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VIA CRUCIS

Introducción

Señor mío Jesucristo, tu caminaste con tan grande amor este camino para morir por mí. Yo te
he ofendido tantas veces apartándome de ti por el pecado; mas ahora te amo con toda mi
alma, y porque te amo, me arrepiento Perdóname, Señor, y permítenos que te acompañemos
en esta jornada. Tú has muerto por mí, yo deseo también, mi adorado Redentor, morir de
amor por ti. Mi Jesús, viviré y moriré siempre unido a Ti.

Pausa de silencio

Oremos: Señor Jesucristo, colma nuestros corazones con la luz de tu Espíritu Santo, para
que, siguiéndote en tu último camino, sepamos cuál es el precio de nuestra redención y
seamos dignos de participar en los frutos de tu pasión, muerte y resurrección. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén. [Juan Pablo II]

+ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro.
+ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos
quien sos, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
de haberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme,
enmendarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Amén.

AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.

GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA ESTACIÓN - Jesús es condenado a muerte.

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Mateo, capitulo 27, versículos 22-23,y 26.
Pilato les preguntó: -Y ¿qué hago con Jesús, a quien llamáis el Mesías?, Contestaron ellos: -
¡Que lo crucifiquen!, Pilato repuso: -Pero ¿qué ha hecho de malo?; Ellos gritaban más y más:
- ¡Que lo crucifiquen!
Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo
crucificaran.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como Jesús, después de haber sido azotado y coronado de espinas, fue
injustamente sentenciado por Pilato a morir crucificado (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
SEGUNDA ESTACIÓN - Jesús carga con la cruz.

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Mateo, capitulo 27, versículos 27-31.


Los soldados del gobernador llevaron a Jesús a la residencia y reunieron alrededor de él a
toda la compañía. Lo desnudaron y le echaron una túnica roja por los hombros; le pusieron en
la cabeza una corona de espinas y una caña en la mano derecha. Después, hincándose de
rodillas delante de él, le hacían burla, gritando: —¡Viva el rey de los judíos!
Y le escupían y le golpeaban con la caña en la cabeza. Después de haberse
burlado de él, le quitaron la túnica, le vistieron otra vez con sus propias ropas y
se lo llevaron para crucificarle.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como Jesús, caminando con la cruz a cuestas, iba pensando en ti y ofreciendo a su
Padre por tu salvación la muerte que iba a padecer (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
TERCERA ESTACIÓN - Jesús cae por primera vez. (Lc 9, 22-25)
Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.
Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas, capitulo 9, versículos 22-25.

Y añadió Jesús: «Este Hombre tiene que sufrir mucho, ser reprobado por los
senadores, sumos sacerdotes y letrados, tiene que ser condenado a muerte y
resucitar al tercer día. Quien quiera seguirme, niéguese a sí, cargue con su cruz
cada día y venga conmigo. Quien se empeñe en salvar su vida la perderá; quien
pierda su vida por mí la salvará. ¿Qué aprovecha al hombre ganar el mundo
entero si se pierde o se malogra él?»
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera esta primera caída de Jesús. Su espalda estaba destrozada por los azotes, su
cabeza coronada de espinas y había derramado mucha sangre.
Estaba tan débil que apenas podía caminar y llevaba aquel enorme peso sobre sus hombros.
Los soldados lo empujaban, de modo que muchas veces desfalleció y cayo. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
CUARTA ESTACIÓN - Jesús encuentra a su Madre
Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.
Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas, capitulo 2, versículos 34-35.

Simeón los bendijo y anunció a María, la madre del niño:


—Mira, este niño va a ser causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos se levanten.
Es un signo de contradicción puesto para descubrir los más íntimos pensamientos de mucha
gente. En cuanto a ti misma, una espada te atravesará el corazón.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera el encuentro del hijo con su madre. Se miraron y sus miradas expresaron la agonía
que sentían en ese momento. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
QUINTA ESTACIÓN - Jesús es ayudado por el Cirineo

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Marcos, capitulo 15, versículo 21.

Por el camino encontraron a un hombre que volvía del campo, un tal Simón, natural de Cirene,
padre de Alejandro y Rufo, y le obligaron a cargar con la cruz de Jesús.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como los soldados, al ver que Jesús iba desfalleciendo cada vez más, temieron
que muriera en el camino. Como deseaban verlo morir en la cruz, obligaron a Simón, el
cirineo, a que lo ayudara a llevar la cruz. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
SEXTA ESTACIÓN
La “Verónica” enjuga el rostro de Jesús.

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Libro los Salmos, capitulo 27, versículos 8 -9.

Anda ―dice mi corazón―, busca su rostro.


Y yo busco tu rostro, Señor; no me escondas tu rostro; no rechaces con ira a tu siervo, tú que
eres mi auxilio, no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como Verónica, al ver a Jesús tan fatigado y con la cara vanada en sudor y sangre,
le ofreció un lienzo, imprimirlo en el su santa imagen. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
SÉPTIMA ESTACIÓN- Jesús cae por segunda vez.

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan, capitulo 12, versículo 24.

«Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en
verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero
si muere, da mucho fruto».
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera la segunda caída de Jesús en la cual se la agrava el dolor de las heridas tanto de
su cabeza como de todo el cuerpo. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
OCTAVA ESTACIÓN- Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas, capitulo 23, versículos 27-29.


Detrás iba también mucha gente del pueblo y mujeres que lloraban y se lamentaban. Jesús,
en cierto momento, se volvió a ellas y les dijo: —Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí;
llorad, más bien, por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque vienen días en que se dirá:
“¡Felices las estériles, los vientres que no concibieron y los pechos que no criaron!” Porque si
al árbol verde le hacen esto, ¿qué no le harán al seco?
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como algunas piadosas mujeres, viendo que Jesús iba derramando su sangre,
lloran de compasión. Jesús les consuela, “hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más
bien por ustedes mismas y por sus hijos.” (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
NOVENA ESTACIÓN - Jesús cae por tercera vez. (Mt 26, 73-75)

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Mateo, capitulo 26, versículos 73-75.


Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «Seguro que tú también
eres de ésos, pues tu habla te delata».
Entonces él empezó a imprecar y jurar: «No conozco a ese hombre».
Y enseguida el gallo cantó. Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había advertido:
«Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces». Y saliendo afuera lloró amargamente.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera la tercera caída de Jesús. Su debilidad era extrema y la crueldad de los verdugos
era excesiva. Ellos querían que se apresurara cuando casi no le quedaba aliento para
moverse. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
DÉCIMA ESTACIÓN - Jesús es despojado de sus vestidos (Jn 19, 23-25)

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan, capitulo 19, versículos 23-25.

Entonces los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron sus ropas, hicieron cuatro partes
y se las repartieron. Pero la túnica, como no tenía costura, sino que estaba tejida de una
pieza, se dijeron: no la rompamos, sino echémosla a suertes. Y así se cumplió la Escritura:
«Se repartieron mis ropas y sortearon mi túnica».
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como al ser despojado de sus vestiduras, Jesús sufre aún más cuando al
arrancarle la ropa también le lastimaron la piel otra vez (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
UNDÉCIMA ESTACIÓN - Jesús es clavado en la cruz.

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan, capitulo 19, versículos 25-27.


Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, María la mujer de Cleofás, que era hermana de su
madre, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto
quería, dijo a su madre: —Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Después dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre.
Y, desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como Jesús, tendido sobre la cruz, extiende sus pies y manos y ofrece al Padre el
sacrificio de su vida por nuestra salvación. Lo clavan en la cruz, la levantan y lo dejan morir de
dolor. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
DUODÉCIMA ESTACIÓN - Jesús muere en la cruz (Lc 23, 44s.s)

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Lucas, capitulo 23, versículos 44 ss.

Era ya cerca de la hora sexta, y se hizo la oscuridad sobre todo el país hasta la hora nona, al
eclipsarse el sol, y se desgarró por medio la cortina del templo.
Jesús gritó con una gran voz: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.» Y diciendo esto,
expiró.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como Jesús, tendido sobre la cruz, extiende sus pies y manos y ofrece al Padre el
sacrificio de su vida por nuestra salvación. Lo clavan en la cruz, la levantan y lo dejan morir de
dolor. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
DECIMO TERCERA ESTACIÓN - Jesús es bajado de la cruz.

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan, capitulo 19, versículos 38-39.


Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo
a los judíos, pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió.
Fueron, pues, y retiraron su cuerpo. Fue también Nicodemo, aquel que anteriormente había
ido a verle de noche, con una mezcla de unas cien libras de mirra y áloe.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como habiendo ya muerto el Señor, lo bajaron de la cruz y lo depositaron en los


brazos de su madre. Ella lo recibió con ternura y lo estrecho contra su pecho traspasado de
dolor (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
DECIMO CUARTA ESTACIÓN - Jesús es sepultado.

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan, capitulo 19, versículos 40-42.


José de Arimatea y Nicodemo tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas, con los
aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el lugar donde había sido crucificado
había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido
depositado. Pusieron allí a Jesús, porque era el día de la Preparación de los judíos y el
sepulcro estaba cerca.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Considera como los discípulos llevaron a enterrar a Jesús, acompañándole también su


santísima madre, que lo deposito en el sepulcro con sus propias manos. Después cerraron la
puerta del sepulcro y se retiraron. (Pausa)

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
Decimoquinta Estación - Jesús resucita

Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Del Evangelio según San Juan, capitulo 20, versículos 19-21.


Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos,
las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de
ellos y les dijo “La paz con Ustudes”.
Dicho esto, les mostro las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
Jesús les dijo otra vez “la Paz con Ustedes, Como el Padre me envió también yo los envío”.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.

Oh, mi Señor Jesús, resucitado vengo humildemente ante ti a pedir perdón por todas esas
cosas que me han hecho ofenderte. Yo reconozco mis debilidades y pido para ser fortalecido
a través del poder de tu pasión y resurrección.
Señor Jesucristo, tú nos has concedido acompañarte, con María tu Madre, en los misterios de
tu pasión, muerte y sepultura, para que te acompañemos también en tu resurrección;
concédenos caminar junto a Ti por los nuevos caminos del amor y de la paz que nos has
enseñado. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como también nosotros
perdonamos a lo que nos ofende.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Jesús mío,


Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.

Jesucristo fue obediente hasta la muerte:


Y recibió muerte de Cruz para salvarnos.
Oración final:

Te suplicamos, Señor, que nos concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez
que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has
hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi
vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.

Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento; acompáñame


como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi Madre y te necesito.
Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea dolor redentor que en las
manos de Dios se convierta en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.

+ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Amén

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