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Departamento de Trabajo Social

Fundamentos de Antropología
Melissa Antia Palacios
26 de mayo de 2018

VENDEDORES AMBULANTES DENTRO DEL SISTEMA DE TRANSPORTE


MASIVO TRANSMILENIO
A diario y desde que ingresé a la Universidad hago uso del transporte llamado Transmilenio
que hace parte del sistema de transporte masivo de la ciudad de Bogotá, en especial de la
ruta L-10 que parte del portal 20 de julio. El portal es uno de los lugares estratégicamente
ubicados en la urbe para albergar la extensa cantidad de buses que hacen parte de este
sistema. El recorrido es de entre 30-40 min aproximadamente, contando con todas las
variaciones y percances que se puedan dar en él, como accidentes automovilísticos o gran
flujo de autos. Dentro del sistema de Transmilenio confluyen pluralidad de personas;
jóvenes, niños, bebés, adultos… Con ropa aburrida, extravagante, colorida, sombría,
holgada, ajustada. Dentro de las actividades que los usuarios del sistema desempeñan
mientras llegan a su lugar de destino se puede encontrar desde el típico hombre o mujer que
se dedican a revisar su celular, mandar mensajes, escuchar música hasta casos
extremamente particulares de quienes aprovechan el espacio para maquillarse, almorzar e
incluso pintarse el cabello.
Pero hay una actividad en particular que para los usuarios de este sistema es pan de cada
día: la venta ambulante dentro de los articulados. Los vendedores informales ambulantes,
según la Sentencia T-772 del 2003 de la Corte Constitucional: “Son aquellos vendedores
callejeros que portan físicamente sobre su persona los bienes y mercancías que aplican a su
labor. Estos individuos no obstruyen el tránsito de personas y vehículos más allá de su
presencia física personal; por ejemplo, el vendedor de dulces, cigarrillos, chicles que carga
la mercancía sobre su cuerpo” (Sentencia T-772, 2003). Los productos que se ofrecen son
variados: dulces, paletas, manillas, banditas o curitas e incluso audífonos y cargadores para
el celular.
Las personas que se suben a ejercer dicha labor, por lo general, argumentan que los motivos
que los llevan o que los obligan a tener que recurrir a dicha actividad son de carácter
económico. Además, las historias que se escuchan a diario por parte de estos vendedores y
vendedoras ambulantes son múltiples, y los usuarios son los que día tras día se encargan de
ser receptores y oyentes de ellas.
Según un informe de verificación al funcionamiento del Sistema de Transporte Masivo
Transmilenio, realizado por la Defensoría del Pueblo, de 135 estaciones visitadas, el 95%
cuenta con presencia permanente de vendedores y vendedoras ambulantes, es por ello por
lo que es muy difícil que como pasajero no nos encontremos a diario a al menos 1 de ellos.
A pesar de que este año el Ipes ha censado a 20.373 vendedores, de los que solo 7.156 han
aceptado los programas que ofrece el Distrito, es decir, solo un 35,12 por ciento, la
presencia de muchos de ellos sigue siendo tremendamente notorio no solo en el sistema de
Transmilenio, sino incluso a los alrededores de las estaciones y en las mismas calles. Entre
las alternativas que ofrecen se encuentran los puestos en las plazas de mercado, los
quioscos y los cursos de formación para que puedan acceder a más oportunidades de
trabajo. Estas propuestas son presentadas por el Ipes (Instituto para la Economía Solidaria),
pero los vendedores son quienes deciden aceptarlas o no.
El objetivo principal del desarrollo de esta etnografía se centra en una parte de los actores
que son participes de este intercambio, y la manera en que estos construyen una opinión en
torno a aquellas personas que se dedican a comercializar algún producto en los articulados
del sistema de Transmilenio.
Es importante además aclarar que para el desarrollo metodológico de esta etnografía hice
uso de algunas técnicas planteadas por Rosana Guber en el tercer y cuarto capítulo de su
libro La etnografía, método y campo de reflexividad. En primer lugar, hice uso de la
observación participante. Guber la define como “la inespecificidad de las actividades que
comprende: integrar un equipo de futbol, residir con la población, tomar mate, conversar,
hacer las compras, bailar, cocinar, ser objeto de burla, confidencia, declaraciones amorosas
y agresiones, a asistir a una clase en la escuela o a una reunión del partido político. En
rigor, su ambigüedad es, más que un déficit, su cualidad distintiva” y cuyo objetivo recae
en la identificación de las situaciones en donde se generan y se expresan los universos
culturales y sociales. Así pues, con la implementación de esta técnica mi presencia en el
lugar en donde confluyeron esas situaciones fue de vital importancia porque mi testimonio
es el encargado de darle fiabilidad a los datos recogidos.
Para la recolección de datos, en el caso puntual de esta etnografía, se hizo uso de un
cuaderno como diario de campo, para poder escribir, anotar y recoger toda la información
surgida.
La primera entrada se realizó el 1 de marzo de 2018, fue resultado de una observación
participante y plasmada como descripción densa. Fue realizada a raíz de lo sucedido en el
articulado de Transmilenio, en donde intenté, otorgarle un sentido o significado a las
acciones realizadas por las personas que iban conmigo como usuarios en el transporte, y
que interactuaron con un vendedor ambulante. Mi papel siempre fue participativo, tal y
como habla de ello Guber “desempeñarse como lo hacen los nativos”, de aprender a
realizar ciertas actividades y a comportarse como uno más. La participación pone en énfasis
en la experiencia vivida por el investigador apuntando a su objetivo a “estar adentro de la
sociedad estudiada”. Bajo este contexto, yo estuve dentro de la población central de la
etnografía al ser una usuaria más del transporte. Sin embargo, con esta primera entrada no
hubo contacto o interacción alguna con los usuarios o los vendedores ambulantes.
La segunda técnica aborda la entrevista etnográfica, según Spradley “La entrevista es una
estrategia para hacer que la gente hable sobre lo que sabe, piensa y cree”. Con ella pretendí
encontrar las respuestas por partes de los entrevistados según las categorías planteadas. El
carácter de la entrevista fue voluntario y previamente a ella, se realizó un cuestionario base
de 3 preguntas (según las categorías). Es importante aclarar que a pesar de que el
cuestionario permite al investigador llevar cierto control sobre las respuestas del
entrevistado, se deja que ellos hablen sobre la pregunta tanto como quieran, sin
interrupciones. Además, conforme a lo que las personas vayan respondiendo, puedo darme
cuenta de que hay algunos que apuntan a ciertas opiniones. Eso en el futuro, transformó las
categorías con las que inicialmente comencé, y, por ende, las preguntas base de la
entrevista.
Además de ello y mediante la observación participante, realicé algunas entradas que
apuntaron más a la participación con la población de usuarios de Transmilenio, en donde
pude involucrarme e interactuar con ellos, sin estar sujeta a mi papel externo de
investigadora. La propuesta era la de esperar el momento preciso, después de la interacción
de algunos usuarios de Transmilenio con un vendedor o vendedora ambulante, para poder
hacer surgir una conversación con algunos de ellos, de manera espontánea. Esta trató de
abordar la opinión que ellos y ellas tenían o tienen frente a los vendedores y vendedoras
ambulantes, y los sentimientos encontrados frente a la situación específica de las
vendedoras ambulantes ejerciendo su labor dentro del articulado.
La rareza de tener que subirme a Transmilenio, dejando a un lado todas las actividades que
realizaba antes, como escuchar música y leer, para poner atención a lo que ocurría a mi
alrededor, fue una de las cosas que más me causó gracia. Comencé haciendo mi trabajo de
campo con algunas ideas sobre lo que podría encontrar una vez comenzara a interactuar con
los usuarios del sistema. Digamos que de alguna u otra manera esperaba encontrar en su
mayoría molestia, actitudes negativas y opiniones prejuiciosas frente a los vendedores y
vendedoras ambulantes del sistema. Si bien al principio creí que observar y anotar iba a
servir para darle significación y sentido a las acciones de los sujetos, me percaté que si o sí
necesitaba acercarme de alguna u otra manera a lo que ellos pensaban de la situación.
En medio del caos, de las estaciones ruidosas, del calor, de las personas apretujándose unas
contra otras, encontré que lo que más me posibilitaba para realizar de manera adecuada esta
etnografía era que yo ya me encontraba inmersa dentro de la población central, y que día a
día de camino a la Universidad o de camino a mi casa iba a compartir el articulado con
cientos de personas distintas, que me podían ayudar en la búsqueda de aquello que yo
quería encontrar.
Es por ello que dividiré este texto en 3 partes, según las categorías planteadas y
desarrolladas a lo largo del trabajo de campo.
1.
CONSTRUCCIÓN DE OPINIÓN DE LOS USUARIOS DE TRANSMILENIO
FRENTE A LOS VENDEDORES Y VENDEDORAS AMBULANTES DEL
SISTEMA.
La opinión es “un semisaber, un conocimiento parcial de la realidad, basado en impresiones
y ambigüedades. Se entiende como el saber de la mayoría, del vulgo y aparece en
contraposición a la ciencia, que está reservada a unos pocos.” (Monzón, 1996).

La primera persona a la que me acerqué fue un hombre, después de varios intentos en


donde la gente se negó a responder a mi pregunta porque les generaba nervios (p. 7).
Accedió a ayudarme, a pesar de que había muchas personas en la estación de Ciudad
Universitaria. La pregunta fue realizada para evidenciar lo que pensaba sobre los
vendedores y vendedoras ambulantes dentro del sistema.

Él manifestó en un primer momento que entendía la situación precaria en la que muchos de


ellos se encontraban y que los obligaba a trabajar de esa manera. Sin embargo, luego de eso
expresó que lo que le parecía molesto era que se subieron tantas personas a vender en el
mismo articulado "Pero pues a ratos es como jarto 1 (p.7) A veces cuando me subo,
perfectamente se puede subir uno distinto en cada estación y siempre es cansón como que
se suban a cada rato a hacerlo […] Yo entiendo que buscar camello 2 en este país es muy
complicado, pero a veces se suben muchos y eso también cansa”. La segunda persona que
accedió a ayudarme dijo que la situación de los vendedores y vendedoras dentro del sistema
carecía de control, y al igual que la persona anterior menciono el tema de la cantidad de
personas que se subían a comerciar “Pero siento que sí está muy descontrolado eso […]
siento que sería mejor si está como regulado, por decirlo así. Es que a veces uno se va en
Transmilenio y se suben 4 personas (risas) distintas a vender o pedir plata y es como pues
no o sea tampoco” (p.8-9).

Contario a lo expresado por las primeras personas, la tercer persona que accedió a
colaborarme expresó su preocupación por la situación de los vendedores y vendedoras
ambulantes “pero si uno se pone a pensar que mucha de esa gente no tiene ni con que
comer, y que es la única manera pa sobrevivir” (p.10) sin embargo comentó que no
confiaba en ellos porque afirmaba que muchos de esos ingresos obtenidos de la venta de los
productos dentro del sistema, iban destinados a la adquisición y consumo de sustancias
psicoactivas “Igual plata3 yo nunca doy porque les desconfió resto de la gente y es como
esa mierda va pal vicio4 y no sé, no confió”.

La cuarta persona se mostró un poco tímida al tema. Ella mencionó que le molestaba que
muchas veces surgieran peleas o discusiones entre los mismos vendedores por
territorialidad, y porque en repetidas ocasiones la actitud de los vendedores se transformaba
cuando los usuarios no adquirían los productos “A veces se suben a la misma parte del
Transmilenio y pues se ponen a pelear que quien va a vender, que esa es su ruta, que no sé
qué […] insistiendo para que uno les compre, se ponen bravos, porque uno no les recibe y
no, tampoco” (p.11). Luego de que yo dejará de grabar a esta persona con el dispositivo
móvil, dijo que en verdad si le molestaba mucho verlos en Transmilenio, pero que le daba
pena decirlo.

1
Jarto: Agotador, tedioso.
2
Camello: trabajo.
3
Plata: dinero.
4
Vicio: hace referencia a la adquisición y el consumo de sustancias psicoactivas.
Las opiniones recogidas fueron diversas, algunas personas manifestaron la necesidad de
mejorar las condiciones laborales de los vendedores y vendedoras ambulantes dentro del
sistema “Deberían tener como unas mejores condiciones más formales, entre comillas, para
poder mmm hacer su ejercicio, pues ya que de pronto ehh con la situación que tiene
Colombia de desempleados y eso […] creo también que es una forma de darles la
oportunidad de de pronto que puedan sostenerse y sostener de pronto un poco a su familias”
(p.16). La respuesta de Juan, quien es estudiante de Trabajo Social abordó la importancia
del contexto y de las causas que habían detrás de la venta ambulante, además mencionó el
tema de la inmigración de venezolanos en el país “Yo creo que hay que también como ver
el contexto por qué trabajan ellos, digamos unos bueno porque no tienen ehh trabajo
formal, entonces tienen que rebuscarse como se dice coloquialmente pues la comida ¿No?
Y pues digamos que el otro problema ahí, pues los venezolanos ¿No? O sea, pues también
llegan sin condiciones para poder trabajar y pues les toca, así como vendedores” (p.23),
además con su respuesta se evidenció que estaba de alguna u otra manera permeada por su
profesión “Pues desde la mirada de trabajador social, es complejo, porque digamos eso
es… o sea es como un problema estructural que no hay garantías del Estado para que todas
las personas puedan acceder a tener un empleo […] pero la realidad pues digamos que si el
gobierno no los apoya pues tienen que mantenerse en eso” (p.24).
Es importante mencionar que la pregunta que oriento las respuestas anteriores, de alguna u
otra manera no me permitía salirme de mi papel de investigadora, por lo que las respuestas
no fueron en su totalidad honestas y fueron manipuladas por los sujetos. Debido a esto, y
como último recurso, decidí, como ya había mencionado anteriormente conversar con algún
usuario de Trasmilenio, de la manera más casual y espontánea posible. El primer intento
fue totalmente fallido, debido a que la persona no quiso responder a mi comentario, pero
con la segunda vez, fue una señora de edad avanzada la que se encargó de comenzar la
charla. Ella hizo también comentarios respecto a la cantidad de vendedores que se subían a
comercializar “Es que se suben muchos y tampoco. Yo les compro a veces, pero cuando
que son como bien” (p.30). Al igual que algunas de las respuestas anteriores, dijo que
ciertas personas del gremio solían subirse a vender, para usar ese dinero en adquisición y
consumo de sustancias psicoactivas.
Para finalizar con esta categoría, es importante precisar que, aunque se encontraron
diversidad de opiniones frente a los vendedores y vendedoras ambulantes dentro del
sistema de Transmilenio, la gran mayoría coincidieron al apuntar que de alguna u otra
manera no les gustaba la presencia de estos últimos en los articulados, sin importar las
razones, que variaron también. Por otro lado, se encontró que casi todos hicieron
comentarios respecto a la cantidad de vendedores que se subían al transporte, siendo esa
una de las razones más importantes par justificar su desacuerdo con la vente ambulante.
Entendiendo que cada persona piensa y percibe determinados asuntos de distinta manera,
considero importante hablar de la cognición social como “conjunto de procesos cognitivos
y emocionales mediante los cuales interpretamos, analizamos, recordamos y empleamos la
información sobre el mundo social. Hace referencia a cómo pensamos acerca de nosotros
mismos, de los demás y su comportamiento y de las relaciones sociales, y cómo damos
sentido a toda esa información y emitimos comportamientos en base a ella” (Hogg,
Vaughan, 2008), para entender que todas estas opiniones y juicios realizados por los
usuarios son el resultado de la manera en como ellos perciben la venta ambulante, a partir
de lo que ven, de lo que sienten, de lo que experimentan y de lo que viven.

2
EMOCIONES Y ESTADOS DE ÁNIMO FRENTE A LA SITUACIÓN DE LA
VENTA AMBULANTE
Frente a esta categoría se planteó una pregunta durante la realización de las entrevistas:
¿Cuándo un vendedor o una vendedora ambulante se sube a Transmilenio, ¿cómo se
siente? Cabe aclarar que muchas personas apuntaron a resolver esta pregunta sin haber sido
formulada, es decir, sus sentimientos, sensaciones y estados de ánimo fueron expresados en
la pregunta que estaba relacionada con la opinión de estos frente a los vendedores y
vendedoras ambulantes del sistema. En la entrada #3, la persona entrevistada menciono que
su interacción con los comerciantes variaba según cómo se sintiese, al respecto Thayer
explica que “Nuestros estados de ánimo son importantes por distintas razones, por ejemplo
cuando estamos de buena humor nos resulta más fácil llevar a cabo una tarea que nos
resulta desagradable […] por otra parte si estamos de mal humor, podemos llegar a
considerar aburrida o poco interesante una actividad que nos resulta muy agradable y con la
que casi siempre disfrutamos mucho. Cuando nuestro estado de ánimo es bajo, incluso los
acontecimientos más positivos pueden carecer de interés” (Thayer, 1998, p.19), prueba de
ello es lo expresado por la persona entrevistada “Depende de mi estado de ánimo, porque
digamos si voy estresada, cansada, después de que se sube el segundo, me emputa 5
mucho… No, no es como que me empute como tal, sino que me fastidia […] pero si siento
que depende mucho como de mi estado de ánimo mi reacción frente a cuando se suben”
(p.9). El estado de ánimo según el psicólogo Thayer es “una sensación de fondo que
persiste en el tiempo, que no parece tener una causa identificable, es decir no existe una
relación causa-efecto obvia entre nuestros estados de ánimo y nuestros acontecimientos”
(Thayer, 1998, p.22-23)
La emoción de fastidio y molestia fue de hecho muy común entre varias de las personas
entrevistadas: “Pues sí sé que hay mucha gente que le molesta, a mi incluso me molesta que
uno esté en el Transmilenio y se baje uno y se monte el otro, y se baje uno y se monte el
otro” (p.10), “pero eso da mucho fastidio porque uno va cansado a veces pa la casa y es ahí,
insistiendo” (p.11), “pues uno como usuario no le gusta, porque ay que pereza […] Uno a
veces juzga pero porque pues sí, no le gusta, le fastidia, que que mamera 6, que bla” (p.24).
Con la mujer de la conversación espontanea, sucedió lo mismo, ella manifestó que le
molestaba la presencia de los vendedores y vendedoras dentro del articulado la mayor parte
5
Emputa: sentir enojo, rabia.
6
Mamera: pereza de hacer algo, flojera.
del tiempo, porque ellos no debían vender allí. Le Breton plantea que lo que usualmente
conocemos como emociones, vinculadas a lo innato y por ende, a lo biológico, son también
algo que aprendemos a través de las interacciones sociales con los otros. Las emociones son
relaciones, son “son modos de afiliación a una comunidad social, una forma de reconocerse
y de poder comunicar juntos, bajo un fondo emocional próximo. A través de los signos que
traducen a los demás, las emociones informarán mutuamente a los actores en presencia
sobre sus sentimientos mutuos (o lo que dan a ver) y son así vectores esenciales de la
interacción” (Le Breton, 0000 p.73). La señora de la conversación espontánea nunca dejo
mostrar esa molestia con el vendedor ambulante, es decir, jamás hizo una cara de desagrado
o algo con su lenguaje corporal que dejara entrever su molestia, según Le Breton “La
emoción por sí misma difiere a veces de la observada por otros o de la que los individuos
de‐ sean mostrar. Nunca es transparente, sino que siempre queda inscrita en una relación.
La persona afectada tiene siempre la capacidad de controlar sus sentimientos y de
disfrazarlos con señales que da a ver a los demás, por razones estratégicas específicas a la
naturaleza de la interacción” (Le Breton, 2012, p.73). En ese sentido, aunque ella nunca
mostró lo que sentía frente al vendedor, si lo hizo conmigo, pero con el fin de entablar una
charla y de esa manera interactuar conmigo.
Aunque la mayoría de las respuestas fueron similares respecto a la molestia, o el fastidio,
hubo algunas otras que, por el contrario, no expresaron sentir nada de ello. “Pero no me
molesta, pues porque veo que es la única opción de trabajo que tienen y pues no están
robando” (p.15), “Ehh no, normal […] Me parece muy normal, creo que es algo que uno ha
empezado a naturalizar de cierta manera” (p.17).
3
INTERACCIONES GUIADAS POR LA APARIENCIA
Respecto a esta tercera y última categoría, debo aclarar que no estuvo planteada al inicio
del trabajo, pero con el desarrollo de las preguntas de las personas, me percaté que era
importante introducir algo que hablase de que cómo muchas veces las acciones y las
interacciones que ejercen los usuarios de Transmilenio con las vendedores y vendedoras del
sistema varían según el modo en que estos y estas luzcan, otorgándole un lugar importante
a la apariencia y al modo en que están vestidos. Al respecto, uno de los entrevistados
menciona: “Pues a veces uno sí se deja llevar por como ehh lo lo que se ve, si está bien
vestido, si no. De pronto un poco el aspecto, uno sí se deja llevar por es, incluso creo que es
algo que se ha ido como naturalizando en uno, y que como lo han construido a uno de
pronto ver a una persona vestida de tal manera o vestida de otra manera, pues le genera a
uno como más confianza de pronto para comprarle o colaborarle pues en su ejercicio”
(p.18), la señora de la conversación espontánea también manifestó algo parecido cuando me
dijo “Es que se suben muchos y tampoco ”Yo les compro a veces pero cuando se ve que
son como bien” (p. 29), de esa manera me dejó saber que ella se basaba en el aspecto físico
de la persona ligado a su vestimenta, como punto orientador sobre la decisión de comprar o
no, y a quien hacerlo.
Para esta categoría, tome planteamientos realizados en torno a la importancia de la relación
apariencia-interacción. Según la revista Iberoamericana de psicología del ejercicio y el
deporte “Las personas físicamente atractivas y las que tienen mayores habilidades físicas
gozan frecuentemente de una mayor popularidad, reciben un trato preferente y se les
atribuyen más cualidades positivas que a los individuos no atractivos, lo cual favorece en
ellos el desarrollo de un autoconcepto social y de una autoestima social positivos” (Gómez,
García, Muchargo, Henriquez, 2008, p. 263). Con la señora de la conversación espontanea
surgió un tema que me llamó bastante la atención y era el de como a través de lo que
reflejaban las manos de las personas, ella podía saber si eran o no consumidores de
sustancias psicoactivas. Ella recalcó, en ese sentido, que no les compraba porque según ella
no eran personas de “bien” reafirmando una vez más los argumentos que los usuarios
entrevistados, relacionados con el físico de la persona juegan un papel importante para
determinar quien es bueno o mal, y quien merece que se le compre. “La apariencia corporal
sirve de base para juzgar el atractivo de las personas, la confianza que nos inspiran y las
capacidades que les atribuimos” (Gómez, García, Muchargo, Henriquez, 2008, p. 262)
CONCLUSIÓN
Realizar esta etnografía fue complejo en la medida en que, como usuario frecuente de
Transmilenio, estoy impregnada, al igual que todo ser humano de estereotipos, prejuicios,
que tuvieron que ser dejados a un lado para el debido desarrollo de esta etnografía. Sin
embargo, de alguna u otra manera encontré en las personas que fueron partícipes de este
trabajo, lo que yo sabía que encontraría. Es decir, comencé en un principio creyendo que,
aunque si bien obtendría multiplicidad y diversidad de respuestas en torno a las categorías
planteadas, las personas responderían cosas que yo, había imaginado con anticipación.
Respecto a la construcción de opinión, fue curioso encontrar que había personas, que
contrario a lo que yo esperaba, realizaron reflexiones sobre la situación de los vendedores
ambulantes, siempre buscando un trasfondo y un contexto para darle sentido a su modo de
trabajo. Aunque la mayoría de las opiniones estaban encaminadas a un “no estoy de
acuerdo” o a “No deberían vender allí”, ninguno de ellos fue despectivo o grosero en
relación con la venta ambulante.
En el caso de las emociones y los estados de ánimo surgidos en la situación de la venta
ambulante, no se presentaron tampoco respuestas que apuntaran emociones fuertes tales
como ira, rabia, enojo, sino que por el contrario se encontró que casi todos se mostraban
molestos o fastidiados. Algunos simplemente no sentían nada, se encontraban neutrales o
imparciales a la situación.
Por último, fue interesante añadir una tercera categoría, surgida gracias a las respuestas de
algunos usuarios frente a la apariencia de los vendedores y vendedoras ambulantes dentro
del sistema. No hubo ninguna pregunta que estuviese relacionada directamente con esta
categoría, pero ellos y ellas se encargaron de mencionar ese aspecto en algunas entrevistas.
Sin duda, haber planteado unas preguntas base para la realización de la entrevista, pero
permitiendo que las personas hablasen sin ningún tipo de límite, fue lo que permitió que se
le pudiese dar forma al planteamiento de esta última y tercera categoría.
Estoy feliz de haber hecho este ejercicio, porque me permitió acercarme a los modos en que
algunos usuarios de Transmilenio le daban sentido, desde sus modos de ver el mundo, de
conocer, de sentir, de pensar y de actuar, a una actividad tan cotidiana como la de trabajar
en un sistema de transporte. Estoy inmensamente agradecida con las personas que
permitieron que se pudiese realizar este trabajo, y sobre todo con todos aquellos hombres y
mujeres que compartieron un pedacito de su tiempo para responder a mis preguntas, sin
importar que tan afanados, ocupados o nerviosos estuviesen.

Bibliografía:
 Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-772 del 2003. (M. P. Manuel José
Cepeda Espinosa: Noviembre 17 del 2003).
 Gómez, García, Muchargo, Henriquez. (2008). Autoconcepto social en jóvenes
españoles y brasileros que practican ejercicio físico versus no participantes. Revista
Iberoamericana de psicología del ejercicio y el deporte. Volumen (3, n° 2), p. 259-
264.
 Guber, R (2001). La etnografía, método, campo y reflexividad. Bogotá: Grupo
Editorial Norma.
 Hogg, Vaughan. (2008). Psicología Social 5ta edición. Madrid, España. Editorial:
Médica Panamericana, S.A.
 Monzón Arribas, C. (1996). Opinión pública, comunicación y política. La
formación del espacio público. Madrid: Tecnos.
 Le Breton, D. (diciembre 2012 – marzo de 2013). Por una antropología de las
emociones. Revista latinoamericana de estudios sobre Cuerpos, Emociones y
Sociedad. N° 10, p. 69-79.
 Portafoli0. (30 de abirl de 208). Crece el problema de ventas informales en
estaciones de Transmilenio. Portafolio. Recuperado de:
http://www.portafolio.co/economia/ventas-informales-se-estan-tomando-las-
estaciones-de-transmilenio-516676
 Redacción Bogotá, (17 de noviembre de 2015). En el 95% de Transmilenio hay
presencia permanente de vendedores ambulantes. El Espectador. Recuperado de:
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/el-95-de-transmilenio-hay-presencia-
permanente-de-vende-articulo-599864
 Thayer, E. (1998). El origen de los estados de ánimo cotidianos. El equilibrio entre
la tensión, la energía y el estrés. Barcelona, España. Editorial: Paidós.

Categoría de análisis Técnica utilizada Datos a interpretar


teóricamente
Construcción de opinión de Observación participante y Durante el trabajo, se puede
los usuarios de entrevista libre evidenciar que hay
Transmilenio frente a los multiplicidad y diversidad
vendedorxs ambulantes del de opiniones por parte de
Sistema. los usuarios con respecto a
la venta ambulante. Según
la Psicología Social, la
Cognición Social es un
“conjunto de procesos
cognitivos y emocionales
mediante los cuales
interpretamos, analizamos,
recordamos y empleamos la
información sobre el mundo
social. Hace referencia a
cómo pensamos acerca de
nosotros mismos, de los
demás y su comportamiento
y de las relaciones sociales,
y cómo damos sentido a
toda esa información y
emitimos comportamientos
en base a ella” (Hogg,
Vaughan, 2008), gracias a
ello podemos entender que
las respuestas surgidas del
ejercicio, apuntan
precisamente a eso; están
guiadas, atravesadas y
permeadas por el sentido
que las personas le dan a la
venta ambulante, a sus
actores, debido a sus
experiencias, emociones,
pensamientos.
Emociones y estados de Observación participante y Con relación a lo expresado
ánimo frente a la situación entrevista libre por algunos usuarios, hay
de la venta ambulante en que tomar el tema de los
Transmilenio estados de ánimo. Tal como
es el caso de la persona que
dijo “Depende de mi estado
de ánimo, porque digamos
si voy estresada, cansada,
después de que se sube el
segundo, me emputa7
mucho… No, no es como
que me empute como tal,
sino que me fastidia […]
pero si siento que depende

7
Emputa: sentir enojo, rabia.
mucho como de mi estado
de ánimo mi reacción frente
a cuando se suben” (p.9). Es
importante decir, que según
lo planteado por Thayer, los
estados de ánimo repercuten
en la manera en que
percibimos las cosas, las
situaciones, lo que pueda
incidir fuertemente en cómo
tratamos al otro, como
interactuamos con los
demás, y bajo esta óptima:
cómo los usuarios, guiados
por su estado de ánimo,
interactúan con los
vendedores ambulantes.
Por otro lado, retomando lo
expresado por varios en
relación con el fastidio y la
molestia, Le Breton plantea
que las emociones, y para
este caso, las dos ya
mencionadas anteriormente,
son relaciones, que nos
permiten reconocernos y
comunicarnos con los otros,
por lo tanto se encuentran
configuradas por la cultura
y la sociedad. Ejemplo de
ello, es lo entablado con la
señora de la conversación
espontánea. Ella manifestó
lo que sentía frente a la
venta ambulante, en medio
de la charla que tuvimos, lo
que de algún modo u otro
hizo que interactuáramos, a
pesar de tener opiniones
distintas frente al tópico.
Interacción guiada por la Observación participante y La importancia que
apariencia entrevista libre adquiere acá la apariencia,
en relación con la
vestimenta y el cuerpo, está
inmersa en los comentarios
realizados por los usarios.
“Pues a veces uno sí se deja
llevar por como ehh lo lo
que se ve, si está bien
vestido, si no. De pronto un
poco el aspecto, uno sí se
deja llevar por es, incluso
creo que es algo que se ha
ido como naturalizando en
uno, y que como lo han
construido a uno de pronto
ver a una persona vestida de
tal manera o vestida de otra
manera, pues le genera a
uno como más confianza de
pronto para comprarle o
colaborarle pues en su
ejercicio” (p.18). Respecto
a ello, según lo planteada
por Gómez, García,
Muchargo, Henriquez, la
apariencia es un factor que
orienta la interacción social,
la confianza que los otros
nos inspiran, y en este caso,
la decisión sobre si comprar
o no, y a quien acudir en
caso de querer hacerlo.

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