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E.E.S.T.

Nº1

AÑO: 4º1º; 4º2º


CICLO SUPERIOR

PROF.
RIESCO
SANDRA

CICLO LECTIVO
2014
EXPECTATIVAS DE LOGRO

Dar cuenta de un corpus de lecturas donde prevalezcan miradas épicas míticas y


trágicas que le permita analizar y encontrar regularidades entre las obra

 Reflexionar sobre las normas que regulan la lengua y el propio uso, según
conceptos y procedimientos adecuados.
 Leer con fluidez y comprensivamente.
 Desarrollar hábitos de lectura, análisis, reflexión y opinión.
 Presentar listas, resúmenes y comentarios críticos de los textos leídos y de otros
materiales utilizados, la planificación y las distintas versiones de sus producciones
para dar cuenta del proceso de elaboración de sus escritos sobre la lectura literaria.
 Participar activamente en las actividades áulicas y extra áulicas.
 Valorar y respetar las opiniones ajenas y el trabajo grupal como una estrategia de
enseñanza- aprendizaje.
 Adquirir hábitos de autodisciplina y responsabilidad frente a las obligaciones
escolares.
 Traer a clase los materiales necesarios para el trabajo áulico.

CONTENIDOS1

EJE 1: COSMOVISIÓN MITICA

Concepto de mito, caracterización, evolución y función. Diferencia con el relato


legendario. El mito en la antigüedad clásica: selección de un corpus mítico.
Lecturas sugeridas: Homero, Odisea (Canto XII) Apolonio de Rodas, Jason y los
argonautas;

El mito y su proyección en la literatura contemporánea: lecturas sugeridas: "EI


silencio de las sirenas" Franz Kafka, "La sirena" Mujica Lainez. “La sirena
inconforme” A Monterroso; JL Borges "Fundación mítica de Buenos Aires"

El mito americano: cosmovisión y paralelos con la antigüedad Clásica. Lecturas


sugeridas: Popol- vuh (fragmentos sobre el diluvio en mitos
universales).Proyección en el relato latinoamericano del mexicano Carlos Fuentes
"Chac Mool".

EJE ll: COSMOVISIÓN ÉPICA

Noción de épica. Origen y evolución. Características compositivas, estructura,


métrica.

Épica española: Cantar de Mio Cid (fragmentos) Contexto de producción, estilo


compositivo.

Visión épica en la literatura argentina gauchesca: Martín Fierro, J


Hernández.(selección de coplas) Contexto de producción, estilo compositivo.
Proyección en cuentos de JL Borges.
El héroe épico en la narrativa contemporánea: JL Borges Hombre de la esquina

rosada, A Bioy Casares, El sueño de los héroes.(fim) Abordaje transversal de

aspectos míticos, épicos y trágicos. El camino del héroe en la narrativa

contemporánea. 2

EJE III "' VISiÓN TRÁGICA

Poesía y teatro de la generación del '98 y de la generación del '27.

Selección de textos poéticos: Antonio Machado, Federico García Lorca, Rafael


Alberti, Miguel Hernández.

La tragedia en Bodas de Sangre, F García Lorca. Origen antecedentes clásicos,


tópicos.

CRITERIOS DE EVALUACIÓN:

Conceptualización y práctica de los aprendizajes.

Responsabilidad con las tareas asignadas.

Participación activa en clase.

Lectura comprensiva e interpretación de textos.

Expresión oral adecuada a la situación comunicativa

INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN

Se evaluarán los progresos y dificultades en forma permanente, registrando lo


observado en cuaderno de comunicaciones y en carpetas.

Se evaluarán:

 habilidades para la comunicación oral y escrita,


 habilidades para el trabajo grupal dominio afectivo e intereses
 Responsabilidad en la entrega en tiempo y forma de los prácticos,
 respeto por la opinión ajena
 disponibilidad para las actividades curriculares y extracurriculares
 respeto por el régimen de convivencia pautado
Se implementarán:

 control de lecturas, prácticos y material solicitado


 Pruebas escritas
 Exposiciones orales

DEFINICION DE MITO, SU HISTORIA, SUS CARACTERISTICAS Y SU


FUNCION.

El mito.- Etimológicamente, la palabra viene del griego μῦθος (mythos). Que hace referencia a un

cuento, fábula o narración. "El mito es una historia de los tiempo primitivos, tenida por verdadera,

que explica y fundamenta los fenómenos del medio ambiente, de la historia, de la sociedad y de la

vida humana". (cit. por Castillo Alma Yolanda, Fernández Rita, Ibarra Irma, Luna Javier.Contexto 1

Español.2OO7).

El mito relata los más antiguos hechos, se elabora para explicar el origen del mundo, de las cosas

y del hombre mismo. “Su intención es edificante o explicativa. Es un material moldeado por la

imaginación y necesidades de la colectividad”. Se le agregan significados a través del tiempo. (cit.

por Pacheco Reynoso Rebeca Ruth, El Mito. 1994).

Mito: “cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo

primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos. Es siempre el relato de una creación, se narra

cómo algo ha sido producido, ha comenzado a ser. En suma, los mitos describen las diversas, y a

veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado (o de lo sobrenatural) en el Mundo”. (cit. por Eliade

Mircea. Mito y realidad. 1991).

Los relatos tradicionales

Se conoce con el nombre de narrativa tradicional al conjunto de relatos que se cuentan de

generación en generación, y que pueden circular de manera oral o por escrito. Por lo general,

presentan las siguientes características:

1.- Tratan sobre hechos, acontecimientos o peripecias que pudieron ser verdaderos o falsos.

2.- La mayoría de los verbos utilizados en esas “obras literarias” están en pasado.

3.- Quien relata los hechos (el narrador) puede ser un personaje.

4.- Casi siempre están escritos en prosa o en versos largos.

5.- Son relatos tradicionales: el Mito, la leyenda, el cuento tradicional, los testimonios históricos y

las memoratas (relatos de sucesos extraordinarios o de apariciones, que cuentan qué les sucedió a

familiares o personas cercanas).

La narrativa tradicional da origen el Mito.


Los Mitos y su historia

Todo mito, cualquiera que sea su naturaleza, enuncia un acontecimiento ocurrido in illo tempore, y
por este hecho constituye un precedente ejemplar para todas las acciones y “situaciones”
venideras que repitan aquel acontecimiento. Todos los rituales, todas las acciones con sentido que
el hombre ejecuta repiten un arquetipo mítico.

El mito reintegra al hombre a una época atemporal, que en realidad es un illud tempus, es decir,
un tiempo auroral. “paradisiaco”. Al realizar un rito cualquiera, el hombre trasciende e tiempo y el
espacio profanos; de la misma manera, al “imitar” un modelo mítico o simplemente al escuchar
ritualmente (es decir, tomando parte en ello) el recitado de un mito, el hombre es arrancado del
devenir profano y vuelve al gran tiempo.

Los mitos son ricos por su contenido, el cual, por ser ejemplar, tiene un sentido, crea algo,
anuncia alguna cosa, etc.

La función de historia ejemplar que los mitos tienen se percibe además en la necesidad que el
hombre arcaico siente de mostrar las “pruebas” del acontecimiento registrado en el mito.

El mito nos ayuda a comprender el sentido que la historia y los “documentos históricos” tenían
parra la mentalidad arcaica. Denuncia la importancia que el hombre primitivo concede a las cosas
que realmente han acontecido, a los acontecimientos que concretamente han tenido lugar en su
entorno. La realidad se adquiere por repetición o participación, repetición de un arquetipo. Se
produce abolición del tiempo profano, de la duración, de la historia y el que reproduce el hecho
ejemplar se ve transportado a la época mítica en la que sobrevino la revelación de esa acción
ejemplar. Esta suspensión del tiempo profano corresponde a una necesidad profunda del hombre
arcaico: no soporta la “historia” y se esfuerza por anularla en forma periódica. Transformación del
hombre en arquetipo mediante la repetición. Por ejemplo los soberanos se consideran como los
imitadores del héroe primordial. Transfiguración de la historia en Mito.

Es frecuente también la mitificación de los personajes históricos. Muchas veces deben luchar con
dragones y serpientes porque son identificados con los señores del lugar, representan la
modalidad preformal del universo. Así los conquistadores deben formar, crear los territorios
ocupados.

En la memoria popular, el recuerdo de un acontecimiento histórico o de un personaje auténtico no


subsiste más de dos o tres siglos. Esto se debe a que funciona por medio de categorías en lugar
de acontecimientos, arquetipos en vez de personajes históricos. El personaje histórico es asimilado
a su modelo mítico (héroe) mientras que el acontecimiento se incluye en la categoría de las
acciones míticas. La memoria colectiva es a histórica. Podría decirse que la memoria popular
restituye al personaje histórico de los tiempos modernos su significación de imitador del arquetipo
y de reproductor de las acciones arquetípicas. A veces ocurre raramente que se tiene la ocasión de
presenciar en vivo la transformación de un acontecimiento en Mito.

Características del tiempo y espacio en los mitos

Tiempo: Los mitos son relatos que se refieren a la actuación memorable y ejemplar de unos
personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano.

Lugar: Los mitos son relatos de las hazañas de las divinidades y héroes que comenzaron a tener
lugar en el mundo antiguo y en civilizaciones primitivas con formas de pensamiento inferiores al
conocimiento científico.
Los mitos, según las definiciones anteriores, tanto en tiempo y lugar, se extienden hasta nuestros
días.

Gente de todas las partes y de todos los tiempos han escuchado y seguirán escuchando con una
diáfana ingenuidad, los relatos, las tradiciones, los mitos y las antiguas crónicas; unas que apenas
soslayaron ojos ávidos y torpes en antiguos códices ideográficos, esotéricos y misteriosos, otras
que aún yacen olvidados en polvosos y húmedos archivos, entre pergaminos carcomidos, en
escritura de tinta desleída y caracteres dibujados por acuciosos monjes y "lenguas" que llegaron al
conocimiento de los dos idiomas que en su tiempo prevalecieron en lo que hoy es América.

Es un relato a través del cual un pueblo o una cultura explica el origen de algo: de los seres
humanos, de un fenómeno natural, de un animal, de una construcción, de un sentimiento, entre
otros temas.

Por lo general, los personajes que aparecen en él son seres, ya sea sobrenaturales o humanos,
con poderes especiales.

A menudo, los tiempos y los espacios pueden resultar indefinidos.

Los Mitos son relatos que han pasado mediante la tradición oral a muchas generaciones y, de esta
forma, han llegado hasta nuestros días. Están estrechamente relacionados con las creencias
religiosas, culturales, filosóficas, sociales y tradicionales de los pueblos que los crearon.

Como parte del desarrollo cultual de la humanidad, encontramos como explicación primigenia del
universo a los Mitos. Depósitos de un saber ancestral ligado íntimamente a la religión, la ciencia,
la filosofía, la historia y la literatura.

Los mitos trascienden el pensamiento común, nacen en las remotas etapas de la tradición oral,
expresión soberana de la tradición, sentir y pensar de un pueblo. Muestras perpetuas en la
escritura llegan hasta nosotros. Fascinante resulta conocer y apreciar al Mito, como manifestación
literaria, que en el hecho educativo encuentra la mas firme fortaleza para dar solidez, al acervo de
conocimientos que llevan a cualquier persona a profundizar, apreciar, valorar y conservar el
patrimonio cultural, que determina su idiosincracia, su sentido nacionalista, el amor y respeto a su
patria.

Clases de mitos

Uno de los primeros intentos de clasificación mitológica lo debemos a Salustio el neoplatónico,


quien en su tratado "Sobre los dioses y el mundo" propuso la existencia de diversos tipos de
mitos: teológicos, físicos, psíquicos, materiales y mixtos.

Mitos teológicos: usados por los filósofos, son "intelectuales" e "incorporales" y pretenden
plasmar la esencia de los dioses.

Mitos físicos: utilizados por los poetas, son los que intentan explicar la forma de operar de los
dioses.

Mitos psíquicos: también usados por los poetas, pretenden explicar las operaciones del alma.

Mitos materiales: son los propios de los legos cuando pretenden comprender la naturaleza de los
dioses y del mundo.
Mitos mixtos: serían los utilizados por los practicantes o maestros de ritos de iniciación.

Actualmente, prácticamente en todos los diccionarios y manuales que tratan el tema de la


mitología realizan la siguiente clasificación:

a. Mitos teogónicos: Relatan el origen y la historia de los dioses. Por ejemplo, Atenea surgiendo
armada de la cabeza de Zeus. A veces, en las sociedades de tipo arcaico, los dioses no son
preexistentes al hombre. Por el contrario, frecuentemente los hombres pueden transformarse en
cosas, en animales y en dioses. Los dioses no siempre son tratados con respeto: están muy
cercanos a los hombres y pueden ser héroes o víctimas de aventuras parecidas a las de los
hombres.

b. Mitos cosmogónicos: Intentan explicar la creación del mundo. Son los más universalmente
extendidos y de los que existe mayor cantidad. A menudo, la tierra, se considera como originada
de un océano primigenio. A veces, una raza de gigantes, como los titanes, desempeña una función
determinante en esta creación; en este caso tales gigantes, que son semidioses, constituyen la
primera población de la tierra. Por su parte, el hombre puede ser creado a partir de cualquier
materia, guijarro o puñado de tierra, a partir de un animal, de una planta o de un árbol. Los
dioses le enseñan a vivir sobre la tierra.

El mito cosmogónico sirve, pues, a los polinesios de modelo arquetípico para todas las
“creaciones”, cualquiera que sea el plano en que tengan lugar: biológico, psicológico, espiritual. La
función principal del mito es fijar los modelos ejemplares de todos los ritos y de todas las acciones
humanas significativas.

”Entre los marind-anim (Nueva Guinea holandesa)- escribe P.Wirz- El mito es, propiamente
hablando, el fundamento tanto de todas las grandes fiestas en las que aparecen actores
enmascarados que representan a los Dema como de los cultos secretos”.

Aparte de los actos estrictamente religiosos, el mito sirve también de modelo a otras acciones
humanas significativas.

El lado interesante del mito cosmogónico polinesio esta precisamente en su aplicación múltiple a
circunstancias que, aparentemente por lo menos, no están en relación inmediata con la “vida
religiosa”.

El mito cosmogónico, además de tener una importante función como modelo y justificación de
todas las acciones humanas, es el arquetipo de todo un conjunto de mitos y de sistemas rituales.
Toda idea de renovación, de “retorno”, de “restauración”. Es cierto que no todos los rituales del
año nuevo o de la “primavera” están explícitamente vinculados a un “mito”; otras veces forman
parte de mitos colaterales en los que el acento no recae sobre la función cosmogónica. Sin
embargo, tomados en conjunto, todos los actos sagrados y todos los “signos” que se actualizan en
el año nuevo o en apertura de la primavera (sean de esencia simbólica o ritual, mítica o
legendaria) presentan una estructura común: con mayor o menor relieve, manifiestan el drama de
la creación.

c. Mitos etiológicos: Explican el origen de los seres y de las cosas; intentan dar una explicación
a las peculiaridades del presente. No constituyen forzosamente un conjunto coherente y a veces
toman la apariencia de fábulas.

d. Mitos escatológicos: Son los que intentan explicar el futuro, el fin del mundo; actualmente,
en nuestras sociedades aún tienen amplia audiencia. Estos mitos comprenden dos clases
principales: los del fin del mundo por el agua, o por el fuego. A menudo tienen un origen
astrológico. La inminencia del fin se anuncia por una mayor frecuencia de eclipses, terremotos, y
toda clase de catástrofes naturales inexplicables, y que aterrorizan a los humanos.

e. Mitos morales: Aparecen en casi todas las sociedades: lucha del bien y del mal, ángeles y
demonio, etc. En definitiva, los inventos y las técnicas particularmente importantes para un grupo
social dado se hallan sacralizadas en un mito. Los ritos periódicos contribuyen a asegurar su
perennidad y constituyen de esta forma una especie de seguro para los hombres. Las fiestas a que
dan lugar son para los hombres ocasión de comunicarse con las fuerzas sobrenaturales y de
asegurarse su benevolencia.

Otra clasificación: El autor contemporáneo Malinowski, desprovisto de compromisos filológico-


helenísticos, presenta otra clasificación:

Mitos de origen

Mitos de muerte y del ciclo periódico de la vida

Mitos de magia

El conjunto de mitos de una cultura dada en un momento histórico concreto, se presenta la


necesidad de aceptar que las mitologías abarcan dimensiones políticas, escatológicas y mágicas,
entre otras. Puede tener sentido entonces la división de un mismo relato sagrado en
subclasificaciones del tipo:

Mitos políticos

Mitos mágicos, etc.

Degradación de los mitos

El mito puede degradarse en leyenda épica, balada o novela o sobrevivir en formas menores-
“supersticiones”, costumbres, nostalgias, etc. Sin perder por ello su estructura ni su alcance.

Las “pruebas”, los sufrimientos, las peregrinaciones del candidato a la iniciación sobreviven en el
relato de los sufrimientos y obstáculos porque tiene que pasar el héroe épico o dramático antes de
alcanzar sus fines.

La novela policiaca de hoy cuenta la lucha entre un criminal y un detective (el “genio malo” y el
“genio bueno”, el dragón y el príncipe encantado de los cuentos, etc.); algunas generaciones
atrás, gustaban más los relatos, por sus matices distintos de afabulación, que se explican por las
distintas operaciones y colores que la sensibilidad popular ha ido teniendo; pero el tema sigue
siendo el mismo.

A cada nuevo paso se hacen más “densos” el conflicto y los personajes dramáticos, se oscurece la
transparencia originaria, y se multiplican las notas específicas del “color local”.
MITO POLINESIO

Al principio, el Universo tenía la forma de un huevo que contenía solo


dos elementos: Te Tumu, un macho, y Te Papa, una hembra.

Pero no seguiría así por siempre. Durante la primera aurora, el


Universo estalló y produjo tres capas superpuestas. Te Tumu y Te Papa,
quienes permanecieron en la capa más baja, crearon a todos los seres
vivientes que hoy conocemos: los hombres, las plantas y los animales.

Pero Te Tumu y Te Papa no eran infalibles. Primero crearon a Matata,


un hombre sin brazos que murió al poco tiempo de ser creado. Después
idearon a Aitu, quien carecía de piernas; también murió. El tercer
hombre era perfecto. Lo llamaron Hoatea que significa “espacio del
cielo”.
Hoatea recibió de manos de sus creadores todo el Universo. No tardó
en darse cuenta de que en esa inmensidad no existía otro ser como él.
Entonces le enviaron a una mujer. Se llamaba Hoatu que significa
“fructuosidad de la tierra”.

Hoatu se convirtió en la mujer de Hoatea y de ellos descendió la raza


humana.

Cuando la capa más baja de la Tierra se llenó de creación, algunas


personas hicieron una abertura en medio de la capa superior para
poder subir. Allí se establecieron y llevaron con ellos las plantas y los
animales.

La vida se multiplicaba vertiginosamente. Tampoco quedaba espacio en


la segunda capa. Entonces levantaron la tercera capa de modo que
formara un techo a la segunda y se establecieron allí también. Así los
seres humanos pudieron disponer de tres superficies.

Por encima de la Tierra estaban los cielos, también superpuestos.


Llegaban hasta abajo y estaban sostenidos por sus respectivos
horizontes. Algunos de ellos se mezclaban con las capas de la Tierra,
por lo que la vida de los hombres era confusa e incómoda. Por eso la
gente siguió trabajando, expandiendo un cielo por encima del otro,
hasta que todo estuvo en orden. (Otañi Gaspar Cosmología y Paldines)

Hesíodo, Teogonía, versos 116-139; 453-459

En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de
todos los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. [En el fondo de la tierra de
anchos caminos existió el tenebroso Tártaro]. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses
inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el
corazón y la sensata voluntad en sus pechos.

Del Caos surgieron Érebro y la negra Noche. De la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a
los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo.

Gea alumbró primera al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera
por todas partes y ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las
grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos
montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato
comercio.

Luego, acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, A
Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la
amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible
de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre.
Dio a luz además a los Cíclopes de soberbio espíritu.

[...]

Rea, entregada a Cronos, tuvo famosos hijos: Histia, Hera de áureas sandalias, el poderoso
Hades que reside bajo la tierra con implacable corazón, el resonante Ennosigeo y el prudente
Zeus, padre de dioses y hombres, por cuyo trueno tiembla la anchurosa tierra.

Hesíodo, Teogonía, versos 116-157.

Traducción de A. Pérez Jiménez y A. Martínez Díez. Hesíodo. Obras y fragmentos. Gredos,


Madrid, 1978.

EL ASCO DEL CIELO (MITO CREACIÓN GUARANÍ-NIVAKLE:


PARAGUAY)
Aquel de allá, el Cielo, Vaíash, antes era la Tierra, Kozjaíat. Pero aquel que ahora está
arriba, en una época tuvo demasiado asco.

Tuvo mucho asco. Se dice que en ese tiempo Vaíash estaba acá abajo, donde ahora
está Kozjaíat. Pero los dos se cambiaron de lugar.

Esto perjudicó a los antiguos hombres que poblaban encima del cielo, porque la Tierra
se cayó sobre ellos, se vino abajo.

Cuando todavía Vaíash estaba aquí abajo, dos mujeres quisieron hacer su necesidad
sobre él, el que ahora está arriba. Por eso existen las dos manchas que se ven al oscurecer.

Son los lugares donde se limpiaron las dos mujeres. Vaíash no pudo soportar el asco
que le produjo pensar que estas dos mujeres no serían las únicas. Que vendrían otros:
hombres, mujeres, niños, papagayos, mulas, serpientes, lagartos, tucanes... Esos seres ya no se
conformarían con tomar de él lo que necesitaban, sino que también dejarían sus suciedades. Y
el asco fue mayor. Esta fue la razón por la que se cambiaron en aquel tiempo pasado.

En cambio, Kozjaíat, la Tierra, no tuvo asco.

-Yo me haré cargo de mis amigos. Porque no me repugnan, estoy dispuesta a quedar
bajo ellos.

Y así sucedió. Se cambiaron de lugar. A los que vivían sobre Vaíash les parecía algo muy
extraño lo que ocurría. Se caían las nubes. Se caían sobre aquellos hombres. Y al subir el Cielo,
resbalaron hacia abajo. Aquí mismo, hacia abajo. Esos hombres se encuentran ahora bajo
nosotros. Resbalaron. Fueron bajo esta tierra.

¡Quién sabe hace cuánto tiempo ocurrió esto!


¡Quién sabe hace cuánto tiempo aquel que estaba arriba era Tierra y el que estaba
abajo era Cielo!

EL DILUVIO A TRAVÉS DE LAS CULTURAS


Los mitos son algo consustancial al género humano, y surgen de forma
totalmente aislada en diversos puntos y momentos de la Historia, siempre
respondiendo a preocupaciones fundamentales. El contacto entre las diversas
culturas los va puliendo, con lo que se acaban alcanzando unas “formas
canónicas” en las que se captan fácilmente orígenes comunes.
Los mitos, en la innovadora visión del psicólogo y psiquiatra
suizo Karl Gustav Jung (1875-1961) son representaciones de los arquetipos.
Según Platón, éstos eran “las ideas inmateriales, perfectas e inmutables,
modelo ideal de las cosas sensibles”, y Berkeley los situaba en la mente divina
antes de la Creación. Jung dio una nueva forma a esta antiquísima idea: “Son
símbolos ancestrales que forman el inconsciente colectivo del hombre y que
se encuentran en toda la mitología universal”. La repetición de los cuentos, los
mitos, las fórmulas mágicas, etc. en las diferentes civilizaciones, prueba que
“real substrato psíquico de los hombres es común a todos ellos en las capas
más íntimas de nuestro inconsciente... porque forman el lenguaje innato de la
psique”.
El análisis concreto de los mitos más habituales nos confirma esta visión
Y el más universal de todos ellos, que hallamos presente en prácticamente
todas las culturas, es el del Diluvio Universal, abstracción extrapoladora de las
grandes inundaciones catastróficas que en todas partes se dan periódicamente.
Incluso algunos divulgadores han pretendido ver en él un recuerdo difuso de
las glaciaciones geológicas.
Los modernos investigadores de la mitología han recopilado más de
cuatrocientos mitos diferentes sobre el Diluvio. El primero por orden
cronológico es el contenido en la Epopeya de Gilgamesh, poema nacional
babilónico. En la mitología babilónica, el equivalente a Noé se
llama Utanapishtin, hombre piadoso que había sido avisado de la proximidad
del desastre por los susurros de las cañas movidas por el viento. Protegido por
el dios Ea, éste le comunica la decisión que otros dioses han tomado, por
inspiración de Enlil, de destruir la humanidad, y le aconseja que construya una
nave con la que podrá escapar a la invasión de las aguas. Así lo
hace Utanapishtin, metiendo en el navío a su familia, sus riquezas y parejas de
animales. Apenas lo había terminado, se soltaron los vientos y el diluvio
durante siete días. A la madrugada del día octavo, el mar recobró la calma, la
nave se posó sobre un monte y Utanapishtin soltó una paloma y una
golondrina, que volvieron al barco por no encontrar otro lugar donde posarse;
más tarde soltó un cuervo que ya no regresó y por último salió Utanapistin,
ofreció un sacrificio y la vida comenzó de nuevo.
Es innecesario subrayar las coincidencias con el relato de la
Biblia, (Génesis, VIII) muy posterior:
Viendo Yahvé cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra...
se arrepintió de haber hecho al hombre... y dijo: 'Voy a exterminar al hombre que
hice de sobre la faz de la tierra; al hombre, a los animales, a los reptiles y hasta
las aves, pues me pesa haberlo hecho‟. Pero Noé halló gracia a los ojos de Yahvé.
Yahvé dijo a Noé: „Hazte un arca de maderas resinosas, divídela en
compartimentos y la calafateas con pez por dentro y por fuera... Entrarás en el
arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos. De todos los animales
meterás en el arca parejas‟. Pasados los siete días, las aguas del diluvio cubrieron
la tierra... y estuvo lloviendo sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches... El
arca flotaba sobre la superficie de las aguas, que cubrieron los montes por debajo
del cielo... Sólo quedaron Noé y los que con él estaban en el arca. Ciento
cincuenta días estuvieron altas las aguas sobre la tierra... Pasados cuarenta días,
abrió Noé la ventana y soltó un cuervo que volando iba y venía... Siete días
después para ver si se habían secado las aguas, soltó una paloma, que como
no hallase donde posarse se volvió al arca... Esperó otros siete días y al cabo de
ellos soltó otra vez la paloma, que volvió a él trayendo en el pico una ramita de
olivo... Siete días después volvió a soltar la paloma que ya no volvió más... y dijo
Yahvé: “Voy a establecer mi pacto con vosotros... y he colocado mi arco en las
nubes.”

Un paralelo inmediato a esta narración figura en la cultura clásica griega,


con el mito griego de Prometeo y su hijo Deucalión. Según los griegos, el
Diluvio duró nueve días y nueve noches, y de él sólo escaparon “los más
justos”, Deucalión y Pirra, en un arca similar a la bíblica. Ovidio, en su primer
libro de las Metamorfosisinicia el relato de la breve historia de los
regeneradores de la humanidad, que inician su dura nueva vida en la Fócida.
En la mitología persa y según el Zend-Avesta, el dios Ahura-
Mazda (Ormuz) ordenó al primer hombre, Yima, que se encerrase en una
fortaleza, en la cumbre de una montaña, con los mejores hombres, animales y
plantas. El resto del mundo fue destruido por el dios del Mal.
En la mitología fenicia, la narración del Diluvio está poco detallada; pero
su recuerdo es tan fuerte que el dios Aleyín, hijo de Baal, propuso que el
dios Kusorabriera un tragaluz en medio del templo (es decir, el mundo) y Baal
abriera una resquebrajadura en las nubes; así las aguas no caerían sobre la
Tierra en cantidad tan grande que produjera un nuevo diluvio, ya que sería
necesario que Baal y Kusor se pusieran de acuerdo.
En la mitología lituana, el dios Praamzis, que gobernaba el Universo, al
contemplar que en la Tierra todo eran guerras e injusticias, decidió hacer un
escarmiento. Para ello envió a dos monstruos, el Agua y el Viento, y entre los
dos cogieron la Tierra, imaginada por los lituanos como un disco, y la
sacudieron durante doce días, acabando con casi todos los hombres. Entonces
se asomó Praamzis para ver el mundo, y tiró las cáscaras de una nuez que
estaba comiendo con el fin de que en ella se refugiasen un puñado de hombres
y de animales que se habían puesto a salvo en la cima de una montaña.
En la mitología celta aparece también el mito del Diluvio e incluso
afirman que después de él la isla de Irlanda fue habitada por una reina maga,
que pereció en unión de todos sus compatriotas antes del desembarco del
príncipe Portholón, que llegó de Grecia con veinticuatro parejas en el año
2700 a. de J. C., y cuyos descendientes tuvieron que luchar con los últimos
gigantes.
En la mitología de la India aparece la leyenda del Diluvio bajo una forma
muy original. Uno de los Manú, dios que preside cada uno de los catorce
largos períodos en que se subdivide la historia de la humanidad, hacía sus
abluciones, cuando entre sus dedos encontró un pececito vivo. Cuando iba a
devolverlo al agua, el animal le rogó que no lo hiciera porque temía ser
devorado por los monstruos del mar. Para protegerle, Manú le colocó en un
tazón con agua. Al día siguiente, el pez había crecido tanto que tuvo que
ponerlo en el jarrón más grande que pudo hallar. Al otro día, el pez se había
desarrollado de tal manera que Manú tuvo que depositarlo en un lago y como
siguiera creciendo, Manú le llevó hasta el mar. Entonces el pez le dijo:
“Dentro de siete días será el Diluvio; enviaré para ti y los sieterichis un gran
barco. Embarcaréis y contigo una pareja de cuantos animales viven en la tierra
y en los aires y una semilla de cada planta. Cogerás a la serpienteVasuki y
atarás con ella el navío a mi cuerpo, y yo te guiaré a través de las aguas”.
Después del Diluvio, Manú fue el padre de la nueva raza humana. Siguen las
coincidencias, incluida la de los siete días, demostradoras de que todos los
relatos proceden de uno solo.
En la mitología egipcia antigua la destrucción de la humanidad primitiva
tomó otra forma: Ra envió contra los hombres su Ojo Divino, encarnado en. la
diosaSekmet, la que realizó una mortandad tan terrible, que para evitar el
exterminio de la raza humana, Ra tuvo que preparar una bebida compuesta de
cerveza, cebada y una sustancia roja que le daba aspecto de
sangre. Sekmet confundió esta bebida con sangre y la ingirió, embriagándose
de tal manera que dejó de matar. EntoncesRa, después de salvar a los
hombres, estableció un pacto con ellos.
En África el mito del Diluvio tiene tantas formas como tribus viven en el
continente negro. En el bajo Congo se cuenta que hace muchos años el Sol
encontró a la Luna y le tiró barro para apagar su brillo. Entonces se produjo un
diluvio y los hombres supervivientes se convirtieron en monos (obsérvese la
curiosa coincidencia con el darwinismo).
En América el mito del Diluvio está todavía más extendido, si ello es
posible, que en los otros continentes. Ya Cristóbal Colón, al tocar el golfo de
Paria en 1498, observó que los indígenas veneraban el que llamaban “árbol de
la vida” (¡otra coincidencia con la Biblia!). Según ellos, de sus frutos había
vuelto a nacer el género humano después de ser destruido por un gran diluvio,
del que sólo se salvaron un hombre y una mujer. Un “árbol de la
inmortalidad” similar existía en México.
Cuenta la leyenda de los algonquines que un día el dios Michabó se
metió en el agua para salvar a sus perros que habían quedado aprisionados en
el fango. Las aguas se desbordaron y cubrieron la tierra. Para rehacer la
tierra, Michabó encargó al cuervo que le buscase un pedazo de arcilla, pero el
cuervo no lo trajo. Después envió a una nutria, pero ella volvió de su
zambullida sin traer nada. Por último envió a una rata almizclera, que le trajo
un poco de tierra. Los hombres que repoblaron el mundo son los hijos
de Michabó y la rata almizclera.
Según los indios de California, un diluvio cubrió todas las montañas e
hizo perecer a todos los hombres menos a los que se habían refugiado en el
pico del monte Bonsald.
Las mitologías de la Melanesia son muy curiosas. Según las tribus narri-
ñeri de Australia, el dios creador formó al hombre de excrementos y los
modeló como estatuas sin vida y luego, para infundirles la vida, les hizo
cosquillas, porque la risa es el símbolo de la vitalidad (compárese con el
episodio de la creación de Adán en la Biblia). Su mito referente al Diluvio
dice que todas las aguas del mundo habían sido tragadas por una rana, pero
una anguila la hizo reír y abrió la boca, con lo que las aguas se precipitaron
sobre la tierra causando una gran inundación. En otras mitologías oceánicas el
Diluvio fue un castigo impuesto al hombre por haber dado muerte a un
monstruo marino.
Terminemos recordando el mito tal como lo narran en Malasia. Según
los malayos, la creación de la tierra molestó a un dios que existía
anteriormente y que se irritó, destruyéndola. El creador reconstruyó la tierra
tomando precauciones para que el dios anterior a la humanidad no se irritara,
pero cuando se enfada se producen los frecuentes terremotos oceánicos.

(Más información en Los grandes mitos, por P. Hernández,


Editorial Bruguera, Barcelona, 1971.)

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