allí desfilan el platonismo de unos,
la honradez de otros y también la vulgaridad. La novela ha recibido grandes elogios por ser pionera
en el gran movimiento narrativo de la segunda mitad del siglo XIX, el realismo, aunque no faltan en
ella elementos románticos (descripción de la tempestad marina en el primer capítulo o glosa del
convento en ruinas del cuarto) y costumbristas, propios de los movimientos literarios anteriores,
aunque también algunos elementos folletinescos como la división de personajes en buenos y
virtuosos y malos y viciosos. Aunque la obra ha superado con garbo el paso del tiempo, el lector
actual puede sentirse envuelto en un remilgado sentimentalismo.

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