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El cuidado especial de Dios.

Para Dios el ser humano es tan valioso que no por nada entrego su hijo unigénito para la salvación de
muchos de nosotros (Juan 3:16). Por lo tanto vemos que él nos cuida y advierte de cosas que puedan ser
perjudiciales para la comunión que tenemos con el padre celestial y porque esta es una forma de la
manifestación de su amor.

En el Salmo 34:19 vemos la protección de Dios en medio de las dificultades como muestra de amor a sus
hijos, él nos promete que a pesar de las dificultades tenemos los beneficios de que él nos librara de
ellas, lo que quiere decir que todo lo que vemos hoy difícil no es permanente.

Para tener estos beneficios de parte de Dios debemos ser considerados sus hijos (Juan 1:12), pero aun
así Dios manifiesta su misericordia a todos los seres humanos (Mateo 5:45). Por ahora veremos los
privilegios que tenemos como hijos de Dios y unas responsabilidades que tenemos frente a nuestra
relación con nuestro padre.

Tres privilegios que gozamos frente al cuidado de Dios:

1. Nos guía en el camino de la vida:

Es hermoso tener a Dios en nuestra vida y más si nosotros hemos podido experimentar su fidelidad y
cuidado, el Salmo 32:8 dice que él nos hará entender el camino que debemos tomar (aunque él tenga
que corregirnos Hebreos 12:6), y además sus ojos están puestos en nosotros, ¡Dios es bueno y
maravilloso! Quiere ser parte en nuestro diario vivir y esto es parte de su promesa de cuidarnos
siempre.

2. Dios nos cuida de nuestros enemigos:

La clase de enemigos más fuertes que tenemos son aquellos enviados por satanás, aparte de nuestra
propia carne (o pensamientos que nos alejan de Dios) y el mundo. Por esto necesitamos de la protección
espiritual de nuestro Padre y esto nos lo promete en Isaías 54:14.

3. Él no nos dejara desamparados:

Es claro que Dios interviene a favor de nosotros, y esto es en todo aspecto de nuestra vida, como Padre
él nos sustenta y no deja que nada nos falte; en Mateo 6:25-34 podemos notar que Jesús nos tranquiliza
de que no nos preocupemos por nada que podamos necesitar, él tiene bajo control todo lo que respecta
en nuestra. Estas tres que acabamos de notar, son una pequeña muestra de los privilegios de ser Sus
hijos, pero en medio de ellas, (aunque para recibirlas no tenemos nada que dar, puesto que Jesús se dio
todo para que nosotros podamos disfrutarlas), tenemos responsabilidades individuales que debemos
cumplir frente a nuestra relación con el Padre celestial.
1. Obediencia:

En todo lo que hagamos en nuestra vida debemos obediencia a Dios. En Deuteronomio 28:1 vemos que
Dios es claro en decir que si le obedecemos cuidadosamente, es decir con esmero y amor, él nos pondrá
en alto frente a las naciones de la tierra, (nación puede ser su jefe, familiares o personas muy
importantes), y si bien esta palabra es dada a los hijos de Israel, nosotros como sus hijos adoptivos
también somos llamados a obedecer (Juan 15:7).

2. Oración:

Le voy a citar un ejemplo: Imagine usted que tiene un hijo (si lo tiene, imagine sus o su hijo) que se
levanta y que no le habla, pero aun así usted le atiende, le tiene el desayuno para irse al colegio; su hijo
se va llega de su jornada entra a la casa y le ignora todo el tiempo, usted quiere comunicarse pero él no
tiene intenciones de hablar con usted. ¿Cómo se sentiría?

Exactamente sucede lo mismo con Dios, él nos provee de todo lo que necesitamos pero si no oramos le
estamos lastimando el corazón, además que la oración no es una opción es un deber (1 Tesalonicenses
5:17), lo que le permitirá conocer más el corazón de Dios y amarle no solo porque le cuida y sustenta
sino porque él es santo y bueno y su amor esta de continuo con nosotros.

Conclusión

Los cuidados de Dios son muestras de su amor hacia nosotros, correspondamos a ese amor
acercándonos más a él en la oración y la lectura de Su palabra (Mateo 24:35).

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