Está en la página 1de 12

Arch.argent.

pediatr 2001; 99(6) / 510


Actualización

El dengue como problema de salud pública


Dr. Alfredo Seijo*

Introducción de miles de casos anuales (en 1998: Viet-


El dengue (del idioma africano swahi- nam 234.866 casos; Indonesia 71.000 ca-
li: Ki denga pepo: enfermedad súbita cau- sos). Se considera que la población mun-
sada por malos espíritus),1 es conocido dial en riesgo de contraer dengue supe-
en América desde fines del siglo XVIII. ra los 2.000 millones de personas; se
Produjo epidemias extensas en el Caribe infectan anualmente entre 80 a 100 mi-
y ciudades costeras del sudeste de los llones, se hospitalizan 500 mil, fallecen
Estados Unidos en el siglo XIX, hasta 25 mil personas4 y es la décima causa de
convertirse en un problema mundial en muerte debida a enfermedades infeccio-
el siglo XX, no sólo por su dispersión a sas. La población más afectada es la
vastas regiones de todos los continentes pediátrica, pero en los últimos años, en
sino por la aparición de su forma clínica América se ha revertido en parte esta
grave: el dengue hemorrágico (DH) con situación.
extravasación plasmática. El dengue gra- En este continente se observa un in-
ve implica internación, cuidados intensi- cremento de casos muy marcado: en 1984
vos y la posibilidad de muerte, condicio-
nes que suelen alterar no sólo los siste-
mas de salud, sino a toda la sociedad. TABLA 1: Características biológicas
Si se observan los mapas de distribu- de Aedes aegypti
ción del dengue en las Américas (Gráfico • La hembra de Aedes aegypti debe alimentarse
1), existe una progresión a partir de la
con sangre humana para realizar la ovipostura.
década del 50 desde el Caribe al resto de
• La mayor actividad la realiza en horas de
los países hasta llegar a fines del siglo
XX a la República Argentina. la mañana y al caer la tarde.
Con excepción de algunos pocos ca- • La reacción local en el sitio de la picadura,
sos comunicados de transmisión verti- es mínima o nula, por lo cual puede pasar
cal,2,3 el dengue es una típica enferme- desapercibida.
dad vectorial, transmitida por el mos- • La ovipostura y por lo tanto todo el período
quito Aedes aegypti. El conocimiento de larvario (acuático) hasta la etapa final de
la biología del vector (Tabla 1), así como
transformación en individuo adulto (alado) se
de los factores que facilitan su manteni-
realiza en pequeñas colecciones de agua
miento y dispersión, constituye actual-
mente la principal herramienta para domiciliaria. Puede durar de 5 días a varias
analizar la situación epidemiológica y semanas de acuerdo a las condiciones
promover las medidas de prevención y ambientales.
control. • Posee una gran versatilidad para buscar sitios
de ovipostura cercanos al hombre.
Situación epidemiológica • En condiciones adversas los huevos
En la década del 90 se notificaron
* Dpto. de Zoonosis, embrionados sobrevivirán varios meses hasta
Hospital FJ Muñiz. epidemias de dengue y dengue hemo-
más de un año. Cuando el nicho ecológico sea
Ciudad de Buenos rrágico en países de Africa, Oceanía,
Aires. Argentina. América y Asia. El sudeste asiático atra- favorable, se producirá la eclosión del embrión.
Correspondencia: viesa desde hace varios años una situa- • En Buenos Aires la actividad del mosquito
Uspallata 2272
(1282) Ciudad
ción incontrolable de hiperendemicidad comienza en octubre y puede prolongarse
de Buenos Aires. (circulación simultánea de varios sero- hasta junio.
seijo@intramed.net.ar tipos) con epidemias de varios cientos
El dengue como problema de salud pública / 511

se notificaron 40.000 casos, en 1991 más de les de infectados, que pueden ser de 5 a 10
388.0005 y, en 1998, 730.000, el año con más veces más elevados. A partir del primer
casos notificados hasta el momento (en 2000 brote americano de DH que afectó a Cuba
la información oficial de la Organización en 1981, también se observó esta progre-
Panamericana de la Salud indicaba 368.000 sión: en el decenio 1980-89 se produjeron
casos). Estas cifras corresponden a casos 13.235 casos, de los cuales 10.312 corres-
notificados, muy inferiores a los casos rea- pondieron a la epidemia de Cuba. En la

GRÁFICO 1. Progresión de la fiebre dengue, dengue hemorrágico y fiebre amarilla en las Américas en
el siglo XX y comienzos del XXI (entre paréntesis los serotipos virales)

Décadas del 50 y 60
Epidemias en el Caribe y
Venezuela (2 y 3)

Década del 70
- Dengue endémico en el Caribe
(2,3).
- Introducción DEN 1 en el Caribe,
Texas (EUA), América Central y
norte de Sudamérica.

Década del 80
- Epidemia en el norte de Brasil (1,4), Río de
Janeiro (1), Bolivia, Paraguay, Ecuador
Década del 90
(1) y Perú (1,4).
- Dengue hemorrágico en casi
- Dengue hemorrágico en Cuba (2)
toda la región del Caribe, cen-
- Introducción de A. albopictus en Texas y
tro y sur de América.
Brasil.
- Reintroducción del serotipo 3
en Centroamérica.
- Hiperendemicidad. Epide-
mias extendidas.
- Fiebre dengue en Argentina
(2). Salta 1998.
- A. albopictus en Misiones, Ar-
gentina. 1997.
- Sólo Canadá, Chile, Uruguay
Año 2000 y Bermudas no denunciaron
- Epidemia en Paraguay (1) y en el NEA dengue.
argentino (1). - Brotes de fiebre amarilla en
- Introducción del serotipo 3 en Río de Perú y Bolivia (Santa Cruz de
Janeiro, del 2 en el sur de Brasil y norte la Sierra).
de Paraguay.
- Circulación de los 4 serotipos en las Amé-
ricas.
512 Arch.argent.pediatr 2001; 99(6) / Actualización

década 1990-99 se informaron unos 45.000 drástica– la epidemiología de la enferme-


casos. Además de este aumento constante dad. Por sus hábitos rurales/urbanos, A.
en la incidencia, se observa también que albopictus es un vector adecuado para in-
más países se enfrentan al dengue grave. termediar entre los ciclos selvático y urba-
En la última década, 25 países de América no de la fiebre amarilla (en el ciclo selvático
notificaron DH; el 96% de los casos provi- los vectores de fiebre amarilla son mosqui-
no de Colombia, Nicaragua, México, Vene- tos del género Haemagogus). Compite con
zuela y Cuba (esta vez con sólo 205 casos).5 éxito con A. aegypti, mostrando un área de
La tasa de letalidad en este continente es circulación mundial más amplia por su
del 1,3%, pero puede variar en distintos mayor resistencia a factores climáticos. Ha
años y regiones, por ejemplo México, con sido comprobado su papel en la transmi-
8,1% en 1995 (OPS-OMS). Esta dispersión sión natural del dengue en Asia. 10,11 A. albo-
también se observa en la relación casos DH/ pictus, al igual que A. aegypti, no son mos-
casos de dengue, que puede ser de 1/6 (Ve- quitos americanos. Fueron introducidos
nezuela 1995) a 1/5.134 Costa Rica, 1995),5 desde Africa (siglo XVII o XVIII) y Asia
dependiendo de múltiples factores como (siglo XX), respectivamente. A. albopictus
la historia de los serotipos circulantes, la se encontró en forma permanente en Texas,
susceptibilidad de la población y la abun- Estados Unidos, en 1985; en Brasil en 1986
dancia del vector. y a partir de 1993, en República Dominica-
En América circulan los cuatro serotipos na y México.12,13 A partir de su rápida dis-
virales. En la mayoría de los países se ob- tribución por Brasil, fue hallado en la pro-
serva la circulación simultánea de tres vincia de Misiones en 1997 (Comunicación
serotipos y en algunos cuatro. Esta caracte- del Dr. Nicolás Scheweigmann).
rística de hiperendemicidad condiciona el Otros vectores, menos importantes en
desarrollo del DH. la transmisión de la enfermedad, han sido
Con excepción de Chile, Canadá y Ber- señalados en distintas regiones14 (no en
mudas, el resto de los países de América nuestro país), sin embargo hasta el mo-
está infestado con Aedes aegypti. Estos tres mento Aedes aegypti causa la casi totalidad
países y Uruguay –que tiene circulación del de los casos y sobre él deben dirigirse los
vector– son los cuatro estados americanos esfuerzos de control.
que no denunciaron casos autóctonos. La
abundancia del vector, medida con los índi- Situación epidemiológica en
ces domiciliario y de Breteau (número de Argentina y países limítrofes
domicilios infectados y número de recipien- Las últimas epidemias de dengue en
tes positivos cada cien domicilios inspec- Argentina de 191615 y 1926,16 que afectaron
cionados, respectivamente) muestra en ge- la región mesopotámica, tuvieron su ori-
neral el fracaso de los planes de control del gen en Paraguay, pero no llegaron a la
vector, además de la complejidad de facto- ciudad de Buenos Aires, a pesar de la circu-
res que concurren en su mantenimiento y lación de Aedes aegypti, presente desde por
dispersión urbana. Por otro lado, superan lo menos la primera epidemia de fiebre
con creces el nivel considerado de riesgo amarilla en 1858, hasta la última en 1896.17
para la transmisión de la fiebre amarilla. De manera similar, la epidemia de dengue
El vector principal es Aedes aegypti, cau- en Paraguay y los brotes en el nordeste
sante de la casi totalidad de los casos. Sin argentino del verano de 2000 tampoco pro-
embargo, está comprobado que Aedes albo- dujeron un brote en Buenos Aires.
pictus es un vector eficiente de los cuatro En 1998 se produjo un brote en la región
serotipos virales (en condiciones de labo- subtropical de la provincia de Salta, con
ratorio, ejemplares americanos fueron com- más de 800 casos clínicos de dengue clási-
petentes para los cuatro serotipos),6,7 a lo co,18 causados por el serotipo DEN 2. Hay
que se agrega la posibilidad de transmi- indicios serológicos de la ocurrencia ante-
sión vertical (transovárica), 8,9 con lo cual el rior de casos autóctonos en esa región. 19
ciclo de circulación viral en una región Desde fines de 1999 hasta abril de 2000,
podría existir sin la infección humana. Esto Paraguay presentó una epidemia de pro-
puede cambiar en un futuro –y en forma bablemente varios cientos de miles de ca-
El dengue como problema de salud pública / 513

sos. La Organización Panamericana de la ma de salud. Las grandes ciudades de la


Salud (OPS) comunicó una tasa de inciden- Argentina estuvieron en serio peligro de
cia de 441,81 por 100.000 habitantes, muy epidemia dado el intenso tránsito de per-
superior a los Estados que presentaban la sonas y población migrante que existe en
mayor incidencia en igual período (Ecua- éstas. Un estudio 27 indicó que el 68,4 % de
dor le siguió con 166,31). El serotipo res- los pacientes que arribaron a Buenos Aires
ponsable de la epidemia fue DEN 1, que provenientes de Paraguay, con dengue con-
estuvo circulando previamente en la re- firmado por laboratorio, lo hicieron en pe-
gión. El último brote de Paraguay en 198820 ríodo de viremia. Para ese período (primer
y del sudeste de Brasil en 198621 fue causa- trimestre de 2000) el índice de Breteau en
do por DEN 1 y todos los casos se informa- Buenos Aires era mayor a 40% en la Capital
ron como fiebre dengue. La circulación del Federal y entre 30 y 80% en el conurbano
mismo serotipo explicaría porqué no se bonaerense (informe del Departamento de
registraron casos de DH. Sin embargo la Zoonosis del Ministerio de Salud de la
situación en los próximos años puede cam- Nación).
biar por la introducción desde el norte de A fines de los ‘80, Bolivia tuvo epide-
Brasil del serotipo DEN 2. Este serotipo fue mias por DEN 1 20 pero en la década si-
la causa de epidemias extendidas a partir guiente circuló DEN 2,28 que se introdujo
de la década del 90: 197.000 casos en 1997, en la frontera noroeste argentina en 1998.
530.000 en 1998, 184.000 en 2000,21 pero con Una preocupación de la salud pública en
circulación simultánea de los dos serotipos esa región es la posibilidad de urbaniza-
en varios estados, lo que produjo DH. La ción de la fiebre amarilla. En las últimas
magnitud de una epidemia de dengue y los décadas se observó un incremento sustan-
trastornos que produce en la sociedad sólo cial de casos: 1.212 en el período 1970-79,
se perciben ante la misma. En 1997, el mu- 1.625 entre 1979 y 1989, siendo el 80% ori-
nicipio de Natal (capital de Río Grande do ginarios de Bolivia y Perú. 5 En 1995, este
Norte, población 720 mil habitantes) pade- último país registró un brote de magnitud:
ció una epidemia con 14.209 casos notifica- 510 casos con una letalidad del 38%. En
dos, de los cuales 27 se clasificaron como 1999 se produjeron 71 casos en el departa-
DH con una letalidad del 20%. 22 En el trans- mento de Santa Cruz de la Sierra (frontera
curso de 2001, Brasil notificó 340.000 ca- noroeste de Argentina) con una letalidad
sos. 23 Si se comparan los casos y los muer- del 52%. Un estudio realizado 29 reveló que
tos por dengue hemorrágico con el brote de 51 de esos casos correspondieron a un bro-
1998, la situación es mucho más grave: te selvático ocurrido entre enero y abril,
528.000 casos en 1998, 340.000 a septiembre que además existió riesgo de urbanización
de 2001, pero 105 casos de dengue hemo- de la enfermedad por la alta infestación de
rrágico en 1998 contra 508 en igual período Aedes aegypti y que la clasificación de algu-
de 2001, con 10 y 23 óbitos respectivamen- nos casos no era claramente selvática. 29,30
te. Trescientos de los casos graves sucedie- En junio de 2001, Brasil informó una epi-
ron en Río de Janeiro donde se introdujo el zootia de fiebre amarilla en monos en el
serotipo 3, 23 hecho novedoso en la región estado de Río Grande do Sul, que habría
(previamente circularon los serotipos 1 y comenzado en marzo. Existió confirma-
2).24 El impacto sobre el turismo en Río de ción oficial de presencia de virus de fiebre
Janeiro puede afectar la economía en va- amarilla en mosquitos Haemagogus en un
rios millones de dólares. municipio del estado de Río Grande. A
En coincidencia con la epidemia de Pa- partir de estos acontecimientos se inició
raguay, 25 se registraron dos brotes en el tanto en Brasil como en nuestro país (Co-
nordeste argentino, en las provincias de rrientes y Misiones), un plan de vacuna-
Misiones (158 casos) y de Formosa (181 ción a la población del área, y vigilancia
casos) de fiebre dengue (DEN 1). Otras clínica, virológica y entomológica, que in-
provincias notificaron casos sumando un cluyó una muestra en monos Alouatta caraya
total de 471, 26 pero el verdadero número de en la provincia de Corrientes.31 El análisis
infectados es mayor, habida cuenta de las de estos hechos indica que la región está en
formas clínicas no detectadas por el siste- riesgo de fiebre amarilla urbana.
514 Arch.argent.pediatr 2001; 99(6) / Actualización

De estos datos surge que: 1) en Argenti- La enfermedad indiferenciada se carac-


na han circulado dos serotipos en forma teriza por fiebre (en general no supera los
independiente: el DEN 1 en el nordeste y 38° C axilar) y discretas manifestaciones
DEN 2 en el noroeste; 2) de acuerdo con la que incluyen mialgias, cefalea, astenia,
patogenia admitida para el DH, esa pobla- anorexia, en ocasiones odinofagia, males-
ción está expuesta a la enfermedad si cam- tar abdominal, estado nauseoso, constitu-
bia el serotipo circulante, evento probable yendo un cuadro clínico difícil de diferen-
dada la situación en los países vecinos; 3) ciar de estados febriles de variada etiolo-
asentamientos humanos de población gía, autolimitados y que no afectan el esta-
migrante en las grandes ciudades están en do general. Debe sospecharse la posible
igual riesgo si adquirieron la infección en infección por virus dengue en estos casos
su país de origen; 4) la nacionalidad de esa no característicos, en aquellas personas pro-
población no es homogénea, predominan- venientes de áreas con transmisión de la
do habitantes oriundos de Bolivia, Para- enfermedad y que no tienen síntomas cata-
guay y en menor número Perú, lo cual rrales. La recuperación es rápida y no exis-
condiciona distintos tipos de inmunidad te astenia residual. Los síntomas pueden
serotípica; 5) el alto tránsito de personas ser tan escasos como sólo fiebre de 24 horas
desde regiones con transmisión de dengue de duración,33 por lo que es importante
(turismo y migraciones) puede provocar valorar los antecedentes epidemiológicos.
un brote extendido en los grandes conglo- Es difícil cuantificar la incidencia de esta
merados humanos donde se detectó A. forma clínica en un brote epidémico, ya
aegypti; 6) la baja incidencia de casos como que tiene un bajo diagnóstico.
viene sucediendo en 2001 puede obedecer La fiebre dengue, dengue clásico o fie-
a múltiples factores que hacen a la transmi- bre “rompe huesos” presenta, por el con-
sión del dengue, 32 pero de ninguna manera trario, una signosintomatología florida, con
interpretarse como una tendencia futura y, algunos elementos muy sugestivos para el
7) la posibilidad de volver a tener brotes de diagnóstico. La hipertermia es de comien-
fiebre amarilla urbana y de fiebre amarilla zo brusco, con registros de 39° y 40° C.
selvática (último brote en Argentina en Algunos pacientes manifiestan malestar
1966). general 24 horas antes de la hipertermia. Se
El vector se ha dispersado en las zonas describe una secuencia bifásica, con doble
más pobladas de la Argentina, con una curva febril separada por 24 a 48 horas de
distribución que abarca 14 de las 23 juris- apirexia, pero no es la forma habitual de
dicciones argentinas, incluida la Ciudad presentación. La fiebre puede persistir has-
de Buenos Aires. ta dos semanas, pero con curva declinante.
Las mialgias son constantes y afectan a
Patogenia y manifestaciones clínicas casi todos los grupos musculares, limitando
La viremia se produce desde 48 horas la actividad normal. Son particularmente
antes de la aparición de los síntomas hasta intensas en la musculatura de los ojos, a tal
cinco días después, período crítico para punto que el paciente privilegia esta locali-
mantener el ciclo de transmisión. La incu- zación cuando relata sus síntomas. La cefa-
bación es breve: desde dos a siete días. Una lea, también constante, agrava este dolor.
vez infectado, el paciente puede desarro- Son frecuentes las artralgias de grandes y
llar las siguientes situaciones clínicas: 1) pequeñas articulaciones, pero no es habi-
no presentar sintomatología pero sí res- tual encontrar signos de artritis. Esta forma
puesta inmunológica: infección sin enfer- de inicio carece de signos y síntomas de
medad asociada; 2) enfermedad indiferen- afección de la vía aérea superior. De hecho,
ciada; 3) dengue clásico (fiebre “rompe hue- la ausencia de rinotraqueítis es muy impor-
sos”) con hemorragias o sin ellas; y, 4) tante para diferenciar esta fiebre de aque-
dengue grave (dengue hemorrágico) con llos cuadros causados por virus respirato-
shock hipovolémico o sin él. En las cuatro rios (influenza, parainfluenza, adenovirus,
situaciones el paciente queda condiciona- sincicial respiratorio etc.) con los cuales suele
do para desarrollar dengue grave ante una confundirse. La odinofagia, referida por al-
futura reinfección heterotípica. gunos pacientes, debe valorarse con cuida-
El dengue como problema de salud pública / 515

do: es la manifestación del enantema viral y Los diagnósticos diferenciales más co-
no tiene las características semiológicas de munes incluyen: leptospirosis, paludismo,
una faringitis bacteriana o viral (no se ob- enfermedades exantemáticas, fiebres ines-
servan exudados y el eritema faucial no es pecíficas de etiología viral, gastroenteritis,
intenso, tampoco existe repercusión marca- etc. dependiendo de la epidemiología de
da de los ganglios regionales y no se asocia cada enfermo. La forma febril no ictérica
a catarro de vía aérea). de la leptospirosis y la fase prodrómica del
Las manifestaciones digestivas (náu- síndrome de Weil presentan similitudes
seas, vómitos, dolor abdominal y diarrea) clínicas; sin embargo, el dolor retroorbi-
son citadas con distinta frecuencia. 1,34,35 La tario, las artralgias francas y el exantema
diarrea puede estar presente hasta en el pruriginoso están ausentes, con una res-
30% de los casos, 33 lo que puede llevar al puesta leucocitaria distinta. La afección de
diagnóstico erróneo de “gastroenteritis”. la vía aérea superior distingue a las deno-
Un hecho clínico importante en el diag- minadas virosis respiratorias. Cuando afec-
nóstico es la aparición del exantema (en el ta a la población pediátrica, el exantema
50% de los pacientes), que además tiene suele confundirse con el sarampión; sin
dos particularidades notables: es muy pru- embargo, están ausentes los tres catarros
riginoso y presenta un marcado signo de típicos del mismo. Las adenomegalias,
vitropresión, lo cual revela su carácter con- esplenomegalia y el curso atenuado de la
gestivo. El exantema puede ser muy fugaz rubéola bastan para diferenciar ambas en-
o persistir varios días, adoptar una confi- fermedades. El paludismo por Plasmodium
guración morbiliforme, escarlatiniforme o vivax, presenta un área de superposición
de ambos tipos, con afectación de palmas y endemoepidémica en la frontera norte de
plantas. En los primeros días puede apare- la Argentina. Las formas febriles indife-
cer una erupción y en la segunda fase un renciadas del dengue pueden confundirse,
exantema de mayor duración e intensidad, pero la esplenomegalia caracteriza al palu-
pero lo habitual es que se conforme con los dismo. En pacientes provenientes de esta
primeros síntomas y persista hasta la decli- región es conveniente estudiar ambas en-
nación de la fiebre. fermedades sistemáticamente. En la zona
La hiperemia conjuntival (20 a 50% de subtropical circulan, además, otros arbo-
los pacientes) es la expresión de la vasculitis virus, algunos estrechamente relacionados,
subyacente. como el virus San Luis (flavivirus), que
En el dengue clásico pueden observarse pueden dar reacciones de laboratorio cru-
hemorragias entre el 8 y 43% de los pacien- zadas.
tes: 36-38 petequias, epistaxis, metrorragia, El cuadro clínico de inicio del dengue
con trombocitopenia o sin ella, con prueba grave es similar al descripto para el dengue
del lazo positiva o negativa. En la casi clásico. En los primeros días, el curso de la
totalidad de los casos son autolimitadas y enfermedad no presagia los acontecimien-
de poca trascendencia hemodinámica. La tos posteriores. Alrededor del quinto día
presencia de hemorragias no es suficiente de iniciados los síntomas en los niños, y
para clasificar un caso como dengue grave uno o dos días más tarde en los adultos, se
o dengue hemorrágico, ya que esta defini- manifiestan los signos clínicos que indican
ción necesita del desarrollo del mecanismo el desarrollo del dengue grave. Con el des-
de extravasación plasmática, como se verá censo de la temperatura reaparecen o se
más adelante. intensifican síntomas como el dolor abdo-
Los hallazgos de laboratorio más fre- minal, las náuseas y los vómitos, como así
cuentes son: leucopenia con linfomonocito- también los trastornos del sensorio, que al
sis, elevación muy moderada de aspartato comienzo pueden ser imperceptibles. En
aminotransferasa33,34 sin hiperbilirrubine- los niños se cita con diferente frecuencia
mia y trombocitopenia, en general no me- (entre el 45 y 91%) una hepatomegalia de
nor a 50.000/ml. instalación rápida,1 que aparece también
La convalecencia en el dengue clásico en los adultos más a menudo que en los
puede durar varias semanas por la astenia casos de dengue clásico. Los pacientes pue-
y las mialgias residuales. den presentar ictericia por aumento de la
516 Arch.argent.pediatr 2001; 99(6) / Actualización

bilirrubina conjugada y elevación de tran- miocardiopatía 45 que presentan algunos


saminasas por diez, lo cual indica lesión enfermos.
hepatocelular. 39,40 Luego del descenso de la La extravasación plasmática es conse-
fiebre aparecen las hemorragias: hema- cuencia de la liberación de sustancias
temesis, gingivorragia, epistaxis, metrorra- vasoactivas (interleuquinas y otros media-
gia, hemorragias cutáneas y en sitios de dores químicos) que alteran la permeabili-
punción venosa e intramuscular. El signo dad de los endotelios capilares. Este meca-
del lazo positivo anticipa las hemorragias. nismo es puesto en marcha ante una rein-
Se practica colocando en el antebrazo el fección por virus dengue de un serotipo
manguito del tensiómetro, dejándolo a una distinto al de la primoinfección. Los anti-
tensión media por 3 minutos, para obser- cuerpos heterotípicos no actúan neutrali-
var por debajo, la aparición de petequias zando al virus de reinfección. Por el con-
(normal de 0 a 3 por cm2 ). trario, existe un mayor reclutamiento y
Los signos de extravasación plasmática aumento de la replicación de las partículas
son, desde el punto de vista fisiopatológico, virales, con una respuesta más intensa in-
los más graves, ya que conducen a la hipo- munomediada por los fagocitos mononu-
volemia y al choque. La pérdida de la capa- cleados, que lleva a la liberación de las
cidad de retener plasma por los capilares sustancias vasoactivas mencionadas.46-48 La
se traduce en el pasaje de agua, electrólitos teoría del refuerzo inmunológico ha sido
y proteínas del compartimiento vascular a comprobada por múltiples trabajos cientí-
un tercer espacio: hidrotórax, ascitis, hidro- ficos y en terreno. En la fisiopatología del
pericardio y en consecuencia hipovolemia dengue hemorrágico intervendrían los si-
con hemoconcentración. 1,41,43 guientes mecanismos:49 adherencia viral a
El aumento del hematócrito (mayor al los monocitos, posterior replicación den-
20% del correspondiente a edad, sexo y tro de los mismos y viremia amplificada;
antecedentes) es considerado un dato de adherencia a otras estirpes celulares con
valor para medir la hemoconcentración; muerte de las mismas por apoptosis; anti-
sin embargo, puede estar influido por la cuerpos antidengue reaccionando en for-
pérdida concomitante de hematíes cuando ma cruzada con el fibrinógeno, células
el sangrado es abundante (cuando la rela- endoteliales y plaquetas, ya sea en forma
ción Hto/Hb • 3,5 = hemoconcentración) o directa o a través del sistema del comple-
por la reposición de líquidos. En este senti- mento; activación de linfocitos T citotóxicos
do es más sensible y precoz detectar una y liberación de interleuquinas 1, 2, 7 y 8,
pequeña cantidad de líquido ascítico con interferón gamma, factor alfa de necrosis
una ecografía abdominal 1 o la presencia de tumoral y otros mediadores químicos con
derrame pleural. La magnitud de la extra- propiedades vasoactivas. Existe una com-
vasación y una inadecuada valoración del probación epidemiológica que indica la
cuadro clínico pueden conducir al shock necesidad de circulación secuencial de por
hipovolémico. La disminución de la ten- lo menos dos serotipos para el desarrollo
sión arterial diferencial produce un pulso de dengue hemorrágico en una región. 50 La
de amplitud corta (filiforme) con taqui- epidemia de Cuba de 1981, por el serotipo
cardia, signos de hipoperfusión periférica 2, fue posterior a una causada cuatro años
y central con estado confusional y signos antes por el serotipo 1 y fue la primera en el
lipotímicos. La diaforesis intensa y los vó- continente en presentar casos de dengue
mitos incrementan la hipovolemia. De per- hemorrágico. Veinte años después de la
sistir el shock se llega a una fase irreversi- epidemia por serotipo 1, la nueva intro-
ble, caracterizada por severos trastornos ducción del serotipo 2, causó un brote de
metabólicos y falla multisistémica. La coa- dengue hemorrágico (1997).
gulación intravascular diseminada no es Varios investigadores han señalado,
un evento habitual, y si se presenta lo hace además, otros factores en la génesis del
como manifestación premortem. En los úl- dengue hemorrágico: a) individuales:51 es
timos años se han realizado estudios para más frecuente en la raza blanca que en la
determinar el papel del virus en la génesis negra, en niños y en mujeres. Afecta más a
de la encefalitis o la encefalopatía44 y la los bien nutridos y a personas con enfer-
El dengue como problema de salud pública / 517

medades crónicas como el asma y se ha En el dengue grave, el ascenso del he-


relacionado con el antígeno mayor de matócrito se utiliza como seguimiento para
histocompatibilidad; b) virales: se consi- evaluar el grado de hipovolemia, con las
dera que diferencias en la estructura genó- limitaciones señaladas. La extravasación
mica52 se traducirían en cepas con distinta causa hipoproteinemia. La trombocitopenia
virulencia, especialmente las asiáticas. Otro es constante y el grado de disminución es
factor crítico está dado por la carga viral paralelo a la severidad del cuadro. La cau-
infectante; c) medioambientales: son facto- sa de la trombocitopenia, así como de los
res importantes, la densidad del vector, el sangrados es multifactorial:49 complejos in-
grado de hacinamiento de la población, el munes que alteran el trombocito, depre-
nivel socioeconómico, las migraciones, el sión medular transitoria, fijación y pene-
tipo de urbanización etc. Esto ha llevado a tración del virus dengue a las plaquetas
autores cubanos 53 a formular la hipótesis con alteración morfológica y funcional de
integral de la patogenia del dengue grave. las mismas, anticuerpos antifibrinógeno (el
La letalidad del dengue hemorrágico fibrinógeno guarda similitud en su estruc-
tiene relación con el grado de alerta y en- tura molecular con la glucoproteína viral
trenamiento del sistema de salud para de- de envoltura E), alteración de los endotelios
tectar el caso probable de dengue hemorrá- etc. La depresión medular transitoria se
gico y la conducta médica a seguir. expresa por la leucopenia.

TABLA 2. Diagnósticos diferenciales del síndrome de fiebre hemorrágica en las Américas. Causas habituales

Parámetros clínicos y epidemiológicos a valorar

Meningococemia Rápida progresión a CID. Meningitis purulenta (EP-)4

Leptospirosis (síndrome de Weil) Exposición. Nefropatía, ictericia, meningitis a LCR


claro, leucocitosis/neutrofilia, VSG elevada. (EP-)

Fiebres hemorrágicas por arenavirus Zona endémica. Predominio de hemorragias sobre


(FHA, FHB, FHV, FHB)1 extravasación plasmática. (EP+/-)

Rickettsiosis Procedencia.5 Exposición a garrapatas. Púrpura con


necrosis dérmica, leucocitosis/neutrofilia. (EP-/?)

Formas graves por CMV y EB2 Evolución progresiva y curso más prolongado. (EP-)
Linfomonocitosis persistente. Linfomonocitos activados.

Fiebre amarilla Procedencia. Agresión hepática marcada. (EP+/-)

Paludismo por P. falciparum Procedencia. Esplenomegalia. Frotis sanguíneo. (EP-)

FHSR3 Procedencia. Nefropatía, leucocitosis/neutrofilia con


linfomonocitos activados. (EP+)

Hemorragias no infecciosas: Ausencia de fase prodrómica y de cronología infec-


Púrpuras trombocitopénicas ciosa, aun con paciente febril. (EP-)
Púrpuras no trombocitopénicas
Enfermedades oncohematológicas

Fiebres hemorrágicas importadas: Procedencia (EP +)


FHSR, del valle del Rift, Ebola, Crimea-Congo, etc.

1 FHA, FHB, FHV, FHB: fiebre hemorrágica argentina, boliviana, venezolana y brasileña respectivamente.
2 CMV y EB: citomegalovirus y virus de Epstein Barr.
3 FHSR: fiebre hemorrágica con síndrome renal por hantavirus, serotipos eurasiáticos. Existen evidencias de circulación del
serotipo Seoul en las Américas.
4 EP: extravasación plasmática, mecanismo observado básicamente en las fiebres virales, especialmente por virus Dengue y
Hantavirus.
5 Rickettsiosis símil fiebre manchada por R rickettsii han sido reconocidas por el momento sólo en el noroeste argentino
(NOA).
518 Arch.argent.pediatr 2001; 99(6) / Actualización

Los diagnósticos diferenciales del den- con alto poder osmótico, se produce igual-
gue hemorrágico figuran en la Tabla 2. mente el pasaje al tercer espacio, aumen-
tando aún más su presión osmótica, cuyo
Criterios de internación y tratamiento1,54 resultado es el incremento de la hipovo-
1) Valorar antecedentes de exposición a lemia. La reaparición de ascitis, edema
virus dengue. pulmonar o persistencia del shock con he-
2) Considerar en el período crítico, entre matócrito elevado o su incremento deberá
el tercero y el sexto días de iniciada la replantear la dosificación de las soluciones
fiebre según la edad, los síntomas de parenterales.
alarma ya comentados. Como antitérmicos se utiliza el parace-
3) Si son positivos hospitalizar: tamol y en casos críticos y como excepción,
a) con hemorragias pero sin signos de la dipirona. Se contraindica la aspirina y se
extravasación plasmática: medidas deberá tener cuidado con la automedica-
de sostén (hidratación oral o paren- ción y el exceso de antitérmicos o antiinfla-
teral según el grado de deshidrata- matorios ya que pueden causar hemorra-
ción) o transfusión de sangre total o gia digestiva.
concentrado de plaquetas según el No se demostró eficacia con el uso de
hematócrito y el recuento de pla- corticoides como reguladores del mecanis-
quetas. El paciente puede estar en mo inmunomediado, o de agentes antivi-
una unidad de observación. rales como la ribavirina. Según algunos
b) con signos de extravasación y sin autores, el alfa-interferón administrado en
shock: administración de solución la fase febril o de viremia mejoraría la evo-
salina con agregado de glucosa (con- lución y disminuiría las complicaciones.1
centración final: 5%) o Ringer lactato,
considerando el estado del paciente Diagnóstico
como una deshidratación modera- Se deberá considerar caso probable de
da. Los aportes se manejan de acuer- dengue a toda persona que presente como
do al hematócrito, el estado de hidra- mínimo fiebre, sin causa aparente (por ejem-
tación y la sintomatología general. plo, afección de la vía aérea) y que provenga
Puede permanecer en una unidad de (en la última semana) de una región con
observación. Las hemorragias pro- transmisión de dengue. La odinofagia o sín-
fusas o un descenso brusco del he- tomas gastroenteríticos son compatibles con
matócrito (indicando una hemorra- el diagnóstico. De acuerdo a la signosinto-
gia visceral no visible) son indicacio- matología se clasificará como dengue clásico
nes de reposición con sangre fresca. o como fiebre indiferenciada. Cuando el pa-
c) Extravasación y shock: reposición rá- ciente procede de un área donde no se cono-
pida de líquidos a razón de 20 ml/kg ce transmisión autóctona de dengue, pero
peso. Además de las soluciones an- existe circulación de Aedes aegypti, el diag-
teriores pueden utilizarse: plasma, nóstico no tiene la misma probabilidad que
dextrán al 10% o albúmina humana. en el caso anterior. En esta situación, es igual-
No hay experiencia documentada mente útil descartar el diagnóstico por labo-
con poligelatinas o almidones isotó- ratorio, una forma de realizar la vigilancia de
nicos, pero teóricamente podrían ser la enfermedad.
utilizados.1 Se interna al paciente en Es importante considerar el anteceden-
unidad de cuidados intensivos. te de reinfección, dada la patogenia del
El fenómeno de extravasación es autoli- dengue hemorrágico, especialmente en
mitado y dura entre 24 y 48 horas en el 85% poblaciones migrantes provenientes de
de los pacientes, período en el cual se debe- países que han padecido dengue o turistas
rá tener cautela en la administración de con igual característica. Se debe recordar
líquidos para compensar el estado hipovo- que las formas asintomáticas son muy fre-
lémico, toda vez que se haya intentado con cuentes y que predisponen por igual al
el aporte rápido de soluciones cristaloides dengue hemorrágico, por lo que interesa
o coloides. Esto tiene una enorme impor- indagar la procedencia o permanencia en
tancia, ya que aun administrando líquidos una región y no un posible antecedente de
El dengue como problema de salud pública / 519

enfermedad compatible. Para el diagnósti- muestras para marcación histoquímica se


co de la forma grave, se evaluará al pacien- guardan en formol con buffer fosfato o se
te en la etapa crítica buscando los signos incluyen en parafina.
clínicos y de laboratorio ya comentados.
Para el diagnóstico de laboratorio se Prevención
utiliza en nuestro país, como técnica de Se basa en el control integrado del
rutina, la detección de IgM por algunos de vector, ya que no existen vacunas disponi-
los métodos de enzimoinmunoensayo (ELI- bles, aunque sí en etapas avanzadas de
SA). 55,56 Como los anticuerpos aparecen al experimentación. 59
quinto día de iniciados los síntomas, un El control del vector es una estrategia
resultado negativo antes de ese lapso no de salud pública donde se integran diver-
descarta el diagnóstico y se deberá realizar sos métodos.54 En forma resumida consis-
una segunda muestra. Si ésta se toma luego ten en: 1) saneamiento ambiental; 2) con-
de las dos semanas y antes de los dos me- trol químico utilizando larvicidas orga-
ses, su negatividad prácticamente excluye nofosforados como el temephos o insectici-
el diagnóstico. Los diferentes equipos en das para el rociado focal y perifocal o para
uso varían su sensibilidad y especificidad. el rociado espacial, del tipo de los organo-
Dentro de los primeros días de enferme- fosforados o piretroides. El rociado espa-
dad es posible aislar el virus del suero del cial con máquinas especiales, mochilas o
paciente o detectar material genómico del incluso aéreo es una eventualidad excep-
virus por técnica de transcriptasa inversa cional, que se reserva en caso de epidemia
seguida de reacción en cadena de la poli- para bajar la población de mosquitos adul-
merasa (RT-PCR). 57 Finalmente, con técni- tos. Contrariamente a lo que se supone, es
cas histoquímicas puede marcarse el virus de baja efectividad (pero muy espectacu-
en distintos tejidos. lar) y no afecta a las larvas; 3) control bio-
Dado que existen reacciones cruzadas lógico, cuyo espectro abarca desde el sem-
con otros flavivirus, no se considera caso brado de Bacillus thuringiensis en coleccio-
confirmado una IgM positiva o una PCR- nes de agua, que actúa matando las larvas
RT positiva.58 Sin embargo, un paciente del vector por acción de una toxina del
con clínica y epidemiología que sugieren soma bacteriano, hasta la siembra de artró-
dengue y con IgM o PCR positivas, razona- podos (pulgas de agua) que se alimentan
blemente debe ser considerado como caso de las larvas, o la manipulación genética
de dengue. para alterar la descendencia del vector.
Es confirmatorio el hallazgo de serocon- Todas estas medidas requieren de vo-
versión (muestra de período agudo y de luntad política y activa participación co-
convalecencia) para IgG con técnica de in- munitaria.
hibición de la hemaglutinación (IHA), ELI- A juzgar por la progresión de la enfer-
SA o neutralización (NT); el aislamiento medad en casi todo el mundo, es indudable
viral o la marcación en tejidos. La NT es que las medidas de lucha antivectorial han
una técnica específica, que en una infec- fracasado en todos los países, con excep-
ción primaria permite determinar si los ciones que sólo confirman la generaliza-
anticuerpos hallados corresponden a virus ción anterior. La falta de éxito no es sólo un
dengue o a otro flavivirus y en ese caso, problema de presupuesto, como lo demues-
qué serotipo está involucrado.58 tra Brasil, sino de hechos muy complejos
Para aislamiento del virus o para PCR que tienen relación con la sociedad y la
se recomienda obtener suero antes del quin- cultura humana. Aedes aegypti convive es-
to día y refrigerarlo (sirve también para la trechamente con el hombre. Por tal razón,
serología) pero luego de las 72 horas de el descuido de políticas ambientales, la cri-
obtenido conviene congelarlo a –60°C. Igual sis socioeconómica, los fenómenos migra-
procedimiento de congelación se realiza en torios asociados a urbanizaciones preca-
casos de biopsias o tejidos de autopsias rias, el cambio climático global, por citar
como hígado, pulmón, bazo, corazón, don- algunos ejemplos, pueden ser señalados
de también puede recuperarse el virus. Las como responsables de esta realidad. z
520 Arch.argent.pediatr 2001; 99(6) / Actualización

BIBLIOGRAFÍA
1. Martínez Torres E. Dengue y dengue hemorrágico. 20. Pinheiro FP. El dengue en las Américas. 1980-87.
Buenos Aires: Martínez Torres y Laboratorio Elea, Boletín Epidemiológico. Washington DC, Orga-
1998. nización Panamericana de la Salud. 1989; 10:1-8.
2. Thaithumyanob P, Thisyakorn U, Deerojnawong, 21. Schatzmayr HG. Dengue situation in Brazil by
Inni BL. Dengue infection complicated by severe year 2000. Memórias do Instituto Oswaldo Cruz
hemorrhage. Clin Infect Dis 1994: 18:248-49. On line 2000; (Suppl. I):179-81.
3. Chye JK, Lim CT, Ng KB, Lim JM, George R, Lam 22. Ministério da Saúde. Fundacao Nacional de
Sk. Vertical transmission of dengue. Clin Infect Saúde. Epidemia de dengue em Natal e muni-
Dis 1997; 25:1374-77. cípios circunvizinhos. Natal-Brasil 1997.
4. Gubler DJ. Dengue and dengue hemorrhagic 23. Gazeta Mercantil del 29 de outubro de 2001. Fonte:
fever. Clin Microbiol Rev 1998; 11:480-96. Ministério da Saúde. Fundaçao Nacional de
5. Pinheiro FP. Epidemiología y prevención del Saúde, Brasil, 2001.
dengue y la fiebre amarilla en las Américas. En: 24. Nogueira RM, Miagostovich MP, Schatzmayr HG
Asociación Argentina de Zoonosis (eds.). Temas et al. Dengue in the State of Rio de Janeiro, Brazil,
de Zoonosis y Enfermedades Emergentes. Bue- 1986-1998. Mem Inst Oswaldo Cruz 1999; 94 (3):
nos Aires 1998:314-7. 297-304.
6. Scheweinmann N, Boffi R. Aedes aegypti y Aedes 25. Promed. Dengue Paraguay (12-03-00). http://
albopictus: situación entomológica de la región. www.promedmail.org
En: Asociación Argentina de Zoonosis (eds.). 26. Coordinación Nacional de Vectores, Ministerio
Temas de Zoonosis y Enfermedades Emergentes. de Salud de la Nación (MSN). Dengue: preven-
Buenos Aires, 1998:259-63. ción y control. Guía para Municipios. Buenos
7. Gubler DJ, Rosen L. Variation among geographic Aires: MSN, 2000.
strains of A. albopictus in susceptibility to infection 27. Seijo A, Cernigoi B, Deodatto B. Imported den-
with dengue viruses. Am J Trop Med Hyg 1976; gue in Buenos Aires, Argentina. Emerg Infec Dis
25:318-25. 2000; 6 (6):655-56.
8. Rosen L. Shroyer DA, Tesh RB, Freier JE, Lien JC. 28. Van der Stuyft. Dengue serotype 2, subtype III
Transovarial transmission of dengue viruses by (Jamaica) epidemic in Santa Cruz, Bolivia. Tropi-
mosquitoes: Aedes albopictus and Aedes aegypti. cal Científica 1997; 549:144-6.
Am Trop Med Hyg 1983; 32:1108-19. 29. Gianella A, Holzmann A, Lara J, Céspeders JL,
9. EricHull B, Tikasingh E, Martínez R. Natural Garrón T, Velasquez N. Brote de fiebre amarilla
transovarial transmission of dengue 4 virus in selvática en el departamento de Santa Cruz, Boli-
Aedes aegypti in Trinidad. Am J Trop Med Hyg via, año 1999. Boletín Científico del CENETROP
1984; 33:1248-50. (Centro Nacional de Enfermedades Tropicales).
10. Rudnick A, Chan YC. Dengue 2 virus in naturally 1998-1999; 27:10-6.
infected Aedes albopictus mosquitoes in Singapore. 30. Van der Stuyft P, Giannella A, Pirard M, Céspe-
Science 1965; 149:638-9. des JL, Lara J, Pereda C, et al. Urbanization of
11. Estrada-Franco JG, Craig Jr GB. Biología, relacio- yellow fever in Santa Cruz, Bolivia. Lancet 1999;
nes con enfermedades y control del Aedes albo- 353:1558-62.
pictus. Cuaderno Técnico Nº 42. Washington. Or- 31. Anonymus. La fiebre amarilla amenaza a la Ar-
ganización Panamericana de la Salud, 1995. gentina. Control de plagas 2001; 12:14-7.
12. Organización Panamericana de la Salud. Aedes 32. Kuno G. Review of the factors modulating dengue
albopictus en las Américas. 99ª Reunión del Comi- transmission. Epidemiol Rev 1995; 2(17):321-35.
té Ejecutivo del Consejo Directivo de la OPS. 33. Seijo A, Cernigoi B, Deodatto B. Dengue importa-
Washington DC: OPS, 1987. do de Paraguay a Buenos Aires. Estudio clínico y
13. Rai KS. Aedes albopictus in the Americas. Annu epidemiológico de 38 casos. Medicina (Buenos
Rev Entomol 1991; 36:459-84. Aires) 2001; 61:137-41.
14. Fuentes O, López R, Marquetti MC, Lugo J. 34. Gubler DJ. Dengue and dengue hemorrhagic
Presence of Aedes (Gimnometopa) mediovittatus fever. Clin Microbiol Rev 1998; 11:480-96.
in Cuba: a new factor to be considered in the 35. Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud
national campaign to erradicate dengue. Bull Pan de Nicaragua. Brote de dengue con manifestacio-
Am Health Org 1992; 26:911-14. nes hemorrágicas durante el año 1992 en el De-
15. Gaudino NM. Dengue. Rev San Milit Arg 1916; partamento de León. Nicaragua, 1993: 86-88.
15:617-27. 36. Padbidri VS, Adhikar P, Thakare JP, et al. The
16. Gandolfo Fonso C. Fiebre Amarilla y Dengue. En: 1993 epidemic of dengue fever in Mangalore,
Clínica de las Enfermedades Infecciosas y su Tra- Karnatake state, India. Southeast Asian Am J
tamiento. 3ª ed. Buenos Aires: Ilustración Río Trop Med Public Health 1995; 26 (4):699-704.
Platense, 1945: 494-500. 37. Halstead SB. Dengue and chikungunya virus
17. Penna J. Lecciones clínicas sobre enfermedades infections in man in Thailand, 1962-1964. Clinic and
infecciosas. Buenos Aires: La Semana Médica epidemiologic studies in the Bangkok metropolitan
editor, 1912: 1-20. area. Am J Trop Med Hyg 1969; 18:984-1021.
18. Zaidenberg M. Emergencia de Dengue en la Ar- 38. Fagbanai AH, Matiaka JU, Shrestha M, Gubler
gentina. Epidemia de Dengue en Salta. Epi- DJ. Dengue type 1 epidemic with haemorrhagic
demiología y Vacunas 1999; 3:1-4. manifestations in Fiji, 1989-1990. Bull WHO 1995;
19. Aviles G, Rangeon G, Vorndam V et al. Dengue: 73(3):291-7.
Reemergence in Argentina. Emerg Infect Dis 1999; 39. Kuo CH, Tai D, Chang Chien CS, Lan CK, Chiou
5:575-8. SS, Liaw YF. Liver biochemical test and dengue
El dengue como problema de salud pública / 521

fever. Am J Trop Med Hyg 1992; 47 (3):265-70. 51. Thein S, Aung MM, Shwe TN et al. Risk factors in
40. Bhamarapravati I. Pathology of Thai hemorragic dengue shock syndrome. Am J Trop Med Hyg
fever: an autopsy study Bull WHO 1965; 35(1):47-8. 1997; 56:566-72.
41. Green S, Vaughn DW, Kalayanarooj S, et al. Early 52. Thant KZ, Morita K, Igarashi A. Detection of the
immune activation in acute dengue illness is disease severity-related molecular differences
related to development of plasma leakage and among new thai dengue-2 isolates in 1993, based
disease severity. J Infect Dis 1999; 179:755-62. on their structural proteins and major non-struc-
42. Guzmán MG, Martínez E, Rivero R, Kourí G. Clinical tural protein NSI sequences. Microbiol Immunol
and serologic study of cuban children with dengue 1996; 40:205-216.
hemorrhagic fever/dengue shock syndrome (DHF/ 53. Kouri G, Guzmán MG, Bravo JR, Triana C. Den-
DSS). PAHO Bull 1987; 2 (3):270-8. gue hemorrhagic fever/dengue shock syndrome:
43. Rigau-Pérez JG. Clinical manifestations of den- lessons from the Cuban epidemic 1981. Bull WHO
gue hemorrhagic fever (DHF) in Puerto Rico. Am 87(4):375-80.
J Trop Med Hyg 1994; 51:126-7. 54. Organización Panamericana de la Salud (OPS/
44. Lum LC, Lam SK, Choy YS, George R, Harun F. OMS). Dengue y dengue hemorrágico en las
Dengue encephalitis: a true entity? Am J Trop Américas: guías para su prevención y control.
Med Hyg 1996; 54 (3):256-9. Publicación científica Nº 548. Washington DC:
45. Vidal B, Martínez E. Alteraciones endocárdicas OPS, 1995.
en el dengue hemorrágico. Rev Cubana Pediatr 55. Laferté J, Pelegrino JL, Guzmán MG, González G,
1986; 58(1):68-77. Vázquez S, Hermida C. Rapid diagnosis of den-
46. Halstead SB. Pathogenesis of dengue: challenges gue virus infection using a novel 10 ul IgM
to molecular biology. Science 1988; 239:476-81. antibody capture ultramicroELISA assay (MAC
47. Kliks SC, Nisalak A, Brandt WE, Wahl L, Burke UMELISA Dengue). Adv Modern Biotechnol 1992;
DS. Antibody-dependent enhancement of den- 1:194.
gue virus growth in human monocytes as a risk 56. Kuno G, Gomez I, Gubler DJ. An ELISA procedure
factor for dengue hemorrhagic fever. Am J Trop for the diagnosis of dengue infections. J Virol
Med Hyg 1989; 40:444-51. Methods 1991; 33:101-13.
48. Vaughn DW, Green S, Kalayanarooj S et al. Den- 57. Lanciotti RS, Calisher CH, Gubler DJ, Chang GJ,
gue viremia titer, antibody response pattern, and Vorndam AV. Rapid detection and typing of den-
virus serotype correlate with disease severity. gue viruses from clinical samples by using reverse
JID 2000; 181:2-9. transcriptase-polymerase chain reaction. J Clin
49. Martínez E. Fisiopatología de la fiebre hemorrá- Microbiol 1992; 30:545-51.
gica dengue. Buenos Aires: Laboratorios Elea, 1999. 58. Vordam V, Kuno G. Laboratory diagnosis of den-
50. Guzmán MG, Kourí G, Bravo J, Soler M, Martínez gue virus infections, in Gubler DJ and Kuno G
E. Sequential infection as a risk factor for DHF/ editors. Dengue and dengue hemorrhagic fever.
SSD during the 1981 dengue hemorrhagic cuban CAB International,1997.
epidemic. Mem Inst Oswaldo Cruz 1992; 86 (3): 59. PAHO. Development of a vaccine against dengue
367-8. fever. Washington DC: PAHO: 1-38.

FE DE ERRATAS

Varicocele en la pubertad y adolescencia: una nueva perspectiva para el pediatra.


Arch.argent.pediatr 2001; 99(5):471-476.

En la nómina de autores: en lugar de Enrique Ruiz debe leerse Eduardo Ruiz.

También podría gustarte