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INTRODUCCIÓN
Los objetivos principales que con la redacción de estas páginas me propongo es,
analizar la concepción de la muerte en Marco Aurelio y los Estoicos, Asimismo,
indagar sobre la muerte en las Meditaciones, concretamente en los libros II y IX. A
raíz de lo investigado realice una pregunta problema: ¿En qué medida la muerte
es pensable o imaginable, y qué implicaciones se tiene al hacerlo? Finalmente,
argumente dicha pregunta para después ultimar mi ensayo con objetivos,
conclusiones, y referencias.
II
Las Meditaciones una de las obras más significativas del Estoicismo Romano,
reúne una serie de reflexiones escritas por el emperador romano Marco Aurelio:
cortas reflexiones que nos incitan a vivir una vida sosegada. Algunos pasajes que
nos interesa analizar son sobre la concepción de la muerte. Empezaremos
específicamente con el libro segundo. Marco Aurelio nos expresa que la muerte es
algo meramente natural, asimismo, es algo simple; algo espontáneo, algo que es
natural en la vida. Algo que simplemente es. “[…] ¿Qué es la muerte? Porque si
se mira a ella exclusivamente y se abstraen, por división de su concepto, los
fantasmas que la recubren, ya no sugerirá otra cosa sino que es obra de la
naturaleza”[CITATION Aur97 \p 64 \l 9226 ]. Así que, inclusive quienes piensan que la
muerte es el final, somos necios de darle un mérito a ese pensamiento. Lo natural
es pensar que moriremos algún día.
Creemos que vamos a vivir mejor sin tener en cuenta lo que nos pueda ocurrir
momentáneamente, o nuestra condición sin enfrentarnos al hecho de que la
realidad es abismalmente extraña y misteriosa.
Epicuro decía que “cuando existimos, la muerte no está presente, y cuando está
presente ya no existimos”[CITATION Epi02 \p 142 \n \y \t \l 9226 ] : ¿Por qué habría que
temerle a algo que no estará lógicamente presente mientras existimos en este
exasperante mundo? Analizándolo desde este punto de vista, parecería factible
vivir sin que pensemos en la muerte. Más aún, deberíamos enfocarnos más en
vivir.
Por otra parte, Marco Aurelio nos refleja que la muerte es tan natural como el
nacimiento. Por ello, si aceptamos que la muerte es un proceso que deriva de la
naturaleza, no hay absolutamente nada en ella que pueda parecernos degradante.
En el futuro, nuestro destino es quizás envejecer, para después fallecer. Este
proceso va de generación en generación. La muerte es lo único que posiblemente
no logremos comprender del todo nunca. Somos como una planta de corta
duración: nacimos, dimos o no fruto y morimos.
III
Para los Estoicos es esencial la idea de aceptar que la muerte sigue siendo
natural para nosotros. Y como lo había insinuado anteriormente: la muerte es una
incógnita que sólo atormenta al hombre, que es el único que la identifica. ¿Es el fin
definitivo o es un tránsito como el nacimiento? He aquí la cuestión.
Hay hechos en la vida que, acorde al estoicismo, están sujetos a un destino; como
por ejemplo, la misma muerte. Sin embargo, otros dependen de la voluntad del
hombre, las acciones. De la misma forma, no decidimos si morimos o no, como
inferencia de la vida. Los estoicos determinan en que hay que seguir un camino
por medio de acciones libres.
IV
¿En qué medida la muerte es pensable o imaginable, y qué implicaciones se
tiene al hacerlo?
En primer lugar, la muerte puede entenderse como algo indiferente: sin embargo,
para una persona fallecida no sería bueno o malo. Este enfoque radica en la
proposición de que no existe una vida particular, y aunque para que un contexto
pueda considerarse algo bueno o malo, es preciso que un individuo la
experimente.
La muerte como un bien para nosotros, Marco Aurelio piensa que la muerte no es
por sí misma un mal, ya que el consideró al igual que gran parte de la tradición
que le precede que lo importante no es el vivir mucho, sino en la forma en que se
vive, y para los Estoicos la manera correcta de vivir es acorde con la naturaleza y
la razón; la naturaleza del ser humano al contrario de la de los Dioses es la de un
ser finito y en tanto que finito susceptible a la muerte, por lo cual el emperador
romano se da cuenta que una persona racional y reflexiva no le tendrá miedo a la
muerte puesto que ella forma parte de su naturaleza, pero tampoco saldrá
corriendo a su encuentro de forma imprudente pues esto también lo alejara del
lado de su ser racional. Marco Aurelio concibe la muerte ni como algo
necesariamente bueno, ni como algo necesariamente malo, sino que como todos
los demás sucesos que no dependen de nosotros, lo tratará como un
acontecimiento que padece el mundo y del cual no tenemos control y por ende,
no debe de turbar nuestra mente la idea de la muerte, pues no podemos
cambiarla.
“It is not nature that has made life short but us who make it short by complaining
about it all the time”[CITATION Tha18 \t \l 9226 ]: el individuo se convierte en víctima
de la aflicción y de la intranquilidad; cuando pretende conservar la vida, se aferra a
ella egoístamente, si bien este aferrarse solo es una ilusión, que hace que el
instante final sea más dramático para el que vive y para quienes lo rodean.
El tiempo nos hace vivir la vida de formas muy semejantes entre sí: si
comprendiéramos que nuestra vida va a ser larga, nuestra obstinación sería la de
vivir una vida monótona. Por eso, si supiéramos que nuestras vidas serán breves,
nuestra percepción sería el de vivir como si no hubiera un mañana, evitar
cualquier indicio de desesperación, y así morir sabiendo que valió la pena
habiendo hecho algo que siempre se anhelo desde un principio.
V
OBJETIVOS
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Conclusión
Al ser inevitable no vale la pena gastar demasiado tiempo reflexionando sobre ella,
la muerte. Me gusta mucho lo que decía Epicuro porque pienso que es verdad:
cuando tú estás, la muerte no está y cuando la muerte está, tú ya no estás. Solo
vives, no mueres, aunque es cierto que mueres para los demás. Tu vida y tu
muerte nunca se tocan, porque por definición la muerte es no-vida. Son conceptos
y realidades mutuamente excluyentes. Séneca, cuando ya era viejo, en una de sus
cartas a su discípulo Lucilio, creo que la primera o una de las primeras, plantea
que es bueno ser consciente de que moriremos y del paso del tiempo, para así no
malgastarlo. No está mal. Reflexionar sobre qué haya, si hay algo, después de la
muerte, también lo veo un poco una pérdida de tiempo pues nadie lo sabe...
Incluso si no hubiese nada, no nos dolerá pues no nos dolió antes de nacer.
Marco Aurelio y los Estoicos son muy claros respecto al tema de la muerte: nos
hacen pensar ¿Por qué habría de temerle si es algo natural de la vida? Debemos
tener en cuenta que somos mortales y que cada día tenemos que encaminar, en lo
verosímil, buscando el bien y aguardar la muerte con naturalidad.
VII
Referencias