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Soy José Rodolfo Pardo Vanegas, tengo 23 años de edad, nací en la calurosa llanura de
Villanueva – Casanare el día 27 de noviembre de 1997. Vengo de una familia bastante
numerosa, soy el segundo de mis siete hermanos, mis padres son separados, desde
adolescente me gustó el microfútbol y también todo lo que tuviera que tratar con la parte
financiera de una empresa, por esa razón decidí ahora estudiar contaduría pública,
actualmente estoy cursando el segundo semestre de esta carrera profesional, y estoy
viviendo y trabajando en Villanueva.
Con referencia al aspecto físico, tengo una estatura de 1 metro con 96 centímetros, soy de
contextura delgado, el color de mi cabello es negro como la noche sin luna y es bastante
corto, mis ojos son de color café oscuro, poseo unas pestañas largas, mi boca es mediana,
mis labios son delgados; gozo de una gran sonrisa la cual se caracteriza por ser amplia, mis
dientes son blancos como las perlas del mar, mi nariz es mediana, soy de cara larga mi
cuello es delgado, mis brazos no son tan gruesos, tengo unas manos un poco delgadas, las
uñas siempre las mantengo cortas, mi color de piel es dorado como la canela, poseo una
cintura con una medida de 80 cm, mis caderas son grandes con unas piernas gruesas y mis
pies son delgados con dedos delgados.
Con el paso del tiempo y gracias a la educación que me brindaron mis padres, he
desarrollado mis fortalezas, habilidades, aunque todavía debo superar ciertas debilidades.
Ahora soy más un individuo autónomo, lleno de valores y principios, los cuales siempre los
pongo de presente ante cualquier situación personal;, soy un hombre respetuoso, cariñoso,
colaborativo, en el cual pueden confiar y contar constantemente con mi apoyo
incondicional, soy también de religión evangélica, y en mis tiempos libres me gusta
entrenar voleibol de piso, también desarrollo diferentes rutinas de ejercicios físicos;, veo
además el mundo de tal manera que siempre hay que vivir la vida como si fuera el último
día y mi familia es todo para mí.
La vida personal nos enseña que para lograr los propósitos hay que siempre luchar, más con
perseverancia, respeto, amor, con responsabilidad y sobre todo con disciplina, siempre
brindando lo mejor de uno como ciudadano y como profesional, que cada día tenemos que
valorar todo aquello que logramos y poseemos, en especial, a esas personas que están a
nuestro lado y a seguir adelante, sin importar las circunstancias, las dificultades y siempre
vivir la vida intensamente con una gran sonrisa.