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Para los teóricos Katz y Kahn (1970, 85), el clima laboral hace referencia a que toda
organización crea su propio clima, con sus propias costumbres y estilos. El “clima laboral”
refleja tanto las normas y valores del sistema formal como su reinterpretación en el sistema
informal, así refleja las presiones internas y externas de las personas que la organización
atrae, de sus procesos de trabajo y distribución física, de las modalidades de comunicación
y del ejercicio de la autoridad dentro del sistema.
Otra definición es la que entrega Forehand y Gilmer (1964), quienes definen “clima
laboral” como el conjunto de características relativamente permanentes que describen una
organización, la distingue de otra, e influyen en el comportamiento de sus miembros.
Existen varios aspectos que inciden en el clima tales como el tamaño de la empresa, el
estilo de la dirección (jerarquía), el ambiente social que está integrado por aspectos como el
compañerismo, la comunicación y los conflictos entre las personas o departamentos,
también están las características personales que son las aptitudes, actitudes y motivaciones
que tienen las personas para hacer sus tareas.
3. Está condicionado por dos dimensiones, la interna (la propia organización) y, en alguna
medida, la externa (entorno con el que interactúa la organización, por ejemplo: clientes,
competidores, proveedores, etcétera).
4. Está determinado en su mayor parte por las características, las conductas, las actitudes,
las aptitudes, las expectativas y, cómo no, por las realidades sociológicas, económicas y
culturales de la empresa.
Por otra parte para entender mejor lo que es el clima organizacional es necesario
comprender tres conceptos claves que se encuentran implícitos dentro del mismo,
Liderazgo, Motivación e Identidad-Pertenecía.
La motivación lo que mueve a los trabajadores en su labor. Cuando las personas están
motivadas, se eleva el clima y se establecen relaciones satisfactorias de animación, interés y
colaboración. Cuando la motivación es escasa, bien sea por frustración o por impedimentos
para la satisfacción de necesidades, el clima organizacionales más bajo y sobrevienen
estados de depresión, desinterés, apatía, descontento, hasta llegar a estados de agresividad,
agitación, e inconformidad.
Por lo tanto, para que las instituciones posean un buen clima organizacional y logren un
aumento en la productividad, deberán generar los esfuerzos necesarios para realizar una
gestión bien forjada y dirigida en todos sus niveles, partiendo por validar la importancia
que tiene el trabajador dentro de sus organizaciones, considerando variables como: el
verdadero talento del funcionario, una estructura bien definida, calidad y cantidad de los
beneficios otorgados, cordialidad demostrada, soporte sicológico y social efectivo, entre
otros; con el fin de que las personas mejoren la percepción que tengan de la organización
para la cual trabaja, lo que repercutirá evidentemente en su comportamiento laboral.
Aunque suene axiomático, se debe reconocer y reafirmar que el tema del clima laboral es
de gran importancia para las organizaciones que buscan un mejoramiento permanente del
ambiente de trabajo; y que es indispensable permitir que los trabajadores se sienten parte de
un grupo de trabajo con un clima organizacional satisfactorio o altamente saludable.
Además, existe anuencia al considerar que el clima es la percepción colectiva y compartida
de las realidades internas del grupo. Pero como las personas son entes complejos, en
general tienden a enturbiar los ambientes laborales, por lo que resulta muy relevante diseñar
e implementar políticas que potencien las buenas relaciones humanas; las organizaciones
que hacen caso omiso de estos tópicos, lo más probables es que se enfrenten a falta de
implicación con los objetivos de corto y largo plazo de la institución, a un empeoramiento
de los procesos comunicacionales, y que se pongan de manifiesto diversos conflictos entre
las personas, surgimiento de rumores y comentarios mal intencionados, y lo más negativo –
que es producto de la sumatoria anterior- una baja productividad, afectando la calidad de
los servicios que se ofrecen al medio.