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MARTHA LA PASTELERA

Érase una pastelería llamada Martha conocida por sus deliciosos pasteles, pasaba el
día entre harinas y frutillas, Martha la pastelera sufría de alopecia, un problema
constante en la elaboración de sus pasteles, todos los días madrugaba a su sitio de
creación para realizar una exhaustiva limpieza , pero cada que pasaba un limpión o el
trapero encontraba su cabello, Martha guardaba su problema cómo su más grande
secreto, hasta que pasó lo más temido por Martha, un día la señora Francisca le
solicito un delicioso pastel, Martha entusiasmada compra los ingredientes para el gran
pastel de doña Francisca, termina su gran obra de arte y doña Francisca se lleva su
pastel con cara de orgullo para sus invitados, llegó la hora de partir las grandes
porciones del pastel y al llevar el cuchillo sale un gran cabello, así es; doña Francisca
furiosa grita no puede ser un gran peló en el pastel comenzaron los invitados a retirarse
de la fiesta de doña Francisca por no poder disfrutar del delicioso pastel.

A nadie parecía importarle, pero doña Francisca se llevó todos sus trozos de pastel,
para ser tirados en la casa de doña Marta Según pasaba el tiempo, doña Francisca
grita furibunda ¡Quiero otro pastel, devuelve mi dinero! Martha llora y como aquél
problema no tenía remedio decide cerrar su venta de pasteles, ¿qué estará pasando?
Era su gran pregunta.
Pasado el tiempo al ver que no era feliz decide rapar toda su cabello para no lidiar con
los problemas y se traslada a otro pueblo con una nueva imagen y abre de nuevo su
venta de pasteles sin pensar que la solución ni era tan radical y ve su felicidad en sus
creaciones y dedica menos tiempo en la limpieza de su taller de pastelería.

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