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JUICIO IMPARCIAL

SOBRE LAS PRINCIPALES CA1JSAS

DE LA

REVOL UCION
DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA.,
JIJICIO 1 PAIlCIAJ-J
.
SOBRE , .....
J.
... . '.

llE LA

EVOLUCI N
DE J.JA Al\fÉRICA E SP ANOL.A. ~
y

ACEfiCA DE tAS PODEROSAS RA.ZONES QUE TIE~E


J.jA METHOPOLl PARA RECONOCER SU ABSOLUTA
INDEPENDENCIA.

IJ OR D.N JOSÉ PRESAS.

BlTR EOS,
lMPREN1'A DE D.n PEDI\() llEALlNIE,

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J
INTRODUCCION.
neZi

Entre tantos acontecimientos falnosos y sucesos


estraordinarios corno los que se han visto en estos
últilnos tienpos, pocos ó ninguno nlerece y llama
Inas la aiencion del honlbre filósofo y polilico,
conlO la revolucion de las Anléricas ES1Jaiíolas
contra lns nusmos que las habían elevado algra(lo
de cultura, civilizacion y opu.lencia, á que llegáron
á.principios del presente siglo .
Elgrito de indejJendencia que se diu en 18 I o ,
resonó sÍlnultanealnente en árnbas Antéricas; y
.despues de nluchos con~bates tle accio,zes ~r ba-
taUas, los dos inlperios de Méjico )' del Perú,
que, desjJues de haber sido descubiertos y COIl-
quistados por los ESjJaño!es, no habian l'econo~
cido nlas autoridad por espacio de tres siglos que
la de los Reyes de Castilla, al filt lográron sus-
traerse {le su donlinacion , y eri9irse en tanlas re-
públicas cuantos eran los vireinatos y c{lj-Jitanlas
.generales establecidas en (lqu.ellos dontinios .
. En su. s principios., elta grande t:npresa no
r


..1J
pnrecia asequible; pero la poca prevision ele la
corte de lVladrid, la venalidad y corrupcion de
sus Irtandatarios , ántes y despucs de haber prin-
ci]Jindo aquella revolucion -' allanáron á los suble-
vndos locIos los obstáculos, ypre]Jrtráron los ma-
teriales para el establecimiento" de aquellos nuevos
estados que en el dia ya vemos considerados,
COlno tales, por dos de las potencias nlas re/ipe-
tab/es.. La Inglaterra y la república de los Es-
tados- Unidos se hallan actualmente como preci-
sadas á reconocer tarde ó tClnprano la indepen-
dencia de aquellas Repúblicas, porque este paso
es un consiguiente necesario, despues de haber con-
tribuido de un lnodo eficaz y positivo á S~t for-
macion, y de Itaber celebrado con ellas los tra-
tados de comercio, en cuya virtud los súbditos
de á.mbas potencias han formado en aquellos
paises una nH.tltifud de estableciulientos cuya
permnnencia y felices resu.ltados estan entera-
mente l(qn..dos con el nuevo órden de cosas, razon
mu",Y pDderosapara que sus res/Jectivos gobiernos
procuren sostenerlos á foda costa, á fin {le evitar
la ruinn. de sus s(~bditos, ~y no esponerse tÍ los
trastoruos tiue lJodian prornover estos por el (les-


.. " .
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HJ
CiJutento que les causaría la J)érdida de sus ma-
nufacturas en las que tienen funda(la la lisonjera
esperanza de reparar los perjuicios que han espe-
rimenJado en sus prin!eros ensay'os . La Francia,
aunque no ha tenido parte alguna en aquellas
turbulencias, se vé iguabnente comprometida por
las misma.s razones á imitar su ejemplo .
La Silla AjJostólica, que hasta ahora habia
mirado con la mas alta consideracion el justo
d0l11inc"o que por derecho tle conquista qercian
los reyes católicos sobre las Allléricas ,se ha visto
precisada, para atender á la a(ln~inistracion (Iel
pasto espiritual, á nombrarpor sí ,y sin preceder
la conpetente presentacion del soberano espailol,
á varios obispos para el gobierno de las iglesias
americanas; y en cierto 1nodo ha absuelto del
jura/nenia de fidelidad á todos los habitantes de
aquellos paises, vigorizando con este acto su. ape-
tecida independencia, para cuya canonizacioll Ó
legitimidad parece que ya no faltaba ntas que
este requisito.
Miénlra.s que todas las potencias 1narltinur,s
han procurado y procu.ran sacar de la Aménca
Española el partido y ventajas que les propo,.-

rv
ciona su c0111ercio, el gobierno de su antigua Ine-
trópoli parece I~aber descuidado enteramente sus
verdaderos intereses" Ocupado y 'clístraido siem-
pre en sofocar los disturbios y conspiraciones
que él mismo prOlnuet,e con sus arbitrarieclades
y despotisnlo, ha dejado pasar el largo período
de cuatro años, sin haher sabido aprovechar las
muchas ocasiones que en este tienlpO se le han
presentado para recuperar á lo nlenos el reino
de Nueva España .
Esta fué la idea y jJroyecto que un escesivo
antor á nuestra patria nos precisó á presentar
al Rey, áprinclJ)ios de 182. 4, el inforlne que es-
tendinl0s sobre la situacionpolltica que tenia aquel
rieno á nlediados de 1823, segun lo que ha-
blanlos observado durante nuestra residencia en
Mejico. Mas tu,vinzos el disgusto de 'Ver que en..
tónces nada se hizo, ni despues se ha pensado
en hacer cosa alguna que tuviese pOI" objeto la re-
conquista de aquellos dominios, ni /llenOS entrar
en relaciones }Jara acordar y establecer CQn aque-
llos nuevos 9obiernos algun tratado de utilitllld
reclpro('(l entre aquellos naturales y los Espa-
¡íoks eurofeos.
V

Su principal objeto siernpre ha si(lo elj)oner


.'V quitar el1pleados, yoprúnir á los pueblos para
Inantener á esta clase de gentes y sostener el poder
absoluto que' todos ejercen lnenos el Rey, que se
contenta con tener- tan odioso dictado" Puesta
la nacion en circunstancias de no poder, en el
dia ni en lnuchos aizos, tOlnar sobre sl enlpreS{t
alguna, y Irtucho ¡nenos la tqrandiosa obra de
reCUjJerar sus antigHas poses iones, se halla en
la preciosa necesidad', ]Jara que su pérdi(la no se
haga tan sensible á la antigua España, de adoptar
la sabia y prudente n'tedida de aternperarse al
línico recurso que queda al gobierno de la rne-
trópoli; tal es el reconocimiento de su absoluta
independencia, con cuyo acto se logrará induda-
blenlcnte lilnpiar los lnares de los corsarios qu.e
navegan con las patentes de aquellos gobiernos, y
que obstruyen y]Jaralizan el cOlnercio espaiíol,
sin que este en el día pueda hacer ni el sinple y
pequeñó 9iro de cabotage .
Pero esta estraordinaria medida no puede ni
debe ser estensiva á las islas de Cuba, Puerlo-
Rico y Filipinas, cuya poses ion conviene ase-
gurar por medio de UfW, adlninistracion. mas
VI·
justa y nlenos abandonada, que la que de al!Jun
tiempo á esta parte Itan tenido y tolerado aquellos
habitantes que nliran con indiguacion repartido el
producto de tan ricas posesiones entre los princi-
pales gobernantes de ellas y los de la corte, como
del'ltostrarémos en su caso y lugar con hechos y
pruebas convincentes.
JUICIO IMPARCIAL.
------------------- - ....

CAPITULO l.
La revolucion de la América Española fué pre-
parada por elHobierno de Londres, y apoyada
por el de los Estados- Unidos .

LA independencia de los imperios de Mé¡ico y


del Perú viene de época muy anterior á la que
ha fijado la comun opinion de las gentes .. Desde
el mornento que la corte de l\fadrid se adhirió
al gabinete de Versalles, y rec0410ció en 1778.
la enlancipacion de las colonias inglesas de Norte
América, adquirió dos enemigos poderosos, que
movidos, por distintas causas no han dejado de
enlplear todos los medios que han estado á su
a]cance para llegar al fin que áIUbos se propll-
.,
SlerOD.
La Inglaterra, resentida desde entónces de la.
conducta del gobierno de España, deseaba con-
ansia una ocasion segura para satisfacer Sll justa
venganza, y resarcir por otra parte los (1 uebran-·
( 2 )

tos y perjuicios que habia sufrido con la pérdida


de aquellos establecimientos. Permaneció por
lllucho tielllpo en continua asechanz~, y man-
tuvo sielllpre enlisarios q ne, recorriendo toda la
América Española, le daban noticia de cuanto
en ella pasaba. Para que esta especie de agentes
ocultos ó espías pudiesen desempeñar esta co-
Dlision á su sal vo y sin riesgo de ser descubiertos,
se valia el 111inisterio inglés de profesores de me-
dicina ó de naturalistas, que bajo el pretesto de
ejercer su profesiol1 los unos, y los otros con el
fin de herborizar, lo examinaba n todo, y daban
cuenta de lo que observaban á sus comitentes.
De estos heolos conocido dos: el uno, lJamado
1\1. Parosin, que tratámos en e] Rio Janeiro en
1810, )' á quien helnos visto despues empleado
con el destino de prilner nlédico en la espedi-
cion que salió de Buenos-Aires para la conquista
del reino de Chile al mando del general San
Martin. El otro fué el que en 1823 Dlandó el
ministerio inglés al reino de l\léjico, para que
se instruyese de cuanto a11i ocurria, dcspues de
la espatriacion de Iturbide. Este era un doctor en
medicina de la universidad de Edimhurgo, lla-
mado 1\1. Macki nce , el cual habia muchos años,
segun nos refirió él luisnlo en Jalapa, que via-
13])8 por el l)erú, Quito, Santa Fé y 1\ ueva Es-
paña, dando de cuando en cuando sus vuelta!:i
( 3 )
á Inglaterra, como 10 verificó en esta ocasion , que
sin pasar de Jalapa se contentó con los infor-
lues que le diéron algunos viageros, y reunido
con o~ro Inglés llamado :LVI. W ulock, que habia
estado algunos meses en Méjico, regresáron ám-
hos á Veracruz, en donde se enlbarcáron en
la fragata de guerra inglesa que los estaba espe-
l'ando para conducirlos á Londres .
Sucedió algunas veces que las relaciones ó in-
formes que daba esta especie de agentes eran
inexactos y exagerados, ponderando, para en-
carecer el mérito de su comision, el vehemente
deseo que animaba á los Americanos de hacerse
independientes. La facilidad con que de ordi-
nario se cree todo lo que se desea, hizo que el
gobierno inglés cometiese por dos veces un
nlismo error ó falta en el corto espacio de año
y medio, como manifestarimos mas adelante . .
Tal era el ahinco y empeño con que pretendían
realizar su proyec to~
Eran tan públicas y sabidas las miras del ga-
binete Británico á este respecto, que ni los mis-
mos Americanos las ignoraban á dos milleguas de
distancia. El general Miranda, natural de Costa
Firme, é hijo de una rica fanlilia, desde llluy
ióven rué empleado por el gobierno de España
en la secretaría de la presidencia y capi tanÍa
general de Guateluala. ·Una colocacion tan veu-
( 4)
tajosa en tan tierna euad y en su propio pals le
envaneció de tal111anera, que se creyó capaz ue
gobernar pOl~ sí solo la Anlérica rnrriJional,
sielnpre que lograse separarla de la dominacion
de Ja España . Trató al efecto de fraguar una re-
volucioD para proc}aular la independencia de
su patria; IDas hahiendose descubierto su inten-
cíon ántes que esto se verificase, tuvo la suerte
de escaparse y pasarse á Londres, donde sabia
que seria bien recibido, porque la empresa que
llabia abandonado, precisado por la fuerza, era
muy conforme al sistema que seguia el gobierno
inglés con respecto á la emancipacion de la Alné-
rica Española. Pitt, que entónces se hallaba en
el nlÍnisterio, escuchó á Miranda de un filodo
muy favorable; mas aquel gran político juzgó
que aquella ocasion no era aun la filas á propó-
sito para realizar con feliz éxito un negocio
de tanta monta. Procuró por entónces entre-
tener á Miranda; pero este, llevado de la fogo-
sidad de su espíritu revolucionario, sin detenerse
mucho tiempo en Londres, se trasladó á San Pe-
tersburgo, y propuso á la emperatriz Catalina el
mi~nlo proyecto. Esta soberana, cuyo espíritu
ernprendedor es bien conocido, tambien recibió
á l\liranda con agrado, y manifestó no disgustarle
su propuesta.
Sobrevino en aquella época la l'evolucion de
( 5)
Francia, y Miranda calculó que esta potencia en
tales circunstancias era la mas á propósito para
auxiliarle en su empresa. Se trasladó á Paris en
1 79~ , en donde asociado con Petion y el partido
de losGirondinos, fué nombrado en 1793 general
de division; mas su genio inquieto y turbulento
le hizo cometer escesos y faltas tan notables, que
diéron lugar á que se le procesase varias veces,
en tiempo de la república y del consulado,
contra los cuales habia conspirado; pero sienlpre
tuvo la suerte de evadirse del castigo. Desenga-
ñado de que no podia ya progresar en Francia,
ni sacar de ella el partido que se habia prome-
tido para lograr la independencia de su patria,
resolvió volver á Inglaterra en donde fué auxi-
liado para pasar á los Estados-Unidos á reunir
gente, y formar la espedicion con que salió des-
pues de Nueva York para Costa Firme, con el fin
de renovar su anterior tentativa. Batida y der-
rotada su pequeña escuadrilla por los Españoles
ántes que Miranda pudiese verificar su desem-
harco, quedáron por segunda vez frustrados sus
proyectos y el plan de los Ingleses; mas siempre
tuviéron la esperanza de que este infiel vasallo
de España podria aun servirles por haber tenido
la suerte de escaparse el buque que le conducia.
Constante y tenaz en su intento, partió por se-
gunda vez, auxiliado siempre pOI" los Ingleses y
(6)
a]gunos Aluericanos del Norte, y logró en fin en-
trar en Costa Firlue y establecer el gobierno COn-
sularenCaracas. Obtuvo en 18I2a]gunossucesos
favorables contra las armas del Rey, é hizo creer
que ya estaba realizada la independencia general
de las co]onias españolas; mas las divisiones intes-
.. • , 111 _

tIn3S que prolllovlO entre sus mlsnlOS compane . .


ros, la ambicion del nlando, concluyéron con su
proyecto; y precisado Miranda á refugiarse en
Cartagena de Indias, fué allí preso por las tropas
del rey; y conducido despues á Cadiz, se le puso
en un estrecho calabozo de la Carraca, en que mu-
rió en 1816, á los cuatro años de su prision . Pero
con su nluerte no quedó enteramente estinguido
el gérnlen de la revolucion, porque diseminadas
en los ánimos de aquellos llabitantes las ideas de
libertad é independencia, quedáron preparados á
pretenderla á toda costa, siempre que se les pre-
sentase una ocasioD. favorable ..
Lo que prueba aun mas la parte efectiva que
ha tenido el gobierno Británico en la indepen-
dencia de ]a América española, es la conducta
que observó lord Strangford, su nlinistro pleni-
potenciario en la corte del Brasil, quien desde
el año 1809 hasta 18.13 que salió de allí, fué un
verda(lero protector de todos los novaclores llel
Río de la Plata que llegaban al Rio Janeiro, y
ue
despues ellnas ac ti vo agen te la i uu ta que estos
( 7)
estableciéronen Buenos-Aires, cuyos acuerdos y
deliberaciones le eran comunicados por el doctor
Don Saturnino Peña y por el emisario Don 1\la-
nuel Sarratea.
¿ Ultimamente puede darse prueba mas autén-
tica para delTIOstrar' la particular influencia con
que el gobierno inglésha procurado siempre pro ...
mover la independencia de la Alnérica, que la que
poco hace nos dió ellnismo Bolivar? Veanse pues
las espresiones con que este gefc alnericano quiso
en el convite público que dió en Caracas, enJ unio
del precedente año, al capitan Cochrane de la ma-
rina inglesa, hijo del almirante Cochrane, para
manifestar su gratitud al gobierno inglés por la
singular proteccion que siempre le había dispen-
~ado en su empresa .
« Señores, dijo á los convidados despues de
}) haberse servido la Inesa, hrindeolos una copa
.> por la ilustre y liberal familia de Cochrane, l
») particularmente por el señor alrnÍrante Ale-

n landro Cochrane, padre de nuestro convidado.


» Conviene que sepais, señores, que yo he sido
» sielnpre atendido por esta fanlÍlia, á cuya co-
» operacion se debe en gran parte la libertad que
») en el dia disfruta Colombia. Cuando la revo-

») lucion me obligó á dejar á Colombia y á re-

\) fugiarme á las Barbadas, el señor Alejandro


>1 Cochrane, entónccs cOlnandante en gefe de la
( 8)
) Dlarina de S. M. B., no solamente me recibió
» con particulares demostraciones de estima-
• . . . lit ~

» CJon y aprecIo, SIno que me proporCIono un


n navío de guerra para transportarme á IngIa . .
») terra con cartas de recomendacion para su her-

}) mano el honorable Mr Cochrane, gobernador


» de la Domínica, que entónces estaba en Lon-
») dres : este fué quien me presentó á S. M. B. Y

» sus ministros ~ y contraje con unos y con otros


») estrechas relaciones de las cuales han resultado

» sucesosfavorables é importantes á los intereses de


» Colombia . El nombre de Cochrane debe estar
») en lo sucesivo profundamente grabado en el
» corazon de todo Colombiano, y yo me rego~
» cijo hoy de hallarme honrado con la presencia
» de un individuo de esta familia. ))
Es pues indudable que una de las principales
causas de la independencia de la Atnérica espa-
ñola ha sido e] influjo y proteccion de la Ingla-
terra, que ha querido vengarse á su satisfaccion
de la pequeña parte que pudo tener la Espaüa en
la separacion de sus colonias del Norte Anlérica;
y los Españoles del siglo XIX ha n pagado las
faltas que cometiéron los del siglo XVIII, pO!'<-jue
108 pecados en política no se pagan en el pur-
gatorio sino en esta vida mortal.
Por otra parte, el gobierno de los Estados-
Unidos, no contento con haber lograuo su ind~-
(9 )
pendencia bajo la proteccion-de la Francia y con-
sentiJniento de la España, concibió desde luego
ideas ulteriores de engrandecin1iento, y dió prin . .
cipio á su proyecto con la compra de la Luisia na,
que gratn"ita y arbitrariamente habia cedido al
emperauor Napoleon el indolente Carlos IV. Asi
fné que logró establecer su primer puesto avan-
zado, desde el cual ha ido insensiblemente ga-
nando terreno, hasta que porel tratado concluido
en Washington en 22 de Febrero de I819, y ra-
tificado en l\fadrid á 25 de Octubre de 1820 (1),
se posesionó de la Florida oriental y occidental y
de las islas adyacentes de estas provi ncias, desde
donde ha procurado siempre pronlover y escitar
los ániolos de los AlnerÍcanos españoles á la re-
helion y á la independencia, para exigir despues
de estos mismos mayor estensÍon de terri torio,
CCU10 en la actualidad reclama del gobierno de

Méjico.
Es bien claro, y conocerá el menos advertido
que las miras del gobierno de Washington se di-
rigen á la posesion de todo el reino de Nueva
España, y que con este objeto pern1itió y con-
sintió que en su propio territorio se formasen es-

(1) El tiempo descubrirá algun día la perfidia con que 105


agentes de España Pl'ocediéron en la celcbraclon de e~tt! tratnJ.
leonino.
( 10 )

pediciones para atacarla é insurreccionarla con-


tra su metrópoli: de allí, como hemos ohservado,
saJió el general J\liranda; de allí salió tarnbien
con otra division Don José Alvarez de Toledo,
diputado que fué de Aluérica en las Cortes de Ca-
diz, y que habiendo sido completamente batido
y derrotado por el olariscal de caulpoArredondo,
se vió precisado á refugiarse por segunda vez á
los Estados-U nidos (1). Por último, de Nueva Or-
leans salió con el nlis1110 ohjeto Don Javier Mina
con olra division, que en 1816 desembarcó en el
puerto del Soto de la NIarina, y puso en conster-
nacion á todo el vireinato, por los sucesos favo-
rables que en los principios de su tentativa logró
en la fanlosa accion de Peotillos contra las tropas
del rey; I11as sorprendido despu es por el coronel
Orrantia en el lugar de Venadito, fué juzgado
por una cOinision militar y condenado á llluertc,
que sufrió en 13 de Noviembre de 181 7, frente
el fuerte de San Gregorio.
Estos son los hechos ostensibles, públicos y
notorios, con que el gobierno de los Estados-
Unidos procuró siempre apoyar la insurreccion
-
(1) Escosa bien uotahleque DonJoséAlvarez de Toledo, dcs-
pues de este crímen de alta tr~icion y otros de igual naturaleza,
se halle demlnlstro residente en Estocolmo pOI' Espaüa, y á
Arredondo arrinconado en la isla de Cuba" siu ocupacion ni des ...
tino.
( 11 )

Jel ilnperio l\1ejicano, con el fin claro y conocido


de estender en él sus dominios, y de su jetar tarde
ó temprano á su i urisdiccion á todos los indivi-
duos de la república federal1\fejicana.

.~.
)
.......... ...-~----------~----~

CAPITULO 11.
La escesiva .generosidad del gobierno espanol
con sus colonias ha contribuido á la inde-
pendencia de la América"

EL sistema de gobierno que ha seguido la España,


particularmente en los dos últimos reinados jera
el lnas Ú propósito para perder sus Américas.
Era necesario ignorar enteramente los senti-
lllien tos del corazon hlllnanO, ni tener una tin-
tura de la historia antigua y rBoderna, para no
prever que en el dia que los All1ericanos lle-
gasen á conocer su situacion y á considerarse con
suficiente fuerza para separarse de la 111ctrópo]iJ
dejasen de hacerlo en la prinlera ocasion fa vo-
rabie que se les presentase.
El gobierno de l\ladrid jaLnas tuvo prcsen te
esle futuro necesario; y en vez de coartar y poner
líruites á la ilustracion que tan ilnpolíticanlente
se habia foruentado en tielupo de Carlos!Il, per-
nütió y toleró que esta fuese cada Jia en a tUllen to
con el roce y trato de los estran tio'eros , ffan~
queando á estos Id entrada en aquellos países j

contra lo que estaba .sahianlellte dispuesto por


( ,3 )
las leyes de Indias, eu ya inl prevision es mas no ..
table en el señor Don Carlos 1 V, que dispuso y
lnandó que se lnanlfestasen los archivos y perlni-
tiese al baron de IIunlboldt sacar copia y no-
ticia de todos los doculuentos que exigiese para
escribir su célebre Ensayo del reino de Nueva
España, por el que ha llegado á noticia de las
den13s naciones lo que convenia tener oculto .
Sin tonlar siquiera por modelo la conducta
que constantelnente han seguido los denlas go-
lJiernos de Europa con sus respectivas colonias,
y particularnlente la Inglaterra y Portugal, quiso
la España manifestarse generosa y estableció en
sus colonias colegios, universidades, acade-
lnias, selninariús, escuelas de matenláticas, de
astronomía, de náutica y 111inel'Ja, bibliotecas
públicas, y hasta gabinetes de física (1); estable-
ci01ientos que no han existido, y de que carecen
aun la luayor parte de las capitales de la nladre
patria. A la verdad, parece que los gobernantes
de Madrid ignoraban hasta el verdadero signifi-
cado del nonlbre de colonias.
Los conocinlicn tos que los naturales del país
adquiriéron en estos gimnasios ó escuelas, esti-

(1) En Méjico hemos visitado estos establecimieuLOs, <'1ue exis-


ten tamLicn en Lima; y en Puebla de Jos Angetes h~,y tambictl
una hibliotcca.
( 14 )
Ululáron ~tl curiosidad, y quisiél'on vér por SU8
propios ojos aquellos mislllos obietos cuyas teo-
rías ó pri nci pios se les habia esplicado y ense-
ñado, y va rios hi jos de casas poderosas viniéron
á viajar á Europa, de donde regre8áL"on á su pa-
tria, llenos de conoei nlientos, llevando consigo
una nlultitud de libros estrangeros cuyas máxi . .
mas se dirigían todas á fOlnen tar la libertad é in-
dependencia de lasAméricas españolas, que hacia
casi luedio siglo que estaba indicada por los mo-
'vinlientos que de cuando en cuando perturbáron
la tranquilidad de aquellos paises, como sucedió
en el Perú, con la revolucion intentada por el
indio Tupacauluro, y en Costa Firme, como he
observado por el general Miranda.
No fué lneuor falta la que COIDetió en polí-
tica el gobierno de la nletrópoli, fiando á los
Arnericanos los vireinatos, capitanías generales,
presiJencids, lnagistraturas, arzobispados yobis-
pados. Que en la Península 111andasen, como en
efecto han lnandado, ejércitos, acaudillado es-
pediciones, gobernado provincias, sentadose en
todos los consejos suprenlos y aun en las sillas
ministeriales, y ocupado toda c]ase de destinos
~onfornle á su c(ipacidad é instruccion y rele-
vantes prendas, estaba lnuy en el caso, y era, si
.. . . .,
se qUIere, 1usto ; pero Vire] na tos y ca PI tanuiS ge-
llerales i arzobispados y obispados, y todo género
( 15 )
de destinos conferidos á los Americanos para
que los desenlpeflasen en su pais, era ignorar
en teralnente ]as máxinlélS y principios que dehen
seguirse en todo gobierno y sistema colonial (1).
Es bien claro y eviden te que de todos los es . .
tab1ecimientos ultramarinos que hasta ahora han
fOfIllado Jas potencias europeas, ningunos ban
sido mas privilegiados ni consid-erados qHe los
establecidos por los Español es. Sus habi ta n tes
y naturales siempre fuéron de mejor condicion
que los de la antigua España, porque estos han
estado y estan sujetos á las quin tas y levas. para
el reemplazo del ejército y marina, á la contri...
hucion de la alcabala, los cientos'} los nlÍllones,.
las tercias reales, las siete rentillas, la vuela, la
renta de aguardiente y licores, el derecho de
internacion, la sisa, y otras infinitas cuyos nom~
hres sienlpre fuéron desconocidos en laAmérica
española, consistiendo todas sus contribuciones.
generales en pagar el seis por ciento de alcabala;
yaun de este tributo estaban esceptuauos varios
artículos, y eran libres no pocos establecüuientos.

(1) Todos los obispos, todos Jos canónigos criollos, los oíao-
res> los militares ~ y demas em ple<ldo5 de alto rango, han seguido,
Como era natural, el partido de su patria 1 y fuéron los (pJe mas
dedamáron contra la España, y con trihuyéron Ü fJue este} pello..
diese aqutllo5 dQmiuios.
( 16 )
.La capitaclon (le )OS Inclío.e;, que tanto han
ponderarlo cslirn1l1ados de ]a envidia, los cscri-
ton?$ cstrangcros cnclnigos de ]a España, es una
prueba irrefragable de la generosidad con que
el gobierno cspa fi 01 ] os trató sienlpre. "Estos, en
reconlpensa de tan pequeüa contribucion, nunca
pagáron alci:lbala ni dieznlos, fuéron rebajados
en los derechos litigiosos, y gozáron contÍnua-
dalnente de lJna libertad y de una pl'oteccion
3soJnbrosa : por Jnanera que nlezc]ados los In-
djos y los Españoles; abrazada por los prinleros
la religion de Jos segundos; adoptadas sus cos-
tUlllbres, idiolna J' USOS,; recibida su civilizacion
y cultura, y adquiridas las grandes ventajas de la
vida social, en c31nbio de una existencia rústica
ysalvage, hiciéron aparecer como por encanto
sobre la su perficie de aquel vasto territorio una
innlensa 111ultitud de pueblos, villas y ciudades,
hernIosas en estructura, grandes y espaciosas en
su estension, magníficas en sus tenlplos y edifi-
cios públicos, nUlnerosas en su poblacion, bri-
l1antes en su caserio, opulentas en lujo, yenno-
blecidas con los tinlbres de los títulos anlerica-
nos, equiparados con la grandeza de la metrópoli;
y puede decirse con verdad, que todas las Amé-
ricas espa ñolas no han conocido ni tenido de
colonias lnas que el nombre, y la España en tres
siglos hecho en ellas ¡nejaras de tres mil años .
----_...-_---~---....._ ............. _--
CAPITULO 111.
El odio y envidia de los criollos contra los Eu-
ropeos residentes en Anlérica, ha influido en
gran lnanera á la in de}Jenden cia .

E s constante que los intereses y las pasiones


son el motivo de que los honlbres estan y estarán
en con tinuo plei to, y estas han sido las dos po-
derosas causas que han criado el odio de los
AJ'nericanos criollos contra los Europeos. Estos
adquirían los bienes de fortuna con penoso y
con tin nado trabajo, y los conservaban con in-
cesante econonlía y conducla. Este proceder
arreglado les facilitaba los 1uedios de nlultipli-
carlos, logrando con su laboriosidad y honra ...
dez un concepto y opinion muy ventajosa, qua
precisaba hasta los poderosos hacendados, na-
turales del país, á preferirlos para confia rles la
adnlinistl'ucion y gobierno de sus bienes y ha-
ciendas. De los Arnericanos eran raros los que
seguian su ejemplo; y lejos de adquirir y aurnen-
tal', disipaLan ]a herencia que les habían deiado
sus paJres europeos, en sa Ljsf~cer necesidades
facticias, y en poco tielnpo quedaban sin tener
( 18 )
con que subsistir, y entónces en traba la envidia
y ojeriza contra los que con su conducta opuesta
reprendían su nlala versacion, y se resguardaban
de ellos para evitar su propia ruina.
Otros, sin tener oficio ni beneficio, se casaban
ÍJnprudentemente y llenaban de hijos que no
podian alimentar, y su vida era la mas penosa
y amarga, atribuyendo su desgraciada suerte á
la ambicion de los Europeos, que todo lo abra-
zaban y adquirían, sin dejarles arbitrio a1guno
para subsistir. Se han verifi cado tambien de
cuando en cuando algunos casamientos de ricas
Americanas con Europeos de mediana ó poca
fortuna, cuya eleccion era libre y espontánea;
y esta pequeña ventaja era mirada con la mas
atroz envidia, sin considerar la multitud de ricos
Europeos que, casandose con pobres America-
nas, cargaban con el grave peso de lnantener
á los padres de su muger y á sus hermanos, hasta
dar á estos educacion y carrera.
Una de las otras (luejas que de mucho tiempo
á esta parte tenían los criollos, consistia en la
desigualdad con que el suprclno gobierno de
España repartia los empleos, prefirientlo sienl-
pre á los Europeos. Cualquiera que baya estado
en Aluérica conocrá el nÍng'lln......
fundaluento é
injusticia de .scmeiante queja, pues que nO puede
ignorar nadie (llLe en todas las oficinas de real
( 19 )
hacienda, desde los superiores tribunales de
cuentas hasta la últilna dependencia, había un
número triple de empleados criollos, compa-
rados con los pocos Europeos que por casualidad
mas que por pretension estaban destinados en
ellos; y aunque en la alta administracion de jus-
ticia no era tan escesivo el número de criollos,
sin embargo en los juzgados de primera instancia
siempre era mayor que el de los Europeos, y se
veian en las audiencias preturiales y demas tri-
bunales que estaban establecidos en aquellos
paises, á muchos criollos condecorados con la
toga. y á mas de esto, ¿ no eran acaso igualmente
atendidos en la carrera ~e las armas, llegando á
tener el supremo mando del ejército, como el
conde de la U nion, y de divisiones respetables,
como O'Farril, y ocupando loslninisterios, como
el duque de San Carlos y Lardizabal ?¿ No f uéron
sielupre los e uratos de Alnérica un patrimonio
esclusivo de los naturales del país, pudiendose
reputar por un fenómeno ver alguna parroquia
ó curato encargado á un Europeo? No son estas
suposiciones, y sí verdades consignadas con el
irrefragable documento de la notoriedad, que no
podrán desrnentir jaUlas los criollos, pues que no
es fácil que puedan ocultar el sin núolero de
obras que las testifican, y señaladarnente el Dic-
cionario geográfico de América, escrito y pu-
( 20 )

bJicado por Don Antonio Alcedo, en donde se


hal1an puestos todos los criollos que han obte-
nido grandes puestos por su órden cronológico,
en las Guiéis de forasteros, publicadas anual-
lllenle en l\féjico, Lima y Buenos-Aires; y últi-
Jnanlcnte, en los Diálogos patrióticos, escritos
por un sabio A.rnericallO y publicados en 1\1éjico
en 1810. Vean los criollos y todos los curiosos
el Diálogo 111, cuya lectura los deiará plena-
lllente convencidos, y sin tener razon Li medio
alguno con que poder contestarnos. ~. Que otra
luetrópoli tra tó jamas asi á sus colonias? ¿ Y
cual ha sido el resultaoo de tanta generosidad
y beneficencia? Instruir á los criollos y ponerlos
en situacion de enterarse de los secretos mas
recónditos del gobierno de l\1adrid; y conside-
randose ya superiores en luces, sublevarse para
gobernarse por sí mismos .
CAPITULO IV.

El gobierno absoluto de la Metrópoli y la COf'-


rtljJcion y venalidad de sus nlandatarios hos-
tigáron á los Americanos para declararse in-
dependientes.

LA corrupcion de los gobernantes de la corte,


que, desde principios del reinado de Carlos IV,
fué la que preparó la perdicion y ruina de Es-
palla, no podía menos de hacer sentir tambien
sus perniciosos efectos en todas sus colonias ..
Hasta entónces es innegable que aquellos domi-
nios habian sido gobernados con dulzu!'a, equi-
dad, justicia é igualdad. La prosperidad, la
abundancia, la seguridad y la ho]ganza, consti-
tuian la feliz y venturosa suerte de aquellos ha-
bitantes, miéntras que el resto del género hu-
nlano gemia hajo el insoportable peso de las con-
tribuciones y n1iseria, y se lanlentaba nluy de
continuo de los sangrientos golpes de la devas-
tadora espada de la guerra. Mas al paternal rei . .
nado de Carlos 111 sucedió el reinado del ca-
pricho, de la confusion y del desórden:; que in-
trodujo en todos los raInas y clases la privanz i\
( 22 )

del innloral Godoy. Revestido este de todo el


poder de ]a soheranía, confió los IDas altos des-
t.inos de AnH~rica á sus parientes, ó á los que con-
sideró Ji~puestos á ejecutar sus proyectados ro-
bos y notorias inj usticias. IIasta en lónces, los
Alnericanos y Europeos no habian esperimen-
tado en aqncl1a parte de la lllonarquía los efectos
del despotislllO; mas apénas el favorito pudo
estendcr las providencias de su detestable· SLS-
terna hasta lo 111as distante de aquellas remotas
regiones, quedároll sus habitan tes espuestos á
sufrir y tolerar con frecuencia los ruinosos gol-
pes de su ambicion y egoísmo. Para perpetrar ...
los con toda libertad y seguridad, logró del
buen Carlos IV, que se estinguiese el ministerio
universal de Indias, para Ininorar el número de
testigos de vista, ni tener quien pudiese poner
IÍlnites á su arbitrariedad. Desde entónces prin-
cipiáron á venderse los empleos de América, y
los cOlupradores á prostituirse á la concusion y
al soborno, para recuperar lo que les había cos-
tado su plaza ó destino. Este crÍlnen se hizo tan
COluun y ordinario, que era considerado por un
hornbre muy raro el empleado que no lo co-
metia.
El Marques de Branciforte, casado con la
hermana de Godoy, fué nornbrado Virey de
Nueva Espaüa ; y desde que tomó posesion de
( 23 )
tan alto destino, inlitando la conducta que
observaba su cu ñado en l\fadrid, se dedicó es-
clusiv3111ente á fornlar un cuantioso capital)
poniendo para ello en venta todas las gracias y
€1l1pleos; y procuró aUITlcntar el número de estos
con el pretesto de arreglar los regiluientos de
milicias, para lo cual era necesario crear algunos
corone]es, capitanes, alfereces, etc. Elaspirante
á cualquiera de estas plazas no tenia mas, para
alcanzarla, que verse con uno de los pocos agen-
tes secretos que tenia Branciforte, y saber en
cuanto estaba valuada por S. Ex. Con esta no-
ticia depositaba ]a cantidad en poder del mismo
agente ó de otra persona de su confianza, y pre-
sentaba al siguiente día el competente nlenlorial,
y la gracia inlnediatamente era concedida. Los
criollos y aun los mismos Europeos en aquellos
tielupos se pagaban estraordinarialnente de apa-
recer al público COn una insignia ó una divisa
que los distinguiese de las demas gentes, y esta
vana preocupacion aunlentó tanto el núnH.!fo de
aspirantes, que á pesal' de que las gracias se
vendían por tres, seis, ocho ó diez luil duros,
no fué posihle contentar á todos .
Es digno de referirse aquí un suceso muy no-
tahle, que es público y notorio en Nueva Es-
paña, y de que a)gunos sugetos de reputacion
tienen noticia. en Europa. El conde de Casa .. Rlll
( 21 )
deseaba ser coronel de uno de los regimientos de
milicias que iban á crearse, y se resolvió á pedir
esta gracia á Branciforte, quien sin trepidar un
Jnornento, ni haber precedido dádiva ni oferta al-
guna, se la otorgó por entónces generosamente;
TIlaS despues de pasado algun tiempo, y viendo
que el conde no habia dado muestras ni señales
de gratitud, le llamó el virey, yen tono de alnis-
tad le confió con mucha reserva que su hermano
político el Príncipe de la Paz le pedía con ¡DU-
cha urgencia cíen lllil duros para socorrer las
necesidades de la Reina, can tidad que él no te nia,
pero que contaba con su alnistad para que se los
prestase, y poder salir de aquel apuro. El conde
de Casa-Rul, que era Andaluz, se pagó tanto de
esta confianza, que en aquel mislno día le nlandó
las cien talegas; y para que no faltase ningun re':"
quisito á este rasgo de generosidad, no quiso ó
á lo menos no exigió el conlpetente recibo de'
ellas. Pasáron días, semanas y meses, sin que el
virey se diese por entendido de la devolucion que
había ofrecido, hasta que llegó la noticia de su
relevo Ó llluda; y entónces fué cuando el conde
principió á practicar algunas diligencias para re-
~llperar su dinero. No perdia ocasion en que
pudiese presentarse al virey, á fin de llaluarle la
atencion; rnas este, que e'n lo que nlenos pensaba"
era en devolverle las cien talegas, nunca se dió
-( 25 )
por 'entendido, y el conde se vÍó ya en la pre ...
cision de pedirselas clara y distintanlente, de-
manda que miró Branciforte como un acto de la
mayor ingratitud, echandole, en cara la parti-
cular distincion de coronel con que le habia
condecorado sin que le hubise costado nada, y á
la cual no era acreedor: á esta especie de re-
proche tuvo que callar el 'conde y quedar sin su
dinero.
Otro de los vireyes mandados á Nueva España
por el favorito Godoy, fué Don José Iturrigaray,
quien, á mas de haber escedido en mucho á su
antecesor en todo género de ese esos , COllletió el
alto crimen de traicion é infidencÍa, con el cual
dió principio á la revol ucion de aquel reino ..
Vease pues lo que sobre la conducta de este
funcionario público espuso la j unta de diputados
de lllinerÍa de Guanajuato, en su representacion
dirigida al vire y que sucedió al miS1TIO Iturriga-
ray, su fecha 31 de Octubre de 1808.
« Endu I'ecida, dice, y obstinada el alma de
un gefe, no hay cosa ¡nas fácil de precipttarse
COD10 un torrente devastador que todo lo arrastra

y conduce á la últÍlna desolacion. Asi lo hall visto


11 nestros oi os llorosos e n el gobie ('llO de l esce-

lentísilUO señor Don José de IturrigaraJ, puestos


en baratería los enlpleos de real hacienda, po-
líticos y luilitares dell'eino, dando tal vez tllO'"
(~6 )
tivos á que los nombrados, ó ya movidos del
ejetnplo . ó arrastrados de la necesidad á que los
condujéron sus empeños pecuniarios, hiciesen
infeJil~ísinlos á los pueblos á que fuéron destina. .
dos~ Sujetos al aumento de pujas escandalosas,
hasta Jos estanquillos y plazas de guardas, con
tanta inhlHllanidad y tiranía, que han tenido al-
gunos que sacrificar en gratificaciones uno, dos
y tres años de los elnolnmentos asignados al tra-
bajo personal. El sagrado alcázar de la i llsticia,
entre partes, acolnetido con tan poco rubor y
respeto, que ya los honlbres no contaban con
la bondad de la causa ó declaracion de las leyes,
sino nlas bien con las recornend.aciones que,
siendo bien pagadas, jamas se dificultaban en
palaeio. Las] ice n cias de comercio, concedidas
por el Rey á los vasallos de la Nueva Orleans y
de otras provincias, habilitadas y obedecidas á
proporcion de las exhibiciones para el uso. Per-
misos escandalosos para favorecer el comercio
clandestino, sacrificando el in terca personal y
pri vado, los sacrosa n tos derechos de la luagestad,
y facilitando con su pretesto el inaudito saqueo
del numerario que estas fértiles colonias han su-
frido. ¿Y los militares? ¿ Cuales son las lecciones
de fidelidad y honor, que en la escuela de su ge-
neral han aprendido en los tiempos luas críticos
y calamitosos del estado? La xelajacion de la seO.
( 27 )
ve ra disciplina del soldado, á la vista del in ..
teres : licencjas y prorogas concedidas con
rnotivos especiosos, ó, por lnejor decir, ven-
didds con nJanifiesto descaro y prostitucion de
todos los se'ntin)jentos que ]a vergüenza y el
nacilniellto ,inspiran. A esto se ha reducido el
fanlosa Can ton, que no pocas veces se ha visto
sin una huena parte de la oficialidad, y de
aquí mismo se puede inrerir cual hubiera sido
nuestra suerte, si los enemigos de la nacian hu-
biera [} a tacado de sorpresa nuestras posesiones ..
Sobrevino despues laereccion de ]a junta de
consolidacion y rea] órden, que á su antojo dictó
el otro monstruo de ambicion y perfidia que el
de acá; y los in tel~esados principales ó agentes
inmediatos estendiéron por sus Dledras hasta el
infinito, con infraccion de las leyes lllas sagradas]
y aun de la lnisma real árden, lo cual acahó de
in troducir]a desorganizacion general, y llevó las
eosas hasta el últinlo apuro. En estas olelancó-
lieas circunstancias, el comercio clandestino se
fomenta, y Jos eDlpleos, las gracias, las distin-
ciones, las lic-encias, en una palabra todo se
vende .... No era un honlhre torpe y obtuso á
quien pudiesen ocultarse las resultas ni e] descon-
tento general en que se hallaba todo el reino .....
Pues, l que deberélnos inferir de su conducta?
Cuando nuestros descendientes recorran la his-
3
( 28 )
toria de ]08 males que en estos últimos tiempos
nos han hecho gemir, apénas les darán crédito,
y acaso esclatnarán : ¡ Eran hombres de mármol ó
Dlasbien estatuas inertes Jos individuos que vino
á gobernar Iturrigaray! -Estaba reservaJo, aña-
den, para los últirllos tienlpos la consumacion
de nuestras calamidades y miserias, viendo que
ni aun al sagrado carácter del real erario se tenia
consideracion, con el enorme abuso que se ha
hecho de sus dos importantes ramos, yespecial-
mente del preciosísimo de azogue. )
Esta esposicion del cuerpo de Inineria de Gua..
'naiuato podria considerarse como efecto del re-
sentimiento inspirado por la pérdida que espe-
riOlentaLan en sus intereses los esponentes; Inas
el real acuerdo de la audiencia de Mélico, en
.su relacion sucinta y razonada, ql1e fornló de
los hechos y,antecedentes que tuvo para acce-
der á la separacion del escelentísimo señor Don
José Iturrigara y, en la noche del 15 y 111adru . .
gada del 16 de Setienlbre de 1808, confirma
mas individualmente la" mala conducta de este
virey. H Dice, pues, que observada por el pú-
hlico la conducta de Iturrigaray, se advirtió nO
le era desagradable recibir dones y regajos, y su·
cesivamente cantidades de dinero y alhajas por
las provisiones que se ltatuaban de gl·acia. Esta
conducta se fué haciendo tan pública, y lJegó á
( 29)
un grado de escándalo tal, que no habia clnpleo
ni destino desde el mayor al menor, que no se
negociara, ó por el virey, ó por la vireina, ó
por sus hijos, ó por los dependientes de su casa.
Entre los negocios que causáron TIlaS sensacion
en el reino, fué uno el del azogue, yotro el del
papel. De público y notorio se sabia que cada
quintal de azogue se conseguia por los particu-
]ares luediante una onza de oro, y que esta gra-
tificacion subia en cada quintal, á proporcion
que se escaseaba este ingredien te. Del 111isu)o
modo se propagó la especie del papel, que en
dos ocasiones se compró en nútnero conside-
rable para la fábrica de cigarros; pues pagan dole
por ejem plo el Rey á 13 pesos la reSDla , se abo-
naba á sus interesados á 12, destinandose el im-
porte de la diferencia para gratificar al virey.
Otro de los asuntos que Inas llalnáron la aten-
cion del reino, fué el tráfico con huques ingleses
y neutrales, con pasavante inglés, destinados á
Veracruz con fru tos ó efectos y retorno de cau ..
dales: por este medio han salido, segun voz pú-
blica, muchos nlillones del reino, cuyas nego-
ciaciones estaban I'eservadas á D. l\lanuel Godoy
y al ministro Soler} en las que intervenían las
casas de Gordon y Murfi, y la de Hoppe, auto-
I'izada la primera por el ministro Soler, y por
Espinosa la segunda.
( 30 )
Scrí:unos nluy difusos si continuásemos en la
narracion de la Inultitnd de crÍ1uenes v rohos
.J

calificados, á cuya devoluclon fué condenado


con el duplo por el supremo consejo de Indias
en el juicio de su residencia, segun consta de
los autos que existen en el archivo de dicho con-
sejo. Pero lo que no podenlos dejar de lnanÍ-
festar, es que no hahiendo ganado de sueldos
1113S que trecientos llli l pesos y gastadolos en el
tienlpo de su n.ando, se le encontráron Ínc]usos
cuatrocientos doce 1Ilil pesos ilnpuestos á ré-
ditos en el tribunal de lnÍnerÍa, Ulas de ocho-
cientos núl pesos, fuera de las lnuchas alhajas y
de triplicada cantidad que sabia todo ellTIundo
tenía puesta á salvo.
Con tales lnandatarios, ¿que colonias podrán
estar tranquilas y seguras? Iturrigaray con su
conducta habia exasperado los ánimos de todas
las clases hasta su últinlo ponto, y dispu·esto el
corazon de los criollos á ]a l'ebelion á que esta-
ban propensos; y aunque ello,s lnismos habian
declaluado altanlente cOn tra la perversa y cri-
luina] condncta de este virey, inlnediatamente
que tu viéron noticia de la triste suerte en que
,se hallaba la uletrópoli en 1808, variáron de tono
y le cOf1siderá ron COlno el hombre mas sabio-,
-justo y benéfico de cuantos ]lahian gobernado
·~~l reino de Nueva España.; y esta idea procu-
( 31 )
ráron despues sugerjrl;J á la ignorante lHultitnd
los prilneros agentes de ]a revolucion, en su lna-
nifiesto dirigido á lonas las naciones por el ti-
tu]a do conse ¡o de J\léj i co , cscri lo en Pu roa ra 11 Ll
28de Junio de 1815, en que dice: « Confesaulos
á la faz del Inundo que el virey Itu rrigara y se
condujo en este negocio, el 111 as arduo de cuan-
tos plH.liéron ocurrlrle en su gobierno, con la
circunspcccion, in tegridad y desinteres, que nos
harán siell1pre dulce su nlcnloria.; y transnli-
tiendo su nonlbre ñ ]a lIlas rernota posteridad, le
conciliarán los aplausos y la"s bendiciones de
nuestros hijos. Convocó una junta conlpuesta
de las principales autoriJades que pudiéron reu-
nirse ejecu tivamente-, habiendo asistido unas por
sí y otras por nlcdio de sus diputados; y presen-
tandose en esta asamblea, ll1enOS para presidir
que para ser el pritnero en respetar )a potestad
que refluyó al pueblo desde la caida de Fer-
nando, pretendió ante toJas cosas desnudarse
de la dignidad de gefe general del reino, pro-
testando rnodestanlente sus servicios en la clase
que se le destinase para auxiliar á la nacíon lue-
jtcana en c.ircunstancias tan peligrosas. »
Esta fué reahnente la <..:ouducla del prínler
lnandatario que en 3cjllella época estaba encar-
gado de gobernar, defender y conservar la tran-
quilidad de toJo un reino -' y él fué el prüuero
( 32 )
que in ten tó disol ver el vÍn culo que unia las co-
lonias con la nladre patria, desnndandose de la
alta dignidad que le habia confiado el soberano,
para l1nirse y complotarse con Jos criollos, para
evitar por este tnedio el iusto castigo á que se
habia hecho acreedor por sus crÍlnenes y de-
predaciones, el cual veia que era inevitable des--
pues de la caida de su protector Don Manuel
Godoy. Pero no pudo evitar las fatales conse-
cuencias que casi siempre traen consigo los de-
litos, porque previendo los fieles Europeos las
intenciones que pérfidanlente abrigaba Iturri-
garay de entregarlos á ser vÍctiuJas del odio y en-
cono de los criollos, procuráron evitar á tiempo
su ruina y la de sus fa milias, apoderandose, con
consentiuliento y autorizacion de aquel real
acuerdo, de su persona, cuya prision verificál'on
en la noche del 15 de Setiembre de j 808, nOln-
brando en su lugar á Don Pedro Garibay, que
conlO general mas antiguo debia ocuparlo con
arreglo á reales ordenanzas.
Este paso y medida que en tienlpOs tra nquilos
hubiera sido justamente considerado por uno de
los luayores atentados, en aquellas circunstan-
cias era el único recurso que tenian los Europeos
para no verse envueltos y sacrificados en la
guerra civil que tan de cerca les alnenazaba, y
en la que por últinlQ pereciéron llluchos miles J
( 33 )
cOnlO VerélTIOS Inas adelan te, porque desde
aquel día hasta el presente desapareció de Nueva
España la paz y tranquilidad que hacia felices
á sus habitantes.
El nuevo virey Garibay era de ,11 na edad nluy
avanzada y poco acostumbrado á resol ver asuntos
y negocios de a]ta importancia: se veia en la ne-
cesidad de consultar á cada paso al real acuerdo,
paso que retrasaba estraordinarialuente el des-
pacho del gobierno, y daba tiempo á los fau-
tores de la independencia para combinarsus pla-
nes y medidas. Noticioso el primer consei o de-
regencia de España, de las ocurrencias y distur-
bios de lVIéjico, pa ra acallar las quejas y recritui.. -
naciones á que habia dado lugar la conducta de-
Iturrigaray entre criollos y Europeos, separó
del mando á Don Pedro Garibay, nombrando en
su lugar al arzobispo de aquella capital, Lizana,
hombre inepto, sin fuerzas físicas ni nlorales,.
y agoviado de años y enfermedades habituales
que le Ílupedian gobernar su mitra, cuya achni-
nistracion tenia puesta al cargo de su primo el
inquisidor Alfara. No tOUIÓ ninguna de aquellas
lnedidas enérgicas y eficaces para sofocar en Sll
origen el espíritu de revolucion; y dominado su
áninlo pusilánime por los novadores que de con-
tinuo le rodeaJHt n, conletió el error de querer
conseguir con el di::úlnulo J con pl'OClanl4JS J ha-
( 31 )
)ago.', condescendcncl~s y heneficios, 10 (fnc
so1anH~nt.e era reservado á la e,c;¡pada y <í la ~d­
lnini:'\tracion de nna 11lsticia inexorabl(~ y pronta
con Jos que atcnt:-.han contra ellegí tirno derecho
que tenia la nletrópoli sobre aquellas colonias.
Los desaciertos cornetidos por el virey-arzo-
hispo oblig(lron á la regencia del reino á sepa-
rarle de] Blando, J le sustituyó ]a audiencia go-
])ernadora, en la que por su consti lucÍon ni
podia haber secreto, ni actividad, ni la unidad,
necesaria 11138 que nunca en tienlpo de agita-
cion. ,ragando de este 111odo la autoridad su-
prelna, pasando de mano en DIano, puede de-
cirse que el reino de Nueva España estuvo sin
gobierno, ó á lo lnenos sin un sistema fiio y
perll1anente por espacio. de dos años, que fué el
tielnpo suficiente para que los espíritus inquietos
pudiesen atizar y exaltar el deseo á la indepen-
dencia y la antipatía contra los Europeos, y pro-
porcionó]a ocasÍon segura para que enSetÍenlbre
de 1810 el cura I-lidalgo levantase en el pueblo
de Dolores el estandarte de la rebelion , procla-
lnando la independencia y separacion eterna de
aqu ellos paises, s ustra yendolos de la justa dOUli-
nacioo de la lnetrópoli"
Por fortuna de la España, á los pocos días de
tan infausto acontecimiento, llegó al pueblo de
Veracruz el nuevo virey Venegas, quien apénas
( 35 )
tuvo tielnpo para disponer y organizar cinco rc-
ginlÍentos, que fuéron los únicos que bajo las
órdenes del brigadier Don rrorcuato Trujillo
contuviéron á cien mil insurgen tes, que acaudi-
llados por el miS1l10 Hidalgo estaban ya á las inUie-
diaciones de l\1éjico para apoderarse de aquel1a
capital; y entónces hubiera quedarlo, desde el
año diez, asegurada la independencia, sin que
!lubiera podido libertarse del sanguinario sistema
que seguía este cura, la vida de un solo Europeo.
Batida y arrollada esta gran rnultitud en la me-
1110rahle bataJ1a de las Cruces, en que pereciéron
algunos del ejército del Rey, quedó enteraUJente
desorganizado aquel gran núulero de gen les, que
atemorizadas y despavoridas se dispersáron to-
filando di versas direcciones, y su reuníon no pudo
verificarse hasta despues de mucho tieu1po, de-
jando á Venegas el necesario para arreglar las de-
lllas fuerzas, y ton1ar un exacto conocinliento de
los negocios del vireinato para establecer el plan
de operaciones, cual requcria la en tera pacifica-
cioD de aquellas colonias.
Con la total derrota de los enenllgos, logró
la ventaja ue tener libre la correspondencia con
los gefes de las dell1aS provincias, y UIUy pal'ticu-
lannente con el general Calleja, que se hallaba
en San Luis Potosí, regimentando tropas y or-
~anizando el gobierno del interior del reino. La
( 36 )
cooperaeion de ámhos gefes puso en muy pOCD
tiempo el ejército en un pié de fuerza respe-
table, y obligó á los rebeldes á guarecerse en lo~
páramos y paises lnontuosos de la costa del
. .
sur; pero otros enem1gos superIores proteglan
.
]a revolucion, y contrariaban las i ustas medidas.
del virey Venegas.
CAPITULO V.

Los Anlericanos resi:dentes en la Pen-bzsula ,deslle


el ano 18 (O hasta 1 822 , no cesáron de tra-
bajar en proJnover la independencia de su,
.
pals.

DESDE el momento que la España fué ocupada


por las tropas francesas, los Americanos resi-
dentes en la Península se propusiéron influir
por todos medios posibles á que se realizase la
emancipacion de las colonias. Desde entónces
empezó la correspondencia de los que estaban
en España, y particularmente de los que resi-
dían cerca del gobierno, á comunicar noticias y
á sugerir ideas de revolucion é independencia á
sus amigos y conocidos en ámbas Américas; y
esta fué la razon y causa para que en una y otra
parte se realizase á un nlisnlO tienlpo la esplo-
sion, eonlO hemos observado. En ]a apioion de
los disidentes, la independencia era un consi-
guiente necesario de las jornadas del Escorial y
Ara n j u e z, y de la s re n u n eias y di nI i si o n eoS de
Bayona.· i Que fatales son para Jos pueblos las
faltas y errores de Jos pl'ínc~pes ! En esto no
( 38 )
hacían nl(1S que repetir 10 ulisnl0 que se les es-
crihia d(~sde la Península por sus paisanos. E~tos,
en lo~ !-iris años que la r:':spaña sostuvo la guerra
conlra el inlperio francés, nunca perdi(~ron de
'lisLa al snprelno goblel'no de la metrópoli.
Desde 1a instalacion de la ¡un'ta central en Sevilla,
ta nto en las reuniones públi cas como en las mis-
nlas secretarias de estado, procu ráron siempre
intinlidar ~i los gobernantes con voces vagas y
alarlHunles sobre ]a inseguridad de las A.nléricas,
caso qllC no se las considerase como una parte
in legra n te de la ulonarquia, y se concediese á
sus naturales los nlislllOB fueros y privilegios de
que gozaban los súbditos de la Espafla euro-
pea. Por desgracia de esta, no habia eutre todos
los individuos que conlponian la lunta central,
uno que tuviese conocimiento de las Américas,
ni quien conociese á ]os Alnericanos; y en vez de
escuchar sus infundadas declamaciones con la
entereza y arrogancia de un Hernan Cortés, se
a~lilanáron con sus anlenazas efínlcras, y fuéron
condesce ndicndo con cuan lo pedian, hasta llegar
el caso de igualarlos con los peninsulares.
Desde el principio de la revolucion, dijo la
regencia del reino en su decreto de 14 de Fe-
hrero de 1810, espedido en la isla de Leon, ha-
blando con LAs AJnéricas: «( Declaró ]a patria á
») esos dominios parte integrante y esencial de
( 39 )
») ]a monarquía espaüola; como talles corres-
» pondcn los 1nismos derechos y prerogativas

» que tiene la metrópo1i. Siguiendo este prin-

» cipio de eterna verdad y 1usticia, fuéron Ha-


n nlados esos naturales á tomar parte del go ..
)) hierno representa tivo que cesó; por él le tienen
n en la regencia actual, y por él le tendrán tam-
») bien en la representacion de las Cortés nacio-
)) nales, enviando á eUas diputados. - Desde
)) es.te momento, Españoles Anlericanos, os veis
n elevados á la dignidad de honlbres libres (1) ;
») ya no sois los mismos que ántes, doblados balo

») de un yugo tanto mas duro, cuanto TIlaS dis-

» tantes estábais del c€n tro de] poder: hollados


)) con indiferencia, vejados por la codicia, y de-
) terluinados por la ignorancia. ))
Ilc aquí el modo COlno el gobierno autorizó á
los luisnl0S disidentes para llevar al cabo su em-
presa; y ciertamente que hubiera sido Ulas po-
lítico y ventajoso para los Europeos en las colo-
nias, y aun para la Dlisllla Espafla haber en aquel
entónces concedido bajo ciertas condiciones la
-entera elnancipacion que tanto deseaban. 'llllne-
rada y reprinlida con senlejante decreto la alta

(1) Aquí manifiestan claramente los gobernantes de la P~lIín­


Sllh su craSa i¡;lloraueia ClJIl respecto <.t ha. Améi'i~aj purque t~n
niuguna parte del muuuo se disíi:lltaLHt de maS I'iD(.'rtad lIlIe ea
dIa.
( 40 )
autoridad de Jos v¡reyes y demas rnandatario8,
en circunstancias que una justa y sana poUtica
exigia ensalzar y robustecer mas; y envanecidos
los criollos con la nueva investidura de hom...
bres libres, y autorizados por otra parte para me...
jorar la infeliz suerte que en sentir de 108 go-
bernantes de la isla de Leon les habia cabido
hasta entónces, bajo el despotismo del antiguo
gobierno, exigiéron desde luego los pocos que
estaban en Cadiz y en ]a isla representar el}. las
próxilnas Cortés á sus respectivas provincias en
calidad de diputados suplentes; y aunque el go-
hierno no podía ignorar que casi todos pertene-
Clan á la menesterosa é indigente clase de pre-
tendientes, accedió sin embargo á su intempes-
tiva solicitud, y se introdujéroll por este medio
estraordinario en el seno del poder legislativo, en
que no se ocupáron mas que en comunicar á las
Anléricas todo cuanto se trataba en las Cortés
y en el alto gobierno, cuya marcha procuraban
entorpecer, pronloviendo cuestiones y deman ...
das que ni eran del tien1po, ni de las circuns-
tancias, pero que era necesario escuchar para no
faltar al reglamento interior del soberano con-
greso .
Entretanto el virey Venegas continuaba en
arreglar y pa cificar todas las provin cías del reino
de NuevaEspaña; mas su conducta, á cada correo
( 41 )
que llegaba de Veracruz á Cadiz, era crÍ ticada
por lamayorparte de los diputados Americanos,
quienes, segun las queias que recihian de Jos co-
rifeos del partido insurgente, le presentaban
ante las Corlés COlno un hOIllbre déspota, atri-
huyendole hechos de opresion que no habia
inlaginado,yabus os de autoridad que nunca ha ...
hian existido, habiendo sido únicamente delna-
siado indulgente; pero al 611 estos lográron elob-
leto que se proponian, porque segu n el sistelna
de condescendencia y contemporizacion que ha-
hian adoptado las Cortés y el gobierno para con
las Américas, era consiguiente que accediesen á
las continuas reclan13ciones de sus represen-
tan tes; y asi fué que con ]a misma facilidad con
que los habian elevado á la dignidad de hom-
hres libres, conviniérou en que se separase del
mando á Venegas, que en su opinion los trataba
como á esclavos .
Esta medida hubiera sido de lnuy funestas con~
secuencias, si el gobierno no hubiese tenido la
suerte de confiar el mando á un hOlllbre cual
convenia en aquellas circunstancias de trastorno
y confusion. El general Don Feliz Calleja fué el
que entónces sucedióá Venegas, y el que en muy
poco tiempo logró pacificar todo aquel vasto
¡'eino) quedando únicanlente a1gunos cabecillas
guarecidos cn lo WitoS recó.Qdilo de los 1Jlontes.
CAPITULO VI.

De las causas que prejJaráron la independencia


de las }Jrovincias del Río de la Plata.

E Lgobierno de ~1adrid, desde el principio del


reinado de Carlos IV, consideró á las Américas
COl1l0 los mayorazgos nliran en España las ha-

ciendas y tlncas que heredan ele sus padres. Sin


cuidar de lnantener y conservar tan rico patri-
lnonio, entregaba su ad rninistracion á un cual-
quier, sin examinar sus cualidades, ni si era
hOlnbre de probidad, de conocinlÍen tos y va-
lor para gobernarlo y defenderlo. En el año de
1804, falleció en Buenos Aires el virey Pino, y
abierto por el real acuerdo el pliego llamado de
nlortaja, en que se hallaba designado ya el que
debia suceder al virey gobernan te, caso que este
falleciese, se encontró que el nonlbrado para suce-
derle era el marques de Sobrenl0nte, subinspec-
tor entónces de aquel vireinato. El puesto efec-
tivo á que hahia llegado este lniJitar, nunca pasó
de la clase de teniente coronel en propiedad; lnas
desenlpeñando la secretaría de aquel vircina LO,
( 43 )
(j)btuvo el gobierno de Córdoba del Tucuman y
los grados de coronel y de brigadier, sin que jamas
huhiese llegado el caso de tener estos puestos
efe,ctiVo.i, ni m,enos desempel1ado en funcion
.a]guna de guerra. Estas eran Jas únicas circuns-
tancias que concurrían en el virey in terino para
encargarle de la seguridad, conservacion y de-
fensa de las importantes provincias del Río de
la Plata. Para lograr el marques la confirmacion
de la propiedad de su alto puesto, remitió á la
Corte un estado de la fuerza disponible que con-
sistia casi toda en los regimien tos de milicias pro-
vinciales.,y supuso siniestralnente que,el número
ascendía á cuaren la TIlil hombres, cuando en rea-
lidad no podía disponer ni de cuatro mil, y aun
para esto se necesitaban dos ó tres nieses para
que pudiesen reunirse en el punto en que fuesen
.
nec.esaTlOS.
Si el gobierno de España huhiera sido en aquel
entónces mas sabio y circunspecto, y nlenos
ignorante y corronlpido, hubi~ra cuando nlenos
duclado de la verdad del supuesto estado que
habia remitido eJ lnarques de Sobremon te; mas
C01110 desdeentónces los negocio§ ele alta Ílll-
portancia se han resuelto siempre en la corte,
no segun el interes de la conveniencia pública,
y sí únicaluente por e] influjo, por]a pro teccion
ó por el dinero, no se quiso en trar en el exaUlcn
4
( 44 )
de los resultados qne podria t.'aer ]a permanencia
de este hombre en el vireinato, á cuyo favor se
decJaró la proteccion de la Pepa Tudo mediante
cuarenta mil duros, que por órden del mismo
marques le fuéron entregados por una casa de
comercio de Cadiz, y renlitidos en consecuencia
por el Príncipe de la Paz los despachos de virey
en propiedad.
El gubierno inglés, que, como hemos obser-
vado en el capítulo l°, estaba sielnpre á la nlll'a
de todo, sabia muy bien el verdadero estado en
que se hallaba Buenos Aires, y no ignoraba ]a co-
hardía é ineptitud de este virey, que habia acre-
ditado ya de antemano en el apresto rlloroso de
las cuatro fragatas que en el año de 1804 con-
ducian siete millones de pesos á Cadiz, cuya tar-
danza en emprender su viage para Europa, oca..
sionada por ellnarques, fué causa de que los ene-
migos se apoderasen de ellas, habit~ndose volado
una en el corto combate que sostuviéron.
Segura la Inglaterra del feliz éxito que tendría
por de pronto cualquier tentativa que empren-
diese contra Buenos Aires, resolvió que de las
tropas que habia mandado para que se apode-
rasen del Cabo de Buena I~speranza, sa líese u na
pequeña division de lnil y setecientos honlbres á
las órdenes del general Guíl1ermo Cart Beres-
ford, quien al1uomento de deselnharcarse, á me-
( 45 )
d.iados de J 806 (1), á ]a di~;tancia de tres legua~
de aquella capital, ya su po que Sobrenlontc)
sin haber tOlnado medida alguna de defensa,
llabia abandonado su puesto y escapado al inte-
rior del país, llevando consigo gran parte de los
fondos públicos, con pre testo de reunir fuerzas.
Posesionado Beresford de Buenos Aires sin
haber encontrado resistencia alguna, otorgó sitl
eUlbargo una capitulacion honorífica á sus ha-
bitantes para atraerlos á su partido, y obligarlos
con suavidad y política á reconocer al Rey de la
Gran Bretaña como á Señor único que debía ser
en ade1ante de todo aquel terr,itorio; Inas, á pesar
de todas las ofertas y de la consideraeion con
que trató á todas las clases, no pudo conservarse
ni mandar por mas tiempo que el de cuarenta
dias, en cuyo corto espacio se organizáron en
Montevideo varios cuerpos de voluntario~, que
reunidos con la poca tropa veterana de aquella
plaza, é incorporados con los dernas que se ha-
hían formado en la canlpaña de Buenos Aires,
marchál'on á reconquistarla bajo las órdenes del
capitan de navío Don Santiago Liniers; y despnea
de unaaccion sangrienta en que pereciéron 11lU-

(1) En eSl-a misma época saltó Miranda de Nueva Yorck para


Costa Firme, para ejecutar el plan cOluhiuado del gabinete
,nril~nic~
( 46)
ehos de una y otra 'psrte, al fi n Beresford. se vió
en la necesidad de refugiarse COH su tropa á la
fortaleza, en donde se rindió á discrecion-: c'uyo
hecho lnanifiesta claramente cuan mal informado
estaba el nlÍnisterio inglés sobre la opinion de los
habita n tes del Río de la P Ja ta , y el prilner error
.,
que cometIeron en esta tentatIva.
.
Despues de aquel feliz suceso, previendo Li-
niers que el gohiel'no inglés enviaria otra es-
pedicion lnas nnnlerosa y fuerte, se preparó,para
rechazarla, y al efecto dispuso que todos los ha-
hitantes se alistasen y reginlentasen, nombrando
pOI' sí luismos los gefes que debían mandarlos.
Esta disposicion Inereció la aprohacion general
de todos ,_ y de consiguiente fué ejecuta-da con
una exactitudy celeridad admirable, porInanera
que álosseis meses ya mandó maniobrar en grande
hasta el número de diez mil hombres de todas ar-
mas, las que manejaban en sus evoluciones con la
misma agilidad y destreza que un veterano. Estos
conocimientos doctrinales que fuéronmuy útiles
para el fin que se habia propuesto Liniers, pues
que -log'ró -con ellos batir enteranlente á catorce
lui! Ingleses-que intentáron por segunda vez, en
1807 , apodera rse de aquella capi tal, despues se
convirtiéron en un Dlal grande para la nletrópoli;
porque apoderados de las armas que ántes ID'Í-
,ráhanco-n terror, 'los naturales del paiscono'"
(4, )
ciéron desd"e luego el partido que podian sacar
de ellas en la primera ocaslon oportuna que se
les presentase. No tardó mucho en llegar este
tietupo que ellos deseaban, pues que no bien se
tenia n~ticia en]a corte de l\;ladrid de la derrota
que habiansufrido los Inglese.s en Buenos Aires,
cuandoaoontec~6 elsuc8so{lel Escorial y sucesi.-
va1l1ente los de Aranjuez y deBayona. Por, las ab-
dicaciones que el señor Don Carlos IV y su bijo el
señor Don Fernando VIlhiciéronenfavordeleIIl-
perador Napoleon, desde entónces se consideró
esle revestido de un ¡uslo derecho para disponer
y mandar en todo el ámbito de la monarquía es-
pañola, y al efecto envió enlisarios á todos los
dominios de ultramar, con órdenes" para que
le reconociesen como único dueño y señor d·e
aquella parte de la monarquía. U no de estos fué
enviado áBuenosAires; y Liniers, que de corazon
había lllanifestado siempre serun verdadero Es-
pañol y fiel vasallo del Rey de España, á quien
hasta entónces hahia servido, era de nacimiento
Francés, y. recibió con la política y urbanidad
propia ue esta nacían al enviado uel empera-
dor; lnas este acto fué censurado por muchos-,
y nluy particularlnente por el gobernador de
1\lontev ideo, el brigadier Don Francisco Javier
Elio, (Iuien, á pesar de que Liniers babia des-
pedido al cluisario sin haLer hecho caso a]guuo
( 18 )
de él -' ni tra tado d el objeto de su mision, c(')o-
tinuó criticando ]a conducta de su gefc Li-
nicrs, presentandola COlll0 sospechosa ti la vista
(lel público. Despnese,npezóá retardarcon varios
prctcstos el cunlplilnicnt.o de las órdenes que re-
cibía delsl1 perior gobierno deBuenosAires, y con
esto dió lugar á que se le reconviniese; desde
cuyo monl.ento la correspondencia oficial entre
ámhas autoridades se redulo l1las á tratar de las
personas que no de los negocios.
Sin enlbargo, tClneroso Elio de ql1C su gefeLi-
niers tonlase alguna providencia estraordinaria
para castigar su insubordinacion y evitar las con-
secuen cías de su espí ri tu revol toso" i nstal ó en
J\1ontevideo una i unta suprema, cOlupuesta de
varias autoridades y vecinos de aqueJ]a plaza,
de que se hizo nonlbrar presidente. Escudado
con este simulacro de antoridad, se quitó la más-
cara, y bajo el respetable nOlllbre de la ¡unta es-
pedia ,decretos y providencias que contrariaban
las órdenes del general Liniers, y por nlodos y
medios impropios de un honrado rnilitar logró
intl'oducil" entre ánlbos gobiernos una verdadera
anarquía. 1\Tas no fué este el único IHal que pro-
dujo la el'ecclon de serllejante asamblea. Esci-
tado con este ejclnplo el espíritn turbulento de
los novadol'es de Buenos Aires, elupczáron desde
entónces á manifestar sus deseos de querer ta01-
( 49 )
bien instalar su junta soberana, que era lo mismo
en aquel1as circunstancias que proclamar SI.1 in-
dependencia; porque una junta nacionalen una
provincia donde hay autoridades legítimas, no
solo altera el gobierno establecido, sino que
rOlupe la constitucion del estado, y es una ver-
dadera rebelion.
Noticioso el gobierno de España de las dife-
rencias que mediaban entre el general Liniers y
el gobernador de l\fontevideo Elio, nornbr-ó par~
virey de las provincias del Río de la Plata al tL-'-
niente general de la real arnlada Don Baltasar
Hidalgo de Cisneros. Cuando este general sa1i&
de] puerto de Cacliz, ya la ¡unta central se l¡ahia
visto precisada á refugiarse á Sevilla, y de con-
siguiente calctWó que la España al fin sucum-
hiria á las fuerzas de Napoleon. l\las atento y vi-
gilante en procurar su bien particular que no·
en defender y conservar los justos derechos de
8U Itey y de .su patria, creyó que, á ilnitacion de
la mayor parte de los funcionarios de aquella
época, debia buscar su aconlodo y con venieucia
establee.iendose en el nlayorazgo que habiau fun ...
dado nuestros antecesores en el J~uevo l\tluudo .
No se Jetuvo sic! uiera en reflexionar que este no
era de rigurosa agllacÍon, pues que nO estL6brl
v lOC u1ado, y pl'C Len ti iú su P lir con ]a pel'tid ia y
traieioo lo que le tal taLa üc dereclH). Sin ~scu.~
(50 )
char las justas reflexiones de los Españoles eu-
ropeos residentes en Buenos Aires, se adhirió á
las ideas y proposiciones de los criollos que eran
1l1ucho nlayores en núme-ro. Para obtener de
estos un destino ó lugar preferente, resolvió que
á imitacion de lVlontevideo se instalase tambien
en Buenos Aires una junta supreIna;yparaevitar
los riesgos y peligros á que se esponia, y veri-
ficar sus intentos con toda seguridad, desarmó
á los Europeos, y pernIitió que se reuniesen solo
los criollos, quienes por sí y ante sí nombráron
á los indi"itluos de que debia componerse dicha
junta, dejando á Cisneros de presidente; mas á
los cuatro dias le diéron el justo pago que de or-
dinario reciben los traidores en premio de su
perfidia, separandole de su destino, y ruandan-
dole en un pequeño buque fuera de aquel ter-
ritorio.
Posesionados los novadores de la autoridad y
de la fuerza, proclatuáron inmediatamente por
medio de un solemne manifiesto su deseada in-
dependencia; convocáron un congreso para con..
solidarla; y propagada la noticia de semejante
acontecilniento por las demas provincias de
AUlérica, produjo los funestos resultados que
inmediatamente seviéron en el reino de Santa
Fé, Caracas y Méjico; y puede decirse con ver-
dad, que una de las principales causas de la re-
( 51 )
vol ucion de toda la América fué la i un ta creada
en Mon tevideo por el soberbio y atolondrado
brigadier Don Javier Elio ..

.....
"

CAPITULO VII.
Las l)r¡'nera,~ 1nedidas que se iomáron por el
gobierno de Aladrid }Jarn pacificar las Amé-
ricas, no solo fuéron infructuosas, sino que
contrl:bu)léron á exaltar lnas el espíritu de los
novadores, JI á generalizar la revolucíon4O

A los pocos nl€SeS de haber vuelto el Rey de su


cautiverio, se propuso por uno de los principales
objetos de su soberana consideracion el tratar
de la pacificacion de ]dS Ánléricas; y al efecto
restableció el luinisterio universal de Indias
(que tan impolíticatnente habia estinguido su
augusto padre), y nombró para deseolpeñar este
in1portante cargo al Americano Don l\'1iguel de
Lardizabal y Uribe, y para inspector general de
las tropas que debían ser destinaJas á ultranlar,
al lllarJscal de canlpo Don Francisco Javier Aba-
día. El ulinistro era ya septuagenario é incapaz de
Hevar todo el peso de los negocios, y de con-
siguien le se veía preeisado, para resol verlos y di-
rigirlos, á consultar á su oficial mayor Don Fran-
cisco Tadeo Calolnarde, cuyo carácter y cir-
cunsLancias dejál110s hien marcadas en nuestra
( 53 )
obra titulada Pintura de los males de España, etc ..
I •

pagIna 177-
Se resolvió pues formar una respetable espe-
dicion de las mejores tropas que habian hecho
la guerra contra el emperador Napoleon, las
que se fuéron acan tonando en Cadiz y pueblos
inmediatos. La eleccion y propuesta de gefes y
oficiales pendía del arbitrio de Abadía, quien,
como demostrarémos mas adela n te, preferia
siempre á 6US adictos, sin examinar las cuali-
dades de su pericia y valor, ni Dlenos de su con-
ducta; y así fué que la mayor parte de los man-
dos recayó en sugetos que, habiendo entrado
en la carrera nlilitar en tiempo de la guerra de
la independencia, carecian de los conocirrIÍentos
necesarios, y al gunos de ellos has ta de los pri-
meros elementos, pues que apénas sahian leer
y escrihir.
El general Morillo, Dlilitar de acreditado va-
lor, fué nombrado, á propuesta de Calomarde,
para el mando de esta espedicion; pero el valor
quizá era el requisito nlenos necesario en aquellas
circunstancias. Convenía entónces haber bus-
cado un general ejercitado en la poHtica, de
genio conciliador, y que hubiese tenido los co-
nocimientos necesarios del pais y de los hom-
bres que iba á pacificar, cualidades á la verdad
que no concurrían en ~lor¡llo; razon porque él
( 54 )
luismo se consideraba incapaz de desempeñar tan
ardua empresa; y renunció por dos ve~e8 el
D1ando ántes de salir de Madrid, segun nos 10
aseguró al pasar pot" Córdoba en 1815, cuando
le inform-álnos, en casa del caballero Aguayo y
Manrique, del estado que en aquella época te-
nian los negocios de ] as provincias de la Plata.
l\las no fué este solo el. error que se cometió
en tao iUJportaute negocio. Faltos de cálculo y
de todo conocimiento, los hombres encargados
de dirigirle dejáron pasar la estacion oportuna
para evitar á la recalada del Río de la Plata los
estragos que de ordinario padecen los buques
que arriban allí en tienlpo de invierno, cosa que
no previéron hasta ellnonlento mismo de partir
la espedicion; y en tónces se vió el Re y en la ne-
cesidad de mandarla á un punto enteramente
distinto, cual fué la Costa Firme (1), cuyo mortí-
fero clima acabó con la mayor parte de los solda-
dos; y su general, mal aconsejado, y cuando mas
necesitaba del auxilio y cooperacion de los Ame ...
ricanos que se habia o coulprometido en defender
la justa causa de la lIle trópoli, desatendió á estos,
dando los ascensos que les correspondían de ri-

(1) Vease el decreto por el cual se hizo esta variacion) que se


halla en el tomo 11 de la Coleccion de decretos.
( 55 )
<:rurOsa justicia, álos -recomeJJdadosde Abadia,
de Calornarde ,y de varios palaciegos. :Por otra
parte, exasperó 'con proscripciones, destierros
y confiscaciones de bienes y haciendas, los áni-
~os,de -mucl1os individ uos que tratados de otra
manera podian haberle auxiliado en realizar el
justo y glorioso fin de su misiono El mismo Bo-
livar, si hubiese sido considerado segun exigían
su rango, sus conocimientos y sus riquezas, que
tanto .concepto le daban 'en la opinion de sus
paisanos, hubiera quizá sido el principal agente
para acabar en pocos dias la revolucion de todas
las provincias de Costa Firme y reino de Santa
Fé; mas en lugar de lniel se propinó vinagre, y
los que án tes se consideraban como nloscas, se
alborotáron como gigan tes: por manera que, en -
Jugar de aumentar el número de vasallos, se
acrecentó el de los enemigos, se perdió toda la
fuerza ,mal'ítima, se perdiéron al.pié de siete rrIil
hombres, y para siempre se perdiéron aquellas
provincias, quedando infructuosos los sacrificios
-que de toda especie había hecho l~ Ole trópoli
~para conservar la union con los que hasta en-
tónces habia mirado como á hijos.
Tales fuéron los resultados y fu nestas conse-
-cuencias que causó á la España y á la Anlél'ica
la eleccion y nombramiento de un nlinistro anle-
¡'leano, caduco é in.epto; de un oficial mayor,
( 56)
corrompido, ignorante y atolondrado; y de UIl
inspector ambicioso.
El plan y sistema de Ca)oJnarde y Abadía era
enriquecerse, y obtener, sin reparar en los lne ..
dios, ascensos y distinciones que nunca merecié..
ron; pero como rara vez quedan enteramente
ocultos los delitos y sus autores, porque el tie.mpo
tarde ó temprano los descubre, valiendose de
acciden tes tal vez ridículos, tal vez increibles,
pero que sirven de luz para poder penetrar en
el oscuro seno en que la maldad se encubre,
llegó tambien el dia en que vino á descubrirse
y saberse de un nlodo indudable la criminalidad
de estos funcionarios públicos, por la intercep-
tacÍon de su correspondencia, que despues vimos
publicada en los periódicos de Costa Firme y del
Norte América. Vease pues cual era la opinion
que tenian ellos del carácter del Rey, y ellnodg
como disponían de los empleos y destinos~
N.o X VIII.
Boletjn del ejército defensor de Cartagena .

Correspondencia illlerceptada en la corveta Neptuno,


que condlicia el general ROT'!. - Carta del ministro
general de Indias Don Miguel de Lardlzabal y
UFibe desde Madrid, al inspector general de Indias;
teniente general Don JaíJier Abadia, residente en
Cadlz.

Madrid, 26 de Abril de 18 J 5. - Reservadísima.

Mi estinlado 31nigo y señor: con estudio he


diferido el despachar el estraordinario que lleva
esta, por dar] ugar á que vm. se restablezca pues j

en su carta del 14 me decia que esperaba conse-


guirlo pronto ~ y segun la que escribió á Berrero
pensaba irse al can) po el 15; Y mas habría yo
esperado si la cosa no urgiera tanto.
Debo revelar á vm. el seCl'eto lnas profundo y
nlas importante que hay aquí: tan profundo, que
nadie está en él sino yo (1), ni aun el ministro

(1) Falló á la verdad, pues que Jo sahia Calomarde que rué el


primer <tiutor de este negocio, y estendió la minuta ó borrador
de esta carta que Je dictó el autor de ella. Lo supiéron t~mhien
el general Vigodet, el padre Cirílo , y el ministro de Portu~al ea
España Dou. José de Souxa" ea d dia conde de ViHareal.
( 58 )
de estado; y tan importante, como que la verifi-
cacion de la cosa es la única áncora de que podrá
asirse la nave para no perderse, pues está por
momentos anlenazada de irse á pique, si no hay
piloto capaz de bacerla mudar el rUlnho que
lleva: y ese único piloto ha de venir del Janeiro,
porque á los de aquí está visto que ya no obe-
dece, ni se puede esperar que obedezca; pero
estoy conlO cierto de que obedecerá al del Ja-
neiro: yvea VID. ahora si nos importa á todos ha-
cerle venir luego á cualquiera costa para salvar-
nos. No dude VID. de la certeza de este pronós-
tico, porque lo he hecho no con ligereza, sino
con mucho fundamento .
El Rey tra ta de casarse con su sobrina, la se-
gunda de los príncipes del Brasil, y el señor in-
fante Don Carlos con la hija tercera, y no pueden
venir si de aquí no se les va á traer. Nuestro es-
tado llliserable no permite enviar lnas que un
navío y una fragata, y ahí va la órden al capitan
general de marina para que ponga á Jisposicíon
de vme los dos buques de esa clase que sean mas
prontarnente disponibles, ó que en lllenos tienlpo
puedan ponerse en estado de tal seguridad y tan
buen servicio cual se necesita para conducil' (;1 tíJn
altas personas: quiero decir, toao lo conducen te
á la mayor seguridad en buques, jarcia y velá,·
meo , y de mas necesario; y por Jo tocan te á la,.,
( 59 )
cámaras, cspecialnlen te del navío, COlllouidad,
decencia y aseo, pero no el lujo asiático y os-
tentacion regia que corresponde á tales perso-
nas; pues esto, y hacer traslucir nuestro secreto,
todo seria unO. Los marineros deberán lr de-
centes, y lllas la tropa de InarÍnn, que creo la
]lay buena y bien vestida, y los capitanes ó co-
mandantes del navío ó fragata deberán ser de
toda confianza. He pensado, de acuerdo con
Salazar, en Manrell para el navío, y Beranguer
para la fraga ta. Creo (pero eso vm. lo sabrá
ll1ejor) que deben llevar víveres para cuatro
meses, y en el Janeiro hacer provision para ]a
venida, para lo cual será preciso lleven el dinero
suficiente, porque allá no lollay. Yo he podido
negociar tres millones de reales, de los cuales he
puesto 7°0,000 repartidos en la Coruña, Barce-
lona, Málaga y Alicante, para qne pagandoles de
contado vayan á Cadiz los 1narineros necesarios
para los dos buques con toda la brevedad po-
sible. Esto se entiende, si en Cadiz no Jos hay;
pues, hahiendolos, es preferible tonlarlos ahí, y
retirar el dinero de los puntos donde se ha puesto.
El resto, hasta los tres lnillones, ]0 he hecho
poner ahí á disposicion de ,71U. , á fin de que
procure, con la actividad que acostumbra, poner
cuanto ántes sea posible esos dos buques en es . .
t~do dé dar la vela; en in teligencia de que en
( Go )
el navío ha de ir el encargado de tan importante
coulision, que es Vigodct, ú quien acompaña el
1). Cil'ilo, fraile francisco, hábil Y fino, que ha
venido de al1á, y ele quien hace gran coo[i.anza
]a princesa del Brasil. Vigodet no saldrá de aquí
hasta que Vl1l. lue avise que los dos buques van
I •
á estar prontos, y prevengo a VIn. que DI con
el ulislllO Vigodet, ni con el fraile, se dé por en-
tendido de que está en el secreto, sino única-
mente de que ha tenido árden para disponer
los huqu es, y ponerlos á disposicion de Vigodet
para usar de ellos.
De ese d ¡nero es nlenester que vnl. reserve
diez llJil duros para darlos á Vigodet, y que em-
peñe á <la junta de reeu1plazos para que com ...
p]ete la obra, supliendo lo que falte si nuestro
dinero no alcanza; y aunque la persu3sion de
vm . será bastante para empeñar á la i unta á
hacer lo necesario á todo trance y á toda costa,
Ine ha parecido que no dañará el que yo tam-
hien procure empeñarlos, COllIO lo hago en la
adjunta, que VID. podrá cerrar despues de leida.
A luí me parece que, lnanejado eso por VID. y
por la junta, nos evitará la mitad lnenoS que si
se hiciese por la luarina.
Esta nlañana se me ha presentado un sargento
muy despejado, que escapado de Montevideo
'7iene del J aneiro, y dice que á su salida de allí
( 61 )
se estaban reclutando Inarineros á fin dt.: tripular
los buques de guer.'a portugueses en que dcbian
venir á Lisboa los príncipes. Si esto fuese cierto,
deherá suspender nuestra obra; y si yo averiguase
S erlo , lo avisaré á VIll. Haré ir á Lisboa sug"eto
u de
toda confianza, y capaz por su carácter y circuns-
tancias de adquirir esta noticia de aquel go-
bierno, quien parece que siendo cierta no puede
dejar de saberlo.
~Ie parece que no hay necesidad que haga
Vil}. vol ver con la respuesta al estraordinario que

lleva esta carta; pero, si lo juzgase VIne conve-


niente') puede hacerlo. En el "caso contrario,
contesteme vme por el correo, SielTI pre en pliego
reservado; pues observará vnl. que esta corres-
pondencia no va de letra de I-Ierrera, porque,
aunque tengo entera confianza de él, no he que-
rido sin necesidad ponerle en el secreto, Ó, no
haciendolo, darle que pensar sobre el destino
de los buques.
Creo haberlo dicho todo. SupJa VD1- lo que
falte, y mande á su afectí~imo anligo Q. S. 1\1. B.
~IIGllEL" DE LARD1ZABAL y U lUBE.
P. D. La Carlota vendrá hasta Al'aujuez, Ó el
Escorial., ó San Ildefonso., bajo el incógnito de
duquesa de Olivenza, esto jJura ahorrarnos TIIU-
chos nlilloncs de pesos. Creo que el San Pablo
y la Esmeralda son los huques con que se po-
( G2 )
drá contar. - Escelentísimo Señor DON JAVIER

ABADJA.

Otra del dicho Abadia á ¡Jon Juan Oya rzaba 1.,


residente en Linla.

Cadiz, 4 (le Mayo de 18 [5.

l\1i respetable y queridísimo amigo: para dar


á Vlll. la últiula prueba del ioteres y confianza
que se lllerece, incluyo á VID. el adj unto do-
cunlento (1), que quemará vm. despues de ha ..
berlo leido mi hermano; y la naturaleza de su
con tenido ofrecerá á vme el verdadero cuadro
de nuestra situacion presente, y del porvenir
que debe temerse. Entretanto, .no separando á
vms. de mi itnaginacion calcinada, y ocupan-
dome de las llledidas que deban salvarles de todo
naufragio, voy á poner la provincia de Panamá
en un estado respetable, por ser el punto que
deben vms. preferir en toda ocurrencia deses ..
perada, ó que pueda directamente alnenazar ]a
tranquilidad de esa capital; y para el efecto he
obtenido que se declare la segunda comandancia
general á favor de Iturralde, y sucesivamente iré

(1) El documento que se citil, es la carta reservadísima del


ministro Lardizabal, que se halla dentro de la cubierta de est~,
( 63 )
colocando personas de conocido desempeño, y
que IDe deben su fortuna .
No se decida vtu. ni por la Habana, ni pOl"
Puerto-Rico, ni por ]a península; y dé vnl. su
preferencia á Panamá hasta que se despelen los
horizontes, pues que en todas partes hay fi ue
te1ner.
Abraza á vm. su amantÍsÍmo JAVIER ABADLL
- Señor DON JUAN OVARZABAL.

Otra del mismo Abadía á su hermano Pedro, resi-


den/e en Lima.

Cadiz J 9 de Mayo de 1815.

Mi querido Perico: aprovecho la oportunidad


que se me presenta para decirte lo mas preciso,
y obtenel'lel que me oigas, y que obres en razou
de lo estraordinario de las circunstancias; pues
que habiendose escapado el tigre enlaulado en
la isla de Elba, todo debe temerse, y es preciso
obrar con preca ucion.
Las gacetas que te incluye Almorza, te darán
las ideas mas precisas; y el doculnento que re . .
lnito á Oyarzabal, te pondrá al corriente de nues-
tra situacion política: el Reyes bellísimo, pero
no conoce aun Jos hornbres, y estos abusan de
sus pueblos; pero Dios es lU1Sel'icordioso, y po ...
ue
dl"á sacal'UOS 1 preci picio á q Be puede condu-..
(64 )
~irnos tanto egoismo, venganzas y malas ~teSa
Seria prudente el que empezases á reducir tus
negocios, y á no estenderte como en tienlpos an-
teriores: el puerto de Panamá es en mi opinion
el que por algun tielupo ha de estar á cubierto
de toda ocu rren cía desagradable, y yo destinaré
ahí sugetos que me lo deban todo.
Te incluyo ]a adjunta copia., por si se ha es-
traviado la que te renlití anteriormente; y no sé
sí te he dicho que soy teniente general desde
el 27 de lVJa rzo; pero no se publicará la gracia
hasta el 30 d e este mes.
Los correos destinados:i álnbas Américas sus-
penden sielupre su salida hasta recibir luís plie-
gos é instrucciones; por consiguiente deberás
saber con bastante anticipacion, si acaso no por
espreso particular, cualquiera ocurrencia estra-
ordinaria; de modo que si en lo sucesi vo obras
con desacierto é inlprevision, será un efecto de
terqueda d i LU perdo nable.
No perdiendo á vn). lamas de vista J remito á
ese virey el armamento necesario para dos re-
gimien tos de infantería y u no de caballería, y
escribo tt mi cOlnpañero l\1orillo (1), para que
haga otra remesa igual, y ademas un par de

(J) Este es el mismo general Morillo que manda en gcfe, y


que probablemente está al alcance de tOda esta trama.
( 65 )
cuerpos escogidos con arreglo á lnÍ melnoría Ó
nlenlorandulll de Febrero. De ningun modo de-
bes chocar con Llol'ente, pero sí empabarlo Con
lucidas esperanzas, por no aumentar e nenligos,
y tanlpoco colocar tus confianzas é in tcreses en
¡nanos puercas. Costello es dignísinlo sugeto, J
Inerece todo género de distinciones; y despues
de nús detalladas y repetidas obse rvaciones ,. con-
cluyo con decirte que las circunstancias son tan
estraordinarias, que es preciso reducirse á un
círculo menor, y solo contar cOlllo que se enl-
puñe.
Nada te-digo de AJmorza, porque cada día me
es rnas incoluprehensible j pero no puedo deiar
de decir el que ha tenido conmigo todo género
de consideraciones.
Dije á Arizluendi, que deseo me conteste á
mis anteriores, y que observo bastante funda-
mento en las queias de Alnlorza con respecto á
Vtll., si es cierto que han recibido VU1S. existen,-
cias de consideracion, y ]0 han tenido 01 vidado.
rTe abraza tu amantísÍIllO hermano,
JAVIER ABADIA.

P. D. El padre Francisco ~lol'ales, cura elel


Callao, te en tregará el paque te de gacetas .

l\iirad, Espaüoles y Americanos que seguis á


(66 )
Morillo, COltlO son el juguete de un lninistro in-
trigan te, y de un general, ambicioso especula-
dor, que desde su despacho de Cadiz receta
sobre vuestra suerte, y no sacrifica vuestra exis-
tencia al bien general de la España; no, es solo
á los intereses de un hermano c0l11erciante: por-
que este gire con seguridad el dinero que tal vez
ha mal ganado, os arranca de vuestros hogares,
y os bace conducir por inmensos lnares, espan-
tosos desiertos, ardientes climas, á buscar la
llluerte, y i\ que janlé"s vol vais á ver vuestros
tiernos hijos, vuestras fieles esposas, vuestros
ancianos pad res, Vl1estros caros aUligos. Observad
hien lo qne el miS1UO u11nistro dice de ]a España:
él confiesa que la nave no obedece al piloto; y
vosotros creeis de buena fé, por lo que dicen
esos gefes, que recibiréis grandes prelnios de ese
l\1onarca á quien no pueden su frir ya sus mis-
o nlOS lVladrileños . Reflexionad un nlomento, y

v~réis despreciados y hollaJos á porcion de


o

aquellos 111islnOS que en España os conducían


al Call1pO de l\Iarte .................................. .
Ya veis que no la justicia ni el mérito serán
recolllpensados; pues 80]0 obtendrán los enl-
pleos aquellos escogidos de Abadia, que aehien-
doselo todo cometan toda clase de vejaciones é
intrigas para complacer á su padrino ó protector.
No os dejeis conducir eOfilO corderos al sacrÍ-
( 67 )
ficio. Vosotros, sobre todo, Venezolanos, que
habeis visto la primera luz en las llanuras de
Calabozo, Ó en las orillas del magestuoso Ori-
nocO, unios con vuestros hermanos de Colom-
bia : recobremos aquel suelo natal. Si una lllala
política, si una errada administracion os hizo
separar de los Caraqueños, un dia ha de ha-
her reconciliacion entre hermanos : somos de
una misma familia, pues que no somos Espa-
fíoles, sÍno Alnericanos : os traen á la vanguardia
por complacerse en vernos despedazar, y por-
que conociendo vuestro 'valor os empeñan en
los choques mas violentos, y porque, aunque
perezcais todos, nada pierden vuestros acérri-
mos enetnigos. Un hermano vuestro os habla:
evitad el encuentro con nosotros, si no quereis
cubriros de un luto eterno, cuando reunidos,
COlllO está decretado por la Providencia, ten-

gamos que recordar los amigos que hemos in-


molado en es la fra trÍcida guerra.
Cuartel general de Cartagena independiente,
4 de Oc tubre de 1815. S. ~fARIANO I\10NTILLA,
nz~:ror general.

Unos documentos tan auténticos y procla-


mados con razones tan convincentes produjéron
el efecto que era consiguiente; porque, des€"Il-
gañados por su lectura, lfluchos oficiales y 801-
(68 )
dados naturales del pais creyéron que, S~gun la
corrupcion del gobierno de la metrópoli, larmas
serian prelniados sus servicios, y que su sangre
era inútiltnente sacrificada, sirviendo única-
Hlente para Inantener en sus puestos y saciar ]a
codicia de los prilneros empleados en la corte;
y entónces abandonáron sus banderas, tonlando
partido en e) ejército de sus compatriotas.
El Perú) adonde se habia estendido el gérmen
de la revolucioll con tanto furor como rapidez,
fué uno de los puntos en que se repitiéron estos
bechos con mas escándalo, y en circunstancias
las lnas críticas y apuradas. Previendo el virey
de Lima que los pueblos ele su jqrisdiccion tarde
ó temprano podian seratacados por los novadores
de Buenos A.ires en el interior, y por los puertos
interlnedios por los de Chile, pidió en tielnpo
oportuno auxilios á la metrópoli; mas el gobiel~no
de esta, pasando con frecuencia de nlano en mano
con la continua variacion de ministros, nunca
tuvo una direccion fija, pronta y consecuente,
. ~

por nlanera que rara vez acontecla que un nH-


nistro llegase á ejecutar aquello ll1islllO que habia
empezado á disponer; y el que le sncedia gas-
taba el tiempo en que convenia sobrelnanera ei e -
cutar lo que debía estar resuelto, en enterarse
de los motivos y fines que habian obligado á su
antecesor á prepararlo para la resolucion COIU-
(69 )
petente del soberano. Esta perniciosa y n1ala
marcha del gobierno retardó siempre el apresto
de los auxilios que, remitidos en tiempo opor-
tUllO al Perú, hubieran salvado aquel reino,

pero que dejando pasar la estacion favorable, no


soJalnente eran perdidos, sino que aumentaban
la fuerza del eneUl]go. Asi se verificó con la tropa
que fué esco]tada por la fragata Isabel,> cuya sa-
lida del puerto de Cadiz debió haberse verificado
en todo el mes de Marzo de 1 SI S, segun se habia
ofrecido al virey Pezuela por real órden de 13 de
Febrero; mas detenida esta divisÍon hasta el 21
de !vlayo del mismo año, en que se hizo á la vela,
y perdidos los vien tos favorables de los dos meses
an teriores, se la espuso á esperimen lar] as con-
secuencias de un largo viage, como sucedió,
])ues que para llegar á las costas del mar Pacífico
invirtió cinco llleses, tiempo suficiente para que
el el1emigo tuviese una exacta noticia de todo,
y se preparase para atacar1a y apoderarse de los
huques y de la gen te, COlllO lo efectuó, en 24 de
Octubre del rrúslno año, en el pueblo de Talca-
guano, consiguiendo adenlils la ventaja de esta-
blecer su superioridad luarÍtima. Es indudable
que un fuerte golpe de viento da tuuchas veces
la victoria, lo HlisJl10 que un golpe de cañon
desconcierta y ucsorJena el nle¡or eiérciLo por
la Dluerte de ~u geueral.
( JO )
La misma reclanlacion que habia hecho el
virey al gobierno de Madrid, la había dirigido
tarobien al general Morillo, quien sin pérdida
de tielupo dispuso que el batallon de N urnancia,
cuya oficialidad se componía de varios Ameri-
canosque habian militado en España en la guerra
de la independencia, pasase desde la provincia
de Popayan á incorporarse con las tropas de
Lima. Era este cuerpo de los mas sobresalientes
de la espedicion de Costa :Firnle, por el aire mar . .
cíal de sus soldados, brillante disposicion de sus
oficiales y gefes; y estas cualidades lo recomen-
daban para ser destinado al punto que pudiese
ser atacado por el enemigo.. Llegó el caso en
que con efecto se le concedió esta preferencia;
mas apénas sus oficiales se consideráron seguros
para pasarse al enemigo, arengáron y exhortáron
á su tropa, la que, despues de prender al COluan-
dante y alguno que otro oficial, dando el grito
de viva la patria., consumáron la nlas completa
y escandalosa desercion, y se incorporáron in-
mediataluente con el ejército enemigo de Chile 1
que acababa de desembarcar en aquella costa~
Este y otros hechos de igual natul'aleza, que
se repetían con frecuencia, eran un cornpro-
bante bien claro é irrefragable de la indisci plioa
é insuhordinacion de las tropas de la Península,
pues que hasta que estas l1egáron ,i los punto,:;
( 71 )
de Anlérica á que fuéron destinadas, nO se ha-
hían esperitnentado en aquellas provincias se-
lllejantes faltas de respeto á las au toridades le-
gítimas, á lo que no dejó de contribuir tanlbien
la desmedida ambicion de los oficiales peninsu-
lares, y la debilidad de algunos generales en com-
placer á estos, para lo cual estendiéron su arbi-
trariedad hasta disolveralguoosregimientos com-
puestos de fieles Americanos, como lo verificó el
general Laserna con dos, siendo uno de ellos el
regimiento nO 1°, que tanto se habia distinguido
en sofocar y acabar con la insurreccion de su
pais na tal el Cuzco, á costa de lnarchas, fa ligas
y acciones las filas brillantes. :En premio de su
constante lealtad y honrosas cicatrices, los ofi-
cia les de este regimien to fuéron obligados á pasar
por el oscuro papel de agregados, y los soldados
se confundiéron en otros cuerpos, condenados
á suft'ir la arrogancia lnas humillante de los ofi-
cia les eu ropeos.
La manía de ascender como por encanto en
la carrera militar se hizo tan genera] en los indi-
viduos del ejército, desde la re vol ucion de 1808,
que el oficial, que en un año no tenia uno ó dos
ascensos, se consideraba agraviado; y cuando no
podian lograr su intento por el árden regular
y de ordenanza, se valian de los detestables me-
dios de la intriga, imputando á sus gefes Ja nota
( 72 )
de coba.'des Ó ignorantes, para que fuesen sepa-
rados de sus respecti vos puestos, y ocupados estos
por los calulllniantes. Colocados asi en plazas
• , I • • •
superIores a sus merItos y conOCImIentos, se con ...
sideraban autorizados y con luces suficientes para
reformarlo todo, aun cuando para ello fuese ne-
cesario a tropelJar y holla r las leyes mas sabias
de ]a nlilicia. Pasáron estos pretendidos refor-
madores los rnares; y deseando llegar ántes y con
ántes al fin de su ilustre carrera j cuando aun por
sus pocos años é inesperiencia no se hallaban
con la apti tud necesaria para dcsenlpeñar los
prÍnleros cargos de ella, se cornplotáron, y usur-
pando la filas alta prerogativa del soberano, de-
pusiéron y arrojáron de su preelninente puesto
al vire y de Lillla Don J oaquin de la Pezuela, co-
locando en su lugar, en 29 de Enero de 1821, al
teniente general Don José de Laserna.
La prinlera cosa que ocupó toda la atencion
de este nuevo virey, desde el lnomento que re-
cibió el mando por consecuencia de la conspi-
racion de estos oficiales, fué lnanifestarles su
gratitud, dando á cada uno un grado de ascenso
por el nlérito que habían contraido en. su elec-
cion y nOlDbranliento. Este ha sido el can1ino
comun y ordinario por el que han llegado dI fin
de su carrera esos generales jóvenes, cnyas ca-
bezas envanecidas con el oropel de SllS nuevas
( 73 )
divisas, y preocupadas con el orgullo que les ins-
piraba su alta dignidad, no fuéron capaces desde
en'tónces de concebir una sola idea, ni de indicar
un arbitrio Ó recurso para defender y salvar el
reino del Perú; y los que tanto increpáron la
ignorancia) tiulidez yapa tía del virey Pezuela,
viniéron á ser instrunlentos y agentes lnuy ac-
tivos para que la rnetrópoli lalnente en el dia la
pérdida total de aquel inl perio; pero lo mas
admirable es que cada uno de estos generales y
gefes, que en el dia se hallan en la Península,
disfrute y goce de su elupleo y sueldo, sin que
nadie le haya preguntado hasta ahora por que se
perdió aquel reino: y si alguna vez se ha acordado
el gobierno de ellos, ha sido para colocarlos
de nuevo, ó cond~corarlos COn la gran cruz de
la real y distinguida órden de Isabel la Católica,
con cuyo acto ha quedado prohlenHltico el ver-
dadero fin y objeto para que se estableció esta
órdeo; pues ya no se sabe si es para premiar á
los que cooperáron á la pacificacion y conser-
vacian de laAmérica, ó á los que se distinguiéron
en su perdicion.
Hemos visto, pues;. COD10 la corrupcioH del
ministerio universal de Indias se habia propa-
gado á ]a inspeccion general del ejército de ul-
tramar, y que de allí habia pasado Jos nlares y
ramificadose en todas la~ clases del ejército, ]0
( 74 )
que desde el año 1815 habia patentizado de un
modo el n13S auténtico y solemne el carlnelita
descalzo Fr. José del Sal yador, en el segundo
sermon que en 24 de Febrero de dicho año pre-
dicó en la real capilla, á la presencia de S. M. ,
cuyo contenido, en lo que dice relacion con
nuestro objeto, nos ha parecido oportuno pre...
sentar á nuestros lectores en el siguiente .
CAPITULO VIII~

De la injusticia con que se distribuian por el


ntinislerio de la guerra los empleos y destinos
del ejército.

( SEÑOR, dijo aquel orador,


)) Tambien hay en la viña de España operarios
de ]a guerra. Los individuos de este ranlO, como
defensores de la patria, tienen derecho á que se
haga justicia á su heroismo; á que se observe el
órden debido en la dispensacion de grados y de
premlos; á que se atienda con preferencia al
, • I a

mayor ll1erlto; a que lamas se vean pospuestos


el valor y el trabajo á la cobardía y ocjosidad.
Esto exige grandelnente una pr,ofesion en que
tiene tanta pal~te el bonor. ¿ Pero sucede así?
i Ah Señor! 1\1iles de In"ilitares de mérito lloren
la falta de equidad, el desórden escandaloso que
contra. vuestras iustas intenciones hay en esta
parte. Miles de hornbres de valor ven sallar so-
hre sus personas á otros tantos, que por i u tl1igas
y empeños hacen pasar un ulérito figurado, y
6Scurecen el verdadero, para que no sea: con()J.-.l
cido . ~Iiles de hombres valientes .Y fieles fÍ¡ la· pa-
(;
( 7(') )
tria ven á otros tantos tiznados con la iDlideu--
cía, que cubren con el velo del interes, y se le-
va n ta 11 con los grados que á otros se debian de
justi~,ia. l\files de héroes, llenos de heridas, co-
sidos á balazos, acreedores á los mayores pre ...
lnios, se hallan postrados de necesidad, dis-
persos por todo el álllhito de la nacÍon, y tal vez
en una cárcel, porque no tienen quien se co'm-
padezca de su desgracia, quien saque la cara
por su i usticia. Estos claman, levantan las Ina ...
nos al Cielo, y piden de justicia á V-. 1\'1. que
aplique á los malos colonos de esta clase la sen-
tencia del Padre de familias .... Malos lnale perdet.
ce ¿Pero que, Señor, hemos de ser tan desgra-
ciados, que 'despues de cantar la victoria sobre
los enemigos estraños, nos pongan en tanto pe-
ligro los domésticos? ¿Será posible que despues
de trabajar V .. 1\1. en buscar hombres que, con
el desempeño exacto de su obligacion, hagan
nuestra felicidad, ha de producir, en lugar de
fruto, espinas y abrojos la viña de nuestra na-
cion?
« ¡ Que dolor! oigo á los generales de lnérito
y antigüedad en el ejército que contestan: Yo
procuro entodo la felicidad del soldado; clamo
y trabajo porque nada le falte; solicito la equi-
dad en la distribucion de grados y de premios;
y por todos caminos represento por la mejor or-
( /7 )
o'anizacion del ejército; pero inimiclls !zolno: el
b
hOll1Lre enenligo frustra mis ideas, inutiliza mls
planes, y nos pone á todos en jos nlayores apu-
ros. A este ]110<10, Señor, se esplican muchos
operarj.os que V. 1\1. tiene destinados al cultivo
d'e esta grande viña~
« ¿ Pero quien será esta nlano ocu]ta ? ¿ Quien
será este hOlnbre enelnigo que inutiliza las sa-
nÍsÍLna-s intenciones de V. M. y el trabajo de sus
colonos? ¡ Ah Seüor r alerta, que no está le'jos
quien hace tanto maL Entre nosotros anda. Es
fácil descubrirlo si 10 buscamos con cuidado.
Ya lo veo. Voy á dec.ir quien es .... P'ero no ... .
En este lugar no puede nombrarse el pecador ... .
Daré las señas si n descubrir la persona. Esto bas-
tará para nuestro remedio. Oidlo .... Hombre
enelnigo es el que no quiere la paz; el que conle
y se engruesa con la discordia; el que se recrea
lllirando á los Españoles desunidos y encontra-
dos ;el que no se muestra sensible á]a sentencia
del Salvador, que asegura la desolacion del reino
dividido en sí; el que desprecia la oracion del
mismo divino Maestro, que clama al Eterno Pa-
dre porque todos seamos una misma cosa por
amor, asi como lo son el Padre y el lliio por na-
turaleza; el que no pondera el celo y empeño
especial que el Apóstol Sa n Pablo tu vo para cla-
var esta importantísima verdad en el corazon de
(,8 )
los cristianos. Este propialnente es un anti-
cristo, una fiera que tiene corazon y obras de
lo que es, y que dehe ser arrojado á las selvas
y bosques para que viva con sus semejantes.
Hombre enemigo es tambien el que, gritando
á voces viva Fernando.> la pat,.ia}~ reZigion;l se in-
troduce en el gobierno, trastorna el órden con
disimulo, hartando entretanto su furiosa anlbi-
cion con elllpleos, rentas y honores, á costa de
la inacen te nacion. Este enelnigo es fácil de co ..
l1ocer. Observe V. M. á los que, se le presenten,
aunque sea con planes y proyectos de econolnía
á favor de la patria; mireles V. 1\1. á las manos
cuando se retiran; y si llevan carne en las uñas,
esto es, algun elnpleíto , etc'. etc. no hay que du-
dar que son los que huscarnos, los que nos hacen
tanto nlal, los que han dado ocasion al nuevo
adagio, que repiten hasta los niños por las ca-
lles, á sa he r : viva Fernando) ,t vamos robando.
({ Hombre enenligo es, por últinlo, el que hace
inútiles ó entorpece las iustas y sabias deterllli . .
naciones de V. 1\'1., privando á la mayor parte
de la nacl0n de los preciosos efeetos que por
ellas se le habían de comunicar. ¿ Pero que de
consecuencias fu nestas no trae consigo este des ..
órden? i Ah! los ministros del al tar las esperi ..
TIlenta,n>; vuestros militares las lloran, y los ene-
u1igos del trono toman de ellos ocasion para cen"
( 79 )
surarlo y batido en cuanto a]canza su rnaledi ...
cencia. En fin, Señor, este hon~bre enernigo,
dice Sa n Agustin, que es el diablo vestido de
carne, pero tan sutil, que trabaja por uleterse
hasta en vuestro nllslno gabinete á selnbraJ' zi-
zafia. ))
Un discurso tan enérgico, tan claro y acon1-
pañado de pruebas tan auténticas, pues que no
se presen taba mernorial ni solicitud que no las
apoyase con hechos, debía escitar, sino el celo, á
lOlnenosla curiosidad delgoLierno para proceder
al exalnen y averiguacion de los delitos y crín1e~
nes que acababa de manifestar el orador, no en
secreto ni en lo reservado de la cámara de] Rey,
sino en público, en su real capilla, y en uno de
los dias de lnas concurrencia, en la cual por un
órden regular se hallal'ian presentes muchos de
los eu] pados. ¿Y cuales fuéron los efectos y el
fruto de este segundo serlnon ? los lnisrnos que
produi o el que en el año anterior habia pron un-
ciado este Dlislno nlinÍstro del santuario. No se
hizo reforma alguna, todos quedáron en sus
respectivos destinos, y cada uno en su plaza y
lugar continuó tl~anqui]o, perpetuando los luis..
mos escesos que ántes, sin teInor de ser castigado~
ni menos reconvenidos por su crirrlinal con-
ducta.
1\Ias eficaz, Dlas viva y estinlulante fué la in~;;I:~'~'> ,- ,_
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( 80 )
presion que hizo en el ánimo del Rey la lectura
de las cartas de J..Jardizabal y A.badia; porque
viendo en ellas altamente ofendidas su digoidad,
su concepto, su opinion yamor propio, no di-
firió un nlomento la aplicacion del castigo. 111-
luediabunente fuéron presos los delincuentes y
reclusos sin comunicacion, Lardjzabal en el con-
vento de Sao Francisco en Valladolid, Abadia
. en el castillo de Alicante, y Calomarde en el de
Pamplona. Ahora pues, si en 24 de Febrero, día
en que rué predicado aquel $erlTIOn, se hubiese
tonlado alguna providencia para corregir los e&-
travios de estos fu ncionarios públicos, ¿no se les
hubiera apartado de la ocasion de cometer este
crÍmen? ¿ No se hubieran evitado los males que
causó en la Anlérica la publicacion de seIne-
iantes cartas escritas y relnitidas tres meses des-
pues? Semejante omÍsion, no hay duda que fué
estraol'dinariamente perjudicial al decoro del
Rey, á los intereses del estado y á los mismos de . .
lincuentes. Conviene mucho á los reyes y á
los gobernantes tener sienlpre presente aquella
importante lnáxima, que á los majes, tanto en el
órden político C01TIO en el órden natural, debe
aplicarseles el remedio en sus principios, porque
tomando cuerpo son de difícil curacion"
( 81 )

_ ...._---~------_ .......... ~--_ ... _-


e APITULO IX.
J)e los sucesos notables que causó en Méjico el
resiablecúniento de la Constitucion polltica de
la ¡nonarqula eS]Jaiiola en el ario 182·0·...

ATERRORIZADOS los disidentes de Nueva España-


con ]as sangrientas derrotas que habian esperi-
lnentado en las menlorah1es acciones del monte
de las Cruces, Aculco, Guanaj uato, Calderon,
l\faguei, la Barca Acaita, Zitacuaro, y en otrOSj
lnuchos puntos, se viéron precisados á refu--
giarse sus principales caudillos entre las hreilas,
y espesuras de los montes. 1\1a8 nunca perdiéroll'
la espera nza de ver realizado algun: día el fin de-
su graDde em presa., En medio de su situacion
penosa y 3.lUarga, siempre tu viéron quien jos
alentase comunican.doles noticias sobre ]os pro-
gresos que hacian los disidentes de la Atnél'ica
del sur; y constantes siempre en su empeño,
¡afnas se diéron á partido a]guno, ni nunca qui-
siéron escuchar la voz de los vil'eyes y gober-
nadores. Asi perJnaneciéron hasta el año de 1820,
época en que la revolucion del ejército de la
Isla de Leon y el l'establecilniento del sistema
( 82 )
constitucional les presen ló otra ocasion para
ClnpCZtlr á trabajar de nuevo sobre su gran pro-
yecto.
El tenientegcncral de la real artnada, Donjuan
Ruiz Apodaca, se hallaba entónces de virey en
l\iépco, y habia tres años que desenlpenaha esta
primera autoridad, cuando se recibiéron las
prilneras noticias de la sublevacion de la Isla de
Leon. Este gefe tuvo sobrad{) tiempo para ins-
truirse, no solo del estado de los negocios de
todo aquel reino, sino talnbien para saber el
modo de pensar de sus natnrales, relativamente
á las ideas que años án tes habia n lllanifestado
de quererse separar para siempre de ]a luadl'e
patria, y dehió desde luego tonHlf todas las me-
didas para precaver los efectos de las intrigas
y de los lnanejos que podl'ian clnplearse para sor-
prender su atencion; BIas este virey, que si se
quiere podrá concedersele la calidad de honlbre
de bien, y en 111anera alguna las de nn genera], ca-
recia de]a prevision y de Jos talen tos necesarios
para hallar recursos en cualquier conflicto. A.pá-
tÍeo é indeciso en todo lo que era cstraordinario,
no supo tOluar lnedida alguna, ni 111enOS adoptar
aql1ell~s que le sugerían los fiel es y prudentes
Europeos, porq ne pagado soberbiélluente de
su propio dictánlen, no se dignaba escuchar ni
adnlitil' el consejo de nadie", ni nlenoS ser adver-
( 83 )
tido por quien estuviese sujeto á su alta dlgni-
dad. Así fué que sin dictánlen de persona alguna
se resolvió á lnanifestar un dOCUITlento sobre el
cual se le habia encargado la mayor reserva.
El rey Fernando, COlll0 hemos luanifestado
en nuestra Pintura sobre los males de España,
había sido vio1entado á proc]anlar y jurar la
constitucion) desde cuyo nlomento se consi-
deró reducido á una estrecha prision ; y para li-
bertarse de ella, admitia y ejecutaba todas las
medidas y arbitrios que le sugerian~ No faltó
quien en aquel entónces le indicase tambien el
proyecto de trasladarse á l\Iéjico, para 10 cual
podía contar con toda seguridad con el afecto y
voluntad general de los Aluericanos. El tal acon-
sei ante no podia menos de ser ó un hombre D1Uy
estúpido que ignoraba las ocurrencias del reino
de. Nueva España, ó un perverso que gueria ver
á su Rey espuesto á ser vÍctilna de aquellos di-
sidentes; mas por desgracia el Rey lo creyó de
buena fé, Y se decidió en admitir su consejo,
dando principio á esta empresa con la siguiente
carta.

Madrjd, 24 de Diciemhre de 1 tbo.

«Mi queridoApodaca: tengo noticias positivas


de que vos y mis anlados vasaBos los Alnerica-
nos, detestando el nombre de constitucion) solo
( 84)
apreClalS y estimais lni real nombre: este se
ha hecho odioso en la mayor parte de los Es-
pañoles, qne ingratos, desagradecidos y traido-
res, solo quieren y aprecian el gobierno consti-
tucional, y que su Rey apo)Te providcnciasy leyes
opuestas á nuestra sagrada religion.
COlno mi corazon está poseído de unos sen'-
tinlÍenlos católicos, de que dí evidentes pruebas
á nli llegada de Francia en el establecimiento de
la Compañía de J esua , yo tros hechos bien públi-
cos, no puedo menos de manifestaros qnesiento
en mi corazon un dolor inesplicable : e5te no
cahnará ni los sobresaltos que padezco, lnién ..
tras lllis adic tos y fieles vasallos no rne saquen de
la dura prision en que me veo sumergido, sucum-
hiendo á picardías que no toleraria si no temiese
un fin semejante al de Luis XVI y su familia.
Por tanto, y para que yopueda lograr de la
grande complacencia de verme libre de tales pe-
ligros; de la de estar entre InÍs verdaderos y
31nan tes vasallos los Americanos; y de la de poder
usar libremen te de ]a autoridad real que Dios
tiene depositada en mí, os encargo, que si es
cierto que vos lne sois tan adicto conlO se me
ha informado por personas veraces, pongais de
vuestra parte· todo el empeño posible, y die leÍs
las nlas activas J eficaces providencias, para que
ese rein o quede independiente de este; pero,
( 85 )
como para lograrlo sea necesario valerse de todas
las invectivas que pueda sugerir la astucia (por-
que considero yo que ahí no faltarán liberales
que puedan oponerse á estos designios), á vuestro
cargo queda el bacerlo todo con la perspicacia
y sagacidad de que es susceptible vuestro ta-
lento; y al efecto pondréis vuestras m,iras en un
sugeto que merezca toda vuestra confianza para
la feliz consecucion de la ernpresa; que en el
entretanto yo meditaré el modo de escaparlne
incógnito, y presentarme cuando convenga en
esas posesiones; y si esto no pudiere verificarlo,
porque se me opongan obstáculos insuperables,
os daré aviso, para que vos dispongais el modo
de hacerlo : cuidando sÍ, COlno os lo encargo
muy particularmente, de que todo se ejecute con
el mayor sigilo, y bajo de un sistenla que pueda
lograrse sin derramamiento de sangre, con union
de voluntades, con aprobacion general, y po-
niendo por hase de la causa la religion que se
halla en esta desgraciada época tan ultrajada: y
me daréis de todo oportunos avisos para mi go-
bierno, por el conducto que os diga en lo verbal
(por convenir así) el sugeto que os entregue
esta carta. Dios os guarde: vuestro Rey que os
ama. ))
FERNANDO.·
( 86)
Antes de manifestar las consecuencias qua re ..
~ultáron de serneiante papel, 8eanOs permitido
vindicar, COU10 corresponde, el honor de los Es . .
paüoles altaluente ofendid.o con los denigrantes
epítetos de desagradecidosy traidores -' VOces á la
verducl que sugeririn el nla 1 aconse¡ante, y que
no pudo ser la voluntad del Rey aplicarlas en
lnanera alguna á unos vasallos que todolo habian
sacrificado por su persona, y en época tan re-
ciente, que aun nluchos de ellos tenian abiertas
](lS cicatrices recihidas en el campo del honor

para rescatarle del cautiverio en que se hal1aba


sunlido; y (1 n13s.de esto, ¿ ha habido acaso desde
el tiell1pO de los etnperadores rOlnanos, príncipe
luas querido, Inas acatado ni victoreado, que el
rey Fernando VII l ¿ No se vió él misnlo precisado
no por-la violencia ~ y sí únicamente estimulado
de los sentin1ientos de la mas justa y sincera gra-
titud, á confesar y manifestar al mundo entero
el heroismo y lealtad del pueblo español? Vease
pues lo que á este respecto di] o en su decreto
espedido en 30 de 1\1a yo de 1817 ( 1 ).
(( Con tales circunstancias la España llegó á ha-
llarse sin recUrsos, sin fuerzas, y obligada á ad-
lllitir en su seno un enemigo estrangero, que se
cornplacia en su preuleditada destruccion; y á la

(1) Tomo IV, pág. 21 [.


( 87 )
verdad parecía imposihle en lo hUlnano que hu-
biese podido resistir á la fuerza de sus ejércitos
que se dila táron por todas las provincias. El
Dlundo se acordará sienlpre con ason1bro de los
JJlovinlÍentos de lea ltad del pueblo espafiol, y
del esfuerzo heroico con que por espacio de seis
años se sujetó voluntarÍalnente á sufrir todos los
in1aginables desastres de una guerra sangrien la y
horrorosa, por no perder su independencia y la
sucesion de sus legítiluos lnOnarcas. Todos los
cálculos de política fuéron inútiles para l08fieles
habitan tes de la capital y de las provincias: en
donde hubo hombres capaces de nevar lasarmas,
se halláronsoldados: sufocáronse lossentimientos
de la naturaleza: la propiedad particular se hizo
pública: el tesoro, los almacene~ y toda clase
de provisiones se formáron por lllomentos con
los hienes de todos: estableciéronse autoridades
de armamento y defensa: en todas partes se 0('-
ga nizáron tropas, se levantál'on ejércitos, se im-
pusiéron contribuciones diferen tes, se exigiél'on
préstaulos, donativos, se nl.ultiplicáron repues-
tos; y despues de unas y otras desgracias, de
combates, de asedios, de asaltos, de acciones,
de batallas, y de renovarse cien y cien veces las
fuerzas militares, la España triunfó; y á costa de
sus sacrificios, la Europa, que los lIliraba con
asombro, rompió las pesadaa cadenas que la aher·
( 88 )
rojaban ..... Lo diré siempre. Modelo sois ¡ oh
pueblos! de lealtad., de inaudito valor, de resis..
tencia prodigiosa. Y vosotros, generales, oficia...
les, soldados del el érci to y ma rina , y todos los
que tomásteis las armas para defender mi trono,
mis derechos y la causa de la nuelan, Ínmorta-
lizásteis vuestro nombre : acreedores sois á 1a3
hendiciones de la patria, á la admÍracion de los
estrangeros, y á mi perpe tuo reconocimiento ....
El cielo quiso terminar esta lucha de devasta-
cion : el poder de la tiranía quedó deshecho; y
nliéntras por una parte el ejército vencedor de-
jaba atras el Pirineo, entré por la otra en mi
reino, recibiendo el honzenage dejidelidad y cons-
tancia . que todos mis puehlos me presentaban
con alegría y lágrimas de gozo purísimo. En esta
ocasion es cierto que mi corazon sufrió todas las
efusiones de que es capaz la humana naturaleza;
pero cuanta mas gloria y coruplacencia recibía
entre los parabienes de mis vasallos, otro tanto
me l1enaba de amargura ]a vista de los pueblos
y caseríos quemados, la deso]acion de los cam-
pos, y el recuerdo de tanta sangre derramada. )}
¿Puede darse confesion mas ingenua, ni pre-
sentarse prueba mas convincente de la fideJidad
de los Españo]es para con su Rey? ¿ Ha existido
acaso soberano alguno, desde que los hay en el
mundo, cu yos vasallos hayan preferido perder sn,~
(89 )
haciendas, ver talados sus campos, quemados sus
pueblos, sacrificados-sus mugeres é hijos., der-
ramada su sangre, y perder hasta sus propias vidas
por la libertad de su Rey? ¿Pueden los homhres
dar testimonios mas auténticos de su perfecta
adhesion yamor ?Estas son verdades que, án tes de·
proferirlas Fernando, ya eran constantes y noto-
l'ias á todo el mundo, y estaban consignadas en los
fastos de la historia para ser transmitidas de gene ...
racion en generacion hasta la mas remota posteri-
dad. Todos saben en el dia, y no ignorarán fines. .
tros yenideros, que no han sido ni pu diéron ser
jamas -ingra tos ni traidores los Españoles, y si es-
cesÍvamente fieles y generosos. No es-pues á su
sufrimiento á quien pueden atribuirse las con-
vulsiones y el trastorno general del año de 1820,
y-si únicalnente á la arbitrariedad, á la ignorancia
y mala versacion del gobierno de los seis años a n 1000

teriores . Culpense pues á los ministros y secreta-


rios de estado de aquella época, y á los que sin en-
tender de nada reunidos en la camarilla in terve- .
nian en todas las operaciones del -alto gobierno; .
y sobre todo quejense-de la falta de instituciones
que regulen y moderen las operaciones de los go-
bernantes y de los gobernados.
En vista pues de la precedente carta, resol-
vierol1 varios individuos, de acuerdo con Apo-
daca·, que le convocase con. toda reserva una
(9° )
i unta COlnpuesta de muy pocos sugetos, y que
esta propusiese lo que dehia hacerse para rea-
liza r el plan que en ella se indicaba. Reunida esta
especie de asamblea á horas escusadas en el con-
ven to de la casa profesa de 1\1éj Íco , se acordó que
el prilner paso que debía darse era elaboliren todo
aquel reino la Constitucion poJítica de la mo-
narquía española, que pocos meses ántei se habia
publicado y mandado observar por órden del
111ismo Fernando; pero no se atreviéron á dis-
poner que esto se ejecutase por el órden reg,ular
y ordinario, y sí por una especie de tumulto ó
asonada para tener un hecho real y positi vo con
que luanifestar á las Cortés y gobierno de la me-
trópoli, que Jos naturales de N ueva España no
querian y detestaban la ConstÍtucion. El virey
aprobó el proyecto, y admitió la propuesta que
se le hizo para su eiecucion en la persona del
coronel Don Agustín de Iturbide, sugeto que
sin elTIbargo de que se habia distinguido en la
defensa de la i usta causa del Rey, desde que habia
estallado la revolucion en aquellos dOll1inÍos, al
.fin era natural del pals, y se ballaba causado por
los escesos y robos que habia COIDetido mién-
tras estuvo encargado del r!lando de todo el ter-
ritorio llanlado del Bajío, en la provincia de
,ralladolid de Mechoacan. Sin cousideracion ~l
tan notables defectos, y á que de un hOlubre
( 91 )

111alo no hay que esperar nunca cosa buena, se


autorizó á Iturbide para que saliese de Méjico á
revolucionar los pueblos contra ]a constitucion)
dandole al propio tiempo, para que no se tras-
luciese que el virey tenia parte en setneiante
asunto, la importante y ostensible conlision de
conducir al puerto de Acapuleo ochocientos
mil duros que pertenecian al conlercio de Fi-
lipinas.
A mediados de Febrero de 1821, salió Itur-
bide de Méjico con estos caudales y COn el com-
. petente número de tropa que le escoltaba; mas
queriendose vengar de las injusticias que en BU
concepto se le habían hecho en la prosecucion
de su citada causa, y deseoso por otra parte de
salir de la miseria en que le habían constituido
sus escesos y dilapidaciones, al llegar á la villa
Iguala, en 24 del referido mes, en vez de gri tal' ,
él Y su tropa, muera la constitucion , proclamá-
ron la independencia del reino de N"uevaEspaña.
La noticia de tan inesperado suceso se di[undi()
por todo aquel reino, y el plan que se, proponia
fué adoptado con general aplauso de casi todos
aquellos na turales.
Alnenazados los fieles Europeos de ser en vuel-
tos por segunda vez en una guerra civil y des-
tructiva, y noticiosos de que la ignorancia y falta
de prevision del virey los habia espues.to al emi-
( 92 )
nente peligro de perder sus bienes y sus vidas)
tratüron de 1uejorar su triste suerte. Arreme-
tiéron pues la ardua y difícil empresa de sepa-
rarJe del mando, 10 que veríficáron por medio de
la oficialidad del reginliento de las Cuatro Or-
uenes, que reuniJos con el batallon de marina)
en que confiaba lllas el virey, le sorprendiéron
de noche en su propio palacio, y echandole á la
calle, nombráron en el mismo instante y pro-
c]a111áron por virey al general Novella. Esta me-
dida estraordinaria, si bien sirvió por el mo-
mento para preservar á ~lé¡ico de los primeros
impulsos de la revolllcion, no pudo contener los
progresos que esta hacia en todas las cIernas pro-
vincias y pueblos del reino. Entónces se vió bien
clararnente -cuan mal informado estaba el Rey
del amor y afecto que le profesaban los All1eri-
canos, pues que de mas de seis millones de habi-
tantes apénas se podian contar algunos cente-
nares que deseasen continuar bajo su domina-
cion y gobierno.
Sin embargo, N ovella, auxiliado de los huenos
y fieles Europeos, logró en poco tiernpo reunir
el número de seis rni) y mas veteranos, que con
las nlilicias que 'Se hallaban en el lllelor pié de
disciplina tendría diez mil h olnbres, y podia ha-
cerse ftierte y respetable en la capital._Pero en
aquella época, tanho en América COll10 en Es-
( 93 )
paña, la intriga estaba de acuerdo para conSUlnar
la ernancipacion de las colonias.
Los di pu tados Ameti ca n os qu e, como 11 eva mos
indicado, no perdian lllomento ni desperdicia-
ban coyuntura en que pudiesen directa Ó indi-
rectamente anxiliar á sus compatriotas para que
pudiesen ver algun dia realizada su indepen-
dencia, preva liendose del desórden y confusion
en que se hallaba el gobierno de la metrópoli
á principios del año 182 I , lográron que se nom-
brase por capitan general, gobernador y gefe po-
lítico de Mé¡ico, á Don Juan O'Donojú, segun re-
sulta de lo que manifiesta Don Miguel Ramos
Arispe (1), diputado Alnericano por la provincia
de Coahila, en la idea general de su conducta po-
lítica, impresa y publicada en ~léiico en l8 de
Marzo de 1822, en la que se lee en la página 13,
hablando de la represen tacion que hizo á las
Cortés la diputacion Americana en 22 de Enero
de 18:;u, lo siguiente:
« Cuando por este enérgico papel, que im-
primí é hice circular púhlicamen te, repartiendo
ejemplares en las secretarías del gobierno y de
las Cortés, invitaba nI mismo gobierno á que se
ocupase de ]a América: cuando por él ]e hacia

(1) En la actualidad se haJla de secretario de estado y desem-


peilando el ministerio •..le justiciA.
(94 )
presen tes sus omisiones, le presentaba los males
que sufria la América, le fijaba en términos pa-
téticos cual era la opinion pública de esta; y
cuando en fin hacia presente al mundo cual era
en todo sentido la fuerza y la declsion de Nueva
España, llevaba siempre en la mano la cuerda de
las operaciones relativas á la América, y traba-
jaba en su favor cuanto padia. Todo el otoño y
parte del invierno me ocupé en combinar, con
la situacion tan avanzada de mi patria, la elec-
clon de un general que sustituyese á Don Juan
Ruiz de Apodaca. La eleccion recayó en el ge ..
neral O'Donol ú, uli an ti guo a migo y com paflero
de fortuna y de desgracias. JVlas de una vez este
general virtuoso, penetrandose de la situacion
estraordinaria en que se hallaba N neva España,
yconociendo con su gran talento la suma de di-
ficul tades que uebian presental'sele para hacer
el bien que deseaba para á rnbas Españas, ti tubeó
en aceptar, y quiso renunciar tan alto destino.
Mas yo que conocía la importancia de la venida
de un general cuyo talento y virtudes de todo
órden me eran tan conocidas, puse en movi-
mie~to los resortes de su amistad antigua y tan
probada, y los mas que estu viéron á mi a]cance
para llevar adelante su nombramiento. Una cor-
respondencia continuada por cinco ,meses y tra ..
halOS increíbles en la corte pusiéron al señor
(95 )
O'Donojú en estado de e111barcarse e130 de ~fayo,
bien instruido y dejando vencidas un sin núrnero
de dific u 1tades, no habien do sido las menores
las que ofreció la eleccion y arreglo de las per-
sonas de su séquito, entre las cuales se con lahan
muchas de ilustracion, valor y pa triotislno co-
nocido, y de virtudes no vulgares. Jamas puedo
recordar la memoria dulce de mi antiguo y huen
an)jgo Don Juan O'Donojú, sin nlanifestar una
tierna y viva emocion por su lTIUerte, consolan-
dOlne con la consideracion de los elninentes ser-
vicios, que correspondiendo á sus fundadas es-
peranzas hizo en tan breves dias á luí patria, á la
que, COlTIO amigo agradecido y como buen pa-
triota, uniré siempre mis votos para perpetuar
en la lneOl0ria de los hombres las virtudes es. .
traordinarias que formaban el carácter del ge-
neral Don Juan O'Donojú. »
Hasta que se publicó el folleto de donde heluos
estraido el precedente párrafo, sien] pre fuéron
ignorados los ponderados talentos y virtudes de
O'Donojú, quien solo en España podía haber lle-
gado á la alta clase de general, á que no se
habia hecho acreedor, ui por sus conociluien...
tos, ni por sus servicios, ni por hecbos U)elnO-
rabIes de canlpaña, y solo se hizo famoso por el
hecho que verémos despnes, habiendo logrado
todos sus ascensos por los misnlos medios que
(9 6 ) ,
llegó á ohtenel~ el gobierno de Méjico. Resuelto
pues Sll nomhralniento y mision, COUIO aca-
halnos de ver, por el influjo é intriga de los
Aluericanos residentes en Madrid, y seña lada-
luente por el distinguido elnpeño del señor Ra-
Dl0S .Arispe, á quien no le fué muy difícil alcanzar

esta particular gracia de los 111inistros que hahiall


sido sus cornpañeros de presidio desde el año
18 [4 hasta 1820, partió de Cadiz para Veracruz,
y ]]egó á este puerto á principios de Agosto ue
1821. IlOS corresponsales de Ramos Arispe y de

los otros diputados que se hallaban en J\fadrid,


le nlanifestáron en el momento de su arribo que
todo el reino se hallaba sublevado en favol' de
la independencia -,.y O'Dono¡'ú, á quien sesupone
por hombre de tan gran talento, no supo hallar
con sus vastos conociUlientos un solo arhitriq para
internarse de incógnito por uno de los muchos
pun tos que' estaban francos, para poder pasar
á Méjico con seguridad, y rellnirse con Jos diez
mil hombres que deseaban su presencia con el
fin- de batir y dispersar á los disidentes. Se en-
cerró en el castillo de San Juan de VIua, en que
perdió algunos días en formar y escribir una
procL.uua, cuyo contenido indicaba claramente
]a disposicion y áninlO de este general para co-
meter la mas alta traicion y perfidia; y ála verdad
que no la.rdó mucho en consumarla, porque al
( 97 )
dia siguiente de haberse desenlbarcado y tOluado
posesion del lnando en Veracl'uz, dió órdenes
para que se abriesen las puertas de aquella plaza,
que el general Davila, que entónces era su gober-
naJor, habia dispuesto que estn viesen cerradas
desde el 7 de J nIio del ci lado a fío, por haber
intentado los insurgentes apoderarse de ella, y
en la que habían logrado introducir en la noche
de dicho día un gran nÚluero de gente, que fe-
lizlllente fué recbazada por la poca tropa que
habia y las tripulaciones de los buques mercantes
españoles que se hallaban fondeados en aquel
puerto.
Poco despues recibió O'Donojú una diputa-
cion que, de acuerdo del ayuntamiento y ca-
bildo eclesiástico de Püebla de los Angeles, le
envió el gefe de los insurgentes Don Agustin de
Iturbide; y de las conferencias que luvo con los
individuos que la cOlnponian, resultó su marcha
para el interior del reino, hasta llegar á la villa
de Córdoba en donde le recibió Iturbide, y ce-
lebráron ánlbos el famoso tratado, cuya principal
base era el reconocimien to de la independencia
y perpetua enlancipacion del l'eino de N neva
España del gobierno de la metrópoli.
Vanos y orgullosos los disidentes con este
triunfo político, nlarcháron tlcia ]a capital, lle-
vando consigo áO'Donojú, quien no sin gt'an di-
'"

(98 )
Jicu] tad logró que al fin le reconociese por su:gefe
y superior el virey Novella. Revestido ya de toda
la autoridad, dispuso que los rEgimientos de ve...
tenIDOS europeos desocupasen á Méjico, y mar ..
chasen á los puntos que se les designaban. Di-
solvió tUlnhien los regimientos de las luilicias, y
acabó por este medio con la única fuerza que á
tanta distancia de la metrópoli sostenia la causa
justa del Rey. Por las consecuencias que despues
se viéron, debe inferirse que para ejecutar todo
esto se le habian hecho algunas ofertas de con-
veniencia é in teres particular, que quizá traeria
ya estipuladas con los diputados AUlericanos en
las Cortés de Madrid: asi fué que inUlediatalnente
que se instaló la junta soberana de Nueva Es-
paña en la villa de Tacubaya, dos leguas dis-
tante de lVléj,ico, se le vió colocado ocupando
el segundo lugar, destino que disfru tó dos ó tres
dias; porque acometido de una grave enferlue ...
dad, dejó de existir este infiel vasallo del Rey de
España, de quien los Españoles europeos pueden
decir 'con mucha propiedad lo que se dice de
Judas : l1zeliUs ésset si natas non fuisset.
Desde aquella época, es decir desde principios
de Octubre de 1821 , viendo la seguridaJ que en
virtud del trat.ado de Córdoba y establecÍ1niellto
de la i unta soberana, podia ya todo el mundo
111anifestar sus verdaderos sentilnientos, no 11 ubo
(99 )
sugeto sin distincion de clases y estados, y hasta
los individuos que se habian C011ducido con mas
luoderacion, é indicado mas afecto á la causa del
Rey y álosEuropeos, que no declamase enlónces
contra estos. Las pocas tropas europeas que es ...
taban diseminadas por el in terior del pais, fu éron
reunidas por el general D. José de la Cruz, quien
desde Guadalajara, donde se hallaba de capitan
general y gobernador, se dirigió con ellas á la
ciudad de Durango , para hacerse fuerte en este
punto; mas Don Pedro Celestino Negrete, indi-
viduo que habia sido de la real nzarina española-,
y que por sus distinguidos servicios habia lle-
gado en poco tiempo á la ?lase de brigadier, se
declaró contra su patria y no tu VD reparo en ad-
nlitir el nlando del insurgente lturbide, de una
division anlericana , para rendir á viva fuerza á
Durango, cuya guarnicion, despues de haber
hecho una heroica resiste!1cia, se vió al fin pre-
cisada á convenir en una honrosa capitulacion,
en virtud de la cual debia evacuar el pais y ser
tra nsportada á España.
Tales fuéron los sucesos que ocurriéron en el
reino de J\1éjicó, y tal la desgracia que esperi-
mentó la nletrópoli con el restablecimiento del
sistema constitucional del año de 1820. Sin tal
ocurrencia es claro que ni e] Rey se hubiera visto
en la necesidad de adlllÍtir el siniestro consej o que
( 100 )
]e diéron para escribir aquella carta, y el virey
Apodaca á manifestarla; Iturbide no hubiera te-
niJo ocasÍon de proclamar la independencia, ni
los diputados Atnericanos la influencia para que
el general O'Donojú les auxiliase para ver reali-
zada su ardua empresa. Nada de esto hubiera su-
cedido, y el reino de Nueva España que, ántes que
Riego proclamase la CODstj tu cion, se hallaba casi
en teramen te pacífico, no se veria en el día sepa-
rado para sieulpre del imperio español; y las pro-
vincias del Río de la Plata, sucumbiendo á la
f l1crza superior de la espedicion que estaba des~
tinada á tranquilizarlas, hubieran vuelto á reco-
nocer á su an tigua lnetrópoli--
( 101 )

....-_... --~-------------""'"

CAPITULO x.
La continua dislocacion del gobierno de Madrid
JI' las discordias é intrigas de sus agentes desde
el año 24 hasta el de 27 , han inposibilitado
la pacificacion de aquellas colonias, y puesto
la nletrópoli en la necesidad de reconocer su in-
dependencia.

LAS vicisitudes políticas que sufrió el gobierno


de l\féjico en los años 24 y 25, presenláron á la
met['ópoliocasionesmuy oportunas de recuperar
el predoluinio de aquel reino. Con el destrona-
nliento y espatriacion de Iturbide quedáron sin
destino y desgraciados todos los que le el'~n
adictos y afectos. Este descontento cOlnprendia
una multitud de personas respetables, unas por
su riqueza, y otras por sus conoci1nientos y por
el particular influjo que teniall en una gran parte
de la poblacion. Deseaban, cOlno era natural,
formar un partido preponderante para derribar
á 108 autores de su desgracia. Entónces no solo
se acordaban de los Españo]es, sino que deseaban
se presentase una espedicion para reunirse á ella
( 102 )

Y escartuentar á sus enelnigos capitale~, que eran


Jos que se habian apoder"do del gobierno, contra
el cual y con tra las mismas Cortés se dese u-
11riél"on despues varias conspiraciones, propor-
ciol1undose en cada una de ellas ocasion segura al
gobierno de España para recu perar á poca costa
aquel vasto ilnperio.
Desde 1821 , en que pudinlos entrar con a]gun
riesgo en aquel pais, hasta lnediados del 23 , fuÍ-
rnos testigos de aquellas estraordinarias ocur'ren-
cias; mas considerando que no podíamos perma-.
nceer en él sin faltar á los deberes de un verda-
dero Español, nos resolvitnos á regresar á nues..
tra patria. CreÍlnos que una exacta noticia de
todo podria ser útil y conveniente para el acierto
de las resoluciones del gobierno de España, y al
efecto recogÍlnos los datos y documentos nece-
sarios para poder acreditar cuanto habíalnos ob-
servado, y lnanifestar el verdadero estado en que
dejábamos aquel reino; mas nuestros justos de-
seos quedáron enteramente amortiguados, al ver
que á últimos de 1823, época en que llegárrlos
á Cadiz y acababa de restablecerse el gobierno
absoluto del Rey, no se ocupaban los g"ober...
nantes mas que en dividir á la nacion por nledio
del sistema que habian estab1ecido de persecu-
cion, con destierros, con proscripciones, yaun
con ]a lnislna rl1uerte. Esta era entónces la única
( 103 )
Y esclusiva ocupacion de los absolutistas, que
aba tidos conspira n , y tri unfan tes quenlan y de-
güellan.
Desanimados á la vista de un cuadro tan triste
y nlelancólico, nada bicimos, considerando que
cualquier trabajo que emprendiésemos seria inú-
til é infructífero. l\1as escitados despues por el
conde de Puerto Santo, que á la sazon se hallaba
en IVladrid de elnbajador de S. 1\1. F. , Y á quien
debíalTIOS particulares demostraciones de alnis-
tad y confianza, nos resolvimos á estender el In-
.. forme sobre el estado y sitnacion política en
que se hanaba el reino de Nueva España, en
Agosto de 1823 (1 ). No creemos necesario en el
dia insertar aquí todo este papel; pero sí consi-
denunos por muy conveniente presentar á nues . .
tras lectores el contenido de las úl timas páginas,
con uno de los cuatro estados que lo acolnpa-
ñaban.
Para poner en su verdadero punto de vista,
y sin molestar demasiado la atencion del Rey,
la gran pérdida que habia sufrido la lnetrópoli,
dijimos: «( Treinta ciudades, noventa y cinco
.) '7illas, cuatro mil seiscientos ochenta y dos

(1) En esta época poseia la España el castillo de San Juan de


U~ua) y la mayor parte del reino del Perú I con mU de diez mil
hombres que lo defendian.
( 104 )
» pu eblos, y seis millones cien to veln te y dos
J) IDi! trecientos cincuen la y cuatro habitan-
» tes (1), se separáron de hecho de la justa y be-
) néfica dominacion de Vnest~a Magestad, cuya
» infidelidad y desobediencia quiso autorizar y
») confirr~.1ar Don Juan O'Donojú ,en el ominoso

» tra lado de Córdoba. })


Despues de haber manifestado á V. ~1. la de-
cadente situacion que tenian todos los ramos de
la hacienda de Nueva España en el año pasado
de 1823, no puedo omitir ni dejar de manifestar
igualmell te el deplorable estado de la lninería.
Este importante ramo que, en las épocas ante-
riores á la revolucion., habia llegado á poner
en circulacion del comercio de toda Europa la
suma anual de mas de 27 millones de pesos fuer-
tes~ hubo año, despues que fué alterada la paz y
tranquilidad de aquellas provincias" en que no
se llegáron á acu ñar en la real casa de moneda de
Méjico cuall'-o millones y nledio, como lo de-
m uestra el ,presente estado.

(l) Este es el estado de ]a poblacion del reino de la Nueva


España, segun lo demuestra en la memoria que en 18~:w dió á
luz Don Fernando de Navarro y Noriega, contador general de
los ramos y arbitrios, en la que manifiesta igualmente las equi-
vocaciones que sobre este particular padeció eJ barcn de Hum-
boldt.
( 105 )

N° IV.
ESTADO que manifiesta el total importe de las
cantidades en pesosfuertes ) acu,iadas en la real
casa de moneda de la ciudad de Méjico., en los
aiws siguientes.

~ ¡¡OS. , &Sos J'ljl:!.r.T t s. flEAlE S. A¡¡OS . 1'&505 ~ U !RTr. S. ReAtES.

78 7- 1 1,086,6°7 7 7 S"I1I"""/. 4 I 4,9 ' 8,677 , '1,


¡

17 88 . :l0 ,146,366 , " 1806. 24.7 36 ,0:10 6


,
17 89 . ',>-1 , 12 9, 9 11 6 ,
" , 80 7- :n , OI ',699 7
179°· 18, 063,688 5 " 180S. '.1 I ,886,500 7 'l.
¡ 79' . ~:lJ, 1 2 1 , 713 , " 180g_ ':l6, 17'J,g82 , '1 ,
'792 . 24,1 95,04 t 6 , 1 8 1 0. ' 9,046,1 88 3 'l.
'79 3. é1'¡',312,g4 2 3 " 181 ¡. l o,o4 1'7g6 , 'l.
T794. 22,01 I ,03 1 4 8 18 1'2. ' ,40 9,266 , 'l.
179 5 . 24 ,593,48 1 6 , 18 I 3. 6, 133,983 6 ,
[ 796 . 25,644,6,27 , 4. 7,6 2 4,1 05 4 'l.
" 18 I

'797 - '1 5,080 ,038 7 18 .5. 7. 042 ,020 , ,


'798. 24. 00 4, 58 9 8 , "
1816. 9 ,401 ,':190 6 'l.
' 799, 22,053, 1'.1; 5 3 8 , 8 17, 8 , 849, 08 9 3 •
\ 800 . 18 ,685,67 4 7 " 18 18 . 11 ,386,"188 7 '1,
ISO' . 16,568,44"2 , , 1 81 9. 1::1 ,030, 5 15 5 ,
1802. . 18,798 ,5!)9 3 'l. 1 8"10. 10 ,406, .54 , ,
180) . :23, 166,906 ' 1• , lB." . 5,9,6, '1'l6 3 '/,
• 804· 'lI7,ogo,oo l
" 'l. • 89.2 . 5,543,:154 4 'l •
, SoS. 27 . •65 ,888 3 'l.

Suma. 4 14 ,918,677 , 'l. Total. 6"17,559,061 3 'l.


( 10eJ )
Vease el luismo estado, y vease tambien por él
como, á proporcion que se iban pacificando las
provincias, iba este ramo tOJnando un aUluento
que, en el corto espacio de tienl,po que media
desde el año 12 al 19, rué siempre en progresion
ascendente, por ¡nanera que de cuatro lllillones
cuatrocientos nueve lnil doscientos sesenta y seis
pesos, que fuéron Jos acuñados enel año de 181.2,
llegó, en el año 19, á 12,030,515 con 5 reales.
Sobrevino de nuevo en el afio 21 la revolu-
cion de Iturbide, y la cantidad de moneda acu-
ñada no llegó con mucho á la mitad, y siguió
en diminucion en el 22: con tiuuaba esta falta
en el 23; Y sin temor de equivocar el cálculo,
puedo asegurar que dentro de poco tiempo no
se acuñará en Nueva España la pequeña cantidad
de cien mil pesos.
Tal es, Señor, e] estado de abatimiento y de-
cadencia á que ha llegado aquel reino desde que
la ingratitud de los que pretenden separarlo de
]a lusta dominacion de V. M. ha obligado á los
fieles Europeos á desampararlo, y á regresar á la
Península con el capital que cada uno supo ad-
quirir á costa de privaciones, de trabaj os, de
afanes y sudores.
Abandonadas las minas y desanlparad.os los
principales establecimientos que estos habiall
&ostenido con adlnirable constancia) cesó tanl-
( I07 )
bien la copiosa estraccion de lnetales que tenia
en continuo movinliento al cornercio y á la agri-
cultura, con eu yos a uxilios no habia persona en
ningull pueblo ni rincon de Nueva España, que
no pudiese con poco trabajo adquirir por medios
justos una decen te subsistencia.
IOh Y cuan diferente era ahora el estado de
aquellas gentes! sin direccÍon, sin ocu pacion ni
trabajo, las vÍ andar errantes de pueblo en pue-
hlo, pensando que de este ¡Dodo mejorarian su
desgraciada é infeliz suerte; pero no hacian IDas
que aumentar y llorar los males en que los habia
SUlllido aquelJa devastadora revoluciono
Estas ha n sido, Señor, las fa tales consecuencias
que sobre la suerte de aquellos habi tantes han
resultado de los errados proyectos de los inno,'a-
dores y perturbadol'es del órden : consecuencias
tanto rnas sensibles, cuanto que su influio lo
está esperiluentando no solo nuestra España,
sino tambien las delTI3S potencias del continente
de Europa, que por nlil medios y por varios con-
ductos participaban con gran ventaja de la ri--
queza de Nueva España. Los Ingleses por la Ja-
maica, los Franceses por la Martinica, por Cu ..
razao los Holandeses,; todos estaban en punto de
contacto con los puertos de Veracruz, Tampico
Ó Alvarado, por donde sacaban el importe de sus
nlercancías, cuando los Españo]es misnlOS no pa-
S
( 108 )

saban á estas islas á dejar el oro y la plata en


cambio de las que se les entregaban en aquellos
almacenes.
¿ y á mas de esto, no fué siempre Cadiz,
desde el descubrimiento de América, un depósito
general de todas las manufacturas de Europa,
desde donde permitió la ge~erosidad de los so . .
heranos de España, que en su cambio se repar-
tiese el producto y riqueza de sus colonias entre
las demas naciones? ¿No ha sido acaso por estos
medios, que en el dia poseen ellas toda la riqueza
que de allí ha venido?
l~o es ciertamente igual el partido ni las ven-
tajas que en estos últimos años ha sacado el co-
mercio de Europa del mercado de N neva Es-
paña, porque paralizado el ra1110 de minería con
las disensiones intestinas, ha carecido del me-
tálico necesario para el gran cambio que se le
presentaba; y así es que en el día los estrangeros
que se hallan en ~léjico y en otras capitales de
aquel reino, situados con grandes alnlacenes de
efectos, no pueden, sin grande pérdida de su
principal, espenderlos, ni salir de los apuros en
que los va á poner una demora de muchos años,
.
que son necesarIOS para su consumo.
Esta esperiencia tan perjudicial al comercÍo
de Europa, y señaladarnente al de Inglaterra,
no puede menos de con vencer á las nacione$
( 1°9 )
que la pa.cificacion de aquellos dominios es de
un Ínteres comun, y que lejos de oponerse á que
v. l\t recupere la plena y pacífica posesion de
Nueva España, deben cooperar á el1a con sus
auxilios" con su influjo y con su l11ediacion.
Dejar que aquellos disidentes continuen en
sus guerras intestinas, á ¡nas de ser un acto de
inhumanidad, seria tolerar un mal ejenlplo que
tarde Ó tell1pranO podrían repetir los vasallos ó
súbditos de cualquiern otro soberano, alegando
quizás para ello razones y moti vos nlas justos
que aquellos con que en el día pretenden jus-
tificar su demanda los l\fejicanos.
No puedo, Señor, con el uir este informe sin
patentizar á V. M. lo que sufren y padecen bajo
el duro yugo de aquellos demágogos los fieles
Europeos, que por necesidad, ó por no desanl-
parar á sus farnilias, se han visto precisados á que-
darse en aquel pais. Ultrajados con toda especie
de befas y dicterios, tienen que guardar el mayor
silencio para evitar que se les maltrate y atro-
pelle: l y cuantos en los canlinos, despues de
haber sido saqueados y robados, no han exhalado
el últÍlno suspiro al fiero golpe de una lanza,
ó al tiro de un fusil?
Una aln1a, aun sensible á las desgracias de sus
compatriotas, no puede tender la vista sobre
esta perspecti va sin horrorizarse j y un corazon l
( 110 )

capaz de humanidad, no puede aplicarse sin


esfuerzo á su descripcion.

Ellos, fieles siempre á sus sentimientos patrió-


ticos, auxiliáron á la metrópoli con cuantiosos
donativos para sostener la guerra del año de
ocho contra el tirano de Europa; defendiéron
desde el año de diez la posesion de aquellos do-
minios, atacada con una guerra de tnuerte por
los insurgentes; han hecho en todos tiempos y
en todas circunstancias distinguidos servicios
al estado; ¿ y podrá ahora Español alguno negar
su proteccion á unos hombres tan desgraciados,
y que tanto han hecho por su patria y por TI. l\J.?
¿ Podrá nadie mostrarse indiferente ni mirar á
sangre fria la justa y gloriosa empresa que se in-
tente para recuperar aquella preciosa parte de la
monarquía, y redimir á nuestros hermanos de
aquella penosa esclavitud?

Yo seria muy injusto, Señor, si por un solo


nl0mento dudase de la gratitud y generosidad
de un solo Español. Veo, y no sin dolor, el triste
estado en que ha quedado la nacÍon despues de
sufrir todos los desastres de las pasatlas convul-
siones; pero veo tanlhien que aun ]e han que-
dado recursos para hacerse respetar, y pasar de
nuevo á plantificar su pabellon á donde con
menos arbitrios y con mas riesgos lo llevároIl
( 111 )
por prinlera vez los conquistadores del imperio
de ~loctezuma.
No dejarán de ofrecerse por todas partes gra-
vÍsilnas dificultades; pero todo lo vence el tra-
bajo, la prudencia y la política. Hombres hay
aun capaces y virtuosos, que encargados de tan
importante comision restituirán á. V. 1\1. aquella
opulenta parte de sus dominios, y darán dias de
particular ¡úbilo á los buenos y fieles America-
nos, y de placer y gloria á. los i ustos y honrados
Europeos.
j El i\..ltÍsilno, cuya 111anO segura y poderosa se
ha dignado tantas ,reces sostener esta monarquía
en ]a proxilnidad de su ruina, ponga en el mag-
nánimo corazan de V. M. la generosa resolucion
de elecutar esta empresa, y de no elegir para ella
sino á hOlubres capaces y virtuosos!
l\ladrid, 12 de lVlarzo de 1824.

En 14 de Marzo de 1824, pusimos en manOs


del conde de Oralia, secretario de estado, e,~te
inforlne, y ]os cuatro tomos que contenían las
actas del gobierno de Méjico, desde la instala-
cíon de la junta soberana, inclusas las acordadas
por aquellas Cortés, basta mediados de 1823.
Pero el resultado, segun nos manifestó despues
la esperiencia, fué el misnl0 que hahíanlos cal-
culado án tes de enlprender semejante trabajo;
( 112 )

porque di vi.didos los goberna n tes de aquella


época, y chocando á cada paso en sus dictáme-
Des y opiniones, alteraban la armonía del nü-
nisterio, sin pennitir que se hiciese cosa alguna.;
y á pesar de que el conde se manifestó muy pro-
penso á tratar de este negocio con particular
empeño, tampoco se le dejó obrar, hasta que
por último cayó de ]a gracia, y nosotros perdi-
mos toda esperanza de que jamas se verificase,
como en efecto ha sucedido, la gloriosa em-
presa de pacificar y de recuperar el reino de
Nueva Espaila.
No miro por cierto con tanta indiferencia la co-
pia que del lllisl110 inforn1e entregámos al conde
de Puerto Santo; porque no bien la hubo leido,
cuando al InOInen to la luanifestó á la luayor
parte de los individuos del cuerpo djplofilático,
quienes acordáron que se tradujese en francés,
y se renlitiese sin pérdida de tienlpo á los 1ui-
nistros de In San ta .Alia nza en París. Si los gober-
nantes de I\ladl'id hubiesen prestado ]a nl1srna
atencion por el bien COnlUl1 de los Españoles;
si, en vez de ocuparse en perseguirlos, destruir-
los y asesinarlos, se hubiesen ocupado mas bien
en reconciliarlos y nlejoral' su infeliz suerte; y
por últÍlno, si entóuces se hubiesen hecho igllales
esfuerzos para engrosar lasespecliciones qne se
relui tiéron á la Habana en los años de 24 y 25,
( r 13 )
que los que se han hecho despues inútilmente I

para destruir la constitucion de Portugal, vería-


11108 en el día, sin duda, con satisfaccion y gloria
enarholado el pabellon español en el palacio y
ciudadela de Méjico.
Echese pues ahora una ojeada sobre el vasto
territorio de América, y se verá que por efecto
de la inaccion , apa tía é ignorancia del gobierno
de ]a 111ctrópoli, se han establecido en ella una
Jl1ultitud de repúblicas, independientes unas de
otras, pero unidas todas para l1acer la guerra á los
Españoles que intenten alterar el sistema esta-
jJlecido de su independencia. No hay criollo,
gr(inde ni pequeño, rico ni pobre, que no esté
animado de estos nlismos sentÍlnientos; y la in-
nlcnsa rnultitud de quince millones de habi-
tantes está enteranlente decidida á sostener su
enlancipacion á toda costa. "'\Tease por otra parte
flarnear en sus puertos el pabellon de las poten-
cias lllarítinlas de Europa, interesadas todas en
mantener su conlercio directo, aunque sea por
ahora con algunos quebrantos. ~iirese talnhien
si segun el estado actual de la España, sin di-
nero, sin crédito, sin lnarina, sin recursos de
ninguna especie, y lo que es aun peor, encargado
su gobierno á hOlnbres ignorantes y corroDlpi-
dos, y en vista de todo, resuelvase el probleula
de si será posible que en tal situacion pueda 1..1.
( 114 )
España recuperar por la fuerza sus Américas. Es
indudable que la respuesta de todo hornhre sen-
sato estará por]a negativa, y que hahiendose per-
dido las mucbás ocasiones que se le han presen-
tado en el largo período de cuatro años, es ya ne-
cesario que desengañado Fernando de poder
conquistar ahora ni nunca las Anléricas, adopte
un sistema, enteramente diferente, que sea mas.
útil á sus súbditos, y que produzca filas ventajas
, .
a su propIa corona.
Desde que la España tiene cortadas sus rela-
ciones con la América, vé con dolor arruinadas
sus fábricas, paralizadas las artes y la industria,
abatida la agricultura, sin ocupacion la clase
obrera y menesterosa, y el reino todo en la
mayor necesidad y miseria, sin poderse valer,
para salir de un estado tan deplorable, de sus
propios frutos y productos, que en vez de ali-
vial~le empeoran su infeliz y triste suerte. Cual-
quiera empresa que se intente de esportacion, al
momento cae en poder de los corsarios, que, sin
emhargo de no ser realmente Americanos, co-
meten sus piraterías hai o la salvaguardia de las
patentes que conceden aquellos gobiernos á sus
armadores, quienes prevalidos de que no existe
en los puertos de la PenÍnsu]a fuerza alguna nla-
rítima, tienen la osadía de aproximarse á el1os,
llevandose á la vista de todo el mundo los buques
( 115 )

Y sus cargamentos. Por este medio han quedado


perdidas muchas casas de comercio, y las denlas
escarmentadas para no eJnprender semejantes
especulaciones. ¿ Y será prudente perlnanccer
por mas tielupo en un estado tan ruinoso; en el
cual no puede hacerse sin gran riesgo ni el
siulple y pequeño conlercio de cabotage 7' Los
que tal aconsejen n1anifestarán bien claramente
su ignorancia, y darán á entender que no cono-
cen ni sus propi~s intereses. Porque 2. que po-
drán esperar ellos nÍ nadie de un estado pobre y
nlÍserab1e? Preciso es pues convenir en la ur-
gente necesidad en que se halla la España de re-
conocer cuanto ántes la independencia de todas
las repúblicas que en el día se hallen estahle-
cidas en las Américas, no solo para evitar los
daños y periuicios que la causan los corsarios
en su comercio, sino tambien para poder esten-
der este, presentando en el mercado de aquellas
los frutos de sus cosechas, y las manufacturas
de su industria, con el derecho de preferencia
que de justicia la corresponde.
( 1 16 )

CAPITUL'O XI ..

De los ben cios que resultarán á la Espana del


reconocinliento de la independencia de sus an..,
tiguas colonias ..

ENTÓNCES asegurada la poca marina Dlercántil


que ha quedado, por Inedio de tra tados amisto-
sos, durables, y garantidos, si puede ser, por una
potencia estrangera, ofrecerá al comerciante es-
pañol un seguro transporte, y nO trepidará en
arriesgar sus fondos con la espel'anza casi segura
de aunlentarlos, por la preferencia que por la
costunlhre y el uso dan aun aquellos habitantes
á los frutos y artefactos de España. El labrador
y el artesano hallarán, por medio de una justa
venta, la recompensa de sus trabajos, y el el'ario
tendrá el ingreso de que en el dia se halla pri-
vado por la inaccion total en que se halla el giro
esterior é interior de las provincias. Entónces
hallarán talnbien ocupacion útil y productiva
los hombres que en el día, por no tener de que
subsistir, se ven obligados, por la necesidad lllas
que por inclinacion, á conspirar contra el go-
bierno, que uliran conlO su nlayor enen1igo, por..-
( 117 )
que lo consideran COIUO autor y causa princi-
pal de sus desgracias. Entónces, en fin, no hahrá
clase ni estado que no esperiluente las ventajas
que ofrecen las relaciones amistosas con los Ame-
ricanos españoles, con quienes por tales medios
pueden aun renovarse aquellos sentimientos de
ft'aternidad y union que tantos bienes produiéron
á la España antigua y lnoderna, sienlpre que no
se les dé lnotivo a1guno, ni el mas pequeño
recelo de querer dominar ahora ni nunca en
aquellos paises.
No es de nuestra inculnbencia, ni nos hallamos
autorizados para indicar las bases de los tratados
que podrán proponerse por la España á las na-
ciente-s repúblicas; pero sí podemos asegurar
que no dejarán de adnlitir estas cualquiera pro-
puesta que se les haga, con tal de que sea razo-
nable y equitativa, por el gran interes que tie-
nen en legitimar su independencia, que siempre
estará espuesta á sufrir los ataques y vicisitudes
á que pueden verse conlprometidas por las po-
tencias de Europa, Ínterin no reciba la sancion
de España, á la que ninguna de aquellas ha n~­
gado hasta ahora el just0 derecho que adquirió
sobre las Alnéricas por Inedio de su conquista.
Este fué pnntualmente el objeto principal que
se propuso Bolivar, ella oda mandó sus comisio-
rw.dos al gobierno de España, que 1Jegáron ti
( 118 )

Cadiz á lnediados de Mayo de mil ochocientos


veinte y uno, quienes hubieran ofrecido ven-
tajas muy considerables si se hubiese llegado á
verificar poniendo por base del tratado el reco-
nocimiento de la independencia de la república
de Colombia, ventajas que seguramente no con-
cederán en el dia, porque ellos han lnej orado SLl
posesion, al paso que ]a España, con sus con-
tinuos trastornos y revoluciones, ha empeorado
la suya. Posteriormente los lVI e ji ca n os ofreciéron
por medio de su generalísimo Iturbide, en el tra-
tado firmado por este en la villa de Córdoba,
admitir y obedecer á Fernando, ó á la persona
Real que se presentase en aquellos dominios
para gobernar]os. I-Iubiera sin duda sido en-
tónces muy ventajoso para la España haber man-
dado á unü de los Señores Infantes; mas ni las
Cortés ni el Rey se resolviéron á tOlnar partido
alguno, y solo atendiéron todos á conservar su
respectivo puesto que pronto perdiéron aquellas,
y Fernando janlas ha podido permanecer tran-
quilo en el suyo, por no estar apoyado con sa-
bias instituciones. lVlal aconsejado sienlpre por
homhres que todo lo sacrifican á su interes par-
ticular, no se ha tomado hasta ahora ni una sola
medida para mejorar la suerte de la infeliz Es-
paña. Desde 1814, no hemos visto que el go-
bierno se haya ocupado hasta ahora lnas que eR
( 119 )

exigir del pueblo gente, dinero, y toda especie


de sacrificios, que inutilizados todos por la l~ala
direccion y peor administracion, lejos de me-
jorar su estado han empeorado su causa. Tiempo
es ya pues de decidir y resolver cual ha de ser
BU suerte fu tura, y de fijar el rumbo que podrá
seguir en adelante para buscar su subsistencia
y la de sus hijos.
( 120 )

CAPITULO XII.

lJe la importante necesidad en que se halla la


Espaiia de conservar á toda costa las islas
de Cuba y Puerto Rico, por medio de una
adlninistracion justa y arreglada.

PARA que los Españoles puedan reportar las ven-


tajas y beneficios que les ofrecerá el comercio
con las nuevas repúblicas de Alnérica, una vez
que quede reconocida su independencia, nece-
sitan de estar sieulpre en punto de contacto con
ellas. Deben pues mantenerse á toda costa en la
posesion ele Jos puertos Inas inmediatos, para la
seguridad de sus buques y estahlecilnien to de
depósitos. Las islas de Cuba y Puerto Rico son
los puntos que por su posicion estan designados
para esto; mas ante todas cosas conviene sobre-
manera hacer una entera refonna en todos los
ramos de administracion de aquellas islas, por-
que sus actuales mandatarios, seguros de la im-
punidad que les ofrece la singular proteccion de
algunos gobernantes de alto rango en la corte,
cometen todo género de crÍlnenes y escesos) y á
su ejemplo la mayor parte de los denlas emplea-
( 121 )
dos hacen lo lllismo. Prostituida la adlninistra-
cÍon de justicia á la venalidad, á la concusion y
al sohorno, vive cada uno en el ma yor desórden)
y la seguridad y tra nq uilidad de los buenos es
atacada lnuy de continuo por el capricho yar-
hitrariedad de los nlalos, porque estos sielnpre
son lnayores en número, en poder y en riqueza .
Los criminales que abundan siempre de arbitrios
para cubrir sus delitos, echan mano de cual-
quiera, por inicuo y malo que sea, para iustifi-
carse. En 1817, los empleados del arsenal de la
Habana habían estraido y vendido ([) gran can-
tidad de efectos pertenecientes á la real marina,
y para cubrir el deficit que le resu] taba, lo in-
cendiáron: por cuyo crÍmen se les formó causa,
que aun no se ha finalizado despues de diez años,
ni se concluirá probablemente miéntras vivan
los delincuentes, que en el entretanto gozan de
su libertad, honores y sueldo.
No es estraüo que esto suceda" cuando no hay
luedios ni palabras con que dispertar ]a soporosa
y letargada atencion del suprenlo gobierno,
sienlpre ocupado en oir los chismes de los intri-
gantes, y nunca dispuesto á escuchar las sabias

(1) Podríamos citar capitanes de buques mercantes, que han


comprado en el arsenal bajas y cartuchos de cañon á UD precia
muy infimo.
( 122 )

esposiciones de celosos patriotas, ni nlenos las


justas reclamaciones de los buenos é in tegros
elupleados que se ven perseguidos y vejados por
sus gefes indignos de serlo, y que solo pudiéron
llegar á tan alta gerarquía logrando que pesase
mas en el corrompido concepto del ministerio
el oro que estos le presentáron, que no los jus-
tificados nléri tos de los buenos servidores del
estado y fieles vasa Hos del Rey. De una y otra
cosa presentarémos la competen te prueba con la
insercion del papel siguiente.

Avisos oportunos al secretario de estado D. an-


cisco Zea Bermudez, en Mayo de 1825 .
«( En ellos se descubre lo espuesta que está
la isla de Cuba, y principalmente su capital la
Habana, á conseguir la criminal emancipacion
que se propone, por haberse apoderado de todos
los destinos de la real hacienda varios confede-
rados independientes: los medios de que se han
valido para lograrlo, á pesar de estar insol ventes
en sus cuentas de muchos años; y el escandaloso
abuso de conceder prorogas á los deudores á la
real hacienda, eu yos crédi tos á favor de esta
ascienden á sesenta nlil10nes de reales, con al-
gunas observaciones sohre Jos medios de atajar
estos males, y los que ocasiona el sistenla de
depósitos que aun se observa en la Habana.
( 123 )

») Suponiendo que el gobierno esta. positiva-


lnente instl:uido de las ocurrencias que han su-
cedido en las islas de San tiago de Cuba, y sin-
gularmente en ]as de su capital la Habana, en
fines del año pasado de 1822, de cuyas resultas
se hallan encerrados en el castillo dellVlorl'O y de
la Cabaña de aquella plaza sobre seiscientas per-
~onas complicadas en la causa formada contra los
conspiradores; es de creer sepa tanlbien que el
€Xanlen y progreso del proceso, aunque sigue,
ofrece grandes dificultades en su fallo, porque
las ramificaciones que en él se descubren son
n1uchas, y su trascendencia infinita. Sobre la ca-
lidad y accidentes que la constituyen, habrá
die ho lo bastan te el capitan general de la D1isnla
isla; sin enlbargo, el fuego, aunque oculto, no
está apagado: los principales autores de esta
trama estan encubiertos, é inquietos los ánimos,
la lnenor chispa puede sumergirlos en una catás-
trofe, que la imaginacion se estremece al consi-
derar hasta donde puede alcanzar.
») Se vé con dolor una division entre naturales

y Europeos, sin otra causa que no haber tenido


por conveniente los últilllos unir sus votos con
los primeros: conocen las personas que el go-
hierno elige para los primeros destinos de aquella
isla, y esta cire u nstan cia basta para ocasionar ..
los debates; porque los Europeos no quieren
9
( 124 )
pertenecer á los partidos que se han suscitado:
quieren sí estar unidosá la rnetrópoli, pues sahen
que cualqniera paso precipitado llevará en pos
de sí la emancipacion de "la isla. Efectivamente,
la situacion en que se encuentra aquella preciosa
porcion de la monarquía, tan favorecida hasta
ahora de la fortuna, es SU1namente crítica, y por
consiguiente el gobierno de So" M. debe ser su-
mamente circunspecto en las providencias que
tengan relacion con aquel paiso Es necesario sobre
todo que se detenga en el examen escrupuloso
de las circunstancias personales de los empleados
naturales que existan ó envien allí, sin dejarse
alucinar de frases estudiadas y pomposos racio-
cinios, y menos de las recomendaciones que
apoyen sus solicitudes: en prueba de la nece-
sidad en que estamos de exalninar el Índole de
estas recomendaciones, convendrá se teng:lll pre-
sentes entre otras las noticias siguientes.
» De resul tas de haber suspendido el inten-
dente general de la isla de Cuba, Don Francisco
Javier Arambarrí, á Don José Sedano, adminis-
trador principal de la aduana de aquella plaza,
en 1822, por falta de presentar las cuentas de
seis años, previa la reclamacion de la contaduría
mayor de cuentas, que lo gradua en un descu-
hierto de 500 mil pesos fuertes, dispuso SedaDo,
con acuerdo de sus Íntimos relacionados Don
( 125 )

Francisco de Atango, actual intendente en co-


mÍsion, y Don Cla udio l\1artÍnez de Pinillos, la
traslacion de su hijo Don Pedro á lá corte, eOIl
elnn de que sin omitir gasto a]guno practicase
las diligencias convenientes para conseguir la
reposicion de su padre; y lo verificó; con asonl-
bro de los nlÍnistros de contaduría Jnayor, de los
habitantes de toda la isla, que conocen su ma-
nejo y disposicion ácia el proyecto de la inde-
pendencia; y lo que es mas estraño, que al señor
AramharrÍ nada se le ha preguntado sobre los
ll10tivos de aquel procedilniento.
}) A pocos dias de esta escandalosa reposicion,
llegó á la Habana la sa tisfactoria noticia de la
libertad de S. M., con cuyo motivo la confede-
racion de los independientes encontró la bella
ocasion de que Pinillos viniese á la Península
con el especioso pretesto de felicitar al lllonarca,
y al efecto mendigáron todos los votos de las
corporaciones principales de la isla, como que
en ellos tienen el Arango y Sedano una gran parte
de su paren tela.
Se trasladó Pinillos á la Península: en ]a ca. .
pital, cubierto con el cará'cter de comisionado
de Cuba, se le condecoró con la gran cruz de
Isabel la Católica; y cuando se creía que hahia
concluido su encargo, se vió que, lejos de resti-
tuirse á su destino de Qficial real tesorero de.]a
( 126 )

IJabaoa, di1ataba su mansion en ]a corte, y que


su objeto se dirigia á intrigar pa]adinamen te,
para despues CODsunlar los proyectos de la con-
federacion independiente.
») El primer paso que dió y consiguió Pinillos,

fué el que se diese en cOlnision la superinten-


dencia de la isla á su amigo el consei~l"o de lu-
dias Don Francisco de Al'ango, natural y resi-
dente en la Habana, con el doble fin de que este
pidiese en seguida se le relevase de senlejante en..
cargo, COIUO lo hizo, pretestando falta de cono ..
cinúentos en la administracion : de este modo
podia fácilmeo te recaer en Pinillos aquel destino
conlO ha recaído efectivamente.
») Para que esto pudiera verificarse de un rnodo

mas seguro, proporcionó primero el que se en-


tretuviese la -j ubilacion de ArambarrÍ, Ín terin
venia el desÍstirnien to de su amigo Arango , por-
que de otro lllodo habría resultado la vacante
án tes del tiempo ca] culado : en este período,
ocurrió al med io de proporcionar el que el go-
bierno nombrase á su com pañero Don Sebastian
.Ayala, contador oficial real de aquel1as cajas,
para nlinistro de la contaduría maY0l" en el tri-
bunal de cuentas, para que estundo el mismo
Pinillos de presiden te de aquel tribu nal, como
intendente, y su cOlllpafíero de gefe del n1ismo,
puedan quedar glosadas y fenecidas las cuentas
( 12 7)
que, como tesorero que era de aquellas cajas,
tiene ann pendientes desde el año de I? hasta
el presente, y sobre las cua1es se dice públi-
C31nente en la Habana, que él y Ayala eslan
en descubierto de cuantiosos caudales: lo que
hay de cierto es que las cuen tas presentadas
por Pinillos, el año de 21 al 22, fuéron recha-
zadas por el honradísinlo contador mayor di-
funto, Don Francisco Barrutia; que este íntegro
ministro las marcó y desechó como inforlllales;
y aunque Pinillos, cuando desempeñaba la inten-
dencia por muerte del propietario Ranlirez, in-
sistió en que se le glosasen prevalido de la pre-
sidencia del tribunal, Barrutia sostuvo no ha-
llarse aquellas en disposicion de finiquitarse, ha-
ciendole conocer de paso, que no debía preva-
lerse de las ínsulas de presidente para mandar
lo que no debia como tal, porque eran incom-
patibles las cualidades de juez y parte.
) I~n tal estado quedáron y estan en el dia las
cuentas de Pinillos; y viendo este frustrado su
plan, no quiso deselupeñar por entónces las
funciones de la tesorería, por mas que el inten-
dente A rambarrí le pidiese y aun mandase pasase
á en cargarse de ella bai o su responsabilidad: se
evadió de estas disposiciones, pretestando enfer-
medades, y retÍrandose al campo; la enfermedad
no pudo ser lnuy grave, supuesto que no le ha
( 128 )

jlTlpedido el verificar un viage largo y penoso


á la Península.
» Dispuso y ha conseguido Pininos que su va-
cante de tesorero, por su ascenso á 1a su p-erin-
tendencia, 1a ocupe su cOIllpadre Don Próspero
Amador Garcia, á quien dejó á su salida en ca-
lidad de sustitll too Este proyecto realizado en
todas sus partes hace evidcntem~nte conocer á
los que esta n en la historia de la confederacion
de la Habana, que poniendose á la cabeza de la
superintendencia el mislno Pinillos, á la de la te-
sorería Amador Garcia, y á la de la aduana Se-
dano, todos paisanos, compadres y contribu'yen~
tes al viage y dispendios del priluero, no so]a-
DIente saldrán sus eu en las atrasadas perfecta-
l11ente liquidadas, sino que llevarún su aproba-
cion al canto; á filas, para lo sucesi vo quedarán
tOlnadas todas las avenidas de la real hacienda,
graduandola COIUO UD patrirnonio particular y
privativo de sus bolsillos, sin que el capitan ge-
neral de la isla pueda disponer de solo un nlara-
vedí, puesaun cuando no falten fondos y loshaya
en las cajas superabundantes para las atenciones
de la isla y otros objetos in1portantes, sienlpre se
le escasearán, con el fin de obstruirle toda clase
de operaciones, ya se concreten á lo nJilitar, ya
á lo político. Por no haher rernitido PiniJlos, con
la oportunidad que demandaban las circunstan . .
( 12 9 )
cias, la cortísima consignacion de 300,000 pesos
al ejército de Costa Firme, tuvo que capitular y
abandonar el general Morales el Ílnportante
punto de l\1araca ybo ; y es bien cierto que;¡ si se
hubiera conservado, no hubiera progresado Bo-
J] var e n el Perú.
J) Entra en el plan de los confederados la
continuacion del sistema de depósitos dispuesto
por las Cortés, y sobre cuyo establecimiento
tanto ha ahogado Pinillos. Los depósitos de la
Habana solo ~irven para la ocnpacion de por-
cion de elnpleaclos inútiles, dotados con gran-
des slleldos; y 10 que es peor, para que tenga
lugar una defraudacion asombrosa, porque allí,
leios de verificarse el objeto de el depósito) por
el contrario sirve este para surtir la isla furtiva-
mente y con ellnayor escándalo, siendo consi-
guientes los periuicios que sufre la real hacienda:
el estahlecioJiento de depósitos debe pues supri-
núrse en la IIabana, del mismo modo que se ha
verificado en la Península) y que los cargamentos
que entren en los puertos de toda ]a isla se re-
gistren y paguen los derechos establecidos (().

(1) Eslrañarán nuestros lectores que los depósitos que tanto


favorecen al comercio eu otros paises, en los dominios de Es-
paña vengnn tí ser tan perjudiciales; maS i que cstablecimlcnto~
ni que cosa, por huena que sea, podrá ser útH , si el alwso y la
malici a in \'ierte~ el fiu y obj eto de su instituto! (l'/ota del au.tor. )
{ 130 )
lIay otro negocio qne no es de menor consi-
deracion que aquel: en la I-Iabana se dehen en
]a actualidad al real erario mas de tres millones
de pesos fuertes; estos deudores son corner-
ciantes y hacendados, el reintegro se dilata hace
años, por las prorogas que se les con cede; la ope-
racion sufraga 12 por ciento dedicados á los que
la autoriZHn, que son los oficiales reales infor-
Dlantes, y el intendente, que esel que dispensa la
proroga : sen1ejantes respiros y sufragios no se
pusiéron jan1as en práctica en la Ifabana, hasta
que el señor Pinillos Jos estableció en el tiempo
que desempeñó accidentalmente aquella inten-
dencia.
» Juzgue ahora el gobierno los gravísimos per-

juicios que ha sufrido y sufre la real hacienda


con semejante disposicion, y cuantas medidas
políticas se han obstruido en aquella interesante
isla por el pretesto de falta de caudales en aquellas
cajas, cuando estas en buena administraclon
no pueden estar escasas, digase lo que se quiera
en con trario. Tampoco puede decirse con ver-
da.d, que los deudores son insolventes, porque
se sabe que todos son hacendados y IDUy pu-
dientes: acaba de fallecer uno de los deudores,
que lo era Santa María, rico comerciante y ha-
~endado, cuyos bienes esceden del va]or de
9° 0 ,000 pesos fuertes, y debe á la real hacienda
( 131 )

TIlaS de 7°0,000; pero ha dejado por heredero al


adn1inistrador Sedano, quien despues de haberse
entregado de estos cuantiosos bienes, se atreve
á solicitar de ]a superioridad se le admitan
12,000 duros anuales para redimIr ]a deuda que
dei ó aquel; y esto siendo constante que uno de
los ingenios que ha dejado produce anualmente
TIlaS de 600,000 pesos fuertes. Los agen tes de
Sedano se jactan de que tendrá lugar, y que será
adnlitida esta proposicion, usando de los resor-
tes que usó el hijo para la reposicion del padre,
que consiste, conlO ellos dicen, en distribuir al-
gunas SUIl1as oportunanlente} lisonjeandose que
en España no se conoce el curso de los negocios
de la Habana, y en todo evento es muy fácil
desvanecer cualesquiera dificultad que pueda
ofrecerse. Al tenor de este asunto creen son los
delnas que se procuran zanjar y concluir en la
corte, en donde efectivamente, si hemos de ha-
hlar con verdad, se carece de todos los conoci-
mientos que deberian tenerse con relacion á
aquellos paises; por consiguiente, DO es muy di-
fícil el que se engañe frecuentemente á los altos
funcionarios.
)) Pinillos vino dispuesto y decidido á conse-
guirlo todo á costa de sacrificios; no sé sí ha ha-
bido algun sufragio para la concesíon de la su-
perintendencia, á pesar de que se ha hablado
( 132 )

lnucho; en lo que no cabe duda, es en que Pi-


nillos ha terminado su plan del modo y en los
térnlinos que se propuso; que ha hecho enOl'lnCS
gastos, y que su proyecto se consumará en la
Habana, en el tienJpo y circunstancias que con-
vengan á la confederacion, cuya época acaso no
está Inuy distante .... »
Este papel ó inforule, que tambien tuvo Fer-
nando y su hernlano Don Carlos, presentaba al
gobierno razones y motivos suficientes para pro-
ceder cuando ITlellOS al eXall1en é investigacion
de los abusos que se indicaban; mas el ministerio
de hacienda de Indias, que en todo parece ha
estado sielnpre de acuerdo con Pinillos, nada
hizo, y ha permitido y consiente que el desórden
con tinue, dejando abandonados al arbitrio de los
perversos los in tereses de la real hacienda. Helllos
visto por dicho papel, que esta se halla en el gran
descubierto de sesenta lnillones de reales (tres
millones de duros); 111as desde entónces acá no
se ha visto tomar disposicíon alguna para que los
deudores paguen y satisfagan lo que deben, no
obstante de que los H138 de ellos son individuos
que pertenecen á la clase rica y pudiente, como
nos lo demuestra el contador ordenador de aquel
tribunal de cuentas, Don Juan l\1igllel Calvo, en
su re]acion que original existe en nuestro poder 1
y que á lal e lra es COIllO sigue.
( l33 )

Relacion de los grandes defectos que padece la re-


caudacíon y distribucion de la real hacienda
(le la plaza de la l/abana, con trascendencia al
resto de la isla, desde l/g8 hasta 1820.
Entre otros deudores constantes del año J820, son
los siguien tes.
El señor Don Francisco de Arango
Parrello, intendente actual de real ha-
cienda, por si, y por varios otros en
quienes repartió las tierras del Vínculo Pesos.

de l\le)lreles ................................... "....... 10,814


El luismo por sí, y por su primo el
ex-tesorero D. José de Arango, en tern-
poralidades nlas de 30 nlil pesos... ........ 30,000
Don Anastasio Arango Castillo, ac-
tual director de ingenieros, por réditos
(le solares realengos, y esta partida
olvidada en apéndice de la cuenta de
aduana......................................... ........... 6,7 2 9
Don José de Arango Castillo, pOr'
su descubierto (le tesorero de ejército
bien sabido? y se aclvierte que esta par-
ti{la no está en Ja cuenta de tesorería
de 820. ................................ ........ ...•. ....... [90,000
El 111ismo, por 158 hospitalidades de
UIl cria(lo ................................... "........... 49 1
( 134 )
Suma de la vuelta .... 237,592 1
Don Juan de Arango Pacheco, deu-
dor á diezmos.
Por el ranlO de menores
,
en tesorerla o •••••••••••••••••••••

E 1mismo por depósl tos


generales de diezfilos en
administracion ................. 16,635 3 J/~

El sellor Don Francisco Figueras de


,r;¡rgas, asesor que fué de esta lnten-
(lencÍa, y por él su bijo Don Manuel
María Flgueras ') actual fiscal de la real
hacienda, por alcava]a en la aduana..... 540
El mismo ídem, y sus herederos, el
actual fiscal, su madre é hijos, por la
conlpra del realengo Sibarimar, es por
tesorería... ... .... ... ....... ............. ......... .... .... 8,.240
El misnlo ó los mismos') por el prin-
cipa.l de 589 pesos 3 tI? reales de la com-
pra de un paño de tierra en arcos de
e ' J'
anaSI, reultosI
por tesorer13 •
................ .
- _.. _--

Corre espediente en el tribunal (le


cuentas., de la alcavala de una casa que
vendió á Cruz Muños.
El señor D. José de Fuertes, difunto,
( 135 )
por alcavala de la venta de un in-
genio de Doña Ana Gato á Don
J oan Ster, con varios traspasos y
endoses ilegales ..... > . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " , •• , .

La real factoría estinguida por


alcavala de tierras, que repartió á
diversos que DO se espresan en la
cuenta de aduana de 1820.............. .
La nlisnI a ",. 11. " .. ,. • • • " " • • 11 11 " " • • 11 .. " .. 11 11 fIi ..... ti " , " .JI 11 11 • •

Idenl la dicha ............................... .

El señor Don José Sedano, ac-


tual adnlÍnÍstrador general de esta
aduana, por alcavala de parte de un
cafetal que compró á Don José 1Vla-
zot, letra por deuda en su cuenta de
1820, pendiente de pago de 1807... 930
El nlismo, como 11eredero del di-
funto Don José Santa María, han
recaido á su responsabilidad las par-
tidas siguientes en oicha cuenta.
Santa ~laría, por el tabaco que
compró para llevar de su cuenta al
repuesto de la provincia de Valen-
zuela, en pesos. .......... 5,024
Por derecho de adua-
( 136 )
Sunla de la 'Juelta.... 5,024
na de diversas consi-:--
gnaciones Dlercantiles. 13,818

Santa 1\iada POl- de-


rechos de aduana......... 657 5
E] dicho por ídem... 507 1
El mlsmo ................ , 2,093 2 t / 't.

El propio. ......... ... ... 121 5

Idem ...................... III • • •

Otras deudas de Santa Marla,


que carga Sedano.
Santa 1\1ada, por la compra de vÍ-
veres de todas las fortalezas, no se
dice el año, pero se haBa el cargo en
cuenta de tesorería de 1820 .............. 134,113)) ¡/o;
Santa María, por alquiler de un
harracon del Rey, que ocupó por
tesorería ......... O" . . . . . . . . . . . . . . . ••• •••• . . . . . •••••• 540

-
Santa Maria, por esceso que re-
cibió en los azogues que vendió á la
real hacienda,y se renlitiél'on áNueva
España, cuenta de tesorería............. 4,47 5 7
Santa María, por el principal de
--------
( 13 7 )
Suma de la puelta.... 4,47 5 7
264,747 pesos 5 reales que recibió
en esta tesorerJ a general en 1800,
para remitir á Veracruz, y no lo ve-
rificó, y luego se obligó á pagar ré-
ditos ue demora, los cuales con el
prll1cipal, hasta 13 de Octubre de
8 r 9) segun cuenta 820 de teso- oe
rerÍa, imp orlan.. ........ ................... .... 411,055 2 1 I~
Santa ~laria ') por resuJtas de los
500,000 pesos que recibió en esta
tesorería general de que estan pen-
clientes ............................................... 237,913 3
Santa lHarÍa, por e] a]quiler de uu
aln13cen de la casa de correos, á 80
pesos cacla mes, y se pagáron por
,
tesorerla ..... ,.o •••• 3,07 2
4 • • • • • , • • , , 1 1 _ • • 1111 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ))

Pesos ....... .

Don HODorato Buyon, coman-


Oante de ingenieros del real arsenal,
por alcavala de un ingenio que com-
pró eu Xagua........... .............. ..... ...... 1, 36 7» l/ <¿

Don José Ovando, que fué sar-


gento mayor deesta plaza por alcavala. 9° 1 2. J /:l
Don Juan Francisco de Miralles,
como yerno y heredero del coronel
D. Ignacio de Acosta ') por alcavala... 57 3 1

57 3 1
( 138 )
Suma de la vuelta .... 57 3 1:
El mismo, por deuda de los 5C)82
pesos 4 reales del dicho Acosta, que
siendo comandante del castillo de
Matanzas, se hizo cargo en 1799 de
varios víveres de él, Y no ha reinle-
grado á la real hacienda á quien per-
tenecian los que salen al márgen .....
5,813 5

Nota. Es tanlbien respousable,


COU10 heredero del difunto Don J u-
lian Fernandez Ploldan, que tiene
pendientes varias cuentas') y sin pre-
sentar las de 813 y de 814 de teso-
, gellera 1......................................
Tefl3 22. 6,12,)
Kl
j)

Don Angel Rarnirez de Arellano,


por alcavala sin pagar, protegido de
su hernIano el juez de letras de ha-
cienda Don José .............................. . 2,490 »)
Tiene pendientes Arellano mu-
chas responsabilidades eonlO juez de
letras.
Doña Josefa y Doña Feliria Jau-
regui, por la adjndicacion ó venta de
. .
un IngenIo ............ .. I ............. ~.I • • • • Il . . . . . , _ . 12,000 »)
Don M~lnuel Betancourt., difunto
oficial mayor de la aduana, por al-
( 13 9 )
cavala pendj en te ............ ,...... ·.······,····
]~l señor Don Bernabé NIartinez ---~~-
de Pinillos, padre del señor Don
CJaudio 1 tesorero de ejército, que ha
sitio interino varÍos años., por alca-
val a ell adua 11a . . 41 • • " • • .1.4; • • • • • • \111 .... " ..... '" •• ,41 I lo . . .

El dieho señor Don Claudio, por


derecho de aduana............................ 5 6
No se sabe de otras, y sí de que
oebiendo 35,000 y 111as de 70,000 á
la aduana, está solyente con certifica-
ciones de créditos adquiridas por
nledio de compras, sin calificar como
se previno en la gracia de cierta real
órden.
Ilemlos 226, 123 pesos de losres~
pectivos de 812 de tierra.
Item datas sospechosas de 816 de
70,000 pesos.
Don ·Wenceslao Villa Urrutia,
por alcavala de lln cafetal que com-
pró á Cuesta Manzanares, y hermano
se ha dicho que era, por el intendente
Don Alejandro Ramirez, y se debe
la alcavala en aduana ....................... .
Don Pedro Juan Erice, por rédi-
tos del ingenio San Cayetano, de va-
rios años .. , .............. "........................ 8,602 1
+

ro
( 140 )
D. José Sastre, mariscal de ca,mpo
de cuartel, por alcavala 'en id.......... . 1,0 [7 5

El señor conde Orrely id. id........ ~ 1,080 )J

Por aduana ........ ,., ............ ,,'I'" . . . . . . . . . . . . . 25 •J


.)

Por tesorería, réditos del Corral,


, don d
llaV'lO '
e tIene . . ............... .
Ingenio 300
El mismo por tesorería sin espfi-

ca el 011 .. '* 11 .. "ti . . . . . l . ti • • • » .... iI "' . . . . . ".. " , t " • • • • • • " ..... .. " t • f 4 ~ 111 ti 3,600 "
Nota. Debe tambien por alcances
de cuentas de los de Don Simún
Ayala.
Don 1\lariano Carbo, comerciante
fanido, debia á la aduana los lUU-
chos miles que cons tan de las encn-
las, y en su embargo entráron entre
otras fincas dos ingenios que se rema-
táron') y de ellos se deben los princi-
pales y hasta las alcavalas en aduana
que siguen .............................. oo. . . . . . . . . 150,000 ))
Don Antonio María de la Torre
Cardenas, secretario del capitan ge-
neral, y sus hermanos como herede-
ros de Don José María, su padre,
rem atador de uno delos dichos ...... .
Don Ignacio Anobega por alcavala
del otro. 11 •••••• , ............. , •••••••••••••••• , • ., • • • • •

Don J oaquin Perez ,de Urria, co-


( 141 )
merciante rico por el alquiler de tres
'j

barracones del Rey ......................... .


Ton'rus, Catalan, que remató los
víveres de vorias fortalezas, quedó
debiendo por tesorería. .................... 16,128 3
Los señores títulos de CasLiUa por
sus lanzas corrientes y atrasadas, li-
quidadas en 820 por total................ 55,626 4
Don Nicolas de Rivas relnató unos
solares realengos estramuros en el
manglar de Jesus María, por 6,722
pesos 3 i/4 rea]es l y debe en 820 de
SllS rerd"lOS
t ••..•••••••••••..••....••••.• 1,882 5
Don José Placencia Rubio., por
1 1 ~46o pesos 4 /::t reales de tierras.,
I

y debe de réd itos ..... " . " ........... .


Don José Morera id...... .. '" ... .
Don Tadeo Aljovin, por el re-
lnate (le la diversion de peleas de
gallos ............. "..................... .

Por novenos reales vacantes,


mayores y menores.

D. Domingo Ro-
may ................... 14,2<)1 6 '/a
El dicho ....... ,_.. 2, 1 1/.

16,861 })
( 142 )
Suma de la JJuclla. 16,861 «

El propio...... ... 3,003 7 J/ ~


El dicho por espo-
lios...... ..... ........ 3,339) 'Ij'l- 48,231 3
El dicho por de-
pósitos ..... 'J....... ... 25,027 3

Don Francisco Barja Lima, des-


pues marqués de Santa Olalla, por
sí y Don Donlingo Ugarte, por nove·
110S reales ....... 11 "" ............. 111 .............. ..
19,803 3
Los dichos por menores .......... . 11,477 6 i/~
Idem por depósitos generales ... . 39,464 7
Don FeJiz Lopez de AyIon por las
vacan tes menores de la catedral de
Cuba, de quien fué apoderado ..... .
La catedral de la llabana por do-
natlvoS que no cunlp l'10, ............. .
o
12,000 »)

Don Antonio ~Iorejon ') difunto


por es poli os " ..... · ... · . . . .. · ......... · 19,4 13 4 r/~
El mismo por id. ................. . 9,729 2
El dicho por depósitos ........ ' .. . 88,526 7
Don José de Zequeira y Palma,
que dejó varios ingenios y la deuda
oel descubierto de Don Gregorio Fe-
li pe Romero, adnlÍnis trad 01' tesorero
que fué de Villa Clara ..... ' ......... .
( 14 3 )
Reuníon .
Deuda de aduana de 1820 ...•.. 1,414,935 4
ldemde tesorería del nlis1110 año. 1,7 53 ,35 7 6
Tola] deuda en pesos ... · ..... 3,168,293 2

AUDlento á las dichas de la de


los repartos á la cuenta del señor
Don Julian, deuda oe Carbo y de
los Betancoures ...... · . · · · .......... 385,40 8 ))

:3 ,553 ,34I 2
-
Los con tenidos en esta relacion son los deu-
dores de mayor carácter, y debe en tenderse que
los demas, no teniendo alguno; son verdadera-
mente ricos de que de continuo usan del cohecho
para no pagar y hacerse nlas ricos, fOlnentando
sus haciendas como es notorio.
La confusÍon y desórden de estas deudas exigió
!

el acuerdo de j 2 de Agosto de 1822, que ha que-


dado sin efecto ni curso alguno, por la recusa-
cion que hiciéron y a dlnitió el tribunal sin causa
á los herederos del adJuinistrador general Don
Julian Fernandez, que murió siendo intendente,
habiendo sido contador oficial real áotes y res-
ponsable á va rios años de cuentas, y aLl n si n pre-
sentar las de 813 y 8 r 4 de tesorería, que valen
nluchos millonef:i de pesos fuertes.
( 144 )
Se dió informe por la Mesa de memorias por
la fa 1ta de estas cuen taso
Nota. Se aumentan mas de 8,92.5 pesos, que
valen 393 quintales de pólvora, á 25 pesos, que
deben á ]a real hacien da Don An tonio y Don
Tomas Betancourt, cuyos bienes tienen sus he-
rederos, entre los cuales es Don Buenaventura
Betancourt, y su padre. Hay real cédula en el
tribunal de apelaciones del año de 1773, que
manda su pago ................... "... 8,g25 pesos.
Nota. Que estas deudas ¡amas se disminuyen,
sino se aunlentan de un año á otro, porque de
los adeudos corrientes queda siempre mayor
rezago que lo que suele cobrarse de lo atrasado,
etc. Habana, y Octubre 1 I del año de 1 826. ~
JUAN MIGUEL CALVÓ.
Nota. Esta es una relacion en sucinto de los
desórdenes ese esos y desfalcos que hay en la
real hacienda de la Habana, y tengo presentada
al capitan general, ofreciendo hacer mayores
descubrimientos; pero apénas se le da curso,
en perj uicio de los reales intereses: Habana) fe-
cha ut supra. - JUAN MIGUEL CALVÓ. »
He aquí el testimonio auténtico, y ]a prueba
111aS convincente que nos demuestra hasta la
evidencia la mala versacion de losfondos públicos
en la Habana. La criminal conducta de los que
intervienen en seluej antes dilapidaciones, no.
( 145 )
podía ignorarla el ll)inisterio de Indias, porque
todos los años ha tenido ó debido tener un es-
tado y razon exacta del descubierto en que se
haBa la tesorería general de la Habana: ¿por que
pues á la vista de tales desórdenos no ha dictado
las providencias que sabiamente estan preveni-
das por las leyes de Indias y ordenan7!a de in-
tendentes? ¿ Por que, en vez de sostener las justas
providencias del benemérito intendente, Don
FraDcisco Javier AralnbarrÍ, se separó á este. de
aquella in tendencia para colocar en ella interi-
namente á D-onFranciscoArango, que, como he-
nlOS visto J debe tantas SUlllas á la real hacienda?
l Por que en fin se confirió despues]a propiedad
de la núslna intendencia á Don Claudio Pini ...
] los? ¿Era acaso este el único hombre que hahia
en los dominios de España, paTa desempeñar la
intendencia de eiército de la isla de Cuba? ¡ No
habia centenares de Europeos ln3S beneméritos,
mas ca paces, y men os sospechosos de ideas de in-
dependencia, que Pinillos 7 Pero aquellos nO ]la-
hian acumulado como este las sumas que eran
necesarias para satisfacer la codicia del ministro
Ballesteros, y de su oficial. mayor Pedroso. Bien
claramente indicó esto misu10 al gobierno el
autor del precedente papel, y lnuchomas aun
el honrado Cal vó en todas sus representaciones;
mas estas, en vez de ser atendidas y despachadas
( 146 )
en ;usticia, quedáron por mucho tieulpo sin
curso y detenidas en el bufete de Pedroso, quien
falt~ndo al sagrado del sigilo y secreto con que
deben ser tnirados por los ernpleados todos 10B
negocios del gobierno, las manifestó, en 1824, á
Pinillos en la mÍslua secretaría en donde los ho.-
llámos varias veces en -]argas conferencias. En
estas fué que acordáron y resolviéron ámbos
consumar ]a perdicion del íntegro y fiel Calvó,
á quien ha perseguido Pinillos desde su arribo
á la Habana , hasta ponerle preso en el castillo de
la Cabaña, por un decreto tan inicuo é injnsto
cOlno]os tortuososmanejos(r) de que constan-
tenlente le ha acusado Calvó. Vense pues este
decreto:

(1) Ahora mismo 5~ estan cometiendo estos mismos csccsos.


D. Joaquin ArrÍeta, dependiente de la cnSa de Pinillos) cC mpró1

en la Hahana certific;:¡cione~ de crédito espedidas por las cl1jas de


Caracas, cuando estéis estaban bnjo al domÍn:Jclon csp::l!wl<1, con
el descuento de 80 y 90 por cicnto, cuyo impone 3scÍeode á
trecientos cincuenta mil pesos. Despues ha mandado un comi-
sionado á Madrid para impetrar una reLll árden á hn de que di-
,
chas cerlificaciones sean pagadas por su íntegro Vedor y con pre~ .:
rercncia. En menos de 1. 5 días fué especHeb esta por el mini.:-{('rio
de hacienda de Indias, es decir) por Hall esteros, quien no con-
tento con esto recomendó á Pinillos en c8rla particular su p1..m-
tuat cnm.pEmicnto] y 10 mismo hiciéron el oficial mayor PCdfOSO,
y el cnc:J.rgado del negociado de la Habana Don José l\hrÍa del
lHo, ~uyos papeles tuvo ]a debilidad de manifestar el comÍsío-
( 147 )
}) Acreditandose suficientemente de lo obrado
en este espediente, que el contad-or Don Juan-
lVliguel Calvó es un mal servidor del Rey en su
destino, y que su carácter inquieto y revoltoso
se ha ocupado en todos tienlpos en inventar ca-
hllnnÍas á sus cOlllpañeros y á sus gefes, diri-
giendo representaciones depresivas al alto go-
hierno deS. 1\1., Y que él mismo ha exigido copias
que se hallan en la actuacion, J que no solo se
dedica por sí á tan abominahles elllpresas, sino
que escita y seduce á otros empleados á que ha-
gan lo mislllo; de que es un cOlnprobante el
órigen del actual proceso, con lo cual se ate-
lnorizan los funcionarios pacíficos y honrados,
produciendo n1alcs interiores en las oficinas, de
111ucha gravedad j y en gran perjuicio de los in-
tereses de S. 1\1. : no debiendo permitir que un
perl urbaclor selllej an te continue in troduciendo
el desórden, la Ínsubordinaclon y el desaliento
en los enlpleados, pues faltaría á la estimable
confianza con que el soberano me ha encargado
el Dlejoranliento de su real }Jacienda en esta
isla, que por su desgracia se halla en el mas la-

_ .•. ~----~------~----~--

nado állLes de embarcarse en Santander. Y preguntamos ahora:


¿ ,serian ;:te {1SCl tan ,'igilantes en el cumplimiento de la real órdcn ,
SIno se les hubiese ([<ldo ú ()frecldo parte de la gran ganancia
de est~ especulacion de peculato ?
( r48)
mentahle estado, sin enlbargo de que por can-
~ecuencia de esta propia estraordinaria autoriza-
cion podia separar de su empleo á dicho conta-
dor Don Juan Miguel Calvó, con los indicados
f:Jlldamentos, y por lo convencido que estoy
d~ su inutilidad en el servicio; con todo procu-
rando limitar mis disposiciones á lo mas urgente
del mOJnento, y no dar lugar á que con otras
medidas dilatorias los males se hagan difíciles de
remediar, he deterlninado se sobresea en este
procedimien to, suspendiendo al citado Calvó del
ej ercicio de su empleo y de la mitad elel sueldo
que disfruta, hasta la resolucion del Rey nuestro
Señor, á quien daré cuenta inmediatatnente en el
infoflne oportuno. Y no siendo de menor tras-
cendencia é importancia los daños que esperi~
mentarian en dejar impugnes los abusos con el
referido contador Calvó, que ha salido á su de-
fensa en este i uleio; y si la sOlnhra del recurso
legal de mi inhibicion Ine ha injuriado atroz-
mente, atropellando aquellos respetos y con-
sideraciones con que deben ser tratadas las au-
toridades para mantener la fuerza moral que es.
indispensable á la conservacion del órden y de-
pendencia de los subalternos, no pudiendo lle-
gar á mas alto grado los deméritos con que me
insulta, en todos los pedimentos que ha produ-
cido, en un lenguage destemplado y atrevido:
( 149 )
~iendo por otra parle públicas notorialnente las
causas que ha pretestado para mi inhibicion,
comO 10 cOlnprueban los irl'efragables docu-
lnentos que se han agregado, en cunlplimiento ..
del despacho que proveí con fecha 13 del ac-
tual, conceptuando de nlía imprescindibles de-
])eres contener tales demasías de supuesta tras-
cendencia á los demas, y siendo preciso usar
en este caso particular de las facultades que se
lllehan concedido por real órden de 10 de ~fayo
de 1825, destino al espresado Don Juan ]\¡liguel
Calvó á una de las fortalezas de esta plaza basta
la resolucion de s. ~f. , Y pasese el correspon-
dien te oficio al escelen tísirno señor gobernador
y capitan general, para que designe la del Morro
ó Cabaña, si en ella hubiere proporcion para
mantener el arrestado en seguridad. Se encarga
al escribano del juzgado su conduccion con el
a uxilio de dos guardas, y que precisamente
entregue á la persona que señalan los señores
mayores, y á los señores m.inistros generales por
lo que toca al sueldo que debe ahonarse en lo
sucesivo al empleado suspenso. El mismo es-
erihano á la mayor brevedad pondrá en secre-
taría dos compulsas de estos autos por duplicado
á los fines convenientes, dandose cuenta luego
que se haya realizado.
y lo traslado á U. S ..para su inteligencia y efee·
( 150 ,
tos consignietJt~s en la p.rtt! que les toe.. D-.
guarde R U. S. muchos año! . Habana, 26 ée N.-
vielnhre de J 826. - CT. . AU'DIO MA.'RT1NEZ DE PUl)-
IJLOS. - Señores ministros generales.

Es digno de notarse que los crímenes y delitos


que motiváron esta providencia se reducen á
que Calvó es de un carácter inquieto y revol-
toso, sin q lle se le inl pn te la mas mínima sospe-
cha de infidente en el desempeño de su nünis-
terio, y que habiendo servido balo las órdenes de
tantos intendentes, solo Pinillos le ha hanado la
falta de inquieto y revoltoso, de donde se deduce
claramente que Pinillos se valió de este pretesto,
que es el único recurso que queda á los gefes
injustos y lDalos, para no ser censurados por sus
subalternos en sus accesos y demasÍas. Entretanto
Calvó se halla injustamente atropellado, y para
sincerar su honor y reputacion, se ha visto pre-
cisado á dirigir al Rey varias esposiciones" Dice
pues en una de ellas:

El rayo de la venganza mas atroz y salvage


acaba de estallar sobre uli cabeza y sumirme en
UD horrible abismo· de desgracias no merecidas,
que solo elbrazo poderoso yj usto de V. M. puede
hacer desaparecer, como lo espero en cuanto He-
( 151 )

alten
b
á su conocimiento mis desdichas. Cuando
representé á V. M., en 3 y 6 de Octubre del cor-
riente año, los males con que me amenazaba
la intriga del in tendente Don Claudio Martinez
de Pinillos, contador mayor Don Sebastian de
Aya1a, y de rezagos Don V'entura Betancourt,
no preveia yo que 'llevasen ta n adelante sus atro-
cidades.
Hoy me ticne V. M. preso en el castillo de la
Cabaña, al otro lado de la bahía, suspenso de
empleo y medio sue Ido has la las res ul tas de V. M.,
Y lo que es mas doloroso para mi leal corazon,
declarado Inal servidor de V. M., perturbador
de la oficina, calumniador de luís compañeros,
inútil para el real servicio, y cuanto la negra saña
hizo vomitar contra mí en este decreto, que en
copia acompaño á V. M.
¿Es posible, Señor, que á los sesenta y cuatro
años que cuento de edad, y cincuenta y cuatro
y s~is meses de servicios, se haya venido á reco ...
nocer que soy mal servidor de mi Rey? ¿ Es po-
sible que se me haya tolerado hasta hoy en Ja
oficina, y que hasta hoy no la haya revuelto ni
perturbado el órden de e)Ja ?
l Es posible, Señor, que yo Jlaya sido siempre
díscolo, y que no me haya ejercitado en otra
Cosa) cuando he ordenado y glosado nlas de 600
cuentai, helacado alcancei de gran consídera-
( 152 )

cíon eh beneficio del erario, le he proporcio ...


nado crecidos ahorros, rorolado estadísticas de
toda la isla, atendido á la recaudacion de los
reales intereses mas de dos años en la ciudad de
Cuba, estendido mas de 300 inforInes y consultas
en asuntos del real servicio, ordenando archivos,
hechos inventarios, reg]amentos, instrucciones,
libros de la razon general, y asistido á entregas de
papeles? ¿ Cuando serví en la importante comi-
sion del visitador Don José Pablo Valiente con
esmero y eficacia? ¿ Cuando jamas he cesado de
reclamar é instar para que se sirva bien á V . 1\'1.,
porque haya exactitud y pureza en la recauda-
cion y adnlinistracion de vuestro real erario, y
que se glosen con escrupulosidad las cuentas,
que es el modo de que no haya fraudes?
l Es posible, Señor, que con tan horribles ca-
lumnias é imposturas se pretenda denigrar mi
conducta y no torios servicios? ¿ Es posible, Se-
ñor, que así se i uzgue ·á un fiel vasallo de V. M. ,
que ha encanecido sirviendole? ¿ Asi se respeta
el nombre augusto de V. M., atropellando bajo su
sagrada invocacion un empleado hel1enlérito que
hasta hoy ha merecido la aprobacion de V. M. ?
¡ Que ejemplo, Señor, tan desastrado para la isla
de Cuba! V. M . , al deber á la divina misericordia
la recuperacion de su legitimo poder, restableció
las antiguas leyei de la monarquía, porque ellas
( 153 )
eran necesarias para la felicidad de la nacio~, 1
encar.ga constantemente á todos los jueces y ma-
gistrados su rigurosa observancia; ¿ mas por cua-
les se me ha juzgado á mí 1¡ Ay Señor! es horro ..
roso este procedimiento, es hijo de la venganza
mas cruel y desapiadada, y fomentado por la in-
triga mas negra y depravada: mi delito es desear
el buen servicio de mi Rey y Señor, y tres leones
de avaricia y rapacid·ad se han echado sobre mí
pa ra devorarme; pero i ah ! que le hacen á nOln-
bre de V. 1\1., Y esto aumenta el horror de la ¡n-
i usticia, porque ¿quien puede tolerar que así blas-
fenlen del nlas j listo de los reyes, cuhriendo con
su nombre iniquidades inauditas?
No se ha observado ley algu na en mi conde-
nacían: se me ha destituido de honor, fama,
empleo, sueldo y libertad, sin ci tarme, oírme,
hacerme cargos, ni pedirme descargos : ¡ que
digo! sin siquiera adnlitirme escritos en su de-
fensa, pues uno ú otro que pude presentar fué
á viva fuerza, porque los escribanos, prevenidos
Ó parcia1es, rehusaban recibir cosa que fuese
con tra el intenden te.
Asi he sido condenaJo, Señor, y solo he Lal'-
l'untado que con infol'llleS secretos y hOl'ribJe~
falsedades de rnis mortales enenligos Ayaia y Be-
tancourt, se ¡ue ha hecho aparecer dt:lincueute
de delitos que no Le iOlaginado : l1i.1U oc ultado
( 154 )
rspedientes relativos á la gl<»a de cuentas de SeR
Felipe .Neri que yo hice, y el de las últinlas que
glo~ó el nlisnlO Betancourt ; y á merced de esas
'l.

(lcu'lt.aciones en que han sido falsarios, me han


all'opeJlado cahnnniosatnenle, en cuyo atrope ..
llaluiento, Seüor, no se me ha dicbo : « Te se
n acusa de tal delito, defiendete con las escep-
)) cioncs legaJes que te favorezcan.)) No se me
ha dicho quien me acusa; no se me ha dicho:
« Puedes probar tu inocencia dentro de tal tér-
» nlÍnosl quieres: )) no se lUC ha dicho: « Dispon te
)) á oír el juicio finado de tu causa.» No ~e lile
ha dicho ni permitido, ni admitido que nle alcen
de los agravios inferidos en dicho pronuncia-
miento.
Nada de esto, Señor, se ha visto en tan atroz
procedilllien to, y por ello verá V. ]VI.. como se
han violado las leyes:> la religion, la hlunanidad,
con un anciano casi octogenario y benemérito,
á quien no han valido sus ca nas y sus servicios
para que no se le haya tratado como á un faci-
neroso, arran candole de su l1leSa á las horas de
trabai o, á presencia de todo el tribu na1, despues
de haber leido en alta voz el decreto infamato-
rio, ocupandole, sin precedente inventario, los
papeles, cuentas y comprobantes de V . M. que
estaban á mi cargo, y conduciendome por li!s
calles públicas en tre dos gua rdas y un escribano
( 155 )
al embarque en un bote y traslacÍon á la forta-
leza de la Cabaña, donde ya hace veinte y dos
días que permanezco preso.
Observe V . 1\1 que mi persecucion dimana de
una denuncia que hizo un Don Francisco Fabre,
en la cLlal estaban cOlIlprometidos el intendente
Pinillos, y contador mayor Ayala, y que acha-
candome actualmente ellos esta denuncia, em-
pezáron áacriminar mi conducta, y buscar, con
el auxilio del depravado y corrompid9 Betan-
conrt, documentos del mismo tribunal con que
113cer creer que soy delincuente, y han desen-
cajado de su lugar algunos aislados que apa'f.entan
crÍlnen fuera de su puesto. Observe V. M. que
no se ha seguido tránlile alguno legal, ni de sen-
tencia, ni de fórmula de un juicio : observe el
grande desprecio que se ha becho de las leyes,
la atrocidad de hacerse juez y parte el intendente
Pinillos, despreciar su inhibicion calificandola
él mismo de ¡nj uria J é jmponiendome castigo:
ohserve que un juez lego é inconsulto ha hecho
todo esto, y que asi se ha vilipendiado é infa-
mado á un ernpleado distinguido que tiene sus
despachos firnlados de la mano de V. M., Y que
no entró á servir ayer como el que lo ha conde-
nado, sino que ha envejecido en ell'eal servicio.
Ohserve por último V. M. que todas estas inau-
ditas tropelías y vejacioneJ6 las ha ejecu tado el
1L
( 156)
intendente Pinillos á nombre de V. M. ¡ Horrible
bla",Cemia f Sí, Señor; valido de las amplias y es-
t.renlas facultades que dice le ha conferido V. M.,
nle ha deprimido á mí y á toda mi familia con la
mayor iniqnidad. ¡ Posible es que esto se haga
con un vasallo de u n rey justo r i Será posible que
v. M. le ha ya dado estensas facultades para que
viole las leyes antiguas de la monarquía, para que
atropelle á sus mejores vasallos, para que des-
ahogue sus venganzas!' ¡ Oh, Señor! nadie lo
cree, y el escándalo que ha producido el aten-
tado que ha hecho conmigo, es un comprobante
de que la isla de Cuba entera hace justicia á el
benigno corazon de V. M., pues todos dicen que
es una atrocidad del intendente Pinillos.
¿y á quien volveré los ojos para que se me
haga justicia? l A quien mi afligido corazon, sino
al mejor de los reyes que hasta hoy ha premiado
mis servicios? ¿ A quien, sino á V . M. que no
condena á nadie sin oirle? A la fecha, Señor,
tengo establecidos mis recursos en la junta su-
perior contenciosa de real hacienda y ante el go-
bernador y capitan general; pero ¡ con 'cuan poca
esperanza de algun éxito, no por falta de justicia,
pues toda la poblacion á una confiesa la que tengo,
sino por la prepotencia de mi contrario, y el te--
Dlor que todos tienen de desagradarle ni aun en
·sueños, á virtud de lásamplias facultades con que
( 'J 57 )
sabe aterrar á los vasa110s de estos lejanos elinlas I
¡ Oh, Señor! este anciano, at,ribulado y lleno
de desdicbas, pide 1usticÍa arrodillado á los
piés del trono de V. M . : no lnire V. M. sus des-
gracias con indiferencia, pues, por serIe fiel y
procurar constantemente la integridad de sus te-
soros, es que tiene enemigos, y qlle estos le han
hecho apurar mil amarguras, cuando ya tiene
un pié casi en el sepulcro: no fie V. M. de nadie
mi causa, pues la honra y decoro del trono de
v. M. es favorecer al justo, y que no ~e oprima
al inocente .
Puesto A. L. R. P. de V. M.,. pido y su-
plico se sirva ordenar que inmedia tamen te se
me reponga en mi honor, fama, empleo, sueldo
y libertad; cOluetiendose al ca pi ta n general ó á
otro magistrado íntegro mi reposicion; que he-
cho esto se file juzgue con arreglo á las leyes,
nombrandose un juez pesquisidor visitador, asi
para mi causa como para ]a averigllacion de
todos los desórdenes escesi vos y desfalcos que yo
he ofrecido posteriorDlente ante el capitan ge-
neral descubrh' en la real hacienda de esta isla,
en los que son responsables el intendente Pini-
llos, contador mayor Ayala, difunto Don J ulian
Fernandez, y otros allegados de estos : dispo-
niendo asimismo V. M. que la junta Sllperior de
flpelaciones dé curso) con brevedad y arreslo á
( 158 )
Jas le:,¡cs, á los recu rsos que tengo 'en ella e6ta ...
h1ecidos, Jos cuales entorpecen asi por e}'teRor
ele las estraordinarias facu]tades del intendente.,
C01DO por estar metido en dicha junta el conta-
dor Betancourt, nli mayor enemigo, que á titul~
de oficial de la escribanía de cámara, corre con
proces~ y ca usas, y da cuen ta en i u ota COn las
instancias, llevando derechos, propinas, y otros
gages fuera del sueldo eJe dos mil pesos que dis...
fruta como contador, el cual se aprovecha de
esta circunstancia para obstruir mi causa, digo..
poniendo V. M. que la ¡unta lo repela y vaya ,á
servir su cO~1taduría, por ser este indecoroso al
real servicio: y por último, concluso que sea por
sus trámites mi recurso á dicha j unta superior,
esta dé cuenta á V. M. con remision, como igual-
mentepedirá V. M. el espediente que tengo pro-
movido ante el capitan general sobre los desór-
denes y desfalcos de la real hacienda, cuyo curso
ha de producir mas de treinta millones de pesos
para V. M .., COIllO lo tengo ofrecido: todo lo
cual hecho, moriré tranquilo, pues he trahajado
hasta mi último aliento en beneficio de mi Rey y
Señor. Fortaleza de la Cabaña de la Habana. No-
viembre quince de mil ochocientos veinte y seis.
Señor,
P. A. L. R. P . de V. M.
JUAN MIGUEL CALVÓ ...
( l59 )
Ahora pues, si no fuera cierto cuanto se mani40
fiesta en esta esposicion, ¿ no estaria ya ¡uzgada
esta causa? ¿Y cual ha sido su resultado, desde 15
de Novienlbre de 1826 hasta Diciembre de 2.7?
Que el infeliz suplicante, despues de muy
cerca de un año que llegó á poder del gobierno,
continua aun· gimiendo en su prision , espuesto á
ser vÍ'ctima del enconoy venganza del intendente
Pinillos, altamente protegido por Ballesteros y
Pedroso, que le sostienen en aquel destino de
gran lucro y provecho para todos ellos, y de
ninguna utilidad para los buenos habitantes de
aqueJ1aisla, y mucho menos para la metrópoli.
La Habana, sÍ-, la Habana, que para otra po-
tencia seria un manantial de imponderable ri-
queza ( lo mismo que la Nueva Orleans lo es
en el dia para la república de los Estados U ni-
dos), bajo el gobierno absoluto de Madrid es para
la España una carga muy pesada que ya se hace
insoportable. En menos de dos años, que fuéron
los de 1824 y 25, se han remitido alU'lnuy cerca
de diez mil hombres, inclusas las tri pulaciones
de los buques de guerra y transportes, yen igual
espacio de tienlpo han fallecido mas de cuatro
mil, unos por·mal asistidos, y otros por no haber
podido resistir aquel clima destructor de ]a ~s­
pecie humana. Por manera que la n uruerosa
guarnicion de toda la isla, segun los estados fd-
( 160 )

fllitidos á ]3 inspeccion general de infanteria á


principios del corriente año de 1827, quedaba
reducida á cinco mil hombres poco mas ó menos:
1y con que ha sido indemnizada la vida de tantos
hijos COlno ha perdido la metrópoli en aquella
isla? Mas ha valido sin duda á sus respectivos re-
yezuelos la venta de los negros de Congo, Mina y
Benguela, que no á los Españoles, aunque todos
llegáron á la isla de Cuba á un mismo tiempo.
l y por que sucede esto? Porque saben mas y son
mejores los legos traficantes de la costa de Africa,
quejos sabios gobernantes de la corte de España .
La fuerza marítima española se halla tambien
IlOy reunida casi toda en el apostadero de la
Habana, con el objeto sin duda de defender y
proteger su navegacion y comercio. ¿Y cuantos
Españoles europeos disfrutan de este beneficio?
Los estados de entradas y salidas de buques, que
se imprimen y publican en aquella plaza, lo de-
muestran claramente, pues que por ellos se vé
que por un buque español entran allí cien es-
trangcros, y estos son los que reportan todas las
utilid~des y ventajas de la isla, nliéntras que la Es-
paña, á costa de grandes sacrificios, no hace TIlaS
que sostener su moribundo dominio directo, que
en muy breve espirará si no reforma su admÍ-
nistracio n , y la pone en manos Dlas fieles y me-
nos venales que las de sus actuales mandatarios.
( 16r )
puerto Rico y las islas Canarias se hallan COR
corta diferencia en el mismo desórden, y sus
nombres no se oyen ya en las aduanas de la Pe-
nínsula ni en los escritorios de los comerciantes,
pero se repiten con frecuencia en las secretarías
del despacho por los pretendientes á empleos,
y por las reclamaciones de sus respectivos gene ..
rales y gobernadores, pidiendo gente y todo gé-
nero de auxilios, rniéntras que las casas de co-
merciantes estrangeros que allí se han estable-
cido sacan el producto, y aumentan la riqueza de
su país con la venta de sus artefactos, aniqui-
lando nuestra industria.
--- ................... _--~--- ........ _---_ .. _~

CAPITULO 111.

Del estado de las islas Filipinas, y de. la riqueza


que ofrece á los Españoles su comercio.

ADA hay grande, nada puede prosperar en la.s


monarquías sin la influencia de los reyes que
las gohiernan. Pero no depende solamente del
monarca el hacer todo lo que conviene para la
felicidad de los pueblos, se necesita tambien de
la cooperacion de Jos funcionarios públicos que
ejecuten y realicen las providencias del So-
berano, y lo que junta y sabiamente está dis-
puesto por las ]eyes. La falta de cumplimiento
é inexactitud con que casi siempre han sido oh ...
servadas estas en Filipinas, ha de tenido el pro-
greso que dehian haber hecho, y esta es la razon
porque en el dia se hallan, con respecto á las co-
lonias estrangeras, limítrofes en un estado retró-
grado de u no á cien to, sin ernba rgo de· ser mas
fértiles por la escelente calidad de sus terrenos,
variedad de frutos y reprouu ccion de sus co-
sechas, que les proporciona su clima y telupe ...
ratura.
Las islas Filipinas, despues de subvenir á las
( 163 )
necesidades de dos millones y medio de llahi-
tantes de que se compone en el dia su pobla-
CiOD (1), presenta un sobrante muy considerable
para esportar á los puertos de Europa el azúcar, el
café, añil, palo Campeche, ébano , carey, nacar,
algodon, oro en polvo, perlas, tabaco, lino,
cueros de buey y de búfalo, cera, alcánfor, pi-
mienta, canela, clavo, cacao, y una multitud
de maderas riquísimas, y junquillos ó cañas eleva..
rias especies, propio todo para enriquecer nues-
tra industria. La mayor parte de estos frutos son
de gran consumo en nuestra Península, y algu-
nos otros muy á propósito para los estrangeros,
quienes en la actualidad los estraen de aquellas
islas sin órden ni concierto en sus propios buques
con gran ventaja suya y conocida ruina del co-
mercio de Espa ña.
Los navegantes de la China van tanlbien de
tiempo inmemorial á Filipinas con sus ricos car-
gan1entos, en cuyo cambio reciben estos frutos,
y este ha sido el comercio mas lucrativo que
hasta ahora han tenido los Filipinos, por las es-
traordinarias ,'entajas que ofrecian los géneros
de la China transportados á los puertos de Aca-

(1) No se incluyen aquíla multitud de tribus infieles que andan


errantes por los montes, y solo se cuenta con las personas su-
jetas al tributo de capitaclon.
( ¡(14 )
pnleo, San Dlas, VaJparaiso y Callao, pAra surtir
las provincias de Méjico y del Perú; mas en el
día pa.·ticipando aquellos habitantes de las des-
gracias que esperimenta su metrópoli con la pér ...
elida de aquellos dos imperios, se ven en la ne-
cesidad de hacer su comercio en bandera estran-
gera, fiando su s in teresesá honlbres desconocidos,
que á Inas de exigirles mayores cantidades por su
coulisÍon y flete, sucede a]gu.nas veces que pier-
den sus capitales 'por la mala fé de sus consigna-
tarios, COU10 ha sucedido con Don José Casal
Bcrmudez-, Don Francisco Iturralde, Don Ra-
luon Goyena, Don Manuel Ainza y D'on Juan de
Zuiiiga, á quienes se les confiáron efectos, por
valor de seiscientos mil duros de principal, por
los comerciantes de Filipinas para espenderlos
en Nueva España, y se han quedado en Guada ...
lajara los primeros, y el últÍnlo ~n Méjico, de
quienes no pueden aquellos reclamar sus respec ..
tivos intereses, por hallarse en un pais enemigo
declarado de la España y de cuantos dependen
de ella .
1\liéntras la metrópoli no se reconcilie con
]as repúblicas establecidas en el Méjico y Perú,
reconociendo su independencia, es cl~ro que
no solamente perj udica al comercio de las co ...
lonias que posee en el dia, sino que se espane á
perderlas todas, porque no faltarán instigadores
, ( 165 ) ,
eficaces que les representen y ponderen los males
y perj uicios que' sufren ha jo ]a dominacion es-
pañola, y los hienes que recibirian separandose
de la metrópo1i. Por desgracia, en . Manila, ca'pital
de Filipinas, ya se ha querido realizar este pro-
yecto, y se hubiera verificado en 1824, si 'el de-
nodado valor y destreza del benemérito y ma-
1ogrado general 1\fartinez no hubiera derrotado
Jos facciosos (1), que en su ausencia" se habian
apoderado de aquella capital, asesinando al te-
niente del Rey Don Mariano Fernandez de Fol-
. geras. ¿Y podrá nadie persuadirse que no hayan
quedado muchos individuos que abrigan alin las
misnlas ideas y sentimientos?
Lo mas estraño es, que despues de un hecho
tan reciente, y de que no
se habia visto hasta
ahora un solo indicio de sublevacion en Filipi-
nas desde su descubrimiento, despues de tener
tantas pruebas irrefragahles del particular em-
peño con que en Méjico y en el Perú han fomen-
tado la independencia todos los elnpleados ame-
ricanos, sin estar escntos de esta nota ni los re-
verenuos obispos criolJos; es, sÍ, estraño que,
despues de tan fa tal esper,iencia, perlnanezca el
gobierno de l\'1adrid todav ía obcecado en tener

(1) Todos fuéron crioHos, siu "haber concurrido á esta conspi-


racion un 8010 Europeo.
( t66 )
en aqneno~ remotos dominios á lo! Amencan04
ocupa !lcto Jos primeros puestos.
La intendencia de Filipinas se halla en el día.
al cargo del chileño Don Luis Urrejola (1), y del
oficial real de aquella tesorería el americano
Don Manuel Barañao. Americano fué el oidor
Don José María Origei; Americano es el oidor
Don Mateo de la Portilla, y Americanos son los
dos fiscales de aquella real audiencia, Don Pedro
Aguila y Casa por lo civil, y Don Francisco de
Entrambas Aguas por lo criminal; Americanos
muchos capitanes y oficiales; y para que nada
les falte en el caso de querer emprender cual-
quiera tentativa, hasta el secretarÍo de la capi-
tanía general Don Joaquin Oriondo, es Ameri-
cano. Supongase por ahora que estos funciona",
ríos y empleados públicos no han pensado hasta
el presente ser infie]es á la España. l Y quien nos
asegura que en adelante tendrán todo el carác·
ter y firmeza necesaria para resistir á las suges-
tiones y halagos con que sin duda serán instigados
á la independencia por sus compatriotas desde
Méjico y el Perú? ¿ Serán acaso tan desnatura-
lizados y corrompidos, que hayan olvidado,

(1) Se le confirió este destino, parque se le veía todos los dias


oyendo misa en la capilla real, por cuya recomendahle circuns-
tancia hubiera sido suficiente premio el destino de sacristan.
( J67 )
como Calomarde y Ballesteros, los sentimien tos
que inspira hasta á los animales su país natal?
Esta ha sido sin duda, y no otra, la razon porque
en Mayo del corriente año el congreso mejicano
lla dispuesto con sabiduría y prudencia que sean
separados de sus empleos y destinos, sin escep-
cío n de clases y estados, todos los Españoles
europeos que se hallaban ocupados por aquel
gobierno. Es indudable que todos entienden el
modo de conservar sus intereses y de defender sus
derechos. Solo Jos gobernantes de Madrid tienen
el don y pri vilegio de errarlo todo, y de con-
ducir á su total esterminio á la infeliz España, te-
niendo en las mismas secretarías del despacho
elnpleados americanos, para que puedan revelar
los secretos del gobierno de la metrópoli á sus
compatriotas, como D. Angel Calde I'OH en la de
estado, y Don Francisco Gonlez Pedroso en la de
hacienda de Indias, sin otra multitud de los mis-
mos que se hallan destinados en las de mas de-
pendencias del reino. N o es eslraño pues que
los criollos nos critiquen de tONtos y necios J
y que hayan llegado ya á concehir la quimérica
idea, conlO lo oímos d~ su boca, de que en breve
, vendrian á conquistarnos.
Mas sin perder de vista la perspectiva que
hemos presentado de las ventajas y utilidades
~ue ofrece á. los Españole~ el coulercio de las
( 168 )
islas FiJ ipina~, no podemos prescindir de indica.
t;:unbien ) os lnedios de mejorar el estado de aque...
Ilas. Sea el primero abolir y quitar para siempre
el Lrihu to de capi tacion, por el odio COn que es
Juirado por aquellos naturales, sin embargo de
que este se reduce á la módica cantidad de 12
reales por matrimonio, y 5 Y medio por persona,
pagadero por trimestres. Así es que se apartará
á los alcaldes y curas de la ocasÍon de incluir
en el tributo á muchos individuos que por su
poca Ó" mucha edad estan esentos de pagarlo,
ó de ocultar á otros en las relaciones ó empa-
dronanlientos que presentan á las oficinas gene-
rales de Filipinas, quedandose con todo cuanto
cobran de estos, como no hace mucho tiempo
lo verificó así el conde de A viles, alcalde de la
provincia de la Panpanga, á quien se le halló en
eJ descubierto de muchos miles de pesos fuertes,
para cuyo pago acaban de ,Tendersele los hienes
á pública subhasta por cuenta de la real ha-
cienda.
Quítese tanlhien el derecho llamado de San-
torum", que consiste en pagar al cura real y me-
dio a nn al por cabeza,con el fin de costear con su
producto las tres festividades de Corpus, J lleves
santo, y la del patron del pueblo. Esta especie
de socaliñas no sirven mas que para ridiculizar
nuestra religion santa, para fomentar vicios, r
( 169)
hacer odioso en aquellos dominios el gobierno
de España (1)' Contribuyan muy enhorabuena
nO solo los naturales del pais, sino todos los ha-
bitantes y residentes en Jas islas Filipinas, pero
sea de un modo para ellas lnenos odioso y sen-
sible, al paso que será lnas ventajoso para el es-
tado. Establezcanse pues las Dlismas cargas y con-
tribuciones que se pagan en ]a Península, con
la proporcion, si se quiere, conveniente y razo-
nable, segun ]a diferencia que hay entre .ámbos
paises;y entónces solo e] derecho de navegacion
de cabotage, que es grande el que se hace entre
]as mismas islas, y que en el dia nada paga, es-
cederá con mucho al producto del tributo de
capitacion y del derecho de Santorum -' que-
dando ademas á disposicion del gobierno de la
metrópoli los inmensos fondos que deben pro-
ducir las demas imposiciones que en la actua-
lidad son allí desconocidas, y que solo exigen los
Ingleses en las colonias inmediatas que alli po-
seen, sin que por esto dejen de estar en un pié
mucho mas floreciente que las nuestras, aunque
de inferiores ventaias, por las razones que de . .
jámOB indicadas .
...

(1) Debe señalarse á los curas y pagarseles de los fondos pú-


hlicos Una cuota fija. para Ja celebracion y culto de est:IS festivi·
tlAdei ~ '1 recomendar que con uingllü móti yo se omitan.
( 17° )
N'o seria justo que estaodo sujetos los Fili ...
pinos á los Jnismos pechos y contribuciones que
los súbditos de la metrópoli, no fuesen igual-
nlen te considerados para los cargos públicos y
para los elnpleos, hasta darles si fuese preciso,
para remunerar conlpletamente sus méritos y
sobresalientes cualidades, los prilneros destinos
del estado; pero la esperiencia de lo pasado en
~féj ¡co y Perú exige que sean siempre empleados
en Es}>aña, y por razon algu na en un pais tan
distante de 'lila mad.re patria, y lan prÓX"lIDO por
lo mismo de cometer el pecado de rebelion, cosa
que no conviene ni á ellos mismos, á no ser que
quieran que se establezca tarnbien allí, como
en Tarragona, el camino de ir al cielo en ya feli-
cidad deseamos á todos los que predican y siguen
semejan te doctrina.
Podríamos aun estender mucho mas este ca...
pítulo, recorriendo el vasto campo de relaciones
mercantiles que se abrirá á las plazas de comercio
de España, caso que lleguen á realizarse nuestros
justos y patrióticos deseos; mas Ínterin esto no
se v,erifique, ¿de que puede servir nuestro trabajo?
¿ Que fruto pueden producir las meiores ideas y
los planes mas bien cOlnbinados, bajo un sistema
de gobierno en el cual nada hay segllro, nada
estable y permanente, porque todo pende dela
volubilidad y a~bitrariedad de los núnistros? Pre-
( 17 1 )

ciso es pues que el gobierno recupere la fuerza y


energía, la considera cion y confia nza, que nI u ...
ehos años hace tiene perdidas. Veamos pues el
descrédito y la mengua con que es mirado en
el dia, y la ninguna repntacion y concepto con
\
que son considerados sus actuales ministros.
Llegáron estos, aunque tarde, á tener noticia
de que la revolucion de América habia precisado
á muchos Españoles á desamparar aquel pais, con
ánimo decidido de establecerse cada uno en el
pueblo de su naturaleza, Ó el}' la ciudad que les
hubiera parecido mas á propósito para contin uar
en España su giro, su comercio ó su industria;
[nas viéron todos que el sistema de persecucion ,
las continuas convulsiones que se suscitaban dia-
rianlente, y la falta de administracion de 'justicia,
esponian á un gran riesgo no solo á sus capitales
sino tambien á sus personas, razones ll1 uy pode-
rosas á la verdad para que buscasen todos un
asilo mas seguro que el que les ofrecia una patria
agitada sin interrupcion con turbulencias in-
testinas que la devoran. Lo que es digno de ob-
Sel'val" aquí, que entre tantos Españoles conlO se
han establecido en paises estrangeros, todos han
procurado ponerse al abrigo de la ley, es decir)
han preferido estar y radicarse en reinos gober-
nados por sabias iustituciones que refrenan y
~ontienen la arbitrariedad de Jos lnini~tl'os ,Y dt'
,}
I ...
( 17 1 )
l;1,~dem:l~ 311 t.oridades, porque
todos est31J Su\etos
á sufrir 111s nlismas penas que los demos, por el
rnenor escesO ó defecto que cometan. Francia',
Hola oda é Inglaterra son los paises que Uamáron
desde lnego la atencion de los Españoles venidos
de Anlérica para fijur en ellas su domicilio;y estos
reinos en digna recompensa de la justicia y pro-
teccion que dispensan á los que se acogen bajo
su bandera, disfrutan en el día de los millones
que por la ignorancia, corrupcion y despotismo
de su gobierno ha perdido la España.
Poco hace que los mi nistros quisiéron corregir
este yerro, valiendose p~H'a esto de un nledio el
menos eficaz, el mas rid.ículo, y digno solo del
desprecio con que ha sido mirado. Creyéron per-
suadir COn palabras lo que estaba en oposicion
directa con sus ideas, con su nlodo de pensal', y
con su establecido sistema de persecucion y ven-
ganza. Invitál'on al efecto á los Españoles que
por efecto de la revolucion viniéron á Europa
emigrados de la América, para que desde los
paises estrangeros donde se halJan establecidos
con sus fanlilias y caudales, pasasen á radicars,e
al seno de su patria, donde disfrutarian de ]a se-
guridad y proteccion que les ofrecia su Soberano
en los términos que se les manifestaba por la si-
.guiente circular que les fué dirigida.
( 17 3 )
El Rey 'nuestro Señorconoce, tiempo ha, que
(t

uno de los mayores males que la rebelion de


Anlérica ha causado á sus estados de Europa, es
sin duda la emigracion de Jos vasallos de aque-
110s dODlioios á paises estrangeros, en donde por
huir de los horrores revolucionarios, y no Inan-
char la fidelidad á su legítituo Soberano, se refu-
giáron y moran con sus familias y capitales, pri-
vando al crédito, industria y poblacion de la
lnadre patria, del beneficio que les proporcio-
narian, y que núnca necesi taba tanto, conlO
cuando los desastres sucesivos de una invasion y
de una revolucion 11an devorado inmensos ca~
pitales, diseminado por regio.nes estrañas mu-.r
ehas personas útiles, y debilitado púr consi . .
guiente gran parte de la fuerza y de la riqueza
púbJica.
» .A.nnque S. M., ansioso por ]a prosperidad de·
sus dorninios, hubiera querido preservarlos desde
luego de aquella sensible pérdida, las funestas
circ unsta n cias que la preparáron y consu rná ron
no le han permitido ha8ta ahora tratar de su re-
nledio. Sin etnbargo, no le parece tarde todavía,
para olanifestar sus paternales intenciones úlos
emigrados de América, y esperar que corres-
pondan Con docilidad á ellas, atendiendo á que
si confiando en 1a seguridad del pabel1ol1 estrau ...
ge 1'0, 6 deja ndose lle va r de u i lB ia e redul ida tI
( f 74 )
~n peligros inlaginario8 (r), se han decidido á
salvarse de su desgracia en paises estrangeros,
hoy que pueden ver mas de cerca la situacion
del reino, y despreocu parse de las ideas que les
moviéron á buscar una patria adoptiva, no es de
creer que vivan olvidados del natural atractivo
con que la religion, las costumbres, las leyes,
la lengua y las relaciones de parentesco les lla-
nlan á fijar su domicilio en la nacion á que desde
la cuna pertenecen, ni que esten agenos de que
en ella se disfruta de reposo, se administra jus-
ticia, y se dispensa, como en otras naciones cul-
tas, seguridad y proteccion á los honlbres útiles
y honrados que respetan al gobierno y obedecen
las leyes del estado.
)jEsta consideracion ha producido en el ánimo
de S. M. la lisoni era esperanza de conseguir sus
deseos, en cuya realizacÍon se interesa el bien de
los miSl110S emigrados. Con este objeto se ha ser ...
vido mandar que se le presenten listas de los su-
getos mas recomendables; y habiendose en terado
por ellas de sus nombres y circunstancias, quiere
que en su Reál noulbre se les testifiquen los sen-
timientos de aprecio y benevolencia que esta
porcion de sus vasallos de Anlérica le merece;

(1) No los reputarán seguramente por tales los ricos fabri ..


cantes de lUanresa.
( 17 5 )
Y la persuasioD en que S. M. se halla de que en
el número Y prosperidad de los individuos se
cifra el poder de las naciones, invitandoles á que
si tienen por conveniente para su comodidad y
otras lniras personales pasar á establecerse en el
territorio español, y elegir en los variados clinlas
y posicion de sus provincias el sitio que les pa-
rezca preferible, podrán ha cerIo libre y espon-
táneamente sin el mas pequeño recelo de que en
ningun tiempo se les menoscaben sus bienes, de-
rechos y seguridad individual, ni de que se les
limite é impida el ejercicio de la industria y
profesion á que se dediquen, sino que por el con-
trario les prOlnete S. M. firme y solemnemente,
y á mayor abundalniento les asegura bajo fé y
palabra Real, que se les guardarán y cUIllplirán
sin conlradiccion todas y cada una de las cosas
que aquí van mencionadas.
») En su consecuencia, siendo Vln. uno de los

designados en la voluntad de S. M. para esta ho-


norífica invitacion, nosotros los infraescritos mi-
nistros de estado y de gracia y de justicia, auto-
rizados con su nlandato, ponenlos en noticia de
vnl. Ja determinacion soberana, á fin de que
pueda servirle de gobierno la fiel espresion de
las intenciones de S. 1\1., quien prestará á ym.
la rnas fa vorable acogida si pensase trasladarse á
la Península, danuo al efecto las órdenes opar. .
( 1)6 )
tltnas. De la de S. 1\1. ]0 comunicalD-08 á VIb.
nosotros los referidos secretarios de estado, espe ..
T;¡ndo que fijará su atencion en este punto. Dios
~n[lr<le á vm. 11luchos años. Madrid, .2 t de Marzo
,,

oe 182 7' ~ l"'ANuEL GONZALEZ SALMON. - FRAN'"


CISCO TADEO DE CALOMARDE. ))
l\Ias 1 cual ha sido el resultado de este papel?
(.

Cual debia esperarse, sin duda, del ningun con-


cepto y opinion que merecen los dos firmantes,
hien conocido el prÍlnero por su insuficiencia
y por el egoísmo en que ha procurado y pro-
cura aprovechar el tienl po de su ministerio, sa-
cando todo el partido posible en utilidad pro-
pia, y en la de sus parientes y protegidos; y el
segundo, conocido tambien por los mismos Ame-
ricanos europeos, que no ignoraban desde Anlé-
rica sus manejos, sus arterías y la venalidad con
que se cond ulo nliéntras desempeñó ]a plaza de
oficial mayor de la secretaría de Indias, y por los
enormes crÍnlenes que, en el año de 1815, le
condlljéron al castillo de Pamplona.
Son muy notables y dignas de saberse las re-
fle~Jones que sobre el con tenido de dicha cir-
cular hiciéron á nuestra presencia en Londres
varios de los sugetos á quienes habia sido diri ..
gida. El uno decia : Es necesario tener presente,
ántes de resolver nada sobre este asunto, que el
Rey, cuando vol vió de F"rancia, nos ofreció tanl-
( 177 )
bien, no por una simple carta ó real órden, sino
por un soberano d~crcto"que á la ~ayor brevedad
se reunirian Cortes; que a ellas serIan llanlados los
procuradores de Alnérica; que habria libertad de
imprenta; que no se inlpondrian rnas contribu-
ciones que las que acordase la nacÍon i unta en
Cortés. Otro leyó una carta que babia recihido
de su corresponsal, en que ]e avisaba que los lla-
mados negros eran a paleados y heridos por los
fea listas, y que uno de estos habia pasado por las
espaldas con la espada á un infeliz por conside-
rarle libera 1, Y que con ocho dias de prisioll
habia espiado su alevosía. Otro hizo una obser . .
vacioo muy prudente, y fué que ]a circular se
habia dirigido y hablaba únicaUlente con los Es-
pañoles que habian venido con grandes capitales
de la América. ¿ Por que no llanlan tambien á
otros lDuchos que han venido pobres de allí?
¿ No son acaso tambien hijos de España? ¿ No
tienen la misma reljgion, no hablan la nlisma
lengua, no tienen las ulismas costu nlbres y re-
laciones de parentesco? ¡ Las leyes J ¿ I-lay acaso
masley en un gobierno absoluto que la voluntad
d~l Soberano l Se nos a~egura que se nos él(.l~1i­
nlstrará lusticia, y dispensará la proteccion que
~enemos aquí: ¿y quien podrá creer en selne-
'iante prornesa, á la vista del despojo que Sllfl'en
aun nuestros compClñeros de los caudales que
( 17 8 )
hahian invertido en compras de fincal perte ..
necicn tes á 1l1onasterios, vendidas á pública sub..
h~L~tíl por el gobierno, bajo el augusto nombre
del Hey ? l~llos pensáron hallar en el seno de la
lnadrc patria la paz, tranquilidad y seguridad,
que por efecto de ]a revolucion habían perdido
en la AUlérica ; mas apénas habían entregado los
restos de su antigua fortuna en cambio de unas
fincas en que habían fundado su futura suerte
y Ja de sus htnlÍJias, fuéron despojados no 801a-
nlente de e lIas, sino tambien del valor de las me. .
joras que habian hecho. En vano despues han
reclaulado, en vano ha sido la j ustificacion que
han hecho de no haber tenido intervencion al-
guna en el sistema liberal, siempre han sido des-
atendidas; y su fundada y enérgica esposicion di-
rigida desde Cadiz, firnlada por muchos indivi-
duos de esta clase, se halla sin curso alguno en la
secretaría del cargo de Calomarde.
¿No velllOS, dijo finalmente otro, como todos
los dias sin formacion de causa se deponen las
autoridades, y se procura, por Inedia de agentes
ocultos, sublevarálos pueblos para que á su trán ..
sit~ para el punto de su confinacion ó destierro
losmaltraten y asesinen? (1) ¿Que seguridad pues,
-
(J) Un hecho b:ien reciente acaba de confirmar esta propo-
sicioD. No hace aun tres meses que, siu formacion de causa
( 179 )
ni que esperanza, podemos tener nosotros para
que se nOS cumpla. lo que se nos ofrece? Es
claro que lo que únicalnente es digno del apre-
cio de S. 1\1. y de sus ministros, es nuestro di~
uero; pues, si lo quieren, y quieren que los crea~
nlOS, cumplanyejecuten el decreto de4de~Iayo;

yentóncesaseguradospor las Cortés que ofreció,


y p,or leyes filas que no pendan de la arbitraria
interpretacion y aplicacion de los 111inistros y tri-
bunales, irélnos gustosos, y serémos los priIneros

y' por una simple real órden comunicada por Calomard"e, rué
depuesto de "Su destino el superintendente d e policía Don
José Recacho I y con éllnuchos intendentes y empleéldos en el
mismo ramo. Mas no satisfecha aun la venganza y encono de
Calomarde y sequaces 3 se procuró formar una especie de tumulto
popular para asesinarle en el acto que saliese pa ca su destino.
El marques de Cardenas, natural de ]a Habana, en donde es
conocido por Antonio María el loco, fué el agente designado
para promover y dirigir esta scdicion. Se presentó para reali-
zarla Con sus insignias de gentilholuhre de cámara y con la gran
cruz de Carlos UI, con que indebidamente fué agraciado en el
año 1822, en la Puerta del Sol, que es el lugar mas público y
concurrido de Mr¡drid, en donde arengó el la incauta multitud
que hubiera acahado con Recacho ) si este no se huLiera"refu-
gi::ado á la guardia del Princi pal que se hallaba. iu mediato. Car-
denas J que ahora blasona de tan realista, en J 8'JO escrjbió un
folleto que imprimió en casa de Iharra, en elogio de la constitu-
cion, yen defensa de la soberanía de Am~rica contra ja de Es-
paña. En Marzo de 1825, sé hallaba en el Ha\'r~ COD :>US hijo.i
para irse áJa Habana en ocasion precisamente la u¡a!i opor(wH
"''l
L->
( 180 )
en sosl,cllcr su trono con nuestr.os caudales, yea
defender su persona, con· nuestras propias vidas.
Convencidos todos con ta.n fuertes y sólidas
reflexiones, de que nadie debía esponer sus capi-
ta les y seguridad personal á los cODtin~os riesgos
que diariamente se presentan en España, nadie
se ha nlovido del lugar en que se haBa, y duda-
D10S que alguno haya contestado, siquiera por
poJítica, á la circular de los ministros. Tal es el
descrédito y desprecio con.queson mirados ellos
y el actual gobierno.

para acredita,' su adhesion y afecto á Fernando, pu~s que pudo·


incorporar~ al ejército ]Jamado- de los Ft'!otas) que de Francia,
pasaba á España á Jibetlar1e oe
la esclavitud 'en que -le tenian los-
liberales; mas cntóntes tuvo á menos el mezclarse con ]05 rea ..
listas, y cuidando mas de -su interes particular que de la seguri-
dad de su Rey, se embarcó y regresó á su ,patria, de donde volvió.
á Madrid en el aúo 25, convertido en e~altado realista,
y adop-
tando el idioma y maneras·de estos; y quien sabe' con que mas
]ogró del ministro Aymerich la plaza de coronel de milieias de·
]a Hahana y coronel efectivo de ejército, con tres mil duros de,
sueldo que se le paga puntualmente por aquella tesorería, al paso-
que las infelices viudas de militares y empleados pasaD mu-
chos meses careciendo de los suyos. Logró ann ma~ Antonio-
María el loco, y fué una plaza de teniente coronel para cada
uno de sus dos hijos, que aun no tienen pelo. de barba. El no
posee mas hienes que una obra pía que administra en la Habana f
de la. cual jamas ha presentado cuentas ni dinero alguno del~
producto de su- tierra. Lo guardará seguramente para alcanzar
la grandeza de España «Jue ha soH,citado.
---":'::'

,-
INDICE.,

INTRODUCCION ................................. pág.


.
1

CAP. l. La repo!uciOll de la América Española


fué preparada por el gabierno de Londres, y
apoyada por el de los Estados- Unidos ........ . 1

CA P. JI. La escesi~'a generosidad del gobierno eS d

pañol con sus colonias ha contribuido á la in-


dependencia de la A Tlzérica . .. · .... · ....... · . l.' ••
1:2

CAP. 111. El odio y en~id¡a de los criollos contra


los Europeos residentes en América, ha irfluido
en eran manera á la independencia ........... .
CAP. I,T, El gobierno absoluto de la Metrópoliy
la corrupcioll y ~lcnal¡dad de sus mandalarioJ
hOJligáron á los Americanos para declara/se
Índependien les . ........ · ............ · · · ........... . 21
CAP. V. Los' Americanos residen/es en la Penín-
sula, desde el año 1810 hasta 18J 2, no ccsárOll
de trabajar en promo~er la independencia de su
.
,pats. . ................................... · ... · · · · . . . .. .) 7
.\

CAP. VI. De las causas que preparáron la inde-


pendencia de las prol,Ji'ncias del Rlo de la Plata. 42
CA P. VI l. Las primeras medidas que se lomáron
por el gobierno de Madrid para pacificar las
Américas, no soloJut!ron irifructuosas, sino que
contrióuyiron á exaltar mas el esplritu de los
nopadares,1 á ceneralúar la re"o!ucion....... 52
( 182 )

CA P. \¡lI L lJe la injusticia COll que JI! dislribuían


porclr71in;slerio de la Guerra los tmpleosy ties-
.1" rJcrcllo ............................••....
'!lOS (le
"
I 'J

CA r. IX. De los sucesos notables que causó en


JJJ/jico el restablecimiento de la C"ollslilllcion
polflica de la monarqulaespañola tu el aFio (820.
CA P. X. La COlllt'll11a dislocacion del gobierno de
JJladridy las discordt'as é inlrigas de sus agen..
tes desde el arlo 24 hasta el de 27) han imposi-
bilitado la pac!fiCaciOll de aquellas colonias, y
puesto la lJ-fetrópolienla necesidadde reconocer
su independencia ... · " ............... ' .. '" ....... . IOI
CA P. XI. De los beneficios que resallarán á la
Espaira del reconocimiento de la independencia
de sus antiguas colonias .. ....... " ............... .
CA P. Xl J. De la inlporlante necesidad en que se
halla la España de conservar á toda costa las
islas de (aba y Jerto Rico, por medio de una
adminisiracion justa y arreglada. '" ........... . 120
CAP. XIII. Del es/ado de las lslas Filipinas, y
de la riqueza que ofrece á los Españoles su
.
C0711erClO . .. 'ji ........... , 111 ..... 1t4II " .... l1li .... á A ...... " & ••• 111 11111 .. , .... ..
160

FIN.

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