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El radicalismo

argentino
1890-1930

David Rock

Amorrortu editores

C?4f _ 3 - 5 - 7 - I O
// y 12
En 1916 -se celebraron por primera vez elecciones presiden- 3. El ascenso del radicalismo,
ciales regidas por la nueva ley. El resultado final fue la vic-
toria de los radicales. Los viejos partidos conservadores que-
1891-1916
daron con menos cargos nacionales y provinciales de los que
ocupaban antes, viéndose obligados a ejercer a través, del
Parlamento, y en particular del Senado --donde el penod?
de duración en el cargo era de nueve años, lo cual les permi-
tió conservar la mayoría que habían obtenido antes de
1912-, la autoridad directa que retuvieron. La Unión Cívica Radical desempeñó un papel decisivo en
Pero si bien la élite se había visto forzada a ceder en su do- la presión ejercida sobre la élite conservadora para que pro-
minio directo del Estado, la Ley Sáenz Peña no había. hecho mulgase las medidas de reforma. Cuatro años más tarde,
nada por afectar la distribución del pod~r económico. Y mando obtuvo la presidencia, una nueva era se inició en la
esto era fundamentalmente el «conserv~dor1smo»: represen- política argentina. El radicalismo fue la primera fuerza po-
taba al estanciero, al poder financiero y comercial de Bue- lítica nacional importante en la Argentina, y uno de los pri-
nos Aires al vínculo con los mercados europeos y con el · meros movimientos populistas latinoamericanos.65 Su im-
surriinistrd de bienes de capital británicos; significaba una portancia derivaba esencialmente de su rol de agente de
actitud explotadora y represiva frente a la clase obrera. Aho- integración política, guiado por los amplios objetivos esta-
ra el hecho de que las ·reformas brindaran o no una solución blecidos por los reformadores de 1912. No obstante, tenien-
permanente dependía del grad.o en que la élite se mostrara do en cuenta su posterior vinculación con la clase media ur-
dispuesta a hacer otras conces10nes. Tanto p~a la clase me- bana, interesa recordar que el partido tuvo sus orígenes, en
dia como para la clase obrera, un mero cambio de la estruc- Ja década de 189,0, en una minoría escindida de la élite; sólo
tura institucional no era suficiente: querían que estos cam- después de iniciado el nuevo siglo desarrolló sus rasgos po-
bios sirvieran de base a un sistema de distribución de la pulistas, al convertirse en un movimiento de coalición entre
riqueza más equitativo. "ese sector de la élite e importantes sectores de las clases me-
;dias. En los 25 años trascurridos entre 1891 y 1916 pueden
·.· ,~eñalarse cuatro etapas fundamentf!Íes en la evolución dei
,partido;_ 1891-96, 1896-05, 1905-12 y 1912-16. Su trayec-
'toria a lo largo de estos períodos puede contemplarse desde
,distintas perspectivas: la composición del partido y el grado
· pe apoyo popular que obtuvo, y, secundariamente, sus ca-
}acterísticas organizativas y conexiones regionales.

;Los orígenes del radicalismo


;Hasta 1896 el partido fue conducido por Leandro N. Alem;
. i~ste·período coincidió con una sucesión de tentativas de re-
)bdión para derrocar al gobierno. Los orígenes del partido se
)enct:Ientran en la depresión económica y la oposición política
Í~iJuárez Celman del año 1890. En 1889 había surgido un
{gtupo organizado de oposición a este último en Buenos Aires,
iton el nombre de Unión Cívica de la Juventud; al año si-

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guiente, al ampliar su base de apoyo, este grupo pasó a Estos no perten~~ían a la clase media urbana sino que eran
denominarse simplemente Unión Cívica ( UC). En julio de ~n su mayor.fa hi1os de familias patricias, cuya carrera políti-
1890 la UC preparó una revuelta contra el presidente en la e~ Y de .gobie,rno había sido puesta en peligro por el súbito
ciudad capital, que si bien no consiguió apoderarse del go- lto hacia. ~ordoba de Juárez Celman en la concesión de
bierno, obligó a aquel a dimitir. En 1891, con motivo de favores oflClales.
las relaciones que debían mantenerse con el nuevo gobierno Un segundo grupo integrante de la coalición estaba formado
de Carlos Pellegrini, la UC se dividió y así surgió la Unión por varias facciones dirigidas por diferentes caudillos y que
Cívica Radical (UCR) de Alem,. 9uien en los cinco años si- ontrolaban la v~da. política en la ~apita! Federal y en gran
guientes, hasta su muerte, trato mfructuosamente de alean- .arte de la provJ.ncia de Buenos Aires. Algunas de estas fac-
zar el poder por la vía revolucionaria. El fracaso tanto de la tones tamb~é-? se habían enfrentado a Roca, pero, nuevamen-
UC como de los radicales estuvo determinado por el hecho e, su pres~ig10 derivaba de su oposición a Juárez Celman.
de que al renunciar Juárez Celman, la facción del PAN ';lu; :. mo los ~ltuló. u.n. comenta~ista contemporáneo, eran «polí-
respondía a Roca, y que contaba con el apoyo de Pellegnm, tcos en dispomb1hdad» umdos por el rasgo común de no
amplió su base política y se ganó la simpatía de la mayoría ener cargos oficiales.67 ·Cabe distinguir entre ellos dos sub-
de la élite. Los partidos opositores no estaban en condicio· tupas; uno, conducido por el general Bartolomé Mitre re-
nes de contn1rrestar esto apelando al apoyo popull:lr. re~entaba a los principales exportadores y comerciante~ de
Se ha dicho con frecuencia que la revuelta de la UC en ela ciudad de Buenos Aires; el otro era liderado por Leandro
noventa fue la primera revolución popular de la historia ar · Alem,. Y contaba con el apoyo de cierto número de ha-
gentina, pero pintar las cosas de este modo puede ser enga endados, aunque el propio Alem era un caudillo urbano cu-
ñoso. Aunque los rebeldes estaban organizados en una mi a reputación políti~a provenía de su habilidad para organi-
licia civil, su fuerza real derivaba del apoyo que tenían po ¡¡r ,ªlos votantes criollos en las elecciones. 68 En tercer lugar,
parte del ejército; el fracaso de la rebelión de julio de 189 .ab1a algunos grup.os ·clericales enfrentados con Juárez Cel-
se debió a que a último momento el general Manuel Campos . a~ a causa de ciertas disposiciones anticlericales que se
comandante de los rebeldes, se echó atrás. Asimismo, el ori abian adoptado recientemente, la principal de las cuales era
gen de la UC, de la que saldría el radicalismo un año des Ley ,2393 de Matrimonio Civil. Finalmente, la UC conta-
pués, no debe buscarse tanto en la movilización de sectote a con. algunos adherentes entre los «sectores populares» de
populares cuanto en los aludidos sectores de la élite, cuy . Capital, sobre todo pequeños comerciantes y dueños de
papel puede rastrearse en el resentimiento que alentaba )lere~ artesanales. ~ero la presencia de este último grupo no
contra Juárez Celman distintas facciones de la provincia d. pedrn gue el movimiento estuviese firmemente controlado
Buenos Aires debido a su exclusión de los car~os públicos,- orlos elemento~ patricios, a quienes los católicos y los gru-
del acceso al patronazgo estatal. Este denommador comu os de das~ media les estaban subordinados: «Nuestro parti-
de estar excluidos de los beneficios del poder y de canta·~ h_a surg1?0 por un movimiento espontáneo de la opinión
con antecedentes patricios es evidente en muchos de los maniubhca,, temendo por vanguardia a la juventud y por cabeza
fiestas de la UC: «La Unión Cívica es la condensación [ ... las mas altas y honorables personalidades del país».69
de todas las fuerzas vivas del país que no están absorbida sto se reflejó. también en la posición de la UC en materia
por el oficialismo».66 , onómica. Aunque intentó capitalizar políticamente los efec-
La UC era, pues, expresión de la imposibilidad de Juáre s de la depresión y la crisis financiera de los sectores urba-
Celman de instituir una relación estable entre los sectore s, lo que más la inquietaba era la forma en que la depresión
politizados de la élite. Algunos de estos grupos se había bía puesto de manifiesto las prácticas monopólicas de Juá-
~puesto también a Roca en su primer gobierno, pero ~b z Celman en la distribución de los créditos agropecuarios.10
vieron la mayor parte del sostén con que contaban gracias n :sta ·postura no había traza alguna de nacionalismo eco-
su enfrentamiento con Juárez Celman. El núcleo princip 'mico; su única propuesta concreta de recuperación finan-
de la coalición estaba integrado por jóvenes universítario :r~ 7ra la ~egociación de una deuda salvadora, con la casa
los creadores de la Unión Cívica de la Juventud de 188 1tamca Barmg Brothers. Analizando la distribución. de car-

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'g~~~.en :el ~dbie~~o prc:>Visl.onal que, según se planeaba, asu~ ·.· te,, ~ellegrini, se agenció la b:iena voluntad de los grupos
.niiría el poderJuego.delirebelión de julio, uno de los líderes m~s mfluyentes de la UC mediante el simple expediente de
dé'Ia UC,.Arist6büfo del Valle, declaró: asignar de otra manera los cargos públicos. Mitre, por ejem-
. plo, qu.e~ó muy ,satisfe:?o c?~ una solución de esta especie.
«Mi 'opinión era. que debíamos confiar el gobierno proviso- · )?ellegnru adopto tambien rap1das medidas en el' frente eco-
rio al Dr. Vicente F. López, porque [ ... ] confiaba en que - 1~ómico, que eliminaron en forma efectiva el descontento
su competencia y sus buenas amistades con los señores Bar- popular. Estos éxitos eran un reflejo de la permanencia del
ing Brothe:rs nos ayudarían a salvar al país de la bancarrota, . estilo elitista y negociador de la política tradicional.
mientras el gobierno se reorganizaba constítucfonalmente; se- En 1891 el proceso de reorganización interna de la élite es-
gundo, porque pensaba que era conveniente ofrecer a los ele- Jaba virtualmente concluido. Todas las facciones con real
mentos conservadores de la República la garantía de la edad, . · pr~c;Ucamento habían sido atraídas por el gobierno, que solo
respetabilidad nacional y aun de la tradición histórica ... ».
71 ¡deio, fuera a ~os grupos carentes de poder. Fue en este mo-
. n:ento que ':710 la luz la UCR: Alero y sus .partidarios se
Sin embargo, lo novedoso de la UC radicaba en su tentativa ,vieron excluidos del plan de Pellegrini y por consiguiente
de movilizar en su favor a la población urbana. Acusó al go; Jorzados a continuar su búsqueda de sustento popular y de
bierno de emitir papel moneda en forma clandestina y co- µna base de masas. Ale111 denunció los acuerdos entre Pelle-
menzó a bregar por la adopción del gobierno representativo grini y Mitre, se retiró de la UC y se proclamó defensor de
contra la «dictadura» de Juárez Celman. La campaña no Ja democracia «radical>~.
tuvo un éxito muy descollante; el apoyo popular con que . El i;iueyo partido se. ~allaba integrado básicamente por grupos
contaba la UC era -en extremo incierto y no logró establecer ;escmdídos del patr1Clado y que por una u otra razón estaban
una base institucional. Aunque cuando la depresión estuvo .· ·'-~_esc~lifi~ados, a .c~usa de sus vínculos anteriores, para unirse
en su ap0geo mucho público asistía a sus asambleas, y en el ª. ~itre, J?ellegrm1 o ~oca. En términos regionales o de po-
momento en que Juárez Celman dimitió hubo un estallido .,s1c1on social, poco hab1a en ellos que los diferenciase de sus
de júbilo, en el alzamie,nto de julio de 1890 la combatividad rivales. A lo sumo, daban la impresión de ser <<nuevos ricos»
popular fue escasa. La decepción con respecto al gobierno · ;Y de tener sus posesiones a mayor distancia del puerto de
parecía una· expresión efímera de la crisis' económica más . iBuenos Aires. 73 En 1895, refiriéndose a la rama del partido
que una demanda autónoma en pro de los cambios institucio- · que actuaba en la provincia de Buenos Aires, alguien dijo
nales que la UC prometía. Como dijo Francisco Barroetave- ,que estaba compuesta de « ... jóvenes animosos y hombres
ña, uno de los jóvenes dirigentes del movimiento, el pueblo .de fortuna de nuestra aristocracia histórica». 74
le dio su apoyo «_menos para defender sus derechos que pa- _ En. los cinco años siguientes Alero se afanó en vano por con-
ra conservar sus propiedades».72 El ímpetu con que los gru- :qmstar apoyo popular y obtener los medíos de organizar una
pos patridos procuraron crear una coalición popular se es- · rebelión que pudiera triunfar; pero el descontento del pueblo
trelló contra la tibia respuesta de los habitantes de la urbe. continuó diluyéndose, y sus intentos de ganarse a los grupos
Al~m · trató de conquistar apoyo para la coalición fuera de •. ,c:le hacendados fuera de Buenos Aires terminaron en un vir-
Buenos Aires, pero todo lo que pudieron organizar allí los ' ').u~l fracaso. La oligarquía se las ingenió para permanecer
revolucionarios de julio fueron pequeñas manifestaciones ca- rumda. En 1891 y 1893 los radicales organizaron revueltas en
llejeras, quedando limitados exclusivamente a la Capital y . )as provincias, ~er? todas ellas sucumbieron prontamente;
sus inmediaciones. Su plan era apoderarse del gobierno cen~. ;:~olo en la provmcia de Santa Fe obtuvieron, en 1893 un
tral primero y luego de las provincias. · · · . /,:?~º"º notorio de los grupos de clase media. En esta oportu-
Siendo tan· débil el desafío planteado por la UC, la revuelta .ntdad, a un levantamiento de los adictos a Alero en la dudad
de julio fracasó, y en vez de producirse grandes cambios que~ _ge Santa Fe le siguió una marcha hacia dicha ciudad de los
dó abierto el -camino ¡Jara qué la solución viniera por vía de :ifOlonos de las zonas de Humboldt y Esperanza. Más ade-
un simple 'ajuste de la distribución del poder dentro de la: í;J.~pte esa misma zona sería la espina dorsal del poder radical
. eh la provincia, y durante mucho tiempo fue la única región
élite. Luego de lá caída de Juárez Celman, el nuevo presidenc

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Finalmente, el partido perdió p~~erÍb a causa de las disputas
del país en· que los radicales lograron verdaderamente pe- . intestinas entre Alem y otros dingentes. Esto ya se puso en
netrar más allá de los hacendados de clase alta. 75 ·
. evidencia en 1893, cuando el alzamiento nacional planead?
De manera que pese a todos los esfuerzos de Alero, los re~ . por Alem no pudo ma.terializa~se debido a la fal~a ~e ~oord1-
manentes de adhesión popular que los radicales habían he- . nación en~re algunos ¡efes radicales. de las provmc1~s' en l_a
redado de la UC se diluyeron, y hacia 1896 no eran· nias · de Bueno~\ Aires, Alem debió hacer frente a su prop10 sobn-
que un grupo minúsculo en el extremo del espectro polític~; . no, Hip6~to Yrigoyen, cuyas intrigas para imponer su v~­
Resumamos sus falencias a lo largo de este período: ·í · '· luntad fueron en parte las responsables de que Alero se sm-
cidara en, 1896.
Primero, resulta claro que a la sazón los grupos de clase me~
día solo eran motivados políticamente durante épocas de
crisis económica extrema como la de 1890. La recuperación
de años posteriores disipó la inquietud popular0 y permitio,
que la oligarquía se restaurase sobre la base de acuerdos ~ri­
tre las facciones «personalistas». El apoyo urbano obterudo Durante casi todo el período que se extendió entre la muerte
por Alem provino fundamentalmente de los antiguos gru- de Alem y 1905, ef radicalismo perdió posici~mes. 77 Hasta
pos criollos más que de la nueva clase media formada por 1900, los sucesos más destacados fueron, en primer lugar, el
los inmigrantes y sus descendientes. . surgimiento de Yrigoyen como sucesor de Aleo: y, en s~gun­
Segundo, la imagen nacional y revolucionaria que los radica- do lugar, el hecho de que el eje central del partido volv:er~ ~
les trataron de presentar se vio afectada por su participa~ situarse en la provincia de Buenos Aires. Esto tuvo s1grnf1-
ción en disputas menudas en torno a subsidios, concepciones cación porque cuando el partido .comenzó fi~almente a _ex-
y prebendas entre las distintas facciones terratenientes pró~ pándirse, el grupo de Buenos Ai~es, conducido por Yngo-
vinciales. Esto originó una división entre los grupos que de- yen, lo mantuvo bajo su control, mco;:po~~ndo i:oco a poco
seaban honestamente superar la tradición del «personalismo» a ·1as filiales provinciales en una orgamzacion nac10nal..
y del favoritismo oficial, y aquellos que habían hecho de este En 1901, al abandonar Pellegrini la cartera del In tenor, la
sistema una cuestión de vida o muerte. En tal sentido, fa. oligarquía sufrió una nuev~ escisió1~i;_ a ~~rtir de ese momei:-
ruptura más significativa tuvo lugar con la fundación del to hubo indicios de la creciente pohtizacion de la clase media
Partido Socialista por Juan B. Justo en 1894. 76 Los radica~. urbana, y en tal coyuntura el radicalismo emergió otra vez
les querían eludir el estigma de «personalismo», pero nunca á la superficie.
lo lograron plenamente. A despecho de su pronunciamient9 Junto con la inquietud despertada en 1901 por el proyecto
en favor de la democracia representativa, el radicalismo si- de Pellegrini de ofrecer las recaudaciones aduan~ras como
guió siendo en muchos aspectos un partido tradicional que ;garantía subsidiaria a l?s bancos ~urop.eos, aparecieron nue-
procuraba apoderarse del Estado para recompensar a sus vos signos de turbulencia en las un~ver?1dades, dond~ se efec-
adictos. tuaron una serie de huelgas estudiantiles. En· la decada ?~I
Tercero, la pérdida de apoyo entre los grupos terratenientes noventa los estudiantes rebeldes pertenecían a la clase dm-
no terminó con la división de la UC en 1891; algunos sec- gen te, criolla; diez. a_ños m~s t~rde; buena parte de ellos pro-
tores del propio partido radical fueron también ganados par~. venían de las familias de mmigrantes urbanos. La luch_a no
su causa oor los sucesivos gobiernos nacionales mediante li- "iraba en este caso en torno a las relaciones entre el gobierno
mosnas estratégicamente planeadas dentro de su sistema de ; la élite terrateniente bonaerense, sino en torno al acceso a
patronazgo. La lección que impartiera la caída de Juárez Cel-
las profesiones urbanas. . .
man había sido muy bien aprendida; la oligarquía gobernan- Las huelgas se· declararon después de qu.e l.o; conse¡os .duec-
te incrementó su estabílídad eliminando a sus oponentes ra- tivos universitarios, que estaban constitu10os por cnoll?s,
dicales por medio del ofrecimiento de puestos públicos. La resolvieron restringir el ingreso de lo? descend1en:es de m-
misma técnica de cooptación fue empleada con los grup0 migrantes. 78 El resultado fue una sene de campanas por la
universitarios.

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democratización de la estructura universitaria y de los pla- Desarrollo de la organización
nes.-de estuQio. En los .. años· siguientes los estudiantes (en
especiaLlos:de: Buenos Aires) pasaron a constituir un impor- y la ideología partidarias
tante .grupo de presión urbano en favor de la adopción del
sistema de gobierno representativo, con el fin de provocar Entre el golpe abortado de 1905 y la Ley Sáenz Peña de
cambios en las. universidades. 1~12 los radicales avanzaron a grandes pasos en el recluta-
Con estas señales más propicias, Yrigoyen comenzó, alrede- n:ie~to del favor popular. Esta .vez sus organizaciones pro-
. dor de 1903, a planear otra revuelta. Revitalizó sus contac- vmciales y locales no desaparecieron, como había sucedido
tos con las provincias y retomó la fundación de clubes par- en las revuelt~s anteri~res, si?o. que comenzaron a expandir-
tidarios en la ciudad y la provincia de Buenos Aires y en se. En e.stos ano~ quedo constltUJdo un conjunto de dirigentes
Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Rfos. Sin embargo, el locales mtermedios, en su mayoría hijos de inmigrantes· el
disconformismo se limitaba todavía a ciertos grupos restrin- gruesa: ddos lí~eres de clase media del part:do, que tend;ían
gidos; amén de los estudiantes, el único ámbito importante tant~ importancia después de 1916, se afiliaron entre 1906
de inquietudes antes de 1905 se hallaba entre los jóvenes Y 1912. La mayor parte de ellos eran profesionales urbanos
oficiales del ejército, quienes también estaban empeñados en c~n título universitario. Asimismo, los actos oúblicos y ma-
una lucha contra la élite criolla para acceder a posiciones de mfesta~iones d.el partido empezaron a contar ~on buena con-
mayor rango. Yrigoyen se dio a la tarea de organizar un golpe currencia. Hacia 1908 las organizaciones locales dejaron de
militar. Logró considerable apoyo estudiantil, y, significati- llamar~e «clubes» y pasaron a ser conocidas como «comités».
vamente, planeó poner en la vanguardia del movimiento a ~r~amzadas antes a la manera de células clandestinas, se con-
un grupo de oficiales jóvenes. virtieron luego en organismos de conducción en la tarea de
Sin embargo, el intento de coup d'état, que se concretó en la movilización popular.
febrero de 1905, representó un fiasco todavía mayor que El crecimiento del ra~icalismo de comienzos del siglo xx
los precedentes, poniendo de manifiesto que si bien los radi- _e?tuvo est~echam~nte ligado al p~oceso de estratificación so-~
cales habían conseguido cierto apoyo militar, los altos man- cial que conce:-itro los grupos .dmgentes de alta jerarquía en !
dos del ejército seguían adhiriendo al gobierno conservador. l~s clases medias urbanas dedicadas a las actividades tercia- ¡ ·
Tampoco consiguió la asonada encender una. chispa de reac- n.ª~·ªº Ad~más de los universitarios, se contaban entre los
ción en la población capitalina. Desde el punto de vista tác- dm?entes ~nter:n~dios algunos hombres de negocios que no
tico estuvo mal concebida, y el gobierno no encontró ·nin- habrnn temdo exlto en su actividad. Esto nos habla de la
guna dificultad para aniquilarla y capturar a la mayor parte creci;nte tendenci~ de la clase media urbana a procurarse a
de sus jefes.79 traves de la ,Pºl!t;c~ la riqu~za y posición social que cada
Pero si bien el golpe falló, tuvo vitales efectos a largo plazo. v~z le era mas ~ificil conseguJr por otros medios. 81 Por aña-
Sirvió para recordarle a la oligarquía que el rad~calismo no : didura, ~n esta ~¡;ioca el problema educativo había alcanzado
estaba muerto ni mucho menos: de ahí en adelante todos los; proporciones criticas, en tanto y en cuanto las limitaciones
gobiernos que se sucedieron se vieron as.altados constante- .al desarroll~ in?ustríal engen?:aban re~uerzos culturales para
m~te por el temor de que los radicales entraran en intrigas ·· ,que las aspirac10nes de movilidad social se centraran en la
dandestinas para derrocarlos. El otro efecto positivo es que '. J?nci~~ p~blica y las profesiones liberales. Refiriéndose a la
permitió que el radicalismo se diera a conocer a una nueva · :s1tu~c10n imperante en las escuelas primarias en 1909, el
generación para la cual los acontecimientos de la década del • presidente Figueroa Alcorta señaló:
noventa se perdían en el borroso pasado. A partir de una ig-
nominiosa y total derrota comenzó el proceso que culmina- ·• . «.~s un. hec~o establecido por los especialistas que la instruc-
ría con la victoria de Y rigoyen en las elecciones presiden- ' c1on pnmana en nuestro país actúa fuera de sus cauces na-
ciales de 1916. 1~.rales · .[ ... ] Se apodera como una fiebre maligna de los
:b¡¡os de las clases trabajadorás, quienes salen de las escuelas
_desdeñando el trabajo y aspirando a una vida de superior ni-

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vel, a la cual no están preparados por sus recursos ni por sm b1crno representativo. El partido operaba sobre la base de
antecedentes. Esta desviación de las corrientes populares del cierto número de slogans: la «abstención» o negativa a par-
trabaío de las artes y de los oficios, de la industria y del co, ticipar en elecciones fraudulentas, y la «intransigencia revo-
mercio para optar al magisterio v a los empleos oficiales, lucionaria» o determinación de repudiar el sistema político
puede encaminarnos a una verdadera crisis social». 82 vigente y establecer una democracia represent~tiva p~; vía
de una revolución. Se intentó dar a las doctrmas rarucales
Esta era la diferencia esencial entre la posición de Yrigoyen algún grado de dignidad filosófica relacionándolas con las en-
luego de 1905 y la de Alem unos quince años atrás: Alem señanzas de Peter Krause, el escritor alemán del siglo XIX. La
había actuado antes de que esta tensa situación alcanzara un ideología radical efectiva estaba fuertemente impregnada de
punto crítico, y su pedido de apoyo estuvo dirigido a los un tono notoriamente ético y trascendentalista. Su énfasis
grupos criollos de Buenos Aires, mientras que Yrigoyen se en la función orgánica del Estado y en la solidaridad social
dirigió a los argentinos hijos de inmigrantes, empleados _en presentaba un agudo contraste con el positivismo y el •spe_n-
su mayoría en el sector terciario. El gobierno representativo cerismo de la oligarquía, y a menudo tenía notables rerrums-
cobró atractivo para estos grupos, que acusaban a la élite cencias de Krause. La importancia de estas ideas, que ha-
criolla de sus dificultades para ascender en la escala social bitualmente se expresaban de una manera confusa e incohe-
más allá de las ínfimas actividades comerciales e industriales rente, era que armonizaban con la noción de la alianza de
propias de la primera generación de inmigrantes. clases que el radicalismo terminó por representar, y que ha-
Los radicales ignoraron virtualmente a los inmigrantes mis- bría sido mucho más difícil de alcanzar si hubiera adoptado
mos, pero los hijos de estos desempeñaron en cambio un pa- doctrinas positivistas. 85 , . ,
pel fundamental en su repentina popularidad. El 46 % de Sin embargo, más importante que lo que de,c1an los radicales
los funcionarios que se presentaron a las elecciones internas . era lo que no decían. Uno d~ los rasgos mas. de~~acados del
de la ciudad de Buenos Aires en 1918 (primer año para el radicalismo a· partir de esta epoca fue su ev1tac1on de tsdo
cual se dispone de dicha lista) llevaban apellidos no hispá- programa político explícito. Había .sólidas r~zo;ies estrateg1-
nicos; si se incluyese a los descendientes de españoles (la cas para proceder así. Como el partido const1tuia p~r enton-
segunda comunidad de inmigrantes en el país, por su tama- · ces una coalición, sus Iíd~res no se mostraban mqy dispuestos
ño), la proporción sería mucho mayor. 83 a perder la oportunidad de granjearse adherentes a~ándose a
A los observadores no les pasaba inadvertida esta creciente determinados intereses sectoriales. En todas las circunstan-
vinculación del radicalismo con los hijos de inmigrantes: cias, el objetivo era evitar las diferencias .sectoriales y poner
de relieve el carácter coaligante y agregativo del partido. En
«Si en vez de observar a los dirigentes miramos a las masas, un manifiesto de 1909 Yrigoyen declaraba:
es fácil ver que las fuerzas de los partidos conservadores la
constituyen los distritos de población rural ganadera, enfeu- «La UCR no es propiamente un partido en el concepto .ID:i!i-
dada a la burguesía adinerada, mientras que el Partido Ra- tante. Es una conjunción de fuerzas emergentes .d~ la. op:n10n
dical muestra su vitalidad en las ciudades y en los. distritos nacional nacidas v solidarizadas al calor de re1vmd1cac1ones
agrícolas, en donde el aporte de extranjeros ha per~iti9o la públicas'. Servirla~ y realizarlas, -restableciendo l~ vida del
formación de una clase media de pequeños comerciantes y país en la integridad de su prestigio y de sus func10.nes, es el
chacareros, cuyos hijos le ofrecen contingentes importantes · programa que formuló al congre~arse, y q~e ,ha realizado con
y entusiastas». 8 ·1 fidelidad hasta el presente. Ha sido y sera siempre el centro
de los espíritus independientes». 86
Luego de 1905 los radicales comenzaron también a incre"
mentar el volumen de su propaganda. El contenido efectivo Y el mismo tema volvió a aparecer en años posteriores:
de la doctrina y la ideología radicales era muy limitado: no
pasaba de ser un ataque ecléctico y moralista a la oligarquía, «La UCR no es refractaria a ningún interés legítimo, y por
al cuál se le añadía la demanda de que se instaurase un go- el contrario caben en su seno todos los elementos que quie-

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ran ponerse sinceramente al servicio deJ verdadero. bienestar terés en el tipo de sistema multipartidario que introdujo la
del país. Si no exhibe seductoras plataíormas de ciicuns~an­ Ley Sáenz Peña; su propósito era crear un nuevo Estado uni-
cia, es porque al gran partido sólo le preocupa e.L estr~cto partidario, propósito que pasó a constituirse en uno de los
cumplimiento del sagrado voto generador de su existencia y rasgos centrales del populismo radical:
que seguirá animándola perdurableme~te, a despecho de to-
das las vicisitudes y de todos los obstaculos: salvar a la Na- «La UCR es la Nación misma. [ ... ] La obra que habremos
ción de los males de todo orden que trae consigo la subver- de culminar magnánimamente ha de ser para todos los ar-
sión de sus instituciones». 87 gentinos, coexistiendo dentro de la vida nacional destinada
a imprimir rumbos fundamentales y grandiosos a' la marcha
Los «males de todo orden>> nunca se defini.eron cJaram~nte.: y al porvenir hasta hoy ensombrecido de la Patria». 89
solo se afirmaba que la corrupción de la oligarqU1~ habia li-
mitado el desarrollo del país. La libertad y expansión de las
fuerzas productivas del país únicamente se al~anzarían. me-
diante la «democracia» presentada por los radicales casi co- Hipólito Y rigoyen
mo una panacea para ~esolver los problemas nacio:iales. Su
interpretación del papel del Estado era e~ gran medida nega- La otra importante novedad que puso aún más de relieve e}
tiva; veían en él a un mero agente destmado a ap~rtai: )os carácter populista que el partido había adquirido hacia 1912
obstáculos que se oponían al destino de «autorteahzac1on» fue el surgimiento de Hipólito Yrigoyen como líder. La
de la nación, como ellos decían: oposición de. y rigoyen a la oligarquía derivaba en buena me-
. dida de las frustraciones personales que había experimentado
«Si [el progreso material] no hubiera s~do .P.erturbado. po.r- . a causa de Roca y sus acólitos. Nacido en 1852, era hijo
desastrosas administraciones, y si en el e¡ercic10 de las mstt- natural de un herrero vasco de la ciudad de Buenos Aires.
tuciones hubieran concurrido armónicamente pueblos .Y go- Su carrera política se inició en 1873, cuando Alem, que era
biernos, la República tendría.~oy en el mundo u~a culmm~n~e tfo suyo, consiguió para él el puesto de inspector de policía
representación por su autonctad moral, y su :iqueza haona en el distrito de Balvanera, dentro de la capital. Sin embargo,
alcanzado proporciones que no pueden concebirse, pero ante fue despedido al poco tiempo, acusándoselo de participar en
88
las cuales serían insuficientes las que hoy reviste». . elecciones fraguadas. Reapareció en escena en 1879 como
c~ndidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, y en
Aquí se deja traslucir también que los radical~s no a~u~ta­ l:s80 sus servicios políticos fueron premiados con un alto
ban a introducir cambios en la economía del pa1s; su ob¡etivo ~argo en el Consejo Nacional de Educación. Fue entonces
era más bien fortalecer la estructura primario-exportadora gue Roca asumió la presidencia de la República, y tanto Alem
prdmoviendo ~n espíritu de cooperación entre la él~t7 y los c~mo Yr~goyen se vieron impedidos de obtener cargos oficia-
sectores urbanos que estaban poniendo en tela de JUlClO su . les de mas alto rango. No obstante, cuando Yrigoyen conclu-
monopolio del poder político. Este pasó a ser 9uizás el factor ·.·. y'ó' su mandato de diputado provincial en 1882 dejó la po-
que más alentó a los reformadores de 1912 .ª mterpretar que . .·Jítica con suficiente capital cómo para 'instalarse' como inver-
la ·política radical no representaba un ~el1gro fund~n;ental nador de ganado. Más tarde adquirió considerables extensio-
para los intereses de la élite, y que el peligro podía disiparse nes de tierra en Buenos Aires v San Luis. 90
haciendo concesibnes en lo referente al gobierno represen- .·· Palt'a la época en que se sumó a la UC, en 1890, y que co-
m,enzó a maniobrar con vistas a controlar la UCR, ya tenía
tativo. d' l di , ' ?nstante práctica en las técnicas usuales de manipulación de
Las metas de los reformadores y de los ra tea es vergian, en ·
cambio en este aspecto: los primeros confiaban en que sur- életciones. En sus posteriores bravuconadas moraliStas con-
giera u~ partido conservador rejuvenecido, en tanto que los fta la oligarquía no faltaba, pues, cierto toque de hipocresía,
segundos estaban resueltos ~.remplazar a sus pr~decesores. Y .. ~á 9ue él mismo había recurrido durante mucho tiempo a
a establecerse como nueva elite gobernante. Teman poco m- náb1les tretas para abrirse paso y capitalizar beneficios entre

64
!as faccioneS' «personalistas», explotando sus conexiones con. argentina, sobre la cual estallan hoy las fibras más sonoras
el fin de hacerse de una notable· fortuna. Era un represen-! del altna nacional. [ ... ] La opinión no le requiere más que
tante bastante típico de los primeros radicales, que aspi- ·. comicios honorables y garantidos [ ... ] como condición in-
ruban a crear una coalición popular para restaurar su suerte 4ispensable para volver decorosamente al ejercicio de sus de-
po~. '. techos electorales. Entonces, propios y extraños se asombra-
~Q~ ganó prestigio a partir de 1900 de una mar:_e:a has-.
tante extraña. En lugar de presentarse como un poht1co ca-
. '.f.~n .de la magnitud de ese solo acto, y así se verá la trascen-
/'.qental diferencia que hay entre una nación ahogada por todas
llejeró que atrae constantemente la atención pública, como ', ~as presiones que la circundan y una nación respirando en to-
había hecho Alem, se hizo fama d_~_f!gyra misteriosa. En su ."9á la plenitud de su ser y difundiendo al bien común su in-
carrera se destaca este rasgo singul.ar: salvo en una ocasión tpenso poder vivificante». 92
intrascendente, a comienzos de la década del ochenta, nunca·
pronunció un discurso en público. Para realzar su reputación · La constante reiteración de este tema dotó a Yrigoyen de
de hombre de pueblo ocupó en diversas oportunidades otras · • ;~norme fama personal entre los grupos de clase media, ·ha-
tantas casas modestas situadas en barrios pobres de Buenos.' . tiendo que se olvidaran en gran parte los detalles más des-
Aires. Este hábito, y el apartamiento en que vivía, le valieron dorosos de su pasado. Se convirtió en el profeta del partido,
1 el apodo de «El Peludo», una especie de armadillo de mu- .Y su aparente distanciamiento respecto de la lucha política
\ cho pelo y que vive en cuevas cavadas en la tierr~. Pero, ~or . ~cotidiana pasó a simbolizar la aplicación de la UCR al ideal
otro lado, hacía todo lo posible para autoconfenrse .un aire :c,lemocrático y a la creación de una nueva república. Hacia
de superioridad; entre sus seguidores de Buenos Aires era 1'912, Yrigoyen, que por entonces. tenía ya sesenta años, se
llamado «el doctor Yrigoyen», aunque jamás había obtenido· qabía trasformado en un magnífico estratega político. Poco
ningún título universitario. 91 , a poco obligó a la oligarquía a conceder la reforma mediante
Su estilo_p_~líti~':?p~onsistí~ e_J]__<;:Lc~:>l;itac_!g persa~~e­ Ja amenaza de la rebelión, al par que ampliaba su control del
gociación cara a cara, que Te permitieron exten er su do!iii- 'partido gracias a su gran capacidad de persuasión personal y
nfo-soEré Ta orgaiiTiación partidaria y crear una cadena muy :a sus condiciones para organizar a las masas.
eficaz de lealtades personales. Esto estaba mechado con oca- El peculiar estilo de Yrigoyen imprimió al radicalismo buena
sionales y providenciales gestos de caridad, calculados para . parte de sus connotaciones morales y éticas primitivas, que
apelar a los valores de la clase media de religión católica ~a­ · lr permitieron ganar adherentes en una ola de euforia emo-
mana; el mejor ejemplo fue el de las vísperas de las eleccio- . Cíonal. Fue asimismo, un instrumento importante para la
nes de 1916, cuando Yrigoyen anunció que en caso de resu!- , ~bnciliación' de los diversos intereses que el radicalismo había
tar electo destinaría su sueldo de presidente a obras de can- · Jh;gado a representar, un instrumento funcional en lo que
dad. Aparentemente, aparte de esto su única contribución al : fespecta al objetivo partidario de reducir las fuentes poten-
partido fue una serie de tortuosos manifiestos, en los cuales tiáles de fricción entre sus sostenedores y obtener el máximo
los lemas partidarios aparecían revestidos de un manto de [poyo posible en distintas regiones y clases sociales. De <:ste
retórica moralista. Sirva de ilustración la siguiente cita, en in:odo, el radicalismo se desarrolló menos como un partido,
que Yrigoyen ataca a las diversas facciones asociadas a la ~~el sentido estricto de la palabra; que como un movimiento
oligarquía: _cié masas que fundaba su fuerza en una serie de actitudes
'émocíonales. En la pomposa retórica que lo hizo célebre,
«Todos son iguales, gobierno y grupos politiqueros compues- ;Ytigoyen lo describía así:
tos de elementos desechados de las camarillas predominantes '. . !.~:.~

y espiando el momento de volver a su se:io. Es :ina descom- «Es sublime la majestad de su misión [ ... ] Por eso per-
posición de mercaderes donde nada se agita por ideal alguno cltira su obra y son poderosos sus esfuerzos: se robustece y
de propósito saliJdable, sino por móviles siempre menguados ~ivifica constantemente en las puras éorrientes de la opinión;
[ ... ] . Son reos de los más grandes delitos que se hayan co- .; ~~·la escuela y el punto de mira de .las sucesivas generaciones
metido en las sociedades humanas [ ... ] . Esa es la Bastilla ·· y"hasta el ensueño de los niños». 93

66 67
Estrategia. deda1 movilización los radicales no tardaron en establecer un sistema de patro-
·de Iiüsas; 1'912..:1916 nazgo que no era menos útil a los fines de conquistar sufra-
gios. A cambio del voto cada dos años, los caudillos de ba-
.En ,1912, cuando los radicales abandonaron finalme~t!'! su rrio -núcleos originarios del Partido Radical- cumplían
política de abstención y c.ome~~aron a po~~ular, cand1ctat~s gran cantidad de pequeños servicios para sus respectivos ve-
para las elecciones, la organizacion del partldo aun no habia cindarios en la ciudad o la campaña. Ligándose a aquellos los
terminado. Cierto es que en la mayoría de las zonas urb~nas hacendados pudieron poco a poco sortear los escollos deri-
v .rurales de la región pampeana, y aun fuera de el}a, hab1a a vados de su falta de contacto con el medio urbano: aunque
Ía sazón dirigentes de primera o segunda categ?na, pero e~ ellos no controlaran las ocupaciones urbanas, muchos de los
partido seguía falto de una coordinación ce~tra'l, .Y; pese ~1 dirigentes de segunda plana pertenecientes a la clase media
creciente prestigio de Yrigoyen, tampoco tema sufmentes c}i- podían obviar esta dificultad gracias a la influencia y el pres-
rigentes aue contaran con reconocimiento en tod? el pa1s. tigio que habían adquirido en su zona. Por ejemplo, a través
Algunas de las filiales provinciales estaban todav1a ba10 el de su vinculación con los dueños de los «conventillos» tenían
control de los rivales de Yrigoy:n, de la ~poc.a de Alem. Aun- cierto manejo 'de la distribución de las viviendas; su posición
que se habían establecido comites partidanos permanen~es, relativamente acomodada hacía que estuvieran en condicio-
fuera de las grandes ciudades no contaban con una or~an!zªi nes de ofrecer préstamos a negociantes en apuros; su carác-
ción amplia a nivel local. De manera que ~l ras~': pr~~c1pa ter de abogados o médicos los ponía en estrecho contacto
del período que va de 1912 a 1916 fue la mtensificac1on de con distintos grupos pertenecientes al nuevo electorado. Ade-
la organización partidaria. . más, se sabía que tenían buenas relaciones con la policía 10-
En este aspecto, la ventaja de los radicales era su vaguedad. cal, y esto los facultaba para dispensar mercedes a todo tipo
El enfoque moral y heroico que tenían de los problemas po- . de pequeñas infracciones a la ley. Junto con el cura de la
líticos les 'permitió a la postre pre~entarse ante. e~ el~ctorado parroquia, el caud]lo de barrio se convirtió (sobre todo en
como un partido nacional, por encima de las distmc~ones re- la ciudad de Buenos Aires) en la figura más poderosa del
gionales y de clase. Todos y cada uno de sus opos~tores se vecindario y el eje en torno del cual giraba la fuerza política
estrellaron contra este obstáculo. Había otro~ parti~os fº- v la popularidad del radicalismo.
pu1ares como el Partido Socialista en la Capital Fe e~a Y En esta tarea colaboraban los comités, organizados según
el Dem6crata Progresista en Córdoba y Santa F_e, pero nmgu- _ líneas geográficas y jerárquicas en diferentes lugares del país.
no de ellos pudo trascender, las fror:teras reg10nales, en un .•·. Así, había un comité nacional, comités provindales (o, en el
y
rada significativo. Fue aqm que n~oyen. ~emostro su s~- _. caso de Buenos Aires, el comité de la Capital Federal), co-
:kcidad política: luego de 1912 se ~as _mgemo para conve~tir · mités de distrito y comités de barrio; en períodos de eleccio-
.una confederación de grupos provmc1ales en una org~mza­ nes se añadían una serie de subcomités que atendían zonas
ción nacional coordinada. Aunque en el pasado los radicales . menores dentro de cada distrito. Una de las cosas de las que
habían subrayado su disgusto por l_os ac~erdos que c7lebra- más se jactaban los radicales era que sus representantes ofi-
bardas distintas facciones de_ la oh7ar9ma, ahora Y ngoyen .· : ciales habían sido elegidos mediante el libre sufragio de los
á¡:ilicó subrepticiamente esa misma tecmca en gran. es.cala pa- afiliados al partido, con lo cual se evitaban las tradicionales
ra ganarse el apoyo de los terratenientes de provmcia Y sus Prácticas «personalistas» de reclutamiento por cooptación o
seguidores. · ·, 1 · por status adscrito. Sin embargo, al menos hasta 1916, la
La fuerza del radicalismo estribaba en su o.rgantza~1on er;de . . Pauta más corriente era que el comité nacional y los provin-
plano local y los ampliq§ contactos con la ¡erarq~1a part1 ~; ciales estuviesen dominados por los terratenientes, y los co-
ria que le ofrecía el eletforado. ?,n las ~randes dc1udadedlljº) mités locales, por la clase media; en los primeros, el recluta-
bre todo en Buenos Aires, surg10 un sistema . e. «cau 07. \miento se hacía casi siempre por cooptación, pero en los
de. barrio» semejante al de Estados _Dnidos. S1 bien la Lel :comités locales se celebraban elecciones todos los años, de
Sáenz Peña terminó con· la compra lisa y llana de los votos, fas cuales surgían el presidente del comité -en la práctica,
.'.dcaudillo de barrio- y gran núi:nero de funcionarios subor-

68
dinados a él. ·En cada uno de los comités de la ciudad de tgratuita como paliativo frente a un súbito aumento del pre-
Buenos Aires se elegían anualmente hasta 108 personas; con ~dp; la sección de asuntos legales se había ocupado de 172 ca-
frecuencia estas permanecían en sus puestos varios años se~ f~ps; se habían impreso 1.000 circulares y 6.000 panfletos de
guidos, salvo que hubiera más de un caudillo aspirando al tgiversa índole, y los edificios de la zona habían sido cubier-
control del aparato· partidario, en cuyo caso se producían .}tos con 7.400 carteles.96
a menudo violentas luchas de facciones. ;Estas actividades evidenciaban algunas de las características
Los caudillos de barrio explotaban la gran popularidad de los r~~¡ientes que había adquirido el partido lUego de 1912. En
comités para retribuir a sus adictos con cargos fundamentalc J:rn91, se había iniciado como un retoño, en buena medida,
mente simbólicos, que podían ser utilizados para ampliar el rde las facciones terratenientes; desde 1905 había penetrado
número de adherentes. Asimismo, el sistema permitía a los Y~n los grupos de clase media urbanos; luego de 1912 se con-
radicales extender sus actividades y conexiones a una vasta ~yirtió en un vasto partido popular que abarcaba muchas re-
gama de grupos de cada vecindad, dotando así al aparato .. giones del país. Pero lo cierto es que estaba en gran parte
partidario de gran penetración y flexibilidad, e incrementan~· · gominado por los propietarios de tierras, conservando así su
do su capacidad operativa como mecanismo procesador de ,· ,carácter inicial de la década del noventa: era un movimiento
las exigencias particulares que presentaba el electorado. En ¡~e masas manejado por grupos de alta posición social más
1916 la organización partidaria se había convertido en \In ,·que un movimiento de origen popular que. operara impulsado
eficaz· sustituto de un inexistente programa políúco bien de- por las presiones de las bases.
finido, y, una vez más, en un dispositivo conveniente para .Estos elementos notorios de manejo y manipulación desde
superar los conflictos objetivos de intereses entre los terra- ~ ·~rriba también eran evidentes en el carácter amorfo de la
tenientes y los grupos de clase media, y entre distintos sec- :ipeología radical, la cual estaba modulada de modo de ins-
tores del electorado. En 1915, un gacetillero radical descri- . ·;pirar en los grupos urbanos la adhesión a una redistribu-
bía así el papel de los comí tés: ción mínima de la riqueza, en vez de inspirarles el anhelo
de un cambio novedoso y constructivo: exigía una diferente
«Esa organización [la de los comités] efectúa una constante : ·estructura institueional, la canalización de los favores oficia-
propaganda oral que pone al partido en contacto con las ma- . "les en dirección a las clases medias urbanas, mayor sensibili-
sas. Así, garantiza, no solo la formación oor selección de 1dad por las inquietudes de los consumidores, pero preservan-
los leaders en las diferentes escalas, sino la· constante comu- c:do el sistema social que había surgido de la economía pri-
nión de estos con las masas». 94 . maria-exportadora. Dada la relevancia de los terratenientes
. ,dentro del partido, no es de sorprender que el radicalismo
La actividad de comité akanzaba su punto culminante en no se trasformara jamás en un defensor de la reforma agraria
época de elecciones. Amén de las tradicionales reuniones ca- b la industrialización. Su concepción de la sociedad era una
llejeras., la fijación de carteles en las paredes y la distribución. ·.amalgama ecléctica de ideas liberales y pluralistas. Atacaba
de panfletos, el comité se convertía en centro de distribución , a la oligarquía con argumentos liberales, porque, como dijo
de dádivas para los electores. En 1915 y 1916, los comités hl].pólito Yrigoyen, ella le había impedido a la nación «res-
de Buenos Aires crearon cinematógrafos para niños, organi- .pirar en la plenitud de su ser». Pero también veía en la co-
zaron conciertos musicales, repartieron regalos de Navidad .rµunidad un organismo casi biológico, conformado por par-
y contribuyeron a las celebraciones de las fiestas de Carna- ;tes funcionales interactuantes y obligaciones recíprocas. Así,
val. Muchos de ellos también fundaron sanatorios centros · ;~nnque los radicales proclamaban el precepto liberal de la
de asesoramiento legal y bibliotecas, cuyo costo era 'financia- · competencia individual, había en sus posiciones algo de las
do por los miembros activos. Asimismo, suministraban ali- tradicionales actitudes conservadoras de jerarquía y armonía
mentos baratos -el «pan radical» y la «carne radical» co- social.
m~ dio en llamárselos-. 95 Uno de los comités de la p~rro­ ;~Sto se destaca mejor si se hace un examen más detenido
quia de Balvanera Sur resumió así sus actividades en el año ,pe las técnicas de politización del partido. Como ilustran las
1915: durante 37 días se había distribuido pan en forma· ·.· ~~c;tividades de los comités, los radicales se apoyaban mucho

70 .71
en medidas paternalistas, cuya principal ventaja era que po- contrincante, el Partido Demócrata Progresista solo obtuvo
día empleárselas para quebrar los lazos de los grupos de in- 99 '.O~O v;itos (el 13 % ) . A los fines de la coi'uposición del
tereses, generadores de divisiones, atomizando al electorado coleg10 e1ec~oral que, como en Estados Unidos debía nom-
e individualizando al votante. Reflejaban también el tenue bra~ al presidente de la República, los radicale~ fueron ma-
vínculO existente entre los grupos más politizados -los ha- yan~ en la Capital Federal, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza,
cendados y las clases medias dependientes- y las oportuni- Santiago del. Estero y Tucumán, y minoría en la provincia
dades de empleo productivo en las ciudades. En muchos as- de Buenos Aires (donde existía un poderoso aparato político
pectos, el _paternalismo era simplemente el medio de hacer controlado por el g?bernador conservador Marcelino Ugar-
extensivas a las masas las· técnicas tradicionales de patronaz- re ),' Catamarca, Corrientes, Jujuy, La Rioja, Salta y San Juan.
go. Otra de sus ventajas era que permitía maximizar los As1 pues, los votos radicales se diseminaron ampliamente
contactos entre el partido y los electores, favoreciendo un en todo el país.
reparto de los beneficios, a la vez que minimizaba el conte-
nido real de las concesiones. que se hacían. La apeladón a
estas técnicas ·muestra a las claras, una vez más, el carácter
de coalición del radicalismo, así como también su intento de Relaciones entre los propietarios
encontrar un denominador común entre distintos grupos de tierras y 1a clase media
de clase:
Sil.1. e~bargo, alg:inos importantes problemas asediaban al
«El pan radical, la leche radical, la carne radical, la semilla radic~h~mo, el f!rmcipal de los cuales era la rivalidad entre
radical (y luego el alojamiento radical y el "homestead" ra- ' l~s distmtas facciones. qu;: procuraban alcanzar cargos gracias
dical) demuestran bien que el partido desea esa moderada .ª él. Cuando se sanc10i;:io la Ley Sáenz Peña, el propio Yri-
intervención del Estado que corrige los rigores del "laissez 'goyen s.e ~puso al comienzo a .que se abandonara la política
/aire" económico para los pobres, los desarmados en la lu- . abste?,ciomsta, y. durante un t~empo siguió adhiriendo a la
cha, moderada intervención a la que los ingleses dan el acer" rebehon Y a la, li.bertad de acción que esta le conferiría en
tado nombre de "paternalismo". Es tiempo que un partido ~~so de lograr exito. ~o obstante, los miembros de su par-
político, organizado en todo el país, trabaje por esas cosas tido º? ,~ensaban lo mismo, y a la larga privó la opinión de
y las lleve a cabo con eficacia». 97 - estos ulttmos.
1a pres~ón para participar en las elecciones provino en bue-
Estos eran los principios rectores de la conducción ra:Jic~L •· . na me~1da de. los grupos urbanos de clase media. 98 Esto
Ellos permitieron el mantenimiento de. una estructura ¡e¡:ar- .• planteo por primera vez la cuestión de si la autoridad den-
quica autoritaria en el partido, que constituía una réplica del< , t~o del partido le correspondía a los «viejos» radicales o a
equilibrio preexistente de poder y de las estructuras de,status )~s ~uev~s grupos de. clase media, y también el interrogante
de la sociedad argentina, posibilitando la coexistencia de gru: . ~.e si Yngoyen . se almeaba con los estancieros que habían
pos cuyos intereses eran ·a veces antagónicos. ~l par qué ~poyado al partido en la década del ochenta o con los diri-
ofrecían ciertas oportunidades a las clases. medias urb:inas, gentes medios «advenedizos». Por el momento los miem-
preservaban la hegemonía de l~s terratenientes. Gracias ,ª ?tos. ~e clase media ~staban controlados por lo; grupos del
ellos, los radicales ganaron predicamento en zonas del pa1s patriciado que emergieron a través de la UC a comienzos de
dominadas por relaciones cuasifeudales, catalizando al mismo ,!~:década del noventa .. En vez ,d~ fundar un partido exclusi-
tiempo las aspiraciones de los idealistas universitarios de cla' ~amente de clase media, esta ultuna había entrado en com-
se media. _,, !,
P,?h~ndas ;on sectores de la aristocracia terrateniente; ·pero
Principalmente como consecuencia de su gran ubicuidad, l~, ~.adie pod1a asegurar que este arreglo fuera permanente.
UCR ganó las elecciones presidenciales de 1916. Sobre un ~panto m~s ~reda la clase media, más pr~visible era que
total de 747.471 votos emitidos, obtuvo 340.802 (el qesarrollan~ .rntereses pro~ios y estaría menos dispuesta a
·45,6 % ). Aunque no era mayoría absoluta, su más cercanó ~,ceptar pos1Clones secundarias. Ya en 1912 algunos profeti-

72
zaron que esto originaría a la larga la quiebra del radicalism
como coalición: · ,.

«Es p~obable que_[. .. ] la clase media llegue progresivamen: 'stían además signos de conflicto de tipo regional dentro
te a afirmar su solidaridad; pero su insuficiencia aétual ha · partido~ En época de elecciones no eran infrecuentes epi-
asegurar aún por mucho tiempo el predominio de la das .,, ·íos tan extravagantes como el que sigue:
Jl:i''
que hasta ahora ha dirigido el gobierno del país. El otro fa.
tor, que también impone un verdadero obstáculo al triunf kEn la madrugada del día de la elección, el coronel Pereira.
poht1co de. la ~lase media .es la falta de dirigentes que tengan .~osas [ ... ] invade la población de Villa Dolores ( Cór-
c~ara conc1en~1a de sus mtereses. Nuestro partido populah doba) al frente de veinte hombres a caballo, procedentes de
siempre ~a a~:rmado s? credo de.mocr~tico; pero la vaguedad Jfa' provincia de Buenos Aires. Vienen de poncho colorado,
~e ,la asptracion permite la coexistencia de intereses irreduc-. vincha blanca lOl y armados de una larga lanza de caña de
t1b1es, Y creo que la especificación de la manera de realizarla puntas afiladas. Despiertan al vecfudario con disparos de
produciría una escisión dentro del partido. Y lo creo así por~ íí:evólver y vivas al Partido Radical e Hipólito Y rigoyen y
q.i:e mu~hos de sus dirigentes, por su origen, por su condii .'!nueras a Cárcano y los salvajes tiranos del gobierno. Esta-
c~on social y por su temperamento, tienen intereses contra-' blecen guardias en los caminos de acceso y proximidad de las
rtos al de la clase media. [ . . . ] ;mesas receptoras de votos. [ ... ] Al principio la población
»El .triunfo del Partido Radical no ha de dar, al menos irt~ :· se retrae de transitar por calles y caminos. Los partidarios
mediatamente, representación legítima a nuestra clase media·' . de la Concentración consiguen instalar las mesas electorales,
Y en. este sentido es previsible que andando el tiempo, y ~· ·.logran que la policía arreste a tres o cuatro ponchos colora-
rr;edida que la masa electoral del partido adquiera la concien-. ·, dos .que producían mucho ruido, y desaloje al coronel de la
cia de.s,u clase, o bien_irá eliminando a los diputados que por. casa municipal,_ desde donde intenta ejercer el gobierno. Mu-
su acc10n parlamentana no respondan a su interés o bien se ~hos gritos, protestas y amenazas. Ninguna violencia mate-
producirá i:na división, dando lugar a la forma¿ión de un .· j:ial. Las lanzas de .caña son un simple símbolo de las épocas
nuevo partido en el que se afirme su interés de clase».99 • ;menesterosas y sangrientas. Antes de mediodía el vecindario
pierde los temores y concurre tranquilo a las urnas: [ ... ]
Este probl~~a co~ró relevancia en marzo de 1916, durante. :~>Pocos días después se verifica el escrutinio. La Concentra-
l~ convenc1?n re.ahzada por el partido para designar su can, , 'ción triunfa en Villa Dolores por muchos menos votos de los
didato presidencial. A la candidatura de Yrigoyen se opusie- · : 'que tiene calculados. Las amenazas, las protestas, el espec-
ron m:ichos de los antiguos adeptos de Alem en el noventa >;táculo circense ocasionan efectos en el pueblo». 1 º2
pe~o finalmente aquel logró el triunfo explotando la popu~ .
landad de que gozaba en la clase media. Para demostrar có- :La «invasión» del distrito electoral, al paso que suministra
mo lo apoY_aba est~, rechazó primero la candidatura cuando · un vívido ejemplo de los métodos que se empleaban para el
le f~e otrec1da, y ~~lo la aceptó cuando los delegados de clase . sufragio, refleja e1 permanente intento de y rigoyen y sus
med1.a .~e los co~1tes organizaron manifestaciones frente a su , adictos porrenos por controlar las filiales provinciales. Esto
dom1c1ho. Es:e ¡uego estuvo destinado a reafirmar su Iideraz- • planteaba pocas diticultades en el interior del país, donde las
go e~ el partido y poner perentorio freno a los esfuerzos de elecciones eran decididas en gran parte agenciándose el favor
sus r~va!e.s P?r asegurarse posiciones claves. 100 Este episodio ,del hacendado del lugar, quien intimidaría a sus peones para
fue s1grnf1cat1vo: puso de relieve las fricciones existentes en- · ·que votasen como él quisiera; pero no ocurría lo mismo en
tre las, dos alas del partido, y dejó entrever que y rigoyen las provincias pampeanas, en las que las filiales contaban con
ya hab1a comenzado a apuntalar su posición apelando a los fuertes núcleos propios e independientes. Allí, la tradicional
grupos de clase media. .rivalidad con Buenos Aires tenía antiguas raíces históricas,
. de modo tal que el grupo de Y rigoyen era visto como una
·fuerza extraña, que procuraba minar la autonomía de los
'intereses locales.
74
75
-i
lo cual se mostraban dispuestos a ampliar el acceso de la cla-
La importancia de este problema también se puso de mani-
se media a las profesiones liberales y a la burocracia. Esto
fiesto (aunque no por primera vez) en 1~16. Al queda.r
prometía acelerar el proceso de cambio en las universidades
constituido el colegio electoral, se comprobo que los parti-
y ofrecer una respuesta más flexible y liberal a los grupos de
darios de Yrigoyen no alcanzaban, por escaso margen, la ma-
clase media en la distribución de los cargos públicos.
yoría necesaria. Fue .preciso negociar los. votos de un g~po
Los radicales habían establecido vínculos con la clase media
de disidentes radicales de la provincia de Santa Fe, quienes
«dependiente», compuesta en su mayoría de hijos de inmi-
antes se habían negado a apoyar la fórmula presidencial ~el grantes, pero no con los inmigrantes mismos, ya se tratase
partido. La cuestión solc: que~~ zanjada despu~s de vana_s de los pequeños industriales y comerciantes o de los obreros.
semanas de intrigas,103 ejemplificando hasta que punto pn-
Esto era en parte un reflejo del hecho de que los viejos ra-
maban dentro del partido las tensiones re~ionales. La caus~
dicales del noventa compartían los prejuicios culturales de
subvacente en la defección de ios santafesmos era que esti-
la ~lite contra los inmigrantes y su agudo temor y desconfian-
maban que el partido favorecía a los ~ruJ?OS porte~os: De za hacia los obreros. Ilustraba también la forma en que los
este modo en 1916 se comprobó que sl bien el rad1cahsmo radicales habían conquistado adictos en el pueblo. Entre los
era un pa;tido nacional, aún no había logrado superar por grupos industriales y comerciales había escasos signos de la
completo los antagonismos regionales del pasado. ; creciente presión económica y social que había politizado a
los profesionales. La pauta general del período posterior a
1900 sugería que los grupos de clase media estaban relativa-
mente contentos con el papel secundario que les había tocado
El radicalismo en la sociedad. argentina: , en suerte en la vida empresarial. Los problemas se plantea-
la inmigración y el capital extranjero ban con los grupos de más alto status, y fue sobre estos que
se lanzaron los radicales principalmente. Digamos, por últi-
En 1916 el radicalismo era en muchos aspectos una especie mo, que la posibilidad de establecer lazos efectivos con los
de partido democrático conservador,104 que combinaba la . inmigrantes también estaba desalentada por la Ley Sáenz.
adhesión a los intereses económicos de la élite con un sentido Peña, que había excluido a estos del derecho al sufragio, de-
de identificación con la comunidad en general. Esto hizo ' jándolos por consiguiente fuera del sistema político.
que en el plano ideológico estuviese im~r~gnado de i.d:a.s , En líneas generales, las relaciones entre los radicales y los
paternalistas y comunitaristas, que le confineron la pos1b1li- inmigrantes fueron bastante buenas a causa de que gravita-
dad de proyectarse como una alianza entre 'distintos sect?res. ban, de algún modo, en la situación y en las lealtades polí-
Asimismo, la posición personal de Yrigoyen le daba cierto • ticas de los hijos de aquellos; pero, en ocasiones, cuando pen-
aire cesarista y plebiscitario. Tenía estrechos vínculos con·. saban que ello podía beneficiarlos, los radicales no se abste-
las instituciones tradicionales del régimen conservador, como • nían de explotar los sentimientos xenófobos latentes de Ja
la Iglesia. Su influencia solo era pequeña en e~ eiéi;cito, ins- :
, sociedad nativa. En una proclama previa a la elección final
titución en la que los viejos conservadores segu1an firmemen- ·. de 1916, El Radical, principal órgano del partido en la ciu-
te establecidos. ·. dad de Buenos Aires a la sazón, definía en parte al radicalis-
Pese a los indicios de conflictos regionales en sus filas, y mo como « ... la lucha del Pueblo Argentino contra el ex-
aunque sólo consiguió granjearse las simpatías de una mino: · tranjero ingrato, .desagradecido con esta tierra que lo aco-
ría de terratenientes, la UCR se aproximab:l' bastante a la .• gió». 1 º5 Poco despué~ un integrante del Centro de Alma-
alianza que los conservadores habían estado buscando en~re,,· ceneros de Buenos Aires, formado predominantemente por
los magnates de la élite y los profesi~~ales de clase rn.ed1~, . inmigrantes, declaró:
provenientes en gran medida ?e .fam1has urban~~ de mm1- .
grantes. Estos dos sectores prmc1pales eran ~oaugados ~or ·' «... creernos que [para el Partido Radi<;al] será de "buen
un tácito acuerdo quid pro qua: los terratementes quenan ·gobierno" no mostrarse [corno un] partido antiextranjero.
medidas conservadoras y estabilidad política, a cambio de · Nos llaman ingratos y adventicios, empleando un lenguaje

:77
76
. · uiente contra las empresas ferroviaria~, y lo justificaro:r; co-
tal como si ellos fueran los de casa, los aborígenes, cuand 0 una variante dentro de su ataque .mas general a la oligar-
son solamente hijos de otros que llegaron primero que n ' ía. No es que el capital extranjerc;i fuera en sí ,mismo :n~lo
SOtrOS» . º
1 6
.:argumentaban-, sino que la oligarquía. habia penrutido
e se estableciera un sistema corrupto de mtereses creados,
Finalmente, el radicalismo surgió como el principal movi · cual conspiraba contra los grupos nacionales. La cita que
miento político del país en un momento en que la economí roducimos a continuación, aunque corresponde a una_ fe-
primario-exportadora ya había alcanzado la madurez. Los la• a algo posterior, ofrece un buen resumen de la actitud
zos institucionales y políticos entre el capital extranjero y l: · redominante:
élite se habían establecido mientras los radicales se hallaban)
todavía en la oposición; carecían, por lo tanto, de un contac-' !':kos directivos [de las empresas ferroviarias británicas]
to organizado con los representantes del capital extranjero( (\iempre han tenido en /~u~ ~aja estima la moral de los ~o­
pero no hay razones que permitan inferir automáticamente( ;.füernos sudamericanos, mchnandose a ver en todos sus ~ctos
que sus actitudes hacia este debían diferir de las de la oligar"'c 'hn mero despliegue de apariencias _que. ocultan la realidad.
quía. Los radicales no eran nacionalistas en lo económico;i· Recordemos que cuando se estaba. discutien~o la. pres~nte le-
aceptaban y reconocían la dependencia del país de sus cone-~ ~ :gislación que regula los ferrocarriles, los. ;li~ectivos i?gleses
xiones en ultramar para contar con mercados y fuentes de :inanifestaron en las columnas de los penodicos londmenses
inversión. En 1919 un radical prominente se refirió en estos . 'que los políticos argentinos exigían. un _pre.do excesivo por
términos, en el Congreso Nacional, a las relaciones comer- ·.su apoyo [ ... ] . Es obv~o que la mfluen.cia preponderante
ciales de la Argentina con Europa: ejercida por los ferrocarriles en la Argentma fue pagada en
.suculent~s cheques, pero si tal cosa ocurrió, ello pertenece
«Si por alguna desgracia esas naciones sutrieran un pro- ' :al pasado» .109
longado período de depresión [ ... ] ¿cuál sería el destino .
de la Argentina? [ ... ] ¿Podríamos acaso aspirar a ser ricos Pese a esto, antes de 1916 los ingleses no consideraban que
mientras quienes compran nuestros productos permanecen en los radicales pudiesen constituir. una ~1?enaz~ ,fr?ntal a sus
la pobreza?». 1 º7 intereses. A fines de 1915 un diplomatico britamco, a todas
··. luces más intrigado y desconcertado por lo que era· el ra-
Para los radicales, las cuestiones referentes al capital extran- dicalismo y por la personalidad enigmática de su líder. que
jero eran las mismas que a veces habían provocado friccio- por cualquier otra c~sa, describía. de esta manera la creciente
nes dentro de la oligarquía. Fuera de los beneficiarios direc- influencia y popularidad del partido:
tos de las distintas prerrogativas que otorgaba el capital ex-
tranjero (préstamos preferenciales y cargos en los consejos «Hipólito lrigoyen brilló como un c?m;pirador que exhibió
directivos locales) , varios otros grupos de la élite sostenían indiscutible habilidad política combmada con una notable
a veces que el precio que pagaban por sus servicios e inver" pertinacia. En los últimos veinte años, sus segu~dores lo, han
siones era mayor que el debido. Un ejemplo de este tipo de considerado casi como un profeta. Su personalidad esta en-
conflictos fue el surgido en 1915, cuando las empresas bri- vuelta en un velo de misterio, pero casi todos concuerdan en
tánicas de ferrocarriles elevaron unilateralmente los fletes que sobresale netamente respecto de todos los o~ros adeptos
para trasporte de animales y carga. Más o menos por la mis- al credo radical. Su poder descansa en el fanatismo que. le
ma época hubo otros conflictos secundarios semejantes, el profesa la juventud 'del partido. [ ... ] Aparece en púb~ico
principal de los cuales fue la cuestión de si las empresas fe- lo menos posible; jamás aceptó los muchos cargos de gobier-
rroviarias debían abonar las tasas municipales de alumbra- .·....no y otros puestos que 1e tueron
/ of rec1ºd os». 110
do, barrido y limpieza, de acuerdo con lo establecido por
la Ley Mitre de 1907, que regía la administración de los · .Esto sugiere que los ingleses adoptabl1!1, en general, las mis-
ferrocarriles. 108 mas actitudes que tenían hacia los radicales los grupos de la
Los radicales tuvieron un papel destacado en la campaña sub-
79
7&
v~~~ ~~~bl~~d:,~::c;~~
élite nacional. ?1 radicalilis.mo ert 4. Actividad política de los obreros
no poroue pusiera en pe gro. e ?r il lítico es- en Buenos Aires, 1890-1916
que sus características orgamzattvdas ly su est ~o~~cía hasta
b do contraste con to o o que se
ta an en aEgul grado en que estas interpretaciones eran acber-
entonces. d "f 1 0 de octu re
tadas o erróneas solo se puso . e mam iest~ ueg esidencia de
de 1916, momento en que Yngoyen ocupo la pr
la Nación.
Los inicios de la historia de la clase obrera en 1a Argentina
· están bien documentados por lo que respecta a los principa-
les acontecimientos en que participaron los trabajadores, pe-
ro hay muy poca información sistemática sobre el desarrollo
. de las condiciones de vida de esta clase. Hay datos parciales
•· . qsuperficiales en cuanto a salarios, situación en las fábricas
, i\.vivienda, 111 pero tales datos nunca se elaboraron lo sufí-
. e/ente como para permitir algo más que simples generaliza-
! Ciones acerca de las cuestiones básicas del nivel de vida de
,fo~ obreros o la forma en que este evolucionó en función de
j~riables como el ciclo económico, la inmigración, las inver-
·s¡ones extranjeras y el comercio de ultramar. El resumen ge-
héral de este período es que las condiciones de vida de la
~/ase obrera en Buenos Afres, sobre todo en materia de vi-
YJ,enda, dejaban mucho que .desear, si bien los salarios medios
~hm comparables a los que se percibían en muchos lugares
~~ Europa occidental y había en 1a Argentina oportunidades
iélativamente mejores para la movilidad social. Pero hacia
'i:'.910, cuando desapareció la frontera contra el indio y la
}t~rra comenzó a escasear' las oportunidades que se ofrecían
f)os inmigrantes declinaron marcadamente. El o.tro factor
!)Jtportante que debe tenerse presente es el alto .mvel de as-
piraciones de los inmigrantes y la enorme importancia que
~oncedían a la movilidad social, que, aunque existía, muchas
""'" ales permiten inferir que no bastaba para satisfacer tales
iraciones de manera cabal. Por último, muchos inmigran-
éran ex campesinos, y su comportamiento en Buenos Aires
ede atribuirse en parte a las dificultades que encontraron
ra asimilarse a la cultura capitalista urbana. Sin embargo,
'énfasis en la movilidad y en la asimilación no significa ne-
·. que para muchos inmigrantes las condiciones de vida eran
qsas y en algunos casos miserables, existiendo ciertos gru.-
. (en especial los provenientes de las regiones más atrasa-
: de Europa oriental) que ganaban muy bajos salarios.
:. es nuestro propósito analizar con detalle en este capítulo

Sl•
. .res, quien, al igual que, Pueyrredó?-, había per~enecido ~asta
5. El primer gobierno radical, ,:Poco tiempo atrás a p~tidos opositores al radical ~ ~ecu era
1916-1922 :el «protegido» político de Estanislao Zeballos, mtru?tro ?e
. Relaciones Exteriores de Roca en su segunda presidencia,
··en tanto que Pueyrredón había integrado el partido d,e Mi-
. tre la Unión Cívica hasta después de 1912). De ongenes
:má~ humildes eran l~s tres ministros restantes: Ra;nón G~-
mez (Interior), Elpidio González (Guerra) y Jase P. Sah-
;·nas (Educación), todos los cuales debían .el ~argo a su con-
El curso general seguido por los acontec1m1entos políticos ,.trol del aparato part}dario radic~l en provm~ias claves 1~~an­
posteriores a 1916 estuvo signado por la relación entre los ' . :.tiago del Estero, Cordoba y Ju¡.uy, resl?~ctlvamente). .~l
sucesivos gobiernos radicales y los grupos conservadores de· ¡_vicepresidente, Pelagio Luna, qmen muno en 1~19, tambien
la élite a los que aquellos remplazaron. En un principio, l~ U;f,ue nombrado gracias a las conexiones que tema en la pro-
victoria electoral de los radicales en 1916 pareció reflejar 1~· . :vincia .de Salta. . ,.
capacidad de repliegue y autoconservación de la clase gober~. :En tales circunstancias los grupos mfluyentes de la elite,
nante tradicional. Aunque fracasó el objetivo primitivo de . .· , que finalmente se habí~n resignado al c,am~io de &obierno,
crear un partido conservador mayoritario acorde con los li; · se vieron alentados a pensar que no habian necho smo dele-
neamientos fijados por Pellegrini y Sáenz Peña, y el control gar en la nueva adminiStración el po?er directo que antes
directo del gobierno pasó a nuevas manos, no había motivos · tenían. Los radicales parecían estar gmados, en muchos sen-
para creer que el poder real de la élite hubiera desaparecid~ tidos, por los mismos objetivos generales '!ue ,ello? .Y. ser
o disminuido en grado significativo. El ejército y la marina.· merecedores de continuar el proceso que habia sido iruciado
tenían los mismos comandantes que antes de 1916; los prin; • por Sáenz Peña.
cipales grupos de presión, como la Sociedad Rural, seguían El radicalismo aún mantenía sus rasgos más conservadores.
intactos, y miembros poderosos de la élite conservaban aúrl •;Por ejemplo, gran parte de los nuevos gobernantes, y en ~ar­
posiciones estrechamente vinculadas a las empresas foráneas, . ticular el propio Yrigoyen, eran más marcadamente clenca-
·. ·.ies que la mayoría de sus predecesores, muchos de. los cual~s
. :habían sido francmasones. En 1918, La Van guardia declaro:

El gobierno radical en 1916 «Nunca como en este momento ha sido mayor la influer:cia
de la Iglesia. [ ... ] El propós~to .d~l gobierno [es] r.eahz.ar
En muchos aspectos, se diría que la oligarquía implemente · .una política inspirada en los prmc1pios de la dem~cracia cris-
había cambiado de ropaje. En el primer gabinete de Yrigo- tiana: de paternal prot7cción pa~a los obr;;_~os, siempre que
yen, cinco de los ocho ministros eran ganaderos de la provin¡ .. . estos permanezcan sumisos y resignados».
cía de Buenos Aires o estaban íntimamente conectados con el
·• Por lo demás, Yrigoyen no se h.abía apod~rado del gobierr:o
1

sector exportador. El ministro de Hacienda era Domingo ;E;, ·.


Salaberry, quien se dedicaba a las exportaciones y a los asun1 . . : por la fuerza: si ocupaba la primera magistratura, lo debia
tos bancarios e inmobiliarios.11 3 El ministro de Agricultura¡ ' · >'a la cortesía de Sáenz Peña y de su sucesor, De la. Plaza, tanto
designado posteriormente ministro de Relaciones Exteriores, '.:. 0 más que a su propio empeño. En 1916 los .radicales apenas
Honorio Pueyrredón, era un gran terrateniente patricio de · •.i;i obtuvieron algo más que el c~rg? de pr~s1de~te de la fü;-
la provincia de Buenos Aires. El ministro de Marina, Fede- / :pública. En casi todas las pro;rmc~as segu1an siendo oposi-
rico Alvarez de Toledo, poseía también grandes exteQsiones . .'; ción, y también estaban en m~no~ia en el Cong;eso: en la
en Buenos Aires y Mendoza. El de Obras Públicas, Pablo .. '' ·\Cámara de Diputados no cons1gu1eron la mayona hast~ las
Torello, era un destacado hacendado, e iguales antecedentes• '.·elecciones de 1918, mientras que en el Senado, cuyos miem-
tenía Carlos Becú, el primer ministro de Relaciones Exterio- .'.J,ros duraban nueve años en el cargo y eran normalmente

108 · 109
·.· época Coi; .c~mbios más sustanciales derivaba de que por ser
elegidos por las legislaturas provinciale.s, los conse:va?ores • una ~oalic10n de terratenientes y de grupos de da' d'
1a retuvieron hasta 1922 y aun despues. Por cons1gu1ente, . ~o vJ.culados a la industria, ellos mismos eran ben~fi:~i~~
amén de las otras prerrogativas de que todavía gozaban, los mmie iatos de la e~onomía primario-exportadora como . ro-\
conserv:;idores seguían manteniendo su predominio en ma- . du~tores y consumidores: Apuntaban a fines redistriburivos ,
teria legislativa. : mas. que estru.cturales, siendo su objetivo primordial demo- ,
En 1916 la posición de Yrigoyen era, pues, bastante. ~ébil, ' ?ratizar la s?ciedad de los estancieros racionalizando y ine-
y sus medidas de gobierno estaban fuertemente condiciona-
das por su relación con la élite. Tenía como mandato lograr
{f ·1
rando sistema de relaciones políticas y sociales que ha-
. ta surg~ o de e~la. Lo máximo que se atrevieron a hacer fue
dos objetivos generales: en primer lugar, debía apuntalar , ~nr~duc1r cambios .secundarios en la pauta de distribución
los intereses económicos de los grupos terratenientes; en se- ...· e mgreso y u~a i:ueva relación entre el Estado y los sec-
gundo lugar debía establecer una nueva relación con los sec- . !tares. m,banos,. fmalidades que se desprenden claramente de
tores urban~s, que habían sido la mayor fuente de inestabi- . as s1gu1entes declaraciones del año 1920:
lidad política desde comienzos de siglo. La razón p~incipal
de que los conservadores hubieran fracasado en orgamzar un «[La, ~onstitución social del país] no se alcanzará mientras
partido de masas era que habían sido incapaces de adaptar su )os gooiernos 1:.º se compenetren de su esencial deber de pro-
posición como productores al imperativo de ofrecer algo con- .pulsd lls med10s para. que la justicia discierna sus beneficios
creto a los grupos urbanos. En apariencia, solo los radicales .~ to os os rangos social es. [ . . . ] La democracia no consiste )
eran capaces de superar esta dificultad: ellos se habían con- rolo e~b.l~ garantía de la libertad política: entraña a la vez ~
vertido en un partido «inorgánico», eludiendo trazar un pro-
grama concreto, envolviendo sus objetivos con un velo de re-
ª. posi ihd~d ?e todos para poder alcanzar un mínimum de
;;.1enestar s1qmera».11a
&
tórica moralista y cubriendo sus compromisos reales con eflu-
vios de un· paternalismo· engañosamente generoso. A esto se : «En cont~c~o asiduo y directo con el pueblo, con las activi-
había añadido la insinuación continua de que los grupos de ades ¡ostt1vas de la nación, el presidente Yrigoyen demó-
clase media tendrían en su gobierno un acceso más amplio rat~d e verddad, logra lo que nunca pudieron obt~ner los
res1 entes e clase; la confianza y el amor de los c;.. d
"" a~
a los cargos oficiales. · ..anos».111
Este principio, que llevaba a los radicales a mediar entre lós;
intereses de la élite v los de las capas medias urbanas, fue el·
que confirió su carácter a la lucha política luego de 1916. stbl doble énfa~is ~1.1 el «bienestar» y el «contacto con el ¡·
No es que el nuevo gobierno se lanzara deliberadam:nte a : e O» ~os esta. ~hc1endo que los radícales apuntaban a lo-
atacar los intereses económicos de la élite en forma directa:•, una mteg:ac1on política y una situación de armonía de
como sus predecesores, el gobierno radical evaluó sus pro'-'} s, mant~ruendo la es.t~ucti:~a socioeconómica existente 1 1 '
píos éxitos en términos de su car~cidad para exp~ndir. y c~rt o pdromov1endo la partic1pacion política institucionalizada j
solidar más bien que para modificar, la econom1a pnmano; ~ra. e los marcos?e la clase gobernante tradicional. Estos
export~dora. Es difícil señalar algún cambio sustancia~ en lf }et1vos cor;npromet1er~n al gobierno con dos grupos claves:
trama profunda de la sociedad argentina cuando Y ngoyetl ~dase media ~e profes1~nales «dependientes», que ya antes
dej6 el gobierno en 1922: el sector exportador seguía dó.; ,,1916 se .ha~ia convertido en un elemento importante den-
minando la economía del país, los sistemas financiero, tribtf" del rad1cahs~o, y la clase obrera urbana. Los contactos
: tario, aduanero y el régimen de la tierra habían permanecid6 tu':º. el gobierno co.r; estos grupos modelaron su relación
incólumes, y las conexiones con los ingleses continuaba. n la elite 1'. con el capital extranjero. La cuádruple relación
siendo tan sólidas como en el pasado. Las realizaciones neC u7 esto dio .lugar en definitiva pasó a ocupar el proscenio
del gobierno radical fueron en verdad muy. pocas, y si . ,,; .1í tico argentmo hasta 1930.
hubo, o bien complementaron lo hecho anteriormente o bien. .• )robl~ma central derivó de la tendencia del gobierno ra- 1
fueron meras maniobras que fácilmente podían revertirse. '-'' ·. a a almearse en demasía con los grupos urbanos; cuando ,
La ineptitud de los rad.Ícales para comprometerse en est~

110
. alma muy que~ida: la de mi ~ermano Santiago, y esa voz,
gunda pr·esidencia, a fines de la década del veinte, los mi- en. la forma eterea del magnetismo, me dijo: 'El presidente
nistros se quejarían de que los hacía esperar días enteros In~oyen no es Hipólito Irigoyen. Nuestro .naestro nuestro
para recibirlos, mientras se ocupaba· de una cohorte de jó- a.migo, nuestr~ ~pós~ol, se encuentra actualmente ;n el par-
venes yiudas que venían a reclamar pensiones del gobierno. tido de Gualillm, cmdando una majada de ovejas. El 12 de
Era rarísimo encontrar una fotografía suya anterior a 1916. octubre d~ 191~ terminó su misión partidaria y patriótica.
En ocasión de la muerte de su hermano en abril de ese año, · En ese mismo dia llegó de la India para reencarnarse en su
la prensa pudo tomarle algunas fotos que revelaban incon- · ~nvoltura hum~na Joaquín Chrisnamurty, alias Alcione, un
fundiblemente su gran estatura, aunque el rostro estaba de . JOV~n d~ 28 anos, un verdadero pozo de ciencia, que en la
propósito casi totalmente cubierto por el sombrero; se dice . U;iiversidad de Oxford, a los 14 años de edad escribió en 8
que se oponía a que se le tomaran fotografías a causa de sus · dí~s un marav~lloso libro científico, en cuya ;edacción cual-
principios kraussianos, que vedaban reproducir su. «alma», quier otro hubie;a ,necesitado 3.000 años; este Chrisnamurty
pero lo más probable es que se tratara de una pequeña tra- ·• es el_.segu~,do D10~. Puede usted creerme", agregó el doctor
ma urdida para explotar la curiosidad del pueblo. Cuando Lencma~;. cualquier cosa que haga desde la presidencia será
de~cubrió la importancia electoral de los medios masivos de .. para felicidad de todos nosotr?s; El podrá destruir al país,
comunicación, estas pequeñas peculiaridades prontamente : pero se~uramente lo reconstrmra meior. Es posible que las
desaparecieron: en 1919 su retrato apareció en carteles pe~ generacione~ actuales no .le comprendan, pero cuando dentro
gados de uno a otro extremo del país. Un militante sindical de, 2.00.~ anos la ,humamdad estudie historia argentina, ten-
de esa época recordaba que durante un viaje que había reali- dra nocion verdadera de este milagroso mandatario"».183
zado a las plantaciones de yerba mate, en el norte de las pro-
vincias de Chaco y Misiones, con el fin de afiliar gente, sus ; Estas ext~avagandas eran poco frecuentes, pero hasta en
esfuerzos tuvieron escaso éxito debido a que los trabajadores Buenos Alres aparecían con cierta asiduidad en las reunio-
indígenas afirmaron que su corazón estaba únicamente con·· nes públicas, f.anáticos que gritaban frenéti~amente: <<'Yri-
«el Padre de los Pobres», Hipólito Yrigoyen, cuya efigie goyeµ es un d10s!». Esta apelación puramente simbólic~ tal
conservaban como un tesoro en medallones de quincalla que vez. cumplió algún papel en la movilización de apoyo a los
182
les habían regalado los agentes radicales. radicales en las zonas más atrasadas del país pero en las ciu-
Algunas anécdotas y habladurías populares servirán para . dades el proselitis!11o se basaba por lo gen;ral en cosas más
ilustrar mejor el misterio y la adulación que rodeaban a Yri- concr.e,tas y materiales, como lo indica el siguiente ejemplo,
goyen. El siguiente relato, proveniente de la provincia de tambien dado a conocer por una persona hostil a los radicales
Mendoza, fue puesto en circulación por un opositor en 1919; (aunque no debe tomárselo al pie de la letra) :
se refiere a la relación del Presidente con el líder radical de ·
esa provincia, José Néstor Lencinas. Parecería que solían •. «E!a el señor Irigoyen un asiduo concurrente a la casa de
propalarse versiones como esta, que fomentaban en zonas · banas de la calle Suipacha El Palacio Arabe. [ ... ] Todo
de población semihispánica, como Mendoza, la visión de su · e~ personal sub~lterno de la casa tenía una especie de adora-
líder nacional y de su caprichosa política en estos términos. :~1011 por ese cliente, que lo trataba con gran amabilidad fi-
anárquicamente apocalípticos: ;nez~ y cortesía, no olvid~ndose nunca de interesarse por 'sus
f.a~ihas, sus cosas y necesidades. Es unánime la opinión, entre
«Hace más o menos tres años, cuando se iniciaba una disi~·
q~1e~es alguna ;rez h~blaron con él, de que sabía usar de su
dencia con el señor Irigoyen, el doctor José Néstpr Lencinasr
?on iz:~ato de simpatia en las conversaciones, así como de la
actual gobernador de Mendoza, cuya amistad fraternal con el ~ugestion a la que pocos escapaban. .
presidente de la República es bien conocida y apreciada po · }>Cuando fu.e presi~ente la primera vez, dejó de concurrir,
todo el país, ante mis protestas contra el mal gobernante m ~ramente abs~rbido por la atención de sus tareas. [ ... ]
hizo una revelación; me dijo ·textualmente: "Yo tambié .. arios de sus amigos continuaban concurriendo en su calidad
protestaba contra,Irigoyen, pero hace cuatro noches, cuando
e clientes del establecimiento. Entre ellos se contaba el se-
me estaba quedando dormido, me habló al oído la voz de un

114
@¡4JJLJ$.ii;;

líl est~ come~ó .ª poner en peligro la relación de la élite- con · mismo tiempo, la personalidad de Yrigoyen siempre cau-
ir cap;tal extran1e~o y 'los mercados de ultramar, desencadeír gran fascinación. A pesar del desagrado que les producían
ommosas expresiones de conflicto político. Las dos crisis f e· métodos y de la envidia que tenían a su sagacidad polí-
dam~ntales q?e sufrió el gobierno radical, en 1919 y 19f _, muchos opositores dejaban traslucir una actitud que no
se;: vl?culan cU:ecta~ei:te ~ ,un proceso de esta índole. Al pr \de mera incredulidad por la manera en que el nuevo pre-
pio tiempo, dicha mclinacion de los radicales hacia los sedt _,t)nte se defendía y manejaba. Un líder de ·1a oposición
res urb,:tnos motivó la supervivencia del conservadorismo' . servadora, Rodolfo Moreno, declaró en 1918:
estos· anos Y fue la causa de que el intento de la élite
d.elegar en aquellos la supervisión de sus intereses termina' ·.n hombre que no podía salir al debate público como con-
finalmente en el fracaso. · ri. cuencia de su incapacidad y que necesitaba, para acrecentar
~:u prestigio, rodearse de misterio y esconderse rehuyendo el
~pálisis. He ahí que la fantasía popular hizo un estadista de
· ien jamás pronunciara un discurso, escribiera un libro,
Las técnicas del liderazgo popular ,P:azara un programa, tuviera un título universitario, hiciera
;A .Yida social [ ... ] poseyera, en fin, alguna de las cualidades
Ha~, sin em~argo, un aspecto en el cual el advenimiento .,Ji qiie destacan en la vida democrática, que es de discusión y de
gob,i~rno radic~l marcó un cambio revolucionario en el estilo Jfüre examen».181
polltl~o argentino. La atmósfera cerrada y formal de la oli; ~};·:
garqma fue muy pronto barrida por una oleada de eufori~ Yrigoyen era, en verdad, un elemento extraño y novedoso en
popular. Cuar:do Yri~oyen prestó su juramento, el carruaj~ la política argentina. Aun después de ocupar la primera ma-
que lo condu~ia fue tirado a lo largo de las calles por adictos •gistratura se negó a pronunciar discursos públicos; durante
r suyos proveruentes de los comités de la capital.178 Por su
fo mandato se abandonó la costumbre de que el presidenté
: empleo1 de métodos. no:redosos de conducción y su dominio He la República dirigiera personalmente su mensaje al Con-
so~re una masa p~rttdana co:i ra1:1Jficaciones en todo el país¡: greso al iniciarse el período de sesiones legislativas, para gran
Yngoyen se hallo en una s1tuac10n muy diferente que sus· ·•disgusto de los elementos formalistas de la oposición conser-
• antecesores. Ya con Roca, Juárez Celman y Figueroa Alcort'a~ Y.adora. En lugar de ello, Yrigoyen redactaba un preámbulo
-y .en el pasado con Rosas- se había esbozado una ten-' al mensaje, lleno de divagaciones en su mayoría ininteligibles
!) denct~ a la personalización de las cuestiones políticas pe.ro.. para los políticos corrientes (esto era a menudo intencional),
I el estilo de Yri~o~~n confirió a este elemento una p~siciórÍ
.cen~ral. Se conv:1rt10 en convencionalismo aceptado que io~·.:
radicales prelu~t~ran todas ,sus declaraciones y acciones con
y que el vicepresidente o algún otro delegado suyo leería an-
. te el Congreso. Parecía dedicar la mayor parte de su tiempo
a confabulaciones con sus colaboradores del partido, las cua-
extensos panegmcos ~.~u hder. Asimismo, los ataques más. '· les no tenían lugar en el palacio de gobierno (la «Casa Ro-
mordaces de .la oposicion estaban reservados al .presidente\ :: 'sada») sino en su vieja y modesta casa cerca de Plaza Cons-
En ~uenos Aires había un periódico, La Mañana (conocido·~: • füución. Sus presentaciones en público seguían siendo muy
partir de 1919 como La Fronda) que se dedicaba exclusiva{ limitadas; casi las únicas oportunidades en que se podía ver-
mente a comentar los errores y defectos de «El Peludo» ccV lo era cuando concurría al funeral de algún personaje parti-
mo todo el mundo llamaba ya a Yrigoyen: ' :: dario en apariencia secundario. Los partidos opositores lla-
maban a esto su necrofilia, aunque puede explicarselo por el
«El ~eñor Irigoyen ~ 79 es un simple boss, hábil y sagaz en la~· ·alto valor que asignaba Yrigoyen a la lealtad para con sus
m~ruobras del comité. ¡Orador, escritor y pensador! [No es' , amistades políticas y· por el énfasis que ponía en las relacio-
n:,as que] ~.ma .leyenda de mistific~ción que después de 3Q ,_. nes personales en su conducción del partido.
?nos de .misterio estalla en ~l gobierno como exponente dé : También era muy conocida su intensa vida sexual. Aunque
ignorancia, de regresión y de caudillaje».180 · nunca contrajo matrimonio, dejó por lo menos una 'docena
. de hijos, que tuvo con sucesivas «señoras». Durante su se-
112
ñor Crovetto, que fue gobernador de la provincia de Buen le, entregará el nombramiento de directora de la escuela
Aires y presidente del Banco Hipotecario Nacional. ; N'!. . . para su señorita hermana, fulana de tal".
»Trabajaba como pedicuro en la casa un hombre joven ape >>.'La cabeza le daba vueltas al protagonista. Se creía soñando
llidado Guarino, quien no era el menos expresivo en sus roa;¡ 'pn un cuento de Las mil y una noches. Y más cuando al
nifestaciones de adhesión al personaje. En circunstancias eni despedirlo, su poderoso amigo agregó: "Mándem~ con Cro-
que atendía al Sr. Crovetto, se lamentó de su inasisten1) ;vetto una lista de parientes que necesitan empleo, y los datos
cia. . . "Y precisamente ahora que lo necesito", agregó, ·~yÍ 'gue les correspondan".
con seguridad me hubiera atendido en el pedido que desea »No fue lerdo el susodicho en el envío que se le había en-
hacerle". "Si es algo que yo pueda trasmitirle ... ", se ofreciq[ ggmendado, y desde entonces él y su beneficiada parentela,
cortésmente el cliente. Guarino, animado con eso, se atrevió\ !pdividual y colectivamente, aumentaron el número de los
a explayarse. Una hermana suya se había recibido de maes~1. f!Ue, como decía antes, gustosos se harían matar en defensa
tra normal, y hacía meses que ambulaba inútilmente en su~ qe su ídolo».184
gestiones para conseguir una suplencia que le diera títulos;
para poder después aspirar a un cargo de estabilidad. . . l. Í~te nuevo estilo de política popular ib~ acompañado de
»Dos días después de esto, llegó con apuro a la casa de baños¡ µna participación mucho mayor de los grupos urbanos, que
el influyente personaje y dirigiéndose a Guarino le dijo: "Sá'¡ a,ntes habían sido relegados a un papel indirecto o sólo oca-
quese inmediatamente el delantal, póngase el saco y el som-; . sional. Los radicales veían en ello el síntoma de un nuevo ·
brero y véngase conmigo" ... Un instante después, Guarinof 'espíritu democrático; la oposición, en cambio, incluidos los
que no sabía lo que pasaba, iba repantigado en el asiento del· · socialistas, solían describirlo como «el gobierno de la plebe»,
lujoso automóvil ocupando la diestra .de su protector, rumbo· .··.·y aludían a los adeptos de los comités radicales como «la
a la Casa de Gobierno. ' .: chusma», afirmando que sus rasgos distintivos eran una ve-
»Llegados a ella, se dirigieron a la presidencia, y entraron. nalidad totalmente fuera de lo común y .un insaciable afán
por una puerta especial sin tener que pasar por la "amansa''; ··de corrupción.
dora", bullente en ese momento, como siempre, de postulan1 · Sea como fuere. ·la presencia de estos grupos contribuyó a
tes, funcionarios y legisladores que a veces tenían que esperar acelerar la lenta trasformación que venía produciéndose en
meses para ser recibidos. El presidente los aguardaba y al ios partidos políticos desde la década del noventa. En todos
verlos entrar se dirigió rápidamente hacia Guarino y estre" ·•• ··· los planos de la política, introdujo nuevas pautas y estilos de
chándolo en un abrazo, le daba palmaditas al mismo tiempo eontacto entre los políticos y el electorado. Si se exceptúan
que ]e decía, "Mi querido amigo, no sabe cuánto gusto me algunas zonas remotas del interior del país, que vivían en
da verlo por acá .. Y sobre todo sabiendo por lo que me há una economía de subsistencia, en todo el resto la actividad
dicho Crovetto que me necesita y que puedo atenderlo en, dectoral dejó de ser cuestión de simple soborno y evolucio-
el pedido que viene a formularme". ,; ñó hasta cep.vertirse en un problema de organización. de roa- (
»Mientras tanto el otro. embargado por la emoción que le.· · sas; una revolución paralela tuvo lugar en el arte de la pro-
causaba tal recibimiento nada menos que del excelentísimó; .. J¡aganda política, y surgió un nuevo estilo de periodismo po-
señor presidente de la República, lloraba como una Magda, · , ·puiat. Por último, como reflejo de la gama mucho más am-
l1~na y no atinaba a pronunciar palabra alguna. Cuando logró.. 1plia de demandas articuladas dentro del sistema político, el
calmarse algo y balbuciente aún, pudo dar detalles de lo qu{ · <proceso de toma de decisiones y la amplitud de las activida-
quería. Al llamado del primer magistrado acudió un secreta';. cdes oficiales comenzaron a adquirir nuevas y más complejas
río de Educación. Fue sacado este .de la "amansadora" en la. ·dimensiones.
que había recibido la indicación de permanecer hasta que se ; El radicalismo siguió siendo un conglomerado híbrido; las
le necesitara. Una vez en presencia de su jefe, este le presentó: 'disparidades regionales y de clase que llevaba en su seno y
a su "gran amigo Guarino" en términos encomiásticos, ala: · 'que no había logrado eliminar le impidieron. cobrar la forma
bando su fidelidad y sus condiciones. En seguida le ordenó; /R<ergáriica» a que habían aspirado los reformadores de .1912.
"Vuelva a su despacho y acompáñese con este señm, a quien •. En muchos aspectos continuó siendo el heredero de los par-

116
ción bélica. Solo después de 12!Z..n1Lci.Q.Le.QJPetatla.Arg~r1_ti::
' tidos «personalistas» del pasado y comp~rtiendo :n~cha~ de ,
1 las características .autoritarias de los gobiernos oligarqwcos; ~n~~f*f1;~~1%a~i/Jf-l~?f!~~;~:=hraaT:ntªr· x~-~km@d.a ..ds;
1 El medio heterogéneo en que le to.có ací?ar y las deman- ,
Demañera qüe;é'n'"d::Oplanci.ecoñómico, Ja época de Ja guerra
· das conflictivas a que estaba sometido de¡aban una perdu- .·
y la posguerra se dividió en dos etapas principales: la prime-
rabie impresión de improvisación y confusión. En 191~ ?!1º
de los principales periódicos conservadores de oposic1on, ra, qi;e se extiende de 112,13 a 1917, fue un eríodo .s!t..dt-:._
Pft,SlOll; I~~!:f5LI_nd~,__<:DJte... l~.1§ . x_~L~52,WlC::-~~..!kpxe.­
La Nación, declaraba: S10n de posguerra en 19~.!_,_i;in período de au~ori,gIDJ!.do
fiiñdamentalmente en la crec1entectemanda externa de ex-
«El Partido Radical carece de representaciones concretas en ; portaciones argentinas. En -erprimer--p~dOhubo coñsid~
materia de gobierno; no podría definir sus. o?jetivos en un •· r'atíle desempleo, el cual afectó sobre todo a la clase obrera
plan de acción preciso e integrado en sus dist.mt~s aspectos; · . urbana en las esferas vinculadas al sector exportador. E.&19.
sus ideales constituyen una nebulosa, sus aspiraciones se re~ ,
· se ,re~leif ~n ~~ aba~do~o_Atl.,]?_<:!Ís,_e.!,'.,t~_)Jl'.Ly 19J§_,__9.~~
velan según la vaguedad de virtudes ilimitadas. Su fori;na- •.
ción,. por fin, es un impulso torrentoso de recuerdos _oposito- '
. mas e 7 0 . ex lf!.m.!grantes.
res y empeños revolucionarios, esencialmente negauyos ~r
-EI efecto princip;i'l'de l'.1. guerra~ más marcado en .~J _segyp-
su propio enunciado. La única cosa ~Xistente ~ue tl~ne di-.• . ?º-~~~ocio, fo~aa JñfJª-fiQiCEí'áuiñeñiü de pre~ios
mc1 10 tanto en los artículos importados como en los na-
mensianes [ ... ] es la persona de su Jefe, el senor Ir1goyen, cionales. A medida que la guerra elevaba velozmente los cos-
, punto de ref erencta
exclusivo . pasado y present e».185 .
tos de producción en Europa y se producía un súbito incre-
-~ento de I?s fletes .internacionales, se elevó también el pre-
1c10 de las 1mportac10nes; en 1918 el volumen de importa-
ciones había disminuido a la mitad del que se alcanzó en
La economía argentina durante 1910, en tanto que los precios se incrementaron un 300 %
la Primera Guerra Mundial en ese lapso. 187 Los precios de los bienes internos se vieron Í
;afectados por los de las materias primas importadas; entre
Antes de comenzar a analizar con más detalle la relación d~J )os artículos primarios importados el que más sufrió este
gobierno con los grupo~ urbanos, e,s i:nportante ?asar hrev:~ aumento fue el carbón. En 1913 se importaron más de 4 mi-
revista a los acontec1m1entos econom1cos de la epoca de ll! llones de toneladas, cifra que se había reducido en 1916 a
guerra y de la posguerra inmedi~ta. . , ~" poco más de 700.000 toneladas. Luego de 1917 se ~era_- r
Cuando Yrigoyen subió a la pres1den~ia en 19~?' el pat~ e~tl!r . ron nuevas presiones inflacionarias a causa del aumento .de '
ha viviendo las agonías de una sena depres1on econom1 :1nem~-~ª::¡ __extérña~ -Cie~J?i:oduci:os--á-grÓpecuarfos ;- c~~¿ -Ja
iniciada en 1913 con la sq~ita inter_!!12tl<?.~ de las inversion oferta]2ermaneda relativamente · iñe1ási:ka · clfrha · élemand~
extranjeras,~_~a!_~e..-~!?-I~fa_b_á',·a su vt;_z, a la s_.'i;1;1s ma JüVcíCr_ide~te.grav1tad6ñ"én. 1Üs pr~d~;-~~i~s .c~nsumtdores
~1~: §1~ _e ~E<!2!8- l:{~§§ii subido un_?z_~-,~~~-r~-~P.~S!9 a
cferaiue:~a!rav~-~.'.1.§~_;§~~-~E~ 1 dese,n~-~9~!-!~ªª-E9.~ }ª- ~rra ~
' los~Bakanes~156 Ese mismo -año la cosec!IBJ!.acaso sm1 01
· el-~~-ádr~·-.z5·e sintetiza esta evolución empleando núme-
'yo~volumen deICómetcio exterior. El !'!Stallido d_e la g1;1er;
\ eñ agosto-der9T4 profüñdíz6 la d~~resión; las mvers_1on_ índices y tomando como base el año 1914. Se puede
' extranjeras cesaron por completo, ba¡o el valor de las uerr ,eciar el aumento de las exportaciones luego de 1914 (sal-
y se produjo una seria escasez de capacidad de embarque. • en 1917, cuando fracasó la cosecha) y la paralela dismi-
balanza de pagos solo pudo mantenerse e9-uilibrada merce 'dón de las importaciones, hasta el auge de posguerra en
··• una cuantiosa reducción de las importac10nes. Esta falta:· 20. También se pone de manifiesto la forma en que se
bienes importados persistió durante toda la conflagración e'.varon los precios, sobre todo los de los bienes importados:
el pi;:ríodo de posguerra, en tanto y en cuanto Gran Breta. :par que el volumen de importaciones se redujo, su valor
y otros países europeos dedicaban sus recursos a la produ, . tal aumentó considerablemente.

118
-r·-<F
; La in~l~ción f~e uno. 9e los factores preponderantes entre 1
go de perder los vínculos que había establecido con los
. os urbanos, lo cual dejaría la vía libre a competidores, . ¡>
: , que rigieron la relac10n entre la élite terrateniente y los se . o el PS, más expresamente ligados a dichos grupos. Era '1 '
¡ tores u~ba~os. dura?te el primer gobierno radical. Su efec' nester, pues, encontrar algún modo de apaciguar a los gru·
, fue red1stribmr el mgreso de ios sectores urbanos hacia l i,i.irbanos sin enajenarse a la vez las simpatías de la élite.
¡ grupos rurales Y exportadores. Mientras que los terratenie :'lo atinente a los grupos urbanos, se descubrió que la \
/ tes y l?s exportadores s~ beneficiaban con la inflación a ca ca forma factible de lograrlo era aumentar la cantidad de :,
: sa de los mayores prec10s que percibían por sus pr;duct gos burocráticos y profesionales. La readopción de los '
. entre 1914 y 1918 el costo de vida urbano aumentó alred canismos tradicionales de patronazgo político y sus con-
, dor ?e un 65 % : el costo de los alimentos aumentó en pr' uencias de largo plazo sobre las pautas del gasto público
med10 un 40 % ',e! de los alquileres' un 15 % ' y el de dél' saron a ser, a la postre, el rasgo primordial de las relacio- ,
tos rubro.s espec1ficos de consumo (como las confecciones entre la clase media urbana y la élite conservadora, así·\
qu.e eran importadas o cuya producción dependía de materi mo la condición básica para que los radicales pudieran con-
, pnmas europeas) casi un 300 %.1s9 var el apoyo de la clase media. Por supuesto, el uso de ta-
. expedientes no significa que todos los votantes nativos
Cuadro 2. Indices del comercio exterior, 1914-1922. e. clase media obtuvieran un cargo público; los cargos eran
Volumen Volumen tilizados fundamentalmente para establecer o mantener el
de las de las Valor de las xo entre el gobierno y los comités del partido, y, a su vez,
exportaciones importaciones exportaciones ú~stos últimos operaban como principal dispositivo para la
1914
1915 100 lOO 100 100
!:inovilización del electorado, recurriendo a menudo a técnicas
1916 127 84 116 114 .'más convencionales. 190
1917 112 81 129 142 · in embargo, este sistema de patronazgo no surgió de la no-
1918 79 70 171 176 '.the a la mañana. El principal problema inmediato en 1916
1919 113 62 174 256 !era que cualquier aumento del gasto público para expandir
1920 135 86 190 244
133 111 200 276 .Ja burocracia hubiera exigido un aumento de los impuestos,
1921
1922 116 l03 138 228 ,y., como el sistema impositivo no había sido modificado en
153 112 109 188 .Jo más mínimo, dicho aumento repercutiría en los propios
Fuente: Basado en Guido Di Tella M 1z • . sectores urbanos. El grueso de las recaudaciones del Estado
del desarrollo económico argentino, B~eno~nAfres, y~6~~~ágs~J~t,t3~f ·:provenían de los aranceles aduaneros de los artículos impor-
.tados, y por lo tanto se cargaban al consumidor. La única·
:forma concebible de modificar esta situación habría sido un
¡impuesto a la tierra; pero fijar dicho impuesto no era fácil :
La estrategia política del gobierno !para el radicalismo: habría constituido un ataque directo a;
.ta élite terrateniente, y, aparte de otras consideraciones, ha-
En 1916 los efectos de. la infla~f ón sobre los consumidores .. ·. 1bría puesto en peligro su propia naturaleza de coalición. Aho-
df~ª1ºss llevaror;. al gobierno radical a una posición bastante
1c1 . ·~. propos1to era poner fin a las tensiones políticas
~~a bien: tampoco resultaba muy fácil incrementar los arance-
t!es aduaneros siendo ya tan altos los precios de los bienes
entrf lj elite Y los sectores urbanos y consolidar su posición. ·importados.191
Í
e?, e ec!orado, en un momento en que, a causa de la infla.:· )Antes de 1919, cuando las im'portaciones y las recaudaciones
c10n, os mtere~es de ambos, grupos eran agudamente diver~ . ,:flsc::ales comenzaron a mejorar, el gobierno se mostró poco
gentes. El gobierno no podia evitar que los terratenientes .dispuesto a incrementar el gasto público en un monto signifi-
1 sacaran provecho del au~e g~nerado por la guerra en lo ta.. . :;cativo, y hasta cierto punto podía justificarlo invocando al-
. cante a los produ.c~os prlmar1os. Por otro lado, si no inten-· ·. igunos de los principios que había defendido cuando estaba
taba al menos mitigar los efectos de la inflación, corría ef ··en la oposición. Con anterioridad a 1916 las radicales ha·

120 ·•. 121


bían .afirmado -aunque pocos les creyeron, y menos aún ' na~os por el P?der Ej~Sutivo, sin que la ley estableciera si-
las clases medias urbanas- que una vez en el poder acabarían qu;era por me~10 de quien y en qué condiciones se harían los
con el sistema de favoritismos oficiales, como parte del pro- prestamcs, de1ando todo al arbitrio del gobierno».193
grama de «regeneración moral» que habían emprendido. En
consecuencia, el sistema de patronazgo tardó en desarrollar- ~os gn~pos ºP?sitores del Congreso rechazaron las modifica-
se. La mayoría de las personas nombradas por administracio- ciones 1IDp?s1t1vas debido a su temor de que el dinero que
nes anteriores, al menos en el plano nacional, fueron deja- le fuera qmtado se empleara con fines francamente partidis-
das en sus puestos. 192 tas. ~ensar. que podían estar en lo cierto no es ser injustos
En lugar de ello, en sus dos primeros años de gobierno los con. ~1, gob,ie~no. En 1916, los radicales se hallaban en una
radicales trataron de promover en eL Congreso una serie de pos1c10n ~ebil en el Congres,o y en muchas de las provincias,
reformas moderadas tendientes sobre todo a favorecer a los·.· Y procuraoan encontrar algun medio de fortalecerla.
arrendatarios rurales. Se propuso la creación de un banco Otra de la? propuestas del gobierno consistió en pedir que
agrario para contribuir a los planes de colonizaciÓJ:?, y se in- se. lo ~utonzara a. negociar con ciertos bancos neoyorquinos
tentó fijar un impuesto temporario a las exportaciones agro- un prest~mo tendiente a consolidar la deuda pública. Esto
pecuarias con el fin de llevar alivio a los granjeros que atra- vuelve ~ ilu~t~~r su ort?doxia financiera en esa época, su fal-
vesaban momentos de penuria, así como desarrollar un plan ta de ~s.r~s1c10n para mcrementar el gasto público y su bús-
de obras públicas que permitiera hacer frente al problema de queda m1c1al de alguna alternativa frente a un sistema de
la desornpación urbana. Otro proyecto legislativo tendía a .. patrona~g~ basado simplemente en tal aumento del gasto.
la compra de barcos mercantes que pudieran reducir los cos- • J..eyes similares a estas se habían intentado imponer en el
tos de flete en las travesías trasatlánticas. · pasado. La úni;a. auténtica no_y~~ad fue~_un.J1t9..Y~ctg de im~
Estas medidas deben interpretarse como una tentativa · P,?esto a 1os red1!2_~_P.erl'ºPªl~-ill,tr~gcid0_ en 1918~Peio
consolidar el control sobre los sectores rurales de la región . wnguno de estc;s proyectos prosperó, ~~"'i~epci6~- <l~rk-
pampeana y adquirirlo en las provincias de Buenos Aires, •pues~o t~mpora,no a las exportaciones agrícolas, que tuvo vi-
Córdoba y Entre Ríos. Este fue también, a todas luces, el ~~ncia anos 1:11ªs tarde, durante el auge exportador.194 Este
motivo por el cual la oposición conservadora se negó a con-' r:~1buto fue fmalmente aprobado por el Congreso el 18 de
siderar dichas medidas. Uno de los rivales más prominentes. ~nero de 1918, luego de negociar con los aliados un impor-
de Yrigoyen en años venideros, Federico Pinedo, las ·des~ tare acuerdo de compra de cereales a precios garantizados.
cribió en estos términos: .' ·.E hech~ ~"; que el Parlamento aceptase el impuesto fue fruto
~e Ja op11~ion preval~ciente en _cuanto a que el gravamen afee-
«Llegado Yrigoyen al gobierno como Mesías, cuando se es~< • pma, o bien a los aliados, ? bien a los exportadores, pero no
raban sus proyectos redentores se produjo, como fruto de; ~.los productores. El menc10nado plan de impuesto a los ré-
una gestación de veinte años, el más grotesco parto de 1 .11'tos fue_ sumamente moderado, y puede describírselo como
montes, concretado en la aparición de cuatro proyectos [ ... .hlPª 1:1_.ed1da apenas. aparente para revertir los efectos de la
de un infantilismo risible. En uno de los mensajes se anu 1nflac10n sobre la distribución del ingreso. Para los ingresos
Ciaba el proyecto de modificar el régimen agrario del pa ··los obreros y de los integrantes de la clase media que se
por medio de la colonización agrícola-ganadera, bajo el co c~~traba'.1 entre los 2.500 y 10.000 pesos anuales se esta-
Í:rol del Estado, que se declaraba necesaria para evitar 1 ec:o un impuesto del 0,75 % anual, tasa que subía pro-
males que -según se decía- había producido la acción p es1vamente hasta llegar a! 7, % para los ingresos superio-
vada; pero en realidad el proyecto de ley remitido consist -a 15?.000 pes?s. Se estimo que mediante este tributo se
en la simple autorización al Poder Ejecutivo para emplearé audanan 30 millones de pesos, suma que no habría re-
ridícula· suma ·de 30 millones de pesos en préstamos a a elto el problei;ia de los recursos fiscales, aunque de todos
cultores para cosas tan distintas como comprar tierra públi dos esta medida superó todo lo intentado por los conser-
o privada y la construcdón de casas-habitación o adquisici . dores.195
de animales, todo como lo decidieran los funcionarios des·

122
Desarrollo ·del sistema de patronazgo debían ser ganados, puesto que carecían del derecho al su-
. !fragio--, ni t~n:poco a· la clase obrera o a los empresarios,
Pese a los nada injustificados temores de los conservadores' iYª que por distmtas causas ambos grupos estaban más allá
en cuanto a que cualquier cambio en el sistema tributario' · ·. de los posibles atractivos de un cargo público. No debe sor-
sería empleado por los radicales para subsidiar sus campañas prender, pues, que el PS se opusiera enérgicamente al siste-
electorales, la imposibilidad de sancionar estas leyes ilustrá ma, el cual ofrecía muy poco a sus principales adeptos.
la ext.rema renuencia de la mayoría conservadora en el Con~ La consecuencia más notoria del desarrollo del sistema ·de "
greso a respaldar con concesiones tangibles las reformas qué · ··. fpatronazgo fue qu~ extendió los vínculos entre el propio Yri-
habían hecho en 1912. En tales circunstancias de impase po~ . ,gayen y los caudillos de barrio de clase media. A medida
lítico, en 1918 y 1919 se hizo notoria la apelación del gobier~ ,que el sistema se fue afianzando, estos empezaron a figurar
no a técnicas más burdas de patronazgo. En este último año; .en los puestos más altos de la burocracia y a competir para
al retomar poco a poco las importaciones su ritmo anteriot .los cargos electivos con los líderes tradicionales del partído.
a la guerra, mejoró también la recaudación fiscal; por otra : . .Vemo~, pues, que otro de los rasgos peculiares del gobierno
parte, como se verá después, había signos de que el apoyo :ele Yngoyen fue la lucha por el control partidario entre los
dado por la clase media al gobierno en la ciudad capital ca~ .grupos de clase media y los grupos de la élite que habían apo-
menzaba a desmoronarse. · yado al radicalismo desde la década del noventa. Esta divi-
Entre 1919 y 1922 el uso de los cargos públicos con fines · sión ya se había perfilado en las disputas en torno de la can-
políticos se convirtió en el nexo principal entre el gobiernó didatura de Yrigoyen en 1916, y más tarde, dado el carácter
y la clase media. Y rigoyen puso los cargos oficiales a dispO:. policlasista del partido, lo cargó de crecientes tensiones. La
sición de los caudillos de los comités locales del partid(); ,oposic;ión a Yrigoyen del ala aristocrática cristalizó en la for-
quienes los utilizaron como medio para establecer firmes ca~ . ro.a· de un ataque a su «personalismo» y· la exigencia de que \
bezas de puente con el electorado nativo. En ese lapso lá • !10 se ~on~undiera al ._gsEid~ _con el partid~ el propósito de ¡
posición personal de Yrigoyen como jefe del gobierno y del; . ~sta orens1va eri1renar el poder de Yrigoyen quebrando eJ ,
partido pasó a depender casi exclusivamente de su habilidad ,vínculo directo ·que lo unía con la clase media. A fines de '
para manejar el patronazgo estatal. El siguiente comentario )918, ese sector, que•aÚn era mayoría en órganos.partidarios·
de La Vanguardia en 1922, que trasunta amargura pero es .como el Comité Nacional y el Comité de la Capital Federal
exacto _en lo esencial, muestra la importancia que había ad~ ,(órganos que cada vez tenían menos influencia) emitió un
quirido dicho sistema: · importante manifiesto, que constituye una buen; síntesis de
.. ~9S objetivos que perseguían los disidentes y ejemplifica su
.4.ecepción respecto de Y rigoyen:
«La inscripción en los registros del partido viene a ser [ ... ] ¡ . "1~
una especie de pasaporte o salvoconducto para llegar a cua~~. ~<La opinión pública no tiene ningún motivo para ver en
quier puesto, sistema que, generalizado con el fin de dar ubi¡· imestro partido otra cosa que lo que resulta ser hoy, a saber:
cación en las oficinas públicas a las hordas famélicas de la' .~na fuerza sin más programa que apoyar al gobierno. [ ... ]
"causa", ha convertido a todas las reparticiones nacionales
196
y .. }i>roclamamos, pues, la necesidad inmediata de provocar una
municipales en otros tan tos asilos de- incapaces» . · ·
.):~acción contra la falta dé' carácter, el incondicionalismo, el
:.P.ersonalismo, la ausencia de ideas, el predominio de la me-
Los prinpipales beneficiarios eran los hijos de inmigranres ,.qiocridad y la servil tolerancia que amenazan causar la dis-
pertenecientes a la clase media «dependiente» de Buenos Ai;, ~t.egación de la más vigorosa y bien inspirada fuerza cívica
res y (en menor medida) de las demás ciudades importam<;:~ @ge ha actuado en nuestra historia política contemporánea.
del litoral atlántico. Estos eran los núcleos primordiales d~: J,. .. ] El radicalismo debe seguir siendo una corporación in-\
la organización en comités de la UCR, habiéndose,,sumado al ~~pendiente de ciudadanos resueltos a dirigir su actuación ex- ·
partido en número creciente luego de 1900. El sistema n' .i.¡1,µsivamente por sus propias deliberaciones y deterrn'inacio- :
beneficiaba, en cambio, a los inmigrantes -cuyos votos TI?" t"~s. Toda intromisión o influencia extraña, visible u oculta, ;

124
· espedalmente si es de carácter personalista, es contradictoria a~malc:;s del partido no era nada raro
con la definición de la democracia. La separación entre el g1eran dos facciones bastante . que en cada barrio sur-
partido militante y el gobierno debe ser absciluta. [ ... ] El los comités significaba tant par;:1as.' y, como el control de
. partid.o debe definirse muy claramente frente a los más ur- sición social, se libraban in~ en termmos de riqueza y de po-
gentes e importantes problemas políticos, económicos y so- · de escrúpulos No era . f ensas batallas con total ausencia
dales. Al indicar la n~~c;:~id~c!_ de un prog_~ama,_.repudiamos la · . · In recuente que 1 b d
se pusieran bombas o se . os an os rivales
tentativa de dotar aípartido Cle una frondosa y enciclopédica · · d
org~mza o Y la política local
tirotearan Asim ·
h.
.
.1smo, e1 crimen
colección de principios abstractos. [. .. ] El ideal radical, el comitantes.199 eran asta cierto punto con-
que más interesa al electorado [ ... ] es asegurar una buena . En ciertos casos el caudiIIo de b .
administración pública. Este ideal depende, en su realización,· pos de intereses urbanos 200 arr10 se conectaba con los gru-
de la calidad individual, competencia conocida, capacidad in- , del sistema de los caudilI~s e~:rel la carac~er~stica más saliente
telectual y decoro de los funcionarios o gobernantes. El radi- · lazos personales con un vec' d ~stablectmi~nto de estrechos
calismo cumplirá, pues, su misión al criticar o atacar a quie- : en una de sus impugnad m an? en particular. En 1918
nes no llenan esas condiciones. [ ... ] Es menester una justa claró! refiriéndose a los ~~edid~t~lstdml, La anguardia de~
V.
apreciación de los valores individuales, que ponga la direc- elecciones municipales: s e os radicales para las
óón del partido en manos de los más calificados y autori-
zados».197 · «Se propician candidaturas d
. ladas a los barrios a 1 le personas estrechamente vincu-
En 1918 y 1919 el partido estuvo a punto de dividirse por esl '. . 1-~s ver daderas necesidades os cua es pertenecen
de los .
d
y conoce oras de
ta cuestión; pero a pesar de las presiones del «Grupo Azul»', , pued~n ~er una garantía de ue d mismos, , de manera que
como se dio en llamarlo, las tentativas de controlar o inver~"' ¡:;ontnbuirán con eficacia q esde su puesto en el concejo
tir la tendencia de Yrigoyen a comprometerse cada vez más; al concejo en un cam o d~u progr~so. [P~ro esto convierte]
con la clase media v los caudillos de barrio fueron infructuo\. . teres~s generales Y peimanenfe:qd~nlos p~eito~: donde los in-
sas. El grupo de la 'élite no consiguió dominar el partido por- de vista por completo p d a poolacion se perderían
que estaba fuera del acceso a las fuentes del patronazgo, y, rivalidades e intereses '1 ar1~ ar preferencia a una puja de
en consecuencia, a los medios para hacerse de una masa par'. .· . oca Istas y estrechos».201
tidaria. La propia carrera política de sus miembros dependí* ?n 1922 Ja UCR, con los com· , 1 1
de Yrigoyen; en última instancia, estaban obligados a acep: sé convirtió en la mayor asoci:~f~ o~a .es que .1~ componían,
tar su liderazgo o a aislarse irremediablemente. Cuando ed en la Capital Federal sus afiliad on civt} .db1 pais; solamente
1919 el movimk:nto opositor terminó en el fracaso, la rehi! ·.La cuestión del control de los cos ~ 0, ª1.ª ~~ de 50.000.202
ción entre Yrigoyen, como fuente de patronazgo, y los co:.: men~a1 durante toda la década deº~~~es s1gmo siendo funda-
mités del partido, como fuente de apoyo electoral, pasó ·a .dommar la relación entre la l O ~ a la po~tre pasó a
ser el rasgo predominante. 1. ~~upos de la élite hasta . case media profesional y los
! Es preciso no subestimar, entoncesJ la importancia que tel. 1930
'- 1 nían los SQ_mités.. Eran el nexo entre el gobierno y el electo'.
· rado, y el más vital de los factores que permitieron a Yrigci~
yen consolidar su popularidad. No era menor la importanc¡·
de los presidentes de comité o caudillos de barrio, que a )oblemas regionales
mentó .notablemente luego de 1916, cuando fueron nomb
dos representantes en el Concejo Municipal, 198 lo cual pu '.J' conflicto de y rigoyen con 1 1
en sus manos nuevas y decisivas fuentes de patronazgo. U
· de los rasgos permanentes de la política porteña de esos añ
?n, asimismo, en términos de tª ~ier~cha. ~obró significa-
.der dentro del partido y del e, a ~1St~{~uc10~ regional del
1
' fue la enorme rivalidad entre los distintos aspirantes a ca _,.t~s grupos regionales. Luego d~n~~f6 e gobi.erno con dis-
·· dillos por lograr el control de los comités. En las eleccio }ncias de Buenos Aires y Córd b E ' la ~ y las pro-
---- -- -· - - . ._()_~ ueron los baluartes de
27
Y rigoyen. La provincia de Buenos Aires era la que ·t rconcesiones hechas a los primeros. Entre muchos otros
mayor e,Jectorado, y en ella se concentraban también los' ' plos, pueden mencionarse las expropiaciones de azúcar
tares mas _Poderosos de la élite. Las demás provincias ocu .20, flagrante tentativa de establecer una discriminación
ban un triste segundo lugar en cuanto a las respuestas •· .a los productores del interior y en favor de los consu-
?el
obtenían gobierno y a su influencia en el partido en · . res urbanos, sin tomar medida .alguna contra los intere-
plano nacional. ·· · de la región pampeana. Como respuesta a estos procedi-
Consecuentemente, si ya antes de 1916 se habían hecho· . I'.ltos y a las intervenciones federales que imponían regí-
tentes las tensiones interregionales, en particular con ;5 .es clientelísticos corruptos, surgió antes de 1922, en
ta ~e Y ,Entre Ríos, después de esa fecha se intensificáto nas provincias (San Juan, Mendoza, Tucumán), una
Vanos lideres .de la facción ~sidente de la élite que surg te tradición «antiyrigoyenista». Otros conflictos regíona-
coi:io a~ver~aria. del «personalismo» en 1918 y 1919 hab ¡de esta índole cumplirían un papel decisivo en los acon-
t~ru~:lo hgazon directa co.n esas dos provincias.2oa Con pd imientos posteriores.
nondad ª. 1919 el 7onfhcto se profundizó, a medida que .. co fueron, pues, las expresiones principales del nexo cre-
clase media dependiente porteña cerraba el cerco en tó <:l9te entre el gobierno radical y los grupos de clase media
. del gasto público nacional, privilegio que generó antagb panos: 1) la creación de un sistema de patronazgo para el
.,, i:ios en algunos ~~ los g;upos de clase media de otras prov' .ntrol del partido; 2) el aumento del gasto público después
1 eras, ?onde tambien habia una cuantiosa población urbana · e 1919; 3) la tendencia a perjudicar a los sectores urbanos
l pendiente. : ·· e no estaban en condiciones de beneficiarse con el creci-
Una. situ~ción análoga priv? en la mayoría de las provine: iento de la burocracia; 4) los signos de tensión dentro del
med_It~rraneas no pert~neciente,s ~ la región pampeana: ., ~tor de la élite que pertenecía a la UCR, y 5) el incremento
~ tradic!<mal si::b~rdmacion economica y política no men • .·los tributos correspondientes a las provincias del interior
1\ con ei, advenimiento al poder de los radicales. Sobre to .n respecto a. los de la provincia de Buenos Aires.
despues de 1919, se recurrió con creciente asiduidad a;;
antigu_a práctica de la intervención federal mediante la cu
el gobierno. central asumía el control direct~ de una provincia;'
p_ara _corre&ir los abusos locales de poder, pero con el propó"·; Reforma Universitaria de 1918
slt~ ~nmediato de estab~ecer regímenes serviles, regidos pe):¡
p~hticastros, que 7stuvieran en condiciones de asegurar -:ek, ·1ia Reforma Universitaria de 1918 es el hecho que más aso-
trmnfo en las elecc10nes de senadores nacionales. 2 º4 El efecto¡ ..ciado ha quedado a los logros del gobierno radical en favor
a largo plazo de este sistema de control unitario indiree:td · :~:de la clase media. 205 Más tarde dicha Reforma repercutiría
por parte del. go~~erno nacional fue la aceleración del proce~ •"J~.normemente en los movimientos universitarios de toda La-
so de centrahzacion del poder y la riqueza en la ciudad déi ,Jinoamérica; sus orígenes, empero, fueron los prosaicos con-
Buenos Aires, proceso que era consecuencia hasta cierto•' ::tlictos que tuvieron lugar a comienzos de siglo entre la élite
Pupto, de la ampliación del derecho al sufragio' en 1912. Lat _.criolla y los nuevos grupos de clase media en torno al acceso
; rerormas al~ntaron al gobierno a orientar su política· hacia< á las universidades, y, más allá de estas, a las profesiones
las zo~as mas P?pulosas. Pero el problema tenía otras face.:, ' liberales urbanas. De manera que la Reforma Universitaria ,
~as mas complejas. Reflejaba la dificultad de conciliar los·•
1
estuvo íntimamente vinculada al fenómeno general de la
mtereses de lo~ consu~idores u;.-ba;.ios con los de los expoi 1:ensión social· entre los grupos de clase media, producto de
tadore.s, Y P,o:iia de relieve la distribución regional de la in- la restricción al crecimiento industrial en la economía .pri-
fluencia palmea dentro de la élite terrateniente. 1, mario-exportadora. ~
Para contemplar la situación de los consumidores urband~. En 1918, primero en la Universidad de Córdoba y luego en
durante ese período inflacionario sin afectar a los- ganadero? '.otras casas de altos estudios, hubo .una sucesión de huelgas
~ 7erealeros b~nae:e;.ises, Y r~goy~n procuró que las zonas po1 : :,~studiantiles, algunas de las cuales . . alcanzaron violentas pro-
hticamente mas debiles del mterior cargaran con el peso ·d~..• ~porciones. Su objeto era que se modificaran los planes de es-

128 129
tudio y. se pusiera fin. a la· influencia escolástica y clerical en clase media, sino de establecer una nueva relación entre el
la educación superior. Los reformadores presentaron sus ideas Estad~ Y la clase, obrera u~bana. Su experiencia en esta esfera
en: términos de: una filosofía de la educación y la sociedad nos brmda el mas cl~o e1e:nplo ~el carác~er y resultados ge-
marcadamente distinta de la del pasado, popularizando por nerales de los ca1!1?1os ·políticos mtroducidos en 1912; a la
vez. primera la democracia educativa y la participación de los vez, pone de ;111anifies~o algunas de las características cardina-
estudiantes en el gobierno de las universidades. les del-p?l?uhsmo radical y la índole precisa de los vínculos
Aunque el gobierno radical se encontró en un estado de irre- entre la elite y los sectores urbanos.
mediable confusión cuando intentó satisfacer los objetivos más Antes de 1916 los radicales prestaron escasa atención al pro-
metafísicos de los estudiantes, lo cierto es que tomó medidas blema obrer?. Sus pocas referencias a él adoptaban un estilo
positivas en respuesta a sus demandas más concretas. Tras pro forma, ~implei,nente como medio de exacerbar sus quejas
prolongadas negociaciones entre los funcionarios y los líderes contra la ohgarq,Ula. Por lo demás, cuando aludían a la cla-
universitarios, se simplificaron los criterios de ingreso, y los se o?rera ~o hacian parafraseando en buena medida las con-
planes de estudios sufrieron importantes modificaciones; pero cepc10nes liberales or_t~doxas; .no había en su posición muchos
!el paso más trascendente que dio el gobierno fue la crea- el~mentos que i:ermltleran hablar de una orientación refor-
1 ción de nuevas universidades, que ampliaron las posibili- mista. Verb~gra~1a, uno de sus cargos contra la oligarquía era
idades de los grupos de clase media de recibir educación que el ~ut?ritarismo_de esta última había llevado a la aparición
isuperior. pe s~n~im1entos <:lasIStas ... con la implicación de que dichos
:Así pues, en 1922 estos grupos habían llegado a ocupar una sentim1entos debian evitarse a toda costa:
posición política muy diferente de la que tenían en el período
oligárquico: ahora estaban plena y directamente envueltos en . ~~Sd ha~ ~rasplan.tado los vicios y complicaciones de las sacie-
las actividades del Estado y se habían· trasformado en uno de . a es ~I~Jas; la clase obrera, desatendida hasta en las más jus-
sus principales beneficiarios. Si se exceptúan episodios espec- · . tas pe!~c10nes, ~or_ma con sus reclamos un elemento de per-
taculares como el de la Reforma Universitaria, este cambio ' .t~rbac10n ecoi:om1ca y genera graves problemas, que el go-
tuvo lugar en forma gradual, sin serios choques que pusieran . b1erno ha debido prever y resolver oportunamente».205
en peligro la estabilidad· del nuevo sistema político. En gran .·:
medida, lo que estaba ocurriendo era un efecto previsible de '.!~a lntipatí~ por ~a idea ~e clase fue uno de los rasgos salientes
la ampliación del sufragio en 1912; al conceder esto, la élite , .e a doctrtna e 1deolog1a de la UCR, que perduró luego de
se había declarado dispuesta a aceptar una extensión del papel · 1916. En 1919, F:ancisco Beiró, uno de los más íntimos co-
político de la clase media, como artilugio para conquistarla. lab1ordado1re~ de Yrigoyen en la Cámara de Diputados nacio-
Los problemas que planteó el nuevo sistema sólo salieron a re" . na , ec aro:
lucir al término del período de Yrigoyen, en la depresión de
posguerra iniciada en 1921; hasta entonces los terratenientes . l«Tampoco admitimos nosotros diferencias de clases; no acep-
aprovecharon el auge de las exportaciones, y sus concesionés ;.tamos que las haya en la. República Argentina. [ ... ] No des-
materiales a los grupos de clase media por fo general se hicie- '{onocemos que hay conflictos entre el capital y el trabajo, pero
ron a expensas de otros sectores sociales. •'fo acep~a~os que haya una clase proletaria y una clase capita-
c1sta. ¡S1 el 95 % de los argentinos descendemos de lo que en
.~iEurop~ se llama clase pr?l.etaria! No conviene, tampoco, in-
;tr??uc~r en la nueva Amenca, aquí donde se alzan ideales de
El radicalismo y la clase obrera '.'.s?11dandad huU?ª?,ª• estos sentimientos de odio por diferen-
:crns de raza, rehg1on 0 clase».201
La principal fuente de fricciones entre la élite y el gobier~f' .i:

radical antes de 1922 tuvo su Origen en otro ámbito. La nálogamen,te, ant.e~ de 1916 los radicales condenaron las
notoria innovación de los radicales fue su intento, no solo'ª ey_es represivas utrhzadas por la oligarquía contra los anar-
incluir en su proyecto de integración política a los grupos 'él mstas, no porque fueran un instrumento de opresión, sino

130
simplemente porque violaban las nociones liberales acerca alistas y la lucha que emprendió a partir de 1916 para
debido prateso legal: rar la supremacía en el Congreso. Aun cuando los obreros
ativos representaban una pequeña proporción de la clase
«La vida obrera ha dejado oír sus reclamaciones y las ha viif .brera en su totalidad, su voto, que les fuera concedido por
contestadas o con la violencia armada o con leyes de excep ... :!•Ley Sáenz Peña, era una de las llaves maestras para el
ción que invisten a la policía con la facultad extraordinaria ·d ~.Qntrol político de la ciudad de Buenos Aires.
desterrar como peligroso, sin forma de proceso ni expresió' ;(iigoyen no fue el único ni el primero en procurarse este
de causa, al extranjero que pr-0testa».2 os / :Q.pminio sobre la clase obrera. Hay en otros países una can-
'ii'.dad de interesantes paralelos; un precedente importante
Otro de los rasgos prominentes del radicalismo en esta é~i; .,fueron las medidas del presidente uruguayo Batlle y Ordó-
fue. su actitud reaccionaria,. casi paranoica, contra todo lo que;·, ·µS!z, que tal vez sirvieron como modelo a Yrigoyen. Sería
tuviera apariencia de «socialismo». Su antipatía por el PS dé Jrµctífero poder comparar con mayor detalle a Batlle y a
Juan. B. Ju~to era en muchos aspectos más marcada que.la d~· i,Y.rigoyen y demostrar por qué en Uruguay el reformismo
la ohgarqma: ·· .~t11vo tanto más éxito que en la Argentina. Luego de ser de-
·:rrotado por el Partido Nacional, conservador, en 1904, Bat-
«¿Cómo puede aceptarse ni el programa máximo ni el mínimo ; lle estuvo siempre en una posición mucho más sólida que
[del PS] y mantener incólume, al mismo tiempo, el principió . l;i: de Yrigoyen. El fracaso de la rebelión dirigida por este
de la propiedad privada o pública? [ ... ] La doctrina socialista . µItimo en 1905 hizo que cuando llegó al poder se encon-
implica esencialmente el desconocimiento de una o muchas ; fiase con la posición de los conservadores en gran parte in-
facultades inherentes en la propiedad [ ... ] ; desde que \ Jacta. Tal vez las medidas adoptadas por BatUe en materia
Proudhon, su generador, lanzó la célebre frase "La propiedad . ·•i· .~~ leyes sociales (mucho más avanzadas que todo lo que los
es un. robo", cada una de las reivindicaciones qu~- ese partido · ; radicales llegaron alguna vez a proponer) fueran un reflej9
suscribe en sus programas es una amenaza a los fundamentos ."de la competencia de Uruguay con la Argentina respecto de
mismos de la propiedad». 2o9 · •· ios inmigrantes. A comienzos de siglo, los terratenientes de
las cercanías de Montevideo, representados por el Partido
Esto iba acompañado de una afirmación exagerada y dogmá- · Colorado de Batlle, estaban intentando diversificar la pro-
tica de las posibilidades de movilidad social que ofrecía .la so• . ducción agraria pasando de la actividad ganadera a la agri-
ciedad argentina. La siguiente cita corresponde al año 1920:, cultura, pero tenían dificultades a causa de la escasez de mano
· de obra. Es posible que las reformas de Batlle estuvieran en
«Aquí sólo se requiere salud y fuerza de voluntad para vencer: parte inspiradas en la necesidad de atraer a los inmigrantes.
para pasar de peón a patrón y de patrón a potentado [ ... ] . .También en otros aspectos había estrechos paralelos entre
porque el aire que se respira aquí es el de la democracia; .• I3atlle e Y rigoyen. Ambos querían eliminar la amenaza del
P?rq~e aquí nunc~ h~n exist~do .títulos de nobleza ni pri" .· .·•·.anarquismo y ambos procuraban estrechar lazos con la clase
vdegios de clase, ru aristocracia ninguna, ni resabios de reu" · obrera a través de los sindicatos.
dalismo. [ ... ] Lo único que ha existido es: nobleza de senti- ·•.·La política seguida por Yrigoyen tuv.o, asimismo, antecedentes
mientos, generosidad, libertad de ideas sanas y confraternidad en la provincia de Santa Fe. En las primeras elecciones allí
humanamente razonada. Esto es lo que significa la verdaderá ;, celebradas conforme a la Ley Sáenz Peña triunfó la lista radi-
democracia, superior a lo .que se ha dádo en llamar hoy "so- r cal .presidida por Manuel Mei;ichaca, iniciándose entonces un
cialismo~·~ .210 ·..resuelto intento de explotar el control del gobierno para ga-
: narse el apoyo de los obreros. El ejemplo más notorio fue la
~ juzgar por todo esto, y pese al carácter pluriclasista y coali- ' huelga de tranviarios que se efectuó en Rosario en 1913, y
c:onal del Partido Radical, no había motivos para que el go- · en la cual las autoridades prO'.\Tinciales intervinieron en favor
bierno se preocupara por la clase obrera de la forma en que ~e los huelguistas, hecho que originó. más tarde acusaciones
lo hizo. El móvil primordial fueron sus consideraciones elec, ··de. que los radicales habían sobornado a. los dirigentes sindi-

132 1.3J
cales de la ciudad para que los apoyaran. En Santa ~e, como
211 ·. sen tenía e1 propósito de donar su sueldo con fines de bene-
luego en Buenos Aires, las consideraciones electoralistas te- .· ficencia en caso de resultar electo, La Vanguardia declaró:
nían suprema preponderancia en todo intento por establecer
«No crea el señor Irigoyen que va a conquistar la voluntad
esta relación. . . de los electores mostrándose alma cristiana y caritativa ofre-
En Buenos Aires, la búsqueda de apoyo obrero e!a asii:iismo
un medio de poner coto al crecin;iento del PS e impedir que ciendo protección t> asilos y hospitales, para engañar d~spués
se expandiera, más allá de la Capital Federal, a la.s otras g~an­ cal pueblo, como engañaban los emperadores romanos al pue-
des ciudades de la región pampeana. En las elecc10nes legisla- Ho-rey dándole panem et circenses». 214
tivas de 1912, 1913 y 1914 los socialista~ obtuvieron en la
Capital una sucesión de victorias. Todo hacia pensar que cons- ,Estas acusaciones mutuas prefiguran la aguda rivalidad que
tituirían una grave amenaza; estaban unid.os y, ob~iamente, se ,. · .. ;se crearía entre ambos partidos en años venideros. En 1916
estaban ganando el ªPºY:º de la cl~se media portena. La purga .·. . Jos radicales ganaron por primera vez las elecciones en la
de anarquistas emprendida P?r ~igueroa _:Alcorta en 1910 l~s . ;ciu~ád de ~uenos Aires pas~ndo del 33 % de los votos que
benefició, removiendo el prmcipal obstaculo que se opoma . rhabian terudo en 1914 a mas del 40 %. Pero seguían estan-
_¡fo .en minorí~ y pes: ~ todos sus esfuerzos no consiguieron
a su expansión. . . . ;:
Sin embargo, en 1915 los socialistas perc;Ueron ~ uno de su~, .abrir un camlllo declSlvo para captar los votos obreros. Si
líderes más influyentes, Alfredo L. Pala~ios, qu1~n se separo -bien aumentaron su caudal electoral en los distritos obreros
del PS y durante algunos años se presento a elecciones c;on 212 un ;aún estaban muy a la zaga de los socialistas. Lo que les di~
nuevo partido creado por él, el Partido Socialist~ Argent1~0. · .· 1,a victoria en 1916 fue la desaparición de sus rivales conser-
En las elecciones presidenciales de 1916 los radica~es .se fi¡aron .. ?e
vadores. años ant~riores. En 1914 habían tomado parte en
por primera vez como uno ·de sus objetivos ¡;irmcipales oh~ .· ~a elecc10n ~os partidos conservadores: la UC (los vestigios
tener el apoyo de los obreros. Para ello orga111zar~:m su cam- -i:le los seguidores del general Mitre en 1890) y el Partido
paña siguiendo las líneas tradici?nale.s del paternah~m,o de lo~· cGonstitucional, de inclinaciones clericales· entre ambos ha-
caudillos de barrio y la beneficencia de los comites. Eso~ :bían sacado una tercera parte de los vot~s, otro tercio fue
«servicios» prestados a la comunidad eran con:parad~s co~· .'Para lo~ r~dicales, y el último tercio, levemente superior, para
las «falsas promesas» de sus oponentes. La si.guiente smtes1,s ilos socialistas. En 1916 la UC dejó sitio al Partido Demó-
periodística de un discur~o callej~ro pro~u~ciado durante ,1~· \<:rata Progresista ( PDP), que se había extendido a Buenos
campaña refleja en toda su gracia las tec111cas propagand1~· .:Aires a ,partir de ~a provincia de Santa Fe. El partido clerical
"l' e sumo a los radicales. Los demócratas progresistas obtuvie-
ticas a que apelaban: ,:~;, ~qn un 8 %. del total, en tanto que los dos partidos socialis-
« ... sólo en la sección 7~ [ ... ] se ve~dió a pr~cios reduc'~ tas (conducidos por Justo y Palacios, respectivamente) su-
dos, término medio, lo siguiente por dia: 855 kilos de p~n1 maron un 50 % , porcentaje notablemente superior al de
298 litros de leche y 3.200 kilos de carne, lo que ha s 14. De modo que había claros indicios de que los radicales
nifícado en volumen una economía diaria· de $ 900,40 q · ~o habían coi;seguido el triunfo a expensas de los conser-
multiplicando las veinte secciones del municipio, ~an un I?r, ifores, y gracias a la división de los socialistas.21 5
medio de $ 18.000 por día o $ 6.588.000 por ano.' equi~ s elecciones de 1916 sugirieron que el electorado de clase
lente en quince años a $ 98.820 ..0??· [. .. ] En 9umce an ra era impermeable al estilo de la beneficencia de comité
la acción socialista, en contrapo~ic1on con la radical, ~a .g ptado por los radicales, y que dicho estilo se amoldaba
tado, con relación también a las más rigurosas. e~tad1sti~ ejor a los grupos de clase media, entre los cuales. había un
117.992.000 palabras, de las que la clase traba¡aaora no: ~~do m~s alt? .de ~5omización social, un grado relativamente
obtenido el más mínimo beneficio».
213
'
lº. ·d~ ~1?ent1ficac10n de clase y el predominio de aspiracio-
.;md1v1du~l:s a la movilidad social.2 rn Si los radicales que-
Los socialistas les pagaban con la misma man~?ª· Cuan.el n.Jograr exito en sus esfuerzos por agenciarse el voto de
justo antes de las elecciones de marzo, se anuncio que Yrig obreros, debían enfocar el problema de otro modo. En

134
ddieran con las de la central obrera más destacada. El ob-
un período de aguda inflación, que afectaba a la clase obre
más que ~ otras, era menester ofrecer ventajas más duradeds jetivo era difundir la prop~ganda .r~dical 7nti;e el i;i1~yor i:;.ú-
y sustanciales que las que otorgaba la beneficencia. · mero posible de desprevenidos afiliados sindicales. Se in-
P?r todo ello, el gobierno se embarcó en un proyecto ten·. ventaron otras pequeñas argucias como esta. ,
d!ente a establecer estrechos vínculos con el movimiento si,b:, ero si bien los radicales contaban ahora con una estrategia
dical. En 1916 los sindicatos constituyeron un blanco evi- ~ara enfrentar el pr?blema obrero, aú.n. debían reso~ver la
dente de su acción. En primer lugar, eran el único baluarte cuestión de la magnitud de los benefrc10s que habrian de
acordar. A los «sindicalistas» les interesaban los buenos sa-
que quedaba contra el influjo del PS entre los obreros. Eh
segui:ido lugar, como institución de clase gozaban ante los :iarios y no se iban a dejar e_ngañar por meros. g~s~os sim~ó­
propios obreros de cierta jerarquía y legitimidad, que hadír licos. Por lo demás, los radicales eran, en prmcip10, fuerLe-
que los beneficios procedentes de él tuvieran muchas más ¡iiente partidarios de la economía d7l laisse~-f~íre. ~ sin. em-
pro~abilidades de ser aceptados que los procedentes de lds
1:5árgo, también en est? h~bía una ~ierta c01i;cid~ncia; Ni .los
comités; eran, en principio, un nexo sustitutivo ideal pira. radicales ni los «sindicalistas» teman especial mteres en la
entablar ,co;itacto con los obre.ro~. En tercer término, y esto sanción de leves, y ambos estaban comprometidos con la pre-
es lo mas importante, el mov1m1ento sindical estaba experi- servación deÍ libre mercado de trabajo. Los «sindicalistas~>
mentando grandes camb!os; los radicales habrían tenido po-. veían en las leyes un intento de institucior:_aliz.ar la subord:-
cas espe.ranzas de conquistar el apoyo obrero si los anarquis- · : nación de los trabajadores -como se habra pi.:esto en ev1-
tas hub1~sen con~ervado su antigua primacía. Poco después .dencia con la abortada Ley Nacional de Traba¡o propuesta
de asumrr el gobierno Yrigoyen, La Protesta se preguntaba': .'.áños atrás por Joaquín V. González-, o bier;. pensa~ar: que
'. aquellas solo les da~ían, al i~ual que las n:~dida~ ?ociahstas.
«¿Puede un gobierno, un presidente, por más democráti~ó beneficios secundarios eludiendo la cuest1on bas1ca de los
q:ie sea o pretenda ser, estar en un momento franca y ded-. .salarios. Casi podría d~cirse que en virtud de su. ad?es~ón al•
didamente de parte de los obreros? [. .. ] El democratismb laissez-faire los radicales presentabar: .p~ra los «sii;d1cahstas,»
de los 1??dernos regidores de pueblos, ese democratismo que·· una postura más cómoda que los socialistas, a quienes cabia
se mamfies.ta en el "altruismo", la "sencillez" y la "bondad'('. describir como individuos interesados en convencer a los tra-
de un presidente, que se encarna en la patética figura de uh 'bajadores para que aceptaran medidas en las que estos no
[ ... ] misántropo a lo Hipólito Yrigoyen, es sólo una forma estaban particularmente interesados. . . . . .
de gobernar, de acuerdo con el actual momento histórieó. · El problema capital que planteaban los beneficios a distnbmr
[ ... ] La lucha, compañeros, debe ser franca y deddidame~- •. entre los sindicatos y los obreros derivaba de sus efectos po-.
te revolucionaria, sin admitir la intromisión de nadie ni pe-.• . tendales sobre la situación de la élite conservadora. Las re-
dir favores a los gobernantes». 217 ·
formas de 1912 habían sido realizadas en parte para incor-
;¡ .' . porar a los obreros al sistema político en grado suficient~
Pero !º~ anarquistas estaban en decadencia y su ascendiente · como para minar la posición de los sindicatos Y. d~ los «agi-
era rap1damente remplazado por el de los «sindicalistas»:; tadores foráneos». Sin embargo, la huelga ferroviaria de 1912
con estos, poco a poco fue desapareciendo la postura anties'. había demostrado que la élite seguía siendo firmemente ad-
tatal extrema de los sindicatos, que quedaron bajo el contrdl versa a t0da tentativa de robustecer la participación política
de una corriente moderada, interesada menos en enfrenta'.b .de la clase obrera mediante importantes concesiones. No po-
al Estado· que en mejorar la situación económica de los tra- día hacerlas a causa de su foterés .en mantener una oferta de
bajadores. ,, ·. mano de obra barata y de sus vínculos con el capital extran-
Ya .en la campaña electoral ~e 1916 hqpo signos de que lo:s . jéro. Por consiguiente, en sus intentos de cambio los radi~a­
radicales comenzaban a apreciar el valor de los sindicatos. Eh· >les enfrentaban la oposición de la élite; Más que cualqmer
agosto de 1.915 los comités organizaron un grupo de propa' ''otro factor este complicado conflicto· de intereses y objetivos
ganda obrera al que denominaron Federación Obrera Radieali :entre el g~bierno y la élite fijó el'cá\:áder y el destino del
«Alberdi», con el objeto de que sus iniciales (FORA,) . ' ~rimer gobierno radical. · ·

136
.síonalismo perturbador [ . . . J parece en ton ces indiscutibl~ La Semana Trágica
[ . . . ] No es ya una expresión revolucionari~ contra ~~s org~,
nizaciones industriales, sino una plaga de rmportac1on. L~s
clases obreras argentinas [ . . . ] han producido sus reclamal
cienes' de mejoras y han logrado éxito sin olvidar ~unca ~e!
vínculo de solidaridad que reconocen con su propio pa1s.
[ ... ] Nunca se han conducido como criminales ni ince~di~'­
rios. [ ... ] Este solo aspecto bastaría para delatar el onge;~
extranjero que ha presidido la dirección de los últimos m9~ En la primera mitad de 1919 las tensiones generadas por las
viinientos de huelguistas». 289 J)
. uelgas entre el gobierno y la élite conservadora dieron lugar
Ya se podía ver con claridad qué poco habían cambiádo ',la'
flna serie de complicadas situaciones, en las cuales es dable
vertir dos crisis políticas fundamentales, que pusieron en
cosas desde que se sancionara la Ley Sáenz Peña. Al año ···· de juicio el régimen de gobierno representativo instituí-
guiente, 1919, la situación se tornaría aún más clara, cua;i: .· por la Ley Sáenz Peña, .sacaron a relucir la cuestión de
la lucha entablada por el poder entre el gobierno y la eli~ localización real del poder político y, con ello, expusieron
1
conservadora alcanzó proporciones más dramáticas. con mayor claridad aún los débiles soportes objetivos de Jos
1fambios que Yrigoyen había intentado instrumentar. Por
primera vez, las Fuerzas Armadas se vieron envueltas de ma-
#&a directa en la política, en calidad de árbitros de los des-
., os del gobierno civil. Asimismo, en 1919 se asistió al sur-
gimiento de una nueva alianza popular, la Liga Patriótica Ar-
gentina, que si bien no era directa o abiertamente hostil aJ
:~dicalismo, estaba bajo el control de los grupos conservado-
. . y en condiciones de ejercer una influencia decisiva sobre
gobierno.
··el curso de 1919 este último debió luchar desesperada-
1
ente para sobrevivir; finalmente lo logró, pero viéndose
'gllgado a abandonar los aspectos auténticamente progresis-
tkde su política. En un conjunto de frentes distintos -sobre
''i:~o en la relación con el capital extranjero- debió volver
vez más a los moldes preestablecidos del pasado. A
s. de ese año su intento de mejorar la posición de los sin-
átos ya estaba casi por completo derrotado. Por último,
'!ó efeétuar una serie de importantes reajustes en sus téc"'
as de abordaje del electorado de masas; en vez de promo-
'puevas medidas, se vio forzado a retornar a un sistema de
rol regido por el patronazgo y que descansaba,. esencial-
.. te, en un aumento del gasto público y un estilo de con-
'ción popular en gran medida simbólico. La aparidón de
os dos rasgos fueron un síntoma de su debilidad más que
su fortaleza. Si entre 1916 y 1919 las relaciones del go-
no con la élite conservadora estuvieron en gran parte de-
:fminadas por el problema obrero, a partir de entonces la

166
·.,anarquismo estaba perdiendo importancia velozmente; en
cuestión c~rdinal pasó a ser el vínculo de los radicales con :~mayoría de las huelgas de 1917 y 1918 los anarquistas
clase media urbana. · plieron solo un papel secundario. En julio de 1918 in-
Así pue~, este a~o de 1919 tuvo gran cantidad de ingredie taron declarar una huelga general en Buenos Aires utili-
tes ..~men .de de¡arnos un cuadro vívido de las presiones qu do como pretexto el despido de algunos trabajadores por
deb10 sufrir el reformismo liberal, fue también un año i rte del Ferrocarril Gran Sur, pero fue un fracaso total:
portante par.a la da.se ?J:ire~a argentina. En él quedó gráfi jcamente ios apoyaron los changadores del puerto.
291

ment!! descrito el s1gmficativo papel político que asumiera


l~~ obreros en esta etapa de la historia nacional, pero tam;~ Guadro 5. Nivel de ocupación, ingresos personales y pro-
bien s.us grandes fl~q.uezas frent e a ~tros grupos de poder. A "i/'ucci6n industrial, 1914-1922.
La pnmera gran .crisis en que estuvieron comprometidos lq~
1
':.•·

o?reros se produ¡o en el m~s de enero, en la serie de episo,, Porcentaje


?i?~ posteriormente denommados «la Semana Trágica». ·~- de desocupa-
1ms1aron c~n :ina ~uelga gen~ral, la primera de su tipo de.S'j dos sobre la
fuerza de tra- Volumen. de
pues de casi diez ~nos, y cul?1m~ron en un sangriento pogrotf' bajo total Costo general la producción
contra. las comumdades de mm1grantes. En este movimieniJ (meses de de vida Salarios reales industrial
c?ntrams17rreccional tuvo su origen la extrema derecha arge~! invierno) (1910 = 100) (1929=100) (1950=100)
ti~a. Temendo en cuenta su valor simbólico para el moví! 13,4 108 20,3
miento obrero, este episodio complejo merece que lo anal~ 14,5 117 61 18,2
125 57 18,7
cernos con algún detalle.2no 'l.
.:n• 17,7
49 18,5
19,4 146
12,0 173 42 22,1
7,9 186 57 23,0
7,2 171 59 23,8
Los salarios y las tendencias .a la agremiación 153 73 25,1
:}J
150 84 27,9
El papel de los obreros en la Semana Trágica tuvo otra vd Fuente: Guido Di Tella y Manuel Zymelman, Las etapas del desarrollo
como causa fundamental el incremento del costo de la vidl económico argentino, Buenos Aires, 1967, págs. 309, 317, 339, 343.
;·f ,,,
prov?cado por la guerra. Mientras que los precios de los bie!
nes impo;tados seguían en ascenso, en 1918 la Argentind J,'.os «sindicalistas», en cambio, se vieron beneficiados por las
ap~ovec~o el. auge de la demanda externa de artículos alimeri? victorias obtenidas por la FOM en 1916 y 1917, y también
tici?s pnmanos. Esto trajo consigo una nueva época de prosl P;or su actitud decidida en las etapas iniciales de las huelgas
pendad para los productores y exportadores, pero aument6 .ferroviarias. En general, todas las huelgas que lograron éxito
las cargas qu~ ,soportaban los consumidores urbanos. La úna . fueron dirigidas por ellos. En el cuadro 6 se sintetiza la evo-
ca compensaci?n que tuvieron los obreros fue que luego ¿J lución de la FORA desde 1915 hasta la depresión de pos-
1917 comenzo a m:?gi:ar el i:ro~rema de la desocupación?·. . guerra en 1921; aunque solo se trata de una estimación del
E.n 1918 la producc1on mdustnal mterna había vuelto a sud número de obreros que pagaban sus cuotas mensuales a la
n:~eles ª?tenores. a la guerra y, como resultado de la sustitil1 federación y no de una cifra exacta.de afiliados, muestra bien
c10n de 1mportac1ones, había comenzado a diversificarse éif a las claras los rasgos principales del desarrollo de la entidad.
nuevas ramas de actividad. También la expansión del sector En 1917 y 1918 tanto el número de gremios afiliados como
exportador estimuló c;!l alto nivel de empleo. Pero todo elld el de los miembros que abonaban cuotas aumentó abrupta-
tuvo. ell.casos efectos sobre la tendencia descendente de lo's mente. En 1919 fue más marcado el aumento de la cantidad
?.
salarios re~les .. ~1 cuadro re$ume los datos principales. ' , ·de gremios afiliados, lo cual refleja .sobre todo el hecho de
Esta combm~cton de cond1c1ones --caída de los salarios y au' ·. que el proceso de agremiación. comenzó a llegar hasta )as pe-
mento del mvel de empleo- tuvo como efecto inicial alenl . queñas industrias y las actividaqes de servicios de Buenos
tar el desarrollo del movimiento «sindicalista». Hacia 19i8

168
·• s:u fuga tuvo escasa duración: a poco de llegar al lado chileno
Aires; Un gran nútnéfo depequeños gremios s.e sumara? a_lii. • de la isla fue capturado y remitido de inmediato a la policía
FORA, ·aunque parecería que los obreros tuvieron vacilacio- 'argentina. El episodio dio lugar a una manifestación anar-
nes en cuanto a-afiliarse o.pagar sus cuotas hasta 1920. Es~ . quista en Buenos Aires y a un plan de organizar una marcha
año el promedio mensual de los que abonaron sus cuot~~ cast masiva hasta la embajada de Chile. Dada la fama de Rado-
duplic6 el del año anterior. Por último, con la deprest?n de witsky, este debería haber sido el grito de combate que los
posguerra, en 1921, la FORA sufrió una veloz decadencia. anarquistas estaban esperando para lanzarse a la revolución,
Cuadro 6. La FORA «Sindicalista», 1915-1921. · pero la marcha tuvo poco eco, y aunque se produjeron en-
frentamientos y disparos en las calles, la policía logró dis-
Cantidad de Total de afiliados Promedio mensual. . persarla fácilmente.293
gremios que pagaban sus de afiliados que ... · Por lo tanto, a fines de 1918 había pocas señales de que el
adheridos cuotas pagaban sus cuotas nuevo año traería acontecimientos traumáticos. Los sindica-
1915 50 21.332 · (8 meses) 2.666 •· tos estaban control~dos por elementos moderados y los ex-
1916 70 41124 ( 12 meses) 3 4?7 , tremistas tradicionales perdían rápidamente apoyo. Una anti-
1917 199 158 .796 ( 12 meses) 13.233 . gua concepción sostiene que la huelga general que _inauguró
1918 232 428.713 ( 12 meses) 35.-IL6
39.683
la Semana Trágica solo puede entenderse con referencia a los
1919 530 476.203 ( 12 meses)
. 1920 734 749.518 (11 meses) 68138 sucesos que estaban aconteciendo en Europa. 294 Sin duda, la
1921 240.101 (9 meses) 26.678 guerra, la Revolución Rusa y el armisticio ejercieron un efec-
to sobre la intelectualidad izquierdista argentina; 2 % pero hay
Fuentes: J. Rodríguez Tarditti, «Sindicatos y afiliado?», .1:-evista de .•· . pocas pruebas de que los sucesos externos hubieran politiza-
Ciencias Económicas, n? 29, 1927, pág. 973; La Orgamzaczon Obrera;
1~ de mayo de 1918 1? de mayo de 1920, 24 de enero de 1921; El do y radicalizado también a las masas. Los «sindicalistas», que
Diario, 10 de dicie~bre de 1918; Boletín Oficial del Departa_mento, .eran los que estaban en mejores condiciones para discernir
Nacional de Trabafo, n? 41, abril de 1919; Alfredo L. Palac10s, El . ,algún cambio de esta índole, solo veían, en el período previo
nuevo derecho, Buenos Aires, 1934, págs. 190-91. · _:¡\la huelga general, la lucha de facciones y la atomización:
', l~J~
La expansión que tuvo en_,1918 hi~o, ~mpero, que la FOR::{\ ,{<No se puede asegurar, a pesar del progreso muy notable y
actuara con gran precaucion. Al termmo ?e
las hue!gas. f~'1 ,positivo de la FORA, que esté en las condiciones que la re-
rroviarias se habló de seguir a los anarquistas y declarar la . 1Yolución requiere. La ignorancia ofrece su peso muerto con
huelga general, pero finalmente se ?ecidió concentrar los es¡. demasiada gravedad, y la inconciencia perturba aún su acción
fuerzos en el credmiento de la entidad, con la esperanza 4~.' ;constructiva. Abundan los elementos descaminados por una
vencer a la nueva Asociación Nacional del Trabajo empleá~~ • iP.ea fija de una revolución mística que se efectuará por [ ... ]
do una mejor estrategia que ella. A fines de 1918, en el 1.qt· · espíritu santo [. .. ] ; otros, empleando como motor el
Congreso de la FORA, se aceptaron formalm~n~e estos obJt;¡ JYJ~rbalismo, pretenden que solo la palabra llevará al proleta-
tivos, decidiendo apoyar solamente huelgashrrutadas Y ce~1 ~lado la decisión de crear un mundo nuevo».296
trada estrategia de 1919 en el puerto, donde la FOM habr~~i
de presentar una lista de demandas a los armadores d~; lrverdadero origen de la huelga general debe buscarse en la
buques. 292 • • . _ .·.íÍ mbinación de dos circunstancias. Primero, la inflación y el
Mientras tanto, los anarquistas continuaban su campana e~. o de vida, y su fomento de un clima combativo; segundo,
pro de la huelga general, aunque, debe qestacarse, co? n;t':Y¡ , e.si bien los sindicatos crecían a un ritmo veloz, a fines de
poco éxito. A fines de noviembre de 1918 ?e tuvo un 10dic1;~· f}18 solo una quinta parte o menos de los trabajadores es-
adicional de su debilidad. Simón Radowttsky, uno de los ban agremiados. La FORA afirmaba tener entonces 80.000
grandes héroes anarquistas de 1a década anterior, quien habí~ filiados, y en la ciudad de Buenos Aires había más de
asesinado en 1909 al jefe de policía y luego de salvarse ~el~ 400.000 obreros de sexo masculino.297 La mayoría de los
pena de muerte fue condenado a cadena perpetua,. huyo d~ participantes en la huelga general fueron estos grupos no
la cárcel de Tierra del Fuego en que se hallaba recluido; pero

170
------- -
¡¡¡;g;¡¡,;;;p;;:,ii~~mi.ados! y la huelga en sí misma estableció un mojóni i !federaciones habían querido organizar ~indicatos entre
ruficat:vo e~ sus esfu.erzos por organizarse. )'l ': etalúrgicos. 303 En noviembre de 1918. se creó uno; en
Esto tiene 11nportanc1a para comprender el tipo de accióA alleres Vasena, y prontamente, en la pr11D:era semana de
que condujo la huelga; explica en gran medida su falta d · tnbre se declaró una huelga. 304 Las medidas adoptadas
tructura y organización. Además, la huelga demostrói; la poÚcía fueron al comienzo extremadamen~e violentas.
eran vanas las esperanzas· del gobierno radical de uf ·. siguiente carta dirigida a La Vanguardia permite formarse
a los «sindicalistas» como medio para extender su influeu · idea de ellas:
dentro de la clase obrera: aquellos no tenían ni el apoyo;.
la fuerza necesarios para ejercer ese rol. Aunque controlab 'ª nos es imposible vivir en los
alrededores de la casa Va-
la corriente principal del movimiento sindical, no gober. a a los que tenemos la desgracia de habitar casas donde
ban las fuerzas objetivas que espontáneamente llevaban a .fa'§ y; algún huelguista, pues somos continuadamente moles-
masas a la acción. La huelga general de 1919 ilustró el iJÜL os, y no podemos estar en las puertas de 1;1-~estras casas
pulso solidar~º. subyacente en la clase obrera porteña, péi~ que la policía nos atropelle. El día 5 [de diciembre] fue
puso de maruf1esto la falta de estructuras institucionales ca' tenido un hermano mío de 15 años, a las 5 de la tarde,
paces de canalizarlo en forma constructiva. El resultado fui. or ir a curiosear en un grupo que se había formado en la
apenas un estallido emocional caótico del pueblo. ,J squina; fue encerrado en un calabozo ha~ta _l;is 1~ ?e 3~~
noche estando enfermo y en casa por prescr1pc1on medica.
El dí~ 13, encontrándose el mismo a las 4 y media en la
·puerta de la casa, un oficial de guardias de ~aballería, le o::-
La huelga de los talleres V asena denó que se retirara; al contestarle que a donde debia retl-
r~rse si estaba en su casa, el oficial lo atropelló con su caba-
En ~c!embre de 191.8 se declaró una huelga en el gran estác. :llo, y bajo sus amenazas tuvo que obedecer y met~rse dentro.
blecimiento metalúrgico Pedro Vasena e Hijos Ltda., situado Estas barbaridades se cometen con todos los vecmos de los
cerca de Nueva Pompeya, uno de los barrios proletarios de. alrededores del establecimiento en huelga, especialmente con
Buenos Aires.298 La industria metalúrgica había sido grave' fos que no tienen carnet o chapa radical. Es bueno que qu~­
mente afectada por la guerra; dependía por entero del suri'íi~ de constancia de estas brutaEdades, pues en el tren que si-
nistro, no siempre seguro, de materias primas de alto preciq guen estos bárbaros cualquier día van a cometer algún 306 hecho
y de carbón. Con el objeto de reducir sus costos la empresih truento, del cual habrá que pedirles estrecha cuenta».
dio empleo a gran cantidad de inmigrantes (españoles, tu~' ...
cos y hasta japoneses) ,299 los más menesterosos, completárt•: .De pronto, al terminar el mes, se retiraron todas las fuerzas
dolos con cuantiosos contingentes de mujeres y niños. 300 Dui: policiales salvo una patrulla simbólica, aun cuand? la huelga
rante la guerra ya se habían sucedido varias huelgas, algunas·· d:ontinuaba· esto alentó a los huelguistas a seguir adelante
por el reconocimiento del sindicato luego de que se intentar~ fon sus in¡entos de parar por completo la producción de la
c~ear una federación de todos los obreros metalúrgicos ddá
fábrica. El 4 de enero, el gerente Alfredo Vasena solicitó al
cmdad. En una de esas ocasiones, en octubre de 1917, se': .ministro del Interior que le enviara refuerzos; se quejó de
de~plegó considerable violencia cuando los piquetes de huel~ .• que existía entre los huel~istas un e~t~do d~ «abierta. rebe-
guistas se enfrentaron con los esquiroles. 301 En diciembreid€:; . lión»: habían cortado las }meas telefomcas, interrumpido el
1918 la em~resa ya .e:a famosa por sus salarios de hambrd~ aprovisionamiento de agua y lanzado ataqu~s diarios c,on~ra
por las medidas policiales .que acostumbraba tomar a fin de los carros en que la empresa traía los· matenales a la fabrica
prevenir posibles huelgas. Era una situación bastante simrnk desde un depósito externo. 307
a la existente en los frigoríficos. Según un informe oficiali En los días subsiguientes la violencia fue en aumento; el 5
los salarios nominales promedio J.iabían bajado de 104 peso~ de enero se produjo un enfrentamiento arm~~o en~re la p~­
a apenas 52 para la fecha mencionada. 302 ·
trulla policial y los obreros, en .el:cual murio un 1ov,en ofi-
También como ocurriera con los obreros de los frigoríficost, . dal. 3º8 Como venganza, la policía organizó una emboscada

172
dds! días más :tarde, en .las· afueras de los talleres, disparandó Se tumbó y prendió fuego a automóviles, se tomó pasajera-
contra los huelguistas cuando estos se lanzaron a detener a mente por asalto una estación de tranvías, un asilo de huér-
lbs carros; hubo cuatro muer t os. 309
1

fanos perteneciente a la Iglesia fue saqueado y hubo intentos


de robar armas. 314 Cuando la caravana, que a esta altuta reu-
nía a varios miles de individuos, llegó al cementerio munici-
pal, la policía los estaba esperando; en la batalla subsiguiente
El proceso de movilización murieron por lo menos una veintena de obreros. 315
La huelga general fue, pues, un producto espontáneo de la
La huelga general declarada el 9 de enero, que _marcó el co- •• refriega en las cercanías de Vasena. El proceso de moviliza-
mienzo de la Semana Trágica, fue en gran medida una reac" ción que tuvo lugar estuvo regido por tres parámetros gene-
ciórr .ante este acontecimiento del 7 de enero en los ~alleres rales. Primero, la violencia de los huelguistas fue hasta cierto
Vasena, pero importa destacar un proceso ?ecundar10 .q.ue punto función de su grado de proximidad a los talleres Vase-
tuvo lugar entre ambas fe~ha~. Una vez conocidas las notlClas na, siendo particularmente marcada entre los residentes de
del enfrentamiento, los smdicatos empezaron a mostrar de Nueva Pompeya, quienes durante las semanas anteriores ha-
inmediato señales de una división decis~va. Unos paco~ anun~ bían sido hostigados por la policía·; la huelga tuvo escaso eco,
ciaron movimientos de fuerza para el dia 9 en ~?mena¡~ a las por ejemplo, en Avellaneda, del otro lado del Riachuelo. Se-
víctimas de la policía, mientras que otr~s em1t1er<:m simple~ gundo, el grueso de los huelguistas eran obreros industriales;
mente declaraciones de protesta y resolvieron envi,ar. delega~ la participación de grupos más concentrados, como los ferro-
ciones al cortejo fúnebre de ese día. Entre estos ultimas _se viarios o los portuarios, fue mucho menos notoria -los fe-
hallaban los más poderosos, la FORA y la F01:'1, lo cu.al s1g, , rroviarios aún se hallaban desorganizados. luego de la derro-
nifica que quienes abogab~n por la huelga se v1ero_n pnva~os ··. ta sufrida el año anterior, en tanto que los portuarios seguían
de la conducción de los smd1catos, Tal como habia ocumdo ; su propia línea de acción, conducidos por la FOM-. Terce-
anteriormente los anarquistas se mostraron incapaces de asuc ·· ro, y como consecuencia de lo precedente, aparte del funeral
310
mir el rol que' los «sindicalistas}> habían desdeñado. ; . el rasgo más notable fue que en la acción intervinieron fun-
Pero aunque los sindicatos no apoyaban la huelga ge?-er.al, la ; damentalmente pequeños grupos desconectados entre sí, mo-
masa obrera sí. La secuencia de los sucesos fue la siguiente. . . tivo por el cual la huelga fracasó rápidamente cuando llegaron
El día 8 estuvo ocupado por los preparativos para el fune! ': · ias tropas. Gran parte de la violencia atribuida a los huelguis-
1
ral. 311 El 9, según un informe of~cial, alrededor ?e las 7 de ·
1
-tas fue en verdád obra de pandillas de jóvenes con muy escasa
la mañana, un centenar de traba¡adores convergieron sobre percepción de los límites de clase.316
Nueva Pompeya; el funeral estaba program~do para las 2.; ·. Esta pauta fue en cierto modo quebrada por un grupo, un
de la tarde; se dividieron entonces en pequenos. grup~~ qu~
salieron a buscar apoyo en otros lugares de la cmdad. En
2 sector de los tranviarios; en este caso es mucho menos fácil
establecer un nexo entre la acción llevada a cabo y la proxi-
los barrios cercanos a Nueva Pompeya hubo un ~~ro total • midad a los talleres Vasena, y además se mostraron más or-
de actividades de los obreros industriales, ·y tambien paros ganizados y capaces de una acción .bien planeada que los res-
importantes en las líneas de tranvías. En la propia Nueva. . tantes grupos.· Un testigo describió así uno de los incidentes
Pompeya la combatividad de los hombre~ :1º declmaba; a l~ . que protagonizaron:
mañana lanzaron un asalt? contra las ofic~~as de l~ co~pa'.'
ñía, donde se estaba realizando una reumon de directivos! <e .. pude ver al grupo de alborotadores que había detenido
esto terminó en un enfrentamiento armado qu~ ~e prolor;~?} : á un ómnibus y que obligaba a descender a su numeroso pa-
hasta 1a tarde, cuando llegaron tropas de la polic1a Y el e¡e:; saje. La evacuación se realizó atropelladamente y sin protes-
~º~~ ·~ tas. Inmediatamente hicieron descender también al conduc-
Durante el funeral hubo nuevos incidentes, producto en ~l1 tor· y al guarda, que salieron en silencio y de mala gana. Vi
mayoría del grupo que ·encabezaba la columna, que hab~a dómo el interior del vehículo era rociado con líquido de
partido desde los locales del gremio de los obreros de Vasena~ · botellas que seguramente no habían sido encontradas
p;;;14MJl~l!ill-- .·
en la calle, .y v~. cómo en un instante era envuelto por las ·. s. La división entre los sindicatos y los obreros no a~re­
mas. El espectaculo me resultaba indignante, no tanto por. dos fue, asimismo, una de sus·características·saliente5'. ·:.
atropello del incendio, como por la loca alegría de los bail-
los saltos de danza salv.aie; y los gritos de los desenfrena
autores del atropello».3 11
proceso de contramovilización
No deja de ser significativo que, según una autoridad en:'~
materia, la fundación del sindicato de los tranviarios se reI ]1:1.rápido colapso de la huelga no representó el fin de la Se-
monta al 10 de enero de 1919.318 Los elementos de coor'd', ,ihana Trágica: su fase verdaderamente trágica se inició recién
nación Y de estrategia _q~e s?gieren. l~s acciones de sabotáj d1tonces. A partir del momento en que las tropas salieron
d_an a entender que ex1st1a cierta af1rudad entre los tranvi a.la calle, apareció un movimiento paramilitar integrado por
rtos y grupos como los obreros ferroviarios de Rosario e Oiviles de clase media y alta. Este fue el primero de una serie
1917, y los obreros de los frigoríficos de Berisso y Avellaf~ de acontecimientos significativos del año 1919. El 1O de ene-
neda; en. ca_d~ uno de estos grupos se estaba produciendo ui{ . ro se celebraron reuniones en la zona céntrica de Buenos Ai-
proceso mc1p1en te. de sindi~alización, y la violencia reflejab( res con gran asistencia de público, que exigía que se tomaran
los esfuerzos tendientes a imponer la solidaridad. ;' . medidas. Un grupo de civiles armados organizó patrullas y
Salvo casos excepcionales como el de los tranviarios que uti; comenzó a acompañar a la policía y a las tropas del ejército.
rizaron e1 motm , . en 1os ta11eres Vasena como excusa' par{" De este modo hizo su aparición en la escena un movimiento
plan_t~ar sus prop10s reclamos, la acción de la mayoría de los · ·contrarrevolucionario de derecha, cuyo rasgo m:ás peculiar
P?rtlc1pantes en la huelga general es explicable en buena me~ ·era que no estaba particularmente dirigido contra los huel-
d1da por los efectos desencadenantes de los sucesos del 7 dé' .• guiStas, ni se centró en el foco original de los disturbios en
enero! pero esto no significa que Ja huelga haya sido casuai' ·Nueva Pompeya, sino que apuntó fundamentalmente a la co-
o a~~1dental:, e~tuvo estrec~amente condicionada por la prif munidad ruso-judía que vivía en su mayoría en Vi1Ia Crespo,
vac10n econom1ca de traba¡adores como los de los tallerés un barrio relativamente próximo al centro. Esto reflejaba la
Vasena: l?s tranvías y las fábricas. La refriega del 7 de enero' creencia de que la huelga formaba parte de una conspiración
deter~mo que la huelga tuviera un carácter espontáne0'1' ' · revolucionaria conducida por comunistas ruso-judíos. En los
emocional y carente de objetivos precisos. '. . •días siguientes fueron habituales escenas como esta:
Pese a Ja intervención de los tranviarios, nada sugiere qu!l' ·
con esta huelga se haya pretendido atacar al Estado o al sis; · . «En el medio de la calle ardían pilas formadas con libros y
tema capitalista; sería ir demasiado lejos sostener que fue mi: . trastos viejos. [ ... ] Pude ver que a pocos pasos de allí se
prototipo de revolución obrera o de «lucha armada». Por lo ; luchaba dentro y fuera de los edificios. Se trataba de un co-
demás, tuvo una duración efímera. La acción de los tranvia- . merciante iudío al que se culoaba de hacer propaganda co-
rios se limitó al 10 de enero y al fin de semana que abarcó . munista. Me pareció, sin embargo, que el cruel castigo se
e~ 11 y 12; luer;o solo se produjeron ataques aislados a ve" hada extensivo a otros hogares hebreos. El ruido de muebles
h1culos o carrua¡es, pero ya no hubo manifestaciones masivas; y cajones violentamente arroiados a la calle se mezclaba con
Una vez que las tropas ocuparon la ciudad v comenzaron'ª : gritos de "mueran los judíos, mueran ios maximalistas"». 319
organ~zar patrullas en )os ?arrias obreros, la· resistencia que
todav1a quedaba se esfumo. La segunda mitad de la Semana Los incidentes de este tino aumentaron después del 12 de
Trágica estuvo signada por tumultos secundarios en procura enero,. cuando la policía dio a conocer la sensacional noticia
de alimentos, al agudizarse la escasez de estos últimos. En de que se había descubierto una célula bolchevique entre los
términos generales, la huelga de 1919 fue más bien una su- ·. inmigrantes rusos. Los hombres de prensa entrevistaron a
cesión de revueltas desarticuladas que una genuina rebelión tres prisioneros que habían sido apaleados v estaban casi in-
obrera. El movimiento se limitó a ciertas zonas de la ciudad conscientes, pero pronto se puso de manifiesto su total ino-
Y atrajo muchos más'adherentes en algunos grupos que e~· cencia. El «presidente de la República Socialista» resultó ser

176 177
co.laborador de un. diario sionista, y su «ministro del Inte' ,dones populares para celebrarlo el PS sacó a relucir una ban-
rior», un judío dueño de una pequeña fábrica. Sin embargo¡· dera roja. Pocos días más tarde los socialistas se vieron for-
durante un tiempo la ciudad entera creyó ingenuamente en zados a desmentir un rumor propalado por la policía acerca
la exist~ncia de una conspiración revolucionaria: de 9ue estaban traman~o una revolución. 323 A ello le ¡iguió,
a fines de mes, la manifest~n anarquista, al día siguiente
«Todos estos síntomas acusan la obra de una organización · de l,a c:ial, ~n la Avenida de Mayo, donde la manifestación
vigorosa, que ha estado al acecho de las perturbaciones huel- 1hab1a sido dispersada por la policía, la multitud se desbandó
• 0buscando refugio ante falsos rumores de que se habían colo-
guísticas para aprovecharlas en su favor. Y la investigación
policial [ ... ] descubre uno de los centros agitadores, cons- · ,cado b<;>~bas.324 El ~ de diciembre se produjo una huelga de
tituido por un soviet de súbditos extranjeros, que ha venido los pohcias de Resano, y aunque su causa obvia era el atraso
expresamente a la república para tomar posesión de su go- , : de nueve meses en el cobro de sus sueldos de inmediato co-
bierno y para proporcionarle fórmulas de anarquía disolvefü · ':rrió .la voz de qu~ había infiltrados comunÍstas. El periódico
te, según el modelo de su país originario». 32º · Revrew of tbe River Plate, por ejemplo, creyó percibir en la
:huelga «por lo menos el germen de un soviet».325 También
Aclaremos que tales temores eran completamente infunda, : : se afirmaba. que todos los días llegaban al país agentes rusos,
dos. No había agentes rusos en la ciudad ni existía conspirar; .d~ cual motivó que el 10 de diciembre el representante britá'-
ción revolucionaria alguna. Indagaciones posteriores revela~ · : r;ic? presentara una queja formal ante el gobierno. 3 2'6 Por
ron que entre el armisticio y la huelga general solo dos rusos<
1
ulumo, cuando el año llegaba a su fin se tuvo noticia de la
habían arribado a Buenos Aires con el fin de promover apo; · :'~uelga planeada por la FOM para el l'? de enero.
yo para el régimen moscovita, y debido a las dificultades . En algunos casos (p. ej., el de los «agentes rusos») estos
que tuvieron para entablar contactos en la Argentina, al poco· . · .·.. temores eran totalmente irracionales, mientras que en otros
tiempo se fueron a Chile. 321 's~ establecían ,falsas. conexiones. entre hechos por completo
La Semana Trágica mostró significativamente la neurosis de
·]
fi
x. a¡eno~ entre s1 .. fm~s d~ noviembre, José Ingenieros, un
clase que experimentaban las capas altas y medias, y su aSO:f prommente soc10logo izqmerdista, pronunció una conferen-
ciación automática de las· huelgas con las conspiraciones f>Qj .cia sobre el. t~ma del ~axir:ialismo, que junto con la polémi-
líticas, hábito que se remontaba a la generadón anterior, y · . ca que suscito se constituyo en otro factor que alentó el di-
que tras permanecer en un estado reiativamente latente lue-i : m~ de rumores infundados. Refiriéndose a la reacción pú-
go de 1910, revivió durante las huelgas ferroviarias. En 1918 ' blica frente a su conferencia, Ingenieros trasmitía en estos
ya es notoria la histeria de las clases altas y medias de Buce términos el creciente estado de alarma de que daba muestras
nos Aires; fue en ellas, más que en la clase obrera, que la la población:
Revolución Rusa y los acontecimientos europeos posteriores :
a la firma del armisticio ejercieron su mayor impacto. Un · . «Al ?í~ siguiente [de ia conferencia] el obispo de Córdoba
vespertino conservador de Buenos Aires, El Diario, comen, publico una pastoral contra el maximalismo. [ ... ] Dos días
taba en estos términos la acción de los piquetes de huelga eri después los anarquistas realizaron un meeting que terminó
Rosario en octubre de 1918: ..con muertos y heridos en la Avenida de Mayo. [ ... ] Ocho
días después, la policía y los bomberos del Rosario se decla-
.í raron en huelga de acuerdo con los obreros·1 colisiones muer-
«¿En qué se diferen cía lo acontecido [ ... ] de los escándalo·¿
terroristas en Rusia? Es un conato de soviet ejecutivo e imJ: ; tos y heridos ..Aho~a, según m~ dicen, se prepara u~a gran
pulsivo, que procede como proceden los soviets del maxima;~ ,, huelga revoluc1onana, para la epoca de la cosecha con los
lismo moscovita». 322 ·
·ferroviarios.y los obreros del puerto. Mientras tanto'. circulan
. manifiestos entre el ejército y la policía [. .. ] [y] eri todos
Tales temores se avivarnn después del armist1c10, mientra , los lqgares públicos de la república se distribuyen volantes
los cables internacionales informaban sobre los efectos inmé' [ ... ] en los cuale.s mi nombre se halla siempre complicado
diatos que este había tenido en Europa, y en las demostr~~ , en la propaganda maximalista». 327

178
_ _ _>1)¡,,......
........- - - : - - - - - - -
. .¡¡;¡¡*\_,orí esto cobró impulso la decisión de tomar represalias, o. tiempo habían aparecido en varios de ellos «comités de
mo se hace'patente en el siguiente fragmento de un discu nsa» que utilizaban las comisarías para organizar a las
pronunciado el 8 de enero por un diputado conservador: trullas y distribuir las armas. Los hijos de los aristócratas
" aban los automóviles de sus familias e incursionaban con
«Hace poco tiempo, estando en uno de. los balcones de,: os en los barrios de los inmigrantes.
casa, vi pasar una manifestación que estaba terminanteme · ::poco tiempo el movimiento tuvo un alto nivel de orga-
prohibida por la ley 7 .029 [de Defensa Social ].328 [ . :i .ación, conducción y estructura de mando. Sus jefes eran
Esa iµultitud [ ... ] cada vez que se encontraba una bande grupo de antiguos oficiales de las Fuerzas Armadas que se
argentina [ ... ] gritaba "Abajo la bandera argentina", y 1 ían diariamente en el Club Naval, desde donde emitían
vigilantes escuchaban impasibles esos gritos subversivos: \órdenes pertinentes y tomaban las medidas para adiestrar
odiosos para el patriotismo nacional. [. .. l Exi::ten en s civiles en el uso de las armas. Todo esto se hallaba en
país, diseminados en todas partes, gran número de agitado do contraste con las características estructurales adquiri-
de profesión que van mucho más lejos que los señores so. i!;s' por la huelga. Otro rasgo notorio del .movimiento «~a­
listas. [: .. ] Esos hombres ofrecen a la multitud un prog . lliótico» era el de mantener los roles preexistentes: las acc10-
ma máximo [en el cual] figuran todas las violencias. [ .. ;¡)¡; '~s, eran dirigidas por miembros de la «alta sociedad», en
Estamos hoy sin defensa; levantémonos a la altura de Ial' ~nto que los militantes rasos eran en su mayoría de las cla-
sítuación y pidámosle al gobierno sin recriminaciones d2 ' s ,medias urbanas. En sus manifestaciones externas, el mo-
ninguna clase, que ponga remedio 'al mal que socava hasfa\' . 'ento reflejaba, asimismo, la difundida creencia de que,
en sus cimientos más sólidos a la sociedad argentina». 329 r( como ocurriera con los ferroviarios en 1917, el gobierno
·t·:
dical no haría nada por contener la huelga, dejando así el
Finalmente, cuando se produjo la huelga general, ese imouls&J mino abierto a una revolución de los obreros inmigrantes.
hacia la contramovilización fue alimentado por rumore; que~ ·.vivieron así los temores y prejuicios tan evidentes durante
c.r~zaron de sur a norte ia ciudad. Comenzaron a circular noi\, :período de inmigración masiva, una década atrás.
t1cias confusas y deformadas sobre los sucesos del día: "{

«Las. noticias son graves: los huelguistas están armados hasta.,>


los dientes; han levantado barricadas en todos los barrios de' l,teacciones del gobierno
la ciudad; incendiaron cuatro iglesias y dos asilos y se dispo:);<
nen a atacar las estaciones de ferrocarril. [ ...] Resuelvo en~/
~aminarme a la plaza del Once. [ ... ] Silencio absoluto. So.(·.·
lo, de vez en cuando, el repiqueteo precipitado de una cam-.
panilla de ambulancia sanitaria rompe la tranquilidad de esta·
noche de verano».3ao ·

Lo importante de este movimiento «patriótico» (como se,


autodenominaba) era que, atravesando las fronteras partida"
rias, u;iía a ~rupos extremadamente diversos de la burguesía;.¡
argentma, siendo apoyado por los legisladores radicales y · .·
conservadores, quienes el 10 de enero, cuando se realizaron
las reuniones multitudinarias en la Plaza Congreso contribu-
yeron a convertirlas en acciones concretas. En di~tintos ba-
rrios ~e la ciudad el movimiento recibió el apoyo de la aris-'
tocracia rural, los políticos, los miembros de los comités ra.
dicales, el clero, los militares y los4'rombres de negocios. Al;

180
turas'»~331 Después de la manifestación anarquista ª.fines de lelos con la revuelta de 1890 en la que se había oblig!!do a
ese mes .hubo;: empero, algunas señales de aprehen~ion: «No dimitir a Juárez Celman. 336
caben en la República los maximalistas, que han vibrado ~o­ A la sazón el gobierno también tenía dificultades con el re-
rno relámpagos de reacciones y venganzas en el alma atrofi~­ belde Grupo Azul de su propi~rtido; había envueltos en
da del muiík».ª32 Al declararse la huelga policial en Rosario las intrigas algunos miembros del gabinete, y parecía que
el gobierno ya estaba al borde delpánico: se cu}paba de la .· cada una de ellas hacía correr al partido cada vez mayor pe-
huelga a los anarquistas y se sostenla que se babia encentra-· ligro de desintegrarse. 337 Por último, el gobierno recibía ad-
do en la ciudad propaganda bolchevique,
333
t~as lo cual se vertencias sobre las actividades de los bolcheviques en Bue-
hacían apelaciones patéticas pero cada vez. i;nas ame:iazado- nos Aires; el cónsul argentino en Río de Janeiro dio cuenta
ras a los obreros con el propósito de urgirlos a evitar los .· del descubrimiento de un complot bolchevique en Brasil
tumultos. ... y de las intenciones de hacerlo extensivo a la zona del Río
de la Plata; 338 el embajador de Estados Unidos en Buenos
«La hora no es de agitaciones airadas. [ ... ) Es de .trabaj~ · Aires pidió que se hiciera una investigación para evitar males
silencioso y tenaz. Ha llegado el momento de combmar ~s., · mayores, luego de que se le informara desde Washington
fuerzos y aunar voluntad~s para aplicarJ~s a la tarea com~ · que se estaba urdiendo en la Argentina un plan para asesinar
de reconstituir la prosperidad de la nacion. [._. .] J:?el presi- . al presidente Woodrow Wilson.339
dente Yrigoyen, de su patriotismo y de su simpa tia por fa . Al comenzar la huelga en los talleres Vasena, en diciembre,
causa de las clases desposeídas, no pueden recelar los tra~a~ · La E oca con una risa co habitual denunció ue era 1a
jadores. Le han visto rectificar la direcciói; de la política.·. obra de «agitadores oráneos» y p,uso particular énfasis al
social argentina, haciéndola más human~ y .Justa, ~ep~rando · . destacar que se habían enviado agentes policiales.340 Aunque
los intereses del Estado de las convem~nC1as capitalistas Y, esto bien podría ser un refie}oCle los temores dcl_g@_i.e.mo
mediando imparcialmente en todo conflicto suscitado .entre . !~o de las mamfestac1ones anarquistas, hay otra explica-
obreros y ·patrones. Sería juicioso, entonces, que dep~s;taran . e~más convincente. Junto al informe sobre h .clg~-
su confianza en él, absteniéndose de perturbar la accion del'• . reC1a en a poca un artícu o en el_gye se negaban de plan.Q
Estado tloln difícil de suyo en los momentos actuales. De . c~rtos rumores sobre cambios i,g_minentes en el gabine.t~
otro m~do, caerían en una tentativa descabellada cuyas co~: · ' persona vinculad~_s:gn estos rumores era Leopoldo Mela, de
.
secuencias serían 1os primeros en 1amen t ar». 334 ·'.
·1 ·quien se decía ue iba er designado ministro deLfo.t~ri.9L....
elo era uno de los más fer o sos efensores de aliados.
y. líder del Grupo Azul disidente, 4 pero lo que es más im-
•· P,ortante, era también director y asesor legal de la fábrica
Nasena. -·--
~'fü2areñí:emente, el hecho de que el gobierno recurriera en
· _t1 primer momento a la policía tenía corno resunto ob'etivo
.cgnguistar a uena vo unta e Me o, interpretación que se
·:U.e fortalecida cuando e torn conocimiento de ue al anun-
c~r Melo finalmente que segyfil_gponién ose a Y rigoyen,J.l!
p.olicía fu~_..d~)11mediato retirada de la fábrica ~ dejQ__g~
.·la~s S1.fil!leran su curso hasta el 7 de ener __!_" ··
Ese díaef gobierno se puso oficialmente ~e_de_la...p.o­
Jicía y en contra de los huelguistas, pero, a la vez, re.tomó
.9Q!1tac1J con la FÓRA y trató de imponer un arbitra·s;. 3 ~
t$!sult do e acuer o con a FORA en el sentido de ue
»la policía no actuaría, a fin e evitar ulteriores incidentes
.durante el funeral. 944 Esta promesa fue fielmente cumplida,

182
Y_:..~1l9EJ?liGa en.pa.t.k_J2or ~_la policía apareció tan t r .~~cen complicados en los. actos. tumultu~~~s de ayer han re-
l!!..ent~~l 9 de ~· Así pues, en términos generales, antes· ..sultado instrumentos de los agitadores».
de la huelga el gobierno todavía se resistía.a poner fin a sus:
contactos con los sindicatos, aunque su posición era tensa~~; · En definitiva el 11 de enero el gobierno llegó a un acuerdo
cada vez más débil. '.{ EOñTci~-~~alis.taS}>-:-ll cambio de la li6ertad de los pris~Q:
Ha subsistido un solo relato acerca de la acción oficial del. neros que había hegho la policía y de aumentos de salarios
día 9 de enero, proveniente del representante diplomático: de un 20 a un 40 % para los trabajadores de Vase~­
347
británico, Sir Reginald Tower. Cuando los directivos de los . FORA anunciaría el levantamiento de la huclga. Pero p.a.:
talleres Vasena se vieron rodeados por los huelguistas en las· ra entonces el gobÍerno ya casi había perdido_por com.pkto
oficinas de la compañía, de inmediato tomaron contacto te!.: el control de IOSacontecimientos. Q!:ro de los sucesos es2~
lefónico con Tower, quien pasó varias horas tratando d~ taculares de la mana....Itágica se produjo en la tarde del
reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores, Honorfo .· 9 e enero. El g§J..S:K_al Luis F. Dellepiane, co1:1a?d~mte .de l¡¡,
Pueyrredón. Una delegación de hombres de negocios enea,;: uarnición de Cam o de Mayo, en las proximidades de 1
bezada por el presidente de la Sociedad Rural, Joaquín Am · • Capital Fe er · presentó inespera a~~.R~­
chorena, concurrió a su despacho y juntos se encammaron a. sa a con un batallón equipado con piezas de .artJllena- li-
la Casa de Gobierno con la esperanza de encontrar a Puey., . viana y ametralladotas.Una leyenda n_Q verificad~ ¡i,s_<:~~a
rredón; pero se les dijo que no se hallaba allí. Fue entonces. que en esas drcu~stancias Y rigoyen le ofreció a DellepJ.aue
que su nombre quedó asociado a cambios inminentes en el su renuncia, en la seguridad de que se trataba de.un gº1.Re. dt;
gabinete. Tras larga demora, la delegación fue recibida por .· Estado. 348 Por cierto que si Dellepiane lo hubiera querido
el ministro interino Diego Luis Molinari, y luego por el mi; podrialíaberse hecho cargo del gobierno, y ha7 también bue-
nistro del Interior, Gómez, quien según Tower «prestó a nos motivos para creer en los temores de Yngoyen. El~­
nuestra representación mucho menos atención que la que hri: pio Dellepiane rey:e.ló más tarde que antes d~ .entrar e~Ja
biéramos deseado». Finalmente el iefe de policía, Elpidio Capital se le había acercado un grupo de «m1htares_retlra-
González, que acababa de ser designado esa misma mañana; c:lOS» con el objeto ·ae preparar una rebelión !?~9 Si e.si.a.
saiió de la reunión de gabinete anunciando que era su pro~ ñOse materializó ello se debió ue Dellepiane era 1m anti-
pósito visitar el lugar de los hechos. Tardó bastante en vol- guo simpatizante' ra ica desde los ~ías del noveÍJ.tJ.~. Sin eJJJ-
ver, porque los huelguistas prendieron fuego a su automóvil, ~go_,,1ªclarduración de si: apoyo, sm e~ cu.al el ~~b1ern.o...ha~
Recién entonces se resolvió apelar a la policía.345 . : . bría gue a o totalmente aislado y habria sido faql presa-de.
De manera que, 2ese a su evidente desorientación, el gobier.• .• losdefensores del cou d'Etat, uedó condicionadJ!_JLq11s:_s;s:_
no no tomó a la ligera la decisión de recurrir a su 12oder de a oQtaran firmes medí as para reprimir a ue ga. A causfl
policí~:..Jodavía le importaba no cargar con las culpas que.se·. dé ello el 9 de enero el gobierno ex enmentó una volte a~~
Je P,uCiieran atribuir. Además, de los comentarios de La· Epoeq · fon amenta · en u ar e su rimitiva osici' c e iatoi;IB
~E_uci:_,q~e también quería poner a resguardo su reTación · se vio orza 'o a sumarse a la caza de brujas. Desde ent~nces
cgn los «smillCaTIStaS». En el periódico se negaba que en ·la; su voz se alzó tan alta como cualquier otra en la denuncia de
huelga intervinieran los obreros, y se culpaba de ella a los la huelga como una conspiración revolucionaria, alentando a
chivos expiatorios tradicionales, los anarquistas: .. los miembros del partido a que se unieran a las bandas pa.ra-
militares y explotando en su propio pr?v:e~ho la ~e~vahda
«Se trata de una tentativa absurda provocada y dirigida por situación de los inmigrantes y los pre1u1cios tradicionales
elementos anarquistas, ajenos a toda disciplina social y extra- contra ellos. En una oscura referencia a la comunidad rusa,
ños también a las verdaderas organizaciones de trabajadores•. . La Epoca declaró, el 19 de enero: « ... los verdaderos auto-
Porque no se trata de un movimiento obrero. Mienten quie• res de los sucesos ocurridos solo representan el 1,18 % 3de
nes lo afirman. [ ... ] Adhieren [a la huelga] bajo la caer" la población del país y el 1,79 Of:i ~e la Capital Fe~eral». ~º
ción que ejerce una minoría airada y por el temor que infud.:' Una semana más tarde El Diario mformaba que cierto nu-
den las represalias futuras. Y ¡¡n los trabajadores que apa" · . mero de radicales de los comités de barrio habían renunciado

184 185
8. 1919 I

En enero de 1919 el gobierno radical estuvo casi al borde de


ser derrocado por un golpe de Estado militar; durante gran
parte-de lo que restaba de ese año debió luchar para salvar
del naufragio su política laboral y mantener a raya a la opo-
sición respaldada por los militares. A corto plazo, el resultado
más importante de la Semana Trágica fue el rápi®-.mJgU
institucionalización de la or anizacroñataffiilitar dirigidª_p_QJ
los conservadores gue a ía sur~e...la.Jm~
· El 19 de enero se celebró una reunión en el Club Naval pre-
. sHida por el contralmirante Domecq García y a la que asis-
tieron representantes de todos los clubes aristocráticos impor-
,t,antes de Buenos Aires y de algunas destacadas asociacio-
~es militares; entre ellos cabe mencionar al Jockey Club, el
.,prculo de Armas, el Círculo Militar, el Yacht Club, la Aso-
~iación de Damas Patricias y miembros de la jerarquía ecle-
' ,~iástica: casi la totalidad de la élite conservadora. Se aprobó
;,una resolución que instaba a continuar la guerra contra las
·;«ideologías foráneas» y los «agitadores foráneos», así como a

...
i~ estimular sobre todo el sentimiento de la argentinidad,
,manteniendo vivo y animado en todo momento el espíritu
,de los conciudadanos, cualesquiera que sean sus creencias re-
.ljgiosas, sus opiniones políticas, su edad o fortuna, y el recuer-
'~º del heroísmo y sacrificio generoso de los antepasados que
·9s dieron patria. [ ... ] Inspirar al pueblo amor por el ejér·
· . y la marina, y que formar parte de sus filas es un
,eber y un honor ... ».352
·¡¡.;
-~ allí surgió la Liga P~triótica Argentina, ~ habr~a de
. en los tres años si Uientes la más poderosa asociación
ítica el a1s. . •
iga tuvo SU$ orígenes en el período de inmigración roa- l
v,a e fines del siglo pasado; fue en muchos aspectos con- ~
ñ~ación de los movimientos nativistas que aparecieron en
'.stintos momentos en los grupos tradicionales como reac- ,

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