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BITÁCORA DE VUELO: DISEÑO III

SESIÓN 1: EL PROYECTO ARQUITECTÓNCIO: FUNDAMENTO

Existen diversos enfoques conceptuales y metodológicos para el desarrollo de

proyectos de diseño arquitectónico. Unos se centran en el objeto arquitectónico en sí, otros

enfatizan el contexto en el que se inserta este, otros metodológicamente enfatizan algún

componente arquitectural, algunos de ellos desarrollan el proyecto desde lógicas abiertas y

otras cerradas, entre otros.

En semestres anteriores se optó el enfoque de desarrollo del proyecto desde sus

cometidos, desde la teleología, es decir, desde los propósitos y fines de la arquitectura y el

escenario en el que esta se desarrolla. Los resultados han estado dentro de lo programado;

sin embargo, continúa llamando la atención las dificultades en conseguir el producto final en

la etapa de transferencia de la programación al proyecto.

En el presente semestre se asume un enfoque más general que muestre la

interacción ineludible entre proyecto, conflicto y escenario de manera que el cometido del

proyecto debe concordar con la naturaleza del conflicto en un escenario temporal y espacial

específico.

En el plan o bitácora de vuelo del Taller de Diseño III desde la primera sesión se

plantea el reforzamiento de conceptos como sistema, estructura, incertidumbre,

probabilidad, estructura disipativa, entre otras; porque, a partir de este punto, cualquier

concepto planteado debe tener la capacidad de sortear la dinámica, vulnerabilidad,

variabilidad y riesgo a los que todo sistema societal está expuesto. En este contexto, la

evaluación previa de competencias previas demuestra perspectivas específicas de la

disciplina y su cometido en un nivel instrumental operativo que no corresponde al nivel

superior universitario en el que se exige niveles de reflexión sobre la naturaleza y logro del

conocimiento; crítica y reflexión respecto de la habitabilidad y sociedad, la condición humana

y su rol en la arquitectura; y, por consiguiente, hábitos en investigación. En términos de Karl


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Marx la universidad pertenece a la superestructura de la sociedad en esta se debate y

plantea, la tecnología, el conocimiento, los paradigmas de una sociedad.

Entonces, la primera misión del taller es llevar a los participantes al nivel universitario

que les corresponde; alinearlos con el propósito de la sumilla del curso que enfatiza la

programación compleja y especifica arquitectónicas en el contexto de la totalidad e

integración de componentes. Al respecto, plantean que el “paso previo al diseño lo

constituye la construcción de la Realidad Estructural” (Samash, 1998), es decir, caracterizar

el escenario con el que el proyecto arquitectónico interactuará en términos de pertinencias.

De manera que, existirán tantas realidades estructurales como proyectistas porque

su construcción implica labor personal, por consiguiente, su pertinencia guarda

proporcionalidad con el orden que se plantea y no en el prejuicio, es decir, “que la cuantía

estética se halla determinada por la densidad del orden de las relaciones en el objeto

estético” (Birkhoff, 2001, pág. 14).

Con esta consideración la primera sesión del taller esboza una triada teórica

constituida por el conflicto, proyecto y escenario pilares conceptuales que sustentan el

desarrollo del proyecto. Metodológicamente se correlaciona con el ¿qué?, ¿cómo? y

¿dónde?. El primero hace referencia a la naturaleza del problema que aflige a la población;

el segundo, refiere a las estrategias proyectuales para resolver el conflicto; y el tercero, hace

referencia al lugar donde se suscita el problema. Planteado así el esquema, el proyecto

desarrollado en el taller está condicionado a los otros dos conceptos.

El proyecto se constituye en el mecanismo de resolución de conflictos en términos de

espacialidad en un lugar específico. Para la comprensión de la triada conceptual cada uno

de sus componentes debe ser abordado desde su propia naturaleza para determinar la

interdependencia entre ellos. Para cumplir con este objetivo se ha recurrido a los conceptos

de conflicto de Johan Galtung; proyectos de Anthony Michael Fadell; y sociedad de Jorge

Martin Yamamoto Suda.


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Según Galtung para resolver un conflicto se debe “trabajar sobre las contradicciones

y no sobre la actitud y conducta, como tradicionalmente se hace” (Massarik, 2011). Según el

autor asegurar la resolución de conflictos implica resolver la contradicción que subyace entre

la actitud y la conducta. No se trata de corregir conductas “incorrectas” a “correctas” sino de

trabajar sobre ellas y encontrar razonabilidad en la solución. Sobre el proyecto Fadell afirma

que “el proyecto cobra sentido si soluciona problemas invisibles en contraposición a los

visibles provocados por la habituación por lo que es conveniente amplitud y detalle en el

análisis de estos” (TED, 2015). Finalmente, Yamamoto plantea “la felicidad como parámetro

de bienestar en una sociedad, es decir, que el paradigma de acumulación material no es

sinónimo de calidad de vida, y que el sueño americano se ha convertido en sinónimo de

infelicidad” (TEDx Talks, 2015). Para el caso peruano el autor plantea la reconciliación entre

modernidad y tradición.

La comprensión de la triada conceptual se inicia con la investigación sobre los

problemas por los que atraviesa la sociedad contemporánea, y como consecuencia de ello

determinar aquellos que de manera particular influyen sobre la sociedad, la ciudad y la

arquitectura cusqueñas. Una vez evidenciado el conflicto y escenario se irán planteando

algunas alternativas de solución. Sin embargo, se debe recordar la estructura subyacente a

la triada cuyos componentes entre otros corresponden a la teoría de sistemas, estructuras,

estructuras disipativas, incertidumbre y probabilidades.


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SESIÓN 2: LA ESTRUCTURA IMPLÍCITA

La triada conceptual plantea el condicionamiento mutuo entre el conflicto, escenario

y proyecto, es decir, qué se quiere resolver, dónde se suscita el hecho, y de qué manera se

pretende resolver. En esta triada se entiende la finalidad del proyecto. La presencia de cada

elemento en la triada está justificada porque la condición conflictiva en una sociedad

determinada no puede ser permanente por la ley de entropía. Entonces, los proyectos tienen

que ayudar a reestablecer el equilibrio de manera continua. El estatus convincente de la

triada se debe a la teoría de sistemas, es decir, los elementos deben funcionar como un

todo.

La teoría general de sistemas a través del análisis de las totalidades y las

interacciones internas y externas es una poderosa importante herramienta que

permite la explicación de los fenómenos que suceden en la realidad y también hacen

posible la predicción de la conducta futura de esa realidad (Johansen, 2018, pág. 2)

No obstante, el todo es más que la suma de las partes y se regula por las leyes de

sinergia y recursividad. La sinergia se entiende que la realización de una acción se da como

consecuencia de la acción conjunta de los diversos componentes. La recursividad se

entiende como la jerarquía de los componentes en el sistema.

Observar la realidad como sistema permite concluir, primero que, toda modificación

en un componente de este afecta a los otros generando patrones predecibles de

conducta; segundo, el crecimiento y adaptación de un sistema dependen del

acoplamiento a su entorno; y tercero, los sistemas deben cumplir cometidos; por lo

tanto, se debe prever sus fallas. La teoría general de sistemas tiene el objetivo de

descubrir de manera estructural las dinámicas, constricciones, restricciones y

condiciones de un sistema al igual que sus principios que puedan ser observables y

aplicables a otros a fin de optimizarlos; en conclusión, integrar a las ciencias

naturales y sociales (Ugarte, 2020, pág. 47)


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Los fenómenos de sinergia y recursividad están presenten en cualquier sistema

siempre y cuando diversas disciplinas generen conocimientos en conjunto que

permitan un estudio de elementos presentes en el sistema. Con esto aclaro que los

sistemas se constituyen de individualidades, lo que nos lleva a decir que son

indivisible como sistemas. Para el estudio de un sistema debemos reunir todas esas

individualidades y eliminar las que se encuentren de más para que estas no afecten

su comportamiento. Entonces, un sistema es un conjunto de partes interactuantes

entre sí para conseguir un objetivo. Este sistema puede ser abierto o cerrado

(Johanzen, 2018, pág. 4).

Entonces, la finalidad de recurrir a la teoría general de sistemas en este estudio se

justifica porque al establecer la relación con la realidad ayuda a entenderla como

sistema, a reconocer su constitución y su desarrollo, su estructura y particularidades;

de hecho, contribuye con el desarrollo de la investigación en tanto que permite

describir e interpretar la realidad societal de la que el sistema de salud es

componente (Ugarte, 2020, pág. 49).

Es conveniente recalcar que un sistema no es estático, de hecho, es variable y

dinámico. En este sentido, se puede decir que la realidad no sigue rigurosamente un modelo

predeterminado, sino que conlleva aspectos caóticos. La realidad está condicionada a

fenómenos inciertos, sobre todo, los sistemas sociales, de allí su condición de sistema

abierto. Por tanto, los sistemas son complejos, una variación inicial puede desencadenar

resultados no previstos. Ilya Prigogine, biólogo belga, plantea una afirmación análoga al que

denomina estructura disipativa que dice: “No es solo inestabilidad la que hace posible cruzar

el umbral entre los seres vivos y las cosas inertes; es mas bien una sucesión de

inestabilidades que estamos solamente empezando a identificar en algunos estadios”

(Prigogine, 2020, pág. 1). La teoría de las estructuras disipativas de Prigogine plantea la

explicación con relación a como en el medio natural todo sistema abierto de intercambio

energético con el ambiente es una estructura disipativa, por consiguiente, la conservación


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de una estructura del sistema se produce por consumo (disipación) o intercambio de

energía.

Para fines del Taller el concepto sistema permite identificar las relaciones de

interdependencia y condicionamiento entre los componentes de un sistema y, como

consecuencia de ello jerarquizarlos. Por ello es por lo que la triada planteada reconoce el

funcionamiento vertical del esquema, es decir, el conflicto como tal es una situación de

aflicción que se produce en un escenario concreto y que requiere de proyecto(s) para su

solución.

Por otro lado, la triada y la disposición de los componentes se justifica en el concepto

general de estructura que implica reconocer la organización de elementos de manera que

aseguren el funcionamiento de un sistema. Etimológicamente el término hace referencia a

construir y por tal razón se le vincula directamente con la arquitectura por la acción de

construir: sin embargo, desde el siglo XVII el término amplia su acepción al cuerpo humano,

porque análogamente se lo interpreta como una construcción, y a su obra, como el lenguaje

en particular.

Bernot afirma que desde sus comienzos la palabra estructura designa a la vez: a) un

conjunto; b) las partes de ese conjunto: c) las relaciones de las partes entre sí, lo

cual explica si seguimos a Bastide, porque sedujo tan fácilmente a los anatomistas y

a los gramáticos y, a partir de ellos, en el curso del siglo XIX, a todos aquellos que se

interesaban por las ciencias exactas, las ciencias naturales y las ciencias sociales y

humanas.

Dicho en palabras de Boudon, se pueden dar definiciones del término: 1) una

definición intencional: donde el término es sinónimo de otros como organización

estable, totalidad. Aquí estructura se opone a coyuntura (que designa los caracteres

variables), lo profundo a lo superficial, el objeto a una estructura profunda. 2) una

definición efectiva: construcción teórica que, aplicado a un determinado objeto, hace


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que este aparezca como sistemático. Aquí lo inconsciente (lo oculto) se opone a lo

consciente (lo manifiesto). Desde el punto de vista científico el objeto está

estructurado.

De forma muy similar Rocher afirma que se puede construir un análisis estructural a

partir de modelos conceptuales y de modelo de abstracción lógico-experimental

(Quirós, 2018, págs. 1, 4).

Para el objetivo del Taller de Diseño III el concepto de estructura tiene la connotación

de lo manifiesto, de lo consciente, de aquello que es sistemático en el que los componentes

son reconocibles y jerárquicamente organizados para cumplir finalidades. Por tal razón, el

proyecto componente de la triada esta supeditado al conflicto y escenario, porque a ambos

le debe su telos. El proyecto en términos generales tiene la virtud de ser el medio a través

del cual se resuelven conflictos y se mejora la calidad de vida.

Otro concepto aludido en el Taller de Diseño III y que sirvió en el diseño de la triada

conceptual es de las desigualdades de Bell. Por este concepto se entiende la necesidad de

entender que todo en el universo es parte de un gran sistema; sin embargo, la duda es

sobre una eventual desintegración de este, y luego de ello, qué ocurre con los componentes.

Desde las implicaciones ontológicas y epistemológicas de las desigualdades de Bell se

asevera que:

La derivación de las desigualdades de Bell está basada en dos principios de

naturaleza ontológica. Por un lado, se tiene el principio de localidad, según el cual, si

un sistema se desintegra y sus componentes se alejan considerablemente, cada uno

de ellos se comporta de manera independiente respecto a los demás. Por otro y

característico de las teorías de variables ocultas, se rescata el hecho de que toda

propiedad física presenta un valor bien definido en todo momento. Los dos son

principios de carácter ontológico, dado que el primero hace referencia a los sistemas,
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es decir, conjuntos de cosas que componen el universo, mientras que el segundo

atribuye cierta propiedad a las propiedades de estas cosas (Montaña, 2016, pág. 31).

Según la teoría de las desigualdades de Bell los componentes de la triada cobran

particularidades debido a que son parte de un sistema, es decir, el proyecto y toda su

estructura de conocimientos adquieren sentido cuando se ponen a disposición de la

resolución del conflicto en un lugar específico. El conflicto toma sentido debido a su

relatividad en el tiempo, es decir, puede desaparecer como consecuencia de su resolución.

El escenario adquiere sentido porque si se resuelve el conflicto el lugar eleva su

habitabilidad y calidad de vida.

El principio de incertidumbre se formula para explicar ciertas situaciones respecto a

la posición y energía de las partículas elementales atómicas según la física cuántica. En el

taller el mérito no radica en la comprensión de tan complejo fenómeno en todo su alcance,

sino más bien comprender el fundamento básico y observar su aplicabilidad a sistemas

sociales. En este sentido, el principio de incertidumbre se entiende como la imposibilidad de

saber si lo que se espera de la vida se materializará, o no entender el futuro de la

humanidad. La incertidumbre o la probabilidad de ocurrencia se refiere a lo imprevisible, a la

desconfianza, a lo variable de la vida en todas sus facetas.

Sin embargo, dado el escenario se puede concluir en que el pensamiento derivado

de la incertidumbre conlleva vivir de manera angustiosa en la satisfacción de necesidades

inmediatas vinculadas con la lucha diaria por subsistir. Pero este pensamiento sumado al

existencialismo más bien contribuye con la idea de vivir en el marco de la espontaneidad, y

de la consciencia de la libertad. Lo curioso es que por miedo a la incertidumbre la

humanidad ha inventado maneras de controlar el futuro el mismo que es incierto, es decir,

pretender controlar la incertidumbre natural de la existencia.

En este contexto, la triada conceptual es una herramienta que permite advertir de la

relatividad del proyecto porque este se halla condicionado a cómo se presenta el conflicto en
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el escenario específico. Es imposible medir la efectividad del proyecto porque precisamente

todo está expuesto a muchos factores muchos de ellos ignorados que impiden predecir el

comportamiento de los actores.

Por tal motivo, el esquema tiene el propósito de sistematizar y estructurar los

conceptos que permitan, por un lado, explicar las razones de la estructura implícita del

modelo tripartito de conflicto, escenario y problema; y por otro, de servir de pauta para ir tras

la construcción de la realidad estructural, piedra angular del proyecto. La figura 1 detalla los

niveles teóricos por lo que la programación compleja en arquitectura deberá transitar para

dar sustrato a la programación específica. En la sesión 2 se llegó a explicar hasta el nivel

teórico 2.

FIGURA 1

NIVELES TEÓRICOS PARA EL DESARROLLO DE PROYECTO

NIVEL TEÓRICO: 1

PROBLEMA CONFLICTO ESCENARIO

NIVEL TEÓRICO: 2

SISTEMAS ESTRUCTURAS ESTRUCTURAS DISIPATIVAS INCERTIDUMBRE

NIVEL TEÓRICO: 3

ENTROPIA LUGAR ORGANIZACIÓN SOCIEDAD CALIDAD DE VIDA HABITABILIDAD

NIVEL TEÓRICO: 4

TRANSICIÓN SOCIETAL

NIVEL TEÓRICO: 5

TRANSICIÓN EN SALUD: EPIDEMIOLÓGICA - SANITARIA - DEMOGRÁFICA

Fuente: Arqto. Efraín Ugarte – Arqto. José Zéndic Ávila

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