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JUSTIFICACIÓN

En los últimos años se ha visualizado en la provincia de La Rioja un aumento


considerable de consumo de drogas por parte de los jóvenes.

Esta situación no es exclusiva de nuestra provincia sino que está enmarcada


en un contexto social e histórico que los especialistas en el tema denominan
posmodernidad. La misma es una atmósfera donde rápidamente se logra
obtener el placer. Donde los medios de comunicación crean necesidades que
no son necesarias, generando un consumismo exacerbado para llenar el vacío
de valores existentes en los posmodernos.

Además, la posmodernidad está atravesada por una crisis de la ética. Ésta no


nace con aquélla, pero es en la posmodernidad donde se visualiza con mayor
nitidez dicha crisis.

Manifestaciones de ello es que el hombre posmoderno no puede cumplir con


su cometido: saber a qué atenerse en el orden de lo ético. La ética como
parámetro de lo bueno y lo malo, pasó a depender de la subjetividad de cada
persona. Esto, a su vez, trae como consecuencia el pluralismo.

Pluralismo que se sostiene en la relatividad. Ya no hay valores absolutos. “De


esta tolerancia interminable nace la indiferencia pura”1.

En el caso particular de la enfermedad de la adicción a estupefacientes es


progresiva, destruyendo física, mental y espiritualmente. El consumo continuo
de drogas lleva a los adictos a las cárceles, los hospitales o la muerte. Muchos
jóvenes se encuentran esclavizados y viviendo en situaciones muy precarias
recurriendo a la droga para calmar su hambre o para escapar de la cruel y
desesperanzadora realidad que viven (cf. Aparecida #424).

Frente a este panorama presentado, también hay iniciativas –varias aunque


insuficientes- que ayudan a los jóvenes a poder recuperarse del flagelo de la
droga. Sin embargo, cuando llega el momento de dejar el tratamiento, muchos
adictos se sienten abrumados por emociones contradictorias. El miedo a volver
a la adicción activa quizá sea lo más importante. Puede que el hecho de volver
a la familia, al trabajo, a los amigos desencadene sentimientos de inseguridad,

1
ROJAS Enrique, El hombre light, Editorial Planeta, 4ª edición, Buenos Aires, 2003, p. 24.
culpa o inferioridad. Encontrarse con la vida tal cual es, sin el “parachoques” de
las drogas, es una experiencia nueva y a veces intimidatoria. Cuestión que se
agudiza cuando el contexto inmediato al que deben volver (familia, pares, etc.)
son un factor que promueve reincidir en la adicción, dificultando su reinserción
en la sociedad como un agente activo, esto es, que haga uso de sus derechos
pero que también pueda contribuir con su aporte a la necesidades de la
sociedad a la que pertenece.

Es por ello que muchos jóvenes que han concluido su tratamiento requieren de
un espacio que los pueda contener espiritual y afectivamente, que les pueda
brindar cierta hospitalidad (techo, comida, etc.), apoyo para dar continuidad y
término a sus estudios y puedan acompañarlos para su inserción laboral,
expresión más cabal de inclusión social. Todo ello teniendo en cuenta que “la
ciencia ha indicado la religiosidad como un factor de protección y recuperación
importante para el usuario de drogas” (Aparecida #423).

OBJETIVOS
 Generar un espacio intermedio, para los jóvenes que padecen dependencia
a las drogas, entre los centros de tratamiento y su regreso a sus ámbitos de
origen.

 Proveer apoyo escolar para dar terminalidad a sus estudios de escolaridad


obligatoria a los jóvenes recuperados de las adicciones.

 Brindar capacitación en oficios a los jóvenes recuperados de las adicciones.

 Acompañar y apoyar a los jóvenes recuperados de las adicciones en su


reinserción social.

Con el fin de dar cumplimiento a los objetivos antes expuestos, la Diócesis de


La Rioja cuenta con un terreno y, en él, con una casa, ubicada en Las
Padercitas. La misma requiere de ciertas reparaciones y también de una
refuncionalización para lo cual es indispensable la colaboración con recursos
humanos especializados para esta tarea y recursos materiales.

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