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Ecosistemas marinos costeros

Ecosistema

Por ecosistema se entiende a la comunidad de seres vivos cuyos procesos vitales están relacionados entre
sí. El desarrollo de estos organismos se produce en función de los factores físicos del ambiente que comparten.
La noción de ecosistema surgió en la década de 1930 para explicar la compleja interacción entre los seres vivos,
las corrientes de energía, los recursos materiales, y la comunidad en la que se desarrollan.

Medio físico

Lo constituyen los mares y océanos, que ocupan el 71% de la superficie del planeta y contienen el 97%
del agua libre de la tierra, siendo el hábitat mayor y más homogéneo, ya que todos los océanos y mares
marginales están conectados entre sí. La profundidad media del mar es unos 4000 m.

Las máximas profundidades están en las Fosas (Carolinas y Marianas) con unos 11.000 m.

Características del medio físico

Temperatura
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El principal aporte calorífico que tiene el agua del mar está representado por las radiaciones energéticas
que le llegan del Sol. Su calor específico tiene un valor elevado en comparación con el calor específico de las
demás sustancias existentes en la superficie del planeta; esto confiere al mar una extraordinaria capacidad para
almacenar calor y por esta propiedad puede actuar como un gigantesco moderador del clima.

Se entiende por calor específico, en general, la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado
centígrado la temperatura de un gramo de agua. Esta gran capacidad de los océanos para conservar el calor
permite que la temperatura sea más estable en el mar que en los continentes, siendo en aquél menos marcados
sus cambios a través de las cuatro estaciones del año.

Otras fuentes de calor para el océano son: la energía solar reflejada por el cielo, el calor original del
interior de la Tierra, el que se desprende de la desintegración radiactiva, y la energía derivada de los procesos
químicos y biológicos que se realizan en el seno del océano.

Las radiaciones solares que llegan a la superficie del mar penetran en su masa, alcanzando generalmente
una profundidad promedio de cien metros, pero que puede extenderse hasta los mil metros. La penetración de
estas radiaciones depende principalmente de la turbiedad, es decir, de la cantidad de materia sólida que se
encuentra en suspensión.

Conforme la profundidad aumenta van penetrando menos radiaciones, por lo que la temperatura
disminuye. Por lo anterior, en la superficie del mar existe una capa de agua relativamente caliente, con una
temperatura uniforme; esa capa puede extenderse de los 20 a los 200 metros de profundidad, dependiendo de las
condiciones locales. Abajo de ella existe una zona limítrofe en donde se presenta un rápido descenso de la
temperatura, llamada termoclina, que divide a estas aguas superficiales, menos densas y menos salinas, de las
aguas de las profundidades, más frías, densas y salinas.

En los océanos, las termoclinas no son bruscas ni están tan bien diferenciadas como ocurre en el agua
dulce. En las aguas tropicales, la termoclina puede ocupar una profundidad entre 100 y 200 metros y ser
relativamente estable durante el año. En las aguas templadas de las latitudes medias se localizan a un poco más
de profundidad, siendo un fenómeno estacional que ocurre solamente durante la primavera y verano, y tiende a
desaparecer en los mares polares en los que la temperatura de toda la columna de agua es baja.

Distribución de la temperatura en aguas marinas superficiales.


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En las latitudes ecuatoriales si la temperatura del agua es de 26ºC en la superficie, suele ser sólo de 15ºC
en la termoclina que se encuentra a 150 metros de profundidad, desde allí disminuye la temperatura lenta pero
constantemente, hasta llegar al frío del abismo.

La luz, el calor y la transparencia en el océano

En los últimos años se ha generalizado en las playas el uso de visores submarinos, con los que se puede
observar los maravillosos escenarios que ofrece el fondo del mar. El buceador admira, sin necesidad de
sumergirse a grandes profundidades, la diversidad de colores y formas de las algas, las elegantes esponjas, los
señoriales corales y abanicos de mar, las gráciles estrellas marinas, los misteriosos peces que se mueven
rápidamente por estos interesantes paisajes submarinos. La posibilidad de observar toda esta fascinante vida
submarina se debe en primer lugar a las radiaciones luminosas que llegan del Sol, que tienen la propiedad física
de propagarse en el medio líquido, y en segundo lugar, al visor, que pone una capa de aire entre los ojos y el
agua del mar.

Esta propiedad de la luz de dispersarse en el agua del mar no es igual en las diferentes zonas oceánicas y
en las distintas profundidades. Se ha podido comprobar que en los mares con aguas frías la luz penetra menos y,
a una profundidad de 400 metros, la oscuridad del agua oceánica es comparable con la de la noche menos
iluminada. La propagación de las radiaciones luminosas en el océano se explica por las propiedades
fisicoquímicas del agua y por las características físicas de la luz, que a su vez tienen gran importancia en los
fenómenos biológicos que se suceden en el mar.

Los factores fisicoquímicos que influyen sobre las propiedades de la luz son la transparencia, es decir, la
cantidad de luz que se transmite en el agua del mar; la absorción, o sea el grado de radiación retenida, y la
turbidez, que consiste en la reducción de la claridad del agua por la presencia de materia suspendida. Las
propiedades físicas de la luz son: la reflexión, proceso por el que la superficie del agua del mar devuelve a la
atmósfera una cantidad de la luz que incide sobre ella; la refracción, el cambio de dirección que sufre la luz al
entrar a un medio de diferente densidad, y la extinción, que es el grado en que disminuye la luz al ir penetrando
en el medio marino.

El agua de los océanos se encuentra formando capas horizontales que tienen propiedades ópticas muy
semejantes, por lo que la cantidad de luz que penetra depende de la que incide y de la que se refleja, siendo las
características de la superficie del mar elementos importantes para esta penetración. En mares con espuma
producida por una agitación intensa y en los que están cubiertos por hielos, la reflexión es mayor y, por lo tanto,
la penetración de la luz menor.

El ángulo con el que inciden los rayos sobre el agua cambia durante el día: penetra más luz al término de
la mañana y al inicio de la tarde, en todas las latitudes, debido a que el ángulo de incidencia se incrementa
cuando el Sol pasa del mediodía. En el agua del mar el índice de refracción se modifica de acuerdo con la
salinidad y la temperatura, siendo mayor cuando se incrementa la concentración de sales y disminuye la
temperatura.

Cuando un rayo de luz solar incide en el agua del mar, parte de sus radiaciones son absorbidas y
transformadas en calor, y la otra parte es dispersada por las propias moléculas del agua, así como por las
partículas en suspensión o por los microorganismos que viven en ella.
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La luz solar está formada por radiaciones de diferente longitud de onda que constituyen el espectro
visible, también llamado espectro lumínico. Estas radiaciones son absorbidas, de manera distinta, por el agua
del mar. Así, las radiaciones rojas y anaranjadas del espectro son más rápidamente absorbidas que las verdes,
las azules y las violetas. Esto provoca que en aguas profundas el extremo rojo del espectro esté ausente mientras
el verde-azul se hace más visible. Este fenómeno está relacionado con la presencia, en el agua del mar, de
compuestos nitrogenados como el amoniaco, los nitratos y las proteínas, que reducen la penetración de la luz en
el agua, es decir su transparencia.

Cuando el agua del mar contiene pocas sustancias en suspensión o pocos organismos, las radiaciones
azules son las que penetran a mayor profundidad, y pueden llegar a los bordes inferiores de los bancos
continentales a 400 metros. En las aguas con turbidez, son las radiaciones verdes y amarillas las que más
profundamente pueden penetrar, llegando las primeras a 200 metros, y las segundas a 100 metros, mientras que
las rojas-anaranjadas y las violetas solamente alcanzan, cuando mucho, los primeros 20 metros.

Penetración de la luz en el agua del mar.

1. Zona Fótica: es aquella en la que penetra la luz del sol. Su profundidad es muy variable en función
de la turbidez del agua.

2. Zona disfótica: Zona del océano en la que la penetración de luz es escasa y, como consecuencia,
también lo es la fotosíntesis. Se encuentra entre las zonas afótica y fótica, de la que puede ser
considerada como parte inferior.
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3. Zona Afótica: se define como la zona, tanto oceánica como lacustre, en la que no es posible el desarrollo
de procesos fotosintéticos, ya que menos del 1% de la luz solar penetra en ellas. La profundidad a la cual
comienza esta zona depende principalmente de la turbiedad de las aguas. En aguas oceánicas la zona
afótica va aproximadamente desde los 200 a 4.000 m y la temperatura de 0-6 °C, dependiendo de las
características del agua y profundidades. La zona afótica se divide en dos partes:

 Zona batial, entre los 200 m y los 2.000 m de profundidad.

 Zona abisal, desde los 2.000 m hasta lo más profundo. Las criaturas que viven en esta zona están
adaptadas a la completa oscuridad.

Las mayores profundidades a las que se ha registrado transparencia es a 700 metros en el Océano Atlántico,
a 800 metros en el Mar Mediterráneo y hasta a 950 metros en el Mar Caribe, pero el promedio de la penetración
de la luz se ha calculado en 200 metros.

Densidad

La densidad del agua de mar depende de las tres variables: Salinidad (s), Temperatura (t) y Presión (p).
Para simbolizar la densidad se emplea generalmente la letra griega ρ (rho) y para indicar que es función de las
tres variables entonces se escribe. El valor numérico de la densidad del agua de mar en su ambiente natural
varía solamente a partir del tercer decimal La densidad del agua del mar es una de sus propiedades más
importantes. Su variación provoca corrientes.

Y es determinada usando la ecuación internacional de estado del agua de mar a presión atmosférica, que
es formulada por la Unesco (UNESCO Technical Papers in Marine Science, 1981) a partir de los trabajos
realizados a lo largo de todo este siglo para conocer las relaciones entre las variables termodinámicas del agua
del mar: densidad, presión, salinidad y temperatura. La densidad de la típica agua del mar (agua salada con un
3,5 % de sales disueltas) suele ser de 1,02819 kg/L a los −2 °C, 1,02811 kg/L a los 0 °C, 1,02778 kg/L a los 4
°C, etc.

Presión

La presión en el fondo de los océanos llega a ser de cientos atmósferas, porque cada 10 metros de
profundidad suponen una atmósfera más. Por eso se pensó que los seres vivos que viven a grandes
profundidades serían muy especiales, pero luego se ha comprobado que no es así, porque el agua, que rellena
totalmente los organismos, es muy poco compresible y los tejidos se deforman muy poco a causa de la presión.

La presión también causa problemas al provocar la disolución en la sangre de gases como el nitrógeno.
Es lo que les sucede a los escafandristas que respiran aire de sus botellas a presiones altas. El nitrógeno se
disuelve en su sangre y cuando vuelven a la superficie vuelve a salir de la sangre, formando burbujas dentro de
los vasos sanguíneos que pueden producir embolias a veces mortales. Para evitar esto se sigue un ritmo de
ascenso lento que hace posible la llamada descompresión.

El sustrato
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Es el soporte físico al que un ser vivo puede fijarse durante toda su vida o parte de ella. Está constituido
por los fondos marinos y distintos materiales costeros (arenas, arcillas, limos, piedras). También pueden
constituirse en sustrato cualquier objeto sumergido (botellas, cascos, etc.) e incluso los mismos seres vivos
(algas y animales).

Características químicas del medio físico

Salinidad. Concentración de sal en el mar

La concentración de sal en los océanos no es constante sino que varía mucho de unos mares a otros. Por
término medio, un litro de agua marina contiene entre 33 y 39 gramos de sal. El agua dulce procedente de los
ríos, glaciares y precipitaciones disminuye la salinidad oceánica. La evaporación la hace aumentar. La
concentración de sal tiende a homogeneizarse porque los océanos están conectados entre sí. La concentración
puede mostrar diferencias verticales y regionales. Las primeras se producen por el encuentro de masas acuosas,
como sucede en el Atlántico norte: las corrientes saladas del Golfo confluyen con las del mar del Labrador.

Un ejemplo de una variación regional la encontramos en la zona oriental del Mediterráneo. Debido a que
llueve poco y se produce una gran evaporación, el agua es ligeramente más salada. Mayor salinidad presenta el
mar Rojo, entre tierras desérticas, donde desde el estrecho de Bab-el-Mandeb, la sal aumenta hasta llegar al
máximo en el fondo del golfo de Suez.

Entre los océanos, el Atlántico presenta el grado más intenso de salinidad. Llega a 37 gramos por litro en
las zonas tropicales. El Pacífico es el que más se aproxima a la salinidad media. Las costas con baja salinidad
debido al aporte de grandes ríos son el golfo de Guinea, donde desembocan el Zaire y el Níger, El Amazonas y
el Plata en América del sur; y el Ganges y el Brahmaputra en el golfo de Bengala.

Otras sustancia inorgánicas disueltas

En el medio marino aparecen una serie de sustancias orgánicas e inorgánicas disueltas que proceden
fundamentalmente de la descomposición de los desechos eliminados por los seres vivos marinos y de los restos
de los que mueren, todos estos compuestos sólidos disueltos, hay algunos que son imprescindibles para la
síntesis de materia orgánica, llamados con el nombre genérico sales nutritivas, y de ellos depende por lo tanto
la vida en aguas marinas.

Las más necesarios son, en primer lugar, los fosfatos y los nitratos, de los que depende totalmente el
fitoplancton para poder realizar los procesos de fotosíntesis. Son importantes también los compuestos del
carbono (Carbonatos/Bicarbonatos) y los silicatos, ya que muchas de las especies que componen el plancton,
las cuales tienen esqueletos silíceos (diatomeas, flagelados, radiolarios).

Hierro, Cobre y Arsénico, por ejemplo, serían otros elementos, que aunque de menor importancia, son
imprescindibles para animales y plantas. Aparecen casi siempre en cantidades muy reducidas y se llaman, por
eso mismo, oligoelementos.
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Así el Hierro (Fe) es indispensable por cuanto una buena parte de la vida vegetal depende de su
adecuada concentración en el mar. El Cobre (Cu) es necesario para la Hemocianina de los moluscos y en ciertas
fases de desarrollo larvario. El Arsenio (As) es importante para las plantas.

Gases disueltos

Su porcentaje es bastante variable pero se puede afirmar que disueltos en el mar aparecen todos los gases
que aparecen en la atmósfera. Su proporción depende del intercambio entre el mar y la atmósfera y de la
actividad de los distintos seres vivos (respiración y fotosíntesis).

A nivel general las variaciones de CO2 y O2 son mucho más notables en las zonas superficiales debido a
que los vegetales marinos viven en la zona eufótica (profundidad en la que la intensidad de la luz queda
reducida a un 1% de la que ha penetrado la superficie, el límite por debajo del cual no queda lugar para la
fotosíntesis). Por otra parte, al ser el O2 más soluble que el CO2, su distribución es más homogénea en la masa
del mar. No se puede olvidar la aparición de CO2 en forma de otros radicales tales como Carbonatos o
Bicarbonatos, constituyentes básicos de las estructuras esqueléticas de los seres vivos marinos.

Dinámica del océano. Capas del Océano.

Similar a las divisiones de la atmósfera, el océano consta de varias capas en sí mismo.

Zona Epipelágica

La profundidad y la fuerza de la termoclina varían de estación a estación y de año a año. Está más fuerte
en los trópicos y casi non existente en la estación de invierno polar. Esta capa superficial se llama la zona de sol
también y extiende de la superficie hasta 200 metros (660 pies). La mayoría de luz visible existe en esta zona.
Esta luz está acompañada con la calefacción del sol. Esta calefacción es responsable para los cambios grandes
de temperatura que ocurren en esta zona, por causa de cambios de latitud y estaciones. Las temperaturas de la
superficie del mar oscilan hasta alta de 36°C (97°F) en el golfo Pérsico a -2°C (28°F) cercano del Polo Norte.

La temperatura de la superficie del mar "sigue el sol" también. De la perspectiva de tierra, la posición
del sol en el cielo mueve más alta cada día de invierno a verano y mueve más bajo cada día de verano a
invierno. Este cambio en la posición del sol de invierno a verano significa que más energía llega al océano y por
tanto calienta el agua.

Siguiendo esta varios bucles durante varios periodos lo que demuestra la migración norte-sur de la
temperatura para cada mes: 1998 (1.3 mb) | 1996-98 (3.8 mb) | 1993-98 (7.7 mb). La interacción con el viento
conserva la mixtura de esta capa y así permite la distribución vertical de la calefacción del sol. La base de esta
capa de mezclado es el inicio de la termoclina. La termoclina es una región adonde la temperatura de agua
disminuye rápidamente con la profundidad y es una capa de transición entre la capa mezclando a la superficie y
las aguas más profundas.

Zona Mesopelágica
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Debajo de la zona Epipelágica está la zona Mesopelágica que extiende de 200 metros (660 pies) a 1,000
metros (3,300 pies). Algunas veces, la zona Mesopelágica se llama el mundo nebuloso o la zona de penumbra
porque a estas profundidades el sol está mucho pálido. La temperatura cambia la más en esta región porque esta
zona contiene la termoclina.
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Por causa de la falta de luz, está en esta zona que la bioluminiscencia en vida comienza a ocurrir. Los
ojos de peces están mayores y usualmente dirigidos hacia arriba, probablemente para ver otros animales (para
comida) encima contra la luz pálida.

Zona Batipelágica

Las profundidades de 1,000-4,000 metros (3,300-13,100 pies) constan de la zona batipelágica. Por causa
de la oscuridad constante, esta zona se llama zona de medianoche. La única luz a esta profundidad (y más bajo)
viene de la bioluminiscencia de los animales a sí mismo.

La temperatura en la zona batipelágica, distinta de ella en la zona Mesopelágica, es constate. La


temperatura nunca fluctúa mucha de la temperatura friísimo de 4°C (39°F). La presión en la zona batipelágica
es extrema y a las profundidades de 4,000 metros (13,100 pies), ¡la presión llega más de 5850 libras por pie
cuadrada! Sin embargo, los cachalotes pueden bucear al este nivel en busca de comida.

Zona Abisopelágica

La zona abisopelágica (o zona abismal) extiende de 4,000 metros (13,100 pies) a 6,000 metros (19,700
pies). Está la parte inferior del océano que es oscuridad total. El nombre (abismo) viene de la palabra greca
significando "sin fondo" porque ellos pensaron que el océano estaba sin fondo. Tres cuartos del área del fondo
del océano profundo ocupan esta zona. La temperatura de agua es próxima de congelación constante y
solamente pocas criaturas pueden encontrarse en estas profundidades aplastantes. Lo más profundo que un pez
se encontraba estaba en la Fosa de Puerto Rico a 8,372 metros (27,460 pies).

Zona Hadopelágica

La zona de más profundidad del océano, la zona Hadopelágica extiende de 6,000 metros (19,700 pies) al
fondo a 10,911 metros (35,797 pies) en la Fosa de las Marianas de la costera de Japón. La temperatura es
constante, poca encima de congelación. El peso de toda agua encima en la Fosa de las Marianas es más de 8
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toneladas por pulgada cuadrada (el peso de 48 aviones reactores 747 de Boeing). Aun al fondo la vida existe. En
2005, pequeños organismos unicelulares, se llaman foraminíferos, un tipo de plancton, descubrían en la fosa
Challenger Deep al sudoeste de Guam en el Océano Pacífico.

Movimientos de las aguas marinas

El agua del mar, por diversas causas, está en constante movimiento, sufre desplazamientos que
provocan, entre otras cosas, la formación de olas, mareas y corrientes. Estos movimientos tienen un marcado
efecto sobre los seres marinos ya que condicionan la distribución de las especies de vida libre al colaborar, por
un lado, en los movimientos migratorios estacionales de muchas especies y, en segundo lugar, al transportar
sustancias nutritivas de unos lugares a otros, favoreciendo el desarrollo y distribución de organismos
planctónicos.

Olas

Las olas marinas son generalmente un fenómeno eólico, o sea, que se forman y mueven en dependencia
de la intensidad del viento, aunque también existen las olas de marea o mar de fondo generadas por terremotos o
grandes movimientos telúricos en el océano. Cuando una ola de marea se combina con fuerte viento y con
marea alta, el nivel del mar puede subir exageradamente y penetrar tierra adentro en zonas bajas del litoral.

Una ola regular de viento se crea por el roce del viento sobre la superficie, luego ésta pequeña ola
retorna parte de su energía al mar contribuyendo a formar olas de mayor tamaño. Estas olas crecen en forma
proporcional a la fuerza del viento, o sea, más viento, más fortaleza y altura de la ola. Hay que distinguir dos
movimientos. El primero es la oscilación del medio movido por la onda, que en este caso, como hemos visto, es
un movimiento circular. El segundo es la propagación de la onda, que se produce porque la energía se transmite
con ella, trasladando el fenómeno con una dirección y velocidad, llamada en este caso velocidad de onda.

En realidad se produce un pequeño desplazamiento neto del agua en la dirección de propagación, dado
que en cada oscilación una molécula o partícula no retorna exactamente al mismo punto, sino a otro ligeramente
más adelantado (respecto al sentido de propagación de la onda). Es por esta razón por la que el viento no
provoca solamente olas, sino también corrientes superficiales.

Cuanto mayor es la altura de las olas, mayor es la cantidad de energía que pueden extraer del viento, de
forma que se produce una realimentación positiva. La altura de las olas viene a depender de tres parámetros del
viento, que son su velocidad, su persistencia en el tiempo y, por último, la estabilidad de su dirección. Así, los
mayores oleajes se producen en circunstancias meteorológicas en que se cumplen ampliamente estas
condiciones.
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Una vez puestas en marcha, las olas que se desplazan sobre aguas profundas disipan su energía
muy lentamente, de forma que alcanzan regiones muy separadas de su lugar de formación. Así, pueden
observarse oleajes de gran altura en ausencia de viento.

Las olas disipan su energía de varias maneras. Una parte puede convertirse en una corriente
superficial, un desplazamiento en masa de un gran volumen de agua hasta una profundidad considerable.
Otra parte se disipa por fricción con el aire, en una inversión del fenómeno que puso en marcha las olas.
Parte de la energía puede disiparse si una velocidad excesiva del viento provoca la ruptura de las crestas.
Por último, la energía termina por disiparse por interacción con la corteza sólida, cuando el fondo es
poco profundo o cuando finalmente las olas se estrellan con la costa.

Cuando las olas vienen en forma periódica y estable se les llama un tren de olas. La altura de una ola se
determina por la distancia entre la cresta y el seno, la longitud, por la distancia entre una cresta y otra. En aguas
profundas el movimiento en forma circular de las partículas de agua en la ola afecta una profundidad bajo el
mar equivalente a la mitad del largo de la ola. Por ejemplo, si la distancia entre cresta y cresta es de 200 pies
entonces este oleaje está moviendo agua a una profundidad de 100 pies.

Mareas

La Luna, a medida que efectúa la revolución alrededor de nuestro planeta, levanta con su fuerza de
atracción las masas de agua dirigidas hacia ella, mientras que las que se hallan en los antípodas suben casi lo
mismo debido a la fuerza centrífuga de la rotación terrestre.

En este fenómeno influye también la atracción solar. Cuando las dos fuerzas se unen, dan origen a
mareas vivas, y cuando las líneas que unen sus centros con los de la Tierra forman un ángulo recto, ocurre lo
contrario, pues las fuerzas se compensan anulándose, con lo que producen las mareas muertas. Este movimiento
es visible y algunas veces espectacular.
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El movimiento ascendente del nivel del mar se llama flujo, y el descendente, reflujo. El nivel más
alto se denomina pleamar, y el más bajo, bajamar. En la actualidad las mareas se controlan y miden con
aparatos llamados mareógrafos. Las corrientes de mareas coinciden con el flujo y reflujo, los que causan
efectos erosivos en las desembocaduras fluviales.

Corrientes marinas
Son movimientos del mar con desplazamientos horizontales o verticales de las masas de agua que,
aunque a nivel superficial no son tan visibles como las olas y las mareas, son de mucha de mayor amplitud. Las
corrientes marinas hoy conocidas discurren por cauces bastante definidos en las diferentes regiones oceánicas.

Básicamente son producidas por:

 Calor solar: que calienta la superficie del océano estableciendo diferencias de temperatura; el agua fría
pesa más que la caliente de modo que el agua de las zonas polares tiende a hundirse por debajo del flujo
de agua caliente procedente del Ecuador.
 Rotación terrestre: es un giro constante en virtud del cual, tanto vientos como corrientes se desvían
hacia la derecha en el Hemisferio Norte y hacia la izquierda en el sur.
 Viento: que modifica la acción de las corrientes y está afectado por el calor solar y la rotación terrestre.
En los trópicos, los vientos Alisios llevan las aguas en dirección Oeste hacia el Ecuador y en latitudes
superiores, los vientos de poniente las llevan en dirección opuesta originando la circulación oceánica.

Existen dos clases de corrientes

 Superficiales: Conocidas hace tiempo, su circulación se ajusta a la circulación atmosférica, y está


condicionada fundamentalmente por los vientos (del Oeste y Alisios) que hacen que estas corrientes
circulen básicamente en la dirección de las agujas del reloj en el hemisferio norte y al revés en el sur.
 Profundas: Se mueven por diferencias de densidad del agua del mar (condicionada por temperatura y
salinidad). También condicionadas por la topografía de los fondos. En las corrientes profundas, el agua
fría, más densa, desciende a mayor profundidad desde las latitudes altas dirigiéndose hacia el Ecuador.

Up- Welling = Afloramientos: En determinadas zonas cercanas a la costa, y debido fundamentalmente a


corrientes marinas profundas, cada cierto tiempo, los materiales sedimentados en el fondo (nitratos, nitritos,
fosfatos) se ponen en circulación hacia las capas más superficiales de agua con lo cual pueden ser aprovechados
por los organismos planctónicos allí presentes, mejorando en gran medida la cadena alimenticia marina
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Corrientes marinas en la superficie de los océanos y mares. Las corrientes marinas


cálidas aparecen en color rojo y amarillo, el afloramiento de aguas profundas y frías en
las costas occidentales de los continentes, así como las corrientes que este afloramiento
origina, en color verde, y la capa superficial de hielo oceánico está identificada con líneas
de color aproximadamente morado o rosado. La dirección de las corrientes aparece
indicada en flechas de color negro

Dinámica del Mar Caribe y el Océano Pacifico en Panamá.

En el mar Caribe la temperatura del agua superficial fluctúa entre 28°C - 30°C y alrededor de 18°C a
100 m de profundidad, lo cual es un reflejo de la estratificación característica de los mares tropicales cálidos y
sus valores de salinidad varían entre 30 y 35.4 partes por mil.

Los movimientos de las masas de agua se caracterizan por la dirección nordeste de la Corriente de
Panamá Caribe. Cuando la Zona de Convergencia Intertropical, ZCIT está en posición meridional (verano) la
Corriente se mueve hacia Colombia, zona del Golfo de Urabá. Durante el invierno la Corriente extiende su
influencia hasta la desembocadura del Río Magdalena, Colombia.

Por su parte en el Océano Pacífico se caracteriza por una salinidad superficial de 20 partes por mil, en el
mar afuera la temperatura superficial es cálida, entre 25° C - 26° C. La circulación marina costera está bajo la
influencia de la Corriente Panamá Pacífico y esta a su vez de los vientos planetarios que varían de acuerdo con
el desplazamiento latitudinal de la ZCIT. Entre los meses de febrero y abril los vientos impulsan la corriente y
la integran a la ecuatorial del sur. Las mayores concentraciones de nutrientes ocurren en la zona costera del
Golfo de Panamá y que son inducidas por el comportamiento del viento.
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r
Formación de América Central y surgimiento desde el mar del Istmo de Panamá.

Investigació n 2. Revisar la Constitución Nacional de la República, explicar y comentar el contenido


ecológico de este documento.

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