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Seminario Mayor “San Ignacio de Antioquía” Profesor: Pbro.

Francisco Gutiérrez
Instituto Fray Agustín de Quevedo Alumno: Pedro Cumare

Asignatura: Liturgia II
Carácter: Resumen Coro, 25-11-2020

Signos y Ritos en los sacramentos del Bautismo y Confirmación

El Bautismo es el sacramento por el cual el hombre renace espiritualmente mediante


la ablución con agua y la invocación trinitaria. Este acontecimiento “no se reduce a un acto
puntual, sino que se prolonga a lo largo de toda la vida”1, por tal razón, es uno de los
sacramentos que imprime carácter, es decir, que solo se puede recibir una sola vez.
Asimismo, el Catecismo de la Iglesia Católica, sostiene que, “el Bautismo constituye el
nacimiento a la vida nueva en Cristo. Según la voluntad del Señor, es necesario para la
salvación, como lo es la Iglesia misma, a la que introduce el Bautismo.”2 Con él, el hombre
se incorpora al cuerpo de Cristo, esto es, a la humanidad renovada de los creyentes en
Jesús.

Ahora bien, como el sacramento del Bautismo es considerado como el gran rito de
iniciación3, en la práctica del mismo se deben cumplir fielmente lo establecido por los
organismos litúrgicos correspondientes y a la teología mistérica. Por lo anterior, es
necesario indicar cómo y qué realiza el sacramento del bautismo, para ello, es importante
acudir a la fuente más confiable, lo que expresa el Catecismo de la Iglesia Católica (CCE)
en sus numerales 1213-1284. A continuación, se abordarán aspectos referentes a la
celebración del sacramento del bautismo y la mistagogia de dicha celebración.

Para celebrar el sacramento del Bautismo con total validez, debe ser presidida por el
ministro ordinario, el Código de Derecho Canónico (CIC) en el can. 861 §1 indica que, “el
ministro ordinario del Bautismo es el Obispo, el presbítero y el diácono.” De igual modo, el
CCE plasma que, “en caso de necesidad, cualquier persona, incluso no bautizada, puede
bautizar… si tiene la intención requerida y utiliza la fórmula bautismal trinitaria.”4

1
VORGRIMLER, Herbert.: Teología de los sacramentos, Herder, Barcelona, 1989, pág. 144.
2
CCE 1277.
3
Cfr. AUER, J. RATZINGER, J.: Los sacramentos de la Iglesia, Herder, Barcelona, 1977, pág. 45.
4
CCE 1256.
Sabiendo quien puede celebrar el sacramento del Bautismo, es importante indicar que, todo
aquel que no ha sido bautizado, es capaz de recibir el sacramento del bautismo5, teniendo
en cuenta que, si es niño se posee el pecado original, consecuencia del pecado de los
primeros padres, y por ende deben ser renovados por el agua del Bautismo; en el caso de
los adultos, el proceso es distinto, ya que estos, deben realizar “el catecumenado, o
formación de los catecúmenos, tiene por finalidad permitir a estos últimos, en respuesta a la
iniciativa divina y en unión con una comunidad eclesial, llevar a madurez su conversión y
su fe”6, requisito fundamental que irá desarrollando a lo largo de su caminar cristiano.

Al tener en cuenta los aspectos concernientes a la celebración del sacramento del


Bautismo, no se puede dejar a un lado su mistagogia, que el CCE lo desarrolla
detalladamente en los numerales 1234-1245. Entre estos elementos mistagógicos se
encuentra la señal de la cruz, significa la gracia que el hombre ha adquirido por la muerte
de Cristo en la cruz7. Aunado a ello, está la Palabra De Dios que ilumina a los que van a
recibir el sacramento y los anima a dar respuesta de su fe8, así como también el rito de
exorcismo y la profesión de fe, con la cual renuncia a todas las seducciones de Satanás.9

Por otro lado, está el agua bautismal y el rito del Bautismo, con esta agua que sobre
ella se realiza la oración de epíclesis (bendición), y con la triple inmersión, los candidatos
entran a formar parte de la Iglesia y a la vida intratrinitaria10. A saber, que, el agua
simboliza la purificación y la nueva vida unida a Cristo. Seguidamente, se hace la unción
con el Santo Crisma bendecido por el Obispo en la Misa Crismal, con esta unción el
candidato pasa a ser un cristiano11, y con la vestidura blanca queda revestido de Cristo, y
pasa a ser luz para el mundo, de allí radica el significado del cirio Pascual encendido12. De
esta manera, el candidato deja de ser una creatura y pasa a formar parte de los hijos de
Dios, por esta razón se reza el Padrenuestro13. El rito del Bautismo concluye con la oración

5
Cfr. CIC can. 824; CCE 1246.
6
CCE 1248.
7
Cfr. CCE 1235.
8
Cfr. CCE 1236.
9
Cfr. CCE 1237.
10
Cfr. CCE 1238-1239.
11
Cfr. CCE 1240.
12
Cfr. CCE 1243.
13
Cfr. CCE 1245.
solemne por parte del ministro ordinario, pero se debe tener en cuenta que, de igual manera
suma importancia la bendición de la madre, cuando se ha realizado el sacramento a recién
nacidos.14

En este mismo orden de ideas, dentro de los sacramentos de iniciación cristiana, de la


cual forma parte el Bautismo, entra el sacramento de la Confirmación, para la Iglesia, la
Confirmación “es la acción litúrgica simbólica que transmite sensiblemente el Espíritu
divino”15. La tradición parece inclinarse a ver en este sacramento la plenitud del Bautismo,
en el sentido de que, en la Confirmación, el bautizado recuerda su bautismo, actualiza su
íntima unión con Jesús y confirma la orientación de toda su vida a Cristo y la aceptación de
la fe de la Iglesia.
Esta orientación hacia Jesús, tiene cierto grado de vinculación con la crismación,
momento perteneciente al rito de la celebración del sacramento. El Santo Crisma, “el
confirmando recibe la marca, el sello del Espíritu Santo”16, con la cual pasa a formar parte
de los que pertenecen a Cristo, y de los cuales se comprometen a servir, moviéndolo en
una determinada dirección para cumplir la voluntad de Dios, que inicia cuando en la
celebración renueva sus promesas del bautismales y realiza la profesión de fe, esto cuando
fue bautizado no teniendo uso de razón.
La parte central de la celebración del este sacramento está en el momento en el que el
Obispo coloca el Santo Crisma, tal como lo dijo el Papa San Pablo VI: “el sacramento de la
Confirmación es conferido por la unción del santo crisma en la frente, hecha imponiendo la
mano, y con estas palabras: Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo.”17 Ya
confirmado, la persona es consciente de su propia fe, de la cual tendrá que dar testimonio, y
vivir en plena comunión con la Iglesia. Precisamente esta comunión se simboliza con el
gesto final de la celebración del sacramento, el beso de la paz, que “significa y manifiesta la
comunión eclesial con el obispo y con todos los fieles.”18
Es importante aclarar que, el ministro ordinario del sacramento es el Obispo, aunque
existen sus excepcione, por ejemplo, en el caso del rito latino, esta facultad puede ser

14
Cfr. CCE 1245.
15
VORGRIMLER, Herbert.: Op. Cit. Pág. 161.
16
CCE 1295.
17
Constitución apostólica Divinae consortium Naturae, citado por CCE 1300.
18
Cfr. San Hipólito Romano, Traditio apostolica 21, citado por CCE 1301.
delegada a un presbítero por parte del Obispo diocesano, a tenor de los cánones 884 - 885.
Y en cuanto al sujeto del sacramento, el CIC estipula que puede ser aquella persona que
tenga uso de razón, con la excepción de peligro de muerte.

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