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DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS EXPERIMENTALES (I) – 9 ECTS

Carlos Jerez del Valle, carlosjerez@eulainmaculada.com


Tutorías, D10: lunes de 19:30 a 21:30
Curso 2013-2014

Tema 4.- Estrellas, Constelaciones y Galaxias.


1. Origen del Universo
La Real Academia de la Lengua Española define universo como “el conjunto de todas
las cosas creadas”. Proviene del latín universus que en sentido literal quiere decir “hecho uno”.
Es decir, el Universo es un sola cosa: TODO.

1.1. Teoría del Big Bang

La Teoría del Big Bang dice que hace unos 13.700 millones de años la materia tenía una
densidad y una temperatura infinitas. Hubo una explosión violenta y, desde entonces, el
universo va perdiendo densidad y temperatura. El Big Bang es una singularidad, una excepción
que no pueden explicar las leyes de la física. Podemos saber qué pasó desde el primer
instante, pero el momento y tamaño cero todavía no tienen explicación científica.

Big Bang, significa literalmente “gran estallido”, y es el nombre que recibe la teoría
sobre el origen del Universo que actualmente goza de mayor consenso. Hace referencia a al
momento en que de la "nada" emerge toda la materia del Universo. La materia, hasta ese
momento, es un punto de densidad infinita, que en un momento dado "explota" generando la
expansión de la materia en todas las direcciones y creando lo que conocemos como nuestro
Universo.

Inmediatamente después del momento de la "explosión", cada partícula de materia


comenzó a alejarse muy rápidamente una de otra, de la misma manera que al inflar un globo
éste va ocupando más espacio expandiendo su superficie. Los físicos teóricos han logrado
reconstruir esta cronología de los hechos a partir de un 1/100 de segundo después del Big
Bang. La materia lanzada en todas las direcciones por la explosión primordial está constituida
exclusivamente por partículas elementales: Electrones, Positrones, Mesones, Bariones,
Neutrinos, Fotones y un largo etcétera hasta más de 89 partículas conocidas hoy en día.

En 1948 el físico ruso nacionalizado estadounidense George Gamow modificó una de


las teorías sobre el origen del Universo (la de Lemaître del núcleo primordial), planteando que
el Universo se creó en una explosión gigantesca y que los diversos elementos que hoy se
observan se produjeron durante los primeros minutos después de la Gran Explosión o Big
Bang, cuando la temperatura extremadamente alta y la densidad del Universo fusionaron
partículas subatómicas en los elementos químicos.

Cálculos más recientes indican que el hidrógeno y el helio habrían sido los productos
primarios del Big Bang, y los elementos más pesados se produjeron más tarde, dentro de las
estrellas. Sin embargo, la teoría de Gamow proporciona una base para la comprensión de los
primeros estadios del Universo y su posterior evolución. A causa de su elevadísima densidad, la
materia existente en los primeros momentos del Universo se expandió con rapidez. Al
expandirse, el helio y el hidrógeno se enfriaron y se condensaron en estrellas y en galaxias.
Esto explica la expansión del Universo y la base física de la ley de Hubble.
A MODO DE CURIOSIDAD: la materia oscura…

Uno de los grandes problemas científicos sin resolver en el modelo del Universo en
expansión es si el Universo es abierto o cerrado (esto es, si se expandirá indefinidamente o
se volverá a contraer).

Un intento de resolver este problema es determinar si la densidad media de la


materia en el Universo es mayor que el valor crítico en el modelo de Friedmann. La masa de
una galaxia se puede medir observando el movimiento de sus estrellas; multiplicando la
masa de cada galaxia por el número de galaxias se ve que la densidad es sólo del 5 al 10%
del valor crítico. La masa de un cúmulo de galaxias se puede determinar de forma análoga,
midiendo el movimiento de las galaxias que contiene. Al multiplicar esta masa por el número
de cúmulos de galaxias se obtiene una densidad mucho mayor, que se aproxima al límite
crítico que indicaría que el Universo está cerrado.

La diferencia entre estos dos métodos sugiere la presencia de materia invisible, la


llamada materia oscura, dentro de cada cúmulo pero fuera de las galaxias visibles. Hasta
que se comprenda el fenómeno de la masa oculta, este método de determinar el destino del
Universo será poco convincente.

1.2. Otras teorías sobre el origen del Universo

Aunque en la actualidad, la teoría del Big Bang es la más aceptada, existen numerosas
explicaciones alternativas o complementarias sobre el origen del Universo. Muchos de los
trabajos habituales en cosmología teórica se centran en desarrollar una mejor comprensión de
los procesos que deben haber dado lugar al Big Bang. La teoría inflacionaria, formulada en la
década de 1980, resuelve dificultades importantes en el planteamiento original de Gamow al
incorporar avances recientes en la física de las partículas elementales. Estas teorías también
han conducido a especulaciones tan osadas como la posibilidad de una infinidad de universos
producidos de acuerdo con el modelo inflacionario.

Sin embargo, la mayoría de los cosmólogos se preocupa más de localizar el paradero


de la materia oscura, mientras que una minoría, encabezada por el sueco Hannes Alfvén,
premio Nobel de Física, mantienen la idea de que no sólo la gravedad sino también los
fenómenos del plasma, tienen la clave para comprender la estructura y la evolución del
Universo.

Si quieres saber más sobre estas teorías y otras sobre el Origen del Universo tienes la
lectura recomendad “4.1 El Origen del Universo”

1.3. Midiendo el Universo. Distancias.

Medir el Universo es complicado. A menudo no sirven las unidades habituales. Las


distancias, el tiempo y las fuerzas son enormes y, como es evidente, no se pueden medir
directamente.

Para medir la distancia hasta las estrellas próximas se utiliza la técnica del paralaje. Se
trata de medir el ángulo que forman los objetos lejanos, la estrella que se observa y la Tierra,
en los dos puntos opuestos de su órbita alrededor del Sol. El diámetro de la órbita terrestre es
de 300 millones de kms. Utilizando la trigonometría se puede calcular la distancia hasta la
estrella. Esta técnica, sin embargo, no sirve para los objetos lejanos, porque el ángulo es
demasiado pequeño y el margen de error, muy grande.

Unidad Concepto equivalencia

Distancia media entre la Tierra


Unidad
y el Sol. No se utiliza fuera del 149.600.000 km
astronómica (ua)
Sistema Solar.

Distancia que recorre la luz en


un año. Si una estrella está a 10 9.46 billones de km
Año luz
años luz, la vemos tal como era 63.235,3 ua
hace 10 años. Es la más práctica.

Distancia de un cuerpo que tiene 30,86 billones de km


Pársec
una paralaje de 2 segmentos 3,26 años luz
(paralaje-segundo)
de arco. La más "científica". 206.265 ua

Además, para medir el Universo nos encontramos con un importante problema: es tan
grande, que todavía existen zonas que no podemos ver puesto que la luz aún no nos ha
llegado. En la actualidad se estima que el Universo Conocido tiene 9,3 x 1010 años luz de
diámetro, en todas las direcciones.

2. Observación del Cielo

Desde sus orígenes, la especie humana ha observado el cielo. Primero, directamente,


después con instrumentos cada vez más potentes. Las antiguas civilizaciones agrupaban las
estrellas formando figuras. Nuestras constelaciones se inventaron en el Mediterráneo oriental
hace unos 2.500 años. Representan animales y mitos del lugar y la época. La gente creía que
los cuerpos del cielo influían la vida de reyes y súbditos (acordaos lo que hablábamos de la
Astrología). El estudio de los astros se mezclaba con supersticiones y rituales.

La inmensa mayoría de los objetos que observamos desde la Tierra están a varios miles
de años luz de distancia. Es por ello que la luz que ahora nos llega de las estrellas salió en
verdad de ellas hace bastante tiempo, tantos años como los años luz de distancia a la que
están. Por eso hablamos de que estamos viendo el Universo “en diferido”.

CURIOSODAD: a principios del siglo XVII se inventó el telescopio. Primero


se utilizaron lentes, después espejos, también combinaciones de ambos.
Actualmente hay telescopios de muy alta resolución, como el VLT, formado por
cuatro telescopios sincronizados. El telescopio espacial Hubble (HST), situado en
órbita, captura y envía imágenes y datos sin la distorsión provocada por la
atmósfera. Los radiotelescopios detectan radiaciones de muy diferentes
longitudes de onda. Trabajan en grupos utilizando una técnica llamada
interferometría. La fotografía, la informática, las comunicaciones y, en general, los
avances técnicos de los últimos años han ayudado muchísimo a la astronomía.
Gracias a los espectros, producidos por la descomposición de la luz, podemos
conocer información detallada sobre la composición química de un objeto. También
se aplica al conocimiento del Universo.

2.1. Las estrellas

Aunque la mayor parte del espacio que podemos observar está vacío, es inevitable que
nos fijemos en esos puntitos que brillan. No es que el espacio vacío carezca de interés.
Simplemente, las estrellas llaman la atención. A causa de la atracción gravitatoria, la materia
de las estrellas tiende a concentrarse en su centro. Pero eso hace que aumente su
temperatura y presión. A partir de ciertos límites, este aumento provoca reacciones nucleares
que liberan energía y equilibran la fuerza de la gravedad, con lo que el tamaño de la estrella se
mantiene más o menos estable durante un tiempo, emitiendo al espacio grandes cantidades
de radiación, entre ellas, por supuesto, la luminosa.

Por lo tanto, podemos decir definir las estrellas como “masas de gases, principalmente
hidrógeno y helio, que emiten luz”.

El Sol es una estrella. Vemos las estrellas, excepto el Sol, como puntos luminosos muy
pequeños, y sólo de noche, porque están a enormes distancias de nosotros. Parecen estar
fijas, manteniendo la misma posición relativa en los cielos año tras año. En realidad, las
estrellas están en rápido movimiento, pero a distancias tan grandes que sus cambios de
posición se perciben sólo a través de los siglos.
El número de estrellas observables a simple vista desde la Tierra se ha calculado en
unas 8.000, la mitad en cada hemisferio. Durante la noche no se pueden ver más de 2.000 al
mismo tiempo, el resto quedan ocultas por la neblina atmosférica, sobre todo cerca del
horizonte, y la pálida luz del cielo. Los astrónomos han calculado que el número de estrellas de
la Vía Láctea, la galaxia a la que pertenece el Sol, asciende a cientos de miles de millones.

Las estrellas se componen sobre todo de hidrógeno y helio, con cantidad variable de
elementos más pesados. Dependiendo de la cantidad de materia reunida en un astro y del
momento del ciclo en el que se encuentra, se pueden dar fenómenos y comportamientos muy
diversos. Es por ello que distinguimos varios tipos de estrellas: enanas, gigantes, dobles,
variables, cuásares, púlsares, agujeros negros, ...

El brillo de las estrellas se describe en términos de magnitud. Las estrellas más


brillantes pueden ser hasta 1.000.000 de veces más brillantes que el Sol; las enanas blancas
son unas 1.000 veces menos brillantes.

Las estrellas individuales visibles en el cielo son las que están más cerca del Sistema
Solar en la Vía Láctea. La más cercana es Proxima Centauri, uno de los componentes de la
estrella triple Alpha Centauri, que está a unos 40 billones de kilómetros de la Tierra.

La Estrella Polar es una situada a menos de 1° del polo celeste boreal por lo que
constituye una referencia útil para localizar la dirección del norte. En la actualidad es una
estrella de magnitud 2 situada en la constelación de la Osa Menor. En una noche estrellada se
puede encontrar con facilidad multiplicando por 5 la distancia de las dos estrellas que forman el
final de la constelación de la Osa Mayor. Como curiosidad, a causa de la precesión, hacia el año
13.000 esta posición estará ocupada por la estrella Vega.

Evolución y muerte de una Estrella


2.2. Las Constelaciones

Las estrellas que se pueden observar en una noche clara forman determinadas figuras
que llamamos "constelaciones", y que sirven para localizar más fácilmente la posición de los
astros. En total, hay 88 agrupaciones de estrellas que aparecen en la esfera celeste y que
toman su nombre de figuras religiosas o mitológicas, animales u objetos. Este término también
se refiere a áreas delimitadas de la esfera celeste que comprenden los grupos de estrellas con
nombre.

Los dibujos de constelaciones más antiguos que se conocen señalan que las
constelaciones ya habían sido establecidas el 4000 a.C. Los sumerios le dieron el nombre a la
constelación Acuario, en honor a su dios An, que derrama el agua de la inmortalidad sobre la
Tierra. Los babilonios ya habían dividido el zodíaco en 12 signos iguales hacia el 450 a.C.

Las actuales constelaciones del hemisferio norte se diferencian poco de las que
conocían los caldeos y los antiguos egipcios. Muchas otras culturas agruparon las estrellas en
constelaciones, aunque no siempre se corresponden con las de Occidente. Sin embargo,
algunas constelaciones chinas se parecen a las occidentales, lo que induce a pensar en la
posibilidad de un origen común. A finales del siglo XVI, los primeros exploradores europeos de
los mares del Sur trazaron mapas del hemisferio austral.

Durante mucho tiempo, varios investigadores estuvieron proponiendo nuevas


constelaciones, pero los astrónomos acordaron finalmente una lista de 88. No obstante, los
límites de las constelaciones siguieron siendo tema de discusión hasta 1930, cuando la Unión
Astronómica Internacional fijó dichos límites. Para designar las aproximadamente 1.300
estrellas brillantes, se utiliza el genitivo del nombre de las constelaciones, precedido por una
letra griega. Por ejemplo, a la famosa estrella Algol, en la constelación Perseo, se le llama Beta
Persei.

Entre las constelaciones más conocidas se hallan las que se encuentran en el plano de
la órbita de la Tierra sobre el fondo de las estrellas fijas. Son las constelaciones del Zodíaco.
Además de éstas, algunas muy conocidas son Cruz del Sur, visible desde el hemisferio Sur, y
Osa Mayor, visible desde el hemisferio Norte. Estas y otras constelaciones permiten ubicar la
posición de importantes puntos de referencia como, por ejemplo, los polos celestes.

La mayor constelación de la esfera celeste es la de Hydra, que contiene 68 estrellas


visibles a simple vista. La Cruz del Sur, por su parte, es la constelación más pequeña.

3. Estructura del Universo. Las Galaxias

La materia del Universo está ordenada. La fuerza de gravedad hace que la materia se
agrupe formando estructuras. Desde las más simples, como las estrellas o los sistemas solares,
hasta las gigantescas murallas de galaxias. Aún así, la expansión del Universo hace que las
distintas estructuras se alejen unas de otras a gran velocidad. Las estructuras más distantes
son las más grandes y antiguas. Se formaron cuando el Universo aún era muy joven, y ayudan
a conocer su evolución.

3.1. Jerarquía de estructuras


Estructuras menores: son los cuerpos celestes, como los planetas y las estrellas, y las
pequeñas agrupaciones, como nuestro Sistema Solar.

Galaxias: son estructuras intermedias. Agrupan familias de estrellas, gas, polvo y materia
oscura. Sólo en el universo visible hay más de 100.000 millones, y pueden agrupar billones
de estrellas. Muchas tienen un agujero negro en su centro. Nuestra galaxia es la Vía
Láctea. Las nebulosas son acumulaciones de polvo y gas interestelar que se encuentran
dentro de las galaxias.

Cúmulos de galaxias: son conjuntos de galaxias envueltos en gas caliente. Su diámetro


alcanza varios millones de años luz. Las galaxias giran unas en torno a otras, unidas por la
gravedad. A veces chocan o se absorben unas a otras. La Vía Láctea pertenece a un
cúmulo llamado Grupo Local, formado por 25 galaxias.

Supercúmulos de galaxias: Son conjuntos de cúmulos de galaxias. Miden cientos de


millones de años luz. Forman grandes capas por todo el Universo visible. El Grupo Local
forma parte del Supercúmulo de Virgo.

Murallas: estas son las últimas estructuras descubiertas, las más antiguas y grandes del
Universo. Forman enormes franjas de supercúmulos de galaxias. La gran muralla de Sloan
mide 1.370 millones de años luz y es la mayor estructura que se conoce.

3.2.La Vía Láctea

En noches serenas podemos ver una franja blanca que atraviesa el cielo de lado a lado,
con muchas estrellas. Son sólo una pequeña parte de nuestros vecinos. Entre todos formamos
la Vía Láctea. Los romanos la llamaron "Camino de Leche", que es lo que significa via lactea en
latín.

El Sistema Solar está en uno de los brazos de la espiral, denominado brazo de Orión, a
unos 30.000 años luz del centro y unos 20.000 del extremo.

La Vía Láctea es una galaxia grande, espiral y puede tener unos 100.000 millones de
estrellas, entre ellas, el Sol. Tiene unos 100.000 años luz de diámetro y una masa de más de
dos billones de veces la del Sol. Cada 225 millones de años el Sistema Solar completa un giro
alrededor del centro de la galaxia. Se mueve a unos 270 km. por segundo.
No podemos ver el brillante centro porque se interponen materiales opacos, polvo
cósmico y gases fríos, que no dejan pasar la luz. Se cree que contiene un poderoso agujero
negro. La Vía Láctea tiene forma de lente convexa. El núcleo tiene una zona central de forma
elíptica y unos 8.000 años luz de diámetro. Las estrellas del núcleo están más agrupadas que
las de los brazos. A su alrededor hay una nube de hidrógeno, algunas estrellas y cúmulos
estelares.

Forma parte del llamado Grupo Local, Junto con las galaxias de Andrómeda (M31) y del
Triángulo (M33), las Nubes de Magallanes (satélites de la Vía Láctea), las galaxias M32 y M110
(satélites de Andrómeda), galaxias y nebulosas más pequeñas y otros sistemas menores. En
total hay unas 30 galaxias que ocupan un área de unos 4 millones de años luz de diámetro.
Todo el grupo orbita alrededor del gran cúmulo de galaxias de Virgo, a unos 50 millones de
años luz.

Tabla de edades:

Estructura Edad (en millones de años)


Universo 13.700-13.900
Vía Láctea 13.000
Sistema Solar 4.600
La Tierra 4.500

Las 10 estrellas más cercanas al Sistema Solar

Nombre Distancia (años luz)


Próxima Centauri 4,2
Rigel Kentaurus 4,3
La estrella de Barnard 5,9
Wolf 359 7,7
Lalande 21185 8,26
Sirio A y B 8,6
Luyten 726-8A y B 8,73
Ross 154 9,693
Ross 248 10,32
Epsilon Eridani 10,5

Las 10 estrellas más brillantes

Nombre Nombre científico Constelación


Sirio A Alpha Canis Majoris Canis Major
Canopus Alpha Carinae Carina
Rigel Kentaurus Alpha Centauri Centaurus
Arturo Alpha Bootis Bootes
Vega Alpha Lyrae Lyra
Capella Alpha Aurigae Auriga
Rigel Beta Orionis Orión
Procyon Alpha Canis Minoris Canis Minor
Achenar Alpha Eridani Eridano
Betelgeuse Alpha Orionis Orión

4. Fenómenos provocados por el Sol


4.1 Aurora Polar

La auroras polares son fenómenos luminosos que se nos manifiestan con un grandioso
resplandor. Se producen en la atmósfera y aparecen en el cielo, con preferencia en las
regiones polares, tanto boreales (norte) como australes (sur).

Con más rigor, diremos que se producen cuando una eyección de masa solar choca con
los polos norte y sur de la magnetosfera terrestre, produciendo una luz difusa pero proyectada
en la ionosfera terrestres. Las auroras no siempre son del mismo color, sino que dependen de
la oblicuidad con que choquen contra el polo.

Lo que normalmente vemos son esas quietas cortinas y cintas que algunas veces
cambian de forma rápidamente, avanzan, retroceden o se hinchan de una manera violenta y se
vuelven también bastante brillantes. En los lugares con latitud elevada, están constituidas por
arcos, apoyados o no sobre el horizonte. A veces presentan espléndidas coronas y en
numerables ocasiones están constituidas por cortinas o guirnaldas que parecen agitadas por el
viento

Se presentan con mayor frecuencia en el polo norte que en el sur, por lo que casi
siempre se les llama “auroras boreales”. La coloración suele ser variable, desde blanco al
amarillo, rojo o verde azulado. También varían sus proporciones. Las hay que ocupen gran
parte del cielo, mientras que otras son bastante modestas. Otras incluso apenas son
perceptibles. Su altura suele oscilar entre los 100 y 600 km. La duración en el tiempo va desde
unas horas hasta varios días.

Son conocidas desde muy antiguo, aunque no han tenido explicación hasta hace muy
poco. Hoy sabemos que el origen de estos fenómenos luminosos se debe, como decíamos al
principio, a la excitación de los átomos de los gases de la atmósfera, por parte de partículas
que entran en ella, con gran energía y procedentes del Sol. Estas partículas se canalizan
preferencialmente hacia las regiones polares, donde se hallan los polos magnéticos de la
Tierra.

Se comprobó que el número de auroras varía aproximadamente cada once años, que
es el periodo del ciclo de actividad solar. En la actualidad se ha comprobado que los máximos y
mínimos de actividad solar coinciden respectivamente con la mayor y menor frecuencia de las
auroras.

4.2 Vientos Solares

El viento solar es una especie de “viento de materia” o, mejor dicho, de gas ionizado
que se llama plasma. Este plasma está contenido en la corona solar, cuya temperatura puede
alcanzar los dos millones de grados. Cuando se rompe una "burbuja magnética" (ver imagen
más abajo), más de mil millones de toneladas de materia pueden ser eyectadas en un breve
espacio de horas, lo que representa casi un veinteavo de la masa de la corona.
Esta imagen, sacada en el rango de los UV, muestra una eyección de gas perteneciente a la
corona, alcanzando una distancia de 130.000 km y con una velocidad de 24.000 km/h

Esta materia es la que dará lugar a la generación del viento solar, que viaja con una
velocidad que empieza a 400 km/s hasta alcanzar los 800 km/s. La onda expansiva crea, en el
espacio interestelar, una gigantesca cavidad de casi 100 unidades astronómicas (15 mil
millones de kilómetros). Eso se llama la heliosfera y se extiende mucho más allá de la órbita de
Plutón. Este viento solar, dada su velocidad, alcanza la Tierra después de 2.5 o 5 días.

¿Qué ocurre cuando este viento solar choque contra la Tierra? De hecho, estas ráfagas
de partículas de alta energía que llamamos tormentas solares no tienen un gran efecto al nivel
de la superficie de la Tierra, pero son las que producen las auroras polares de las que
acabamos de hablar. Afortunadamente, el campo magnético protege la Tierra de la "lluvia" de
protones y electrones. Sin embargo, no ocurre lo mismo al nivel de la magnetosfera; así
pueden producirse daños sobre los aparatos que se encuentran en esta zona, es decir los
satélites de comunicación.

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