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GUÍA PARA VIAJAR A NUQUÍ: PARAÍSO ENTRE

LA SELVA Y EL MAR
Escrito por: José Alberto Mojica Patiño - El Tiempo
Posted on 24 Aug 2017

 
 

No. Nuquí no es para todo el mundo. No hay señal de internet ni de


teléfono. Los hoteles no tienen aire acondicionado y no ofrecen planes todo
incluido con fiestas nocturnas y entusiastas recreacionistas. Hay mosquitos.
El mar se puede alborotar y es posible que la lancha se demore en salir. De
repente llueve y todo se pone gris. De repente sale el sol y el cielo se
despeja esplendoroso. ¿Y entonces, si no es un destino aparentemente
perfecto y carece de todas esas comodidades, para qué ir?

"Para volver a lo esencial, para conectarse con la vida pura y con uno
mismo, y para disfrutar de uno de los destinos más bonitos y auténticos de
Colombia”, dice el holandés Joel Brounen, quien ha venido nueve veces a
Nuquí. Sí. Nueve. Y –dice– nunca dejará de venir mientras pueda.

La mayoría de visitantes a este destino chocoano, ubicado entre la selva y


el océano Pacífico, son extranjeros como la española Ziza Carla Palanques:
“Respiro hondo cada vez que pienso en Nuquí. Solo sé que me fui
necesitando volver y que, cuando mi cotidianidad me asfixia, cierro los ojos
y vuelvo a Nuquí para ser feliz”. Así este paraíso salvaje e impredecible, de
playas largas y amplias de arena morena y suave –bañadas por un mar que
se mueve entre el verde y el azul– que por fortuna no han sido invadidas por
el turismo masivo ni por los vendedores ambulantes. Uno camina por estos
45 kilómetros de playas del Pacífico colombiano y se siente en su paraíso
personal. 

Un lugar donde la comunidad ha entendido que el turismo es la mejor


herramienta para superar la pobreza y la violencia, y que recientemente
recibió un impulso del Gobierno Nacional para reforzar la seguridad y
garantizar la tranquilidad de los visitantes y donde se celebran por estos
días dos grandes eventos.

Uno de ellos es el Festival de la Migración, que les rinde tributo a las


ballenas jorobadas que atraviesan más de ocho mil kilómetros desde el Polo
Sur para aparearse y parir sus crías en estas aguas; y también a otras
especies migratorias como tortugas y pájaros. El otro evento es el
Encuentro Nacional de Turismo Comunitario, que se llevará cabo entre el 30
de agosto y el primero de septiembre. 

Los tiquetes y traslados

Quienes quieran viajar por su cuenta, desde Bogotá, deben hacerlo a través
de la aerolínea Satena con conexión en Quibdó o en Medellín. Cada
trayecto dura, en promedio, media hora. Y con buen tiempo de antelación se
consiguen a tarifas (ida y regreso) desde 200.000 pesos.

Aunque desde la capital antioqueña también vuelan las aerolíneas San


Germán y Searca, otra opción, si el viaje ya está muy encima, es volar hacia
Bahía Solano y desde allí moverse en lancha hacia Nuquí, no sin dejar de
darse un paseo por este municipio chocoano y por las playas de El Valle,
uno de sus corregimientos.

Caminar entre playas

Independientemente del hotel donde se aloje en la zona sur de Nuquí,


donde están las playas más bellas, es clave saber que todas son vecinas y
que se dejan caminar y disfrutar muy fácilmente. Y todas ofrecen ese
escenario fascinante de selva y mar. 

Una excursión imperdible puede comenzar desde Guachalito pasando por


Terco, Terquito y Piedra Piedra, para llegar al corregimiento de Termales.
Es una entretenida caminata en la que se disfruta del sol y del paisaje, y
donde sorprenden los esteros y riachuelos que brotan de la selva y rompen
la playa buscando su camino rumbo al océano. Es fundamental ir con guías
locales, que pueden hacer desvíos para explorar cascadas, senderos y
otros secretos de la selva; y sobre todo, que evitarán cualquier extravío. De
Guachalito a Termales el recorrido, sin afanes, puede tardar unas dos
horas.

Hay que entrar al pueblo y contemplar las casitas de colores adornadas con
cortinas armadas con materiales reciclables, hasta llegar a las piscinas
termales que le dan el nombre al lugar. Son azules y calienticas, y les
atribuyen facultades medicinales. Al lado, corre plácido un río. Las termales
hacen parte de un spa en madera en medio de la selva, donde ofrecen
masajes y otros tratamientos.

Utría, la vida pura

La ensenada de Utría es uno de los lugares más bellos y tranquilos de


Colombia. Hace parte del parque nacional natural del mismo nombre y, en
pocas palabras, es el mar sin olas. Aquí, en la zona norte de Nuquí –a unos
50 minutos del casco urbano en lancha–, muy cerca de Bahía Solano, la
selva encierra al océano en forma de U. Y por eso el mar se mueve poco y
parece un lago verde esmeralda que brilla con el sol. De hecho, por la
profundidad y calidez de sus aguas, Utría es conocida como la sala de
partos de las ballenas yubartas. Por eso todo el significado de vida que
transmite el lugar.

“En Utría los sentidos se agudizan. Es un sitio donde te das cuenta de que


el universo es generoso. Aquí llegan los espíritus que están preparados,
porque Utría no es para todo el mundo”, dice Josefina Klinger, presidenta
de la organización comunitaria Mano Cambiada y gestora del ecoturismo en
Nuquí. Uno no se cansa de contemplar la belleza de la ensenada. Pero hay
que meterse a ella y nadar –con precauciones– o recorrerla en kayak. Y hay
que caminar por el manglar Estero Grande, que se deja recorrer en una
plataforma de madera de 800 metros y donde se ven diferentes tipos de
mangle, pájaros, monos y cangrejos. En las noches, dependiendo del clima,
es posible ver el espectáculo del plancton bioluminiscente: esos organismos
unicelulares que, al entrar en contacto con el oxígeno, se iluminan de blanco
y azul. Y parecen luciérnagas dentro del mar.

Utría se puede visitar en plan pasadía, aunque lo más recomendable es


dormir allí, en unas cabañas y otros servicios de lujo verde que son el mejor
ejemplo, en Colombia, en turismo de naturaleza dentro de un área
protegida. Utría, como todo en Nuquí, es un paraíso mágico y salvaje. 

Pesca deportiva

Uno de los nuevos atractivos de Nuquí es la pesca deportiva profesional.


pescar en estas aguas es ideal  debido a la cantidad y variedad de
especies, y a las condiciones del mar. 

Si usted va…

Lleve repelente de insectos y bloqueador solar, sandalias para la playa y


zapatos de agua con garra para caminar. Hay que llevar bolsas plásticas
para la ropa mojada y para traerse la basura que produzca.

En el aeropuerto de Nuquí hay que pagar un impuesto de turismo de 9.000


pesos.Para ingresar al Parque Nacional Natural Utría los colombianos
deben pagar 17.000 pesos, y los extranjeros, 47.000. Los niños pagan la
mitad. Adultos mayores de 65 años no pagan.

Río arriba en Joví

En el sur de Nuquí queda el caserío de Joví, donde el principal atractivo es


un recorrido por el río Joví, que se hace en botes de madera impulsados por
palancas. Los guías de la asociación Pichindé, dueños de una fuerza brutal,
impulsan los botes contra la corriente durante 45 minutos mientras los
viajeros disfrutan de las aguas cristalinas del río y de toda la vegetación que
lo rodea. El recorrido termina en la cascada La Chontadura, cuyos chorros
ofrecen un refrescante masaje en la espalda.

Tomado de: El Tiempo

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