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T.D.: 13385948
OPINIÓN Nº 163-2018/DTN
Referencia: C.0385.18.G.G
1. ANTECEDENTES
Antes de iniciar el desarrollo del presente análisis, es necesario precisar que las
consultas que absuelve este Organismo Técnico Especializado son aquellas referidas al
sentido y alcance de la normativa de contrataciones del Estado, planteadas sobre temas
genéricos y vinculados entre sí, sin hacer alusión a asuntos concretos o específicos, de
conformidad con lo dispuesto por el literal o) del artículo 52 de la Ley de
Contrataciones del Estado, Ley N° 30225 (en adelante, la “Ley”), y la Tercera
Disposición Complementaria Final de su reglamento, aprobado mediante Decreto
Supremo Nº 350-2015-EF (en adelante, el “Reglamento”).
2. CONSULTA Y ANÁLISIS
De manera previa, corresponde señalar que con fecha 3 de abril de 2017 entraron en
vigencia el Decreto Legislativo N° 1341 —que modifica la Ley— y el Decreto Supremo
N° 056-2017-EF —que modifica el Reglamento—, cuyas disposiciones modifican la
normativa de contrataciones del Estado y rigen a partir de esa fecha; salvo para aquellos
procedimientos de selección iniciados antes de la entrada en vigencia del Decreto
Legislativo N° 1341, los cuales se rigen por las normas vigentes al momento de su
convocatoria1.
En ese sentido, en las Bases de una Entidad Pública viene colocándose “supuestos de
aplicación de otras penalidades” distintos a la penalidad por mora, en los cuales se
aplica una penalidad del 0.15% del monto total del contrato original, por el supuesto
de “reemplazar al Residente de Obra o cualquiera de los especialistas propuestos en
la oferta técnica, en el periodo comprendido desde la firma del contrato y hasta el
primer 50% del plazo de ejecución contractual, por considerarse que la contratación
llevada a cabo se realiza en el marco de los Principios de eficiencia, de trato justo e
igualitario y de equidad”.
Bajo esta premisa susceptible de ser penalizada, ¿qué sucede cuando el profesional
propuesto decide unilateralmente terminar la relación contractual que mantiene con
el contratista, constituyéndose en un hecho que escapa al ámbito de dominio del
contratista que se adjudicó el contrato y que se sostiene legalmente para ese personal
profesional renunciante, dentro de los alcances del derecho al trabajo consagrado en
el artículo 2 inciso 15) de la Constitución Política del Perú y, cuya consecuencia
acarrearía al contratista la imposición automática de la penalidad antes descrita,
vulnerándose así los alcances del artículo 132 y 134 del Reglamento de
Contrataciones del Estado, que prescriben para dicha imposición, que el
incumplimiento sea injustificado e imputable al contratista; así como el Principio de
Equidad, dispuesto en la Ley de Contrataciones del Estado, por el cual las
prestaciones y derechos de las partes dentro de un contrato suscrito por una Entidad
Pública y un privado, deben guardar una razonable relación de equivalencia y
proporcionalidad?». (Sic).
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Cabe señalar que dicha normativa está compuesta por la Ley, el Reglamento y las Disposiciones de
carácter reglamentario emitidas por el OSCE.
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En ese sentido, las contrataciones del Estado se desarrollan con fundamento en los
principios previstos en el artículo 2 de la Ley, sin perjuicio de la aplicación de
otros principios generales del derecho público, los cuales sirven de criterio
interpretativo e integrador para solucionar los vacíos normativos, y como
parámetro para la actuación de quienes intervengan en dichas contrataciones.
2.3. En ese sentido, cabe anotar que en el marco de la normativa de contrataciones del
Estado, una vez que se perfecciona el contrato –el cual está conformado por el
documento que lo contiene, los documentos del procedimiento de selección que
establezcan reglas definitivas y la oferta ganadora, así como los documentos
derivados del procedimiento de selección que establezcan obligaciones para las
partes3-, tanto el contratista como la Entidad se obligan a ejecutar las prestaciones
pactadas en virtud de dicha contratación; siendo el cumplimiento de tales
prestaciones, en la forma y oportunidad establecidas , la situación esperada en el
ámbito de la contratación pública.
En ese orden de ideas, respecto de las “Otras penalidades”, el artículo 134 del
Reglamento dispone que “Los documentos del procedimiento de selección pueden
establecer penalidades distintas a la mencionada en el artículo 133 [es decir, a la
penalidad por mora], siempre y cuando sean objetivas, razonables, congruentes y
proporcionales con el objeto de la contratación. Para estos efectos, deben incluir
los supuestos de aplicación de penalidad, distintas al retraso o mora, la forma
de cálculo de la penalidad para cada supuesto y el procedimiento mediante el
cual se verifica el supuesto a penalizar. Estas penalidades se calcula de forma
independiente a la penalidad por mora”. (El subrayado es agregado).
Así, cuando una Entidad requiere la ejecución de una obra, esta puede establecer
en los documentos del procedimiento de selección “otras penalidades” -distintas a
la penalidad por mora-, las cuales deben ser objetivas, razonables y congruentes6
con el objeto de la contratación; esto es, la obra a ser ejecutada.
3. CONCLUSIÓN
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En ese contexto, debe cautelarse la objetividad, razonabilidad y congruencia de las “otras penalidades”
que la Entidad puede establecer en los documentos del procedimiento de selección, considerando
aquellas penalidades que deben incluirse en el caso de obras, a fin de no penalizar doblemente un
mismo supuesto; en su defecto, ello puede devenir en una controversia recaída en la ejecución del
contrato a ser resuelta mediante conciliación o arbitraje, conforme al artículo 45 de la Ley.
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LAA/JDS