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Mauricio Ponce de León Estrada

Teoría de la Ley Penal y del Delito

Actividad 3

Resumen
Principio de la subsidiaridad
adquiere realidad o funcionamiento este principio cuando la ley o disposición tiene
carácter subsidiario respecto de otra, en cuyo caso ésta excluye la aplicación de
aquélla. cuando ambas describen grados o estadios diversos de la violación de este
bien jurídico, de modo que el descrito por la disposición subsidiaria, por ser menos
grave que el descrito por la principal, queda absorbido por ésta".

Principio de la alternatividad  

Se habla de la alternatividad cuando las normas concurrentes protegen el mismo


interés jurídico, aun cuando sus elementos constitutivos no sean idénticos. 
[...] en realidad no se trata de una excepción al principio de estarse a lo más
beneficioso al acusado, sino de una manifestación legal del verdadero sentido que
deben tener las normas punitivas. 

Principio de especialidad

Éste principio reza: la ley especial deroga o elimina a la general.[...] aplicación del
principio de especialidad de la ley, se deben de tomar en cuenta dos requisitos:
primero, que la conducta realizada por el acusado encuadre en el tipo legal descrito en
la ley especial, y en segundo que tanto esta como la ley general, en sus respectivas
disposiciones, contengan los mismos elementos.[...] Especialidad aflora cuando la
descripción narrativa del ilícito está contenida integralmente en otro tipo penal De tal
suerte, que el tipo especial contempla todas las características del genérico.  [...]en
nuestra ley penal tiene aplicación el principio en tipo especial como el parricidio, hoy
denominado homicidio debido al parentesco.

Principio de consunción o absorción. 

En sentido amplio la conjunción es la acción de consumir, devorar, asimilar.


Engullir un tipo penal a otro inferior. De allí que sea común el criterio de que el principio
de consunción funciona cuando el hecho previsto por una ley está comprendido en el
tipo de escrito por otra que es de mayor alcance. Por ejemplo, cuando se origina una
lesión o muerte del abandonado, el ilícito de abandono de personas quedará absorbido
por el de lesiones o homicidio. Debe prevalecer el tipo penal más grave.

Principio de Subsidiariedad, alternatividad, mayor entidad punitiva y otros. 


Pretende aplicar una ley relegando otra incompatible que aparentemente concurre. Una
ley es subsidiaria cuando se aplica a modo de reserva, precisando que un determinado
tipo penal solo entra en efectividad a modo de reserva y para el caso especial de que
otro tipo más grave no pueda operar. El principio de subsidiariedad puede operar de
manera inversa a la especialidad. La ley subsidiaria puede ser expresa o tácita. El
principio de alternatividad supone una situación de conflicto entre dos tipos penales que
prevé en el mismo supuesto de hecho, de tal suerte, que el juzgador, frente al mismo
tratamiento punitivo, esta imposibilidad de aplicar cualquiera de ellas, empero, deberá
inclinarse, según opinión doctrinal predominante, por aquella que tenga mayor entidad
punitiva.

Definición del de concurso ideal y concurso de delito real.


El concurso real se aplica en el caso de que, durante cometido de un delito se realicen
diversos actos de carácter ilegal, deben tratarse de diferentes tipos penales.
El juez debe determinar que se acumulen las penas, siempre que sea posible por la
naturaleza de estos.
Cada uno de estos delitos tiene un tipo penal con su propia pena. En el juicio se
unifican formando una única pena que comprende todos los tipos penales.
El concurso ideal se da cuando un hecho sólo comprende 2 o más delitos. En este
caso, únicamente se sancionará con el delito más grave en su mitad superior, sin que
pueda exceder de la suma de las penas por separado. Si se supera este límite se
aplicará cada infracción penal por separado.

Fuentes:
 Urosa Ramírez, Gerardo Armando, Teoría de la ley penal y del delito
(legislación, doctrina, jurisprudencia y casos penales), pp. 46-57.
 https://dudaslegislativas.com/concurso-de-delitos-concurso-real-e-ideal/
 Pavón Vasconcelos, Francisco, Derecho penal mexicano, pp. 181-190.

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