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Ensayo de un crimen

Se comenzó a rodar el 20 de enero de 1955 en los estudios Clasa y en localizaciones del Distrito Federal
(Chapultepec, Coyoacán y Las Veladoras, entre otros sitios. Tuvo un estreno el 3 de abril en el cine Palacio
Chino y se estrenó el 19 de mayo. Permaneció en cartelera 2 semanas. La película se inicia hojeando el libro
de Anita Brenner The wind that swept Mexico, sobre los días de la revolución mexicana de 1910. Una cajita
de música deja oír un minué que será el leit motiv de la película y se convierte en el hilo conductor de la
misma, dotándola de ese aire de divertimento rococó que estructura su ritmo interno.

- La película está inspirada en la novela de Rodolfo Usigli, Ensayo de un crimen (1944)


- Ensayo de un crimen es la primera novela urbana de la ciudad de México
- Luis Buñuel, Ensayo de un crimen. La vida criminal de Archibaldo de la Cruz (1955)

La colaboración con Usugli no funcionó porque ambos creadores tenían fuerte carácter y las ideas muy
claras sobre lo que querían.

Modificaciones en la historia:
1) Las causas de la obsesión con el asesinato. En el caso de la novela, Roberto presencia la muerte violenta
y arbitraria de un anciano. Mientras, en el del filme, es la institutriz la que muere. En ambos casos, suena a
fondo El Príncipe Rojo de Waldteufel. Usigli describe el efecto de la música de la siguiente manera: No pudo
pensar más. Repentinamente sintió su cabeza flotar otra vez en aquella atmósfera de fuego. El mismo
vértigo de la mañana se apoderó de él mientras el sonido de la música se multiplicaba en círculos ardientes
cada vez más en su cabeza (Usigli, 1968, p.10).
2) Los asesinatos. En el texto literario, otro personaje, Asturias, asesina a Patricia, mientras que en la
película se suicida. En la novela, Roberto mata al Conde y a Carlota.
3) El cierre. Ambos textos disponen de un final abierto: el protagonista novelístico acaba en un manicomio
pero, como señala el inspector Herrera, podrá salir en poco tiempo, relativamente, y la gente lo
compadecerá y le ayudará a rehacer su vida (Usigli, 1968, p. 275). Roberto ha asesinado a Carlota por error
–pensando que era Lavinia- y los demás lo consideran un crimen pasional, y, por tanto legítimo.
4) La suerte del protagonista. A diferencia de la novela, en el filme, el protagonista nunca ingresa en la
cárcel.
5) En cuanto al espacio, en el texto de Usigli la ciudad de México –“la región más transparente”- se
convierte un otro personaje. De forma galdosiana, el narrador va enumerando los lugares emblemáticos
donde transcurre la acción: la Colonia Roma, el monumento a la Revolución, Avenida Juárez, Paseo de la
Reforma y así sucesivamente. El filme no especifica los escenarios, pero serían reconocibles para cualquier
espectador mexicano. De todas formas, aunque tanto en la novela como en la película la ciudad juega un
papel importante, el espacio por excelencia en ambos es el mundo de la imaginación (Cummings, 2006, p.
110).
6) Respecto a la temporalidad, al nivel de la historia, ambos textos siguen el mismo orden –que abarca el
periodo que va de la infancia del protagonista a su vida adulta- aunque, a pesar de la referencia a días y
fechas en la novela, el tiempo se difumina.

Otras Semejanzas y diferencias


Estructura: - Novela: se divide en tres partes que, al nivel de la historia, corresponden a la muerte de
Patricia, la del Conde y la de Carlota (estas dos últimas a manos de Roberto de la Cruz). A su vez, estas tres
partes se dividen en capítulos y subcapítulos haciendo eco de la segmentación, fragmentación y montaje
cinematográficos.
- Película: se compone de tres macrosecuencias: la introducción o presentación de los personajes; el
desarrollo de la intriga, es decir, de la eterna lucha buñueliana entre el deseo –el crimen- y los obstáculos
psicológicos, históricos, religiosos e ideológicos que impiden la realización de aquél; y el desenlace que
desemboca en el aparente final feliz.
Personajes femeninos: - Los títulos de los capítulos de la novela –”El asesino” “La cuerda”, “El solitario”…–
ponen el énfasis en el mundo interior del protagonista. El Conde Schwartzenmberg es una figura
importante de la novela.
- En cambio, la película, según Cummings, se centra más en la historia de amor: el triángulo amoroso
Carlota – Archibaldo - “la Intéprete” (Lavinia). Estas dos mujeres, junto con Patricia, aparecen en la novela,
de modo que pueden considerarse personajes transficcionales, es decir, personajes ficticios que han
atravesado las fronteras de obras y de medios diferentes (Pérez-Bowie, 2008, p. 190). Por otra parte, el
Conde Schwartzenmberg, no aparece en el filme. Por último, Buñuel añade dos víctimas más: la institutriz y
la monja.
Protagonista: binomio Roberto/Archibaldo: - “El antihéroe novelístico de Usigli es un asesino sin
escrúpulos, mientras que el tan cinematográfico Archibaldo de la Cruz de Buñuel sólo fantasea con serlo”
(Cummings, 2006, p. 95). Es decir, Roberto comete realmente los asesinatos, mientras que en la película el
crimen es ensayado en la mente del protagonista (Cummings, 2006, p. p.96). - En el caso de Ensayo de un
crimen, a Buñuel le interesa ante todo la dimensión perversa y tragicómica que envuelve a Archibaldo.

Temas de discusión
1.- Juegos con el tiempo. Qué importancia tiene el flashback inicial. ¿Qué otros juegos de presente y pasado
vemos en la película? 1910 1950 1950 infancia monja†
2.- ¿Cómo funciona en la película la relación entre realidad e imaginación?
3.- Importancia de los rituales, de las formas sociales. ¿Cómo aparece la religión, la política?
4.- Objetos (y partes del cuerpo) que le interesan más: cajas y maniquí.
5.- ¿Cómo son las relaciones entre los personajes? Importancia de la edad, la clase social, etc. >>
semejanzas/diferencias entre Carlota-Lavinia.
6.- Aspectos más destacables de la cinematografía. Tipos de planos, donde coloca la cámara, etc.
7.- ¿Cómo es el sonido? ¿Y la fotografía?
8.- ¿Qué elementos psicoanalíticos reconocemos en la película? 9.- ¿Qué relaciones podemos establecer
entre “Ensayo de un crimen” y “Viridiana”? 10.- Importancia de los rituales, de las formas sociales.
(maniquí, juego, boda,).

Obsesiones de Buñuel: Otras obsesiones que los autores unánimemente consideran que están presentes
en la obra de Luis Buñuel son el sexo y la muerte y la relación entre ambos. Como ilustración de estas
obsesiones, la muerte de la institutriz, en Ensayo de un crimen, contiene estos elementos y sus relaciones
muy marcadas. La lista se extiende al cuestionamiento de la religión, de los poderes constituidos y de la
esencia humana. Estas obsesiones se derivan en voyeurismo, necrofilia, fetichismo, sadismo, ironía,
desacato y subversión, haciendo que sus personajes sean mirones (por la ventana, por la mirilla de la
cerradura); hombres mayores con relaciones con jóvenes mujeres; o que sientan especial ‘adoración’ por
los pies y los zapatos; etc. Obsesiones, que pueden estar materializadas en elementos simbólicos
recurrentes en sus películas (cajas, animales, cruces, etc.) o verbalizada de manera explícita por los
personajes. Buñuel estaba de acuerdo con la presencia de algo muy personal en su obra: “Obsesiones sería
la palabra correcta”. Pero negaba los simbolismos: “Interpretaciones simbólicas, creo que no hay ninguna”
(de la Colina y Pérez Turrent, 1999).
ESCENAS: - La joven y bella mujer asesinada: es la institutriz del niño (interpretada por Leonor Llausás). La
mujer yace en el piso, la sangre mana de la herida mortal en el cuello y sus piernas han quedado al
descubierto.
- El niño quedará marcado para siempre por esa imagen en que la muerte y el erotismo se confunden.

Ensayo de un crimen: - Dos relatos asumidos por el personaje en primera persona que se dirige a
interlocutores (una monja y un juez)
- Archibaldo de la Cruz es un narrador fílmico delegado. Desde la teoría de Genette, Archivaldo es un
Narrador autodiegético: El personaje principal cuenta su propia historia y sus sentimientos y pensamientos.
- Primera intervención: al comienzo del filme cuando cuenta (voz en off) a una monja un recuerdo obsesivo
de su infancia y que explica la relación que el personaje establece entre el deseo erótico y la muerte.
- Segunda intervención: ocupa la mayor parte del filme y es la confesión de Archibaldo ante un juez de unos
crímenes de los que cree ser el autor por el mero hecho de haberlos deseado.
- La disfunción entre la voz en off (imputada al personaje) y la visualización en imágenes de lo narrado,
atribuible al mega–narrador, provoca el efecto irónico en la película.

El episodio del protagonista con Lavinia y su doble, un maniquí hecho a la medida, podría tomarse como el
epicentro de toda la obra de buñueliana. El objeto inalcanzado de la pasión.

Matar en la imaginación
Raymond Durgnat: “En lo más profundo de su perversidad -- en Archibaldo de la Cruz (Ernesto Alonso) está
comenzando a brotar una verdadera pasión. Puede salir a flote porque Lavinia (Miroslava) es una persona
que, ante los hechos de que ha sido testigo, ni corre para presentar una denuncia ni adopta una actitud de
horror moral. Con ella está a salvo. Sin embargo, emerge en el una vena masoquista que le lleva a
presentarse ante el jefe de policía para confesarle sus ‘crímenes’. El funcionario se ríe y le dice que, sí él se
pusiera a meter en prisión a todo el que desea matar a alguien, no quedaría nadie fuera de las cárceles”.
Raymond Durgnat: “Archibaldo nunca es un maníaco sexual en el sentido usual de la palabra. Sus crímenes
no son el resultado de una convulsión profunda, emotiva o típica del asesino serial de mujeres. Por el
contrario sus intentos son muy conscientes, más artísticos con el deseo de revivir una sensación placentera.
Sus aproximaciones criminales son las del orden de André Gide: un acto gratuito consecuencia de sus
teorías sobre sí mismo. Con ese peso en su mente, el cambio de experiencia al final no es del todo
irrazonable. La caja de música, al revivir sus nostalgias eróticas, turba su frialdad. Sin embargo, no es
suficiente: interpreta dichas nostalgias como un deseo de matar. Lavinia, importunandole y frustrandole, se
convierte en su institutriz. A través de ella descubre que el erotismo radica en la sexualidad y no en el
asesinato. No tiene que renunciar a matar en el sentido de culpabilidad: él ha matado muy
satisfactoriamente en efigie y el jefe de policía le ha asegurado que todo el mundo sueña con matar”.

- La voz del personaje, en off y los diálogos que pronuncia, van en una dirección.
- La narración y el encadenamiento de los planos va en otra dirección distinta.
- En el aspecto verbal el film está constituido principalmente por un discurso ultraconservador, pero no es
este el sentido general del filme.
- Este discurso verbal es el objeto mismo de la ironía. El tono grave que pone el narrador verbal en sus
palabras es banalizado por la cámara que filma de manera neutra, sin efectismos: ni la imagen, ni la música,
ni los efectos sonoros le ayudan.
- El film rompe continuamente con las expectativas que el género sugiere. Los personajes parecen ridículos,
no por lo que dicen, sino porque lo dicho está en completa disonancia con lo representado, poniendo al
desnudo unas normas sociales que aparecen en completo desajuste con la realidad que pretenden regir.
ROMÁN GUBERN: “Hace bastantes años, cuando Max Aub estaba preparando su biografía de Buñuel – que
nunca llegó a publicarse íntegra, y se convirtió finalmente en un libro de entrevistas–, me dijo: «Luis ha
hecho siempre la misma película, pero cada vez la ha contado de un modo distinto». Es una idea bastante
exacta porque el tema central de Buñuel –que Octavio Paz señala como uno de los motivos principales del
surrealismo– es el abismo que separa el deseo de la ingrata realidad, entre lo que quiero y lo que es (Luis
Cernuda lo plasmaría en el título de La realidad y el deseo). Y, efectivamente, la frustración del deseo es
una de las claves centrales de la obra de Buñuel.”

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