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Antonio Gramsci: del liberalismo

al comunismo crítico*

Jaime Ortega Reyna **

Q uizá no haya teórico marxista


más afamado tras la “crisis
del marxismo” (década de
1970) y la crisis del socialismo histórico
En esta ocasión una obra en español
nos confronta: la de polémico Domenico
Losurdo, Antonio Gramsci: del liberalismo
al comunismo crítico, publicada original-
(década de 1980) que el italiano Antonio mente en italiano, tuvo que esperar casi 20
Gramsci. Se trata del último de los teóricos años para ser traducida a nuestro idioma.
marxistas de las primeras décadas del Losurdo es ya un autor consagrado
siglo XX que sigue suscitando simpatías dentro de una tradición postmaoísta,
en el mundo académico y político por que ha logrado granjearse un espacio
igual. Pasado por distintos raseros, como académico, intelectual y político saturado
la lingüística, la geografía crítica, la por la polémica. Sus trabajos históricos
teoría política, el posmarxismo; Gramsci han pasado a revisión la contrahistoria
ha permanecido como un referente del liberalismo, han criticado la visión
ineludible para pensar retrospectivamente contemporánea que se tiene de Stalin
el siglo XX, pero también para encarar y de Gandhi en los medios académicos
dilemas propios del XXI. Atravesado y periodísticos; en el terreno teórico ha
por las grandes disputas de la Europa hecho lecturas sumamente productivas de
de la década de 1930, con una obra tan Kant, Hegel y Marx. El polémico y riguroso
maravillosa como fragmentaria, el teórico autor ha trazado líneas de interpretación
del sur de Italia sigue aportado elementos sugerentes. No deja de hacerlo para el
para el debate contemporáneo. caso de Gramsci.
Losurdo nos entrega una revisión del
contexto intelectual de producción del jo-
* Domenico Losurdo, Antonio Gramsci
ven Gramsci: aquel que es deudor de
del liberalismo al comunismo crítico, Madrid,
Ediciones del Oriente y el mediterráneo, 2015. un cierto liberalismo previo a la primera
Traducción de Juan Vivanco. gran guerra europea, marcado y definido
** Becario posdoctoral por la CH-CIALC- a partir de las figuras de Benedetto Croce
UNAM. Profesor de la Facultad de Filosofía y y Giovani Gentile. Deudores del hegelia-
Letras de la UNAM.
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nismo, ambas figuras ven transcurrir el Rusia y Hungría. Gramsci, por el contrario,
acontecer internacional signado por la se aleja del fascismo y del liberalismo,
guerra entre Estados europeos de manera aunque conserva algo que los liberales
paralela y divergente. Anclados a una italianos comienzan a despreciar: una
interpretación del liberalismo, del devenir valoración positiva de 1789 como momento
de la historia y del lugar del marxismo, fundamental de la constitución de la mo-
Gramsci marca una línea de demarcación dernidad. Defendiendo los “valores” y las
con ellos en el proceso político mismo: herencias de 1789 en realidad Gramsci se
guerra y revolución envuelven la obra está posicionando en 1917: la Revolución
de los tres teóricos. Las avenidas trazadas Rusa ha ocurrido y los liberales italianos
por cada uno de ellos se llegan a distintos hacen caso omiso del asedio militar y
puntos, todos de manera contradictoria. económico al que este país está siendo
Losurdo precisamente nos ofrece una sometido. Las conclusiones teóricas de
interpretación política y teórica de la forma estos acontecimientos son fundamentales
en que Gramsci encara la tradición liberal para Gramsci: defender la tradición de la
tan omnipresente, pero la supera gracias modernidad, pero cuestionar su supuesto
a la toma de posición al momento de universalismo; construir por tanto un
emerger la opción fascista y la revolución nuevo universalismo que supere las
rusa. ambigüedades del liberalismo, apelando
La división se profundiza entre la a una nueva cultura, a nuevos sujetos.
tradición liberal y la incipiente tradición El andar de Gramsci no es sólo con
comunista, Gramsci va desprendiéndose respecto a las herencias intelectuales
de la confusión entre liberalismo y socia- italianas. Lo ubica en un momento de
lismo que se da en el entorno italiano. producción teórica con respecto a la
Frente a Bernstein asume una posición propia herencia marxista, reluciendo
hegeliana. Frente a las interpretaciones sus puntos productivos, sus quiebres y
hegelianamente teleológicas de la historia sus críticas a los clásicos. Para Losurdo,
de Croce y Gentili al interpretar la con Gramsci se rompe la herencia de
revolución de Octubre (la “necesidad la II Internacional que aspiraba a la
y legalidad de la historia” y el “fin de sincronización entre revolución política
la historia”) reivindica “la revolución y “madurez” económica. Esta herencia
contra El Capital”. El lugar de Hegel en que en realidad venía de las tensiones
el combate primero (frente a Bernestein) que se produjeron en la propia obra
lo ocupará después Lenin, teórico al que de Marx al analizar casos como el de la
se acercará y leerá productivamente, es dominación de Irlanda por Inglaterra,
decir, buscando no “trasladarlo”, sino son vislumbrados por Gramsci: así como
asumiendo sus principales lecciones. Marx entendió que la liberación de
Los intelectuales liberales poco a poco Irlanda no dependía de los proletarios
se acercan al fascismo, al tiempo que ingleses, sino que por el contrario, estos
desprecian las revoluciones obreras de tenían que aprender de las luchas de

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liberación nacional de los irlandeses, Adorno (o genéricamente a la Escuela de


se abría paso a un desquiciamiento del Frankfurt). Su posición es que Gramsci
horizonte eurocentrado y economicista no sólo no comparte un espacio teórico
que prevaleció durante décadas en el con ellos, sino que además su obra sería
movimiento socialista. la constatación de otro marxismo no
También frente a Lenin, de quien atrapado en la teleología ni en una cierta
recogerá las lecciones del teórico y polí- filosofía de la historia. La de Gramsci
tico de la revolución en un país “no sería una obra que apelaría al análisis de
desarrollado”, Gramsci emprende un la situación política y a la constitución
distanciamiento. Si bien adhiere a las de fuerzas sociales que hagan efectiva la
tesis del Imperialismo, fase superior del alternativa al capital, es decir, como una
capitalismo, en lo que respecta a la apertura de posiblidades a partir de un
competencia violenta entre naciones por horizonte situado. ¿Dónde es que ve esto?
conquistar mercados, a la concentración En primer lugar a diferencia de Bloch y
y el monopolio, no comparte la visión de Lukács (agregaríamos nosotros ahora
nihilista que existe frente a la cultura a W. Benjamin, que tan insistentemente
burguesa. Losurdo constata que en Lenin, autores como Traverso o Lowy se aferran
como en otros sociólogos y filósofos de a verlo emparentado con Trotsky, un
la época, la cultura burguesa se encuentra revolucionario con mente del siglo XIX,
teorizada en plena decadencia, como plneamente instalado en el mito del
un cadáver incapaz de dar respuesta. progreso), Gramsci efectivamente se
Gramsci no comparte ese horizonte deshace de cualquier lectura mesiánica,
nihilista (que luego se trasladará y tanto de la historia como la de la violencia.
radicalizará como verdadero pesimismo El teórico italiano no apelaría a visiones
político inmovilizador en la Escuela de mesiánicas, sino plenamente históricas,
Frankfurt) sino que articula la categoría constituidas por conflictos entre clases
de “americanismo”, para dar cuenta de y sus organizaciones. En segundo lugar
las capacidades reconstitutivas de la Gramsci haría crítica del último de los
sociedad burguesa, con respecto al trabajo, utopismos heredaros del liberalismo y
al consumo y a la ideología. Si alguien ampliados por el anarquismo: la teoría de
esbozó una teoría de la “modernidad la extinción del Estado.
americana” éste sin duda fue Gramsci. Losurdo contempla que en pasajes
La parte final del ensayo, ya propia- del propio Marx y más repetidamente en
mente ubicada en el “comunismo crítico”, Engels, este resabio anarquista se muestra
apela a desprenderse de la categoría con claridad. Aún el Lenin previo a la
de “marxismo occidental” acuñada por revolución se entretiene imaginando la
Merleau Ponty y teorizada canónicamente extinción del Estado, que en el periodo
por Perry Anderson. Losurdo señala que de la Nueva Política Económica rectifique
es común encontrar a Gramsci junto a su posición y atienda los problemas
teóricos como Lukács, Bloch o Theodor concretos y específicos que atañen a la

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joven revolución que tiene que organizar popular como elemento constitutivo de
un nuevo Estado para defenderse de los cualquier teoría de la revolución. Lo
ataques de las potencias “democráticas”. nacional-popular es un espacio ausente
Para Losurdo el utopismo anarquista que en todas las versiones de la “crítica de la
declaraba que de una forma burguesa se economía política” y en la “teoría crítica”,
había realizado la extinción del Estado en aunque también en versiones “ortodoxas”
Inglaterra o Estados Unidos (compartida como la de Trotsky. El horizonte de
por momento por Engels y por Bakunin), constitución popular y subalterna de
no era más que una confusión producto la nación escapa a las teorizaciones
de compartir un cierto espacio con el filosóficas de estos marxismos. En Gramsci
liberalismo y una proyección teleología de lo nacional es mediación fundamental
la historia. Al final resultaría el incoherente para la revolución, en tanto que lo
hecho de que el Imperio con más popular es requisito inequívoco de la
colonias a principios del siglo XX en participación política. No es casual que en
realidad estaba al borde extinguir a su América Latina y el Caribe, muchos años
Estado. Frente a ello Losurdo recurre después, el marxismo más productivo,
a Gramsci quien construiría una visión el que sirvió como brújula política para
democrática del Estado, sin ningún tipo militantes e intelectales interesados en
de aspiración mesiánica o salvífica. La una intervención en la coyuntura, no
necesidad de reconfigurar el Estado e haya sido ni el de Grossman, ni el de
incluso de “regularlo” no es equivalente a Marcuse, mucho menos el de Adorno o
la extinción que imaginaban los liberales Horkheimer; sino el de Gramsci. Y junto a
o los anarquistas. La obra de Gramsci es él, otros pensadores como Poulantzas, que
una bocanada de realismo político para en una tradición althusseriana colocaron
las clases subalternas, lo que no significa de nuevo el problema de lo nacional. El
que haya un abandono de un ánimo Gramsci más productivo en el momento
transformador, sino todo lo contrario, de la intervención política es justamente el
el llamado de Gramsci es a que los que destaca la necesidad de constitución
subalternos asuman su papel en la “gran de lo nacional-popular.
política”, en la que regula los intereses de El texto de Losurdo resulta por demás
todos, es decir, que asuman la necesidad sugerente. Un acierto valioso de una edi-
de ser el embrión de un nuevo Estado. torial que se encuentra en crecimiento.
Finalmente Losurdo evalúa el elemento Una obra que debe leerse con sumo
más importante que distancia a Gramsci cuidado, pues los temas a los que convoca
de la teoría crítica (tanto en su génesis no son adornos teóricos, sino verda-
lukacsiana como en variada multiplicidad dera interpelación dentro de nuestro
francfortiana): la posibilidad de pensar el horizonte de búsqueda y configuración
problema de la nación y de lo nacional- de alternativas sociopolíticas.

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