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PATAGONIA

La codiciada
Fabiana Arencibia-Red Eco

El pasado 5 de marzo el diario Liberation de París, publicaba una nota del periodista Antoine
Bigo bajo el título: «Estado en agonía vendería la Patagonia», refiriéndose a la República
Argentina. En ella el periodista repasa nombres mundialmente conocidos que han adquirido
tierras en esta región.
Las cinco provincias de la Patagonia abarcan en extensión la mitad del territorio nacional (17,6
millones de km2). Cuatro millones de ovejas y solo un millón y medio, de los 37 millones de
habitantes que tiene la república, forman parte de la geografía codiciada por sus recursos
naturales, algunos no renovables: cerca de tres cuartos de las reservas de petróleo y de gas
del territorio argentino y manantiales de agua potable.
En marzo del pasado año una encuesta realizada por una empresa dirigida por Jorge Giacobe
preguntaba a los pobladores de Comodoro Rivadavia, Trelew y Puerto Madryn si estarían de
acuerdo en cambiar la Antártida por la anulación de la deuda del país. O si aceptarían vender
las tierras de Chubut para pagar la deuda de la provincia. Y más aún, si estarían dispuestos a
entregar la dirección de la Argentina a un funcionario del FMI o de otro organismo internacional.
Cesar Amaya, abogado en Caleta Olivia (Pcia. de Santa Cruz), manifestó su preocupación
porque este sondeo fue presentado en el MIT (Massachussets Institute of Technology) por el
hoy fallecido economista Rudgier Dornbusch, consultor de la agencia Kissinger Associates.
Y el nombre del antiguo secretario de estado de Nixon, Kissinger, aparece también vinculado a
una consultora ZEMI COMUNICACION contratada por Duhalde para ayudar al gobierno
argentino en las negociaciones con los organismos financieros internacionales.
Dornbusch había lanzado la idea de que Argentina debía abandonar cualquier soberanía en
materia de política fiscal y monetaria y ser administrada por un colegio de asesores extranjeros
que reúna a los funcionarios de los Bancos Centrales de Argentina y de los EEUU y el FMI.
Para agregar un nuevo personaje al listado de «asesores», el gobierno de Duhalde contrató los
servicios de Norman Balley, miembro de la Fundación Americana Potomac y de la Comisión
Trilateral quien propuso que las «tierras fiscales», propiedad del gobierno argentino (de una
superficie similar a Italia), sean canjeadas por una parte de la deuda.

Algunos datos aportados

por Antoine Bigo

«Ya sea para criar ovinos como Benetton (700.000 hás.), pescar truchas. Como Ted Turner
(4400 hás.) o como Joe Lewis (14.000 hás.), o hacer fiestas con sus asociados de Planet
Hollywood (Schwarzenegger, Willis y Stallone), aun hay un paquete de estancias en venta en la
Patagonia».

«También nuestro Tarzán francés, Christopher Lambert, se ha comprado un terreno del lado
andino en el seno del Arelauquén Golf and Country Club, un proyecto inmobiliario chic de 550
hás. a desarrollar por el grupo belga Burco... con instalaciones eléctricas, energía solar y
eólica, pista de aterrizaje, etc.»

«La Península Valdés se ha convertido en inabordable. Los ingleses de la Fundación Ecológica


World Land Trust, no obstante compraron allí la estancia La Esperanza, 7.000 hás. con vista a
las ballenas por 2,8 millones de euros (o sea 400 euros por hectárea)».

«Más al Sur es menos cara. La estancia La Costa (38.500 hás. Con 35 km. de costa sobre el
Atlántico) está puesta en venta en alrededor de un millón de euros, o sean 26 euros la
hectárea. Completa, es decir con galpón de esquila, generador de electricidad, 23 molinos de
viento para bombear agua, 3 jeeps, varias casas y sobre todo 15.000 ovinos».

Antoine Bigo parece aportar datos como un promotor inmobiliario. Fue enviado en forma
exclusiva a este costoso recorrido por la Patagonia por Liberation. Este diario fundado por Jean
Paul Sartre, se creó como una cooperativa, donde desde el director al cadete cobraban el
mismo sueldo y era de obligada lectura de estudiantes e intelectuales progresistas. Hace pocos
años fue comprado íntegramente por el poderoso grupo multinacional Seydoux, con algunos
emprendimientos agrícolas ganaderos en la Patagonia. (¡!)

El profesor universitario e historiador de la Patagonia, Carlos Moreno, ironiza: «Las


propiedades compradas por los extranjeros son tan inmensas, la Patagonia tan alejada de
Buenos Aires, que si un gobierno extranjero decide construir allí una base militar, la
descubrirían veinte años después».

Para conocer mejor

A Tompkins

Hace dos años se creó la fundación Patagonia Land Trust (PLT), cuya directora es Kris
Tompkins, esposa de Douglas Tompkins. Se trata de una estructura privada dedicada a
comprar tierras que luego destina a la conservación del medio ambiente. La historia -que está
envuelta por una gran polémica- comenzó en la década del 80 cuando Tompkins, junto a su
esposa Kris, crearon una fundación en Chile. El objetivo fue poder concretar el proyecto de
protección privada del bosque Pumalín. Para ello el matrimonio fue comprando tierras hasta
totalizar 300.000 hectáreas en Chile, ubicadas a la altura de la provincia Argentina de Chubut.
El principal emprendimiento en Argentina es Monte León. Se trata de 62.750 hectáreas en la
costa de Santa Cruz. Con la intervención de la Fundación Vida Silvestre -que actuó como
entidad puente- Patagonia Land Trust donó esas tierras al Estado con la condición que allí se
establezca un Parque Nacional.

Pero Tompkins no se queda quieto. Ya compró también las propiedades cercanas a Monte
León. Se trata de las estancias El Rincón y Dor-Aike. Asegura que propondrá a las autoridades
que esas dos zonas se sumen al sistema de áreas protegidas de Argentina. Pero hay más:
Patagonia Land Trust es dueña de 100.000 hectáreas en los Esteros del Iberá que pertenecían
a la familia Blaquier. Además Tomkins adquirió otras 100.000 hectáreas en Corrientes y 4.000
en el Delta del Paraná, cuyo dueño era el empresario Gregorio Pérez Companc, por las que
pagó 15 millones de dólares. Las tierras serían administradas por DRT Investment LLC y Vacas
LLC, dos empresas del magnate norteamericano.

Tompkins durante su juventud fue esquiador olímpico y un entusiasta montañista. Para


sobrevivir creó la ropa de montaña «Esprit» y «The North Face», con las que hizo su fortuna
personal. Luego vendió esas marcas en millones de dólares y se dedicó a la conservación del
medio ambiente participando activamente en organizaciones ambientalistas como Deep
Ecology. Desde hace más de 20 años el magnate planifica cada paso que va a dar desde su
cuartel general montado en Puerto Montt, a orillas del océano Pacífico.

Tierras por baratijas

Una comitiva encabezada por el subsecretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la


Provincia de Chubut, Ricardo Irianni, participó de una mesa redonda denominada «Patagonia,
tierra de diversidad y oportunidades, posibilidades de inversión en el sector oficial» realizada el
pasado diciembre en la embajada argentina en Londres. El objetivo de este encuentro fue
mostrar los productos de la Patagonia y las oportunidades que brinda la región para los
inversores extranjeros en el área forestal.

El embajador argentino en Reino Unido, Vicente Berazategui, inauguró el evento haciendo


referencia a los lazos que unen al Reino Unido con la Patagonia, mencionado la colonia galesa
establecida en 1865 y el posterior poblamiento de la región por parte de escoceses, irlandeses
e ingleses. Obvió mencionar a las Islas Malvinas.

Brindó a los participantes datos sobre la producción, infraestructura y exportación de los


principales productos de Chubut y sobre todo hizo hincapié en que la Patagonia es una tierra
de oportunidades para invertir sobre todo en el sector forestal.

Según un artículo publicado por el Diario Jornada de Chubut el 2 de octubre del año pasado,
una empresa denominada «Estepa S.A.» adquirió el campo «La Esperanza» ubicado a 70 km.
de la ciudad de Puerto Madryn. Esta sociedad está integrada por la Fundación Patagonia
Natural (fundación argentina financiada por la UNCCD Information Network -Convención de la
ONU para combatir la desertificación-) con el 52 % de las acciones y por la Word Land Trust,
de origen inglés, que posee el resto. El presidente de esta fundación, el ecologista Guillermo
Harris, debió reconocer que esta particular asociación posee un proyecto para instalar un
emprendimiento turístico hotelero en el lugar. Harris es amigo personal del multimillonario
Douglas Tompkins a quien según él «asesora ad honorem» para adquirir campos en la
Patagonia con el objetivo filantrópico de «conservación» de las tierras y la fauna. El
norteamericano Tompkins, que posee 80.000 hectáreas en las estancias cordilleranas de
Monte León, Dor Aike, El Rincón y Sol de Mayo, ha capturado así una zona que posee las
reservas de aguas potables de las más puras en el planeta.

El caso de «La Esperanza» no es el único ni mucho menos. En Argentina las tierras vendidas a
extranjeros y las que están en venta llegan a aproximadamente 16.900.000 hectáreas. Además
los bancos Nación y Provincia de Buenos Aires tienen en su cartera hipotecas de chacareros
endeudados por 14.500.000 hectáreas. Si estas entidades se privatizaran, las mismas pasarían
a manos de quienes resultaren compradores de los bancos. Un total de 31.400.000 hectáreas
entre tierras vendidas, a vender e hipotecadas, superficie que excede la totalidad de la
provincia de Buenos Aires.

Algunos datos:

Mendoza: vendidas: 500.000 hás. - en venta: 800.000 hás.

San Luis: vendidas: 40.000 hás. - en venta: 850.000 hás.

San Juan: en venta: 2.000.000 hás. (Más del 20% de la provincia incluyendo la frontera con
Chile).
Catamarca: vendidas: 100.000 hás. - en venta: 1.600.000 hás.

Formosa, Chaco y Corrientes: vendidas: 1.400.000 hás.

Santa Fe: en venta: 130.000 hás.

Entre Ríos: vendidas: 100.000 hás. - en venta: 150.000 hás.

Santiago del Estero, Tucumán y La Rioja: vendidas: 120.000 hás. - en venta: 1.300.000 hás.

Salta: en venta: 2.400.000 hás.

La Pampa y Buenos Aires: en venta y vendidas: 13.000.000 hás. (La superficie de Cuba).

Ushuaia y Tierra del Fuego: vendidas: 100.000 hás. de bosques.

Chubut: vendidas: 20.000 hás. del lago Rosario.

Santa Cruz: vendidas: 80.000 hás.

Fuentes:
Rebelión, Urgente24, Eva Troxler, Diario Jornada de Chubut.

SUDÁFRICA
Actualidad de los conocimientos ancestrales

Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Los San, conocidos también como bosquimanos, etnias de las más antiguas de la humanidad y
uno de los últimos grupos de cazadores y recolectores de alimentos que quedan en África,
podrían hacerse millonarios gracias a su descubrimiento. La planta, llamada hoodia, es un
cactus que no crece más de un metro del desierto de Kalahari, hogar ancestral de los
bosquimanos en África meridional. Hasta hace treinta años sólo los San conocían las
propiedades del hoodia, que utilizaron durante milenios para suprimir el hambre y la sed
durante sus largas travesías por el desierto. Pero en la década de los setenta, cuando el
ejército de Sudáfrica, que ocupaba África del Sudoeste, actualmente Namibia, comenzó a
utilizar a guías bosquimanos en la zona fronteriza con Angola, la planta llegó a conocimiento de
la industria farmacéutica.

El Consejo Sudafricano de Investigación Científica e Industrial (Csir) logró sintetizar el


componente activo de la planta y tras probarlo en cobayas y seres humanos y comprobar que
no tenia efectos nocivos, lo patentó en 1995 con el nombre de P-57. El Csir llegó a un acuerdo
con Phytopharm, una compañía farmacéutica británica, para que desarrollara el P-57 como el
ingrediente de unas pastillas para adelgazar. Phytopharm, por su parte, vendió los derechos de
utilización a Pfizer (fabricante del famoso Viagra) por 30 millones de dólares. El consejo de
ancianos de los bosquimanos se enteró del trato y se querelló contra el Csir por no haber
hecho participar a la etnia en los beneficios de un negocio internacional montado sobre una
planta cuya utilidad ella había dado a conocer.

Los «bosquimanos han utilizado esta planta desde hace más de 10.000 años para calmar el
hambre y la sed», dijo Roger Chennels, el abogado contratado por los nativos, quien subrayó
que el dinero que éstos reciban «va a ser repartido entre todas las comunidades San». «Su
tradición está basada en compartirlo todo: el agua, la caza y, especialmente, su sabiduría
milenaria. Los bosquimanos nunca han sido individualistas», puntualizó Chennels. El Csir se
disculpó y dijo que no fue su intención «dejar de lado a los bosquimanos» pero que prefirió
mantener el proyecto en secreto hasta completarlo. Ambas partes llegaron a un acuerdo en el
que el Csir reconoce a los bosquimanos como «guardianes de la sabiduría indígena» sobre la
utilización de la planta, mientras que aquellos reconocen, a su vez, los logros científicos y
comerciales de la institución.

Tras ocho meses de negociaciones, las partes llegaron también a un acuerdo económico por el
que los San recibirán un 8 por ciento del monto obtenido por el Csir al vender la patente del P-
57 -unos diez millones de dólares-, que será pagado a la etnia en los próximos cuatro años.
Una vez que Pfizer comercialice su producto, previsto para 2008, los bosquimanos recibirán
también el 6 por ciento de la regalía que Phytopharm pagará al CSIR durante los próximos
veinte años. «Muchos creen que lo acordado no es ventajoso para los bosquimanos; sin
embargo, dada la envergadura del negocio de productos contra la obesidad -que suma unos
3.000 millones de dólares al año- y puesto que ellos no hubieran podido sintetizar, patentar y
comercializar el compuesto por sí mismos, creo que el acuerdo ha sido un éxito», dijo
Chennels.

El dinero será depositado en una cuenta en fideicomiso y utilizado para comprar tierras a la
comunidad bosquimana, puntualizó el abogado. Durante el último milenio, los bosquimanos,
que según estudios antropológicos existen desde hace más de 20.000 años, fueron
desterrados, marginados y diezmados hasta casi su extinción por las tribus negras del sur de
África y los colonos blancos que llegaron a la región a partir del siglo 17. Los pocos que
quedan, unos 90.000 repartidos entre Sudáfrica, Botsuana y Namibia, viven sumidos en la
pobreza y el alcoholismo; sin embargo, y gracias a una planta para tratar la obesidad, su
suerte, a la manera de un «gordo» de lotería, cambiará.

(Guillermo Riguera - AIPIN)

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