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juncos o paja y ot ra, la superior, cub ierta co n es-
coberas. El piso del chozo es el sue lo natu ral o,
co mo m áxim o, losas de pizarra. El fu ego (hogar)
se sitúa en el centro de l chozo, no existiendo otro
ti po de ventilaci ón (explicable porque con el hum o
no anida n parás itos ) qu e el espacio de la puerta ,
contribuy end o a que el tech o se ahume . La puer-
ta, de madera, se cie rra con una aldaba . En el int e-
rior del ch ozo, hay espac ios abiertos en el muro,
sin que transpa sen al exterior, que cump len la
función de alacena s. Pueden serv ir de ejemp los
los chozos visto s en Guijo de San ta Bárba ra o en
el térmi no de Serrad illa, en la fi nca de Vent a Que-
m ada. El seg undo tip o que aquí citam os se refi ere
a lo s cho zos de paja de centeno o «cuelmo», ma- Foto 1: Arm azón de t roncos para formar el chozo de paja
teria aisla nte del calor y del frío y que, adem ás, de centeno de el Casar de Cá ceres próximo a la er-
escupe el agua de lluvi a. El centeno debe t ener m ita de San Benito.
cierto grado de humedad y se coloca sobre el ar-
mazón de tron cos que forman el cho zo y que se que, en este caso, se apoyan directamente en el
recubr en ap licando manojos de paja co loc ándo los suelo. Por lo que al «de bardo » se refiere, se for -
de abajo hac ia arr ib a. El suelo, suele ser de ladri- ma éste con un cerco veget al con un grosor de
llos coc idos o de ba ldo sas med ianas . El fuego unos 0,7 0 m. de anc hura, hechos con ret amas
tambi én se col oca en el cent ro del chozo y se le propias de sotobosque for mando un tr enzado ca-
rodea con hojalat as grande s. Cuentan con alace- racte ríst ico (fig. 2). Estos vegetales se di sponen
nas portátiles. Tienen puert a de madera. Sirva de en f orm a ho rizonta l, entrelazándos e y, se sujet an
ejemplo el que todavía existe en las cercanías de po r med io de unos troncos ligeros que contienen
C áceres, co ncretame nte a pocos metros del Pica- y fijan el «bardo» y los protegen de los «hoci-
dero de La Herrad ura (fi g. 1l. Calcados para hacer queos» de los anima les. Sirv a de ejemplo los exis-
galline ros (foto 5). O los de El Casar de Cáceres tentes en el parq ue de Monfragüe (foto 4 ): Por lo
(fot o 1). que al otro t ipo se ref iere, hemos de decir que, se
hacen con t res tr onco s o «lat as» y que se recu-
bren con jara y enc ima con escoba . Reciben el
nombre de ( zahurdas» cuando son chozos para
que vivan los «guarros» (puercos), donde paren y
caben unos ocho que pesen unos 60 kgr. cada
uno . Si el chozo, en cam bio, se desti na a cabra s o
cab rit illos se den ominan «chiveros», Aun que es-
tán muy difu ndi do s, sirv an de ejemplo los exis-
tentes en F!!en de Te resa, próxim os a Jara nd illa.
(No queremos pasar adelante sin ant es aclarar
que en varias o casiones el chozo «de bardo » lo
han emp leado los past or es t rashumant es como
vivienda po r ser más itinerant e y fácil de hacer).
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En seg undo lug ar hay qu e decir que el área geográf i-
ca de la casa redonda se va reduci end o, y poco a po co se
abandonan o se modif ican. En var ios ca so s, se queman
pero no por sus propieta rios sino por campista s o caza-
d ores. .
E) CO N C LUS IO NES.-
Info r m ante s
D. Faustino (Guarda de l parque de M onfragüe)
Angela Castañares Burcio de Guijo de St a. Bárbara
Gonzalo V icente Rod ríguez de Guijo de Sta. Bárbara
Mujer es de Venta Quemada
Foto 4 Camas de paja del chozo próx imo al Picadero de La Mujeres de Fuen de Tere sa
Herradura, en Cáceres. Vecino s de Ah iga l