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DIARIO

DIARIO

1 DIARIO [1899-1900]
Lunes 30 de enero [1899]
1. He tenido hoy la alegría de ofrecer a mi Jesús varios sacrificios
sobre mi defecto dominante, (pero cuánto me han costado! En esto reconozco
mi debilidad. Cuando se me hace una observación injusta, me parece como si
la sangre hirviese dentro de mis venas; todo mi ser se rebela. Pero Jesús
estaba conmigo. Sentía su voz en el fondo de mi corazón y entonces me sentía
dispuesta a sobrellevarlo todo por su amor...

2 Purificación [2 de febrero de 1899]


2. En cada fiesta de María renuevo mi consagración a esta buena Madre.
Hoy, por tanto, me he consagrado a ella y una vez más me he arrojado en sus
brazos. Con la más entera confianza le he encomendado mi porvenir, mi
vocación. (Oh!, puesto que Jesús no quiere todavía nada de mí, que se cumpla
su voluntad, pero que yo [me] santifique en el mundo. Que el mundo no, me
impida ir a El; que las futilidades de la tierra no me entretengan, que no
me apegue a ellas. Soy la esposa de Jesús. Estamos tan íntimamente unidos...
Nada será capaz de separarnos. (Oh! Que me muestre siempre digna de mi
Esposo amado, que no eche a perder todas las gracias que me ha concedido y
tenga la felicidad de demostrarle mi amor.

3 3. Al fin de la Cuaresma vamos a tener una gran Misión. Ya estoy rezando


por el éxito. (Ah, cuánto deseo llevar almas a mi Jesús! Daría mi vida por
la salvación de una sola de esas almas a quienes Jesús tanto ha amado. (Ah!
Quisiera darle a conocer y hacerle amar por todos los hombres. Soy tan feliz
por pertenecerle. Quisiera que el mundo entero se colocara bajo su yugo tan
suave y su carga tan ligera.

4 Lunes 6 de febrero [1899]


4. Desde hace tres días he podido ayunar por la mañana sin que mi mamá
lo sospeche. (Oh! Qué contenta estoy de poder [ofrecer] esta pequeña
mortificación a mi amado Jesús. Cada noche, siguiendo el consejo del P.
Chesnay en los Ejercicios, anoto en un cuadernillo las victorias y las
derrotas. De este modo podré constatar si verdaderamente adelanto o no en el
camino de la perfección.
5 5. El viernes, sábado y domingo tendrán lugar los cultos de la Adoración
perpetua en nuestra parroquia. Me alegro de ir a las Completas cada tarde a
las ocho, de poder recibir a mi Jesús los tres días seguidos, ir a rezarle
al pie del altar y hablar con El en un dulce diálogo...
Predicará los sermones mi antiguo confesor. Me gustaría verle y hablarle
de mi vocación. ¡Ah! Cuántas veces he echado de menos su dirección enérgica
y exigente. El señor Párroco es excelente, incluso demasiado bueno. Le falta
severidad, me deja caminar demasiado dulcemente. El otro día dije a mamá que
quería dejarlo y dirigirme con el Padre Chesnay, el predicador de los
Ejercicios, pero a mamá no le ha gustado y en adelante no hablaré más de
ello.

6 Viernes 10 de febrero [1899]


6. Me he confesado hoy y he quedado plenamente satisfecha. He hablado de
mis Ejercicios a mi director, le he dicho todas mis resoluciones y todas las
gracias de que el Señor me ha colmado durante estos días. Me aconseja que me
acuse en cada confesión de mis faltas en los propósitos que he hecho. Me
asegura que así haré muchos mayores progresos. Oh, Jesús mío, deseo tanto
progresar para que me améis todavía más. Oh, sí, Jesús, estoy celosa de
vuestro amor y os amo tanto que creo morir por momentos...
Mamá ha notado que no desayuno por la mañana y me ha reprendido mucho.
)Debo seguir haciéndolo? No lo creo.

7 7. Esta mañana no he tenido la satisfacción de comulgar por no haberme


podido confesar hasta esta tarde. Estaba desolada. Pero me voy a resarcir en
estos días. El lunes y martes son las Cuarenta Horas. Recibiré la visita de
Jesús cuatro días seguidos. (Oh!, (cuánto me alegra esta perspectiva! (Pobre
Jesús! Quisiera pasar estos días junto a El, para consolarlo del olvido e
ingratitud de los hombres, pero El sabe que no es falta mía, y le ofrezco
este sacrificio. Pero ya que El está en mí, ya que vive en mí, (ah!, al
menos le hablaré en el fondo de mi corazón, le ofreceré algunos sacrificios
que le demostrarán cuánto le amo y cuánto deseo sufrir y expiar con El. (Oh,
Jesús, mi amor, mi vida, mi Esposo amado! Te pido la cruz. Dame tu cruz.
Quiero compartirla contigo. Tú has sufrido mucho por mí. Quiero ahora
consolarte. Me cargo con los pecados del mundo. No veas más que a mí;
castígame a mí, soy tu víctima. Soy también tu esposa y la confidente de tu
corazón. (Oh, gracias por esta hermosa porción!...

8 Domingo 12 de febrero [1899]


8. (Oh!, (qué tres días maravillosos acabo de pasar! Por la tarde, antes
de la función de las ocho, he estado media hora larga en adoración ante el
Santísimo Sacramento. )Quién podrá expresar la dulzura de estos diálogos en
los que uno no se cree ya en la tierra y donde no se ve, no se oye más que a
Dios? Dios, que habla al alma. Dios, que le dice cosas tan dulces. Dios, que
le pide sufrir. Jesús, en fin, que desea un poco de amor para consolarlo...
(Ah! Durante esos divinos coloquios, estos éxtasis sublimes, con cuánto
ardor pido a Jesús su cruz; esa cruz que es mi sostén, mi esperanza. Esa
cruz que quiero compartir con el Maestro, que se digna reservarme una parte
tan hermosa, escogerme para confidente, para consolar su Corazón. (Ah!, con
mi amor, mis atenciones, mis sacrificios, mis oraciones quiero hacerle
olvidar su dolores. Quiero amarlo por todos los que no lo aman, quiero hacer
volver a El estas almas que El ha amado tanto.

9 9. Quisiera conducir a Jesús el alma de nuestro casero hombre excelente,


tan caritativo como se puede ser. He ofrecido varias comuniones por esta
alma y cuento con la misión para llevar a cabo esta bella obra. (Ah! Si
pudiera tener una pequeña parte en esta conversión. Señor, )sería demasiada
dicha? (Qué no sufriría yo por esto!... Buen Maestro, aumentad mis
sufrimientos, os ofrezco mi vida por la salvación de esta alma.

10 10. Los sermones del señor Sellenet han sido estupendos. Lo he oído con
gran gusto hablar de la Eucaristía durante estos tres días que se han pasado
demasiado pronto. Me hubiera gustado visitar a mi antiguo director y hablar
con él. El Señor no lo ha querido. Hágase su voluntad.

11 Martes 14 de febrero [1899]


11. Me alegraba pensando que podría comulgar también hoy. Así habría
recibido durante cuatro días seguidos la visita del Amado. Era demasiada
felicidad. Como vi que esto contrariaba a mi madre, he hecho este gran
sacrificio, que he ofrecido a mi Jesús.

12 Ceniza [15 de febrero de 1899]


12. Esta mañana he recibido la ceniza. Hoy comienza la santa Cuaresma.
He comulgado y pedido a Jesús que me ayude a pasar santamente esta Cuaresma;
que por mis oraciones y sacrificios consuele un poco su Corazón. (Ah! Que le
lleve almas para probarle mi amor, pues lo amo tanto. (Oh!, sí, le amo hasta
morir de amor. Y, sin embargo, se lo demuestro tan mal. Se acerca la misión.
Ruego con todo mi corazón para que ella sea un éxito más allá de toda
esperanza. (Jesús sería tan feliz! Buen Maestro, dadme vuestra cruz, os lo
suplico. Quiero compartirla con Vos, que la habéis llevado por mí. Quiero
ayudaros ahora. Gracias por la hermosa porción que me habéis reservado...

13 Lunes 20-2 [20 de febrero de 1899]


13. Estoy leyendo ahora El camino de perfección, de Santa Teresa. Esta
lectura me interesa muchísimo y me hace bien. La Madre Teresa dice cosas tan
buenas sobre la oración y sobre la mortificación interior, esta
mortificación que deseo tan vivamente conseguir con la ayuda del Señor. Ya
que no me puedo imponer grandes sufrimientos por el momento, puedo al menos
a cada instante del día inmolar mi voluntad.

14 14. (La oración! Cómo me gusta la manera como Santa Teresa trata de este
tema, cuando ella habla de la contemplación, ese grado de oración en el que
Dios hace todo y nosotros no hacemos nada, donde El une nuestra alma tan
íntimamente a Sí que ya no vivimos, sino que es Dios quien vive en nosotros,
etc. Oh, he reconocido allí los momentos de éxtasis sublimes adonde el Señor
se ha dignado elevarme durante estos Santos Ejercicios y también después.
)Qué le daré por tantos beneficios? Después de estos éxtasis, estos
arrobamientos sublimes en los que el alma olvida todo y no ve más que a su
Dios, (qué dura y penosa parece la oración ordinaria, con qué pena hay que
trabajar en recoger las potencias, cuánto cuesta esto y qué difícil
parece!...

15 15. No podría decir todo el bien que me hace este libro de Santa Teresa,
que se dirige, sin embargo, principalmente a sus hijas carmelitas. Ella
habla muy bien de la amistad.
*Oh. qué verdadera y perfecta amistad la de una persona o una religiosa
que trabaja en el bien espiritual de su prójimo anteponiendo sus intereses a
los propios. Una tal amistad vale mil veces más que la que se podía
testimoniar en el mundo con las palabras de ternura de que se usa demasiado.
vosotras, hijas mías, dice Santa Teresa, dejadlas para vuestro Esposo,
habiendo de pasar tanto tiempo con El y estar solas con El. No os sirváis de
ellas más que cuando le habléis a El+
Oh, Jesús mío, sí, lo confieso, he amado demasiado a las criaturas, me
he entregado demasiado a ellas y deseado demasiado su amor. O, mejor, no he
sabido amar, amar divinamente. Pero ahora, lo siento, no tengo otra cosa que
a Vos, y sobre todo, Amado de mi corazón, no quiero ser amada sino por Vos.
*Ah, dice también Santa Teresa, si se cree que las almas que se han dado
a Dios no saben amar sino a El, se engañan. Aman también al prójimo y con
un amor más grande, más fuerte, más verdadero, con más pasión que los demás.
En fin, digo que a esta manera de amar pertenece este nombre de amor y no a
los bajos afectos de la tierra. Pues cuando estas almas aman a una persona,
procuran llevarla a amar a Dios para que sea amada de Dios. Saben que si no
está en ellas el amor divino, la muerte debe romper el vínculo que los une+

16 Viernes 24-2 [24 de febrero de 1899]


16. He ido a confesarme esta mañana. Hace ya varias veces que me quedo
mucho más contenta de mi director. Hoy he hecho una confesión casi ideal. Mi
director me ha hablado tan bien de la mortificación interior... Dios
ciertamente le había inspirado, pues es en lo que trabajo después de los
Ejercicios.
Ya que no puedo casi imponerme mortificaciones, debo persuadirme de que
el sufrimiento físico y corporal no es más que un medio, excelente por
cierto, para llegar a la mortificación interior, al desasimiento de sí
mismo. (Oh, Jesús, mi vida, mi amor, mi esposo, ayudadme! Es necesario
absolutamente que yo llegue a eso, a hacer en todas las cosas lo contrario
de mi voluntad. Jesús, buen Maestro, supremo amor, os inmolo mi voluntad,
que sea una con la vuestra. Oh, os lo prometo. Me esforzaré todo lo que
pueda para ser fiel a este propósito que he tomado de renunciarme siempre.
Esto no me es siempre fácil, pero con Vos, mi fuerza, mi vida, )no tengo
segura la victoria?

17 Miércoles 1-3 [1 de marzo de 1899]


17. La Misión se acerca y yo redoblo mis oraciones por su éxito y
particularmente por la conversión de esa alma que quiero absolutamente
llevar a Dios. Esta idea me persigue día y noche. Esta mañana he comulgado
por el comienzo del mes de San José y he pedido a este gran Santo, en quien
tengo mucha confianza, que me ayude en la conversión de este pecador.
No sé ya qué decir para llegar al corazón de Dios. (Se lo he suplicado
tanto!... Pero, sobre todo, no quiero desanimarme. *Padre bondadoso, le he
dicho, en nombre de Jesús, mi divino esposo, de Jesús holocausto sublime, de
Jesús cautivo por nuestro amor, escuchad mi oración. (Ah! Conmuévaos el
precio de esta ofrenda inestimable, considerad todo lo que sufre vuestro
divino Hijo; aunque sea yo tan miserable, vengo a pediros gracia. O dad fin
al mundo o poned fin a tan grandísimos males. (Dadme esta alma, la quiero
para mi Jesús! )Es necesario que yo haya hecho tan pocas cosas por vos y
que, vacías las manos, no pueda pediros un favor, objeto de mis más
ardientes deseos? Por desgracia, gran Dios, no he hecho nada que me dé este
derecho. Pero dejaos conmover por mis lágrimas, por mis sacrificios. Yo os
ofrezco mi vida. Os la he ofrecido desde hace mucho en holocausto para
consolar a mi esposo querido. Enviadme la muerte. Hacedme sufrir lo que
queráis. (Ah, eso es lo que deseo; pero dadme esta alma, dádmela para Jesús,
mi amor y mi vida, por Jesús, cuya causa defiendo. Vos no podéis negarme
nada pedido en nombre de esta Hostia, de esta Víctima sublime. Por eso, en
su nombre, yo, pobre y miserable criatura, me atrevo a levantar mis ojos
hacia Vos, porque yo le amo hasta morir de amor...+

18 Sábado 43 [4 de marzo de 1899]


18. Regreso de la catedral, donde se ha celebrado la función de apertura
de la Misión. La ceremonia ha sido grandiosa. Estoy todavía muy emocionada.
(Ah! (Con qué fervor he rogado y suplicado al Dios todopoderoso por los
pobres pecadores! (Cómo le he ofrecido el sacrificio de mi vida, cómo me he
ofrecido en holocausto, a ejemplo de Jesús, mi Esposo querido, por cuyo amor
anhelo todos los sufrimientos y tribulaciones!
La apertura de la Misión ha sido espléndida. El señor Obispo subió al
púlpito y habló de la importancia de esta Misión, que tiene por fin hacer
despertar a las almas del sueño en que se embotan. Después del sermón se ha
organizado una magnífica procesión, en la que ha tomado parte toda la
Schola, el seminario, los Canónigos, los Redentoristas y el Obispo. Las
voces angelicales de los jóvenes seminaristas, tan puras, tan suaves, se
elevaban en las bóvedas de la inmensa basílica. Los cánticos eran tan
bellos, tan conmovedores... Sentía correr mis lágrimas. (Oh, Dios
todopoderoso! Dejaos conmover, aplacad vuestra ira. Tantas almas os lo piden
en nombre de Jesús, el Holocausto supremo...

19 Domingo 5-3 [5 de marzo de 1899]


19. Esta mañana en la misa mayor se ha predicado el primer sermón de la
misión. El Padre redentorista que ha hablado parece inflamado de amor de
Dios y de deseo de llevarle almas.
)Por qué la misión? )Qué es la misión?
La misión es: a) una parada; b) un faro; c) el gran perdón.
(Quisiera tratar de anotar durante esta misión los puntos principales de
cada instrucción y que más me han impresionado.)
A) Una parada: el viandante, cuando va a subir una montaña, se detiene
en la falda de la colina para descansar, recuperar las fuerzas y ver si está
en el buen camino. La misión es esta parada en la montaña que debe
conducirnos al paraíso.
B) Por la tarde, cuando el crepúsculo se extiende sobre las olas del
océano, se enciende un faro para guiar a los marineros, que sin esa luz se
extraviarían, luz que debe indicarles el camino que deben seguir. La misión
es también este faro...
C) Se ha combatido durante todo el día. El campo de batalla está
cubierto de muertos y heridos. La Hermana de la Caridad se acerca al pobre
soldado que muere. Con un corazón de madre y una dulzura de ángel. cuida al
pobre moribundo, a quien devuelve a la vida... La tierra es también un campo
de batalla. (Cuántas luchas, cuántos combates, cuántos heridos, cuántos
muertos a la vida espiritual!... Y he aquí que Dios manda la misión para
resucitar a los muertos, curar a los heridos. Ah, es el tiempo de la
misericordia y del perdón, el tiempo en que Dios distribuye la gracia
a manos llenas. No dejemos pasar este tiempo de bendición, recojamos todas
estas gracias; es una ocasión única...

20 20. Oh, Dios mío, compadeceos. Os hago el sacrificio de mi vida por el


éxito de esta misión. Enviadme sufrimientos, pero escuchadme, ved mis
lágrimas, mis suspiros. Gracia, piedad, Dios omnipotente, en el nombre de
Jesús, mi esposo amado; Jesús, mi vida, mi supremo amor...
Estoy desconsolada. No podré asistir al sermón de esta noche, que será a
las ocho. Me voy a resarcir en las vísperas. Ah, (cómo preferiría ir a la
misión antes que a cenar en la ciudad y hablar de cosas fútiles!

21 [Creados a imagen de Dios] Lunes mañana 6-3 [6 de marzo de 1899]


21. Debemos salvar nuestra alma, hecha a imagen de Dios...
A) En efecto, Dios es Creador. El hombre ha sido creado... él llega a
una isla salvaje y deshabitada, y después de muchos siglos esta isla se ha
hecho una tierra fértil y civilizada...
B) Dios es inteligente. Es la inteligencia suprema... Y el hombre con su
alma es también inteligente... El general, a fuerza de cálculo, puede ganar
con pocos hombres la victoria sobre un ejército numeroso...
C) Dios es bueno. El alma también está dotada de una exquisita bondad.
Sabe amar, entregarse, sacrificarse...
Hay que amar a las almas, quererlas con pasión. Son tan hermosas. Si
hubiéramos visto la belleza de un alma pura, creeríamos haber visto a Dios.
)Cuánto vale nuestra alma?
Escuchemos a los santos, al demonio, a Dios.
A) Los Santos. Nadie como ellos sabe lo que vale un alma, y por
salvarla, por convertir a los pecadores algunos han abandonado todo, han
renunciado a toda felicidad terrena para darse a Dios y ganarle almas. San
Francisco Javier, San Alfonso de Ligorio...
B) El demonio. )Por qué esa lucha constante, esa guerra continua con las
almas? (Ah! Satán sabe también lo que valen. Las quiere para sí.
C) Dios. Después de la caída de nuestros primeros padres, cuando Jesús
vio todos los pecados del mundo, todas estas almas amadas perdidas para
siempre, se dirigió a su Padre: *Padre, las quiero mucho. )Podrías
rescatarlas haciéndome hombre, viviendo en la tierra? No, hijo mío, esto no
basta... (Padre, sufriré, trabajaré, derramaré lágrimas! Hijo mío, no es
bastante todavía. Entonces, Padre, moriré entre tormentos horrorosos en una
cruz. Hijo mío, sólo a este precio está concluido el pacto+

22 22. Padre eterno, )no estáis conmovido? )Qué falta todavía? (Almas, Dios
mío, necesito almas, al precio de cualquier sufrimiento! Mi vida entera será
una expiación, estoy dispuesta a sufrir; pero perdón, piedad para el mundo,
en nombre de Jesús, mi esposo divino; Jesús, a quien quiero consolar... El
señor Chapuis ha ido a la Misión. (Ah! (Cuantas gracias he dado a Dios!...

23 [La oración] Lunes noche


23. *Pedid y recibireis+ (Mt. 7, 7). La oración es infalible. Es
necesario orar. Dios lo ha dicho formalmente; no es un consejo, sino un
mandato. Es necesario orar:
a) Porque sin la oración el cielo se cierra para nosotros.
b) Porque con la oración el infierno se cierra bajo nuestros pies.
A) La oración, una verdadera oración, la que nace del corazón y no sólo
de los labios. Ah, el que no la hace cada día está seguro, cierto de caer,
pues ella es el rodrigón que nos sostiene en las grandes tempestades de la
vida e impide que nos rompamos.
B) El demonio está siempre presente, vela alrededor de nosotros. (Ah!,
)qué podemos nosotros solos? Nada, ciertamente. Y la oración tiene tanto
poder sobre el corazón de Dios... Es la llave, la única y sola llave que nos
abre el paraíso. Ah, al que ora, al que sabe orar bien Dios le ayudará, y en
la última hora, cuando [el demonio] esté allí como un león rugiente
acechando a su presa, Jesús estará con nosotros, para introducirnos en la
mansión del reposo y de la bienaventuranza.
El Padre habló después de la resurrección de Lázaro, de la oración de
María Magdalena. (Ah! Si supiéramos orar, (qué no obtendríamos! Oremos,
oremos para convertir estas pobres almas que no saben orar.
24 24. Oh Padre omnipotente, )no estáis satisfecho viendo estas iglesias
llenas de almas que vienen a pediros perdón? Dejaos conmover. (Oh!, hacedme
sufrir mil tormentos, pero dadme almas para Jesús, mi Esposo Amado.

25 La vida. Martes mañana [7 de marzo de 1899]


25. a) )Qué es la vida? b) )Adónde nos conduce?
A) La vida. Dios la ha comparado a muchas cosas: es una sombra, una cosa
impalpable, una flor que se abre por la mañana y por la tarde se marchita.
En primer lugar, )nos pertenece la vida? El presente )es nuestro? Dentro de
algunos minutos, )podremos recoger la palabra que pronunciamos ahora?
El pasado: )podemos volver a ver y a poseer los años que hemos visto
transcurrir? El futuro )nos pertenece? El minuto que sigue al instante en
que hablamos )es nuestro?
La vida se puede resumir así: muchos sufrimientos, muchas lágrimas,
muchas ilusiones; la esperanza de una felicidad siempre esperada y nunca
lograda. Y, sin embargo, nos apegamos a esta vida. (Se necesita ser necios!
B) )Adónde nos conduce? Como el arroyo que serpentea y el río que viene
a acabar en el mar, así todos marchamos hacia la eternidad; el pequeño
infante en los brazos de su madre, el viejo, todos caminan al umbral de la
eternidad. Hay, sin embargo, dos suertes de eternidad y somos nosotros
quienes debemos escoger. Y es nuestra vida la que debe decidir nuestra
eterna felicidad. Soy libre; debo ganar el cielo, la eterna
bienaventuranza...
Lamento no poder extenderme más sobre esta instrucción, que ha sido
maravillosa; pero solamente dispongo de unos minutos.

26 La eternidad. Martes noche


26. (Ah! La vida es bien corta. (Qué rápida pasa! El niño al ver al
anciano de canos cabellos y de encorvadas espaldas se dice: )Cuándo estaré
yo así?... Y ese día le parece lejano. La vida es un torrente impetuoso, un
inmenso océano; cada oleada nos acerca a aquella eternidad que niegan tantos
incrédulos, pensando que no tienen alma. (No tener alma! Y entonces la
bestia feroz que vive en la foresta es como yo, o incluso superior a mí. (No
tener alma! Y entonces, )quién podrá satisfacer esta ansia de felicidad que
siento en el corazón?
No tener alma, negar la eterna felicidad, es fomentar el crimen. Si todo
se acaba en este mundo, lo único que me queda es enriquecerme por todos los
medios, ser feliz. (Ah!, (la justicia es tan mal comprendida en la tierra!
27 27. El sermón estuvo estupendo y siento no poder alargarme más hoy...
(Cuánto bien nos hacen estos Redentoristas. (Hablan con tanto amor de Dios!
Es admirable. (Ah! Cuando los veo predicar así, (cuánto les envidio! (Ah!
Ellos han podido seguir su vocación y ganar tantas almas para Dios. (Cuán
felices son! (Que gocen su felicidad! Jesús mío, )cuándo podré yo seguir mi
camino, cuándo podré darme a vos? Tengo tantas ganas de sufrir, de ganaros
almas... Estoy sedienta de sacrificios y bendigo todos los que se presentan
durante el día. Durante esta Misión siento redoblarse mi ardor. Mi corazón
arde en el deseo de convertir almas. Esta idea me persigue aun en el sueño.
No tengo un momento de reposo. Dios mío, ved los deseos ardientes de mi
corazón, enviadme sufrimientos. Sólo esto puede hacerme soportar la vida.
Padre celestial, *o padecer o morir+

28 28. Ayer por la tarde tuvo lugar la consagración de la Misión a la


Virgen del Perpetuo Socorro. (Qué función tan bella y tan emocionante! (Cómo
me ha conmovido! (Oh, María! Ayudadme, escuchadme, salvemos estas almas tan
queridas.

29 La palabra de Dios. Miércoles mañana [8 de marzo de 1899]


29. En el predicador debemos ver sólo a Dios. Evitar criticarlo y, por
fin. estar ávidos de esta palabra divina. que es la luz que debe alumbrarnos
en las tinieblas de la vida. El predicador no debe buscar la elocuencia,
hacer gestos más o menos estudiados. No debe buscar más que a Dios y su
gloria. Nosotros, por nuestra parte, debemos escucharlo como si el mismo
Jesucristo nos hablara y hacer callar todo sentimiento humano.
El sacerdote nos habla: a) con fe; b) con franqueza; c) con el corazón.
Nosotros debemos escucharlo: a) con respeto; b) con confianza; c) con deseo
de poner en práctica los avisos que nos da. No debemos creer que no los
necesitamos o, por el contrario, que le podrían aprovechar a fulana.

30 [La vanidad de lo terrestre] Miércoles noche


30. *)De qué sirve al hombre ganar el universo si pierde su alma?+ (Mt.
16, 26).
Una sola cosa es necesaria: la salvación. Los asuntos temporales deben
tener un lugar secundario en nuestras preocupaciones. )De qué nos servirá la
posición social, la fortuna, todos nuestros bienes en el día de la muerte?
(Ah! A Dios no se le compra con el dinero. Escuchemos los consejos: a) de
los Santos; b) de los moribundos; c) de los muertos.
31 La penitencia. Jueves mañana [9 de marzo de 1899]
31. Hay que hacer penitencia si queremos salvarnos. La penitencia es una
tabla de salvación que 1esús nos lanza al mar de esta vida. (Ah! Agarrémonos
a ella. María lo ha dicho: *Penitencia, penitencia, penitencia+. )No la ha
predicado Jesús? Su vida )ha sido otra cosa que una lenta agonía? Los Santos
la han practicado. Para ellos era más preciosa que todos los tesoros de la
tierra. Santa Magdalena (qué modelo, cuánta confianza y amor había en su
corazón! Ella ha visto al Maestro y se encendió en su amor. Pero dice a
Marta: )Puede El concederle su amor a ella, la gran pecadora? (Ah, sí! El se
lo concede: *Le son perdonados muchos pecados, porque amó mucho+ (Lc. 7,
47). San Pedro, (ah!, (cuán grande fue su penitencia! Preguntémosle la razón
de aquellos dos surcos que las lágrimas han trazado en su rostro. (Ah!, es
que ha negado a su Maestro. Y aunque este Maestro le haya perdonado, le haya
hecho jefe de su Iglesia, está inconsolable por haber hecho sufrir al que
ama.
Hay dos clases de sufrimiento:
a) El interno: el dolor sincero de los pecados, la vigilancia para no
cometerlos, etc.
b) La penitencia exterior o corporal. Ciertamente no es necesario para
practicarla encerrarse en un claustro (aunque, dicho sea de paso, si fuese
mayor el número de los que allí se retirasen, el mundo no iría tan mal). Hay
penitencias corporales que son obligatorias: la confesión, el ayuno, etc.
Las hay también facultativas, de las cuales el Padre no pudo hablar esta
mañana.

32 32. Esta instrucción ha sido bellísima, tal vez la que he escuchado con
más gusto. (Oh, Dios mío! Vos sabéis que si sufro, si deseo sobre todo
sufrir tanto no es pensando en mi eternidad, sino solamente por consolaros,
llevaros almas, probaros que os amo. Pues yo os he dado mi corazón, un
corazón que no piensa sino en Vos, que no vive más que para Vos, que os ama
hasta morir de amor. Y para ser toda vuestra, me sepultaré viva en el fondo
de un claustro, sufriré mil dolores con alegría. (Oh, Jesús, mi esposo y mi
vida, dadme cruces, quiero compartirlas con Vos! (Ah!, no sufráis sin mí.
Que en adelante mi vida sea un sufrimiento continuo, pero que os consuele,
que os pruebe todo mi amor. (Oh, Jesús!, quiero ganar almas. *O padecer o
morir.+

33 El pecado. Jueves noche


33. *He criado hijos y los he engrandecido, y ellos me han abandonado+
(Is. 1, 2).
(Ah!, qué gran ofensa contra Dios tiene que ser el pecado, si El, que es
la Bondad suprema, la Misericordia infinita, lo castiga así. El primer
pecado mortal fue cometido en el cielo. Lucifer dijo: *No obedeceré.+ E
inmediatamente el infierno se abrió para él.
A) El pecado mortal es una herida muy sensible al Corazón tan bueno de
Dios. Es despreciarlo, decirle: *Me río de ti y de tu cielo. Quiero hacer mi
voluntad.+ (Ah!, )qué herida mayor se puede hacer al Corazón amante que
despreciarlo?
B) Pecar mortalmente es también hacer una injuria a la bondad de Dios.
(Ah!, )qué más pudo hacer Jesús? Vino a la tierra. Desde la cuna hasta la
cruz su vida no es mas que una incesante expiación por nuestros pecados, y
todas las veces que se peca mortalmente se nos tiñen las manos con la sangre
de Jesús. *Pero detente, pecador, a Jesús no le queda más sangre. (La ha
derramado hasta la última gota!+

34 34. Después del sermón, que ha sido tan emocionante, el Padre ha


recitado en alta voz el acto de contrición, durante el cual he llorado
mucho.
(Oh, Jesús, perdón! Perdón por mis pecados, por mis pasados arrebatos de
ira, por mi mal ejemplo, por mi orgullo y por las faltas que cometo tan
frecuentemente. Lo reconozco. No hay criatura más miserable que yo, porque
me habéis dado tanto y no habéis cesado de colmarme de gracias. Perdón,
Señor. )Cómo me atrevo a pedir perdón para los otros siendo tan culpable?...
)Cómo no os habéis alejado de mí después de tantas ofensas? (Oh, Señor
Jesús, mi esposo, mi vida, perdón!

35 La confesión Viernes mañana [10 de marzo de 1899l


35. *Y brotará una fuente en la casa del Señor+ (Jo. 3, 18). )Qué cosa
hay mejor, más preciosa, que la confesión? Jesús la instituyó no sólo para
hacernos obtener el perdón de nuestros pecados, sino también y
principalmente para consolar nuestro corazón.
(Ah!, cuando siento los remordimientos oprimir mi corazón, )a quién
acudiré para confiarme? )A mi madre? A pesar de su ternura no puede hacer
nada. )A una amiga? Pero esta confesión tal vez rompería el vínculo de
nuestra amistad. )A los representantes de la justicia humana? En este
terreno no tienen poder alguno. )Al ministro protestante? Me diría:
*Retiraos a la soledad, pedid perdón a Dios, confesaos con El.+ Pero por más
que haga los remordimientos continuarían con su carga pesada sobre mi
corazón. El ministro jansenista, representante de esta religión tan austera,
me dirá: *Por mi parte, os perdono. Pero mire a ese Jesús clavado en la
Cruz, El no ha muerto por todos. Solamente por algunos. Ignoro si sois vos
de ese número.+ Entonces voy al sacerdote católico. Me arrodillo ante el
santo tribunal y allí encuentro el perdón. Hallo allí un padre, un amigo, un
consolador, un consejero. Y al levantarme he oído estas palabras: *Yo te
absuelvo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Vete en paz
y no peques más+, etc.

36 [La muerte] Viernes noche


36. La ceremonia de esta noche ha sido muy bella y conmovedora. Se ha
ofrecido por las almas del purgatorio. La iglesia estaba adornada de luto.
Un gran catafalco había sido colocado en el coro, y en lugar de la bendición
con el Santísimo Sacramento tuvo lugar la absolución. El sermón trató de la
muerte.
La muerte, que viene a sorprendernos en el momento que menos la
esperamos. Dios mismo lo ha dicho. (Cuántas muertes repentinas!... )Nos
dejará libres la muerte mañana, esta noche, como nos ha dejado hoy? (Ah!,
(es tan bella la muerte del justo!... *Yo voy a morir. Todos los vínculos
que me atan a la tierra van, por fin, a romperse. Voy a morir, voy a
poseerte, Jesús, supremo amor, a quien he preferido a todo lo terreno. En el
cielo no os abandonaré jamás. Vais a juzgarme. (Ah!, )podréis condenar a
quien os ha amado tanto, a quien os lo ha sacrificado todo?
Pero al contrario de esta muerte tan dulce y consoladora, (qué horrible
es la muerte del pecador! Sus ojos se abren desmesuradamente, presiente,
sabe que va a morir. Morir... (Oh!, presentarse delante del Dios que ha
menospreciado... (Ah!, )qué le llevará? No ve otra cosa que pecados sin
número. *(Oh muerte, espera, por favor. No puedo ir todavía. Mis pobres
hijos. )Es necesario abandonarlos? Esta fortuna adquirida con tanta fatiga
)hay que dejarla cuando comenzaba a gozarla? (Oh muerte! )Qué cosa
presentaré al Señor, que deberá juzgarme? Un sacerdote. (Pronto, un
sacerdote! Y el sacerdote llega frecuentemente demasiado tarde, para no
encontrar más que un cadáver. Y además )qué valor pueden tener esas
confesiones de última hora?
(Ah! Estemos siempre preparados para no temer la muerte, sino poderla
llamar a grandes gritos, que ella se nos presente como una liberación que
debe poner fin a nuestro destierro y unirnos al Dios a quien amamos sobre
todo.
37 37. El sermón terminó con un acto de contrición, muy hermoso y
emocionante. Cosa curiosa. Con temer yo tanto el juicio de Dios, el sermón
de esta tarde no me ha impresionado lo más mínimo. (Oh, Jesús! )Por qué me
ha de aterrar el comparecer ante Ti? )Puedes Tú condenar a esta criatura
que, pese a su flaqueza, a sus innumerables faltas, no ha vivido en la
tierra sino para Ti, para consolarte, aquella que ha deseado tanto llevar la
cruz contigo? Ciertamente que es una miserable que ha merecido el infierno
mil veces. Pero, Jesús, ella te ha amado tanto que no puedes despreciarla.
Es tu esposa. Por lo tanto, debe ir en pos de tus huellas y, cantando el
cántico de las vírgenes, embriagarse en las delicias de tu presencia. (Oh,
muerte! Si no abrigase la esperanza de sufrir y de hacer algún bien sobre la
tierra, te llamaría ahora mismo a voz en grito. Si algún día hubiera de
ofender mortalmente a mi divino Esposo, a quien amo sobre todas las cosas,
entonces, pronto, siégame, antes de que me suceda semejante mal. (Oh, Jesús
mío, sufriré todo, aguantaré todo, pero no el proporcionaros semejante
dolor... Amparadme. Mi corazón está ahí junto a vuestro corazón. Vigilad
sobre él, protegedlo bien, consumidlo en el fuego de vuestro amor.

38 La confesión (continuación) Sábado mañana [11 de marzo de 1899]


38. Dos cosas son indispensables para que Dios nos perdone los pecados:
la contrición y el firme propósito.
A) Sin la contrición, aunque hiciese todas las penitencias posibles,
sufrir el martirio. Dios no me puede perdonar los pecados. Hay cosas que,
aunque sean obligatorias, pueden sustituirse mutuamente. Si me encuentro en
la imposibilidad de confesarme y hago un acto de contrición perfecta, esto
basta. Pero si no tengo este pesar de haber ofendido a Dios, aunque me
confiese, no puedo obtener el perdón. (Ah!, cuántas almas tenemos por
perfectas y tal vez serán condenadas al infierno por haber descuidado la
contrición, que es indispensable.
B) El propósito firme es tan útil como el dolor, con el que forma una
sola cosa. Ciertamente no se puede prometer a Dios ser impecables.
Lamentablemente, la naturaleza es tan débil... Pero se debe decir a Dios:
*Os prometo que yo haré todo lo posible, cueste lo que cueste, para no
recaer en esta falta+, sobre todo si es habitual. (Ah! Se piensa demasiado
poco en este firme propósito y en el dolor. Nos preocupamos de examinar la
propia conciencia y nos olvidamos de lo que es indispensable para ser
perdonados.
39 39. Esta instrucción me ha removido y turbado. Desde hace algún tiempo
pienso en la contrición. Estoy dispuesta a morir antes que ofender a Dios
voluntariamente, incluso por el pecado venial. Pero antes, a los once, doce,
trece, catorce años, oh Dios mío, )he tenido yo esa contrición? )Pensaba
siquiera en ella? Ah, tiemblo al pensarlo. Estoy decidida a hacer una
confesión general con uno de los Padres Redentoristas que me agrada mucho
por su piedad y su amor a las almas. El lunes o el martes iré a verle y
volveré después de algunos días para hacer la confesión general. Pero me
horroriza. )Cómo acordarme de los pecados, cantidad y número de veces? En
fin, Dios me ayudará. (Ah!, que El me ilumine para que vea mis pecados en
toda su malicia y horror...

40 Domingo mañana [12 de marzo de 1899] La confesión general (continuación)


40. Hay dos clases de confesión:
A) La ordinaria, es decir, como lo indica su nombre, la confesión que
hacemos ordinariamente.
B) La confesión extraordinaria o confesión general; ésta es útil y a
veces necesaria.
La confesión general es una cosa buena para todas las almas, a excepción
de las escrupulosas o hipersensibles. La Misión, en que todo es
extraordinario, es una buena ocasión para hacerla.
Para hacer esta confesión general no hay que tener temores ni
preocupaciones inútiles. Dios no pide lo imposible. Pongamos de nuestra
parte lo que podamos y Dios hará lo demás.

41 41. (Oh, buen Jesús!, sí, )no es verdad que me ayudáis?


Hoy se termina mi novena a San Francisco Javier por el señor Chapuis. He
comenzado una a San José, en quien tengo tanta confianza, y otra a Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro, patrona de las misiones...

42 [Celo de almas] Domingo a las 5


42. El sermón de vísperas, magnífico. Es quizá el que más me ha gustado.
Al oír hablar del celo que nos debe abrasar por la salvación de las almas,
mis ojos se llenaron de lágrimas. (Qué emocionada estaba!...
A) Hay que tener celo de la salvación de nuestros hermanos. Ah, cuando
un padre de familia que tiene siete hijos ve que cinco le ultrajan y
abandonan, después de haber llorado por esos hijos que le hacen sufrir
tanto, piensa en los dos que aún le quedan y les dice: *Buscad en seguida a
los que he perdido, volvedlos a mí, conducídmelos.+ *Cómo, )traértelos?,
responden los dos desventurados, nos tiene sin cuidado, peor para ellos.+
Ante un hecho tal, todos nos indignamos. Pero )no es indignarnos contra
nosotros? )No somos nosotros semejantes a esos dos hermanos? Jesús nos dice:
*Hijo mío, sacrifícate para traerme almas. Yo lo quiero, es preciso, ya ves
los sufrimientos que he pasado por estas almas queridas. Hijo mío, ayúdame.
Tengo sed, sed de almas.+ )Hemos respondido siempre a esta llamada?

43 43. (Oh, buen Jesús!, si he vivido tanto tiempo despreocupada por la


salvación de mis hermanos y ofendiéndoos tanto yo misma, al menos desde hace
tiempo, (ah!, sólo aspiro a llevaros almas... Mi corazón se abrasa y se
consume por esta obra de redención. (Ah, Esposo divino, quiero consolaros,
haceros olvidar la pena que os causan los otros, y para esto, querido
Maestro, *o padecer o morir+!

44 44. El celo se puede ejercitar de cuatro maneras:


a) La oración. Ella es muy poderosa sobre el corazón de Dios... Orar con
perseverancia, sin desanimarse, aunque se muera sin haber sido escuchado.
b) Una buena palabra. Con frecuencia una palabra dicha oportunamente
puede hacer mucho bien... (Ah! No dejemos de decirla si la ocasión se
presenta.
c) El buen ejemplo. Si el mal ejemplo es algo tan terrible y funesto,
(cuánto bien puede causar el buen ejemplo!... Habla más que todos los
sermones. Con mucha frecuencia, cuántos hombres se convierten con el trato
de una mujer piadosa.
d) El sacrificio. El sufrimiento fue el medio por el cual Jesucristo
llevó a cabo la obra de la redención. Y después El nos llama a este camino
de sacrificio, que es el medio más seguro para la salvación de las almas.

45 45. (Oh, Jesús! )No es acaso el sufrimiento lo que os pido a grandes


voces? Oh, quiero sufrirlo todo, estoy dispuesta a soportarlo todo, pero
dadme almas, dadme aquella que os recomiendo de modo particular. Ah, tenía
tanta esperanza, viendo asistir tres veces a la misión a este pecador, y
ahora ha dejado de asistir. Maestro bueno, si no me dais esta alma, moriré
de dolor. Oh, os lo pido, dádmela al precio de cualquier sufrimiento. (Oh,
María, Virgen de Lourdes, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, venid en mi
ayuda. Sin un milagro vuestro todo está perdido! Y yo cuento con este
milagro.
Ha pasado ya una semana de la misión. (Qué rápidos pasan los días
felices! Quisiera poder reternerlos. Me gustan tanto esas horas pasadas en
la casa de Dios, esas plegarias, esos cantos, estas instrucciones tan
sencillas y conmovedoras, tan prácticas y provechosas.
(Oh, Jesús!, gracias por el don que me habéis hecho enviándome esta
misión después de los Ejercicios en los que me habéis llenado de vuestros
favores. Vos os valéis de todos los medios para atraerme a Vos. (Oh, dulce
Maestro!, me rindo a vuestros divinos encantos, soy vuestra para siempre.
Estamos tan unidos... (Oh!, )no es verdad que nada nos separa?...

46 46. Mamá ya está bien y ha comenzado su vida ordinaria. Ciertamente el


mal está todavía en la herida, pero no se manifiesta, y después de haber
creído que no podría dejar a esta madre querida, al verla nuevamente
restablecida, comienzo nuevamente a esperar. (Oh, buen Maestro! (Qué prueba
me habéis enviado, qué cuchillo en mi corazón, nunca me consolaré! Y, a
pesar de todo, os digo *gracias+. (Oh! Os bendigo. Os habéis servido de esta
horrible prueba para desprenderme de las cosas de la tierra y unirme toda a
Vos, a Vos solo, mi amor, mi vida, mi esposo querido, por quien deseo
padecer o morir.

47 Segunda semana. Lunes mañana [13 de marzo de 1899] La confesión


(continuación y fin)
47. La confesión debe ser sincera. Ah, )a qué vienen esos subterfugios,
esas vueltas y revueltas, en lugar de confesar los pecados con sencillez,
como conviene a un culpable? (Cuántos sacrilegios cometidos por la
vergüenza, por la falta de sinceridad!...
Se falta a la sinceridad no sólo callando un pecado grave, como por
desgracia sucede con frecuencia, sino también disimulando las faltas
propias, disminuyéndolas y haciendo caer la responsabilidad sobre tal o cual
persona. Se dice: (Qué! Rebajarse a decir esto a mi confesor... )Qué pensará
de mí, que hasta ahora no he confesado más que pecados veniales, si le digo
semejante cosa? (Ah! Lo que pensará es que si la debilidad me ha llevado al
mal, me levanto con energía. Y, al contrario, me estimará más que antes...
Además, si hay dificultad con el confesor ordinario para hacer esta
confesión general, esta dificultad no existe durante la misión, donde no se
confiesa más que con los misioneros. Nunca se los ha visto, y tal vez,
incluso con probabilidad, no se los volverá a ver. (Qué reparo hay entonces
en la acusación de las faltas al sacerdote? )Hay temor de que las revele?
(Ah! esto es imposible. Se han visto pobres sacerdotes, víctimas de este
secreto, que se han dejado matar antes que descubrir un solo pecado. E
incluso a nosotros mismos no pueden hablarnos de nuestras faltas más que con
nuestro permiso.
El sacerdote en el confesonario es el ministro de ese Dios tan
misericordioso que deja en lugar seguro las 99 ovejas y corre a buscar a la
oveja descarriada (Lc. 15, 4). Es el padre del hijo pródigo (Lc. 15), el
ministro de aquel Dios que perdonó a la Magdalena, la gran pecadora, a San
Agustín y a tantos otros...

48 48. Gracias, oh mi Jesús, por la merced que me habéis hecho de


fortalecerme siempre, para tener valor de acusar las faltas de que me sentía
culpable. Oh, continuad ayudándome, para que si alguna vez os ofendiera
gravemente, no tenga esa falsa vergüenza que impide una confesión sincera.
Pero )qué digo, Jesús? Debéis hacerme morir antes de que llegue ese día
horrible. Os lo he pedido tantas veces...
Los Padres Redentoristas organizan un [turno de oración] para que a cada
hora del día se rece el rosario ante la imagen de Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro. Nosotras hemos ido a inscribirnos y me alegro de ir desde
esta tarde a las cuatro y media a rezar a María, mi Madre querida...

49 Lunes a las 5 de la tarde


49. Acabo de pasar media hora larga delante de la imagen de Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro de que acabo de hablar. (Ah! Con cuánto fervor
he rezado, desde el fondo de mi corazón, por todos los pobres pecadores y he
dicho a María que acepte el sacrificio de mi vida, como le plazca, por la
conversión de estos desventurados... Me imaginaba encontrarme realmente
junto a esta Madre querida y le he dicho con abandono y confianza: *Oh,
María! Vos, a quien nunca se suplica en vano, os pido que escuchéis mi
oración. (Ah! No me podéis rehusar lo que pido: el alma, la salvación de mis
hermanos, el alma de ese pecador que es también vuestro hijo... (Oh, Madre!,
)a qué precio me escucharéis? Hablad, os escucho, estoy dispuesta a todo.
(Qué días tan ideales son estas jornadas de misión! Cuando se hayan
pasado qué infeliz me sentiré.

50 50. ¡Ah! Si mi querida mamá no hubiera estado tan enferma, es posible que
hubiera intentado obtener su consentimiento a mi vocación. ¡Oh, Dios mío!, ¿qué
hacer? Vos lo sabéis. No quiero sino lo que Vos queréis.
Indicadme siempre mi camino. Jesús, buen Maestro, ven en mi ayuda. ¡Ah! Tú sabes
bien, ¿verdad?, que no vivo sino por Ti y estoy dispuesta a todos los sacrificios.
51 El Juicio. Lunes noche
51. (Ah! Si la muerte es horrible porque nos parte en dos, sería una
cosa poco importante si todo acabase allí. Pero hay que presentarse delante
de Dios, darle cuenta de toda la vida, y esta vez no en función de padre del
hijo pródigo, tan bueno y tan misericordioso, ni tampoco de Buen Pastor,
sino de juez terrible e inexorable, que no perdona más...
(Ah!, cuánto sufre el alma del pecador durante este juicio. Ella sufre:
A) Por hallarse bajo la mirada de Dios. )Dónde está? Ni un amigo la
asiste. Jesús con mirada terrible frente a ella. Si quiere huir por la
derecha, cae en las fauces de un tigre. Si a la izquierda, entre las garras
de un oso. Si hacia atrás, un nido de serpientes. (Oh, Dios mío!, )qué
hacer? Bajo sus pies el infierno que se abre. (Ah! Ella sufre tanto en este
momento, que preferiría arrojarse inmediatamente a aquel abismo espantoso.
B) El juicio de Dios. Jesús se sienta en un trono frente al alma. A la
derecha el ángel de la guarda, a la izquierda el demonio... Entonces
comienza el interrogatorio. Es inútil que la pobre alma balbucee algunas
excusas. Dios es implacable. Satán saca su libro. (Ah! El no ha olvidado
nada. Está anotada la más pequeña falta. *Señor, dice él, esta alma es mía.
Yo era su enemigo encarnizado, sólo deseaba su perdición. Ella me ha
obedecido siempre, mientras os ha ultrajado. Ella se ha reído de Vos, su
Dios, que habéis muerto en una cruz para salvarla...+
C) La condena. Satán continúa: *Señor, es digna de muerte.+ E
inmediatamente Jesús dice: *Sí, que muera.+ Y, dirigiéndose al pecador, le
dice: *Retírate, maldito, no puedo soportar tu vista, apártate para siempre
de mi presencia. Venid todos, amigos y parientes, a maldecirle.+
Y todos llegan a maldecir al pobre pecador, a quien Satanás lleva al
infierno. Todo esto, tan largo de contar, pasa en unos minutos. Está todavía
caliente el cuerpo del difunto y ya ruge y blasfema en las moradas
infernales...
Por el contrario, la muerte del justo es conmovedora. Se encuentra en
presencia de su Dios, su amor, a quien ha sacrificado todo y puede decir:
*Señor, por desgracia te he ofendido. pero )no he llorado mis faltas? )No me
las habéis perdonado?+

52 52. Jesús, en adelante, la confianza es mayor que el temor en mi


corazón. (Ah!, cuando me presente delante de Vos para compensar todas mis
faltas sin número, os diré: *Maestro, yo os he amado, os he amado mucho,
vuestro amor divino ha sustituido todo otro amor en mi corazón. Para
consolaros he querido dejarlo todo. El mérito de todos estos sufrimientos no
es mío, lo he aplicado a mis hermanos. A pesar de eso )me podéis abandonar?
No, Vos recompensaréis este desinterés. Me amáis, no podéis separaros de mí.
(Cuán felices seremos! (No abandonaros, cantar siempre vuestras
alabanzas!...+

53 El mundo. Martes mañana [14 de marzo de 1899]


53. )Qué es el mundo? Sólo vanidad y mentira y lo vamos a ver desde dos
puntos de vista:
a) Desde el punto de vista natural; b) desde el punto de vista
sobrenatural.
A) Desde el punto de vista natural. La mujer mundana sólo se ocupa de
modas, vestidos, visitas, bailes, fiestas de gala. Ni un pensamiento
elevado, ni una idea alta, sino mil preocupaciones a ras de tierra.
a) El mundo es vano. Sí, sus fiestas. Los placeres de que se embriaga a
veces con alegría, )qué dejan? El infortunio, el duelo, la infelicidad caen
sobre nosotros y entonces cómo somos olvidados, despreciados en esas fiestas
de las que éramos el mejor ornato...
b) El mundo es mentiroso. )Nos ha dado lo que nos había prometido? )Nos
ha dado la felicidad? Prometió ayudarnos también, pero si nos dejamos
arrastrar, si sucumbimos a sus tentaciones, será el primero en arrojarnos la
primera piedra.
B) El mundo bajo el punto de vista sobrenatural. Dios lo ha maldecido.
Jesús dijo: *(Ay del mundo!+ (Mt. 18, 7). *No ruego por el mundo+ (Jn. 17,
9). )Por qué estas maldiciones? Porque Jesús conocía el espíritu del mundo,
un espíritu opuesto totalmente al Evangelio.
La religión descansa sobre estos tres pilares:
a) Belén o la pobreza. El mundo no puede soportarle, no busca más que el
lujo, el confort.
b) Nazaret o el trabajo. La mujer mundana se cree dispensada del
trabajo. Ignora estas palabras de Dios: *Comerás el pan con el sudor de tu
frente+ (Gen. 3, 19).
c) El Calvario. La mundana ignora lo que es la penitencia voluntaria y
si la llega el dolor, )qué sucederá? (Cuántos suicidios para acabar con la
vida!

54 54. Gracias, Dios mío, gracias desde el fondo de mi alma por haberme
enseñado desde mi juventud la vanidad de las cosas de este mundo. Gracias
por haberme atraído hacia Vos, os sean dadas gracias.
Esta tarde hago mi confesión general, después de la que hice para mi
Primera Comunión, estoy llena de temor por tantos pecados. Buen Maestro, si
hubiera de caer de nuevo así, por favor, quitadme la vida. )Cómo después de
tantas faltas habéis podido soportar mi vista? )Cómo me habéis prevenido con
tantas gracias? Oh, gracias, perdón. Me muero de dolor pensando en el
disgusto que os he causado, Vos, a quien amo tanto, mi vida, mi esposo, que
me queréis por vuestra esposa, (perdón, perdón! (Oh, Jesús! Soy una
miserable criatura. No hay otra a quien hayáis dado tanto y se haya mostrado
tan desagradecida. Perdón, Jesús, perdón. Os amo, lloro estos pecados que
tanto os han hecho sufrir. Tened piedad de mí; no veáis más que mi amor por
Vos.

55 La impureza. Martes noche


55. El vicio más vergonzoso, el que más desagrada a Jesús.

56 56. Gracias, Amado, por haber guardado puro este corazón, que es todo
tuyo. María, Madre mía, velad siempre sobre mí.

57 Miércoles mañana. [15 de marzo de 1899]


57. Después de la instrucción de las seis sobre la Santísima Eucaristía me he
confesado. He encontrado un confesor como nunca lo había tenido y doy gracias al
Señor. El Padre ha encontrado en mí todas las señales de una verdadera
vocación. Cree también que Jesús me llama al Carmelo y que esta vocación es la
más bella. He hecho una confesión general. En cuanto al sexto mandamiento, el
Padre me dice, como los demás confesores, que nunca he ofendido al Señor.

58 El mundo (continuación, II). Miércoles a las 11


58. Escribo solamente unas líneas. No tengo tiempo.
La mundana es comparada por el Espíritu Santo al avestruz, que camina
con la cabeza erguida y la esconde en un arroyo cuando nota la presencia del
cazador, creyéndose así a salvo.

59 Pruebas del infierno. Miércoles noche


59. No tengo tiempo para hablar del sermón. Por lo demás, esta tarde me
ha interesado menos.

60 60. La ceremonia ha estado estupenda. Esta noche se tenía la


*Reparación+. El coro estaba admirablemente iluminado. Habían colocado una
gran cruz de más de 10 metros de altura, un gran corazón con estas palabras.
*Perdón, Dios mío.+ Todo esto con luces. El acto de reparación, estupendo.
(Ah! He llorado, pidiendo perdón de mis faltas a mi Jesús. Le he ofrecido mi
vida en reparación de tantas injurias como se le hacen. Le he pedido la
cruz, siempre la cruz. No puedo vivir sin ella. Esto endulza un poco mi
destierro. (Oh, Jesús!, )será verdad lo que se me ha hecho esperar esta
mañana?. (Ah! (Vos sois tan poderoso! Vos lo podéis todo, podéis tomarme
dentro de un año. (Oh!, sí, tomadme. Aceptad a esta esposa que suspira y
languidece por el día en que podrá dejarlo todo por seguiros a Vos, su
Amado, su único amor, a quien deseo consolar, cuya cruz deseo participar.
Vos, que habéis tomado posesión de mi corazón y allí vivís continuamente y
habéis hecho vuestra morada. Vos, a quien yo siento, a quien veo con los
ojos del alma, en el fondo de este pobre corazón, que tanto os ha ofendido,
y que, a pesar de todo, habéis colmado de beneficios, porque le queréis para
Vos. (Ah! Aceptadme.

61 El mundo (continuación, III) Jueves mañana [6 de marzo de 1899]


61. Los libros malos. La mujer mundana se aburre. Entonces el mundo, que
lo prevé todo, le ofrece sus malos libros, que van a cautivarla...
A) )Hay libros malos? Por libro malo entiendo todo impreso que ataca a
la religión o a la moral, y de ellos está lleno el mundo.
B) Estos libros, )pueden hacer mal? Sí, ciertamente, y los que lo
niegan, los que no lo advierten son personas poco instruidas. Cuando se toma
un alimento en el que se ha echado veneno, no se nota, pero esto no impide
que el veneno llegue a la sangre. Estos libros hacen tanto más mal cuanto
sus apariencias son engañosas. Para seducir a la mujer piadosa el autor
usará todos lo rodeos, y la desgraciada se deja engañar.
C) )Qué males causan? Destruyen la piedad, aunque no en un día. Llevan a
soñar, a pensamientos, deseos y acciones malas casi siempre. Esto se
entienda de las personas que leen habitualmente estos libros malos. Las
personas que leen una o dos veces un libro malo no están en el mismo caso.
Hay que quemar estos libros, aunque tengan gran valor y estuvieran en el
fondo de un armario.

62 62. Gracias, Dios mío, por haberme preservado de estas lecturas


pecaminosas. (Ah! Perdón por las desgraciadas que dedican mucho tiempo a
ellas. Jesús mío, tened compasión de ellas.

63 [Las ocasiones peligrosas] Jueves noche


63. *El que se expone al peligro caerá en él+ (Eccl. 3, 27).
Hay dos clases de ocasiones:
a) La ocasión necesaria; b) la ocasión [buscada]
A) La primera es inevitable: el niño que recibe el escándalo en familia
y no puede marcharse de casa.
B) Exponerse a la ocasión [buscada] es una cosa mal hecha. Pues si nos
exponemos voluntariamente, Dios no nos ayuda, y, dejados a nosotros mismos,
la caída es cierta, inevitable.
Las ocasiones son:
a) Las malas lecturas, de que se habló esta mañana.
b) Los teatros, iglesias de Satán, adonde no se debe ir más que por
razones graves.
c) Los bailes, adonde no se debe ir sino obligados por razones serias.
d) Las relaciones.

64 64. Dios mío, detesto todas estas diversiones. Jesús mío, te suplico que
pueda librarme de ellas.

65 [El sufrimiento] Viernes a las 8 [17 de marzo de 1899]


65. He tenido la alegría de asistir a la primera instrucción de la
mañana, a las seis, por el Padre Lion, y que ha sido una de las mejores y
más prácticas que he escuchado.
*Nosotros sufrimos con razón. Pero El )qué mal ha hecho? (Lc. 23, 41).
El sufrimiento es la escala que nos conduce a Dios, al cielo. Es:
A) La conversión. (Cuantas almas hay a quienes Dios envía el sufrimiento
para volverlas a El!... En la alegría se le olvida, se encuentra el paraíso
en la tierra. Y he aquí Dios que hiere. Bendito sufrimiento que nos debe
acercar a El.
B) La expiación. Nada conmueve el Corazón de Dios como el sufrimiento.
Si no tenemos ánimo para desearlo y buscarlo, (ah!, al menos aceptemos las
pruebas que Dios envía, pues cuanto más ama a un alma, más la hace sufrir.
Cuando se quiere tener en sí el Cuerpo de Cristo, hay que aceptar también la
cruz, la corona de espinas. Dios no puede entregarse sin eso.
(Oh, Jesús! Ven con tu cruz. La pido desde hace tanto tiempo... Cuando
sufro creo que me amáis más, ya que os siento también mas cerca de mí...
C) El mérito. Si la oración es algo muy bello y consolador, si es
admirable trabajar por Dios, nada, sin embargo, puede igualar el mérito y
hermosura del sufrimiento. En él no hay rastro de amor propio. Es por Dios,
sólo por Dios, por quien se sufre. (Ah! (Qué encantos encierra el
sufrimiento cuando se sabe aceptarlo, desearlo! (Ah, qué abundante fuente de
méritos! No hay camino más seguro que el de la cruz. Dios mismo lo ha
escogido.
En medio de nuestros sufrimientos digamos al Maestro como el buen
ladrón: *Acordaos de mí en vuestro paraíso+ (Lc. 23, 42). (Ah! El se
acordará, pues ha dicho: *Bienaventurados los que lloran, bienaventurados
los que sufren+ (Lc. 6, 21-22). Estos son los privilegiados de su Corazón.

66 66. Jesús, mi amor, mi vida, gracias por haberme escogido para


participar en tus dolores. Mi corazón se deshace de gratitud. (Oh!, Tú me
has reservado la mejor parte...

67 El mundo (continuación, IV, fin). El liberalismo. Viernes a las 11


67. )Existe?. Actualmente está muy de moda unir a Dios con el mundo.
Comulgar por la mañana, ir a bailar por la tarde. Pero Dios ha dicho que no
se podía tener dos señores (Mt. 6, 24). Hay que escoger entre El y el mundo;
no se puede amar a los dos.

68 68. En todas estas instrucciones sobre el mundo, el Padre ha dicho que


es pecado grave ir a esas diversiones sin tener serios motivos. Pediré
explicaciones al Padre Lion cuando le vaya a ver.
Jesús mío, cuando oigo condenar el mundo y su placeres (qué sentimientos
de gratitud brotan del fondo de mi corazón hacia Vos! Nunca podré daros las
gracias por esta hermosa porción que me habéis escogido. El Padre decía esta
mañana que al volver al cielo, al tiempo de recomendar vuestros Apóstoles al
Padre, hicisteis de ellos este elogio: *Padre, ellos no son del mundo. Viven
en él, pero no son de él+ (Jn. 17, 16, 11). Yo también, buen Maestro, vivo
en el mundo, pero no miro sino a Vos, no quiero más que a Vos. A Vos y a
vuestra cruz. Este mundo no puede llenarme. Desfallezco, peno y lloro porque
os busco. Oh, Amado, tomadme toda para Vos. Sois tan poderoso... Podéis
arreglarlo todo. Un milagro, oh Jesús, por favor...

69 La misericordia divina Viernes noche


69. *El temor es el principio de la sabiduría, pero el que no obra más
que por él no avanzará en la virtud+ (Prov. 1, 7).
Hay que pensar en el amor, en la misericordia de Dios:
a) Cuán grande es la paciencia de Dios con el pecador.
b) Cuánto busca Dios al pecador.
c) Con qué bondad le recibe.

70 70. Este sermón ha sido uno de los de la noche que más me ha interesado.
Lamento no poder escribir algunas líneas...

71 La caridad Sábado a las 6 de la mañana [18 de marzo de 1899]


71. La caridad es indispensable. Consiste en amar al prójimo como a sí
mismo, aunque se sienta menos; en desearle los mismos bienes, incluso a los
enemigos.
Las faltas de caridad. Aunque no sean pecados mortales, son algo muy
repulsivo. Al cristiano se le conoce por su caridad. )Cuál es nuestra
posición sobre ella?
A) (Cuántos juicios temerarios, que no tienen ningún motivo!... Porque
si tengo prueba, certeza, el juicio no es temerario. Sólo puedo excusar a la
persona. Esto es todo.
B) El rencor. Frecuentemente va hasta el odio.
(Qué difícil es soportar los caracteres! Un santo lo ha llamado *la flor
de la caridad+, etc.

72 72. Esta instrucción me ha hecho mucho bien, pues no estoy siempre


dispuesta a excusar a mi prójimo. He hecho firmes propósitos. Jesús,
ayúdame, quita todas estas mezquindades de mi corazón.

73 La tentación Sábado a las 9 de la mañana


73. *La vida es un combate+ (Job. 7, 1). Durante toda nuestra existencia
seremos tentados, ora en una cosa, ora en otra. La tentación en sí no es
pecado. No es un pecado, incluso encontrando satisfacción, con tal que desde
que se advierta se vuelva a otra
cosa el pensamiento, sin incluso tratar de luchar contra la idea que nos
sugestiona. Lo mejor es pensar en una cosa diferencia.
Dios nos ha indicado las armas contra la tentación: *Vigilar y orar+
(Mt. 26, 41). Con la ayuda divina estamos seguros de la victoria. Dios no
nos manda nunca la tentación sin darnos la gracia suficiente para
resistirla. Sí, *puedo todo en Aquel que me conforta+ (Fil. 4, 13).

74 Domingo mañana [19 de marzo de 1899]


74. Hoy se acaban mis dos novenas a San José y a Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro. Lloro, estoy desolada, aunque sigo confiando. Espero un
milagro; sí, lo espero. Cuando Jesús vino esta mañana a mi corazón le he
dicho que yo lo intentaba todo que estaba dispuesta a todo con El, con tal
de llevarle esta alma. Por la noche no duermo bien, y en cuanto me
despierto, me asalta esta idea. (Oh, Padre celestial! )No os moveréis a
compasión? Ah, ciertamente yo no merezco esta felicidad, y si no queréis
concederme esta gran alegría por la que suspiro, (hacedme antes morir! (Os
hago el sacrificio de mi vida! Ved, estoy dispuesta a todo por la conversión
de esta alma: dádmela y hacedme soportar todos los tormentos que ha
merecido. Yo los soportaré por mi Jesús, con mi Jesús. (Ah! Ved mis
lágrimas, compadeceos: que este pobre pecador no deje pasar la hora de la
gran misericordia. (Ah! Que él se aproveche de esta misión para volver a
Vos. Dios mío, mi corazón se rompe, escuchadme. Cada vez que siento un dolor
me alegro y me digo: María me escucha. Sí, sí, es preciso, espero un
milagro...

75 La oración. Domingo a las 10 de la mañana


75. La oración es una petición de nuestra alma a Dios, pero una petición
hecha desde el fondo del corazón.
A) )Qué hay que pedir? a) Las gracias temporales; b) las gracias
espirituales principalmente. Volveremos sobre este tema al fin de la Misión.
La oración es la raíz de la vida cristiana, su respiración.
B) )Cuándo hay que orar? El mismo Dios responde: *Orad sin interrupción+
(Lc. 18, 1). *Pedid y recibiréis+ (Lc. 11, 9). )Cómo orar sin interrupción?
Ofreciendo a Dios por la mañana todas las acciones y sufrimientos del día.
Así quedan todos santificados. )Cuándo hay que orar?
a) Por la mañana y la noche.
b) En la tentación.
c) Cuando hay que tomar una determinación; para una vocación, por
ejemplo.

76 Las tres cualidades de la mujer cristiana Domingo a las 3


76. A) La fe. Ella la aprecia y da gracias al Señor todos los días. De
joven instruirá a los niños pobres sobre estas verdades grandes y
consoladoras. Madre, esposa, las hará conocer y amar de los que la rodean.
Preferirá ver morir a su hijo que verle perder la fe...
B) La castidad. Es la virtud más hermosa, la que Jesús prefiere. San
Alfonso ha dicho que de cien condenados al infierno, noventa y nueve lo eran
por haber perdido esta virtud. Invirtiendo la frase, puede decirse que si se
posee la más hermosa de las virtudes se tienen noventa y nueve por ciento de
probabilidades de ir al cielo, pues Jesús no puede condenar a vivir
eternamente lejos de Sí al alma pura que siempre ha estado vigilante sobre
ella. Los que Jesús ha preferido eran muy puros: su Madre es una virgen;
Juan es también virgen. Margarita María...
C) La entrega. Es un privilegio de la mujer tener un corazón compasivo.
Dios ha puesto en ella tanta capacidad de entrega... La ha colocado en la
tierra para enjugar las lágrimas, aliviar... todas las penas y permanecer
firme al pie de la cruz...
(Oh, vosotras, a quien Dios llama a la más bella de las vocaciones!;
vosotras, a quienes pide dejarlo todo por El, patria, familia, fortuna,
felicidad terrena, no dudéis en sacrificarlo todo, a entregaros a este Dios
que os desea para El. (Desgraciadas de vosotras si rechazáis esta hermosa
corona que Dios os reserva, por otra más sencilla!
Y vosotras, las llamadas a vivir en el mundo, sed la alegría de vuestros
padres. No tengáis otra ilusión que sacrificaros por ellos. Mujeres, madres,
atended a los que se os han confiado. Entregaos... Dios ha puesto en vuestro
corazón tantos tesoros de abnegación... Si Dios os pide para El vuestros
hijos o vuestras hijas, (ah!, sabed sacrificárselos sin dudar; sabed ser
heroicas...

77 La oración (continuación y fin)


77. La oración debe ser hecha: Lunes mañana. [20 de marzo de 1899]
A) Con atención. Se comprende. Hay que pensar en lo que pedimos a Dios.
Si nos distraemos, volver de nuevo la atención a la presencia de Dios, y si
nuestras distracciones son involuntarias, nuestra oración es excelente,
aunque el corazón experimente menos consuelo.
B) Con humildad. Nosotros obramos un poco como el Señor. Si vemos a una
persona altanera, orgullosa, llena de suficiencia, le volvemos la espalda.
Al orar, estemos en presencia de Dios como la Cananea (Mt. 15, 25-27).
C) Con confianza. Cuando pedimos a Dios una gracia le decimos: *Os pido
esta gracia, pero sé muy bien que no podéis concedérmela.+ Si no lo decimos
con los labios, se lo decimos por lo menos con el corazón. (Qué injuria!
Todas nuestras oraciones son escuchadas. Ninguna se pierde. Sólo que
Dios hace a veces esperar, o bien, si le pedimos una cosa temporal que puede
hacer daño a nuestra alma, no nos la concede. No sería ya una gracia.

78 78. (Oh, Dios mío! Sí, quiero orar con estas tres cualidades, sobre todo
con confianza. (Ah! No me desanimaré. (Os importunaré hasta que me oigáis!

79 79. A) Hay que vivir en el mundo como en un claustro. )Cuáles son los
motivos que impulsan a las almas a la vida religiosa?
a) Hay almas generosas que no se contentan con el deber estricto, almas
ávidas de sacrificios y de entrega.
b) Hay almas que han tenido la desgracia de caer en el pecado muy
profundamente y quieren expiar sus crímenes con una vida de sacrificios.
c) Hay almas puras. )Qué te ha hecho ella, pobre madre, para que llores
tanto? El primer disgusto que te da es decirte que quiere dejarte por Dios.
Sí, hay almas puras que quieren expiar los pecados del mundo y se ofrecen
como víctimas por la salvación de las almas a ejemplo de Jesús, que las
llama.
d) Hay almas decepcionadas, que han sido engañadas por el mundo y vienen
al claustro buscando la paz y el consuelo.
e) Hay, finalmente, almas que Dios ha herido con su amor y dicen: *Mi
Jesús ha sufrido tanto por mí. Ah, quiero devolverle amor por amor, quiero
sacrificarle todo, para consolarlo. En adelante no viviré sino en El, para
El, sola con mi Amado. Diré adiós a todas las cosas de aquí abajo: afectos,
bienestar, felicidad, para enterrarme con este Esposo divino, para compartir
sus dolores en la vida más austera+
B) )Qué votos hacen los religiosos y las religiosas?
a) Pobreza. No sólo renunciar a toda riqueza, a todo bienestar, sino
desapego del corazón: no estar atado a nada, no aspirar a ningún cargo, no
tener simpatía particular.
b) Castidad. )Para qué las rejas? Para poner una barrera infranqueable
entre el mundo, sus alegrías, sus deleites y el alma esposa del Señor.
c) Obediencia. A todos los preceptos, a todos los consejos evangélicos,
que llegan a ser verdaderos mandatos. Obediencia a
los superiores. renuncia completa, quebrantamiento de la voluntad.
C) En el mundo no es siempre prudente hacer votos, pero se puede:
a) Desapegarse, desde el fondo del corazón, de las cosas en medio de las
cuales se vive.
b) Desconfiar de sí, velar sobre sí, encomendarse a Dios antes de ir a
las fiestas mundanas, darse cuenta de que se camina al borde de un abismo e
ir con una cara serena y sonriente, sin jamás dejar aparecer o sospechar las
lágrimas y los dolores.
c) Estar convencidos de lo que vale el mundo, el poco caso que hay que
hacerlo, etc.
Entonces Jesús podrá decir del alma que vive en medio del mundo con
estos sentimientos: *Padre, ella vive en el mundo, pero no es del mundo, y
el mundo la odia+ (Jn. 17, 11, 16, 14), como lo decía hablando de sus
Apóstoles.

80 80. Jesús mío, tú que me has escogido, guárdame pura, desapegada de


todas las cosas de la tierra. Y además, )verdad?, arregla todo, llévame muy
pronto, consuela y fortifica a mi madre querida, dale fuerza y ánimo,
sostenía para este gran sacrificio.

81 Lunes noche
81. El sermón de esta noche ha tratado de la educación de los hijos. He
dado gracias a Dios desde el fondo de mi corazón por haberme dado una madre
como la mía, dulce y severa al mismo tiempo, que supo dominar tan bien mi
terrible carácter.
El señor Obispo ha asistido a la función de esta tarde. Ha dirigido
algunas palabras llenas de afecto y elocuencia. Además tuvo lugar la
consagración de las familias a San José.

82 82. ¡Cómo Nuestra Señora del Perpetuo Socorro parece animarme en las
oraciones que le hago por mi vocación!... Margarita me ha dicho que había hablado
de ello con mamá. Esta hermana querida le dice que me deje marchar,
que ella la consolará, pues es allí donde seré feliz. Mamá le respondió que yo era
demasiado joven todavía, que a los veintiún años lo vería. He llorado dando gracias
a María y he rogado con todo mi corazón a esta buena Madre para que recompense a
la querida pequeña que no piensa sino en mí y sabe ocultar sus lágrimas.

83 La meditación
Martes mañana [21 de marzo de 1899]
83. El alma que medita tiene la salvación asegurada. Un mal gravísimo de
nuestro tiempo es la superficialidad.
La meditación consiste en reflexionar en la presencia de Dios. El
demonio hace todo lo posible por apartar a las almas de la meditación, pues
sabe bien cuán eficaz medio es para progresar en la virtud.
La meditación aviva: a) La fe. Casi todos nuestros pecados provienen de la
falta de fe. b) El amor de Dios. c) Nos hace avanzar en la virtud.
El cristiano que medita sabe orar mucho mejor que los otros.

84 La mujer de vida interior


Martes a las 9 de la mañana
84. Para amar su interior, la mujer debe:
A) Llevar una vida ordenada, imponerse algunas prácticas religiosas, las
suficientes, no demasiadas, pues el exceso podría hacer mal a sus
familiares.
B) Debe trabajar: a) de una manera espiritual; b) intelectual, y c)
manual.
C) Debe obedecer.
D) Debe mandar bien.
Debe tener adornada con gusto su casa, pero con un gusto cristiano.
Cuando se entra en el Carmelo, se puede ver en los claustros una cruz
grande, sin Cristo. Cada carmelita, al pasar, la mira y se dice: *Es
necesaria una víctima, y esa víctima soy yo.+ Es de este modo como ella
renueva su fortaleza, su ánimo. La mujer interior debe, pues, tener en su
casa algunas estampas piadosas, un Crucifijo, hacia el que dirigirá sus ojos
para reavivar su fe.

86 La santificación del domingo Martes noche


La meditación Miércoles a las 6 de la mañana
[22 de marzo de 1899]
86. La meditación es la salvación asegurada para las almas fieles a
ella. Es como una placa de seguros que Dios pone en ellas.
Antes de meditar hay que recogerse. Después, leer lentamente, saboreando
cada palabra y poniéndola en contacto con nuestra alma. Releer los pasajes
que llaman más la atención, pero no leer por curiosidad.
Es muy importante hacer algún propósito, pues una meditación sin él es
casi totalmente inútil. No es necesario tomar cada mañana una resolución
sobre el tema que se acaba de meditar; no, eso no sería una buena manera de
progresar. Hay que tomar todos los días la misma resolución, pues sin esto
no se llega a nada. Además, no hay que abandonar nunca la oración. Si no hay
tiempo, consagrarle aunque sean dos minutos.

87 87. Cuento con pedir consejos sobre este tema al Padre Lion cuando
vuelva a confesarme. Además, tengo muchas cosas que decirle y tengo muchas
ganas de ir a verlo. (Qué lástima, la misión toca a su fin! Quisiera poder
retener estas jornadas benditas. Estoy con un pie en el cielo. Pero, oh Dios
mío, que ella sea sobre todo provechosa, que muchos pecadores se conviertan.
(Ah! )No cederéis a mis oraciones, Dios mío? Con confianza espero un milagro
de Vos, María, un milagro por vuestra intercesión. Me creía escuchada. El
señor Chapuis ha caído enfermo. Veía en ello una gracia vuestra, oh Madre.
Contaba ya con que se podía hacer venir a un misionero. Pero se ha quedado
en nada. (Oh Madre!, daos prisa, la misión se pasa, pero sigo firme y
confiada. (Ah, por favor, dadme esta alma para mi Amado Jesús, a quien
quiero probar mi amor. Dádmela al precio de cualquier sufrimiento, sí, ah,
acepto todo!

88 La caridad
Miércoles a las 9 de la mañana
88. *Amaos los unos a los otros+ (Jn. 13, 34). Jesús ha dicho: *Se
reconocerá que sois los míos, si os amáis los unos a los otros+ (Jn. 13,
35).
Esta virtud es indispensable, la más recomendable. Por desgracia, la
menos practicada...
Naturalmente hay en nosotros simpatías y antipatías. Pero no descubramos
las antipatías y entonces no nos hará daño.
)Hasta dónde llega la caridad? Jesús mismo lo ha dicho en parábolas: no
tiene límite. Debemos amar a nuestro mayor enemigo, desearle para esta vida
y la otra todo el bien que nos deseamos a nosotros mismos.
Por desgracia, cuántas personas devotas, que comulgan por la mañana
hacen por la tarde juicios temerarios, murmuraciones, tratando de encubrirlo
por todos los medios.

89 89. (Oh, Jesús mío! En adelante jamás saldrá de mis labios una palabra
contra el prójimo, lo excusaré siempre, y si se me acusa injustamente,
pensaré en Vos, mi Amado Esposo, y podré soportar todo sin quejarme.

90 La confianza en María
Miércoles noche
90. Tememos a Dios. El hace temblar con su omnipotencia. Entonces El nos
envía a su Amado Hijo. Este desciende del cielo, se hace hombre, sufre
dolores sin cuento, se somete a todos los tormentos para ganarse nuestro
amor y confianza. Todo esto no basta. Entonces piensa que no hay nada mejor
que una madre. Una madre. Una madre, pues ella inspira tanta ternura... Una
madre, pues ella conmueve, toca los corazones más fríos, los más
endurecidos... Y Dios nos da una Madre, la más tierna, la más compasiva que
se pueda imaginar. Ella está allí, de pie junto a la Cruz, y allí, ante su
Hijo moribundo, nos adopta a todos por hijos, y si la tendemos la mano, ella
nos conducirá al puerto feliz y seguro.
Para que una persona inspire y merezca confianza se necesita que sea
poderosa y buena.
A) Poderosa. )No lo es la Reina de los cielos? Jesús ha dado en el cielo
todo poder a la que obedecía en la tierra tan perfectamente. Sí, ella lo
puede todo sobre el Corazón de Jesús. Recurramos a ella.
B) Buena. (Ah!, )quién es más tierno, más misericordioso que María? Ha
sufrido tanto por nosotros... )Podía mostrarnos mejor su amor? Yo la
contemplo viendo a Jesús muerto y reposando en su brazos. (Ah!, cuánto no
sufre ese corazón de madre. )Tendría yo el valor de negarla el consuelo?...

91 91. Después del sermón se hizo la consagración a la Santísima Virgen.


Una vez más me he consagrado a ella. (Ah! Ella lo puede todo, (que ella
escuche mi oración suplicante!...

92 92.
(Sólo Dios basta!
Nada te turbe,
Nada te espante.
Todo se pasa.
Dios no se muda,
La paciencia todo lo alcanza,
Quien a Dios tiene nada le falta
O padecer
O morir
Todo por deber, nada por gusto, pero todo con gusto.

93 Devoción a María
Jueves a las 6 de la mañana (23 de marzo de 1899]
93. Hay tres devociones principales a María: el escapulario, las
imágenes, el rosario.
A) El escapulario es la librea de María. Quien lo lleva y, por supuesto,
hace todo lo que puede para salvarse, no irá al infierno. Es imposible. No
quitarse nunca el escapulario.
B) Las imágenes. Gusta tener consigo el retrato de los familiares, de los
que se ama. )Por qué no tener en todas partes el retrato de nuestra Madre
del cielo?
C) El rosario. Es la cadena que nos une a María. Rezando el rosario
conseguimos una inmensa cantidad de gracias y María nos tiende la mano, y
gobierna nuestra frágil navecilla entre las olas alborotadas. Guiándonos
ella, estamos seguros de nuestra eterna salvación. Ella no puede dejarnos
perecer. (Es imposible!
94 El espíritu de sacrificio Jueves a las 4,30 de la tarde
94. El mayor enemigo de la mujer es la molicie, la búsqueda de la
comodidad, el horror a la molestia y al sacrificio, y Jesús ha dicho: *Es
necesario hacerse violencia+ (Mt. 11, 12). )Se puede pensar que sea admitida
en la bienaventuranza celestial junto a los Santos que soportaron tantos
sufrimientos un alma que no ha buscado más que sus comodidades? Sólo hay un
camino, el de la cruz. Fuera de él no hay salvación.
Pero esto cuesta a la naturaleza. Molesta mortificar los sentidos,
romper con las malas costumbres. Esto es penoso y duro para nuestra molicie
y no tenemos ánimo para vencernos. Cuando nos presentemos delante de nuestro
Juez, (ah!, )qué le diremos? Por desgracia, (nos condenaremos nosotros
mismos!...
Pero hay quienes han comprendido este espíritu de sacrificio y de
mortificación, quienes han visto que el camino de la cruz es el único que
conduce a la bienaventuranza. Se les ha visto encerrarse en los claustros,
mortificar la carne con ásperos cilicios, en fin, mortificarse
continuamente. Para reavivar su ánimo miraban al cielo, ese cielo adonde
irían un día para descansar con Dios de todos sus trabajos y fatigas.

95 95. (Jesús mío, tú que sabes leer en mi corazón! Tú puedes ver, tú sabes
que si deseo tanto sufrir no es pensando en mí, sino sólo esperando
consolarte llevándote almas. Te amo tanto, mi corazón arde en tal amor por
ti, que no puedo vivir tranquila y feliz mientras tú, Esposo amado, sufres.
Tener parte en tus dolores, endulzarlos, llevar una cruz bien pesada detrás
de ti, esto es lo que deseo. Porque te amo, oh vida mía, te amo hasta morir
de amor. (Oh! Tú has herido mi corazón con la flecha de tu amor y no puedo
ser feliz en la tierra. Tú solo puedes darle la felicidad habiéndole
partícipe de tus dolores. (Gracias, Jesús, gracias!

96 Viernes a las 6 de la mañana [24 de marzo de 1899] N. Sra. de los Siete


Dolores
[La casa cristiana]
96. *Mi casa es casa de oración+, ha dicho Jesús. Es lo que debemos
hacer de la nuestra, tanto en lo exterior como por nuestras costumbres.
A) En nuestras habitaciones debe haber un Crucifijo, la Imagen de María,
la de los Santos de nuestra devoción y -lo olvidaba- el Sagrado Corazón.
Debemos tener una pila de agua bendita, pero (que tenga agua bendita!
(asperjar con ella el lecho cada noche). Debemos tener una biblioteca
religiosa, que es en cierto modo la despensa del alma, etc.
B) Por nuestras costumbres. Se debe notar en entrando en nuestras casas
que Dios está allí y que es amado y respetado. Entonces, nunca esas
horribles blasfemias, esas palabras de murmuración contra Dios Todopoderoso.
)Dónde están las casas donde se reza el Angelus, el Benedicite, se leen en
común las vidas de los Santos después de haber rezado la oración de la
noche? (Ah! (Qué raras son hoy estas casas bendecidas por el Señor, en las
que El gusta escogerse las almas que atrae a Sí pues la mayor prueba de amor
que Dios da a una madre es la de pedirle sus hijos para la vida religiosa...

97 97. Vayamos al portal de Belén y allí, ante el Dios que se ha hecho tan
pequeño, aprendamos una gran lección de humildad. *Aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón+ (Mt. 11, 29). *Si no sois semejantes a los
niños, no entraréis en el reino de los cielos+ (Mt. 18, 3). *El que se
ensalza será humillado; el que se abaja será exaltado+ (Mt. 23, 12). Estas
son las palabras de Jesús. La puerta del cielo está escondida, es muy baja,
muy pequeña. Sólo las almas humildes pueden pasar por ella.
A) La humildad es la fuente de las gracias. A quien se cree vil,
despreciable, Dios lo llena de gracias.
B) La humildad ofrece la seguridad de que nuestras oraciones serán
escuchadas. Ante el alma que ora humildemente Jesús abre su Corazón y deja
salir de él todos sus dones, sus gracias, sus bendiciones. Recordad la
oración del publicano.
C) Ser humilde es ser muy amado de Jesús. A los orgullosos no los puede
ni ver. Podemos comprender esto considerando la antipatía que nos inspiran
las almas altaneras y satisfechas de sí mismas. El mundo no las puede
soportar. Dios tampoco las puede amar...
Entonces humillarse en todas las cosas, humillarse viendo sus faltas, y
en lugar de enfadarse consigo mismo, reconocer su debilidad y su nada.

98 98. Oh, María, tú, a quien rezo cada día para obtener la humildad, ven
en mi ayuda, quiebra mi orgullo, mándame muchas humillaciones, Madre
querida.

99 Viernes noche
99. La abstinencia.
La blasfemia.
La falsa vergüenza.

100 100. Esta noche se ha hecho la consagración al Corazón de Jesús. (Ah!


(Cómo he rezado a este Corazón de mi Esposo querido, cómo le he pedido
perdón por mí y por los pobres pecadores! He pedido perdón para ellos y
también he suplicado a Jesús que me dé su cruz. Quiero llevarla en su
seguimiento, en la unión más íntima con El. Quiero vivir con El a la sombra
de este divino Corazón.

101 Sábado a las 6 de la mañana [25 de marzo de 1899]


101. La instrucción de esta mañana sobre la pureza de intención y la
santificación de cada acción del día ha sido hermosa. Por desgracia, yo
estaba cerca del confesonario, un poco lejos del púlpito, y no he podido
entenderlo todo.
Después de la instrucción me he confesado. (Oh, qué confesión! El Padre
me conoció y me ha hecho tanto bien... Estaba muy triste al pensar que era
la última vez que me dirigía a este santo misionero que había sabido
comprenderme y hacerme tanto bien. He ido a postrarme delante de la Virgen
del Perpetuo Socorro y la he pedido que me ayude. (Ah! Ella sabe que obro
así por su Jesús. Sabe también lo atroz que será el dolor de mi corazón al
dejar a mi madre queridísima, a mi hermanita; pero sabe también que Jesús
puede reemplazar todo en mi corazón, sabe que me quiere toda para El, para
amar, orar, sufrir. (Ah! Que ella interceda por quien tanto la ha
invocado...

102 102. ¿Es posible, Jesús mío, que tal vez muy pronto pueda perteneceros y
pronunciar esos votos que me unirán más íntimamente a Vos todavía? ¡Ah! Tiemblo.
¿Quién soy yo, amor mío? Tengo miedo de mi debilidad. Pero, vida
mía, tú estás ahí para sostenerme y contigo lo puedo todo. Ah, sí, estoy dispuesta a
morir al mundo, a dejar a las que quiero, a renunciar a toda felicidad, sólo para
consolarte un poco, para mostrarte mi amor, para sufrir contigo. ¡Oh! Gracias por
haberme llamado a mí, la más miserable de las criaturas, a una vocación tan
hermosa. Inspira al señor Párroco cuando el Padre vaya a hablarle de mí. El Padre
me dijo que era él el que tenía que tomar la decisión, que él no es más que un
confesor extraordinario y, no obstante su opinión de que la voluntad de Dios es que
abandone el mundo, toca a mi confesor ordinario decidir la cuestión. Jesús, María,
José, ayudadme.

103 El pecado venial


Sábado a las 9 de la mañana
103. El pecado venial voluntario es una ofensa terrible hecha al Corazón
de Jesús. Ninguna razón justifica el hacerlo deliberadamente. El pecado
venial hace vivir al alma en la tibieza; esa tibieza que Jesús detesta y le
produce asco. Ciertamente que un pecado venial, cien pecados veniales
incluso no constituyen un pecado mortal, pero conducen a él. El alma
habituada al pecado venial acaba por no ver la línea divisoria. (Ah, cuánto
sufre Jesús al venir por la Comunión a un alma que cae en pecados veniales!
El mismo lo ha dicho a la Beata Margarita Mana...

104 104. Jesús mío, perdón. Venís con tanta frecuencia a mi corazón y yo soy
tan imperfecta. Perdón...

105 Domingo [26 de marzo de 1899]


105. Oh, María, Vos me escucháis, seguid ayudándome...
Margarita ha vuelto a hablar a mamá de mi vocación. Le ha dicho que
creía que no pensaba más en ello, ya que el Párroco no le decía nada y yo
tampoco, y que no la tocaba a ella hablarme sobre ello. Esta pobre madre me
habló después de la comida sobre ello, y cuando vio que mis ideas eran
siempre las mismas, derramó muchas lágrimas y me dijo que no me impediría
marchar a los veintiún años, que sólo quedaban dos años y que en conciencia
no podía dejar antes a mi hermana. (Ah! (Cómo he admirado su resignación! Ha
sido ciertamente María quien me ha obtenido esta gracia. Nunca la había
visto así antes. (Ah! Cuando vi llorar a las dos por mi causa, también mis
ojos se inundaron de lágrimas. Ah, Jesús mío, es preciso que seas tú el que
me llames, tú que me sostienes, es necesario que te vea tendiéndome los
brazos por encima de estas personas muy amadas, para que mi corazón no se
rompa. Yo estaría dispuesta a todo para evitarlas una sola lágrima, y soy yo
la que se las hago derramar de esta manera... (Oh, mi Maestro! Lo siento, tú
me quieres y me das fuerza y valor. En mis lágrimas siento una calma, una
dulzura infinita. Ah, sí, pronto podré responder a tu llamada. Durante estos
dos años me esforzaré más para ser una esposa menos indigna de ti, mi Amado.
Me parece soñar. (Ah!, es demasiado bello que reserves una felicidad
semejante para mí, miserable criatura. (Oh! Seas bendito por siempre. Y
ahora, (oh, Tú que puedes reemplazar todo en mi corazón, rompe, quema,
arranca todo lo que no te agrada en mí! (Oh, María!, gracias. Estoy tan
emocionada que no puedo decir más que estas palabras. Continuad vuestra
obra. Sostened a mi madre querida, cuyo valor admiro. Premiad a la querida
pequeña, que no piensa más que en procurarme el bien que anhelo. (Oh! Dadles
fuerza y ánimo; (ah!, ellas comprenden que, a pesar del amor que las tengo,
estoy dispuesta a dejarlas por mi Jesús. Están convencidas de que es El
quien me llama, que sólo por El las sacrifico. (Oh, Amado mío! Sostenedlas,
y sostened también a esta pobrecita que te ama hasta morir y que no halla
palabras bastantes para expresarte su agradecimiento

106 La santa Eucaristía


Domingo a las 3
106. Esta instrucción ha sido admirable. Por desgracia no tengo tiempo.
Jesús ha deseado tanto darse a nosotros... Comulguemos frecuentemente para
responder a su llamada. junto a El hallaremos la fuerza, la luz, la
dignidad. El es el sostén del mártir, el vino que hace germinar las
vírgenes.
a) Las personas que comulgan cada ocho días deben estar libres de faltas
mortales.
b) Las personas que comulgan varias veces a la semana deben evitar el
pecado venial.
c) Aquellas, finalmente, que comulgan diariamente deben vivir deseosas
de la santidad, evitar incluso las imperfecciones, mortificar su carne,
hacerla sufrir.
Esto es lo que dicen los Padres de la Iglesia.

107 107. He pensado en mamá cuando decía el Padre: *Oh, vosotras, pobres
madres, a quienes Dios pide vuestras hijas o vuestros hijos, venid a sacar
junto a El fortaleza y ánimo.+ Oh, sí, mi Jesús, sostenla, por favor, su
dolor me hace mal...

108 El amor divino Lunes mañana [27 de marzo de 1899]


108. *Hijo mío, dame tu corazón+ (Prov. 23, 26). La joven Santa Inés
había comprendido bien estas palabras de Jesús. Ella fue al martirio para
conservar su corazón para el Esposo a quien se había consagrado.
Para que una persona gane y merezca todo nuestro amor es preciso que nos
ame y se sacrifique por nosotros. (Ah! )No lo ha hecho Jesús? Pero como El
es nuestro Dios esto nos deja fríos e indiferentes. Y, sin embargo, todo
debiera llevarnos a El, y deberíamos sentir derretirse en su amor nuestros
corazones, y gritar: Puedo soportar todos los tormentos por el Amado que
tanto ha sufrido por mí. Este amor ardía en el corazón de las vírgenes que
abandonaron el mundo para encerrarse...

109 109. [...] resignar. Pero yo sabía bien que Tú me querías, Amor mío.
(Ah! Tendré sequedades, arideces. Ya me lo decía el Padre: *Cuando esté
fuerte para caminar sin consuelos, Jesús hará como que se retira.+ Entonces
tendré que luchar y sufrir, pero Tú estarás allí, )verdad?, mi Amado, para
sostener a quien no vive más que para Ti, a quien tiene para Ti un
agradecimiento eterno, a quien no puede comprender todas tus gracias y
favores, porque ha hecho tan poco por Ti...

110 La piedad Lunes a las 9


110. La piedad debe guiarse por el amor y no por el miedo. Siempre se
trabaja con más entusiasmo por aquel a quien se ama. La piedad debe ser: a)
iluminada; b) humilde; c) constante.
Encontraremos la fuente de la piedad en la Santa Comunión, donde
hallaremos la luz y la fuerza.

111 Lunes noche


111. El sermón de esta noche *sobre el amor de Dios+ ha estado
admirable. He llorado al oír hablar del amor de Dios hacia mi alma. Lamento
no poder escribir este sermón desde el principio hasta el fin, pues es el
más bello de todos...
(Oh, Jesús! Yo no puedo oír decir que Vos sufrís, que vuestro Corazón
sangra viendo a todos estos hombres alejarse de Vos. (Ah! Esto me tortura.
)Con que Vos sufrís; Vos, mi Amado; Vos, mi amor y mi vida? Sí, lloráis,
)pedís que se os consuele? Ah, en vuestra inmensa bondad habéis llegado
hasta el extremo de pedirme a mí, pobre lombriz, miserable criatura, que os
consuele. )Es esto posible, Jesús mío? (Ah! Es demasiado bello, demasiado
grato para mi corazón. Creo morir al pensarlo. (Oh, envíame sufrimientos;
quiero compartir tus dolores... Jesús, mi supremo amor, no puedo vivir más
sin sufrir, cuando tú sufres. (Ah! Muy pronto seré toda tuya, viviré en la
soledad, a solas contigo solo, sin ocuparme de otra cosa más que de ti, no
conversando sino contigo. Estoy convencida de que anhelas el día en que tu
amada sea, al fin, toda tuya. También ella lo espera. (Ah, ella tendrá que
hacer un gran sacrificio abandonando a las que ama! Pero siente una dulzura
infinita en este sacrificio, pues lo hace por ti; por ti, a quien ama por
encima de todo; por ti, que has herido su corazón. Tú la has cautivado con
tus encantos, tú su esposo, su madre, su hermana, su amor supremo que puede
reemplazar todo en su corazón. (Ah! Me parece soñar cuando pienso que
reservas una porción tan elevada, tan hermosa a una criatura débil, mala,
como yo, que tanto te ha ofendido. (Ah! Misterio de amor el que quieras
elevarme hasta ti, que me des la más bella de las vocaciones. (Ah! No más
lágrimas y tristeza, alma mía. Embriágate de felicidad, da gracias a Jesús.
Es El quien te llama, para que puedas dejar. sin romperte el corazón, a
estas dos criaturas tan amadas.

112 La perseverancia. Martes a las 6 de la mañana. [28 de marzo de 1899]


112. Para perseverar es preciso:
A) Tener fuertes propósitos; no son necesarios muchos.
B) No desanimarse. Es más difícil levantarse del desaliento que del
pecado. No inquietarse si no se nota progreso en el alma. Dios permite esto
frecuentemente para evitar caer en el orgullo. (Ah! El sabe ver nuestros
progresos y cuenta todos nuestros esfuerzos.

113 Las devociones para excitar la piedad Martes a las 9 de la mañana


113. Las devociones para alimentar nuestra piedad hacia Jesús son:
A) La devoción a la Pasión.
B) La devoción a la misa. Figurarse que se asiste a la Pasión; ofrecer
en holocausto a Jesús por tal gracia, por nuestras faltas.
C) La visita al Santísimo Sacramento. Jesús está solo, nadie para
consolarlo, y El está allí por nosotros...

114 114. (Oh, Maestro amado! Sí, yo te consolaré, tendré parte en tus
dolores. (Ah! No te aflijas, te amaré por los que te olvidan..
Y tú, María, alcánzame otro milagro. Tú, que me has escuchado tan bien,
toca ahora el alma del señor Chapuis. Es necesario. (Oh, te lo pido al
precio de cualquier sufrimiento!...

115 La conversión. Martes noche


115. El señor Chapuis ha venido esta noche. Gracias, María. Y el sermón
sobre la conversión estaba hecho para él. (Ah! (Que no resista a la llamada
divina! Madre querida, toca su corazón, sólo quedan unos días. Por favor,
convertidlo.

116 La misa Miércoles a las 6 de la mañana [29 de marzo de 1899]


116. Sin este augusto sacrificio, sin esta Víctima que se inmola tantas
veces cada día, el Señor no podría retener su cólera. Nada le agrada más, ni
es tan meritorio. Aunque sufriéramos el martirio, se trataría de sangre
humana, mientras que en el altar corre sangre de un Dios.
Durante la misa: a) Jesús se inmola; b) Jesús expía; c)...
Por eso debemos asistir a la misa con los sentimientos que habrían
embargado nuestro corazón en el Calvario. Imaginémonos que estamos al pie de
la Cruz junto a Jesús agonizante... Durante la misa no es necesario leer las
preces litúrgicas por bellas que sean. Se puede hacer meditación o rezar el
rosario incluso.

117 117. (Oh, Dios mío, en nombre de este Holocausto sublime, convertid a
esta alma! Sí, en nombre de Jesús, cuya sangre corre en el altar; de Jesús,
que hizo todo por las almas, oh, Dios mío, compadeceos. En nombre de mi amor
a mi Esposo Amado me permito tanto atrevimiento con Vos. Soy mala, Señor, y
no merezco ser escuchada. He hecho tan poco por Vos. Pero amo tanto a Jesús.
Moriría de alegría si contribuyese a llevarle esta alma, porque esto le
alegraría, su Corazón se regocijaría viendo que aquel que le había olvidado
al fin volvía a El. )Qué hay que deciros, Dios mío? )Qué hay que hacer? )Qué
hay que sufrir? Hablad. Estoy dispuesta a todo por mi Jesús, con mi Jesús...

118 La soledad del alma Miércoles a las 9 de la mañana


118. El alma que se dedica a la oración, que vive bajo la mirada de Dios
y lo hace todo por El y con El: a) reconoce la vanidad de las cosas de este
mundo; b) se eleva por encima de las cosas de la tierra; c) saca fuerza y
valor; d) progresa en el camino de la perfección.
Hay que meditar por la mañana. He aquí una manera de hacer oración.
Empezar por recogerse, si es posible, en la propia habitación de Dios,
en la iglesia, incluso durante la misa. Ponerse en la presencia de Dios,
mirarlo junto a sí, orarlo. Abrir el libro, leer lentamente, deteniéndose en
el pensamiento que os impresione. Después, cerrar el libro y poner el alma
ante las cosas leídas... Hacer un firme propósito, y recordarlo durante el
día, entrando frecuentemente en sí mismo, y por la tarde en el examen de
conciencia.
Vivir así recogidos todo el día bajo la mirada de Dios, hablándole
continuamente, sintiéndolo a nuestro lado.

119 119. Hemos llegado a las últimas instrucciones de la mañana, que tanto
me agradaban, y he aquí que la misión toca a su fin. Quisiera retener estos
días benditos. Un sentimiento de tristeza invade mi alma al ver finalizar
esta misión, durante la cual el Señor me ha colmado, una vez más, de
gracias. (Oh no, Jesús, nada de lágrimas! Me quedas tú. Iré a sacar fuerza y
ánimo para la lucha junto a ti. Y además, para ayudarme, brilla ya ante mi
vista el día feliz en que me entregaré a ti. Nada más que dos años...
Transcurrámosles, Amor mío, en la más íntima unión, en la más dulce
familiaridad. No siempre me veré llevada por la gracia, como al presente.
Tendré que sostener luchas. Pero estás allí, Jesús mío, sostenme. (Ah!
Durante estos dos años, que voy a dedicar a prepararme a la vida religiosa,
hazme sufrir mucho. Despega mi corazón de todo; que esté muy libre para que
nada le impida verte. Quebranta mi voluntad, abate mi soberbia, tú que eres
tan humilde de corazón. En fin, modela el mío para que pueda ser tu morada
amada, para que vengas a reposar y a conversar conmigo en una unión ideal.
Que este miserable corazón no sea sino una cosa con tu divino Corazón. Para
esto corta, arranca, consume todo cuanto en él te desagrade. (Ah, me parece
soñar! Dentro de dos años... Ah, esto es largo para un corazón que
languidece; pero mi felicidad será tan suave que ya la pregusto y saboreo.
(Ah!, dime, Amor mío: )no surgirán obstáculos? No, tengo confianza, y,
(quién sabe!, puede ser que me tomes todavía más pronto. Arréglalo todo, te
lo confío. (Oh, gracias, Jesús mío! Inspira a mi confesor, sostén a mamá,
tan admirable en su resignación, recompensa a Guita. Y a mí, (ah!, hazme
sufrir, prepárame, soy toda tuya...

120 Día del Amor. Jueves Santo [30 de marzo de 1899]


120. (Oh, Jesús, que descansas en mi corazón, Jesús, mi vida, mi Amado,
mi amor! Vengo a consolarte en este día en que tanto me has amado. (Ah!,
quisiera hacerte olvidar con la magnitud de mi amor todas las ingratitudes
del mundo. No te apenes, yo te amaré por los que te olvidan. Soy bien pobre,
bien mala para aspirar tan alto, pero te amo, te amo hasta morir de amor.
(Qué momentos más felices acabo de pasar contigo! (Ah! Esas lágrimas
derramadas en tu presencia (qué suaves y dulces eran! Oh, Amor divino,
perdón, perdón para los pecadores. He rogado tanto al Señor cuando estaba en
mi corazón. He dicho a este Padre todopoderoso que no podía negarme nada en
tu nombre y que no es más extraordinario convertir a este pecador que
elevarme a cosas tan hermosas a mí, criatura pecadora. He suplicado tanto,
llorado tanto... Oh, Jesús, espero darte esta alma. Redoblo mis oraciones a
la querida Virgen María y siento aumentar mi confianza. Piensa lo feliz que
sería si esta alma se convirtiese. Me parece que moriría de felicidad, Amado
mío. (Ah!, cuando vi esta mañana acercarse a la Comunión para recibirte a
todos estos hombres, lloré de alegría, pensando cuánto se debería alegrar tu
Corazón. Pero me ha parecido que me hablabas en el fondo del corazón de los
que no estaban allí. (Oh, Amor mío, olvídalos, no pienses en ellos sino para
perdonarlos, déjate consolar por los que te aman. Sufro mucho cuando pienso
que tu corazón está afligido!...

121 A las 11
121. Estoy tan emocionada que no sé lo que escribo. (Oh, María,
multiplica los milagros! Jesús será tan feliz...
Mamá ha tenido el valor de decir al señor Chapuis que se confiese. Tenía
un miedo horrible de hacer más mal que bien y hacerle enojar, pues tiene un
carácter muy vivo. Por un milagro de la Virgen ha recibido la cosa muy bien,
ha dado las gracias a mamá, le ha dicho que estaba fatigado... que lo haría
más tarde... En fin, está muy conmovido. María, otro milagro. Lo espero,
cuento con él, apresúrate, la misión se acaba. Madre querida, convierte esta
alma y hazme sufrir todos los tormentos. A cada nuevo sufrimiento me alegro,
pensando que me escuchas...

122 La santa Eucaristía. [Jueves] Noche


122. Es el colmo del amor divino. Aquí Jesús no nos da sólo sus méritos,
sus dolores, se nos da a Sí mismo. Sólo un Dios podía concebir cosa
semejante, una unión tan íntima. Después de la Comunión Jesús y el alma son
un solo corazón, se funden como dos pedazos de cera. En este sacramento
Jesús llega también a lo más doloroso. Durante su agonía en el jardín de los
Olivos, el sudor de sangre que agotó a Jesús fue causado por la ingratitud
de los hombres hacia este sacramento adorable, invento de su amor.
Ciertamente no fue la cruz ni la muerte lo que atemorizó al Corazón de
Jesús, sino esta ingratitud del mundo. Tres cosas hay admirables en la
institución de la Eucaristía:
a) El don que nos hace Jesús...
b) El momento en que Jesús nos hace este don, cuando un pueblo
enfurecido trama su muerte...
c) El motivo por el que Jesús nos hace este don. (Ah! es para ganar
nuestros corazones, para mostrarnos su amor, para conquistar el nuestro.

123 123. Jesús mío, yo te devolveré amor por amor, sacrificio por
sacrificio. Tú te has inmolado por mí. A mi vez me ofrezco a ti como
víctima, te he consagrado mi vida, quiero consolarte y con tu gracia, sin la
cual nada puedo, estoy dispuesta a todo. (Jesús mío, te amo tanto, quisiera
tanto hacerte algún bien!... Hazme sufrir, oh Dios todopoderoso, me ofrezco
como víctima por los pecados del mundo; me ofrezco con Jesús, mi divino
Esposo, Jesús Holocausto supremo. Aceptad esta pobre víctima, calmad vuestra
ira, perdonad a esta pobre alma, por favor. Ciertamente que es justo que yo
sufra después de haberos ofendido tanto, pero estos sufrimientos no los
soporto por mí. (Ah! Es por los pobres pecadores para que se conviertan a su
Jesús, a su Dios, a quien han abandonado.
124 Viernes Santo [31 de marzo de 1899]
124. Oh, Jesús mío, guardad mi corazón. Es vuestro, os lo he dado, no me
pertenece más.
Esta mañana mamá ha vuelto a casa muy tarde y completamente agitada...
Le han hablado de una propuesta matrimonial para mí, un partido magnífico
que yo no volveré a encontrar jamás. Ha ido a hablar al párroco para saber
qué debe hacer, porque él me conoce mejor que nadie. Le ha respondido que
era necesario hablarme de este matrimonio, mostrarme las ventajas, que esto
es una prueba para mí, pero que debo reflexionar, que él no puede
pronunciarse sobre mi vocación; pero, sin embargo, no debe prepararse una
entrevista sin avisarme.
Muy lejos estaba yo de esperarme esto. (Pero qué indiferente me ha
dejado esta seductora propuesta! (Ah!, mi corazón no es libre. Lo di al Rey
de los Reyes, no puedo disponer de él. (Ah!, oigo la voz del Amado en el
fondo de mi corazón: *Esposa mía, me dice, tú renuncias a toda felicidad de
aquí abajo por seguirme. Tras de mis huellas tu camino será el dolor, la
cruz, tendrás mucho que sufrir. Si no estuviera yo allí para sostenerte no
las podrías soportar. Incluso los consuelos espirituales, tan dulces al
alma, te serán quitados. (Cuántas pruebas, amada mía, cuando se camina
detrás de mí! Pero también (cuántas alegrías, cuántas dulzuras te haré
gustar en esos trabajos! La porción que te he escogido es ciertamente la más
bella, es necesario que te haya amado con un amor muy grande para habértela
reservado, amada mía., )Sientes en ti bastante amor a tu Jesús, aceptas
estos sacrificios? )Quieres consolarme? (Ah, estoy tan abandonado!... Hija
mía, no me abandones, quiero tu corazón. Lo amo, lo he escogido para mí,
deseo el día en que serás enteramente mía. (Oh, guárdame tu corazón!+ *Sí,
amor mío, vida mía, Esposo amado a quien adoro, sí, estate tranquilo. Estoy
dispuesta a seguirte por ese camino de sacrificios. Oh, tú quieres mostrarme
todas las espinas que encontraré. Querido Jesús, las recorreremos juntos.
Siguiéndote, contigo seré fuerte. Oh, gracias por haber escogido a una pobre
creatura como yo para consolarte. Oh, tú sabías bien que yo no te
abandonaría. Si lo hiciera, sería más culpable que los desgraciados que te
crucificaron hace veinte siglos. (Oh, supremo Amor, soy toda tuya! Pero
sostenme, pues sin ti soy capaz de todas las bajezas, de todos los
crímenes...+
Lo que me apena es afligir a mi querida madre. Ah, es admirable, un
milagro de María. No trata de influenciarme. Le he dicho, cuando me ha
pedido que reflexionara, que mi respuesta sería la misma hoy que dentro de
ocho días, pero que si eso le agradaba, consentía en no darle la respuesta
todavía... Ahora ella me comprende... *Hubiera sido la tranquilidad para mí,
me ha dicho. (Dios ha querido que sea de otro modo!+

125 La Pasión. Viernes noche


125. El sermón de la Pasión ha sido magnífico. El Padre Mouton ha
presentado a todos los enemigos de Jesús: Pilato, Herodes, Anás. Caifás, el
pueblo judío, los soldados romanos. Ha comparado cada enemigo con los
diferentes pecadores.

126 126. )No se ha teñido toda criatura, más o menos, en tu sangre, Jesús?
Yo por lo menos, a quien tantas gracias has hecho, )no te he causado mucho
mal? Perdón. Tú me has perdonado ya ciertamente al llamarme a la más bella
de las vocaciones. Durante toda la vida, Maestro querido, expiaré por los
que te ofenden. (Oh, Dios mío!, en unión con Jesús crucificado, me ofrezco
como víctima. Por favor, tened compasión. Os hago el sacrificio de mi vida.
Dadme el alma que tanto os pido, dádmela al precio de cualquier sacrificio.
Ah, quiero la cruz, quiero vivir con ella como fuerza y sostén y tesoro, ya
que Jesús la ha escogido para El, la ha escogido también para mí. Le doy
gracias por esta señal de predestinación. *O Crux, ave, spes unica+. Oh sí,
tú serás mi sosten, mi fuerza, mi esperanza, Cruz santa, tesoro supremo que
Jesús reserva a los privilegiados de su Corazón. Quiero vivir contigo, morir
contigo, a ejemplo de mi Esposo Amado, (sí, quiero vivir y morir
crucificada! (Amor mío, *o padecer o morir+!
Te devolveré amor por amor, sangre por sangre. Has muerto por mí; pues
bien, yo moriré cada día a mí misma, cada día soportaré nuevos sufrimientos,
un nuevo martirio. Y esto por ti, a quien tanto amo...

127 Sábado Santo [1 de abril de 18991]


127. (Pobre Jesús, qué espina para tu Corazón! Tu amada sufre contigo.
Había orado, suplicado tanto por esta alma. (Ah!
)No es verdad que no había rehusado ningún sacrificio por esta conversión?
Estoy muy emocionada. )Podré incluso escribir?
Después de haber preparado el camino al señor Chapuis, mamá había pedido
al señor Párroco que enviase un misionero y hoy ha venido el Padre Lion.
Estaba llena de confianza. Desgraciadamente, le han respondido un *no+ que
no dejaba esperar nada, y el Padre Lion dice que este pecador no se
convertirá nunca. Estoy enferma por mi Jesús, tiemblo por esta alma. (Qué
abuso de gracias! No lo condeno. Después de un momento de irritación contra
ella, la compadezco. Dios mío, )no hubiera hecho yo tanto y más si no me
hubieseis colmado de beneficios?...
Querido Maestro, uno mi dolor al tuyo. Hemos intentado todo por salvar
esta alma: mamá con sus amables palabras, y yo, mi Jesús, creía haber orado
tanto... No lo he hecho muy bien. Pues bien, sufriré, rogaré hasta que al
fin sea escuchada. (Buen Jesús, pobre Amor, consuélate!

128 Pascua [2 de abril de 1899]


128. Alleluia, alleluia. Jesús mío, en este día de gloria y de gozo yo
lloro. Lloro por el final de la misión; lloro, sobre todo, por el
endurecimiento de esta alma. He oído esta mañana tu voz en el fondo de mi
corazón. Me decía que no me afligiese, que si mis oraciones parecían no
haber sido escuchadas, por lo menos todas estas oraciones, todos estos
sufrimientos habían sido gratos a tu divino Corazón. Esto me consuela. Pero
)me puedo alegrar cuando tú, Esposo mío, sufres? Ah, tú puedes alegrarte
viendo las conversiones logradas durante esta misión, y para pasar este día
de Pascua un poco menos triste me uno a la alegría de tu Corazón. (No
pensemos en este día más que en las ovejas extraviadas que han vuelto al
rebaño!...

129 Clausura de la misión


Domingo noche
129. Después de vísperas el Padre Mouton nos ha echado su último sermón,
tratando de la perseverancia.
Es necesario perseverar. Aunque hubiéramos vivido cuarenta o cincuenta
años virtuosamente, si sucumbimos perdemos al momento todos los méritos. Al
contrario, aunque hubiéramos pasado muchos años apartados de Dios, si
volvemos a El con amor y arrepentimiento, todos estos pecados son
perdonados. Hay que mantener los frutos de la misión. Durante esta serie de
sermones hemos sido como llevados por la gracia. Ahora va a llegar la prueba
y la lucha, el momento de llevar a la práctica nuestros buenos propósitos.
Para luchar se precisan armas, escudos protectores:
a) El arma defensiva será la fe...
b) El arma ofensiva, la oración, los sacramentos, la santísima
Eucaristía, este pan de ángeles que conserva a pobres creaturas, a humildes
vírgenes bellas y puras como ángeles..

130 130. Después el Padre se ha despedido de nosotros. Yo derramaba


ardientes lágrimas, y todos los que estaban cerca no se sentían menos
conmovidos que yo. Esta despedida era tan emocionante... El Padre lloraba
también. Después de haberse dirigido a los presentes, habló también de los
ausentes, de los que habían resistido a la gracia. Ha recomendado a las
almas que no han visto escuchadas sus oraciones que no se desanimen, que era
imposible que no lo sean algún día, pues Dios tenía en cuenta tantas
oraciones y sacrificios. (Cuánto bien me han hecho estas palabras! El Padre
dio con voz emocionada la bendición papal. Después se entonó el Te Deum, ese
cántico admirable que remueve las fibras más íntimas de mi alma. Cuando lo
oigo cantar pienso siempre en el día que se cantará, cuando yo desaparezca
detrás de las rejas del Carmelo...

131 131. Todo ha terminado. (Qué rápidamente ha pasado la misión! Estoy


triste en este último día. Pero Jesús me ha dicho que esté gozosa de
pertenecerle muy pronto. El no me abandona, queda siempre conmigo. *)Qué más
necesitas, hija mía?+, me ha dicho el buen Maestro. Ah, ciertamente soy
feliz, gozo ya de mi felicidad futura. Contemplo el mundo y sus cosas como
algo por donde paso, pero no apego a nada mi corazón. He pedido a mi divino
Esposo que arranque de mi corazón todo lo que le desagrada, y cada mañana al
pensar en mi jornada le prometo tales o cuales sacrificios. Cuando algunos
me cuestan, cuando dudo, Jesús insiste de tal modo que me es imposible
negárselos.

132 132. Antes de salir de la iglesia he encomendado mi pobre pecador a la


Virgen del Perpetuo Socorro. Le he prometido invocarla todos los días por
esta pobre alma. En seguida me he consagrado de nuevo a María, me he
entregado a ella con plena confianza. Ah, ella me ha escuchado tan bien que
jamás podré expresarla mi amor y mi gratitud... Soy muy feliz. El corazón
desborda de alegría, gozo por anticipado de mi felicidad. Oh Madre del
Perpetuo Socorro, cada día te invocaré con una intención doble: que
continúes ayudando a mi querida mamá, que ahora me comprende muy bien, y
además me sostengas en este camino de la cruz en que me alisto con tanta
alegría en seguimiento de mi Jesús. Madre, obtenme la gracia de la
perseverancia, de llegar de hecho a ser perfecta. Ah, guarda puro mi
corazón. Te lo entrego, lo pongo en tus manos.

133 133. Gracias también a ti, oh buen Jesús, en este día de clausura de la
misión. Durante estas cuatro semanas no has hecho más que colmarme de
gracias, sobre todo durante estos últimos días, que jamás olvidaré. Soy tan
feliz, me parece soñar, no puedo comprender todavía este prodigio de tu
amor. Cuando pienso en todas mis debilidades, en mi tibieza para contigo, me
confunde tu bondad, y lloro, Jesús, y estas lágrimas son tan dulces... Sí,
pronto responderé a tu llamada, pronto seré toda tuya, pronto habré dicho
adiós a todo lo que amaba. Ah, el sacrificio ya está hecho; mi corazón está
desapegado de todas las cosas. Siendo por ti casi no le cuesta. Pero queda
un sacrificio que será penoso a mi corazón, un sacrificio para el que te
pido que me ayudes: es mi madre, esta madre tan perfecta que me has dado; es
mi hermana, esta criatura que es la abnegación encarnada. Soy feliz de
sacrificarlas por ti. Sí, soy feliz de poder ofrecerte un verdadero
sacrificio, pues, oh divino Esposo, tú me has llenado de presentes y yo )qué
tengo para ofrecerte? Sí, poco, y ese poco es un don tuyo. Ah, por lo menos
te doy un corazón que te ama. Un corazón que no desea más que compartir tus
sufrimientos, un corazón que no vive más que para ti, que desde hace años no
aspira más que a darse todo a ti, abandonando el mundo, y cuenta los días
que le separan de aquel día tan hermoso en que por los tres votos te
perteneceré para siempre. Seré tu esposa, una humilde y pobre carmelita, una
crucificada a tu imagen. (Oh, mi Esposo, mi Rey, mi vida, mi Amor supremo,
ayúdame siempre en este camino de la cruz, que he tomado por mi porción,
pues sin ti, ah, no puedo nada!...

134 Miércoles de Pascua [5 de abril de 1899]


134. (Cuánto echo de menos la misión! Hacía tanto bien oír tres veces al
día la palabra de Dios, además de ir durante el día a rezar en común el
rosario ante la Virgen del Perpetuo Socorro. Se han marchado los Padres.
Lamento no poderme confesar más con el Padre Lion, que me ha dado en estas
dos confesiones tan buenos consejos y ha sabido comprender tan bien las
necesidades de mi alma. Su dirección se parece a la del abate Selleet, y doy
gracias a Dios de habérmelo hecho conocer.

135 135. Todos estos días voy por la tarde a hacer una breve visita al
Santísimo Sacramento. (Qué rato tan delicioso paso junto a mi Amado! Dejo
que mi corazón se desahogue y me sorprendo diciendo mil locuras a este
Esposo divino. Pero a El le gusta este abandono, este diálogo. Después
escucho su voz tan dulce que habla en el fondo del alma, me da preciosos
consejos y me prepara a la vida que pronto viviré. Me manifiesta los
sacrificios y los dolores. Pero también cuántas alegrías, cuántas dulzuras
en estas tribulaciones pensando que está con nosotros Aquel por quien se
sufre y que cada sufrimiento es un gran consuelo para su Corazón. Digo mil
locuras al Amado para darle gracias por la porción tan hermosa que me ha
reservado: *No puedo darte una prueba mayor de mi amor, me ha dicho. Esta
vocación está reservada a las almas más amadas de mi Corazón.+
Y yo, pobre creatura, que pienso tan poco en mi Jesús, soy llamada por El
a esta vocación sublime. (Oh, milagro de amor, amor incomprensible de un
Dios!

136 136.
(Sólo Dios basta!
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa.
Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
O padecer o morir.

137 137. Ejercicios predicados por el Padre Hoppenot


Los Ejercicios Martes noche [23 de enero de 1900]
Los Ejercicios son días de: a) reflexión; b) resolución; c) oración.
En realidad no es el predicador quien hace los Ejercicios. Es
simplemente como una señal de carretera colocada para señalar al viajero el
camino. No hay más que dos agentes: Dios y nosotros.
a) )Qué parte corresponde a Dios?
Dios hablará a cada alma, sin pedir lo mismo a todas.
b) )Cuál es nuestra parte?
Debemos buscar la soledad, esa soledad que tanto ama Nuestro Señor, pues
fue en la soledad donde realizó los hechos principales de su vida.

138 138. (Dios mío! Ya han llegado, finalmente, estos días de Ejercicios
deseados con tanta impaciencia. Os pido que los bendigáis. Ya que no puedo
romper con el mundo y vivir en vuestra soledad, ah, concededme al menos la
soledad del corazón. Que yo viva en unión íntima con Vos, que nada,
)verdad?, nada pueda distraerme de Vos, que mi vida sea una oración
continua. Vos lo sabéis, buen Maestro, mi consuelo cuando asisto a esas
reuniones, a esas fiestas, es recogerme y gozar de vuestra presencia, pues
os siento muy bien en mí, oh mi Bien supremo. En esas reuniones no se piensa
casi en Vos, y me parece que os contenta que un corazón, aunque sea tan
pobre y miserable como el mío, no os olvide...
(Dios mío! Desde mis Ejercicios del año pasado (de cuántas mercedes
habéis colmado a vuestra humilde criaturita! (Ah! Vos, que sabéis todo,
sabéis que al menos os amo. Ayudadme a hacer bien estos Ejercicios, pues
quiero por vuestro amor llegar a ser santa. Me queda un año largo que vivir
en el mundo, (que lo pase haciendo mucho bien! Construid en mí la carmelita,
pues puedo y quiero serlo por dentro. (Dios mío, qué dulce es perteneceros!
Desde el comienzo de estos Ejercicios os pido por todas las jóvenes que los
van a hacer. Quisiera que a todas las colméis de gracias como a mí. Es tan
bueno amaros y ser toda vuestra... Quisiera que todas las almas gustasen
esta felicidad.
María, Madre querida, pongo estos Ejercicios bajo vuestra protección.
(Ayudadme para hacer de mí una santa!...

139 Miércoles mañana, 24 de enero [de 1900]


139. *)De qué sirve al hombre ganar el universo si pierde su alma?+ (Mt.
16, 26).
El gran asunto, la única cosa necesaria, es salvar el alma.

140 140. (Dios mío, ayudadme! No sólo quiero salvar mi alma, deseo también
conquistaros otras. Vos sabéis cuánto me consume este deseo. Y estaría
dispuesta a morir mil veces para ganaros una sola alma. Ah, Vos, que leéis
en mi corazón, sabéis que si deseo tanto sufrir y dejarlo todo por Vos no es
para evitarme las llamas del purgatorio, sino únicamente para consolaros,
(oh mi Amado! (Ah, si Vos lo quisierais, estaría dispuesta a vivir en el
infierno para que de ese abismo infernal subiese hacia Vos la oración de un
corazón que os ama!
(Oh, Dios mío! Os recomiendo todas las almas que siguen estos
Ejercicios. Si lo queréis, renuncio a todos los consuelos que hubierais
podido darme durante estos Ejercicios. Pero soy débil, fortalecedme mucho.
Que durante estos días benditos viva en una unión más completa con Vos, que
yo sólo viva dentro, en esa celda que Vos edificáis en mi corazón, en ese
pequeño rincón de mí misma donde os veo, donde os siento tan bien. (Lástima
que os deje tan frecuentemente solo, como lo estabais en el desierto! Ah,
así soy... tan poca cosa. Pero os amo y os amo mucho. Tengo envidia de esas
almas grandes que os han amado tanto...

141 El pecado. Miércoles noche


141. *He pecado y )qué mal me ha sucedido?+ (Eccl. 5, 5).+
El pecado es una rebelión: a) contra Dios, nuestro Creador; b) contra
Dios, nuestro Padre; c) contra Dios, nuestro supremo Legislador.
142 142. (Oh, mi Jesús crucificado, al contemplarte comprendo toda la
malicia del pecado! Ah, Amado mío, mientras los verdugos taladraban tus pies
y manos, mientras sufrías mil tormentos en la cruz, veías mis faltas sin
número y todas mis infidelidades. (Ah, cuánto te hacían sufrir! Pero, oh
Amado mío, tú sabías también cuánto de debía amar un día, que para
devolverte tu amor, para consolarte, para ganarte almas estaría dispuesta a
darte mil veces la vida. Oh, mi querido Jesús crucificado, perdón de toda la
pena que he causado a tu divino Corazón. Perdón, no mires más que a mi amor,
pues te amo y quisiera tanto llevarte almas...

143 La muerte Jueves mañana, 25 de enero [de 1900]


143. (Oh, Dios mío! (Que muera contigo! (Que muera llevándote en mi
corazón! (Ah! Que cuando me presente delante de ti, mi Jesús, mi Esposo
Amado, reconozcas a tu esposa, aquella que habrá dejado todo por ti. (Ah!
(Que no tengas vergüenza de mí! (Que no te vea con el rostro irritado! (Ah!,
no, )verdad?, tengo confianza, pues te amo tanto... Entonces, oh mi Amado,
te veré, te poseeré sin temor de perderte, me embriagaré de tu amor. (Ah!
Este pensamiento me vuelve loca de dicha. Jesús mío, tal vez pronto me
llamarás a ir contigo. (Ah!, que se haga tu voluntad, no quiero más que lo
que quieras. Tú lo sabes, todo te lo he dado, no quiero siquiera tener otros
deseos que lo que tú quieras. Sin embargo, si hubiera de ofenderte
mortalmente, (ah!, ya te lo he dicho muchas veces, quítame la vida, por
favor, tómame mientras soy toda tuya.

144 144. Nunca he oído cosas tan hermosas sobre la muerte cristiana como las
que nos ha dicho esta mañana el Padre Hoppenot. Lloraba. (Qué conmovida
estaba!
(Qué buenos Ejercicios tenemos! Cómo sabe este Padre dar Nuestro Señor a
las almas... Me alegro de confesarme con él esta tarde, pues es tan piadoso,
tan santo, arde en un celo tan grande del bien y la conquista de las
almas...

145 Jueves tarde


145. (Qué buena confesión he hecho! (Qué bien hace al alma encontrar una
de esas personas que sabe comprenderla y llevarla a Jesús! (Cómo me mima el
buen Maestro! Mi corazón se derrite de reconocimiento y de amor. (Ah, cuánto
bien me ha hecho esta confesión!... Ahora tendré la dicha de comulgar
regularmente cuatro veces por semana. (Qué alegría, Amado mío, unirme a Vos
tan frecuentemente! Ayudadme a llegar a ser perfecta del todo. (Dios mío!
Estoy dispuesta a todo con Vos, sin vos nada puedo. (Cuánto desearía poder
dirigirme al Padre...! Lo veo, no tengo lo que necesito. Mi confesor es
excelente, hace todo lo que puede por mí, pero, lo noto, necesito otra cosa.
En fin, mi Jesús está allí para dirigirme y guiarme. Además, en el Carmelo
nuestra buena Madre me hace tanto bien. No puedo decir cómo ella me da a
Nuestro Señor y todo el bien que hace a mi alma. (Ah!, lo repito, Jesús me
mima. Desde los Ejercicios del año pasado cuántas gracias...

146 146. La instrucción de esta noche fue sobre la confesión. Por desgracia
sólo tengo un instante para escribir algunas líneas de esta hermosa
meditación.

147 El juicio final. Viernes mañana, 26 de enero [de 1900]


147. Cuando Jesús se presente en el valle de Josafat con la cruz, esta
cruz insultada, despreciada en la tierra, pero que entonces estará
triunfante, en ese momento, digo yo, tendrá lugar:
a) La resurrección de los cuerpos.
b) La manifestación de las conciencias.
c) La sentencia.
*Ven, hija mía muy amada, tú, que no has sido de este mundo, ven con tu
Jesús para siempre. El ha sido tu único amor, tu solo amor en la tierra. ven
ahora a poseerle en la eternidad.+

148 148. (Oh. Señor! Que sean estas palabras las que oiga salir de vuestros
labios divinos. Lo sé, os he ofendido mucho, soy mala, pero os amo tanto...
Me dirijo a Vos con toda sencillez, con toda confianza, como a un tierno
Amigo. Me parece que os gusta esta dulce familiaridad. Por eso con abandono
y confianza espero el momento que me unirá a Vos para siempre. Pero en el
cielo no podré sufrir ya por Vos. (Ah!, al menos podré, lo espero, trabajar
todavía por vuestra gloria.
Mientras estoy en el mundo, dignaos permitirme que haga algún bien. Soy
vuestra pequeña víctima, servíos de mí. Ah, haced de mí lo que os agrade. Os
entrego todo: cuerpo y alma, deseos y voluntad. Os lo doy todo.

149 Viernes noche


149. Antes de la instrucción fui a ver al Padre Hoppenot para
consultarle mis propósitos de los Ejercicios. Además, me había hecho tanto
bien ayer que tenía un gran deseo de volver a verle. He podido hablar
largamente con él y esta conversación no me ha hecho menos bien que la de
ayer. (Qué agradecida estoy a mi amado Jesús por todas estas gracias de que
me llena!

150 150. La instrucción de esta noche sobre la Eucaristía ha sido estupenda.


(Oh, Jesús mío! Quiero ser tan buena que se me conceda recibiros todos los
días. Entonces, Dios mío, estaré en el colmo de mis deseos: recibiros cada
día, y además vivir unida a Vos de una comunión a otra, en vuestra
intimidad, (ah, es el Paraíso en la tierra! (Jesús mío, por favor,
concededme esta gran felicidad! (Ah, conozco mi debilidad, mi indignidad,
pero )no sois vos el dador de la vida, el pan que hace germinar las
vírgenes? )No sois Vos, Señor, toda mi fuerza y todo mi apoyo?... Ah, venid,
pues, venid cada día a mi pobre corazón. Que él sea como vuestra pequeña
hostia, no le abandonéis jamás, )no es verdad?, mi bien Amado.

151 Sábado por la mañana, 27 de enero [de 1900]


151. No pudiendo comulgar en la misa de clausura, pues debía cantar en
la comunión, he ido a la misa de 7 en esa pequeña capilla en que he seguido
los Ejercicios. Después de haber recibido a Jesús en mi corazón, qué feliz
era, de qué consuelos me ha colmado. (No puedo decirlo todo! Hay cosas que
pierden su perfume al sacarlas al aire, pensamientos íntimos que no pueden
traducirse en palabras sin que pierdan inmediatamente su sentido profundo y
celestial. Me he entregado muy de veras al buen Maestro, me he abandonado a
El. Le he abandonado también mi deseo más acariciado. No quiero más que lo
que El quiere. Soy su víctima. Que haga de mí lo que quiera. Que me reciba a
la hora que El quiera; estoy dispuesta, espero. (Ah! Después de estos días
tan hermosos, de recogimiento, de oración, al pensar que habrá que volver a
la vida ordinaria, a hacer visitas, a asistir a reuniones, no puedo decir el
sentimiento de tristeza y de miedo que me invade. (Oh, Maestro, os ofrezco
este sufrimiento! Estoy dispuesta a todo lo que queráis, a seguiros adonde
os parezca bien. (Ah! No os fijo el momento. Tomadme cuando queráis. Me
abandono a Vos. (Es tan bueno, tan dulce! He hecho este año de nuevo los
mismos propósitos: humildad y renuncia. Eso es todo. Y suplico a mi Jesús
que me ayude para cumplirlos fielmente. (Oh, mi Amado, os prometo humillarme
y renunciarme cada vez que tenga ocasión!

152 152. En la misa de clausura, en el momento de la comunión, el Padre


Hoppenot ha dicho unas palabras conmovedoras sobre la sagrada Eucaristía. El
alma es semejante a un desierto. En efecto, las características del desierto
son: a) la esterilidad, y b) la soledad. )No es esto lo que se encuentra en
mi alma? *Venid y comed+ (Prov. 9, 5).

153 153. Sí, Jesús, iré a ti, mi fuerza, mi apoyo, mi vida, a ti, que me
iluminarás y me inundarás con el agua de tu gracia, a ti, que eres el único
que puedes llenar la soledad de mi alma. Que no busque nada fuera de ti,
porque únicamente tú puedes contentar mi corazón.
Toma y recibe, Maestro a quien adoro,
todos los tesoros que he recibido de ti.
Y pues mi corazón podría desfallecer todavía,
por compasión, Dios mío, tómame.
)No eres tú solo mi señor y mi rey?
Toma y recibe, si algún bien me queda,
algún tesoro, algún fútil honor,
un solo placer que no sea celestial.
Yo te los devuelvo, )no eres el Señor?
Para ti mi corazón, mi cuerpo, mi alma entera,
para servirte siempre y sin retorno.
Pero déjame tu luz y tu gracia,
Dios mío, Dios mío, dame tu amor...

154 Sábado noche


154. He ido a ver a nuestra buena Madre para acabar mi retiro. (Cuánto
bien me ha hecho esta larga conversación! (Ah, querido y pobrecito locutorio
del Carmelo, qué hermosos momentos paso en ti! Jesús mío, premiad a esta
buena Madre lo que hace por mí, por favor: ella sabe tan bien daros mi alma.
(Cuánto bien me ha hecho ya!
Al despedirme de la Madre María de Jesús estuve en la capilla y al pie
del altar de María me consagré de nuevo a esta buena Madre y le confié mi
inocencia. (Ah!, que ella me guarde pura, preserve de la menor mancha este
corazón que es todo de Jesús...

155 155. La instrucción de esta noche ha sido sobre la oración, que debe ser
humilde, confiada, perseverante, continua, pues ofreciendo a Dios todas
nuestras acciones, no obrando más que por El, viviendo en unión con Nuestro
Señor, nuestras acciones más sencillas se hacen meritorias ante el Señor.

156 156. Señor, que mi vida sea una oración continua. Que nada,
absolutamente nada, pueda distraerme de ti, ni las ocupaciones, ni los
placeres, ni los sufrimientos. Que esté abismada en ti y haga todo bajo tu
mirada. Señor, tómame, tómame toda entera. Dentro de cinco días María Luisa
va a dejarlo todo por ti. Te la doy, dándote gracias en medio de mis
lágrimas por habernos escogido a las dos para ser tus esposas. Quisiera
poder decir adiós, como ella, a aquellas a quienes amo tan tiernamente y
dejarlo todo por ti. Pero no ha llegado la hora; hágase tu voluntad. (Santa
voluntad de mi Dios, sé siempre la mía! (Ah! Por lo menos en el mundo puedo
se tuya. Sí, )verdad?, soy tuya. Recíbeme, recibe mi voluntad, todo mi ser.
(Que Isabel desaparezca, que no quede más que Jesús!

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