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La Fábula de La Lechera y el Cántaro con moraleja

 Una vez la hija de un granjero llevaba muy contenta un cántaro lleno


de leche recién ordeñada. Esta leche lo vendería cuando llegue al
pueblo, así que mientras caminaba comenzó a soñar despierta y en
voz alta decía:
- Cuando venda esta leche tan cremosa y fresca la venderé a
buen precio y luego compraré una gallina ponedora. La llevaré al
gallinero y luego de un tiempo tendré más de cien pollitos en mi
corral.
La lechera seguía sacando cuentas y decía:
- Cuando los pollitos crezcan y estén listos los venceré a un alto
precio, de modo que compraré un lindo cerdito al cual cuidaré y
engordaré con bellotas del campo, para cuando esté grande y
convertido en jamones y chorizos, venderlo a buen precio. 
Luego con ese dinero me compraré una vaca que me dará leche
sin cesar con un ternerito que los tendré jugando en el campo
todos los días.

Era tanta la alegría que tenía la lechera con sus planes futuros que se
tropezó con una piedra, donde el cántaro rodó por el suelo,
derramándose toda la leche y acabando todos sus planes en un
instante.

Pobre lechera que al ver tan triste momento, entre lágrimas exclamó:
Cómo antes estaba, ahora me quedo sin ternera, sin vaca, sin
cerdito, sin pollitos, sin gallina, sin huevos y sin leche.

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