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El 

Tabernáculo o Santuario, (en hebreo, ‫שכָּן‬ְׁ ‫ ִמ‬, Mishkán, literalmente «morada»), según


el Tanaj, fue el santuario móvil construido por los israelitas bajo las instrucciones dadas
por Dios a Moisés en el Monte Sinaí.[2] No debe ser confundido con el Templo de
Jerusalén o también conocido como el Templo de Salomón, construido en el siglo X a.C.[3]

El Tabernáculo fue construido por los hebreos en el desierto de Sinaí tras el otorgamiento de la Ley mosaica.
Grabado europeo, siglo XVII.[1]

Modelo del Tabernáculo de los hebreos, mostrando el "Santo" y, tras los cortinajes, el "Santo de los Santos".

Planta del Tabernáculo.


Sacerdotes israelitas e implementos del Tabernáculo, incluyendo el Arca de la Alianza y la Menorá.

El Tabernáculo es también conocido como Tienda del Encuentro y fue un santuario


itenerario dedicado a Yahveh (Jehová).[4] [5] Constituye el primer ejemplo de articulación
de espacios sacros en la cultura hebrea, involucrando a su vez a las primeras creaciones
simbólicas del arte judío con un carácter litúrgico monoteísta.[6]
Se lo ha denominado el "Santuario Terrenal" (Éxodo 25:8) y, según interpretación
del cristianismo, se lo compara y contrasta con el "Santuario Celestial" de la Biblia
cristiana.[7]
DescripciónEditar
Las instrucciones para la elaboración del Tabernáculo, sus implementos y utensilios, así
como también las vestimentas del Sumo Sacerdote de Israel son detalladas en el Libro de
Éxodo, capítulos 25-31.[8]
El tabernáculo era un espacio rectangular de 30 codos de largo (unos 13 metros) y 10 de
ancho y de altura (unos 4 metros). Tenía dos divisiones:
 El Lugar Santo (heb. Makóm Kadósh), de 20 codos de largo, que contenía el candelabro de
siete brazos (Menorá), la mesa de los panes de la proposición y el altar donde se quemaban
los perfumes e inciensos.
 El Lugar Santísimo o Sanctasanctórum (heb. Kodesh ha-Kodashím) era donde se
preservaba el Arca de la Alianza (conocida también como "Arca del Pacto" o "Arca del
Convenio") y donde se custodiaban las reliquias del Éxodo, es decir, las Tablas de la Ley, la
vara de Aarón y el maná.

Un velo precioso suspendido de cuatro columnas de madera cubiertas de láminas de oro


que separaba al Lugar Santo del Lugar Santísimo.
El espacio que rodeaba el tabernáculo se llamaba atrio. En este, frente a la puerta del
Tabernáculo, estaba el Altar de los holocaustos, donde se quemaba la carne de los animales
sacrificados como ofrenda. Había además un gran recipiente lleno de agua y llamado fuente
de bronce, en donde los sacerdotes se lavaban las manos y los pies antes de ejercer las
funciones de su ministerio. El Tabernáculo poseía un atrio donde se ubicaban quienes
acudían a adorar a Dios, ya fuesen o no originariamente parte de las Tribus de Israel.
FiestaEditar
Artículo principal: Sucot

La fiesta de los tabernáculos, llamada en hebreo "Sucot", es una de las principales


solemnidades de los israelitas. Se celebra en el mes de Tishréi y dura siete días, durante los
cuales se habita bajo tiendas y enramadas en memoria del tiempo en que los israelitas
habían vivido bajo ellas, antes de entrar en la Tierra Prometida.[

También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de
obra primorosa, con querubines; y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera
de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata. Y pondrás
el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del
testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo.
Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo.' (Éxodo
26:31-34).

El lugar santísimo era la cámara más interior de la morada y verdadero


corazón de la misma. En un sentido todo lo demás, atrio y lugar santo, convergía
en este punto, de manera que sin el lugar santísimo el resto del tabernáculo
carecería de sentido. Estaba separado del lugar santo por un velo, teniendo unas
dimensiones de 6 x 6 metros.

Dentro del lugar santísimo estaba el arca y el propiciatorio formando un conjunto,


aunque el autor de la carta a los Hebreos añade que en ese recinto también había
un incensario de oro (Hebreos 9:4), que era el usado por el sumo sacerdote el día
de la expiación (Levítico 16:12).

Todo lo dicho sobre la idea de santidad en la sección del lugar santo es aplicable
aquí, pero con mayor motivo, pues no en vano estamos en el 'santo de los santos',
según la hipérbole hebrea que designa lo más santo.

Solamente una vez al año, el día de la expiación, el sumo sacerdote penetraba en


este recinto para efectuar la ceremonia más importante de todas. Por lo tanto, en
este reducido recinto estaban concentradas, por así decirlo, las grandes
cuestiones que daban razón de ser a todo el tabernáculo. Allí estaba la noción de
santidad en su grado más excelso, reflejada en el arca del pacto y la noción de
gloria, reflejada en los querubines que en el velo, en el techo y en el propiciatorio
se hacían presentes. Una santidad y una gloria inefables. No parece que el lugar
santísimo fuera el sitio más apropiado para la comunión con el ser humano,
porque gloria y santidad están reñidas irreconciliablemente con lo mortal y
pecaminoso. Y sin embargo, si ha de haber comunión verdadera, ése es el lugar
donde ha de producirse, ya que es el lugar de la presencia de Dios en toda su
plenitud. Santidad, gloria, comunión, pecado... ¿cómo reconciliarlo? La expiación,
en su doble vertiente, es la respuesta a esa penetrante pregunta.

La ceremonia descrita en Levítico 16, donde la palabra expiar es la clave de ese


capítulo, es lo que hace posible lo que de otra manera sería imposible. John
Owens en su Exposición a la epístola a los Hebreos señala cuatro grandes
nociones que están presentes en la misma:

    - Una ofensa, crimen, culpa o deuda que ha de ser quitada.

    - Una persona ofendida, que ha de ser pacificada, propiciada.

    - Una persona ofensora, que ha de ser perdonada, aceptada.

    - Un sacrificio, que efectúe la expiación.

Seguramente, el aspecto más problemático y difícil de aceptar por muchos


actualmente sería el segundo punto, es decir, que Dios necesite ser propiciado, ya
que si él es amor no puede demandar ningún tipo de compensación. En la raíz de
esta dificultad está el hecho de negar que en Dios exista ira. Sin embargo, la
Escritura una y otra vez, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, señala
tal cualidad en Dios. Por lo tanto, Dios ha de ser propiciado y para ello hace falta
que su perfecta justicia quede plenamente satisfecha, algo que es realizado
mediante la introducción de la sangre en el lugar santísimo y su esparcimiento
sobre el propiciatorio, que de ser un trono de juicio y condenación se convierte en
trono de gracia. Así pues, lejos de ser antagónicos, propiciación y amor son
complementarios, ya que la propiciación no es hecha por una tercera parte, sino
por la misma parte que ha sido ofendida, esto es Dios, quien es propiciado por la
ofrenda de su Hijo.

Este cambio ha sido posible gracias a la sustitución que Dios mismo ha provisto, al
disponer y aceptar que una víctima inocente cargue con la culpa y el castigo del
pecador. La idea de sustitución está presente en Isaías 53, donde el Siervo lleva
sobre sí los sufrimientos del pueblo (4), sus rebeliones, pecados y castigo (5). La
expresión 'llevar' aparece dos veces en conexión con las iniquidades (11) y el
pecado (12). La inocencia de este Siervo que le capacita para ser sustituto queda
expresada también (9).
En el libro de Apocalipsis aparece el verdadero lugar santísimo, cuando en el
capítulo 4 Juan es arrebatado hasta un lugar en el cielo donde hay un trono
establecido. Ese trono y el que en el mismo se sienta va a ser una de las líneas
motrices del libro, quedando especificado que hay un altar de oro, donde se
quema el incienso, que está delante del trono (Apocalipsis 8:3). Es un lugar de
adoración y reverencia.

Para entender el concepto de lo santo en el Antiguo Testamento es preciso captar


el significado de su antónimo. Contrariamente a lo que a primera vista pareciera, lo
opuesto a lo santo no es lo impuro primordialmente, sino lo profano. Pero antes de
nada hay que aclarar lo que la Escritura entiende por profano. Hay una expresión
muy común en nuestros días que dice más o menos así: 'Soy un profano en la
materia', mediante la cual se da a entender que alguien no es un entendido o
experto en tal o cual actividad, todo lo más un aficionado. Pero el significado de lo
profano en la Biblia va por otro lado, siendo la escena de 1 Samuel 21:1-6 la que
describe bien las dos esferas en oposición: santo-profano. Allí vemos cómo ante la
petición de David al sacerdote por alimento, éste le contesta que no tiene a la
mano 'pan común' sino solamente 'pan sagrado'. La palabra 'común' es
exactamente la palabra profano, es decir, corriente. Es lo que pertenece a la
esfera de lo normal, no teniendo en principio una acepción negativa ese término.
Sin embargo, el sacerdote le dice a David que tiene a mano 'pan sagrado' o santo,
refiriéndose al pan de la proposición, que estaba reservado para el servicio de
Dios. Por lo tanto ya tenemos aquí una comparación que nos sirve para delimitar
ambas esferas: lo profano pertenece al ámbito de lo corriente, de lo normal; lo
santo pertenece al ámbito de lo apartado para Dios. Por lo tanto, se trata de otro
nivel, cualitativamente hablando. No es extraño que a Esaú se le califique como
profano (Hebreos 12:16), porque tomó algo sagrado, como era la primogenitura,
como si fuera una cosa corriente, hasta el punto de intercambiarla por un plato de
comida.

El lugar santísimo es pues todo lo opuesto a un lugar común, por eso no se puede
entrar allí cualquiera de cualquier forma. Si el que habita ese recinto es Santo por
excelencia, quiere decirse que nada profano puede tener comunión con él.
Solamente lo que está en consonancia con esa naturaleza de santidad puede.
Ahora bien, alguien profano no puede elevarse a sí mismo a la esfera de lo santo.
Ese intento está condenado al fracaso, porque nadie puede por sí cambiar su
naturaleza. Si a esa imposibilidad que lo profano contiene le añadimos además el
formidable obstáculo adicional que lo pecaminoso le ha añadido, entonces nos
damos cuenta de que estamos ante algo que supera todas nuestras capacidades.
Pero aquí es donde viene Dios mismo en nuestro auxilio para procurarnos lo que
nosotros no podemos hacer. Y eso lo hace mediante el día de la expiación,
cuando lo profano, que además está contaminado por el pecado, es santificado.

Para darnos cabal cuenta de la diferencia entre el estado pecaminoso adquirido,


con el que nosotros nos acercamos al tabernáculo, y el estado de santidad exigido
por Dios, nada mejor que ver la naturaleza del pecado. Al comprarlo con la
santidad, captaremos la grandeza de la obra que Dios ha hecho en el tabernáculo.
Para ello vamos a detenernos a estudiar ese concepto que se denomina pecado, y
al hacerlo, veremos la extraordinaria multiformidad y profundidad de su naturaleza.

Términos hebreos en el Antiguo Testamento:

 Jata'. Este término y sus derivados aparecen casi mil veces en el Antiguo
Testamento. Su traducción al español más común es pecado, pero el
significado esencial de la raíz gramatical es errar la norma. Eso se puede
aplicar a las relaciones humanas, pero también se puede aplicar a la
relación con Dios, como cuando se cataloga de esa manera el pecado de
Jeroboam y el de los reyes que siguieron sus pisadas (1 Reyes 14:26). En
la catarata de improperios que Isaías lanza contra Israel, nada más
comenzar su libro, el primero que aparece es precisamente el que estamos
considerando (Isaías 1:4).  Aunque no sólo Israel, la humanidad en su
conjunto desde Adán en adelante, se ha quedado corta de la norma que
Dios ha mandado.

 Avon. La raíz gramatical de esta palabra procede de torcer, de ahí que este
término signifique torcer o retorcer la norma, es decir, pervertir lo que es
recto. Es un aspecto del pecado muy corriente, en el que para auto-
justificarme manipulo la ley para que ésta diga lo que yo quiero que diga. Es
el pecado del que Dios acusa a los amorreos en Génesis 15:6, quienes
cuatro generaciones después de Abraham llevarán su maldad al colmo,
cuando Israel entre en Canaán y se encuentre con todo tipo de
abominaciones en las que las normas morales más elementales de equidad
y justicia han sido pervertidas por los cananeos.

 Pesha. Si jata' significa errar o quedarse corta de la norma y avon significa


torcer la norma, pesha' significa rebelión contra la norma. La idea
fundamental de esta palabra es rechazo de la autoridad. En las
acusaciones de los dos primeros capítulos de Amós, esta faceta aparece
entre los pecados cometidos por las naciones no israelitas contra otros
pueblos, pero, sorprendentemente, el pueblo de Israel es el único al que se
le acusa de este pecado no en términos horizontales sino verticales, es
decir contra Dios. Cuando David expresa su dolor en el Salmo 51 por su
pecado, usa al inicio del mismo, los tres conceptos vistos hasta
ahora: jata', avon y pesha en los versículos 2 y 3. Así que David ve su
pecado como una rebelión abierta contra Dios y su ley, como una maldad
en la que ha intentado retorcer lo justo para aparentar inocencia y como un
pecado que se ha quedado corto de esa ley.

 Ra'. Mal es el significado de este término y su opuesto sería bien o bueno,


como en Proverbios 15:3. Tiene un alcance amplio, refiriéndose en
ocasiones al mal o calamidad que puede golpearnos en la vida (Salmo
34:19), pero también al mal que tiene una componente moral (Salmo 140:2)
y que nosotros mismos ejecutamos deliberadamente. La expresión 'hizo lo
malo ante los ojos del Señor' se repite una y otra vez en los libros
históricos, como resumen evaluador del reinado de bastantes reyes de
Israel y la base de su condenación. Aquel cuya vida se caracteriza por la
maldad tiene un futuro siniestro si no cambia, pues Dios mismo está contra
él (Isaías 31:2).

 Rasha'. Este vocablo, que significa maldad, se usa en ciertas ocasiones


como el antónimo de tsedeq (justicia), especialmente en el libro de
Proverbios donde ese paralelismo antitético, justo-malvado, aparece unas
40 veces. También existe un contraste similar en las palabras arameas
equivalentes. El Salmo 1 compara al justo con el malvado y los distintos
fines que aguardan a uno y a otro. En la Biblia se describe al malvado como
violador de los derechos del prójimo, avaricioso, opresor, maquinador y
dispuesto a todo, con tal de conseguir sus fines. En resumen, el malvado es
una amenaza para la comunidad.

 Asham. El significado básico es culpabilidad, el cual está íntimamente


ligado a castigo, de ahí que ambas ideas estén presentes en muchos
ejemplos en los que esta palabra aparece en el Antiguo Testamento.
En Génesis 26:10 se encuentra en el pasaje donde Abimelec reprende a
Abraham por no decirle que Sara es su esposa, lo cual podría haber traído
culpa sobre cualquiera que se hubiera unido a ella. Esta es la palabra que
se usa en Isaías 53:10, cuando se afirma que Jesús pondrá su vida en
expiación (ofrenda por la culpa) del pecado. De manera
que asham describe tanto la culpa como la ofrenda por la culpa. Algo
similar a lo que sucede con jata', que significa tanto pecado como ofrenda
por el pecado.

 'Avla. Maimónides comentando esta palabra la traduce acertadamente


como tortuosidad. Y ciertamente su significado básico es desviarse de lo
recto. Lo tortuoso se usa para describir la parcialidad en el juicio (Levítico
19.15), el comercio deshonesto (Deuteronomio 25,16), el asesinato (2
Samuel 3:34), la opresión (2 Samuel 7:10) o las palabras viciadas (Job
27:4). En una ocasión se contrasta este término con la rectitud de Dios
(Salmo 92:15).

 Ta'ah. Probablemente el pasaje más famoso donde esta palabra aparece


sea Isaías 53:6, en el que se nos describe como ovejas descarriadas. Y
efectivamente ése sería el significado de la palabra, si bien con la
agravante de que no se trata de un descarrío inconsciente sino consciente.

 Shagag. El término significa vagar, andar perdido, de ahí que en algunas


ocasiones se traduzca como yerro, en el sentido de pecado de ignorancia o
inadvertencia, como en Levítico 4:2,22,27. Esto significaría que shagag no
es una acepción de pecado que contenga las componentes de perversidad
que otras acepciones tienen. Sin embargo, hay que tener cuidado para no
interpretar todos los textos por ese mismo bajo perfil, porque en otras
ocasiones se deja claro que se trata de algo malo deliberadamente
escogido, no simplemente por debilidad o error, como es el caso de Saúl
en 1 Samuel 26:21.

 Sherirut. De las 10 veces que aparece este término 8 están en Jeremías.


Significa terquedad u obstinación y está asociado con un estado de la
mente y del corazón, como en Jeremías 7:24 donde el pueblo rechaza
responder a las amonestaciones de Dios.

 Tamé. La idea que preside este vocablo y sus derivados es la de suciedad


o impureza y se puede referir tanto a la impureza ceremonial como a la
moral. En Levítico 11 al 15 encontramos la mayor parte de las ordenanzas
que tienen que ver con el primer tipo. Los profetas usarán la ilustración de
la impureza legal o ceremonial como símbolo de la moral, acusando una y
otra vez a Israel de estar contaminado por ella (Ezequiel 36:17). No
solamente Israel, cada uno de nosotros estamos también ensuciados por la
misma (Isaías 6:5), siendo nuestros mejores méritos comparados a trapos
sucios (Isaías 64:6).

 Peti. Kesil. Evil. Nabal. Hay una serie de términos que aparecen


especialmente en el libro de Proverbios y que son lo opuesto a la sensatez,
sabiduría, prudencia, etc. Significan insensatez, necedad, locura, etc.
Denotan esa cualidad del pecado por la que éste mismo se pone en
evidencia, al quedar patente la estupidez que le es congénita.

Después de esta larga, aunque resumida, colección de vocablos hebreos que


tienen que ver con la palabra pecado, resulta fácil entender la grandeza de la
expiación que Cristo ha efectuado en el santuario celestial (Hebreos 9:24) al llevar
nuestros pecados, con todas sus taras, ramificaciones, monstruosidades y
consecuencias terribles, sobre sí. No es extraño que a esa salvación se la califique
de grande (Hebreos 2:3) y se nos amoneste a tomárnosla en serio.

Pregunta: "¿Qué era el lugar santísimo?"

Respuesta: El sitio conocido como el lugar santísimo, era el área más oculta y más
sagrada del antiguo tabernáculo de Moisés y del templo de Jerusalén. El lugar santísimo
fue construido como un cubo perfecto. Sólo contenía el arca del pacto, el símbolo de la
relación especial de Israel con Dios. Únicamente el sumo sacerdote israelita podía
acceder al lugar santísimo. Una vez al año, en Yom Kipur, el día de la expiación, el sumo
sacerdote estaba autorizado para entrar en el pequeño recinto, sin ventanas para
quemar incienso y rociar la sangre de un animal sacrificado sobre el propiciatorio del
arca. Al hacerlo, el sumo sacerdote expiaba sus propios pecados y los del pueblo. El
lugar santísimo estaba separado del resto del tabernáculo / templo por el velo, un
enorme y pesado velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, y bordado con querubines
de oro.

Dios dijo que Él aparecería en el lugar santísimo (Levítico 16:2); por lo tanto, se
necesitaba el velo. Existe una barrera entre el hombre y Dios. Nadie podía tener acceso
a la santidad de Dios, excepto el sumo sacerdote, y sólo una vez al año. "Muy limpio eres
de ojos para ver el mal" (Habacuc 1:13), y Dios no puede tolerar el pecado. El velo y los
elaborados rituales realizados por el sacerdote, eran un recordatorio de que el hombre
no podía entrar a la majestuosa presencia de Dios de manera descuidada o irreverente.
Antes que el sumo sacerdote entrara en el lugar santísimo en el día de la expiación,
tenía que lavarse, ponerse una ropa especial, traer incienso quemado para que el humo
cubriera sus ojos y no viera directamente a Dios, y traer sangre sacrificial con él, para
hacer expiación por los pecados (Éxodo 28; Levítico 16; Hebreos 9:7).

La importancia del lugar santísimo para los cristianos, se encuentra en los


acontecimientos que rodearon la crucifixión de Cristo. Cuando Jesús murió, algo
increíble sucedió: "Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo" (Mateo 27:50-51a). El velo
no fue rasgado en dos por ningún hombre. Fue un acontecimiento sobrenatural hecho
por el poder de Dios para decir algo importante: a causa de la muerte de Cristo en la
cruz, el hombre ya no estaba separado de Dios. El sistema del templo del antiguo
testamento quedo obsoleto cuando el nuevo pacto fue ratificado. Ya no tenemos que
depender de los sacerdotes para que realicen sacrificios una vez al año en nuestro favor.
El cuerpo de Cristo fue "rasgado" en la cruz, así como el velo fue rasgado en el templo, y
ahora tenemos acceso a Dios a través de Jesús: "Así que, hermanos, teniendo libertad
para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo
que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne" (Hebreos 10:19-20).

El sacrificio de Cristo una vez y para siempre, acabó con la necesidad de sacrificios
anuales, que nunca podían quitar los pecados (Hebreos 10:11). Esos sacrificios eran
simplemente una tipología del sacrificio perfecto venidero, el del cordero santo de Dios,
sacrificado por los pecados del mundo (Juan 1:29). El lugar santísimo, la misma
presencia de Dios, ahora está disponible a todos los que vienen a Cristo en la fe. Donde
antes había una barrera imponente custodiada por querubines, Dios ha abierto un
camino por la sangre que Su hijo derramó

l Tabernáculo – Lugar Santísimo


 Dannylecv

hace 4 años

EL LUGAR SANTÍSIMO – (Éxodo 26:31-33; 36:35-36; Hebreos


9:1-5)

 Introducción:

Separado del Lugar Santo por una hermosa cortina, llamada velo; este era
el trabajo mas delicado de toda la estructura oro, bordados primorosos, es
el punto principal del tabernáculo, era la cámara de la presencia de Dios,
visitada solamente una vez al año, en el día de la expiación, en
representación del pueblo para reconciliación de sus pecados. Es la
profunda comunión del alma con Dios.

El lugar santísimo era la cámara más interior de la morada y verdadero


corazón de la misma. En un sentido todo lo demás, atrio y lugar santo,
convergía en este punto, de manera que sin el lugar santísimo el resto del
tabernáculo carecería de sentido. Estaba separado del lugar santo por un
velo, teniendo unas dimensiones de 6 x 6 metros.

Dentro del lugar santísimo estaba el arca y el propiciatorio formando un


conjunto, aunque el autor de la carta a los Hebreos añade que en ese
recinto también había un incensario de oro (Hebreos 9:4), que era el
usado por el sumo sacerdote el día de la expiación/Yom Kippur (Levítico
16:12).

Todo lo dicho sobre la idea de santidad en la sección del lugar santo es


aplicable aquí, pero con mayor motivo, pues no en vano estamos en el
“santo de los santos“, según la hipérbole hebrea que designa lo más santo.

Solamente una vez al año, el día de la expiación, el sumo sacerdote


penetraba en este recinto para efectuar la ceremonia más importante de
todas. Por lo tanto, en este reducido recinto estaban concentradas, por así
decirlo, las grandes cuestiones que daban razón de ser a todo el
tabernáculo.

Allí estaba la noción de santidad en su grado más excelso, reflejada en el


arca del pacto y la noción de gloria, reflejada en los querubines que en el
velo, en el techo y en el propiciatorio se hacían presentes.

Una santidad y una gloria inefables. No parece que el lugar santísimo


fuera el sitio más apropiado para la comunión con el ser humano, porque
gloria y santidad están reñidas irreconciliablemente con lo mortal y
pecaminoso. Y sin embargo, si ha de haber comunión verdadera, ése es el
lugar donde ha de producirse, ya que es el lugar de la presencia de Dios en
toda su plenitud. Santidad, gloria, comunión, pecado… ¿cómo
reconciliarlo? La expiación, en su doble vertiente, es la respuesta a esa
penetrante pregunta.

 
La ceremonia descrita en Levítico 16, donde la palabra expiar es la clave
de ese capítulo, es lo que hace posible lo que de otra manera sería
imposible.

John Owen en su libro “Exposición a la epístola a los Hebreos” señala


cuatro grandes nociones que están presentes en la misma:

– Una ofensa, crimen, culpa o deuda que ha de ser quitada.

– Una persona ofendida, que ha de ser pacificada, propiciada.

– Una persona ofensora, que ha de ser perdonada, aceptada.

– Un sacrificio, que efectúe la expiación.

Seguramente, el aspecto más problemático y difícil de aceptar por muchos


actualmente sería el segundo punto, es decir, que Dios necesite ser
propiciado, ya que si él es amor no puede demandar ningún tipo de
compensación.

En la raíz de esta dificultad está el hecho de negar que en Dios exista ira.
Sin embargo, la Escritura una y otra vez, tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento, señala tal cualidad y atributo en Dios.

Por lo tanto, Dios ha de ser propiciado y para ello hace falta que su
perfecta justicia quede plenamente satisfecha, algo que es realizado
mediante la introducción de la sangre en el lugar santísimo y su
esparcimiento sobre el propiciatorio, que de ser un trono de juicio y
condenación se convierte en trono de gracia.

Así pues, lejos de ser antagónicos, propiciación y amor son


complementarios, ya que la propiciación no es hecha por una tercera
parte, sino por la misma parte que ha sido ofendida, esto es Dios, quien es

propiciado por la ofrenda de Su Hijo.

Este cambio ha sido posible gracias a la sustitución que Dios mismo ha


provisto, al disponer y aceptar que una víctima inocente cargue con la
culpa y el castigo del pecador. La idea de sustitución está presente en
Isaías 53, donde el Siervo lleva sobre sí los sufrimientos del pueblo, sus
rebeliones, pecados y castigo. La expresión “llevar” aparece dos veces en
conexión con las iniquidades y el pecado. La inocencia de este Siervo que
le capacita para ser sustituto queda expresada también.

En el libro de Apocalipsis aparece el verdadero lugar santísimo, cuando en


el capítulo 4 Juan es arrebatado hasta un lugar en el cielo donde hay un
trono establecido. Ese trono y el que en el mismo se sienta va a ser una de
las líneas motrices del libro, quedando especificado que hay un altar de
oro, donde se quema el incienso, que está delante del trono (Apocalipsis
8:3). Es un lugar de adoración y reverencia.

Para entender el concepto de lo santo en el Antiguo Testamento es preciso


captar el significado de su antónimo. Contrariamente a lo que a primera
vista pareciera, lo opuesto a lo santo no es lo impuro primordialmente,
sino lo profano. Pero antes de nada hay que aclarar lo que la Escritura
entiende por profano.

Hay una expresión muy común en nuestros días que dice más o menos
así:

“Soy un profano en la materia“

Mediante la cual se da a entender que alguien no es un entendido o


experto en tal o cual actividad, todo lo más un aficionado. Pero el
significado de lo profano en la Biblia va por otro lado, siendo la escena de
1 Samuel 21:1-6 la que describe bien las dos esferas en oposición: santo-

profano. 

Allí vemos cómo ante la petición de David al sacerdote por alimento, éste
le contesta que no tiene a la mano “pan común” sino solamente “pan
sagrado“. La palabra “común – ‫ ”חיל‬es exactamente la palabra profano, es
decir, corriente.

Es lo que pertenece a la esfera de lo normal, no teniendo en principio una


acepción negativa ese término. Sin embargo, el sacerdote le dice a David
que tiene a mano “pan sagrado” o santo, refiriéndose al pan de la
proposición, que estaba reservado para el servicio de Dios.

Por lo tanto ya tenemos aquí una comparación que nos sirve para
delimitar ambas esferas:

Lo profano pertenece al ámbito de lo corriente, de lo normal; lo santo


pertenece al ámbito de lo apartado para Dios. Por lo tanto, se trata de
otro nivel, cualitativamente hablando. No es extraño que a Esaú se le
califique como profano (Hebreos 12:16), porque tomó algo sagrado,
como era la primogenitura, como si fuera una cosa corriente, hasta el
punto de intercambiarla por un plato de comida.
El lugar santísimo es pues todo lo opuesto a un lugar común, por eso no se
puede entrar allí cualquiera de cualquier forma. Si el que habita ese
recinto es Santo por excelencia, quiere decirse que nada profano puede
tener comunión con él. Solamente lo que está en consonancia con esa
naturaleza de santidad puede.

Ahora bien, alguien profano no puede elevarse a sí mismo a la esfera de lo


santo. Ese intento está condenado al fracaso, porque nadie puede por sí
cambiar su naturaleza. Si a esa imposibilidad que lo profano contiene le
añadimos además el formidable obstáculo adicional que lo pecaminoso le
ha añadido, entonces nos damos cuenta de que estamos ante algo que
supera todas nuestras capacidades. Pero aquí es donde viene Dios mismo
en nuestro auxilio para procurarnos lo que nosotros no podemos hacer. Y
eso lo hace mediante el día de la expiación, cuando lo profano, que
además está contaminado por el pecado, es santificado.

Para darnos cabal cuenta de la diferencia entre el estado pecaminoso


adquirido, con el que nosotros nos acercamos al tabernáculo, y el estado
de santidad exigido por Dios, nada mejor que ver la naturaleza del pecado.
Al comprarlo con la santidad, captaremos la grandeza de la obra que Dios
ha hecho en el tabernáculo. Para ello vamos a detenernos a estudiar ese
concepto que se denomina pecado, y al hacerlo, veremos la extraordinaria
multiformidad y profundidad de su naturaleza.

–  Términos hebreos en el Antiguo Testamento:

 Jata – heb. ‫–חֲטָ ָאה‬ Este término y sus derivados aparecen casi mil


veces en el Antiguo Testamento. Su traducción al español más
común es pecado, pero el significado esencial de la raíz gramatical
es errar la norma. Eso se puede aplicar a las relaciones humanas,
pero también se puede aplicar a la relación con Dios, como
cuando se cataloga de esa manera el pecado de Jeroboam y el de
los reyes que siguieron sus pisadas (1 Reyes 14:26). En la catarata
de improperios que Isaías lanza contra Israel, nada más comenzar
su libro, el primero que aparece es precisamente el que estamos
considerando (Isaías 1:4).  Aunque no sólo Israel, la humanidad
en su conjunto desde Adán en adelante, se ha quedado corta de la
norma que Dios ha mandado.
 Avon – heb.‫עָוֹון‬ – La raíz gramatical de esta palabra procede de
torcer, de ahí que este término signifique torcer o retorcer la
norma, es decir, pervertir lo que es recto. Es un aspecto del
pecado muy corriente, en el que para auto-justificarme manipulo
la ley para que ésta diga lo que yo quiero que diga. Es el pecado
del que Dios acusa a los amorreos en Génesis 15:6, quienes cuatro
generaciones después de Abraham llevarán su maldad al colmo,
cuando Israel entre en Canaán y se encuentre con todo tipo de
abominaciones en las que las normas morales más elementales de
equidad y justicia han sido pervertidas por los cananeos.
 Pesha – heb.‫ ֶּ֫פשַׁ ע‬ – Si jata’ significa errar o quedarse corta de la
norma y avon significa torcer la norma, pesha’ significa rebelión
contra la norma. La idea fundamental de esta palabra es rechazo
de la autoridad. En las acusaciones de los dos primeros capítulos
de Amós, esta faceta aparece entre los pecados cometidos por las
naciones no israelitas contra otros pueblos, pero,
sorprendentemente, el pueblo de Israel es el único al que se le
acusa de este pecado no en términos horizontales sino verticales,
es decir contra Dios. Cuando David expresa su dolor en el Salmo
51 por su pecado, usa al inicio del mismo, los tres conceptos vistos
hasta ahora: jata’, avon y pesha en los versículos 2 y 3. Así que
David ve su pecado como una rebelión abierta contra Dios y su
ley, como una maldad en la que ha intentado retorcer lo justo
para aparentar inocencia y como un pecado que se ha quedado
corto de esa ley.
 Ra – heb.‫רע‬ –ָ  Mal es el significado de este término y su opuesto
sería bien o bueno, como en Proverbios 15:3. Tiene un alcance
amplio, refiriéndose en ocasiones al mal o calamidad que puede
golpearnos en la vida (Salmo 34:19), pero también al mal que
tiene una componente moral (Salmo 140:2) y que nosotros
mismos ejecutamos deliberadamente. La expresión ‘hizo lo malo
ante los ojos del Señor’ se repite una y otra vez en los libros
históricos, como resumen evaluador del reinado de bastantes
reyes de Israel y la base de su condenación. Aquel cuya vida se
caracteriza por la maldad tiene un futuro siniestro si no cambia,
pues Dios mismo está contra él (Isaías 31:2).
 Rasha – heb.‫רשָׁ ע‬ –
ָ Este vocablo, que significa maldad, se usa en
ciertas ocasiones como el antónimo de tsedeq (justicia),
especialmente en el libro de Proverbios donde ese paralelismo
antitético, justo-malvado, aparece unas 40 veces. También existe
un contraste similar en las palabras arameas equivalentes. El
Salmo 1 compara al justo con el malvado y los distintos fines que
aguardan a uno y a otro. En la Biblia se describe al malvado como
violador de los derechos del prójimo, avaricioso, opresor,
maquinador y dispuesto a todo, con tal de conseguir sus fines. En
resumen, el malvado es una amenaza para la comunidad.
 Asham – heb.‫– אָ שָׁ ם‬ El significado básico es culpabilidad, el cual
está íntimamente ligado a castigo, de ahí que ambas ideas estén
presentes en muchos ejemplos en los que esta palabra aparece en
el Antiguo Testamento. En Génesis 26:10 se encuentra en el
pasaje donde Abimelec reprende a Abraham por no decirle que
Sara es su esposa, lo cual podría haber traído culpa sobre
cualquiera que se hubiera unido a ella. Esta es la palabra que se
usa en Isaías 53:10, cuando se afirma que Jesús pondrá su vida en
expiación (ofrenda por la culpa) del pecado. De manera que
asham describe tanto la culpa como la ofrenda por la culpa. Algo
similar a lo que sucede con jata’, que significa tanto pecado como
ofrenda por el pecado.
 Avlá – heb.‫ ַע ְולָה‬ –Maimónides comentando esta palabra la traduce
acertadamente como tortuosidad. Y ciertamente su significado
básico es desviarse de lo recto. Lo tortuoso se usa para describir la
parcialidad en el juicio (Levítico 19.15), el comercio deshonesto
(Deuteronomio 25,16), el asesinato (2 Samuel 3:34), la opresión
(2 Samuel 7:10) o las palabras viciadas (Job 27:4). En una
ocasión se contrasta este término con la rectitud de Dios (Salmo
92:15).
 Ta’ah – heb.‫תָּ עָה‬ – Probablemente el pasaje más famoso donde
esta palabra aparece sea Isaías 53:6, en el que se nos describe
como ovejas descarriadas. Y efectivamente ése sería el significado
de la palabra, si bien con la agravante de que no se trata de un
descarrío inconsciente sino consciente.
 Shagag – heb.‫שָׁ גַג‬ – El término significa vagar, andar perdido, de
ahí que en algunas ocasiones se traduzca como yerro, en el
sentido de pecado de ignorancia o inadvertencia, como en
Levítico 4:2,22,27. Esto significaría que shagag no es una
acepción de pecado que contenga las componentes de perversidad
que otras acepciones tienen. Sin embargo, hay que tener cuidado
para no interpretar todos los textos por ese mismo bajo perfil,
porque en otras ocasiones se deja claro que se trata de algo malo
deliberadamente escogido, no simplemente por debilidad o error,
como es el caso de Saúl en 1 Samuel 26:21.
 Sherirut – heb.‫שְׁ ִרירּות‬ – De las 10 veces que aparece este término 8
están en Jeremías. Significa terquedad u obstinación y está
asociado con un estado de la mente y del corazón, como en
Jeremías 7:24 donde el pueblo rechaza responder a las
amonestaciones de Dios.
 Tamé – heb.‫טָ מֵא‬ – La idea que preside este vocablo y sus
derivados es la de suciedad o impureza y se puede referir tanto a
la impureza ceremonial como a la moral. En Levítico 11 al 15
encontramos la mayor parte de las ordenanzas que tienen que ver
con el primer tipo. Los profetas usarán la ilustración de la
impureza legal o ceremonial como símbolo de la moral, acusando
una y otra vez a Israel de estar contaminado por ella (Ezequiel
36:17). No solamente Israel, cada uno de nosotros estamos
también ensuciados por la misma (Isaías 6:5), siendo nuestros
mejores méritos comparados a trapos sucios (Isaías 64:6).
 Peti. Kesil. Evil. Nabal. Hay una serie de términos que aparecen
especialmente en el libro de Proverbios y que son lo opuesto a la
sensatez, sabiduría, prudencia, etc. Significan insensatez,
necedad, locura, etc. Denotan esa cualidad del pecado por la que
éste mismo se pone en evidencia, al quedar patente la estupidez
que le es congénita.

Después de esta larga, aunque resumida, colección de vocablos hebreos


que tienen que ver con la palabra pecado, resulta fácil entender la
grandeza de la expiación que Cristo ha efectuado en el santuario celestial
(Hebreos 9:24) al llevar nuestros pecados, con todas sus taras,
ramificaciones, monstruosidades y consecuencias terribles, sobre sí. No es
extraño que a esa salvación se la califique de grande (Hebreos 2:3) y se
nos amoneste a tomárnosla en serio.

Ahora comencemos a este estudio sobre el lugar Santísimo…

Antes de entrar al lugar santo hay que  pasar por el velo que dividía al
lugar santo del lugar santísimo. (Éxodo 26:31-33; 36:35-36; Heb. 9:1-5)

EL VELO

Velo : Era de azul , purpura, carmesí, lino torcido y tenia querubines.

Este velo estaba:

 Sobre 4 columnas : madera de acacia, cubiertas con oro, capiteles


de oro y basas de       plata.
 Se pondrá debajo de los corchetes.
 Sera separación entre el lugar santo y el lugar santísimo
 Era un símbolo de separación entre Dios y los hombres, por el
pecado

 (Marcos 15:38; Mateo 27:50-51; Hebreos 10:19-21)

Confección del velo:

Su tejido (lino torcido): Vida abundante en Cristo (1 Juan


3:5), perfección de la humanidad de Cristo, es símbolo de santidad (1
Pedro 2:22)

Su colores :  Nos hablan de la posición de Cristo.

 Azul : origen celestial.


 Purpura: realeza de cristo.
 Carmesí: pasión y muerte.

– Con respecto a sus materiales y colores  podemos ver


una representación en los cuatro evangelios:

“He aquí tu rey” (Zacarías 9:9). Mateo presenta al señor como el


Mesías profetizado, el rey prometido a los judíos. Presentando
el cumplimiento de la profecía en Jesús deNazaret. Por eso
la genealogía que presenta mateo es una relación directa y legal de la casa
real de David y también con Abraham el padre del pueblo hebreo.

“He aquí mi siervo” (Isaías 42:1).  Marcos presenta a Jesús como el


siervo perfecto de YHVH. No presenta su nacimiento e infancia ni señala
su genealogía.

“He aquí  el varón” (Zacarías 6:12).Lucas presenta al Señor no


solamente en relación con el pueblo de Israel sino con todo el genero
humano. Por eso su genealogía comienza con Adán el padre de la raza
humana. Se hace mucho énfasis en la humanidad del Mesías. Cristo como
el hijo del hombre.

“Ved aquí al Dios vuestro” (Isaías 40:9). Los tres evangelios anteriores


son llamados,evangelios sinópticos porque presentan a Cristo desde el
punto de vista humano e histórico. Juan nos lo presenta como el celestial
y divino. El evangelio de Juan pone de relieve la deidad del Mesías, el
Hijo eterno de Dios.

Propósito del velo:

 Símbolo de la presencia de Dios, la cual


ocultaba. Ningún hombre podía ver a Dios y vivir. (Ex. 33:20) los
hombres podían ver el velo que los separaba. Cristo en su cuerpo
humano encubría a Dios con el velo de su carne pero al mismo
tiempo lo revelaba. (1 Tim 6:16l; Jn 1:18; 14:9; Col 1:15,16)

 Cerraba e impedía el acceso a la presencia de Dios (Lv. 16:2; Heb,


9:8) simbolizaba la separación entre Dios y los hombres por el
pecado.
 Camino a la presencia de Dios. Recordemos que el
sacerdote podía entrar por medio de la sangre de la expiación (Lv.
16:15) . Así la sangre de Cristo es el medio que nos permite la
entrada a la presencia de Dios, no nuestras obras.

La rasgadura del velo no fue hecha por recursos humanos (Mt. 27:51).
Cristo rasgo el velo completamente (Jn 14:6; Hech 4:12; Ef 2:18),
recordemos el momento cuando el Señor en la cruz dijo : “consumado es”.

El velo partido simboliza la posibilidad que tiene cada creyente, y no solo


el sumo sacerdote, de acercarse a Dios por medio del sacrificio de Jesús
nuestro gran sumo sacerdote una vez y para siempre.

MEDIDAS DEL LUGAR SANTÍSIMO:

 10 codos de largo (15 pies o 4,60 metros)


 10 codos de ancho (15 pies o 4,60 metros)
 10 codos de alto (15 pies o 4,60 metros)
 

Muebles dentro del lugar santísimo

El lugar santísimo era una estancia que se caracterizaba por la perfección,


era donde se manifestaba la presencia de Dios.

Dentro del lugar santísimo no había luz. Leamos 1 Reyes 8:12:

“Entonces dijo Salomón: YHVH ha dicho que él habitaría en la


oscuridad”

Esto estaba expresando que en ese tiempo aun


no había una revelación plena que solo tuvo lugar en Cristo. Dios
manifestado en carne. (Jn:14; 1 Timoteo 3:16)

ARCA DEL PACTO:

El arca es una figura de Jesucristo como el Hijo perfecto de Dios y al


mismo tiempo hombre perfecto. La madera representa Su humanidad y el
oro, tanto en el interior como en el exterior del arca representa Su deidad.

En El habita la ley de Dios que es perfecta (las tablas de piedra),


totalmente el sacerdocio de Dios (la vara de Aarón) y el abundante pan
de Dios (Maná).

El suyo es el “propiciatorio” de Dios, el lugar de la expiación y Dios se


encuentra con el pecador en Jesucristo. A Jesús se le llama la
“propiciación” en Romanos 3:25 entendiéndose que es el mismo que el
propiciatorio. La expresión (en inglés) “asiento de misericordia” significa
“propiciatorio” (expiación).

Nosotros acudimos a Jesús, tanto por ser nuestro Sumo Sacerdote como
por ser nuestro “propiciatorio“, para poder confesar nuestras faltas y
recibir de nuevo la limpieza gracias a Su preciosa sangre. La misericordia
abunda allí y cumple con todos los requisitos de la justicia.

La gloria de Dios (Shekiná) se apoyaba en la tapa del arca (el


propiciatorio).

El contenido del arca se detalla en Hebreos 9:4 y muestra el deseo de Dios


de proteger, proveer y dar vida a Su pueblo. Se incluye:

 Las tablas de piedra con los Diez Mandamientos (Dios protege).


 Una urna con el maná (Dios provee).
 La vara de Aarón (que brotó y dio fruto como prueba del poder
de Dios para dar vida a lo que esta muerto).
El arca estaba hecha de madera de acacia recubierta en oro por dentro y
por fuera, con una cornisa o moldura en el borde.

Tenia cuatro anillas de oro (uno en cada pata), para que pasaran las varas
para poder transportarla.

Las varas eran de madera de acacia bañada en oro.

El propiciatorio estaba en la parte superior del arca.

 Con su cubierta de oro solido llamado propiciatorio o asiento


de misericordia, tipifica a Jesucristo en relación con su obra
redentora. (Ex. 25:17; rom 3:25)
 Dos querubines de oro puro, labrados a cada lado de la tapa
(propiciatorio) y formaban una pieza con ella.

Es el objeto de mayor importancia en todo el Tabernáculo. Existen


diferentes nombres para mencionar esta arca:

El arca de YHVH, el arca del Pacto, el arca del Testimonio.


Quién puede entrar en El Lugar
Santísimo
Y le dijo:  Di a Aharón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el
Kodesh (lugar partado del Mishkán/Tabernáculo), en la parte interior del
velo, delante del Kaporet (asiento del perdón), que está sobre el arca, para
que no muera, cuando me aparezca en la nube sobre el asiento del perdón.
Se pondrá la túnica kodesh (apartada) de lino y cubrirá su carne con
calzoncillos de lino; se ceñirá el cinturón de lino y se cubrirá con la tiara de
lino.  Vestiduras kodesh (apartadas) son éstas.  Primeramente bañará su
cuerpo con agua y luego se pondrá aquellas vestiduras.
Vaikrá (Levítico) 16:2, 4, Versión Escrituras Unidad.
Leer Vaikrá (Levítico) 16:1-17
SÓLO UN DÍA AL AÑO, El Kohen HaGadol (El Sumo Sacerdote) terrenal podía entrar en El
Lugar Santísimo en El Mishkán (El Tabernáculo), ese día es llamado Yom Hakipurim o Yom
Kipur, en hebreo, que significa “El Día de Las Expiaciones” o “Día de Expiación”. Ese día cae
en el décimo día del séptimo mes bíblico.  ESE DÍA ES EL MÁS SAGRADO DE TODOS LOS
DÍAS DEL AÑO.  Todo el pueblo está obligado a ayunar en señal de arrepentimiento y
petición de perdón por los pecados cometidos contra El Eterno.  En ese día son perdonados
todos los pecados que toda la nación ha cometido contra El Eterno durante todo el año.  Es un
día sumamente crítico. Si El Kohen HaGadol (El Sumo Sacerdote) fallaba en su misión, el
pueblo no podía obtener el perdón de sus pecados y esto traería muy graves consecuencias
sobre toda la nación.
Ahora, todo el culto terrenal es una réplica del culto celestial.  La carta a los Judíos (Hebreos),
describe en detalle todo el cumplimiento celestial mesiánico de este servicio y MUESTRA
CÓMO YESHUA EL MESÍAS ENTRÓ EN EL LUGAR SANTÍSIMO EN EL CIELO CON SU
PROPIA SANGRE UNA VEZ POR TODAS y produjo una expiación y purificación eternas
para los que están destinados para la vida eterna y un Ministerio Sacerdotal en El Mishkán (El
Tabernáculo) Celestial.
Si no vemos que hay dos dimensiones, una celestial y otra terrenal, no vamos a entender ni el
culto terrenal ni el culto celestial.  EL MESÍAS MURIÓ Y RESUCITÓ PARA OFICIAR EN EL
CULTO CELESTIAL, NO EN EL CULTO TERRENAL.  Todo el culto terrenal es una sombra
del celestial, pero la sombra no es un sustituto de lo celestial ni lo celestial elimina la sombra
terrenal.  Todo lo contrario, hay una armonía perfecta entre los dos cultos y pueden convivir
sin conflictos.
Al estudiar los detalles del servicio de Yom Hakipurim o Yom Kipur, podemos aprender
muchísimo del Ministerio Celestial del Kohen HaGadol (El Sumo Sacerdote) según El Orden
de Malki-Tzedek, que es El Servicio Eterno basado sobre la vida de La Resurrección, la vida
indestructible.
En Yom Kipur, El Kohen HaGadol (El Sumo Sacerdote) terrenal tenía que quitarse su ropa
sumo sacerdotal que usaba para el ministerio diario y vestirse con ropa de lino para poder
entrar en El Lugar Santísimo.  ESO CONSTITUYE UNA SOMBRA DE LA MUERTE Y
RESURRECCIÓN DE YESHUA EL MESÍAS.  El Kohen HaGadol tenía que desnudarse, figura
de la muerte de Yeshua El Mesías, y luego se vestía de una ropa nueva de lino que
habla DEL CUERPO Y MINISTERIO DE LA RESURRECCIÓN DEL MESÍAS.
El lino no es solamente la vestidura de todos los kohanim (sacerdotes), sino también de los
malajim (ángeles, mensajeros), lo cual muestra que es una ropa celestial.  Leer
Iejezkel/Ezequiel 9:2,3,11; 10:2,6-7; 40:3; Daniel 10:5; 12:6,7; Revelaciones 15:6; 19:14.
En la relación entre Yom Kipur y El Mesías vemos también el hecho de que el lino estaba
presente todo el tiempo en el proceso de su muerte y resurrección (Mattityahu/Mateo 27:59;
Meir/Marcos 15:46; Hilel/Lucas 23:53; 24:12; Yohanán/Juan 19:40; 20:5-7).  El lino fino es
también la ropa de la resurrección de los santos (Revelaciones 19:8).
Por medio de Yeshua El Mesías tenemos acceso al Trono Celestial que está en El Lugar
Santísimo en el cielo. En la Carta a los Judíos (Hebreos), Versión Hebraica del Código Real
4:14-16, está escrito: “Por tanto, teniendo Un Gran Kohen HaGadol (El Sumo Sacerdote) que
ha traspasado los cielos, Yeshua El Hijo de Dios, retengamos nuestra convicción sobre Él. 
Porque no tenemos un Kohen HaGadol que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue puesto a prueba en todas las áreas de la vida, según nuestra
semejanza, PERO NUNCA TRANSGREDIÓ LA TORAH.”  Leemos en Mattityahu (Mateo)
5:17-18, Versión Hebraica del Código Real:  “¡Ni os pase por la mente la idea que he venido
para declarar abrogada La Torah o Los Profetas!  No he venido a abrogar sino a mostraros
cómo interpretarla correctamente.  Porque de cierto os digo, hasta que pasen el cielo y la
tierra, ni una yud ni un adorno de una letra sagrada, pasará de La Torah hasta que todo lo
dicho en ella haya sido totalmente enseñado y alcanzado su intención original.”
Acerquémonos, pues, confiadamente, al Trono del Kabod (de La Gracia), para recibir la
rajamim (misericordia) prometida y hallar la gracia disponible para el socorro propicio

EL SUMO SACERDOTE NO ENTRABA AL LUGAR SANTÍSIMO


SOLAMENTE UNA VEZ AL AÑO, SINO TODOS LOS DÍAS.
    En II P 3: 15 -16 el Apóstol Pedro nos advierte contra la posibilidad de
confundir lo que Pablo habla. Nos informa que entre las cosas que Pablo dice,
hay algunas difíciles de entender, las cuales los inconstantes e indoctos tuercen.
 
                Y tened por salud la paciencia de nuestro Señor; como
 también nuestro amado hermano Pablo, según la
sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito también;  
casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas
 cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender,
            las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como
también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos.
( II P  3: 15-16 )
 
    En Heb 9: 1 -7 hay un buen ejemplo de ello. De ese pasaje de San Pablo son
varios los teólogos y maestros de seminario que aunque son buenos cristianos y
actúan de buena fe, confunden lo allí dicho, en el sentido de creer que en el
Lugar Santísimo se podía entrar solamente una vez al año, y enseñan a otros
tal cosa, confundiendo así a los pastores que aprenden de ellos, los cuales creen
que sus maestros no se pueden equivocar. Así es como se propagan los errores y
se forman los miles de sectas que existen.
    Eso es lo malo de leer solamente ciertas partes de la Biblia con exclusión
parcial o total de otras, mientras se dedican a leer libros y libros que "tratan"
sobre la Biblia o la fe; sin darse cuenta de que al leer tales libros sin espíritu
analítico o sin haber leído toda la Biblia varias veces, se arriesgan a ser
contaminados con el error en que el autor haya caído.  La confusión se origina
por leer solamente una parte de la Biblia y no la otra; en este caso leen el Nuevo
Testamento y no el Antiguo Testamento. En Heb 9: 1-7 dice:
 
                "1 Tenía empero también el primer pacto reglamentos del
culto, y santuario mundano. 2 Porque el tabernáculo fue
hecho, el primero, en que estaban las lámparas, y la mesa, y
            los panes de la  proposición; lo que llaman el Santuario.
  3 Tras el segundo velo estaba el tabernáculo, que llaman
 el Lugar Santísimo;  4 El cual tenía un incensario de oro, y
           el arca del pacto cubierta de todas partes alrededor de oro;
 en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, y la
vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 
5 Y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el

propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar


en particular.  6 Y estas cosas así ordenadas, en el primer
tabernáculo siempre entraban los sacerdotes para hacer los
 oficios del culto;  7 Mas en el segundo, sólo el pontífice
           una vez en el año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo,
 y por los pecados de ignorancia del pueblo."  ( Heb  9: 1-7 )
 
    Como vemos en el versículo 3,  la sección que estaba tras el segundo velo era
llamada el Lugar Santísimo; y según el versículo 4 en ese Lugar Santísimo
habían dos cosas:  el altar del perfume y el arca del pacto. Es decir, que el que
quisiera poner perfume en el altar del perfume, tenía que entrar dentro del Lugar
Santísimo.
    Si bien es verdad que sólo una vez al año entraba el sumo sacerdote al Lugar
Santísimo para hacer la expiación por todo el pueblo y para purificar de las
inmundicias del pueblo el altar, el tabernáculo, etc., mandando el macho
cabrío a Azazel, si bien es verdad repito que sólo una vez al año se hacía todo
este rito, no es cierto que no se entrara más en el Lugar Santísimo hasta el
año siguiente, pues se entraba todos los días.
    En Hebreos lo que está diciendo Pablo es que, llevando sangre para untarla en
los cuernos del altar del perfume y realizar el rito antes mencionado, se entraba
solamente una vez al año, pero no dice que se entrara sólo ese día en que llevaba
sangre, puesto que se entraba todos los días para quemar perfumes. Veamos.
 
            "1 Harás asimismo un altar de sahumerio de perfume; de madera de
Sittim lo
        harás.  2 Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo, será
cuadrado, y
        su altura de dos codos, y sus cuernos serán de lo mismo.  3 Y cubrirlo has
de oro
        puro, su techado, y sus paredes en derredor, y sus cuernos; y le harás en
derredor
        una corona de oro.  4  Le harás también dos anillos de oro debajo de su
corona a
        sus dos esquinas en ambos lados suyos, para meter los varales con que
será
        llevado.  5 Y harás los varales de madera de Sittim, y los cubrirás de
oro.  6 Y lo
        pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante de
la
        cubierta que está sobre el testimonio, donde yo te testificaré de mí.
            7 Y quemará sobre él Aarón sahumerio de aroma cada mañana;
cuando
        aderezare las lámparas lo quemará. 8  Y cuando Aarón encenderá las
lámparas
        al anochecer, quemará el sahumerio: rito perpetuo delante de Jehová
por
vuestras edades.
            9 No ofreceréis sobre él sahumerio extraño, ni holocausto, ni presente;
ni
        tampoco derramaréis sobre él libación.  10 Y sobre sus cuernos hará
Aarón
        expiación una vez en el año con la sangre de la expiación para las
        reconciliaciones; una vez en el año hará expiación sobre él en vuestras
        edades; será muy santo a Jehová."                                ( Ex  30: 1-10 )
   
    Al leer el versículo uno vemos que se está hablando del altar del perfume,
cosa a tener en cuenta para no confundirse luego.  En el versículo dos nos dice
que ese altar del perfume tenía cuernos, y que sus medidas eran un codo de largo,
un codo de ancho y dos codos de altura, o sea, 50 cms de largo, 50 cms de ancho
y 100 cms de alto.  Ya en el tres nos dice que le hicieron una corona alrededor,
que tenía un "techado", que tenía paredes, y que todo eso lo cubrieron de oro
puro.  En el cuatro y el cinco explican que se le pusieron unos anillos de oro para
llevarlo cargado por medio de varas cubiertas de oro.  En el seis dicen dónde lo
debían situar: delante de la cubierta del arca o sea cerca del arca del pacto
que se hallaba en el Lugar Santísimo. En el siete y el ocho dicen cuál iba a ser
su uso más frecuente: "Y quemará sobre él Aarón sahumerio de aroma cada
mañana; cuando aderezare las lámparas lo quemará .  Y cuando Aarón
encenderá las lámparas al anochecer, quemará el sahumerio; rito perpetuo
delante de Jehová por vuestras edades".
    Al analizar este pasaje, vemos que el sumo sacerdote entraba diariamente
donde se hallaba el altar del perfume, para quemar "sahumerio de aroma", y
esto lo hacía cada mañana y al anochecer.  En el versículo nueve enumera qué
otras cosas no se podía hacer sobre ese altar de perfume, para finalizar en el
versículo 10 explicando que como excepción a estas prohibiciones del
versículo 9, Aarón iba a entrar a poner sangre en él solamente una vez al
año.  Leamos el versículo diez: "Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una
vez en el año con la sangre de la expiación para las reconciliaciones; una vez en
el año hará expiación sobre él en vuestras edades; será muy santo a Jehová."
    Como vemos, en el mismo pasaje donde describen la construcción y el uso del
altar del perfume, y donde dice que sólo debe entrarse con sangre una vez al
año, también dice que el sumo pontífice entraba dos veces al día a quemar
perfumes.
    Además de esto, si vamos a Lv 4 : 3-7 (especialmente el siete ) y 4: 13 -18,
(especialmente el dieciocho ), veremos que cuando un sacerdote pecaba, o si toda
la congregación pecaba, el sacrificio y la ceremonia que había que realizar
implicaba que se entrara en el Lugar Santísimo y se untara de la sangre del
sacrificio en los cuernos del altar del perfume.  Veamos lo que dice la primera
cita:
 
            "Si sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a
Jehová,
        por su pecado que habrá cometido…... pondrá el sacerdote de la sangre
sobre
        los cuernos del altar del perfume aromático, que está en el tabernáculo
del
        testimonio delante de Jehová…..."             ( Lev 4: 3-7 abreviado )
 
La segunda cita dice:
   
         "Y si toda la congregación de Israel hubiere errado…... de aquella sangre
        pondrá sobre los cuernos del altar que está delante de Jehová en el
tabernáculo
        del testimonio…...".                                     ( Lev 4 : 13-18 abreviado )
 
    Como vemos, son varios los pasajes donde podemos comprobar que en el
Lugar Santísimo se entraba a menudo. Lo único que sigue siendo cierto, es
que para purgar los pecados del pueblo cometidos durante el año, en la ceremonia
que simbolizaba el sacrificio de Cristo, el Sumo Sacerdote entraba con sangre y
esto lo hacía una sola vez al año. Sin embargo habían otras varias ceremonias
que requerían que los sacerdotes entraran en el Lugar Santísimo.
    Si vamos al Nuevo Testamento, veremos en Lc 1: 8 - 9 que a Zacarías, que no
era el sumo sacerdote, le había caído en suerte el poner el incienso.  El incienso
se ponía en el altar del perfume, el cual estaba en el lugar santísimo.  Si Zacarías
lo ponía sin ser el sumo sacerdote, ello nos demuestra que sí se entraba
diariamente en el Lugar Santísimo y que no solamente podía entrar el Sumo
Sacerdote, sino cualquier sacerdote.  Lo que solamente el Sumo Sacerdote
podía hacer, era entrar con la sangre de la expiación por el pueblo y el santuario,
pero para otras ceremonias podían entrar otros sacerdotes, y a cada rato.
    No hace mucho escuché a un maestro de escuela dominical asegurar un error,
el cual error él obtuvo del pastor, quien a su vez lo obtuvo de un libro que leyó,
cuyo autor lo obtuvo de otro individuo, etc., etc.   La afirmación en cuestión era
que en la Biblia decía que el sumo pontífice cuando iba a entrar en el Lugar
Santísimo, se amarraba una soga a un tobillo, para que en caso de que muriera lo
pudieran halar sus compañeros por la soga, sin tener que entrar en el Lugar
Santísimo. Eso es falso; eso no lo dice la Biblia en ninguna parte, ni creo que
fuera verdad que se hiciera tal cosa.  Pero si fuere verdad que tal cosa se hacía, se
trataba de una de las muchas supersticiones y tradiciones que los judíos
añadieron a los mandamientos de Dios, cuando trataban de explicar la religión
por medio de libros escritos por rabinos y no por medio del Antiguo
Testamento.
    Otra cosa a tener en cuenta, aunque esto no es un argumento bíblico, sino de
sentido común, es que un lugar a donde solamente se entre una vez al año,
estaría lleno de moho, hongos, ratas y otras sabandijas.  Además, guiándonos
por la misma Biblia vemos que el Tabernáculo del Testimonio, se desarmaba
cada vez que los hebreos tenían que mover el campamento, y por lo tanto,
tenían que entrar hombres jóvenes a desarmarlo todo y a cargarlo.  No es lógico
pensar que Aarón, que ya para entonces tenía más de 83 años de edad, iba a ser el
único que iba a desarmar y armar el Lugar Santísimo.
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