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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Unidad Educativa Colegio Madre Matilde

Asignatura: Castellano

Profesor: José Atila

Año: 5to

UNIDAD 1, OBJETIVO XI - X

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y MIGUEL OTERO SILVA

Alumnas:

Muñoz Samira

Uzcátegui Swuany

Caracas, 01 de diciembre de 2020


BIOGRAFÍA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ.

Gabriel García Márquez fue un escritor novelista, cuentista, guionista, editor y


periodista, Premio Nobel de Literatura en el año de 1982 y uno de los grandes
maestros de la literatura universal. Nació en Aracataca (Magdalena), Colombia el
6 de marzo de 1927. Hijo de Gabriel Eligio García y de Luisa Santiaga Márquez
Iguarán. Fue criado por sus abuelos maternos: Tranquilina Iguarán Cortés y el
coronel Nicolás Márquez quien fue figura esencial en su vida, cuya personalidad
influyó en varios de sus personajes. Fue conocido familiarmente y por sus
amigos como GABITO. Gabriel José García Márquez nació en Aracataca
(Colombia) en 1927. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y
finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de
1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de
Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los
estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió
acceder al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo" (el asesinato
del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores
manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus
colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el
mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza.

Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos


locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia fue alumno
del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre
(donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de
intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex
propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida
intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de "el
Catalán" -el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre
del escritor, Cien años de soledad (1967). Desde 1953 colabora en el periódico
de Barranquilla El nacional: sus columnas revelan una constante preocupación
expresiva y una acendrada vocación de estilo que refleja, como él mismo
confesará, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Su
carrera de escritor comenzó con una novela breve, que evidencia la fuerte
influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La
acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en
Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. En 1961
publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya los temas
recurrentes. En 1962 reunió algunos sus cuentos bajo el título de Los funerales
de Mamá Grande, y publicó su novela La mala hora. Muchos de los elementos
de sus relatos cobran un interés inusitado al ser integrados en Cien años de
soledad. En la que Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la
legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y
mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico
de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas
veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. En suma, una
síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún
más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su
nacimiento a su ocaso.

Tras este libro, el autor publicó la que, en sus propias palabras, constituiría su
novela preferida: El otoño del patriarca (1975), al que seguiría el libro de
cuentos La increíble historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada
(1977), y Crónica de una muerte anunciada (1981).

El amor en los tiempos del cólera, se publicó en 1987. En 1982 se le otorgó el


Premio Nobel de Literatura. Una vez concluida su anterior novela vuelve al
reportaje con Miguel Littin, clandestino en Chile (1986), escribe un texto teatral,
Diatriba de amor para un hombre sentado (1987), y recupera el tema del
dictador latinoamericano en El general en su laberinto (1989), e incluso agrupa
algunos relatos desperdigados bajo el título Doce cuentos peregrinos (1992).
Del amor y otros demonios (1994) y Noticia de un secuestro (1997). En 2002,
García Márquez publicó el libro de memorias Vivir para contarla, el primero de
los tres volúmenes de sus memorias. La novela, Memoria de mis putas tristes,
apareció en 2004.

En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la


Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa Cien años de
soledad.

Murió el 17 de abril de 2014.

Cien años de soledad

El libro narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el


pueblo ficticio de Macondo.

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, son un matrimonio de primos que se


casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la
región de que su descendencia podía tener cola de cerdo. En una pelea de gallos
en la que resultó muerto el animal de Prudencio Aguilar, éste, enardecido por la
derrota, le gritó a José Arcadio Buendía, dueño del vencedor: "A ver si ese gallo le
hace el favor a tu mujer", ya que la gente del pueblo sospechaba que José Arcadio
y Úrsula no habían tenido relaciones en un año de matrimonio (por el miedo de
Úrsula de que la descendencia naciera con cola de cerdo). Así fue como José
Arcadio Buendía reta en duelo a Prudencio, en el que José Arcadio lo mata al
atravesarle la garganta con una lanza. Sin embargo, su fantasma lo atormenta
apareciéndose repetidas veces en su casa lavándose la herida mortal con un
tapón de esparto. Así es como José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán deciden
irse a la sierra. En medio del camino José Arcadio Buendía tiene un sueño en que
se le aparecen construcciones con paredes de espejo y, preguntando su nombre,
le responden "Macondo". Así, despierto del sueño, decide detener la caravana,
hacer un claro en la selva y habitar allí.

El pueblo es fundado por diversas familias conducidas por José Arcadio Buendía y
Úrsula Iguarán, quienes tuvieron tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta
(nombres que se repetirán en las siguientes generaciones). José Arcadio Buendía,
el fundador, es la persona que lidera e investiga con las novedades que traen los
gitanos al pueblo (teniendo una amistad especial con Melquíades, quien muere en
variadas ocasiones y que sería fundamental para el destino de la familia), y
termina su vida atado al castaño hasta donde llega el fantasma de su antiguo
enemigo Prudencio Aguilar, (al que le había dado muerte con una lanza en el
cuello antes de fundar Macondo) con el que dialoga. Úrsula es la matriarca de la
familia, quien vive durante más de cien años cuidando de la familia y del hogar.

El pueblo poco a poco va creciendo y con este crecimiento llegan habitantes del
otro lado de la ciénaga. Con ellos se incrementa la actividad comercial y la
construcción en Macondo. Inexplicablemente llega Rebeca, a quienes los Buendía
adoptan como hija. Por desgracia, llegan también con ella la peste del insomnio y
la peste del olvido causada por el insomnio. La pérdida de la memoria obliga a sus
habitantes a crear un método para recordar las cosas y José Arcadio Buendia
comienza a etiquetar todos los objetos para recordar sus nombres; no obstante,
este método empieza a fallar cuando las personas también olvidan leer. Un día,
regresa Melquíades de la muerte con una bebida para restablecer la memoria que
surte efecto inmediatamente, y en agradecimiento es invitado a quedarse a vivir en
la casa. En esos momentos escribe unos pergaminos que sólo podrían ser
descifrados cien años después.

Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto al


enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía
(segundo hijo de José Arcadio Buendía), a luchar contra el régimen conservador.
En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del fundador e hijo de Pilar Ternera y
José Arcadio, el primer hijo de José Arcadio Buendía) es designado por su tío jefe
civil y militar y se transforma en un brutal dictador, quien es fusilado cuando el
conservadurismo retoma el poder.

La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias


oportunidades, hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un tratado de paz
que durará hasta el fin de la novela. Después de que el tratado se firma, Aureliano
se dispara en el pecho, pero sobrevive. Posteriormente, el coronel regresa a la
casa, se aleja de la política y se dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en
su taller, de donde sale solamente para venderlos.

Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía, instala
una fábrica de hielo en Macondo, deja a su hermano Aureliano Centeno al frente
del negocio y se marcha del pueblo con la idea de traer el tren. Regresa al cabo
de poco tiempo, cumpliendo con su misión, la cual genera un gran desarrollo, ya
que con el tren, llegan también el telégrafo, el gramófono y el cine. Entonces el
pueblo se convierte en un centro de actividad en la región, atrayendo a miles de
personas de diversos lugares. Algunos extranjeros recién llegados empiezan una
plantación de banano cerca de Macondo. El pueblo prospera hasta el surgimiento
de una huelga en la plantación bananera; para acabar con ella, se hace presente
el ejército nacional y los trabajadores que protestan son asesinados y arrojados al
mar.

Después de la masacre de los trabajadores del banano, el pueblo es asediado por


las lluvias que se prolongan por cuatro años, once meses y dos días. Úrsula dice
que espera el final de las lluvias para finalmente morir. Nace Aureliano Babilonia,
el último miembro de la línea Buendía (inicialmente referido como Aureliano
Buendía, hasta que más adelante descubre por los pergaminos de Melquíades
que su apellido paterno es Babilonia). Cuando las lluvias terminan, Úrsula muere y
Macondo queda desolado.

La familia se ve reducida y en Macondo ya no se acuerdan de los Buendía;


Aureliano se dedica a descifrar los pergaminos de Melquíades en el laboratorio,
hasta que regresa de Bruselas su tía Amaranta Úrsula, con quien tiene un
romance. De este, Amaranta Úrsula queda embarazada y tiene un niño que al
nacer se descubre con cola de cerdo; ella muere desangrada después del parto.
Aureliano Babilonia, desesperado, sale al pueblo llamando de puerta en puerta,
pero Macondo ahora es un pueblo abandonado y solo encuentra a un cantinero
que le ofrece aguardiente, quedándose dormido. Al despertar se acuerda del niño
recién nacido y corre a buscarlo, pero a su llegada encuentra que se lo están
comiendo las hormigas.

Aureliano recuerda que esto estaba predicho en los pergaminos de Melquíades.


Con vientos huracanados asediando Macondo y el lugar en el que estaba
presente, termina de descifrar la historia de los Buendía que ya estaba allí escrita
con anticipación, encontrando que al terminar de leerlos, finalizaría su propia
historia y con él, la historia de Macondo, el cual sería arrasado por el viento y
borrado de cualquier memoria humana... "porque las estirpes condenadas a cien
años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra".

ANALISIS CRÍTICO

La novela "Cien Años de Soledad" es una obra maestra. Es muy interesante y


extraordinaria, por la gran historia que nos presenta. No solo te mantiene atrapado
en la lectura, sino que además te mantiene sonando e imaginando los lugares
donde la historia se desarrolla. Los personajes están muy bien desarrollados y sin
duda es fácil encariñarse con ellos, especialmente para los lectores
latinoamericanos. Se combina a la perfección la trama con los elementos mágicos
y fantásticos, me hizo entrar a la historia como si yo estuviera en macondo y
viviera allí. En cuanto a la cantidad de nombres que aparecen y que puede
resultar incómodo a la hora de seguir los hilos de la historia, lo mejor es elegir una
edición que contenga un árbol genealógico de la familia. Existen muchos saltos en
el tiempo, su secuencia temporal no es lineal, haciéndonos un poco laboriosa su
comprensión, hubiera preferido que su temporalidad fuera consecutiva. En
nuestra opinión nos pareció extraña, la unión entre los sobrinos y tías como
parejas. La novela en sí es original, auténtica, no podrás decir que has leído algo
parecido. Al leer dicha novela hay que prestar atención, ya que si no estás
concentrado se te hará difícil la comprensión. De todas las experiencias que
acumuló García Márquez a lo largo de su infancia en la casa de los abuelos, la de
la muerte, es tal vez la predominante, porque no sólo presenció la muerte trágica
de algunos personajes cercanos de Aracataca, sino que el abuelo Nicolás
Márquez, quién le aportó su experiencia directa con la muerte al referirle historias
y anécdotas de La Guerra de los Mil Días, en la cual él había combatido con el
rango de coronel. Más aún: un día le dejó caer al nieto de seis o siete años el
mayor tormento de su conciencia: “Tú no sabes lo que pesa un muerto”. Se refería
a su tragedia personal de cuando, en la lejana Barrancas, había tenido que matar
de dos disparos en un duelo a su amigo y copartidario Medardo Pacheco Romero.
También están los muertos vivientes de los relatos fantasmagóricos de la abuela
Tranquilina, que le causaban verdadero pavor. García Márquez recordaría, como
uno de los instantes más intensos de su infancia, las tardes en que la abuela lo
sentaba en una silla de la sala, bajo la amenaza de que si se movía y seguía
molestando, los antepasados muertos de la familia, que deambulaban por la casa,
vendrían a pedirle cuentas.

Además de la muerte, le da énfasis al amor o mejor dicho, a la tristeza de una


vida sin él, porque ninguno de los personajes logra alcanzarlo, le otorga énfasis
en la narración por cuanto sufrieron por no lograrlo, como el Coronel Aureliano
Buendía y Amaranta, éste primero nunca pudo sentirlo y ésta segunda era muy
fría por dentro y rechazó a varios hombres que la amaban, solamente dos
personajes logran vivir el amor pero por poco tiempo y los dos mueren poco
tiempo después, gracias a la profecía de Melquíades. Crea un elemento de
suspenso que puede mantener al público con la expectativa de resolver la
pregunta ¿Por qué el libro se llama Cien años de soledad?, interrogante que solo
tiene respuesta al leer hasta el final la novela. Esta es una obra magnifica, porque
en ella queda plasmada la historia de los pueblos latinoamericanos como son
formados, robados por otros y como por el ego del hombre es destruido.

BIOGRAFÍA DE MIGUEL OTERO SILVA.

Nació el 26 de octubre de 1908 en Barcelona, Venezuela Hijo de Henrique Otero


Vizcarrondo, fue el primogénito de cuatro hermanos.

Miguel Otero Silva ha sido el relator de distintas páginas de la historia


venezolana del siglo XX, por medio del periodismo y la literatura.

Graduado de bachiller por el liceo Caracas, dirigido por Rómulo Gallegos y


donde tuvo como compañeros a algunos integrantes de la Generación del 28.
En 1937 publica un poemario Agua y cauce, pero su fama literaria se debe a
una serie de novelas que van describiendo la historia social y política de
Venezuela, en forma de crónica que recorre ambientes y épocas diversas.
Debido a sus actividades políticas se vio forzado a marchar al exilio en varias
ocasiones desde 1930, residiendo en países de Europa y América. Casas
muertas, en 1954, lo lanza a la notoriedad, inscribiéndolo en el realismo social,
que aborda la descripción de ambientes aldeanos, pobres, desamparados y
sumidos en el abandono. En 1961 publica Oficina número 1, que continúa la
saga anunciada en la anterior. La dictadura de Marcos Pérez Jiménez aparece
en La muerte de Honorio (1963) y la guerrilla urbana de los años sesenta, en
Cuando quiero llorar no lloro (1970).

Sus últimos libros se ocupan de personajes históricos, como Lope de Aguirre


que desafió a Felipe II desde la selva amazónica, Lope de Aguirre, príncipe de
la libertad (1979); y La piedra que era Cristo (1984), una obra muy
documentada, sobre la vida de Jesucristo.

Este integrante de la Generación del 28, crítico de arte y fanático de béisbol que
quería ser primera base, surgió en Barcelona, estado Anzoátegui, el 26 de
octubre de 1908, en el seno de una familia humilde dirigida por Henrique Otero
Vizcarrondo y Mercedes Silva Pérez, el que le murió cuando MOS (Miguel Otero
Silva) era un infante.

No obstante, se casó luego de haber cumplido los 40 años, con María Teresa
Castillo, con el que le tuvo 2 hijos: Mariana y Miguel Herique.

Obtuvo admiración de escritores de la talla de Gabriel García Márquez, Pablo


Neruda y Miguel Ángel Asturias. Miguel Otero Silva falleció en Caracas el 28 de
agosto de 1985.
Argumento de casas muertas

Carmen Rosa, novia de Sebastián, regresa a su casa luego del entierro de su


amado, y se refugia en su jardín, el único sitio del pueblo donde todavía puede
admirarse la belleza de plantas bien cuidadas, confirmación definitiva de la
decadencia del pueblecito, pues "no quedaba a los habitantes de Ortiz sino la
resignada espera del acabamiento".

Antes de que Carmen Rosa naciera, Ortiz había sido un pueblo vivo. A través de
los recuerdos de los mayores, la niña intentaba reconstruir el pasado y revivir la
gloria del lugar, entonces-muy distinto a las actuales ruinas. El padre de la chica,
antaño hombre activo y trabajador, enferma de fiebres y nunca recobra la cordura
ni la fuerza.A partir de ese momento, la madre, antes consagrada por entero al
esposo, se dedica a sus hijas Carmen Rosa y Marta. La joven ni siquiera terminó
la primaria a pesar ser la más inteligente de las alumnas de la señorita Berenice,
única maestra para niñas que hay en el pueblo.

Carmen Rosa conoce a Sebastián un día de Santa Rosa. Él había ido al pueblo de
Ortiz a la pelea de gallos, en la cual el suyo ganó de tal forma que lo enemistó con
su adversario, el coronel Cubillos, jefe civil de Ortiz.

Era la época de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Varios estudiantes presos


son llevados a cumplir condenas de trabajos forzados, hecho realmente ocurrido
en Venezuela alrededor de 1930, y pasan por Ortiz a bordo de un autobús.
Solamente Sebastián y el señor Cartaya, masón y liberal, se atreven a brindarles
alguna ayuda. Desde ese momento, Sebastián comienza a inquietarse por la
situación política del país. Por su compadre Feliciano, el joven se entera de que en
El Sombrero se prepara un alzamiento para liberar a los estudiantes y él se
adhiere.Pero el complot es descubierto, Feliciano huye y Sebastián se va en
busca de las guerrillas de Arévalo Cedeño para unirse a ellas.

Entre tanto, el coronel Cubillos manda preso a Pericote, el trovador de Ortiz, para
poder acercarse libremente a Petra Socorro, quien vivía con el músico.
Cartaya se indigna y en seguida se presenta a protestar por tal detención, pero no
obtiene respuesta. Con la estación de lluvias regresan las fiebres palúdicas y
muchos de los lugareños de Ortiz, pierden la vida por esa causa.
Sebastián, que llega de Parapara a visitar a su novia Carmen Rosa, contrae la
enfermedad y muere. A sus amigos no les queda sino resignarse, pero Carmen
Rosa, que no conoce el conformismo, se va a fundar un pueblo al oriente, donde
acaban de hallar petróleo. Su madre se conforma con seguirla y sólo en el señor
Cartaya encuentra Carmen Rosa palabras de aliento para su arriesgada empresa.
La señorita Berenice, a quien las fiebres habían arrebatado los pocos alumnos que
tenía, queda encargada de cuidar la casa y el jardín de Carmen Rosa.
Con su partida, se cierra la obra. Ella se marcha, dejando atrás toda su vida, para
no ser una víctima más de la desidia y de las fiebres que imperan en ese pueblo
de casas muertas.

ANÁLISIS CRÍTICO

Casas muertas trata de un pueblo llanero situado en Venezuela llamado Ortiz,


donde sus habitantes poco a poco han abandonado e pueblo para vivir y trabajar
en ciudades más habitadas, como la capital del país. La historia está basada en el
año 1975, donde llego la revolución del petróleo a Venezuela, por lo tanto había
un avance económico en el país, y por ello había más oportunidades de empleo y
de por supuesto, tener una mejor vida. La vida del pueblo quedaba en la miseria,
pues esa revolución petrolera afecto a los pueblos del país

El escritor manifiesta su realidad, utilizando elementos políticos y sociales de la


Venezuela de ese tiempo, donde todo aquel que buscaba lo mejor para su país
pagaba con cárcel o con su muerte la aspiración de ser libres y la búsqueda de
nuevas oportunidades. Siendo sincera la obra me gustó muchísimo, a pesar de
que me costó entenderla, muestra emociones como soledad, tristeza, nostalgia y
decadencia. La novela concluye por donde inició, manifestando la muerte de un
personaje que no conocemos, llamado Sebastián Acosta, que se muestra fuerte y
valeroso en un inicio, hasta que enferma y todos sus planes, opiniones de
avances, y de salir adelante, se pierden junto a sus esperanzas de progresar en
un pueblo que ni un doctor tenía y cuyos emigrantes salen a Oriente en búsqueda
de ese famoso progreso. Es un retrato dramático de la situación de un pueblo de
Venezuela, que casi desaparece, como resultado de la desolación y la muerte
causada por el caudillismo, las guerras y las enfermedades civiles, destruyendo la
vida y la esperanza, tales como el propio nombre indica, sólo casas muertas.
Desde la primera escena podía sentir, como si un antiguo forajido estuviera
contándome la historia y estuviese en los llanos escuchándolo, su estilo de
narración es casi poético, nos mete en un movimiento de ensueño, que facilita
simpatizar con los personajes, que a su vez exponen el alma de un pueblo cuya
situación y declive nos hacen estrellarnos contra la realidad me lleva como si yo
fuera un personaje omnisciente en la historia, podía oír los acentos venezolanos y
los dichos. Miguel otero silva fue muy crudo y sincero explicando, como fueron las
crueldades de la dictadura de Gómez, me llene de tanta impotencia al ver lo que
sucedía en Ortiz, cada vez más frágil y sucumbir frente a nosotros, revelando una
pequeña parte de Venezuela herida en forma de memoria, de algo que ya pasó y
que no lograremos cambiar. Nuevamente, queda claro que la historia es un
período, que se repetirá perpetuamente y que se derrumba sobre aquellos que
existen solo para sucumbir junto a sus casas muertas.

Una frase que nos marcó mucho de la lectura “Los que mandan son cuatro, veinte,
cien, diez mil. Pero los otros, los que soportamos los planazos y bajamos la
cabeza, somos tres millones. Yo sí creo que se puede hacer algo. Yo no soy un
iluso, ni un poeta de pueblo, sino un llanero que se gana la vida con sus manos,
que ha criado becerros, que ha domado caballos. Y sé que se puede hacer algo “.
Gracias a esta lectura podemos reflexionar que es lo que debemos cambiar como
pueblo, estamos repitiendo la misma historia ¿Qué cambio? pues simplemente, la
tecnología, los establecimientos, mayor población, pero el pensamiento vago de
migrar de buscar un mejor futuro en otro país en vez de quedarnos aquí aún
persisten, ahora en otras latitudes, luchar por mejorar nuestra educación y manera
de vida siguen siendo motivo de controversia y reto en la Venezuela actual.

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