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Ensayo

Laudato si.
Alumno: de la Fuente, Lautaro
Universidad: Universidad católica de
salta
Carrera: Licenciatura en administración
de empresas
Materia: Doctrina sosial de la iglesia
Año: 2019
"No hay dos crisis (ecológicas) separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis
socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la
pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (LS,
139). Esta frase del Papa Francisco resume el tema principal del capítulo cuarto de su encíclica Laudato
Si’. Las crisis que actualmente padecemos no son solamente medioambientales o económicas o sociales
sino que repercute todas juntas .Porque todo está “íntimamente relacionado” (LS, 137) una con otra,
Francisco nos describe los rasgos principales de una ecología integral e integradora que exprese esa
íntima interconexión.

Ecología ambiental: Esta ecología, define el Papa, “estudia las relaciones entre los organismos
vivientes y el ambiente donde se desarrollan” (LS, 138). Estas relaciones son tan profundas y
conforman una red medioambiental tan rica que su deterioro y destrucción suponen nuestra
propia ruina. Como dice Francisco, estamos incluidos, somos parte, y estamos interpenetrados
en el medio ambiente (LS, 139), tal que actualmente con los acontencimientos de la actualudad
relacionado con los incendios, calentamiento global y entre otros temas estan afectando y
afectarna al planeta tanto para nosotros y las proximas generaciones.

La ecología económica, como parte de un desarrollo auténticamente humano y ambiental, deberá


basarse y reflejar, por tanto, dicha interacción y relación “entre los ecosistemas y entre los
diversos mundos de referencia social” (LS, 141).

Es por esto que la ecología económica va necesariamente unida a la ecología social o institucional.
Según el Papa Francisco, es la ecología de las relaciones humanas, es decir, alcanza para todas
las personas “y alcanza progresivamente las distintas dimensiones que van desde el grupo social
primario, la familia, pasando por la comunidad local y la nación, hasta la vida internacional” (LS,
142).

Tan catastrófica es la desaparición de especies animales y vegetales como la pérdida de culturas y


comunidades locales. En contraposición a una visión consumista del hombre y del mundo que
“tiende a homogeneizar las culturas y a debilitar la inmensa variedad cultural” (LS, 144),
Francisco nos recuerda que “junto con el patrimonio natural, hay un patrimonio histórico,
artístico y cultural, igualmente amenazado. (Como) parte de la identidad común de un lugar y
(…) base para construir una ciudad habitable” tenemos la obligación de preservar el tesoro
cultural de cada tradición local (LS, 143). Esta es la llamada ecología cultural, principalmente las
culturas mas antiguas como la de los indigenas estan empezando a desaperecer con rapidez
devido a este fenomeno.
Parte esencial de la ecología integral “implica (ambién)analizar el espacio donde transcurre la
existencia de las personas… (pesto que)los escenarios que nos rodean influyen en nuestro modo
de ver la vida, de sentir y de actuar” (LS, 147). Esto es lo que el Papa Francisco llama la ecología
de la vida cotidiana: “Hace falta cuidar los lugares comunes, los marcos visuales y los hitos
urbanos que acrecientan nuestro sentido de pertenencia, nuestra sensación de arraigo, nuestro
sentimiento de «estar en casa» dentro de la ciudad que nos contiene y nos une” (LS, 151),
muchas de esta acciones podrian crear un avance tanto en la sosiedad como en la ecologia y asi
respertar mas lo que se nmos dio(el planeta tierra)

La union de estas distintas ecologías que conforman una ecología integral y humana se encuentra el
principio del bien común. El bien común son el “conjunto de condiciones de la vida social” que
ayudan a todo grupo y a cualquier persona humana a alcanzar su plenitud y perfección. Tres
verbos a tener en cuenta, según el Papa: “El bien común presupone los derechos básicos e
inalienables de la persona humana (…). [El bien común] también reclama el bienestar social y el
desarrollo de los diversos grupos intermedios (…), especialmente la familia (…). Finalmente, el
bien común requiere la paz social (…) [y la práctica de] la justicia distributiva (…) (LS, 157).

“La noción de bien común incorpora también a las generaciones futuras” (LS, 159). Según el Papa
Francisco, sólo alcanzaremos un desarrollo integral y sostenible si practicamos la justicia o
solidaridad intergeneracional cuya lógica es “la del don gratuito que recibimos y comunicamos”
(LS, 159). Nuestra dignidad y la de las generaciones que nos sucedan dependen de la seriedad
con que nos tomemos este desafío intergeneracional.

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