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Ilusión estacional

Introducción
Poemario surgido de mi inspiración en las últimas semanas del mes de marzo de 2021.
Esta obra ha sido el resultado de la inspiración por la naturaleza y, por lo tanto, la conexión con mi yo
natural. Se tratan las estaciones y el amor.
Producto de la reflexión y ordenación de mis pensamientos di con el siguiente grupo de poemas.
Es la historia de dos almas aún por descubrirse que en un proceso constante se van conociendo y dejando
de cubrirse.
Acto 1: Verano
Todo empezó con …
Una corta llamada, reconocer su cara, oír su voz, querer parar el tiempo.
Un parque, sol, calor, ruido, amigos … enfoquemos.
Humedad, encierro, una sonrisa, un momento de su tiempo y mi atrevimiento.

Cada momento, cada instante es diferente.


El tiempo pasa y nada vuelve.
La belleza de la vida es disfrutarlos,
efímeros, intensos, como si no durasen eternamente.

Como una llamada después de un largo período,


que dice mucho y alegra el alma,
pero que sabes que llegado el momento,
antes o después se acaba.

Los días pasan y todo cambia lentamente,


un día te despiertas y es septiembre,
es hora de partir,
el otoño ha nacido fehaciente.

Cruzas el mar y ves todo en movimiento,


aterrizas, escuchas la lluvia que no se detiene ni un momento.

Enclaustrado en una casa miras por la ventana,


nubes de ladrillos os separan,
una nueva realidad se alza.
Acto II: Otoño
El comienzo de todo
El otoño conservaba lo bueno del verano,
algunas flores, el cielo azul y albergaría el firmamento.
El desconocimiento, la curiosidad y el asombro serían lo cotidiano,
sin embargo, dejaba entrever poco a poco lo oscuro que sería el invierno.

Un camino de piedras, una amapola y una colina


Era una mañana, del mes de noviembre,
en aquel parque soleado esperaba paciente,
entonces llegó ella con pelo suelto y sonriente.

Después de un fugaz saludo nos pusimos en marcha,


hablamos del verano, de la extraña llamada.
Encontramos un camino lleno de piedras y lo seguimos.

Recibimos un paraje hermoso donde las plantas conservaban su verde,


la última de muchas amapolas destacaba en el suelo más bonita de lo que
creyese,
la llevaste contigo y yo la grabé en mi mente.

Cerca de allí se encontraba un majestuoso árbol,


dueño del bosque, se erguía firme y frondoso,
perdiendo su color y de aspecto abstracto,
presenciaba desde arriba como me mirabas sonriendo,
y como mientras yo, afortunado,
memorizaba el momento exacto,
y admiraba cada detalle de tus andares y rostro.

A mitad de camino el suelo que antes era barro,


se tornó en una alfombra de hojas de mil marrones,
convirtiéndose ese bosque de altos árboles,
junto con su pelo y sus ojos,
en un escenario perfecto para las pasiones.
Desde lo alto de la colina se veía todo con claridad,
sobre la línea del horizonte a lo lejos la ciudad,
alejados de todo empezó esta fase inicial.

El reflejo del agua en un lago llegada la noche


En otoño las noches se alargan y la oscuridad se hace cada vez más
presente,
una tarde fría después del ocaso nos encontrábamos a la orilla de un lago,
en el agua cisnes, aves palmípedas y patos,
en el cielo la luna.

El sonido del agua sirvió de inspiración natural en esta noche estrellada,


semilla de conversaciones eternas que tendrían como fruto halagos,
artífices de miradas cómplices y tendencia al divago,
dos almas conociéndose sin jurado,
no sé si era el cielo o nosotros quiénes brillábamos.
Viajar

En el andén por primera vez,

viajeros soñadores se hablan sin tirantez,

viajes, aviones y destinos se sueñan sin timidez,

todo es planeado y hablado con nitidez,

y como todo suena sin la más mínima tartamudez,

ambos se miran como si se lo creyesen.

Y después de esto ambos se suben al tren.


Nueva ciudad
Territorio inexplorado qué nos depararás,
protegida por murallas en la antigüedad,
protagonista de una nombrada leyenda,
y transformada por la Revolución Industrial.

Tan bonita como Londres,


aquí su primer viaje fue.

Hogar de hermosa arquitectura, parques y cultura,


descubramos qué a esta historia augura.

Caminaron por todas partes,


se divirtieron y se entendieron,
fueron testigos todas las calles,
los primeros recuerdos se formaron,
algo dentro de ellos se empezaba a esclarecer,
se cansaron y descansaron,
en un banco al anochecer,
se miraron y bailaron.

El descubrimiento de alguien,
es el más antiguo placer.
Autobuses y trenes a la verdad
Estación de tren 12.01pm el tren se ha marchado en su cara.
Confusión, preguntas y aspavientos,
se ha ido el tren y con ello el plan de una semana,
miradas y palabras de disculpa ante el enmudecimiento,
culpas, perdones y un crispado reencuentro,
ver todo desmoronarse, aceptación y un final entendimiento.

Tomó tiempo pensar qué hacer,


al final montaron en otro tren,
y todo iba bien.

Tras horas de transbordos, autobuses y pueblos en mitad de la nada,


llegaron a su destino,
una larga noche de oscuridad les esperaba.

Sonrisas tontas, bromas y anécdotas,


juegos, comida y licor,
recuerdos de otras épocas,
un frío helador se sentía como veranos bajo el sol.

Dormir bajo la luna llena y miles de estrellas,


un plan soñado que acabaría en querella,
por en vez de esperar, intentar querer ya,
concepciones rotas que no olvidaré jamás,
fue momento de dar un paso atrás.
Noche de reflexión hablando con la luna,
sobre por qué con ella no si ella no es como ninguna,
ella dijo que no era personal ni por fortuna,
la culpa no era mía ni era suya.

Dime Luna,
¿y si no fuera ella la que las cualidades reúna?

Conversación extensa,
examen sin cura,
de repente los pequeños errores se ampliaban con lupa.
¿Por qué ilusionarse si la virtud es la mesura?
¿Para qué correr si no gana quien termina antes la partitura?
Acto III: Invierno
Invierno silencioso
Transcurrió un invierno silencioso,
uno de los más tranquilos que recuerdo,
poca gente en la mesa,
acontecimiento inédito,
temporada de distanciamiento,
el objetivo era evitar el gusto tétrico.

Blanco y contento
Días fríos y blanco absoluto,
la nieve lo cubría todo sin disimulo,
Madrid contenta al fin disfrutó,
estampa navideña propia de días de unión,
villancicos, chocolate y roscón.

En un abrir y cerrar de ojos todo acabó,


y un bonito capítulo en la memoria de todos se alojó.
Desencantamiento

Pasan los días, las noches y te das cuenta.


La luna no mentía y nada es lo que parecía,
tu mente crea ilusiones y susurra falacias.

Fueron semanas y meses de transición,


hablando con la Luna aquella noche vi la verdad,
enero y febrero pasaron,
duelos entre pensamientos y creencias,
los ideales y pedestales fueron arrastrados hacia la destrucción,
hiciste un examen estación por estación.

Ya no veías lo mismo en esos ojos cada vez más oscuros,


No sentías lo mismo al verla tras horas de laburo,
y tu método de engañarte provocaba en tu garganta un nudo.
El camino pedregoso
Costó esfuerzo volver a recorrer ese camino,
donde fuiste feliz y donde ahora caminas mirando al suelo.

Puedes ser como el humano,


mirando constantemente hacia abajo para no caer, preocupado.
O como el caballo que solo mira de frente,
y si se tropieza sigue su camino sin quejarse.
Paso por los mismos lugares y me acuerdo de todo.

Me detengo.
Es invierno y el una vez verde campo se encuentra desolado,
solo veo una inmensa llanura agrietada de aspecto desértico,
totalmente diferente a lo que una vez había sido.
Cuando las amapolas se van queda la tierra seca,
al igual que cuando la curiosidad se va queda la seriedad,
y con el tiempo muda la compañía, la escucha y la excepcionalidad.

La campaña como corazón seco,


se cura y renace.
La sabia naturaleza con el tiempo,
es capaz de curar todo efecto.
Ojos que no ven corazón que no siente

Prosigo mi camino dejando el campo atrás y pienso:


Ojos que no ven corazón que no siente,
creo que por fin he entendido el significado.

Ojos que no ven corazón que no siente,


mente que no recuerda tu sonrisa,
tus ojos mirándome fijamente,
o tus conversaciones nocturnas.

Memoria que anula el recuerdo de la exquisitez de tu silueta,


la redondez de tus dientes que forman tu sonrisa,
tu nariz, tus cejas o tus lunares,
los preciosos rizos de tu pelo ordenados suavemente,
y déjame que lamente,
ver mi recuerdo de ti cada vez más borroso.
Y por eso es mejor no verte,
y alejarme,
y no pensarte,
no ilusionarme,
por algo que no pasará.

Mente que no piensa qué pude haber hecho diferente,


para alterar el resultado final,
es una mente tranquila.

Corazón que trata de olvidar sabiendo que algo está mal,


puede que en el futuro se arrepienta,
pero es un riesgo que estoy dispuesto a tomar.

Mas debo entrenar a mi mente de lo que es real y lo que no,


para que no cree mentiras,
y que no se deje ilusionar.
Viajar II

No bailaremos en la Rosa Negra una salsa en Cuba,

no te besaré en París por la noche bajo la Torre Eiffel,

no viajaremos a casa en una bicicleta bajo la luna llena,

no desayunaremos tortitas en Hawái de manera fiel,

no te acompañaré hasta que tus sueños se cumplan,

no construiremos nuestro imperio como Tony y Elv.

No era el puente Rialto,

no era Italia,

ni Venecia.

Era sentirte fortunato ese día con ella.


Tiempo

Al fin y al cabo somos tiempo,

que transcurre y se termina,

un reloj de arena que jamás para.

Y aunque nos de pena,

hay que asumir que al nuestro le quedan dos granos,

y que no se puede retroceder ni volver atrás en vano.


Tipos de hombres

Dicen por ahí que hay dos tipos de hombres:

príncipes y bárbaros.

Yo pertenezco a un tercer grupo casi extinto,

soy un caballero sin miedo,

un caballero con un agujero en el peto de su armadura,

y que con pecho y a yelmo descubierto te dice te quiero.

Desprotegido y vulnerable se descubre y va de frente,

para recibir un dardo que no logrará extirpar,

la valentía y la caballerosidad,

no surgen efecto en nuestros días,

y el caballero con el dardo vivirá.


La duda

Viviré con la duda, tormento e incertidumbre,

de si para ti fui amor, pasatiempo o pesadumbre,

de si mi compañía fue para ti: clamor, divertimento o servidumbre,

y caminando por la calle se lo preguntaré a las farolas que me alumbren,

Y para mí,

¿fue amor?
Aunque tu no lo sepas

Me he desecho de dos mil cuatrocientas setenta y cinco fotos nuestras.

Pero aún recuerdo dos besos,

cuatro acuerdos,

siete caricias,

y cinco malicias.

Habría vivido contigo en una cabaña en el bosque,

en una ajetreada metrópoli,

o en una isla rocosa.

Yo siempre intranquilo y tú siempre tan sosegada.

Tú fuiste alguien especial.


No me daba cuenta

Y ahora lo pienso,

cabizbajo y abstracto,

junto al majestuoso árbol escribiendo estás letras,

que tú me enviabas tus señales,

y yo me vendaba los ojos,

y me tapaba los oídos.

No quería verlas.

No quería darme cuenta,

de que nunca hubo nada,

de que mi cabeza me jugaba una mala pasada,

y de que poco a poco me encadenaba.


El viento

Palabras que se fueron con el viento,

como el sonido del viento soplando en una fría mañana de febrero,

gotas frías en tu cara,

en tus mejillas,

que se irán con la brisa.

Recuerdos que vienen de visita, y se van.

Cosas que me recuerdan a momentos que vivimos juntos.

Te veo en el campo, en las flores, en los trenes…

y acto seguido te vas.


Un guante perdido

Soy un guante perdido,

solo sin su pareja,

Dios nos tira y nos descuida,

cual humano imprudente.

Pasamos nuestra vida intentando encontrar quien nos complete,

dónde estará esa persona a la que entregarme en cuerpo y mente,

solo entre la maleza espero a que venga,

aquella persona capaz de encontrarme.


Luna roja

Fue ese día cuando vi a la luna desangrarse,


astro tan pulcro, diosa de tantas civilizaciones durante siglos pasados,
esa noche te convertiste en sangre para mí.

Para mostrarme que el dolor es momentáneo y pasajero,


que al día siguiente tu color sería el blanco de un lienzo sin tocar.

Y que como tú,


yo también podría hacerlo,
y dejarme pintar por un artista virtuoso que no me dibujara malos
sentimientos,
que hiciera florecer un bello paisaje en mi alma,
y me enseñara por qué vale la pena sentir, vivir, dejarse alcanzar por otra persona.
Carta sin destinatario

Estoy sentado en el parque donde quedamos por primera vez.

Pero ya no estoy nervioso,

disfruto de las vistas y de los cerezos en flor,

del cantar de los pájaros,

y del último rayo de luz de sol el último día de invierno.

El sonido del viento embriaga mis oídos,

algo muy común aquí,

pero puedo oír el ruido que hacen las hojas golpeándose unas con otras,

y puedo escuchar el sonido de un rosa al florecer.

Gente mirando a los pájaros extranjeros,

risas de chicas sentadas en un banco y gritos de niños jugando en el pequeño parque a pocos metros de mí.

Bienvenida primavera.
Acto IV: Primavera

El principio del fin


Voy por la calle,
escucho música,
sonrío y bailo.

Salsa y bachata en los cascos,


ya no espero a mensajes que no llegan cuando te recuerdo.

Escuchando una canción,


canto y pienso,
que la vida son decisiones,
y doy gracias al verano por llamarte,

que la vida son experiencias,


y doy gracias al otoño por quererte,

que la vida son fases,


y doy gracias al invierno por pensarte,

que en la vida cambias,


y empieza la primavera.
Reflexiones
El descubrimiento, la curiosidad y la alegría serían características del tiempo antes del lamento del invierno.

El principio de una estación es como cuando empiezas a conocer a alguien.


Te causa curiosidad, te interesa, quieres experimentar, te gusta, la quieres, pero después de unos meses, si
no hay una demostración, signos de evolución, se acaba y alguno pasa página.

Ansiamos el verano hasta que nos cansamos del intenso calor y del agobio que trae consigo.

Disfrutamos el otoño, Halloween, las hojas en el suelo, los paseos, los colores en los árboles y las ramas
desnudas, hasta que nos cansamos del paisaje.

Entonces, queremos que llegue la Navidad y ver la nieve, visitar a nuestros seres queridos, las reuniones, el
chocolate caliente y usar abrigos hasta que terminamos odiando el frío.

En ese momento, clamamos por la llegada de la primavera y ver florecer las flores, y con ello nuevos
colores y dejar atrás la lluvia y las temperaturas invernales.

Necesitamos cambios, necesitamos evolución.

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