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TALLER DE LIDERAZGO

Actividad individual 3
Inteligencia emocional

Nombre: Eduardo Contreras Soto


Como hemos visto la materia en clases, un ejemplo concreto de la vida real de cómo

aplicar las competencias emocionales una de ellas es la Inteligencia interpersonal, ya que

lo primero es reconocer y aceptar que las personas somos principalmente seres

emocionales con capacidad para razonar. Es más, necesitamos las emociones para poder

tomar decisiones de todo tipo. Sin ellas nunca decidiríamos. Nos quedaríamos en un

bucle infinito de análisis de pros y contras, ventajas e inconvenientes, costes y beneficios.

Por ejemplo, en la empresa estos intereses, necesidades, valores y creencias conforman

la cultura e interactúan entre todos sus integrantes, porque la empresa es un todo, un

sistema en el que las partes son interdependientes y el funcionamiento de un componente

afecta al resto. Es decir, todas las partes se tienen que adaptar (son flexibles) para que

sus intereses, necesidades, valores o creencias permitan un comportamiento cuya

consecuencia sea el logro de objetivos compartidos. ¿Complicado?, Para nada, aunque

no fácil. Solo hay una máxima que cumplir: La empatía porque cuando tenemos en cuenta

las necesidades de los demás antes de tomar una decisión que les afecta (o les puede

afectar), evitamos una serie de fricciones que, repetidas en el tiempo, desembocarían en

absentismo, rotación, baja productividad o desempeño, despido o abandono. Un referente

fue mi jefe de mi ex trabajo, Rodrigo Morel, supervisor del área de marketing de la

empresa “Soprole”, que el al llegar cerro temas relacionados con la antigua cultura y

decidió descubrir la nueva para que así tuviera una gran ventaja competitiva la empresa,

para generar una cultura de inteligencia emocional ya que nos dijo una vez que es

esencial que todos y cada uno de los empleados se aleje de la cultura antigua, pero es un

gran error comenzar criticando ésta ,ya que mucha gente se habrá esforzado por

alinearse con ella durante años, por ende hay que comenzar por respetar la cultura

anterior para después incentivar, recompensar y reconocer las actitudes nuevas y todo

ello redundará en la consecución de sus metas y, por tanto, en unos mejores resultados.
Es por esto que nunca se me olvidara, la frase que me dijo mi ex jefe un día: “un buen

líder está al servicio de su equipo, no al revés”.

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