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Setiembre
Acto
Día del
Maestro
Esc. Comercio Dr. Manuel Lizondo Borda
Los Ralos - 2017
Programa:
1. Introducción
2. Entrada de la Bandera de Ceremonias
3. Himno Nacional Argentino
4. Palabras alusivas
5. Himno a Sarmiento
6. Entrega de ofrenda floral
7. Palabras a cargo de alumnos
8. Retiro de la Bandera de Ceremonias
9. Palabras de homenaje a la trayectoria de los docentes
jubilados
10. Entrega de Recordatorios y suvenires
11. Numero alusivo
12. Despedida
1. Introducción:
4. Palabras alusivas:
Palabras Alusivas
Hoy, que festejamos el día del maestro, les propongo un ejercicio, los que somos adultos ya
cuando pensemos cuando éramos chicos e íbamos a la escuela, y a los más chicos recuerden
sus días pasados aun fresquitos. Es decir, recordar a nuestros maestros y profesores... sobre
todo a aquellos “maestros de la vida”, a los que nos formaron, a los que nos hicieron más
personas, a los que con sus palabras y actos nos enseñaron a (o intentaron, al menos) ser
mejores versiones de nosotros mismos.
Quizás los recuerdos que se nos vengan a la cabeza no tengan que ver con docentes
“perfectos”, de esos que están siempre contentos y arman clases interesantes y divertidas.
Algunos tuvimos la suerte de tener una o dos maestras o profes de esos que no se olvidan;
otros, en cambio, quizás tengan que hacer un esfuerzo mayor por recordar... Pero
seguramente todos tenemos, en la niñez o en la adolescencia, fija en nuestra memoria,
alguna anécdota que nos hizo mejores, o más alegres, o más felices. Y en esa anécdota, en
ese recuerdo, el protagonista era un maestro, un profe, uno de estos “Maestros con
mayúscula” de los que quiero hablar hoy. ¿Por qué recordamos esos momentos como
memorables? Por dos razones: porque aprendimos cosas importantes y porque nos
enseñaron de una manera distinta.
En esos momentos aprendimos cosas fundantes que hoy debemos seguir enseñando a
nuestros hijos: que la violencia nunca sirve para resolver nada, que es importante tomarse
un tiempo para pensar, que está bien decir lo que sentimos y creemos, que todos somos
distintos y eso es bueno, y que ningún ser humano es más importante que otro, que la
solidaridad es imprescindible...
Hay un proverbio africano que dice: “Para educar a un niño hace falta todo un pueblo”. Por
eso estas palabras están dirigidas a todos los adultos aquí presentes, seamos padres, madres
o maestros: porque todos somos “maestros de la vida”. Como lo fueron y siempre serán
nuestras invitadas de honor. Todos somos responsables de la educación de los chicos y de la
sociedad que estamos construyendo. Sigamos educando, juntos, a nuestros hijos. Juntos,
cada uno desde su lugar, desde su espacio, padres y maestros. Ese es el desafío. No
perdamos la oportunidad de enseñar con el ejemplo, de marcar los límites con claridad y con
ternura, de decirles a los chicos qué está bien y qué está mal, de ser coherentes y sostener
con los actos lo que pensamos y decimos; de luchar por lo que sabemos justo; de mostrarles
que, aunque a veces parezca más difícil, siempre es mejor cuando los proyectos son
colectivos.
Gracias, profes, a los ya jubilados y a los aun en actividad, son nuestros maestros, gracias por
hacer de la escuela el lugar de contención más confiable y el que brinda el amparo más
significativo. Gracias por trabajar con orgullo en la educación pública. Gracias por creer que
la escuela pública no es “la escuela de los pobres” sino, ante todo, aquella que garantiza la
igualdad de oportunidades, el lugar donde se cumple el derecho que todos los niños tienen
de aprender. Gracias por el compromiso, por dar sus vidas en torno a estas ideas y que
hacen de los alumnos sujetos responsables y críticos.
5. Himno a Sarmiento:
¡Gloria y loor!
¡Gloria y loor!
A nuestros profesores:
No se educa cuando se imponen conductas, Sino cuando se proponen valores que motivan.
No se educa cuando se impone el terror que aísla, Sino cuando liberas el amor que acerca y
comunica.
No se educa cuando se impone un castigo, Sino cuando se ayuda a aceptar una sanción.
No se educa cuando se impone el miedo que paraliza Sino cuando se logra la admiración que
estimula.
No se educa cuando se impone a Dios Sino cuando se lo hace presente con la vida misma.
En el camino de la vida, hay un lugar y un tiempo para cada cosa, y por el propio desarrollo
de la misma, hay ciclos que se cierran, caminos que concluyen y otros que se inician. Testigo fiel es la
historia que guarda como un gran cántaro de agua viva, fechas, acontecimientos, personajes. Hoy de
manera muy especial queremos detenernos en una parte de nuestra historia para homenajear a
aquellos docentes que formaron parte de nuestra institución y que hoy nos acompañan en esta
celebración.
12. Despedida:
Con esto damos concluido este sencillo pero emotivo acto en torno a la
figura de uno de los actores fundamentales de la sociedad, nuestros docentes, nuestros
maestros a ellos nuestro agradecimiento.