Está en la página 1de 7

ISAAC NEWTON

(1642-1727)

Newton disfrutó en vida la admiración y el respeto de sus contemporáneos.


En el momento de su muerte Newton era presidente de la Real Sociedad de
Londres y gozaba de la reputación de ser el más grande científico de su
época. En 1727 Isaac Newton fue sepultado en la abadía de Westminster,
un honor que no había tenido ningún hombre de ciencia hasta el momento.

Tumba de Isaac Newton en la Abadía de Westminster erigida en 1731. La


simbología de esa tumba atiende a algunos referentes cent rales de la
influencia de Newton: los niños al frente del sarcófago están jugando con un
prisma, un telescopio reflectivo, mientras que otro está pesando el sol y los
planetas. Sobre Newton se encuentra un globo celestial mostrando el camino
del cometa de 1681 y la posición de solsticio por medio de la cual dató la
antigua expedición griega de los Argonautas. Newton está inclinado sobre una
torre de libros marcados con las palabras:
Divinidad, Cronología, Óptica y Phil.Princ.Math (Philosophiae Naturales
Principia Matemática), mientras que los querubines a sus pies sostienen una
imagen del sistema solar y una serie matemática.

Se podría decir, en pocas palabras, que el logro de Newton fue expresar en


leyes matemáticas el comportamiento de los cuerpos celestes y terrestres.
La física newtoniana ofrecería la explicación más completa y armoniosa de
la estructura y movimiento del universo. Su obra más conocida, los
Prinicipios matemáticos de filosofía natural, se convirtió en el sistema
cosmológico de mayor reconocimiento desde Aristóteles. Newton sería
entonces el más importante representante de la nueva física (de ahí, que sea
considerado padre de la física clásica) y de la ciencia moderna, en donde
tanto las matemáticas como la experimentación son aspectos
fundamentales del método científico que, a diferencia de la filosofía
aristotélica, no pretende explicar la causa del movimiento sino describir y
predecir el comportamiento de la naturaleza a través de las matemáticas.
Sin embargo, los intereses intelectuales de Newton y posiblemente sus más
importantes preguntas, no estaban restringidas al campo de la física, la
óptica y las matemáticas.
Hemos hablado ya de la diferenciación que se ha generado entre dos
tradiciones aparentemente antagónicas; por un lado se habla de una
corriente que se identifica con lo racional y por otro de una corriente
mística y religiosa. Newton se ha convertido en el símbolo de la primera y,
hasta hace muy poco tiempo, los comentaristas e historiadores dejaban a un
lado gran parte de los intereses de Newton por no encontrar una relación
directa con sus más reconocidos logros. En 1936 J. M. Keynes compró en
una subasta algunos manuscritos inéditos de Newton entre los cuales se
encontraba una nutrida producción en temas como la alquimia y la magia.
Estos manuscritos, que fueron donados al King´ s College en Cambridge,
han permitido descubrir un Newton bastante más complejo e interesante, en
donde el estudio de la alquimia, la mística y la teología era tan importante
como el estudio de la física, la cosmología y las matemáticas.

Isaac Newton nace en 1642, año en el que muere Galileo y Descartes está
preparando sus Principios de la filosofía. También es una época en donde la
ciencia se está institucionalizando con apoyo del Estado; la Real Sociedad
de Londres se funda en 1660 siguiendo la filosofía de Francis Bacon. En
términos políticos, Inglaterra estaba pasando de ser una sociedad
tradicional jerarquizada, para ser una sociedad moderna en donde el
comercio y la clase media cada vez jugaban un papel más importante. El
debate religioso estaba fuertemente arraigado y para 1688 Inglaterra
establecía la religión protestante como la religión oficial. Las
ramificaciones de creencias y tradiciones religiosas de la época son una
realidad y son un aspecto vital para entender la visión que tiene Newton del
mundo que lo rodea. Por último, el contexto científico era bastante
ramificado también.
En 1672 cualquier estudiante de cosmología podía escoger entre sistemas
distintos para explicar el movimiento y comportamiento de los cuerpos
celestes. Newton sería, algunos años después, el gran unificador dejando
las bases para la consolidación y divulgación de un único sistema físico y
cosmológico.
Aunque las creencias e inclinaciones intelectuales de Newton se irán
discutiendo a lo largo del texto, lo importante en este momento es
reconocer que un ambiente de cambio político y social, en donde la
ramificación y bifurcación del conocimiento en general, y en particular de
la religión, son elementos que nos ayudan a entender la manera en que
Newton se aproximaría al estudio de la naturaleza.
La pregunta que surge en este momento es, ¿cuál es la importancia de
Newton a la hora de analizar el surgimiento de la ciencia moderna?
Algunos autores han presentado a Isaac Newton como un gran sintetizador,
es decir, la persona que unificó los aportes que habían hecho muchos otros
años atrás; la “ revolución científica” ya había sido puesta en marcha por
pensadores como Copérnico, Galileo y Descartes, y la labor de Newton fue
concluirla. Pero también podemos encontrar autores que ven en
Newton el creador de algo totalmente nuevo y por lo tanto se refiere a la
“revolución newtoniana”. La ciencia hasta entonces no había tenido ese
status universal y duradero que la da Newton, quien se convertiría no sólo
en el símbolo intelectual de un poderoso imperio, sino que su obra cierra un
capítulo de prolongados debates en filosofía natural.
Los “Principia” de Newton

Durante el periodo en que Newton deja Cambridge a causa de la plaga de


1665, parece haber dado forma a sus más importantes trabajos sobre
matemáticas y mecánica, y sería en estos años donde Newton dejaría las
bases de lo que más tarde se convertiría en los Principia. Pero el impulso
vital para escribir y publicar su obra vino de una visita que le hizo Edmond
Halley en Agosto de 1684. Robert Hooke, Christopher Wren y Halley
habían discutido si era posible que la forma elíptica de las órbitas de los
planetas pudiera ser deducida de una fuerza que actúa sobre ellos que era
inversamente proporcional a su distancia al Sol.
En Noviembre de 1684, Newton le envía un ensayo titulado “Sobre el
movimiento de cuerpos en órbita.” Rápidamente, Newton se da cuenta del
alcance de sus ideas y esas nueve páginas serían el origen de su
“Principia”. Newton emplearía dos años de igual intensidad a aquellos de
1665-1666, en escribir los tres libros de su monumental obra. En 1686
envía la primera parte de su manuscrito en latín a la Real Sociedad de
Londres. En 1687 Halley recibe el trabajo completo y se hace una primera
edición de
511 páginas impresas. En 1713 Newton haría una segunda edición
totalmente revisada. Una de las afirmaciones mas citadas de su obra es:
“Hypotheses non fingo” (“yo no hago (o finjo) ninguna hipótesis), con lo
cual quería dejar en claro que no estaba interesado en especulaciones sobre
la causa de la gravedad y que se limitaría a buscar conclusiones lógicas a
partir de experimentos establecidos. La obra consta de una introducción y t
res libros. En la introducción se definen de manera cuidadosa los conceptos
que utilizaría a lo largo del libro, entre los cuales podemos destacar el
concepto de masa (cantidad de materia), momentum (cantidad de
movimiento), inercia ( fuerza pasiva) , entre otros. Así mismo plantearía la
existencia de un espacio y un tiempo absolutos. Pero el aspecto más
importante de su introducción parece ser la exposición de sus tres famosas
leyes.

Ley de la inercia:

La primera ley del movimiento rebate la idea aristotélica de que un


cuerpo sólo puede mantenerse en movimiento si se le aplica una
fuerza. Newton expone que:

Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento


uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado
por fuerzas impresas sobre él.

Esta ley postula, por tanto, que un cuerpo no puede cambiar por sí
solo su estado inicial, ya sea en reposo o en movimiento rectilíneo
uniforme, a menos que se aplique una fuerza neta sobre él. Newton
toma en cuenta, así, el que los cuerpos en movimiento están
sometidos constantemente a fuerzas de roce o fricción, que los
frena de forma progresiva, algo novedoso respecto de
concepciones anteriores que entendían que el movimiento o la
detención de un cuerpo se debía exclusivamente a si se ejercía
sobre ellos una fuerza, pero nunca entendiendo como está la
fricción. En consecuencia, un cuerpo con movimiento rectilíneo
uniforme implica que no existe ninguna fuerza externa neta o, dicho
de otra forma, un objeto en movimiento no se detiene de forma
natural si no se aplica una fuerza sobre él. En el caso de los cuerpos
en reposo, se entiende que su velocidad es cero, por lo que si esta
cambia es porque sobre ese cuerpo se ha ejercido una fuerza neta.
Ley de fuerza:

La segunda ley del movimiento de Newton dice que 

El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa


y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se
imprime. 

Esta ley explica qué ocurre si sobre un cuerpo en movimiento (cuya


masa no tiene por qué ser constante) actúa una fuerza neta: la
fuerza modificará el estado de movimiento, cambiando la velocidad
en módulo o dirección. En concreto, los cambios experimentados
en la cantidad de movimiento de un cuerpo son proporcionales a la
fuerza motriz y se desarrollan en la dirección de esta; esto es, las
fuerzas son causas que producen aceleraciones en los cuerpos.
Consecuentemente, hay relación entre la causa y el efecto, esto es,
la fuerza y la aceleración están relacionadas. Dicho sintéticamente,
la fuerza se define simplemente en función del momento en que se
aplica a un objeto, con lo que dos fuerzas serán iguales si causan la
misma tasa de cambio en el momento del objeto. 

En términos matemáticos esta ley se expresa mediante la relación: 

Donde   
es la cantidad de movimiento y   la fuerza total. Bajo la hipótesis de
constancia de la masa y pequeñas velocidades, puede reescribirse
más sencillamente como: 

que es la ecuación fundamental de la dinámica, donde la constante


de proporcionalidad distinta para cada cuerpo es su masa de
inercia, pues las fuerzas ejercidas sobre un cuerpo sirven para
vencer su inercia, con lo que masa e inercia se identifican. Es por
esta razón por la que la masa se define como una medida de la
inercia del cuerpo. 

Por tanto, si la fuerza resultante que actúa sobre una partícula no es


cero, esta partícula tendrá una aceleración proporcional a la
magnitud de la resultante y en dirección de ésta. La expresión
anterior así establecida es válida tanto para la mecánica clásica
como para la mecánica relativista, a pesar de que la definición de
momento lineal es diferente en las dos teorías: mientras que la
dinámica clásica afirma que la masa de un cuerpo es siempre la
misma, con independencia de la velocidad con la que se mueve, la
mecánica relativista establece que la masa de un cuerpo aumenta al
crecer la velocidad con la que se mueve dicho cuerpo. 

Ley de acción y reacción: 

Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o


sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y
dirigidas en direcciones opuestas. 

La tercera ley es completamente original de Newton (pues las dos


primeras ya habían sido propuestas de otras maneras por Galileo,
Hooke y Huygens) y hace de las leyes de la mecánica un conjunto
lógico y completo. Expone que por cada fuerza que actúa sobre un
cuerpo, este realiza una fuerza de igual intensidad y dirección, pero
de sentido contrario sobre el cuerpo que la produjo. Dicho de otra
forma, las fuerzas, situadas sobre la misma recta, siempre se
presentan en pares de igual magnitud y opuestas en dirección. 

Este principio presupone que la interacción entre dos partículas se


propaga instantáneamente en el espacio (lo cual requeriría
velocidad infinita), y en su formulación original no es válido para
fuerzas electromagnéticas puesto que estas no se propagan por el
espacio de modo instantáneo sino que lo hacen a velocidad finita
"c". 

Es importante observar que este principio de acción y reacción


relaciona dos fuerzas que no están aplicadas al mismo cuerpo,
produciendo en ellos aceleraciones diferentes, según sean sus
masas. Por lo demás, cada una de esas fuerzas obedece por
separado a la segunda ley. 

Junto con las anteriores, permite enunciar los principios de


conservación del momento lineal y del momento angular.

Las leyes de Newton, también conocidas como leyes del movimiento de


Newton, son tres principios a partir de los cuales se explican la mayor parte
de los problemas planteados por la mecánica, en particular, aquellos
relativos al movimiento de los cuerpos. Revolucionaron los conceptos
básicos de la física y el movimiento de los cuerpos en el universo. En
concreto, la relevancia de estas leyes radica en dos aspectos:
 Por un lado, constituyen, junto con la transformación de Galileo, la
base de la mecánica clásica;
 Por otro, al combinar estas leyes con la Ley de la gravitación
universal, se pueden deducir y explicar las Leyes de Kepler sobre el
movimiento planetario.
Así, las Leyes de Newton permiten explicar tanto el movimiento de
los astros, como los movimientos de los proyectiles artificiales creados por
el ser humano, así como toda la mecánica de funcionamiento de
las máquinas.

También podría gustarte